IV. Truce; Part 1
—Platón, nah... demasiado abusado. Maquiavelo... muy polémico. ¿Kant...?
Esto es una jodida mierda y ya ni siquiera sé cual de todos los embrollos que llevo es el que hace que me duela la cabeza. He abierto una absurda cantidad de libros en la última mitad de hora, y nada. La concentración nunca ha sido lo mío y estos días menos.
—¿Así buscas un tema?
Mi dedo resbala por el lomo de aquel tomo mientras me giro hacia Nam, con un desesperado gesto de «Líbrame de esta pena».
—Te compré chocolates anoche, pero no llegaste y me los comí. ¿Puedes por favor quedarte con la intención y ayudarme con este suplicio?
—¿Chocolates? Me subestimas, no soy tan fácil. —su rostro es severo, pero en sus mejillas destellan un momento esos pequeños hoyuelos de los que unos pocos sabemos.
Kim Namjoon es, fácilmente, la persona más inteligente que he conocido. Y no lo digo yo, lo dice el ranking nacional de estudiantes. Obtuvo el puesto número tres, y no conozco a los dos restantes así que, simples matemáticas.
En mi primer día en Seúl, recuerdo sentirme un desdichado al abrir la puerta de mi habitación de la residencia estudiantil, y encontrarme a ese tipo de casi dos metros, con gafas de pasta gruesas y ese gesto de no saber lo que es la vida pintado por toda su cara. Pero he de admitir, me equivoqué.
Namjoon entiende más de la vida que cualquier anciano cerca de cumplir su centena. No me llevó mucho tiempo comprenderlo, despegarme de lo que esperaba de ese estudiante tan bien calificado y de apariencia tosca. Increíblemente, Namjoon parece cagarse en las exigencias sociales o ¿sabe muy bien imponerse a ellas? Da igual, brindo por eso. Y es que ese es su gran talento, más allá de su inteligencia, o su inigualable habilidad para la música -de la que muy a mi pesar he sido testigo-. Tiene la capacidad de pasar del mundo, de la forma más sana y cuerda en la que alguien puede hacerlo. A pesar de las quejas que recibe casi de manera constante.
Y en ese aspecto lo envidio un poco porque mi forma de pasar de todo no es tan centrada.
"Si escuchas a los demás más que a ti mismo, olvidarás tus motivos, tus razones, y te encontrarás desdichado aún haciendo lo que parece correcto" me dijo una vez, cuando un profesor de alto grado de la universidad lo saludo con un dejo de lástima al verlo con su música. Para ellos Kim Namjoon es un desperdicio. Pero él les devuelve sonrisas amplias.
Para mí, Kim Namjoon, es más certero que el mundo que lo juzga.
—Tema libre ¿eh?
—Prefiero que me den de tragar una mierda a que me hagan elegirla.
—Hombre, qué cosa tienes con la mierda. A ver... ¿por qué no eliges algo de lo que quieras hablar?
—¿Algo de lo que quiera hablar?
—Exacto, es antropología ¿verdad? Es la ciencia del hombre, por el hombre y para el hombre, y... por si lo olvidabas, eso es lo que eres Tae. Yo creo que, lo que quieras expresar como persona, seguro tendrá cabida.
Se recuesta en una de las enormes bibliotecas y mete las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans de obrero, mientras me mira esperando una respuesta. No sé si besar su frente o comprarle chocolates una vez más, porque lo hace parecer muy sencillo.
—Algo que quiera decir... —murmuro, mientras repaso con mi mirada los tonos ocres de esos libros que han vivido más que yo, y aprieto el que llevo en mano.
—Piénsalo, ¿está bien? y quiero mis chocolates. —se incorpora de un impulso y se aleja caminando sobre sus espaldas, mientras aún me ve esperando una reacción de mi parte.
—¿Qué eres? ¿una revelación o algo así? ¿Te apareces a soltar verdades y te marchas? ¿Eres mi Obi Wan Kenobi?
Su risa no coincide para nada con su apariencia. Siempre sacude la cabeza de una forma tímida mientras lo hace, como si supiera de esa discordancia y le avergonzara.
—Estoy con un proyecto entre manos... ya te enterarás.
—Sospechoso.—levanto un poco la voz, porque ya va a la mitad del pasillo casi.
—Chocolates.—me responde señalándome con su dedo, jodido interesado. Otro "sht" resuena por la biblioteca.
Hombre, hace media hora lo espero y sólo ha venido dos minutos a escupir verdades y exigir su paga. Bueno, lo cierto es que se lo merece.
Algo que quiera decir...
Con la manía de siempre llevo la vista al techo. No sé porqué pero me ayuda a pensar. La biblioteca en este sector tiene una cúpula de cristal enorme, y el sol la atraviesa prepotente.
