7
Cinco meses después.
Yeonjun miraba el libro sin comprender mucho las sumas y las restas. Se preguntaba si la tortura acabaría con simples ejercicios matemáticos o seguirán aumentando cada que avanzaba de cursos. La única persona que era buena con los ejercicios era su padre, Yoongi, pero el ahora no estaba como para ayudarlo y Taehyung andaba algo ocupado junto a su abuelo.
—Si el avión A vuela hacia el oeste a mil kilómetros por hora y el avión B vuela hacia el norte a mil kilómetros por hora. ¿A cuántos...?
—¿Sabes qué? La matemática no es lo mío, es más fácil tomar un autobús. —Interrumpió el hombre mientras el niño dejaba el libro de lado.
—¿Me vas a ayudar o no? —preguntó mirando la hoja.
El hombre se apoyó sobre la pala cruzando sus pies mientras su atención iba dirigida hacia Yeonjun que estaba sentando en la banca con sus cosas de la escuela.
—Dime una cosa. —Pidió. —¿Tu alguna vez has visto un avión volar?
—No. —Negó rotundamente.
—¿Tú crees que los verás algún día? —Volvió a preguntar.
—Yo creo que no. —Le respondió de nuevo.
—¿Entonces a quién diablos le importa la velocidad de un avión? —Exclamo enterrando la pala en la tierra mientras las esposas hacían ruidos. —Los problemas de matemáticas deben estar basados en problemas de la vida real. No sé, quizás... ¿Cuántos sacos de papas necesito para completar los veinte kilos que el demonio de tu padre me mando a recoger? —Bromeó sacándole una sonrisa a Yeonjun. —A eso me refiero. Si quieres mi ayuda, dame un problema de ahora. —Insistió.
Min cerro el libro dejándolo de lado para tomar el juguete que tenía en su bolsillo. Lo miro con atención, luego de que Jaewook le haya dado su "ayuda" en matemáticas.
—¿Sabes a donde fue mi papá? Escuche algo de S-Seúl... ¿Qué es Seúl? —preguntó sin dejar de mirar la figura de madera que su abuelo le tallo.
Jaewook rio un poco.
—Seúl... era, o es, la capital de Corea. Era una ciudad llena de luces, gente loca por el trabajo, estudiantes, locales de comida que te hacía chuparte los dedos.
—Por eso me va mal en geografía... —Suspiro. —Appa...
—Nunca te lleva con él. Lo sé, siempre reclamas eso, y es normal que Yoongi no te lleve. Tu padre te cuida. —Comentó dejando de lado el montón de tierra que cavo para que Eun-seok se encargue de plantar nuevas cosechas.
—Él se queda con la parte divertida y yo... hago ejercicios poco reales de matemática o tratando de saber dónde queda Seúl.
—¿Qué tiene de divertido ir por ahí viendo cadáveres podrirse?
—Más que saber la distancia de aviones que nunca voy a ver...
Lee suspiro dejando de lado la pala para tomar asiento al lado de Yeonjun. El menor desvió sus ojos a las esposas, a veces no entendía por qué siempre las traía puestas.
—Mira, cuando tenía tu edad fui de campamento con mi padre, estaba en el bosque ubicado y tenía árboles muy frondosos, ramas gruesas. Era fácil perderte. La cuestión es que un día quería saber a dónde mi papá iba a buscar agua para tomar té, fui y me perdí por unos dos días. —Contó.
—¿Y qué hiciste?
—Llore, mucho, hasta que mis padres aparecieron y lloraron más que yo. Al final entendí que, tus padres se preocupan más por ti que de ellos en ocasiones, mi madre no comió nada desde que desaparecí y mi padre no dormía por andarme buscando. Si te dice que no, es por algo y debes entenderlos.
—¿Qué paso después? ¿Seguiste saliendo solo?
Jaewook carcajeo un poco.
—Claro que no. Aprendí la lección.
—Sí, se nota. Por eso todo acaba muy bien para ti y para el señor Soo-hyuk. —Yeonjun se levantó de la banca.
—Oye, espera. ¿A dónde vas con eso...? ¿No querías mi ayuda?
