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9

Hoseok pateo la rueda del auto pinchada. Hace más de veinte minutos que llevaban parados en la carretera con una llanta sin aire. La situación los tenía en un estrés colectivo.

Ja-hyun no lograba contactar por el radio con Mingyu, Do-il, Hanni o In-ju, nadie del consejo respondió y eso la tenía preocupada, no sabía si los muertos se habían ido al fin o seguían en Jirisan. Necesitaba volver con urgencia para defender a la gente, y cumplir su promesa de nunca lo dejaría de lado o les daría la espalda en un momento como ese.

Jae-ik busco en el maletero una rueda de repuesto, pero nada. Estaban varados sin ayuda de nadie.

Min estaba apoyado en el capo del auto, aun pensante en todo lo que Suran le había dicho en la discusión, no quería meterse con el tema del auto, ya que sabía que iba a acabar más estresado y molesto de lo que ya estaba. Se quitó la katana de la espalda y miro la funda pensando en que poder hacer. No sabía de donde sacar ayuda y tampoco tenía idea de cómo disculparse con Taehyung por dejarlo tanto tiempo solo, salir y preocuparlo el doble.

En eso, perdido en sus pensamientos, oye a lo lejos una bocina de un vehículo. Se endereza y levanta su cabeza para mirar de quién o quiénes se trataba. A la distancia se divisa un vehículo grande, conocido por lo demás; era el furgón de Mingyu. Suspiro calmado al saber que la ayuda por fin venía.

—Es Mingyu. —Anuncio y su madre se colocó la mano en el pecho, sintiendo un gran alivio. Suran y Hoseok se tomaron de las manos, mientras que, por otro lado, Jae-ik le prestaba su bastón a Rio.

El de la cicatriz se volvió a colocar la katana en la espalda, pasando el cordel por su cabeza para que quedase colgando de uno de sus hombros. Se comenzó a acercar para hacerle señales, y en ese momento, se percata de los caminantes que venían detrás. Era demasiado, más de treinta, casi que incontable. Además de Min, los demás quedaron extrañados.

—¿Qué hace? —preguntó Hoseok sin entender.

—Quizás aleja los caminantes...

—No es él... —Min desvaino la katana. Caminó a pasos firmes hasta el vehículo que se estacionó.

Su familia estaba desconcertada. Fueron con él por detrás y observando como furioso abría la puerta y bajaba al conductor de la ropa lanzándolo al suelo. Desvaino la katana y se la acerco a la cara en forma de amenaza. Su expresión delataba la furia que tenía en ese preciso instante.

Era nada más y nada menos que Lee Jaewook. Estaba libre conduciendo por la carretera.

—¡¿Cómo carajos te escapaste?! ¡Respóndeme! —Vocifero Yoongi sin quitar el arma.

Jaewook levanto las manos en señal de rendición.

—Oye cálmate, si lo hice fue para no morir allá abajo donde me tiene y porque las cosas se fueron a la mierda en Jirisan. Todos esos caminantes... —Señalo a los que venían a pasos lentos atrás. —O por lo menos la parte, estaba allí.

—Oh no... —Ja-hyun se tomó la frente. —¿Y por qué tienes el vehículo de Mingyu?

—Él me lo prestó para apartarlo porque Namjoon se iba a ofrecer, pero...

—¡¿Pero qué?! —gritó Suran.

—Oí que Jin iba a tener a su hijo... —Confeso.

Suran se puso en alerta en seguida.

—Debemos ir ahora... —Agrego Jae-ik. —Los demás... Tae y Yeonjun...

Min guardo la katana y se alejó de Jaewook para luego tomarlo de la polera y guiarlo hasta el furgón para que se subiera. Todos se montaron en el vehículo, mientras que, el mismo Lee volviera a conducir en dirección a Jirisan tomando otra ruta para seguir alejando a los caminantes. Mientras más lejos, mejor. Además, iba con un lesionado, que era Hyun-Woo, quien ya no aguantaba el dolor del tobillo, Suran iba preocupada por Seokjin, por su sobrino y cuñado, que estaban solo en el caos. Temía por todos sus amigos en realidad.

—¿Viste a Taehyung o a Yeonjun? —preguntó Yoongi que iba de copiloto. Jaewook no dijo nada por estar pendiente de conducir y tocar la bocina. —¡Te pregunté algo!

—¡Espérate, Min! —Le respondió para que se calmara. —No, no los he visto, solo vi a Namjoon, Jimin y Mingyu.

—Mierda... —Murmuro el de tez pálida, frotándose el rostro frustrado.

—Deber apresurarte o llegaremos demasiado tarde... —Comentó Hoseok.

—Eso intento, pero debo apartarlos para que se dispersen lo más lejos posible.

Al cabo de media hora ya estaban con el mayor número de infectados alejados. Lo suficiente como para tomar el camino de retorno y comenzar a acelerar lo que diera el auto, sin cuidado de la velocidad. Jaewook tomo otro camino que estaba expedito, sin bifurcaciones; de una sola dirección era el camino. Sin vehículos y lo más importante, sin caminantes de por medio. Todos iban aferrados, con algo de miedo por la velocidad que tomo Lee, menos Min que en lo único que pensaba era el Taehyung y Yeonjun que estaban solos, bueno, no solos del todo, pero él no estaba ahí y sabía que eso era importante para su pareja.

Al llegar, por fin, vieron que el portón principal estaba abierto, y los guardias de cada torre estaban muertos en el suelo con un caminante al lado. Ja-hyun sacó su arma. Estaba aterrada por todo, de seguro lucharon con ellos y murieron los cuatro a la vez. Lee se bajó y busco en el auto algo con que defender, y en la guantera del vehículo hallo un revolver cargado con solo seis balas. Insatisfecho, no le quedo más que usarla.

—¡Su, yo te cubro hasta la clínica! —dijo Hoseok matando a un caminante que iba detrás de ella.

Ella asintió.

—Necesito que traigan a Hyun. —Pidió.

Jae-ik no le quedo más que entregar el bastón para el que chico fuera por su cuenta. Con un poco fuerza ejercida en la pierna mala, se posicionó detrás de Ja-hyun para cuidarle las espaldas. Yoongi y Jaewook estaba casi junto listos para matar a cualquier caminante.

Uno de ellos, ya en los huesos, se lanzó contra Min, pero este lo empujo y le clavo la katana en el medio de la frente, quitándola de un solo moviendo. El caminante cayó al piso dejando un charco de sangre. Así continuo, mato a dos, tres, cuatro, hasta diez caminantes, él solo, con una katana. Jaewook sabía que Min cuando estaba agobiado, preocupado o enojado se volvió un experto profesional para asesinar caminantes de movimiento, cálculos, firmes y precisos, dejándolo sorprendido.

—¡In-ju! —grito el nombre de la mujer que vi cerca del quiosco de Jirisan. —¿Viste a Tae y a Yeonjun? —pregunto sin bajar el arma.

—La mayoría de las personas está en la sala de reuniones y la clínica. No sabría decirte en que parte están... —respondió ella ayudando a una mujer a mantener de pie.

Min refunfuño molesto. En ese momento llega Soo-he.

—¡Los vi en la clínica! —Agrego ella. —Acabo de ir para prestar ayuda a Jungkook, están allí. Solo que el ambiente está tenso, Roy y Ji-eun comenzaron a operar hace un buen rato a al doctor Kim.

—G-Gracias, Soo-he...

—Ve con cuidado... —La chica ve de paso a Jaewook. —¡¿Y qué hace este aquí afuera?!

—Cálmate bonita, agradece que aleje a la mayoría para salvarles el culo a ti y tu pueblucho.

Min lo miro con desprecio.

—Bueno... Eso no basta, aún quedan algunos merodeando... —Regreso el ataque.

—Muévete. —Le dijo Yoongi para que dejara en paz a Soo-he.

Jaewook negó molesto y Min camino por delante de él a pasos rápidos con tal de llegar a la clínica.

Lee bufo al verlo. ¿Ahora se preocupaba tanto? Después de todo ha salido por casi dos meses, todas las mañanas, tarde y en la noche vuelve hecho un desastre de sangre y tierra junto al grupo que lo acompaña.

Al llegar a la clínica, Yoongi se detuvo en las escaleras que llevaban a la puerta principal, la cual estaba con varios cadáveres de caminantes a sus pies, llena de sangre, al igual que parte de la fachada y las ventanas. Sí que había sido un verdadero inferno, estar aquí con todos ellos, luchando casi cuerpo a cuerpo para que no entraran y proteger a los pocos habitantes que quedaban.

Min se da la vuelta para ver si Jaewook se iría, pero aún estaba ahí detrás de él.

—¿Por qué no regresas con Soo-hyuk? —pregunto. —Ya hiciste tu parte...

—Vaya manera tan de mierda para agradecer, ¿no?

—No te soporto, a Soo-hyuk menos.

—Llevamos tiempo aquí y aún sigues igual de niño mimado. ¿Crees que si le dices a tu madre nos va a echar? —Dijo Lee. Yoongi se detuvo en seco. —Deja de hacer berrinches y ponte los putos pantalones y sé un hombre, afronta la realidad de tenernos aquí y comienza a preocuparte por tu familia... que bien de lado la tienes.

El azabache se dio la media vuelta mirando con ojos llenos de furia.

—Cierra la boca. —Amenazó.

—¿Qué? ¿Acaso crees que Taehyung va a correr a tus brazos ahora que te vea? —Le miro burlón. —¡Claro que no! —Respondió el mismo, dejando a Min aún más enojado. —Está molesto, lo vi hoy antes de que llegaran los caminantes. Estaba enojado buscando saber dónde andabas, ahora preocupado por todo esto... —Yoongi, ya harto de su expresión socarrona y burlas, lo tomo con fuerza de la playera que traía y lo puso contra las escaleras. —¡Vamos, golpeaba de una puta vez!

Min empuño la mano y antes de estrellarla en el pómulo de Lee, la puerta se abrió dejando ver a Taehyung con la escopeta en la mano. Su ropa con sangre y cabello desordenado con algunas pocas salpicaduras de sangre. Min se enderezó enseguida y camino hasta él para poder, aunque sea, abrazarlo.

Al tener de frente, Kim retrocede dos pasos.

—Al fin, te dignas a aparecer...

Al parecer Jaewook sí tenía un poco de razón.

El corazón de Yoongi se apretó por un segundo, al ver que Taehyung dejaba la puerta abierta para que entrase, aprovecho y detrás de su esposo, logrando agarrar su mano en el aire. El castaño se dio la vuelta enseguida para retirar su mano de golpe, sin embargo, el mayor no se lo permitió. Ejerció un poco de fuerza para no dejarlo ir, lo menos que quería era discutir delante de las personas y armar una escena, pero necesitaba hablar con Kim como fuera.

—No quiero hablar ahora, ¿podemos esperar a otro momento? —preguntó de forma exigente sin dejar de tirar de su mano para que Min lo soltase. Yoongi parecía reacio a soltarlo.

—Tae, amor... Perdóname. —Lo pegó a su cuerpo para intentar abrazarlo. Taehyung se apartó colocando su mano libre en el pecho de su esposo. —Deja de apartarme y hablamos, aunque sea un minuto, necesito...

—¡No! —Exclamó. —¡Te esperé todo el maldito día para que me ayudaras! ¡Fue horrible, por un momento estuvo rodeado de caminantes con Yeonjun a mis espaldas y la única cosa que pedía era que aparecieras y-y los mataras! ¡Y no fue así! —Recriminó. —Y ahora, ¿¡vienes para que háblemelo mientras las cosas ocurren allí afuera!?

El castaño de un movimiento se alejó de su esposo y se dirigió a la recepción donde estaban sus amigos y algunas personas de Jirisan. Era algo incomodó, pues alguno sí oyeron la discusión que tuvieron. Al azabache le daba igual, no quería que las cosas entre Taehyung flaqueara, reconocía el error que cometió y si tenía enmendarlo lo iba a hacer, a pesar de costarle. Su esposo era un poco rencoroso y difícil de convencer cuando estaban molesto, no lo culpaba, él era el principal irresponsable.

Llegó por detrás y le susurro al oído.

—Sé que fui un idiota contigo y me fui dejándote aquí solo con todo esto, pero por favor, hablemos en casa cuando esto acabé y perdóname, Tae. —Le suplicó.

Kim se dio la vuelta para mirarlo.

—No sé si te das cuenta de qué decisiones te llevan a acciones estúpidas.

—A-Amor...

—¡Appa! —El grito de Yeonjun rompió la tensión enseguida. Las personas apartaron las miradas de la discusión del hijo de Ja-hyun y Taehyung, prestando ojos y oídos al menor que iba corriendo los brazos de su padre. —¡Te extrañé mucho! ¡Los monstruos llegaron, tenía mucho miedo, appa! —Yeonjun se abalanzó a sus brazos y Yoongi no hizo nada más que recibirlo y devolverle ese apretón y besarle la cabeza.

—Ya llegue, y te voy proteger de los monstruos, hijo.

El de tez pálida sonrió al ver a su hijo sano y salvo, y no gracias a él, sino gracias a Taehyung, que paso un infierno por proteger a su hijo durante la huida y lucha con los caminantes que llegaron al pueblo. Yoongi no hizo más que rogarle perdón a Yeonjun, si bien el pequeño no comprendía la razón, él no soltaba a su padre y se siguió aferrando a su cuello mientras Taehyung los miraba de brazos cruzados y con pecho oprimido.

A la clínica entraba Jackson con Jungkook. Wang estaba con sangre el arma en manos al igual que Jeon.

—Es hora de moverse, los heridos se quedan y los que estén sano puede ir a la casa de la señora Lim, ella está prestando ayuda igualmente. Rápido, irán con Mark resguardados. —Anuncio y la gente comenzó a murmurar de acuerdo con el militar.

De poco fueron saliendo, despidiéndose de los heridos, como cortes, caídas bruscas o torceduras de tobillo por huir. El que resultaba mordido era... asesinado enseguida por uno de los médicos o la persona con la mente y estómago de clavar un cuchillo en la cabeza para ver como su última gota de vida se desvanecía. Ja-hyun los fue guiando hasta la salida en donde Mar, Kai y Sunwoo estaban como guardaespaldas para la gente que cruzaría a la casa de Lim, la mujer que hospedaba a las personas sin familia, en luto o que aún no podían valerse por sí misma.

La mujer se despidió de su hijo, pues él se quedaría con su grupo de amigos apoyando a Namjoon y Seokjin, así mismo, ayudar a quienes lo necesitasen en curaciones simples que fueran guiadas por Suran que ya estaba con bata lista, lamentablemente no entro, ya que estaba sucia y la zona donde Jin estaba siendo operado se consideraba área estéril.

—Los que requieren curaciones siéntelos en aquellas sillas. —Las señalo. —Los que tengan contusiones en la cabeza necesito que le hagan preguntas para evaluar su estado de conciencia. —Hanni y Hoseok se encargaría de ello. —¡Quienes tengas torceduras puede pasar a las camillas para colocar vendajes! —Alzó la voz para que la oyeran.

—Su... —Jimin le toco el hombro. —¿Pudiste ver a Jin hyung?

—No... No pude entrar, estoy con barro. —Se señaló el cuerpo un poco más limpio gracias a las toallas húmedas. —De seguro está bien con la doctora Lee y Roy.

—Espero que salga bien, aún quedan caminantes por fuera... —Respiro hondo. —Me tiene preocupado.

—Tranquilo Minie, debe salir bien, tiene que ser así.

═══════ ● ════════

Horas más tardes.

Parpadeo un par de veces hasta acostumbrarse a la fuerte luz del foco sobre su cuerpo.

Seokjin se sentó sobre la camilla adolorida en parte de debajo de su cuerpo. Poso su mano y sintió aún una vuelta en su vientre y una venda gruesa rodeando parte de la cintura. Se levantó el camisón médico y vio que era un vendaje en la zona de la herida que le hicieron para que su hijo lograra nacer.

Su hijo...

Apenas cayó en cuenta, miro a todos lados preocupados buscando al menor, hasta que se bajó de la camilla cayendo de rodillas al suelo. Se levantó como pudo, afirmándose de la porta sueros y viendo que, delante de su camilla, había una pequeña cuna blanca. Sonrió débilmente, camino lento, en cuanto estuvo frente a la cuna vio a su pequeño, durmiendo plácidamente con las manos a los lados de su cabeza, cubierto y bien arropado, de seguro fue Ji-eun. Acerco sus manos y lo acaricio con delicadeza, como si fuera la persona más frágil del mundo.

—Hola... —Le saludo tomándolo con cuidado y besando su cien. Aspirando ese particular aroma a bebé que siempre quiso sentir en sus brazos alguna vez. —Mi vida... Eres hermoso... —Dijo meciéndolo un poco. Estaba adolorido, pero aquello pasaba a segundo plano al tener a la única persona que deseo años y años. —Jungwoo... A tu tío Soobin le hubiera gustado ponerte así, lo sé.

El bebé soltó un quejido buscando el calor de la mano de su padre. Seokjin le colocó el dedo y menor lo agarro y lo apretó con fuerza entre su mano ya como un puño.

No cabía tanta felicidad y amor en su pecho que lo único que pudo hacer su cuerpo como reacción fue llorar. Luego de tanto esperar, al fin lo tenía con él en sus brazos.

En aquella burbuja que era el mundo de Seokjin solo eran y su bebé, pronto sería Namjoon cuando bajase a verlos. Necesitaba ver al moreno con su hijo brazos, aquella imagen que por tiempo soñó ver y guardarla en su memoria por siempre.

Lo meció un poco por el cuarto, tambaleó un poco al sentir dolor en la herida. No debía estar en pie con una operación hecha hace poco, pero no podía evitar estar quieto, necesitaba tener a su hijo a su lado siempre que pudiese.

