Capítulo 11
Las luces de la ciudad daban un espectáculo hermoso, Jungkook las observaba desde el ventanal de su departamento, con la mirada algo perdida, llevaba unos pantalones de chándal grises y un pullover blanco; su cabello despeinado y algo húmedo por la ducha que había tomado hacía un rato. La botella de cerveza sudaba en el alféizar, calentándose sin ser bebida. Jeon se cuestionaba algo que, aunque podría parecer simple a ojos de cualquiera, para él era un gran reto: cortar comunicación entre Nochu y Mochi. Ya bastante sentía estarlo engañando al no haberle confesado su identidad desde el minuto uno, no podía permitirse chatear desde dos identidades distintas, alimentando más una mentira sin fundamento. Era simplemente crear una excusa para justificar la ausencia de Nochu. Solo serían un par de semanas hasta su descanso, entonces le explicaría todo.
Lo que volvía más difícil todo, era que la actualización del último capítulo de Jimin, era casi una adaptación a la trama, tomando su primer encuentro como referencia. Si las emociones del protagonista, evidenciadas en cada línea, eran la imagen mental que el escritor había creado de él, no podía evitar adornar sus labios con una sonrisa. ¿Acaso tan buena impresión había causado? Si ese era el caso, lo hacía demasiado feliz.
La próxima tarea pendiente era crear un pretexto para verse con Jimin, sin captar la atención de los medios, y sin que provocara malentendidos; bastante difícil, teniendo en cuenta todas las falsedades que ya de por sí circulaban sin ningún fundamento ni motivo. De hecho, no había revisado nada relacionado al hate a Jimin últimamente, se sentía sobresaturado y enojado cada vez que leía alguno de esos infames artículos; sin embargo, teniendo en cuenta lo sucedido con Im Nayeon en la fiesta, y la personalidad de la actriz, lo le sorprendería siquiera encontrar cualquier otro disparate peor que el anterior. Entró a las tendencias y estuvo mirando por un rato, pero no halló nada.
«Extraño», pensó.
No obstante, algo totalmente diferente llegó a sus ojos. Un enlace había llevado a otro y la búsqueda se profundizó, sin darse cuenta de qué tanto tiempo llevaba en ello. Tragó en seco. ¿Lo que leía era cierto? ¡No podía serlo, claro que no!
"Alaban a Park como el ícono del romance y la pureza, sin saber que se dedicó a grabar porno en el bachillerato. ¡Qué estúpidos!".
—Tiene que ser mentira —susurró Jeon, y comenzó a indagar más a profundidad, movido más por la indignación que por la duda.
Suspiró aliviado después de una larga búsqueda, para su tranquilidad, inútil. Había pasado cerca de una hora, su cerveza estaba totalmente caliente. Si luego de todo ese tiempo de indagación no había encontrado nada, era porque se trataba de una especulación. Incluso regresó a la publicación para denunciarla, notando que había desaparecido; entró al perfil y vio el aparente motivo: decenas de publicaciones censurando sus palabras y especulaciones. Definitivamente, los Minnies eran un fandom apasionado y protector.
Volvió a su tarea mental de pensar qué hacer para invitar a salir a Jimin sin que pareciera una cita... «Cita». Su rostro se sonrojó ante el solo pensamiento. Decidió llamar a Yoongi, él podría decirle qué lugares podrían ser seguros para visitar y se adecuarían a un panorama tranquilo, lejos de posibles paparazzi o escándalos indeseados.
Jungkook estaba pensando las cosas con bastante seriedad. Hasta ahora, no había sabido nombrar el sentimiento que había crecido por años en su interior hacia Mochi; sin embargo, conocerlo desencadenó una ola incontrolable de emociones que lo tomó por sorpresa. ¿Qué tipo de interés era este? Obviamente era algo distinto a la amistad, no era como lo que había vivido hasta ahora con sus amigos. ¿Acaso era un interés romántico? No iba a entrar en una escena de gay panic, ni nada por el estilo, tenía bastante clara su mentalidad respecto a la sexualidad y su forma de afrontarla y asimilarla, se tratara de sí mismo o alguien más. Pero, tampoco podía afirmarlo, apenas se habían conocido en persona, sin importar que su relación anónima lo hiciera sentirse tan familiar. El tiempo diría, era tan sencillo como eso.
─━━━⊱✿⊰━━━─
Los ojos de Jimin estaban perdidos en la nada, algo preocupados. Hacía cerca de una semana que Nochu se había comunicado con él por última vez, y le había dicho que por una situación personal no podría conectarse por algunas semanas para chatear, y eso lo mortificaba. ¿Estaría todo bien? En ausencia de su fan número uno, se habían vuelto frecuentes sus conversaciones con Jeon Jungkook, cosa que lo hacía sentirse regocijado, no lo podía negar. Las conversaciones con el actor habían sido inesperadamente amenas y largas, mucho más de lo que jamás esperó. Era como si se conocieran desde hacía años, entre ellos fluía de manera natural una confortabilidad y confianza que lo hacían sentir demasiado a gusto. No es como si sintiera a Jeon como un reemplazo de Nochu, simplemente le evocaba la misma sensación de plenitud y felicidad mientras conversaban. La misma familiaridad.