—Sí, pero con los ejercicios.
—¿Solo con eso? —Se levantó tomando la pala.
—Sí.
En ese momento se oyen pasos cercanos a los dos. Jaewook miro y era Min Yoongi con una mirada seria, bufo. Sabía que si seguía hablando con Yeonjun lo iba a patear lejos de su hijo. No lo entendía, jamás busco dañar al pequeño, y jamás en su vida lo podría hacer. Pensar que vio a Taehyung hace año en cinta de Yeonjun era... increíble, el hecho de que sobrevivió por y para su hijo, era algo admirable y más ahora que Min era un padre sobre protector.
—¿Acabaste con tus labores o quieres que te dé más? —preguntó tomando las cosas de Yeonjun. El niño le tomo de la mano.
—No, por favor... Me dará lumbago tanto hacer hoyos y recoger costales. —Menciono sobando su espalda baja.
—Una cosa es tomarte el descanso y otra es que le sigas hablando a mi hijo cuando te deje claro que no me gusta verte cerca de él. Te conozco lo suficiente como para saber que eres doble cara. —La voz de Yoongi sonaba autoritaria. —Ve a casa, Yeonjun.
—Okey. —Murmuro cambiando mientras se despidió amablemente de Lee.
Min lo miro con desagrado mientras se daba la media vuelta para irse.
—Hoy amanecimos con el pie izquierdo o alguien no tuvo su dosis diaria de... cariño marital. ¿Todo bien en casa? —preguntó burlándose un poco, ya una vez tenido al menor bastante lejos de ambos.
—Mira, Jaewook, no tengo tiempo para tus idioteces y mi vida no te interesa así como no te importa la de Yeonjun.
El de la cicatriz al fin se fue dejándolo solo con la pala en la mano.
Lee se quedó callado mirando como el menor junto a su padre. Suspiro pesado regresando con su labor para no causar molestias a los demás. En eso aparece Soo-hyuk dejando unos costales de maleza dentro de la carreta que tenían. Dejo de lado su pequeña conversación y continúo trabajando en lo suyo, pesando bastante en lo que Yeonjun le había dicho en algún momento.
¿Desde cuándo un niño de nueve años era sabio?
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Hyun-woo estaba con Suran en una de las torres de agua lejana a la zona de Jirisan, ubicando uno de sus radios para buscar comunicación con el exterior o partes más cercanas a la comunidad con tal de buscar ayuda u otorgarla a quienes más lo necesitaba. Aquel era uno de los puntos más altos que había hallado para dicha tarea, la hermana de Yoongi se hizo amigo del joven que fue técnico en computación y tenía su pequeña tienda donde arreglaba computadores y celulares. Este muchacho fue el mismo que ayudo con los explosivos hace meses.
—¡Ya tengo señal Hyun-woo!
El joven le levanto el pulgar en señal de afirmación y luego le indico que iba a bajar.
Se colgó la mochila y miro desde lo alto sintiendo la brisa golpear su rostro. Tembló un poco al ver la altura en la que estaba, que le daba un fuerte mareo. Al poner un pie en las escaleras miro hacia atrás y se percató de algunos caminantes que se aproximaban a la zona donde estaban ambos.
—No puede ser, maldición. —Murmuro. —¡Su, una horda se acerca! —gritó desde arriba.
Suran miro hacia al frente viendo cómo se acercaban.
—¡Baja, rápido!
El chico iba a comenzar a bajar cuando sin querer se les resbala un pie bajando un par de fierro, por fortuna los guantes evitaron un accidente mortal. Solo que, de paso, la mochila se descolgó de su hombro y cayó metros al suelo.
Suran por su parte, se acercó a los caballos, pero estos por el ruido y el revuelo del momento se desataron fuerza de la reja, comenzando a correr despavoridos. Suran se quedó quieta sin saber qué hacer, las armas iban ahí, no había con que protegerse ahora.
—Mierda...
Busco algún modo de defenderse con Hyun-woo, encontrando fierro oxidado que estaba suelto de la reja, con fuerza arranco uno por uno. Cuando los tuvo en mano regreso esquivando a algunos muertos que se avecinaban.
El chico al ya estar cerca del suelo, busco la otra escalera que llevaron para poder acercarse más a las de la torre. Debido a los nervios que sentía con el pie, la paso a llevar sin querer, botándola al piso y dejando un gran tramo desde el suelo hasta las escaleras de la torre de agua. Gruño enojado por su despiste provocando luego una caída sobre su tobillo torciendo este de manera brusca sacándole un grito desde el alma.
La hermana de Min se voltea en el acto, y corre hasta Rio para levantarlo del piso de debajo de las axilas para echarse a correr como pudieran. Suran se le adelantó y le enterró el fierro en uno de los cráneos de los infectados, asesinándolo enseguida. Al hacerlo el chico de cabellos rizados cae al suelo de bruces quejumbroso de dolor, al no tener ayuda de la muchacha que lo mantenía en pie, aun así, por las propias, se puso de pie con el fierro que Suran le puso a su disposición, camino hasta ella llegando a sostener del brazo de ella, la hermana de Yoongi no dudo en ni un minuto en prestarle nuevamente ayuda.
Ya juntos, avanzaron como pudieron, escapando de la horda de muertos que los asechaba poco a poco. Continuaron así hasta llegar a la misma carretera por donde había entrado cuando llegaron, solo que faltaba el único y más importante detalle, los caballos había escapado, no había ni uno solo y las sogas estaban desatas a los pies del árbol.
Quedaron varados en medio de la carretera sin alguna escapatoria, pues desde donde llegaron algunos caminantes comenzaban a asomarse tapando la salida hacia Jirisan. Suran sin tener idea, al igual que su amigo, mascullo, molesta y asustada.
—Joder, Su... ¿Qué haremos?
—Buscar el modo de volver a casa, no pienso rendirme.
El chico asintió completamente de acuerdo. Saco las mayores fuerzas que pudo y siguió avanzando junto a Min.
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Hoseok entro de golpe a la sala de reuniones del concejo. Detrás venía la familia de Suran.
Quienes salieron de oficina donde solo en concejo se reunía, fue Do-il y Mingyu que oyeron desde afuera como Yoongi y Hoseok estaban preguntando por Suran, ya que no la encontraban por ni un lado y sus padres menos sabían de ella.
—¡¿Hace cuánto fue que salió ella?! —preguntó Jung totalmente alterado.
—En la mañana, fue junto a Lee Hyun-woo a las torres de agua que están a algunos kilómetros de aquí. —Explicó Mingyu tratando de calmarlo.
—¡¿Por qué no la detuvieron?! —Insistió el novio de Suran.
—La conoces, Hoseok... —Murmuro Do-il.
Jung bufo, estresado por la situación y al no saber como fue que Suran salió sin previo aviso. No le dijo ni a su madre, padre, menos a Yoongi que en la mañana no sé allá dentro de Jirisan.
—No queda más que ir por ella y por el chico —habló Yoongi mirando a su madre que estaba de acuerdo. —Voy ahora.
—¡Espera, hijo! —Jae-ik lo detuvo. —Voy contigo.
—Jae-ik, no creo que sea...
—Con bastón o sin bastón voy por mi hija, mujer. —Interrumpió oyéndose más que convencido que iría por Suran a donde fuera que estuviera en ese momento.
Agarro su bastón sin titubear caminando hacia la puerta, Yoongi sin más opciones siguió a su padre. Ni uno podía dejar pasar la situación, además se trataba de Suran, la persona más importante en sus vidas y no permitirían que corra ni una sola clase de riesgo en el exterior. Con ellos iba Hoseok y Ja-hyun.
Pensaron que podría ir y volver enseguida sin ni otro problema de por medio, pero fue falso. En el momento que Jackson Wang abre la puerta y entra acelerado, agitado y algo sudoroso, comprenden que algo más había ocurrido y por lo visto, nada bueno.
—Tenemos problemas, jefa. —Se dirigió a Ja-hyun.
—¿Qué sucede, Jackson?
—Caminantes. Muchos de ellos llegaron a los perímetros cercanos a Jirisan, una horda está por llegar al muro sur. —Comunicó lo que vio junto a sus compañeros de guardia que tocaban hoy por resguardar la zona.
El silencio se apoderó de la zona. Mingyu miro a Do-il preocupado y este último, tomo su radio para informales a los guardias de cada torre encargada de los muros.
—Avisen. —Ordeno. —Avísenles a las personas que no salgan de sus casas y que los guardias se encarguen del muro sur. —Le dio como orden a Jackson. —Mingyu, lleva un grupo de exploración a perímetros que Jackson menciono y radíquenlos. Como sea, pero que no llegue más a Jirisan.
—Como diga. Ahora me encargo. —Mingyu salió apresurado.
—Los que estén dispuestos ayudar que vayan por armas, Mark les dará algunas —comentó Yoongi. Do-il asintió y salió seguido de su compañero.
—Hijo, ¿Qué le dirás a Taehyung? Acabas de llegar.
—Yo arreglo eso, pero voy por mi hermana, mamá.
La mujer apretó sus labios. No le gustaba que el mayor de sus hijos se arriesgara tanto y dejara a su familia, pero admitía que podía llegar a ser algo terco y complicado de hacer que comprendiera.
Todos salieron y el ambiente se volvió tenso en cuanto pisaron las calles de Jirisan. Algunas personas no comprendían las indicaciones de Do-il o Jackson. Entre la multitud vieron a Jungkook, que estaba también confundido. Yoongi se le acercó para pedirle un favor.
—¡Kook! —El chico lo miro enseguida. —Necesito que me ayudes, por favor...
—¿Hyung, que está pasando?
—Caminantes, están cerca y necesito que no dejes de lado de Tae, yo... yo voy por Suran.
—¡¿Suran?! ¿En dónde anda?
—En unas torres de agua... Carajo no sé, pero mamá parece que sabe llegar. Te lo encargo... —Le miro suplicante.
—Ni siquiera me debes pedir que le cubra la espalda a hyung. Ve, él entenderá.
El de la cicatriz le agradeció.
Jeon suspiro y se equipó su arma por si acaso, lo primero que haría sería ayudar a Do-il y a Jackson a entrar a las personas informando que había caminantes cerca de la comunidad.
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Algunas asentían aterradas y otra seguían a Mingyu que iba a casa de Mark —donde también se ubicaba en el sótano la armería— para entregarle armas. Mujeres y hombres tomaron un poco de valor para proteger su hogar y familias que vivían allí. Jungkook camino entre las personas llegando donde Jimin estaba con su padre esperando algún arma.
Algunas madres tomaban a sus hijos y entraban asustadas a sus casas junto a sus maridos. Jungkook apenas vio esto a su cabeza, vino su pequeña familia. Jimin y Beomgyu. A esta hora Jimin solía dejarlo con la niñera mientras ayudaba a su padre con las huertas junto a su madre, pero por hoy tendrá que posponer la actividad.
Jimin apenas lo vio, corrió hacia él para poder tener el contexto de la situación.
—¿Cómo qué caminantes? ¿Sabes algo más? —preguntaba.
—No mucho, Minie. ¿Dónde está Beomgyu?
—Con su niñera, te voy a ayudar...
—¡No, no! —Lo tomo de los hombros interrumpiéndolo. —Quiero que vayas por Gyu y que te encierres en casa con tus padres. ¿Lo harás?
Jimin lo miraba algo asustado.
—No pienso dejarte solo aquí afuera... —Jimin no parecía convencido.
—Minie, escúchame, no quiero que les pasa nada, ve por Beomgyu y váyanse a casa, los dos.
—Jungkook tiene razón, hijo. Ve. —Insistió Joo-he que estaba esperando un arma para ayudar.
El más bajo apretó sus labios con fuerza pensando en que hacer. En eso que iba a responderle a su pareja, un grito macabro resonó en Jirisan y las personas que permanecía cercanas al punto del grito se asustaron y comenzaron a alejarse, viendo que se trataban de un caminante que estaba mordiendo a una chica en el cuello arrancado parte de la piel de esta misma zona. Jimin se espantó al ver la cantidad de sangre que brotaba. Las personas dispararon contra él, matándolo a él y a la chica de paso para que no se convirtiera.
—¡Jimin, ve ahora!
Park asintió asustado y corrió hacia la casa de la muchacha que estaba al final de la calle. Paso por entre la gente mientras que algunas se alejaban del muro evitando el peligro. El chico miraba como uno que otro caminante se adentraba por el muro, por un espacio que había roto. Lo peor es que los infectados se forzaba a entrar y con el filo de lata del muro se sacaban parte de la piel, dejando está colgando, una escena asquerosa y repugnante. Otros estaban en los huesos y pasaban con más facilidad abalanzándose hacia algunas personas que permanecían aún cerca del muro. Jimin por mirar, tropezó y cayó sobre un cadáver de un hombre que fue mordido hacía foto, al lado había un caminante ya muerto.
Jimin se levantó asqueado y continúo caminando hasta que llego. Se asustó al ver la puerta abierta y con sangre.
—No... No, no... Gyu... —Murmuro aterrado. Jimin saco su cuchillo del cinturón y entero a la casa con sigilo.
De fondo solo se oía como la gente corría despavorido más algunos gritos.
Al entrar a la casa de un piso. El silencio reinaba en ella a pesar del bullicio del exterior. Park caminó más hacia la sala y allí vio como la niñera de Beomgyu o de la mayoría de los niños que vivían en Jirisan, estaba siendo devorada por unos tres caminantes y ella tirada en el suelo con el estómago abierto y la cara con algunas mordidas. Los infectados no oyeron a Jimin, por suerte.
Aprovecho la ventaja y se dirigió hacia el pasillo del fondo buscando y abriendo puerta por puerta buscando a Beomgyu.
—Beomgyu... —Llamo en voz baja.
Al abrir la última puerta que era la habitación de la muchacha debido a sus colores, pasteles y decoración. Vio como alguien alzaba una escopeta, pero se sintió tranquilo al ver que era Taehyung.
—Tae...
—Jimin... ¿Qué...?
—¿Dónde está Beomgyu? ¿Lo viste? —Hablaba para no captar la atención de los caminantes de la sala.
—Está con Yeonjun —respondió.
En eso el par asoma sus cabezas del armario. Jimin sintió un alivio en el pecho al ver a su hijo. El pequeño salió del closet y corrió aferrándose a Park. Jimin lo abrazo con fuerza y le beso su frente.
—Vamos a salir de aquí, ¿sí?
—Tengo un poco de miedo... —susurro escondiéndose en el cuello de su padre.
Taehyung le entrego una pistola en las manos a su amigo.
—¿Cómo llegaste? —pregunto Jimin a su amigo.
—Iba pasando con Yeonjun cuando empezaron a entrar. Sueles dejar a Beomgyu con ella y asumí que estaba aquí. Al entrar ella ya estaba... muerta.
—Dios... Tae, gracias... —Le dijo con sinceridad.
Kim le sonrió.
—Debemos salir ahora de aquí antes que se vuelva peor. —El rubio subió la ventana del cuarto. —Por aquí. Niños, vengan.
Yeonjun fue el primero en salir con ayuda de su padre, luego Beomgyu. Ambos niños quedaron esperando a sus padres que bajaran. Mientras que Jimin pasaba, Yeonjun se percató de uno de los monstruos —como él les decía— acercarse.
Era una mujer cadavérica, con vestido manchado en sangre y desaliñada. El menor comenzó a alejarse, pero esta extendió los brazos con tal de lanzarse contra el pequeño.
Su grito alertó a Taehyung que estaba por bajar. Tomo la escopeta que Min le dio y normalmente cargaba los días que se ofrecía de guardia en la torre. La cargo y disparo contra ella sin pensarlo dos veces. Beomgyu y Yeonjun cerraron los ojos y se taparon sus oídos.
—¡Vienen más! —Señalo Jimin.
Eran más caminantes aproximándose y que estaban por rodearlos. Jimin y Taehyung colocaron a sus hijos detrás de ellos mientras se preparaban para atacar a los muertos. Jimin le enterró el cuchillo a uno que estaba cerca y al de atrás de le disparo en el cráneo. Siguió asesinando a otros dos más. Kim, por su lado, asesino a tres más con la escopeta reventando las cabezas con una bala.
—¡Mierda! ¡¿Cómo fue que entraron?! —Exclamo el rubio.
—No tengo idea, Jungkook me dijo, viniera por Gyu y me lo llevara a casa.
—¿Viste a Yoongi? —preguntó interesado.
—No...
—¡Ese...! ¡Hombre...! —Dijo entre diente aguantándose la rabia. —¡Va dos veces que sale y ahora que lo necesito no está! —gruño molesto. Le disparó a uno que estaba por su derecha. —Debemos avanzar de un modo.
—Despeja una parte y corremos hacia allá. Yo te cubro mientras.
Taehyung asintió y levanto la escopeta, comenzando a disparar hacia su derecha nuevamente. Para ir por detrás de la casa. Mientras uno que otro caía, Yeonjun se aferraba a su padre sin abrir los ojos, como él le enseñó. Cuando cosas malas ocurrieran era mejor no verla, sino ignorarlas, sin embargo, el ruido explosivo del arma lo asustaba al igual que a Beomgyu.
—¡Taehyung, por aquí!
El chico dirigió la mirada hacia donde escucho la voz familiar, y aquella era de Namjoon con Huening Kai que tenían la ropa con sangre. Kim tomó el arma y la dejo colgando en su espalda para poder tomar a su hijo y correr hacia Namjoon. Park hizo igual. Alejándose lo que más podía.
Namjoon lo abrazo con fuerza a ambos para poder darles un poco de tranquilidad. Kai coloco el contener de basura con bloqueo para poder tener ventaja.
Se alejaron todos de la casa de la niñera para poder ir por detrás de las demás casas ocultándose. Con el fin de llegar a la clínica donde estaban Seokjin, Ji-eun y Roy junto a Jungkook. En el camino, Namjoon se encargó de eliminar algunos infectados que se interpusiera, bateando las cabezas y rompiendo cráneos como si nada. Huening con su daga iba a su lado, asesinando a toda osta para proteger al par de menores.
—¿En qué momento paso? —preguntó Kim.
—Debieron ser los explosivos, el desvió que uso Hyun-woo la semana pasada. —Comento Namjoon caminando sin parar. —La onda de ruido debió confundirlos, como siempre, tal vez en esa confusión los guío aquí.
—¿Cuántos son?
—Como unos cien vienen desde los perímetros del sur. Aquí dentro debe haber cuarenta y más —respondió Huening Kai.
—Debemos hacer algo. —Agrego Jimin.
—Olvídalo. Ustedes se van a quedar en la clínica con Jin. Jungkook está haciendo de guardia para las personas que van llegando. Entrarán por detrás. —Indico el moreno tomando su bate y dándole duro a un caminante que se acercó.
—¿Sabes de Yoongi? —pregunto Taehyung cubriendo la cabeza de Yeonjun.
El moreno se detuvo cuando llegó a la puerta trasera de la clínica de Jirisan.
—Fue a buscar a Suran por lo que Do-il me dijo.
—¿A S-Suran?
—Andaba con Hyun esta mañana buscando señales de radio en unas torres. No ha vuelto y ahora... pasa esto. Estamos hasta el cuello de problemas.
—Solo espero que vuelvan...
—Lo harán, Tae.
Al abrir la puerta, Jungkook fue el que lo recibió. Beomgyu abrió sus ojos de par en par y Jeon lo recibió con los brazos abiertos y descansando al ver a su pareja e hijo allí, además de Taehyung y Yeonjun que estaban sanos y salvos.
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Por fin vemos lo que Yeonjun siente y piensa con respecto a salir y la sobre protección de Yoongi. ¿Exagera o está bien?
Solo quiere cuidar a su hijo, pero también debe conocer el mundo que lo rodea.
Por otro lado, viene MÁS problemas un punto bastante importante para la comunidad de Jirisan, veremos que pasa con la nueva llegada de caminantes a invadir la paz del grupo.
Gracias por leer.
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