El paternal momento se vio interrumpido por unos golpes en la puerta. El doctor sonrió, pensó enseguida que era Namjoon, dejo a su hijo en la cuna y camino para abrir la puerta emocionado, a pasos lentos, claro, pues dolía caminar con una herida y un parche cubriendo parte de su cuerpo. Al llegar a la puerta, la abrió sin pensarlo, ni dos veces. Solo abrió.

Sus ojos se toparon con algo que no esperaba ver en ese momento, y el miedo se apoderó de él junto al llanto de su hijo en el momento que cae al suelo derribando una bandeja de procedimiento.

Había entrado un caminante. Seokjin sin fuerzas ya estaba, nerviosos y asustado no le permitieron pensar bien que hacer, busco por el suelo algo filoso.

—¡Ah! ¡Joder! —Vocifero de dolor, al sentir como uno de los puntos de la herida le tiraba, se miró y el parche comenzó a teñirse de un rojo carmesí. Se tomó parte de vientre amortiguando ese molesto dolor que lo paralizaba. El caminante gruñía acercándose hacia él para hacerlo lo obvio, morderlo. Agarro un bisturí y lo clavo en la mejilla, había fallado. —¡No, no! ¡Ayuda, Namjoon, Jackson! —Pedía por alguien. —¡Roy! —Empujo al caminante cayendo sobre él para matarlo, pero el bisturí cayó de sus manos perdiéndolo.

El caminante, al oír los llantos del bebé, dirigió su atención hacia esa dirección. Seokjin negó y lo agarro del pie derribándolo. El infectado luchó con Seokjin tirando mordidas al aire con tal de alcanzarlo, hasta que en un falso moviendo y la debilidad física de Kim le tendieron una mala jugada.

—¡No! —Colocó el brazo cubriéndose de la mordida.

Algunas gotas de sangre cayeron sobre su rostro, luego su ropa comenzó a teñirse de rojo. 

Seokjin estaba llorado desconsolado, mirando el cuerpo del caminante ya muerto en el suelo con un charco de sangre a su alrededor.

El doctor miro su ante brazo con una grotesca mordida en él, con la zona enrojecida, afiebrada y con bastante sangre fluyendo aún. El llanto de su hijo ha cesado y le aterraba ir con él, pue sentía que en cualquier se convertiría y lo atacaría para... devorárselo. Se tomo la cabeza y negó ante aquel pensamiento tan devastador para su corazón. Jin se golpeo el pecho queriendo apaciguar el dolor que sentía, tanto físico como emocional. En cualquier momento iba a perder control absoluto de cuerpo, parte por parte hasta que por un momento su mente se apagara y regresara, siendo uno más de los infectados.

Seokjin se levanto con dificultado para caminar hacia la cuna de su hijo y despedirse de él. Un hola y un adiós temprano, que le hubiera gustado que el adiós fuera cuando muriera de vejez con su hijo ya siendo un hombre hecho y derecho, no ahora que estaba indefenso, débil y desprotegido. No pudo aguantar más, los llantos de su hijo estaban cesando apenas lo tomo. Jin lo pego a su cuerpo y lo abrazo sin tanta fuerza, acarició su cabeza y espalda para calmar el llanto de este.

—P-Perdóname, Jungwon, perdóname por favor... —No quería seguir llorando, pero era imposible. Se perdería la vida de hijo. Sus primeras palabras, pasos, momentos importantes que significaría todo para el doctor. —Cuida a tu padre, cuídalo mucho... No quiero morir, es muy pronto...

Dejo a Jungwon en la cuna. No podía seguir con su hijo en brazos, temía por convertirse en el instante. Busco una venda larga entre las cosas y al encontrarla fue hasta la cañería que estaba apegada en una de las esquinas del lugar. De paso tomo un lápiz y un papel.

Le dio vuelta y vuelta hasta hacerle un nudo. Luego de amarró la muñeca y se sentó en aquel rincón a esperar lo inevitable.

—Los voy a extrañar, a ti y a él... A todos —dijo con voz temblorosa. 

Pensó en sus amigos, en cada uno de ellos.

═══════ ● ════════

Un triste final para Kim Seokjin. Será un golpe duro para el grupo y sobre todo para Namjoon cuando se entere más aun que ha perdido a Soobin y ahora su pareja, el padre de su recién nacido hijo.

Espero que hayan querido tanto a Jin como durante su paso por Outlast apoyando al grupo, ayudar a que Yeonjun y Beomgyu lograrán nacer también. Lo vamos a extrañar y se suma a la lista de los personajes más queridos de Outlast hasta ahora.

Gracias por leer.

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