Para Jimin, Jungkook había sido una avalancha sorpresiva en todos los sentidos. Ya no lo observaba solo como su crush, habían tenido conversaciones de diversos tipos, desde análisis sobre sus historias, gustos literarios y libros favoritos; hasta la rutina, una que otra anécdota personal, bromas y temas casuales. En muy poco tiempo había llegado a sentir que era otro de sus amigos cercanos... y más. Diferente. Era algo que solo había experimentado con Nochu hasta ahora, y le había tomado desprevenido en esta ocasión.
Suspiró.
—Diez —dijo Taehyung. La voz de su amigo le recordó que estaban en la cafetería de la universidad, y que apenas había probado bocado.
—¿Diez qué?
—Las veces que has suspirado mirando a la nada, revolviendo tu comida, que por cierto debe estar fría ya. ¿Qué te preocupa?
—¿Tan evidente soy?
—Para mí, sí. Lo sabes.
—Lo sé —contestó—. Es algo que... creo que ni yo mismo entiendo. —Su amigo alzó una ceja—. Es Jungkook...
—¿Qué pasa con él? ¿Se le ha salido lo de playboy, tanto que no quieres saber más de él?
—No. Es todo lo contrario, siento como si lo conociera de años. Es cómodo hablar con él.
Mientras escuchaba, Taehyung dio una mordida a su hamburguesa y sorbió un par de tragos de su soda, pensando en que tendría que aumentar un poco su rutina de ejercicios. Los carbohidratos eran su perdición. Pero lo que gusta suele hacer daño, a la vez que causa placer, ¿no? Su corazón dañado por el amor no correspondido, pero feliz de permanecer al lado de Jimin, era la mejor prueba de ello. Sacudió el pensamiento de su cabeza y dijo:
—Y eso es un problema porque...
—No es un problema, solo es... raro. —Bebió un trago de agua—. Cambiemos de tema, no quiero darte más suspiros para cuantificar. ¿Qué planes tienes para las vacaciones?
—Quiero ir a casa a visitar a mis padres, hace ya algo de tiempo que no voy, y el asunto de la sucesión se ha estado planificando. —Dejó pasar a propósito el desvío de la conversación.
—Como era de esperarse del heredero de la Editorial Kim, todo un hombre de negocios ocupado —dijo burlón.
—Preferiría quedarme a ver anime en mi departamento, créeme. Aunque no me desagrada el asunto de heredar, por algo estoy estudiando Literatura. Y hablando de ello... ¿Ya has decidido dónde trabajar?
—Planeo quedarme trabajando con la Golden Seal, fueron quienes creyeron en mí primero, y han demostrado que no buscan aprovecharse de mí, sino ayudarme a crecer. Jin ha sido un gran editor que me ha apoyado en todo el trayecto hasta ahora, y nos entendemos bien. Me gusta cómo es todo hasta ahora.
—Mmmm, qué bien que la Golden Seal haya sido la primera en creer en ti, de seguro ningún otro lugar iba a darte una oportunidad como esa —dijo Tae, con falso sarcasmo en su voz, sonando indignado en broma.
—¡No seas dramático! Sabes perfectamente por qué no acepté la oferta de tu padre.
—Lo sé, y estoy orgulloso por eso —le sonrió—. Que hayas decidido aventurarte solo en este mundo, contando solamente con tus manuscritos, tu talento y tu perseverancia, es una de las cosas que admiro de ti. A pesar de que te he dicho que no te íbamos a dar trato preferencial, apoyo tu decisión.
—Gracias.
—Sabes que no son necesarias. Pero hay algo que mis padres no te perdonan. —Jimin ladeó la cabeza, confundido—. Que no hayas ido a visitarlos. ¿Cuándo irás a decir hola? Mamá te extraña.
—No trates de preguntarme indirectamente si voy a ir a casa, me da escalofríos que intentes ser sutil. —Ambos rieron—. No pienso ir, sabes que no me siento cómodo en estancias largas allá. —Taehyung intentó decir algo—. No es por lo que pueda recordar o decir ningún chismoso sin vida social. Simplemente sigo sin saber cómo enfrentar a mamá y papá después de lo que pasó.
—Ellos no te rechazan, y sabes que no le dan importancia.
—Pero yo sí, Tae. Lo que hicieron por mí, se los agradezco con la vida. Pero no puedo soportar saber que fueron extorsionados por culpa de mi inmadurez e ingenuidad. De toda la mierda que me hizo Jaewo, junta, no sé cuál es la que más me enoja.
Tae miró su reloj.
—Tú tranquilo, que sin importar que puedas o no identificarlo, yo voy a golpearlo igual de fuerte por todos los motivos, si algún día llego a tenerlo al frente. —Bebió un par de tragos que le quedaban a su soda, y comenzó a recoger sus cosas—. Tengo que irme, o llegaré tarde a mi clase de Filosofía. Deja de jugar con lo que hay en la bandeja, y come de una vez. —Se levantó, le dedicó una sonrisa de despedida, y se marchó.
Jimin, en los últimos años, había notado más que suficiente, que su cabeza era un lío de emociones incontrolables. Había creado un miedo al amor y a los nuevos sentimientos, que lo hundía en la depresión por más que tratara de mantenerse a flote. A pesar de mostrarse siempre firme y ecuánime ante los demás, sentía como si solo estuviera actuando, preparando mentalmente un discurso para rebatir lo que intentara lastimarlo, que siempre terminaba en crisis de ansiedad y depresión, que había logrado mantener bajo control, relativamente. Taehyung había sido su apoyo incondicional todos estos años, y le estaba agradecido más que a nadie en el mundo por ser su soporte cuando más lo necesitó, dejándole ver que la tormenta que creaba en sus vasos de agua, solo lo harían ahogarse más rápido.
Estaba agradecido, en la misma medida que se sentía culpable. Porque, sin importar cuánto lo ignorara o tratara de hacer ver que no se daba cuenta, no era tonto, ni ciego. Y dolía. Dolía no poder hacer nada. Dolía no poder corresponder y amar de la misma forma. Pero, ¿cómo decirle a Taehyung, que su secreto mejor guardado, no era un secreto para él? ¿Cómo actuar ante la decisión de su amigo de permanecer a su lado y callar sus sentimientos? Él no tenía capacidad para fijar un rumbo en esa situación. Si Tae quería actuar como que nada pasaba y enterrar sus emociones, él solo podía comportarse como siempre, dándole a entender que sus esfuerzos rendían frutos, hasta que su soulmate definiera qué hacer con los sentimientos que le profesaba.
Sin embargo, a veces, como ahora, se sentía culpable y más cobarde de lo normal. Sentía que se aprovechaba de los sentimientos de su amigo, de su amabilidad. Taehyung era un ejemplo de valentía, ¿por qué no podía él ser así? Estaba roto. Por eso no le gustaba estar a solas y ser engullido por sus pensamientos, porque la soledad no hacía más que recordarle que, por más que quisiera escudarse, sus cicatrices de adolescente seguían quemando en su piel. Necesitaba un cierre a ese círculo de sufrimiento, lo sabía; pero no estaba seguro de tener el valor suficiente para hacerlo, llegado el momento. ¿Lograría hallar algo que le ayudase a sobreponerse? ¡Ojalá! De veras lo deseaba.
La semana continuó su avance, a la vez que los sentimientos y pensamientos de Jimin se fueron poniendo en orden y control. ¿Quién lo había propiciado? Jeon Jungkook. Conversaban en varios ratos libres, manteniendo la mente del escritor entretenida. Inesperadamente, Jeon no solo estaba al día con sus actualizaciones, sino que había leído todas sus historias. La emoción con la que hablaba de cada una de ellas era palpable y verdadera. Jimin estaba sobrecogido y emocionado, compartían teorías desde alocadas hasta tan realistas y objetivas, que el escritor se sorprendía de que alguien como Jeon tuviera tiempo e interés suficiente como para hacer esos análisis tan detallados. Hasta ahora, sí había tenido algunos lectores que llegaban a conclusiones bastante acertadas, Nochu el que más. Pero, extrañamente, pareciera que tanto Jungkook como Nochu, compartían la misma línea de pensamiento, o una bastante similar. Quizás esa era la fuente de la comodidad del escritor al conversar con él.
Las llamadas telefónicas se volvían costumbre, cada vez más; era como si solo chatear no fuera suficiente. El jueves en la noche, cuando casi estaban a punto de despedirse de su conversación habitual, Jeon trajo a colación un tema que tomo a Jimin por sorpresa.
—¿Estás ocupado este domingo?
—Si acomodar el estante de libros de mi habitación, cuenta como estar ocupado. —Se encogió de hombros—. ¿Por qué? ¿Necesitas algo?
—La verdad, sí —contestó—. Un poco de tu tiempo. ¿Te gustaría que salgamos este domingo?
—¡¿Qué?! —La palabra sorpresa se quedaba corta para describir lo que sintió Jimin.
¡Holiwis! Sé que dije que actualizaría ayer, pero me enredé con algunas cosas. Pido perdón de antemano a partir de aquí, por posibles errores que puedan aparecer, de cualquier tipo. Estoy sumamente atareada con el trabajo, y tratar de mantener las actualizaciones es lo más que puedo hacer. Creo que voy llevando más o menos el hilo de la historia, pero si ven que algo se contradice, me lo hacen saber, tengo la cabeza liada con muchas cosas y no puedo revisar. Espero en el futuro poder editar con más tiempo. 💜
¿Alguien suponía o se esperaba que Jimin sí estuviera al tanto de los sentimientos de Tae? ¿Qué creen de su decisión de callar y esperar la respuesta de su amigo?
Los leo. 👀
Chao chan 😘
Hasta la próxima actualización.
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