Taeyeon.
Mierda, odio estas fechas.
Un crujido me distrae por suerte, y llevo mi vista a la izquierda. Aunque intente disimularlo, veo a Jung observarme por el rabillo del ojo mientras repasa con sus dedos el borde de un estante, de hecho, bastante distraída de cualquiera sea su tarea.
No tengo ánimos para que me lluevan flechas desde sus pupilas. Lo admito, fui un capullo, pero ella no estuvo muy lejos de eso.
¿Aún está resentida?
Nuestros ojos se encuentran una vez más y al igual que ayer, frunce su grueso ceño y vuelve la vista al frente.
No sé porqué me altera tanto los nervios. Soyoung me ha llamado de una forma a la que no le encuentro calificativo, y delante de todos. Sin embargo las simples palabras "complejo de héroe" de la boca de Jung, me ha pegado directo en los huevos.
Es que no tiene idea...
Vuelvo al libro de Kant que aún sostengo en mis manos. El padre del subjetivismo, y estoy siendo subjetivo pero, este tipo es genial. Una sonrisa de lado se tuerce en mi boca cuando mis ojos caen en esa frase tan suya.
—"Pensamientos sin contenidos son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas". —leo con voz moderada.
La miró de reojo y ella me ve igual. Chasquea su lengua y fija su vista en los libros al frente, y sonrío triunfante. ¿Será que ha captado el mensaje?
—"Exagerais la hipocresía de los hombres. La mayoría piensa demasiado poco para permitirse el lujo de poder pensar doble". —su voz es firme, aún en el susurro.
Me ve desafiantemente por el anguloso final de sus ojos.
¿En serio, Jung? ¿Una guerra de filosofía? Okay, Aristóteles nunca falla. Moral a Nicómaco.
—"En ciertos casos, si no se llega hasta alabar, por lo menos se perdona a un hombre que hace lo que no debe... y que nadie podría resistir".
Sus labios se fruncen cuando nos vemos de nuevo. Pero no, no está molesta, conozco ese gesto ya. Igual que la última vez, está sosteniendo una sonrisa que se esfuerza por no darme, mientras rebusca entre los libros nuevamente, actuando con poco interés. Le toma unos minutos pero mientras, leo ávido en busca de otra posible respuesta.
—"I thought you understand, can you forgive me? I shoulda known better"
Su corto cabello cubre su rostro cuando me giro una vez más. Lleva otro libro abierto frente a ella, pero eso que acaba de decir es...
—¡¿Jim Diamond?! ¡¿En serio?!
Al final suelta una risilla apretada y un nuevo "sht" de la bibliotecaria irrumpe en mi fascinación.
—No es tan fácil encontrar una buena frase que cuadre ¿sabes? —murmura, y despacio lleva el mechón tras su oreja y vira hacia mí, dejándome ver otra vez sus ojos. Tiene un bonito lunar debajo del izquierdo, ¿cómo me lo perdí la última vez?... Jim Diamond. Vale, sí que es guay, pero no se lo voy a confesar—. Yo... siento lo de ayer, ¿okay?
Algo me dice que estoy presenciando las primeras disculpas en la vida Jung. Fascinante, ahora, quiero abusar de mi privilegio.
—Me has dicho tonto también, o dirás que lo leíste.
—Mmm no, de hecho eso tampoco lo leí, es Marguerite Yourcenar.
—Tramposa.
Se ríe de nuevo y no puedo evitar hacerlo yo. Que débil, hombre, pero ya, no soy nada bueno manteniendo rencores, admito eso también.
—En serio, lo siento, aún no estoy de acuerdo con lo que has dicho ni creo que deba agradecerte eh. Aunque, sí disculparme por juzgarte así.
—Bueno, tenías razón, fui un capullo, es solo que esa chica...
—No vale la pena. —me interrumpe, y baja la mirada a sus pies luego de unos segundos de vernos en silencio.
Sus ojos me dicen que sabe de la escena de "bicho pordiosero". De todas formas, las palabras que ella recibió de parte de Soyoung fueron, a mi parecer, aún peores; e incluso así reacciona tan pasivamente. No sé si sentir frustración o admiración, o ambas, en una igual y confusa medida.
—¿Puedo... preguntarte por qué lo permites?—susurro, no quiero escuchar una vez más el molesto chistido de la prepotente señora bibliotecaria. Eleva su mirada hacia mí, y sus cejas se alzan engrandeciendo sus ojos. Tiene un rostro particular, agradezco que lleve el cabello tan corto porque sus rasgos no merecen distracción. Su mejilla se hunde un poco, atrapada desde adentro por sus dientes; parece que se ha puesto algo incomoda—. Digo... no eres homosexual.
—¿Por qué lo asumes?
—¿Me equivoco?—ha perdido la sonrisa mientras se encoge de hombros—. Da igual, está vez ha ido demasiado lejos. Entiendo que no te moleste que especule sobre tu sexualidad pero ¿sobre tu moral? eso es un juicio muy grande ya, cómo se atreve a acusarte de... —la manera en la que sus labios se oprimen con vehemencia mientras me ve, me distrae—. ¿Qué?
—Estoy conteniendo mis ganas de llamarte Steve Rogers por este discursito que te estás pegando, pero no quiero repetir errores.
—Sabes que igual lo acabas de hacer, ¿verdad?
—Ups.
—Además, hubiera preferido Iron Man, sólo digo.
—¿Iron Man? pf... aunque tienes razón, noto una doble moral en ti.
—¿Estamos haciendo las paces o declarando una guerra?
—Paz, definitivamente.
—¡Como no se callen llamo a seguridad y les veto la entrada! ¡¿entendido?!
Quien crea que alguien no es capaz de gritar en silencio, es porque nunca ha conocido a esta mujer. Las manos en su cadera le dan más imposición aún, siento que las lleva allí con fuerza para no repartirnos una zurra a cada uno. Me reverencio pronunciada y repetidamente mientras Jung a mi lado hace lo mismo y susurra varias veces "lo sentimos mucho, señora Shin" ¿Cómo carajos hace para saberse el nombre de esta señora? Yo sólo evito caer bajo su mirada cuando la vida me obliga a entrar a este sitio.
Luego de echarnos el ojo como si estuviera invocando maldiciones, se da la vuelta y camina con desdén hacia su puesto. Y yo vuelvo la vista a Jung con un miedo palpable, mientras ella aprieta su nariz para tragarse una nueva risa.
Quiero escucharla. Una carcajada de Jung, eso si que es algo nuevo.
—Nunca me han retado así, por Dios, si hasta me estoy sonrojando. —sostiene el dorso de sus manos contra sus mejillas, que de a poco se tornan rozagantes. La estoy mirando como un perturbado ¿qué me pasa? Bajo la vista y rasco mi nuca, tratando de disimular.
—Yo nunca he estado tanto tiempo aquí como para que algo así suceda.
—¿Qué buscabas? —su sonrisa se dispersa nuevamente mientras pasea sus ojos por los libros a mis espaldas.
Joder, que malo soy con mis primeras impresiones. Jung sí que sonríe, tanto que termino haciéndolo yo también.
—¿Una idea? —su entrecejo se ajusta y la forma en la que hunde su mentón y sobresale su papada me parece muy graciosa—. Tengo que hacerle una entrega a Wal- digo, a Davis. Tema libre. Puntos extra. Me está salvando el pellejo.
—Davis es genial. ¿Ya has decidido sobre qué?
Cierto, antes de que Jung llegara y ocupara mi cabeza yo estaba con un problema entre manos. Debes trabajar en la concentración hombre, Algo que quieras decir ¿recuerdas?
—Ah... aún no... —confieso—. ¿Y tú? ¿Qué buscabas?
Otra vez, una incomodidad notable se adueña de sus rasgos. De nuevo mastica el interior de su carrillo y evita mi mirada. Es como si fuera increíblemente abierta pero cada tanto, al reconocerlo, se cerrara como trampa de osos.
—Yo... bueno, has escuchado del concurso de historia. Estaba pensando en hacer algo sobre... la democracia... —dice con duda y rasca su despejada nuca.
Y yo finjo quedarme dormido y suelto un ronquido exagerado, porque ese tema está trillado, y si hay algo que puede hacer que la historia sea incluso peor, eso sin dudas es la política.
—Ya, lo sé. No me convence a mi tampoco.
—Algo me dice que puedes hacerlo mejor, Jung.
—Joonha. Llámame Joonha. —me extiende su mano en una presentación oficial. Y yo la tomo sin dudar.
—Tony Stark.
Bien hecho Kim Taehyung, la has hecho reír, ahora de verdad. Su carcajada es estruendosa y entiendo porque se esforzaba tanto en contenerla. Me encanta, creo que podría acostumbrarme a esto, definitivamente.
—¡Ya está! ¡Fuera de aquí los dos!
Para quien no sepa, Steve Rogers es el Capitán América. Y no quiero decir que es el héroe más empático, bondadoso y sensato de Marvel, pero eso es justamente lo que estoy diciendo. Tampoco voy a mencionar el crush que tengo con él (y mucho menos voy a hablar de Chris Evans 🤤)
En otras noticias, por si también se preguntan quién conchas es Jim Diamond y cuál es la canción, pues aquí tienen:
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
Apuesto todo mi capital a que la han escuchado cientos de veces aunque no supieran quién es (no se preocupen en reclamar si no es así, no tengo un céntimo partido al medio)
Cariños ♥
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