Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

dos


El fin de semana se sintió rápido, TaeHyun no hizo mucho durante esos días más que adelantar trabajo desde casa y enviarlo a la secretaria del jefe, holgazaneando después de no tener más nada que hacer. Estuvo aburrido, pero tranquilo sin la necesidad de siempre limpiar por todas partes cuando su hijo se dedicaba a jugar y dejar sus juguetes regados por todo la pieza, de cualquier forma, lo extrañaba también y cuando menos se dio cuenta, ya había llegado el lunes.

No fue un buen inicio de semana en realidad. Ya estaba listo para irse al edificio donde hacía de secretario cuando recibió un mensaje de la secretaria del jefe que decía: "el jefe quiere que no te molestes en presentarte más a trabajar, lo siento, TaeHyunnie:( puedes venir a buscar tus cosas cuando se haya ido" lo cual, claro, lo molestó tanto porque ni siquiera había una razón que justificara su despido.

El viejo solo lo había echado a la calle así sin más, aunque por lo menos no fue demasiado cabrón como para no darle su último pago del mes. Era ridículo, estaba demasiado ruco como para hacer berrinches solo porque no aceptó tener nada con su hijo, como si el tipo no pudiera buscarse a alguien sin la ayuda de su padre. Bueno, al menos ya no tenía que soportar ningún mal trato.

Entonces, se encontraba acostado en su sofá con solo su camiseta de oficina puesta y sin pantalones más que calzoncillos porque hacía algo de calor. Estaba aburrido y muy molesto, mirando la televisión sin real gana. El tintineo de llaves se escuchó en la puerta antes de que fuera abierta, dejando entrar al escándalo de su pequeño hijo junto al aroma del Alfa más grande.

— ¡Papi! — SungHoon corrió hasta lanzarse a su cuerpo, ganándose un quejido porque le aplastó el muslo sin quererlo, abrazándolo después. — ¿No fuiste al trabajo hoy?

— No, mi amor. Tomé un día libre para estar contigo — la mentira salió sola, sonriendo para su hijo, como si por dentro no estuviera teniendo un episodio de depresión por estar desempleado de repente. — ¿Cómo te la pasaste con tu papá?

— ¡Jugué con Jake! ¡Papá me dejó ir a su casa y jugamos con sus nuevos videojuegos!

Ante eso, TaeHyun miró a BeomGyu con los ojos serios, teniendo una sonrisa cómplice del Alfa.

— ¡Y después comimos pizza otra vez!

— Uhm, ya veo. Te divertiste mucho, ¿verdad? — el cachorro asintió con su cabeza. — Me alegro mucho, bebé. Ahora ve a cambiarte, ¿sí?

Cuando el cachorro se fue corriendo a su habitación, BeomGyu se sentó al lado del Omega, esperando por el regaño que no tardó en llegar, comenzando con una expresión molesta.

— Te dije que estaba castigado, ¿y tú lo dejas salir con su amigo y comer pizza?

— En mi defensa, me hizo ojitos — siempre era su excusa. — ¡Tiene tus ojos! Sabes que soy débil a esos ojos cuando me miran como un cachorrito, soy un Alfa sensible a la ternura.

TaeHyun rodó los ojos, bufando y cruzando los brazos sobre su pecho, enfadado. BeomGyu lo observó curioso, acercándose para abrazarle por los hombros y esperando a que lo alejara como siempre solía hacer cuando estaba enojado, pero, para su sorpresa, el Omega se acurrucó contra él. La televisión seguía encendida frente a ellos, así que en medio del silencio se podía escuchar el mal doblaje de una película estadounidense.

— ¿Estás bien? Si es porque me chantajeó con sus ojitos, perdón, te prometo que seré más fuerte a partir de ahora, ¿sí?

— No es eso... De todos modos eres débil y él terminará ganando. Yo siempre ganaba con eso también.

— No es mi culpa que tengas bonitos ojos de cachorrito. 

TaeHyun sonrió, sintiéndose relajado por el calor de su cuerpo que lo rodeaba en un abrazo y su aroma que lo envolvía. Su lobo movía la cola, feliz de tenerlo cerca, contento de estar con su Alfa, incluso podía sentir al lobo de BeomGyu corresponderle.

— Me despidieron, estoy desempleado.

— Oh, bebé... Lo siento.

— Uh... necesito que te encargues de SungHoon mientras busco otro empleo, ¿está bien? Necesito pagar la renta, pronto termina el mes y podré pagar este, pero no el siguiente, y nuestro casero es muy insistente.

— No te preocupes por eso, cuidaré de SungHoonnie. Pero... Puedo ayudarte a pagar este mes...

— No puedo pedirte eso, no podré pagarte en un tiempo.

— No necesito que me pagues, ¿uhm? — le sonrió, acomodándose para verle el rostro. — Gano bien, no me hace falta.

— Sabes que no me gusta estar en deuda…

— Está bien, puedes recompensarlo de otro modo.

 TaeHyun conocía esa cara, solo podía significar un plan formándose en su cabeza. Y casi siempre terminaban mal. Estaba por negarse sin siquiera escuchar lo que tenía que decir, pero BeomGyu no le dio tiempo de hacer nada cuando se inclinó hacia su cuerpo para besarle y atraparlo entre el sofá y colocándose encima. El Omega trató de alejarlo, pero faltó menos de pocos segundos para que se dejara llevar, hipnotizado por el rico aroma en su nariz, por la suavidad de las grandes manos en la piel desnuda de sus piernas, en como parecía acoplarse a la perfección con él.

Sabía a lo que se refería con "recompensarlo de otro modo" y, siendo honestos, no le importaba pagarle así, él también lo necesitaba últimamente.

Cuando BeomGyu metió la mano en su ropa interior y tanteó la humedad que crecía en su intimidad, TaeHyun jadeó en su boca y le susurró lo bien que se sentía. Y antes de poder introducir un dedo, los pasos rápidos de su cachorro se escucharon como eco por los pasillos por lo que ambos se separaron y se acomodaron en el sofá, tratando de calmarse. El Alfa puso un cojín en su entrepierna mientras TaeHyun hacía lo mismo, carraspeando.

— ¡Tengo hambre!

— Claro, el almuerzo está listo... uh... — TaeHyun se levantó de un tirón, bajando su camisa de oficina, sintiéndose repentinamente incómodo por verse tan expuesto frente a los dos Alfas, aunque incontables veces su pequeño hijo ya lo había visto de ese modo, después de ese momento ardiente con BeomGyu, ya no se sentía igual. — ¿Quieres...? ¿Quieres quedarte a comer?

— ¡Sí! ¡Quédate, papá!

— No lo sé... ¿Debería?

— Sí, papá. ¡Por favor, quédate! ¿Por favor, por favor?

El Alfa miró a TaeHyun como si pidiera permiso, recibiendo un encogimiento de hombros y una sonrisa tranquila como respuesta.

— Está bien... Me quedaré.

— ¡Yey!

Sí, yey.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro