III. Conclusions; Part 3
Kim Taehyung es endemoniadamente extraño.
Mientras me dirijo al profesor Davis, que me ha llamado al terminar con su clase, lo vuelvo a observar por encima de mi hombro. Aún me sonríe, y yo aún toco mi nariz sin terminar de entender si tengo un moco en ella o no.
—¿Será que está dejando de lado su amor por los coños para conseguir las calificaciones? —escucho detrás de mí, con unas ridículas risitas adheridas al final de la frase.
Es como un combo que nunca falla. Alguna burla con respecto a mi cuestionada sexualidad acompañada de risitas que parecen miles de ardillas arrolladas por una aplanadora. Normal, la verdad, no puede importarme menos.
—Que suerte tienes tú que te gusten tanto las pollas entonces.
Lo escucho y no lo creo ¿Qué pasa hoy con Kim Taehyung?, Una vez más aminoro la marcha para verlo sobre mi hombro. Soyoung sale ofendida de clase tirándole una mirada de desprecio a Kim, mientras el séquito de la chica se ríe a espaldas de su amiga. Salvo una, Lucy, de hecho se ve avergonzada, no sé si es por la escena o por ser amiga de Soyoung. Espero que sea lo segundo, Lucy.
La verdad es que Soyoung tiene unas excelentes calificaciones, y no, estoy segura de que no le hace favores a nadie para eso. La chica es inteligente, tanto como bonita, y porque no, maliciosa.
—¿Si, señor Davis?
—Jung, vas hacerlo, ¿verdad? —sé de lo que habla, debí imaginar que era eso cuando me llamó hace un instante. Asiento con mi cabeza sonriendo por su entusiasmo y disimulando la incomodidad de la escena anterior—. ¡Genial, genial! Buscaré tu nombre en la lista y haré lo posible para que me asignen como tu tutor.
—No hace falta, señor.
—Lo sé, pero estoy interesado en leer tu ensayo.
Una vez más, sonrío. Lo cierto es que no soy mucho de regalarle la visión de mis dientes a todo el mundo, pero debo admitir que el señor Davis se la gana legalmente.
—Muchas gracias, haré mi mejor esfuerzo. —le digo reverenciándome. Él chasquea la lengua y agita la mano restándole importancia, un gesto que no es habitual en los adultos, pero que le va de maravilla.
Y me doy la vuelta para alcanzar mis cosas. Taehyung está ahora en la puerta, lo veo mientras subo las gradas hacia mi lugar, con su hombro en el marco y sus ojos vagando por el pasillo. Ya no hay nadie más aquí dentro. Por todo el Olimpo espero que no esté aguardando por mí.
Sus pantalones me distraen un momento mientras meto los libros en mi bolsa. ¿Acaso son pijamas? Tal vez sólo sean asombrosamente similares a unos. Asoma su cabeza al interior y cuando me ve, se vuelve al frente.
Genial. Todo esto es tu culpa Min Yoongi. ¿Cuán necesario era besar a ese chico tan cerca de nuestro piso? porque sí, eso me ha hecho llegar tarde hoy, y absolutamente todo lo que ha pasado después. Un horrible efecto dominó. El recuerdo me ofusca una vez más. Por favor, que me alcance la ignorancia ya mismo. Quiero volver a mi tonta vida de babear por Min Yoongi sin peros ni agonías.
Por el rabillo del ojo veo a Kim cuando cruzo el umbral, y avanzo por el pasillo hacia la izquierda, a mi siguiente clase. Él acelera su paso, me alcanza, pero ninguno de los dos dice nada. No sé qué le sucede hoy, es como si hubiera notado mi existencia y estuviera determinado a volverla incómoda, como si mi día no fuera ya deprimente sin su ayuda. Tal vez no debí prestarle mis libros, debí dejar que continúe cabeceando la nada.
Saluda a cada bendito ser vivo que pasa frente a sus ojos, mientras sigue mi paso y comienza a desesperarme porque cada vez que parece va decir algo, saluda de nuevo a alguien más.
Kim Taehyung es... bueno, no soy de encasillar a las personas, pero es que si así lo fuera, es imposible con él. Es amigo de los deportistas, amigo de los extranjeros, amigo de los más pijos del campus y amigo también de los que no tienen amigos. Pero a pesar de eso, parece ser bastante introspectivo y solitario.
No sé cómo lo hace. Por lo que sé él no es de Seúl tampoco, y hasta los graduados le conocen. A mi sólo me conoce el señor Davis, y Sohee, y bueno Soyoung, cuando está muy aburrida y necesita dar lata.
Al final me exaspero y freno de golpe antes de entrar al salón.
—¿Qué? —le pregunto. Ya había notado cuán grandes y expresivos son sus ojos, pero el tamaño que obtienen cuando luce sorprendido es todavía más increíble.
—Se lo merecía. —dice al final, y sé que habla de Soyoung. Lo que no sé es por qué está dándome explicaciones.
—Ya... denigrar a una mujer para defender a otra mujer no tiene nada de sentido, ¿sabes? Es igual a lanzar una bomba en nombre de la paz.
—No quise defenderte, quise hacer justicia.
—Venganza, lo que tú hiciste se llama VENGANZA. —Suspira frustrado pero sonriente, parece estar divirtiéndose y no entiendo el porqué.
—Vale... entiendo tu punto. La bomba, la paz... lo cacho. Pero sabes que decir gracias no te vuelve un terrorista, ¿cierto?
Ahora soy yo quien deja ir el aliento. ¿Gracias? Que tipo singular.
—¿Disculpa? Yo no te he pedido nada ¿por qué debería agradecerte? Veo aquí un complejo de héroe pero oye, no necesito a uno.
Okay, luce cabreado, sus cejas se alzan y me doy cuenta que son muy espesas y nada simpáticas. Pero yo también lo estoy, ¿quién se ha creído?
—Lo siento, Kim Taehyung. —dice con firmeza.
—¿Qué?
—No hablo contigo, me disculpo conmigo mismo por creerte guay. Y por cierto, aún tienes un moco allí. —estoy pasmada cuando me da la espalda y lo escucho pronunciar un bajo, pero audible, "malagradecida".
Otra vez, no me lo creo.
Lo veo marchar con sus ropas que parecen le hubieran caído del cielo y su mochila medio abierta. Mientras escarbo mi nariz. Estoy escarbando mi nariz en público, genial. Este día está siendo magnífico.
—Eww...—Sohee me ve con ese gesto de "Recuérdame por qué somos amigas"—. Por favor no te los lleves a la boca ahora.
—¡Que no tengo mocos!
—Eh, tranquila. Sólo fue una recomendación.—su rostro de travesura la vuelve una muñeca malvada mientras nos adentramos en la clase. Ella elige el lugar pensándolo detenidamente, y yo me siento a su lado sin ganas, porque parece que hoy todos conspiran para aguarme el día. Apuesto que el calendario universal tiene un circulo rojo en la fecha de hoy y dice "Día de joderle la vida a Joonha"—. Y ahora ¿qué? no me lo digas... has llegado a alguna conclusión disparatada en la clase anterior ¿verdad? ¿Qué has decidido? ¿Raptar al novio de Yoongi? No, espera, eres muy vaga para eso...
—¿Puedes por favor no decir "novio de Yoongi"?... o mejor aún, nada de Yoongi. Aún no me hago a la idea. —suelto en un susurro llevando la vista al pasillo.
No es que sea especialmente sentimental. Mi hermano se ha encargado de llevarse con él todos los genes sensibleros de la familia (los muy poquitos). Yo me cargué más bien de los racionales pero aún así... el recuerdo de las manos de Min Yoongi sosteniendo el rostro de aquel chico se siente como un uppercut en mi estómago. Venía bien hasta ahora, ¿por qué tuve que invocarle? prefiero seguir preocupada por las acusaciones de Soyoung o el atrevimiento de Kim Taehyung.
Sin darme cuenta dejo ir una risa incrédula al recordar su descaro.
—Sohee... ¿crees que soy malagradecida?
Su ceño se frunce mientras me analiza.
—No... no lo sé, ¿A veces? ¿Qué coño te pasa hoy?
Suspiro. Está bien, la Sirena tiene razón. Estoy perdiendo la cabeza, desde la tarde de ayer me siento extremadamente extraña y las circunstancias de hoy no ayudan para nada.
—¿Conoces a Kim Taehyung?
—Me gustan los tipos, claro que conozco a Kim Taehyung. Es la cosa más rica y singular que se pasea por el campus.
—Eso, singular, quedémonos con lo de singular.
—¿Qué sucedió?—pregunta ya sin verme, porque está ensimismada escarbando su bolso en busca de vaya a saber qué.
—Hoy he llegado sobre la hora, bueno, ya lo sabes... el Rector estaba en la clase por lo que entre en pánico y me senté en el lugar más cercano.
—Ajhm... —sé que me está escuchando, aunque esté llenando la mesa de porquerías porque no da con su objetivo.
—Bueno... el asunto es que me senté junto a él, me miró de forma extraña durante toda la clase y cuando le pregunté por qué, me dijo que tenía un moco. —Sohee suelta una carcajada sonora que hace que más de uno de los alumnos que están llegando a clase nos vean curiosos. Al final saca una barrita de cereal, y comienza a volcar todo de nuevo dentro de su bolso, con su brazo oficiando de barredora—. No es gracioso. Además, no es el objetivo de mi historia.
—Ahora entiendo porqué picabas tu nariz en medio de la uni. —dice dándole una mordida a la barrita y con su sonrisa burlesca.
—Ya... pero eso no fue lo peor. Se metió con Soyoung, bueno... porque ella lo hizo primero conmigo.
—Todo un justiciero.
—¡Que no! Que no sirve de nada, esa no es la forma. Aishh... Las personas no diferencian la venganza de la justicia.
—Espera... —Sohee guarda la mitad de su barrita en el envoltorio y la deja delicadamente sobre la mesa para enfrentarme—. No le has dicho eso, ¿verdad?
Por como me observa no sé si debo decirle lo que paso o cambiar radicalmente el tema. Pero tiene razón, soy vaga y poco imaginativa, y cambiar de tema implica inventar uno nuevo. Qué pereza.
—Sí. Se lo he dicho, y estoy en lo cierto ¿vale?
Apoya el codo en la mesa y se toma su frente como si le hubieran dicho que su casa tiene una segunda hipoteca.
—Mira... Joonha, no sé la exacta diferencia entre justicia y venganza, ya me la contarás algún día, o tal vez tengo suerte y lo olvidas. Lo que sé es que, al parecer, ese chico ha hecho lo que ni tú ni nadie ha hecho jamás, poner a Soyoung en su lugar. ¿Se equivocó? Tal vez. ¿Merece una disertación sobre moral?, definitivamente no. Además, Soyoung ha sido una harpía con él también.
—¿Cómo es eso?—le pregunto tomando el tentempié que dejó a la mitad.
—Sí, bueno... no me gusta hablar sobre los demás y lo sabes. —cierto. Solo la observo, su gesto se frunce un poco, sabe que voy a insistir, y está en una encrucijada ahora mismo, poniendo en una balanza nuestra amistad y su exagerada moral y al final, suspira como si no tuviera alternativa. Todo sin que hiciera falta decirle nada—. Al parecer, Soyoung estuvo flirteando con él por mensajes, bueno, eso es lo que me han dicho, y cuando Kim se acercó a ella en el campus, lo trato como escoria. Las palabras exactas fueron: "bicho pordiosero". ¿No es el insulto más ridículo y aún así hiriente que has escuchado?
Me detengo antes de poner el cereal en mi boca. Vaya, Soyoung en verdad está fuera de control. Vale, ahora me siento peor que nunca.
—Espera, ¿tú cómo sabes tanto?
Sohee se encoge de hombros y se acomoda mejor en su asiento, porque la señora Son a llegado para su clase de Taller de Sociología.
—Me lo han contado por ahí, ya sabes, se piensan que porque tengo la manicura nueva y visto bonito estoy abierta al chisme. Por supuesto le he dicho a ese chico que no vuelva hacerme perder el tiempo con sus mierdas.
Me río y por fin, llevo la barra a mi boca pero apenas la muerdo, la escupo en mi mano como si fuera veneno.
—¡Eewwww! Sohee, ¿Cuántos años lleva esto en tu bolso?
—No lo sé, no lo vacío desde que llegué a Seúl.
Asco.
La señora Son, envuelta en sus abrigos largos que nada coinciden con el clima afuera, escribe en letras enormes y con su insania de siempre: ¿Víctima o victimario?
Genial, gracias Universo, entendí el mensaje.
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