6
Jaewook y Soo-hyuk estaban de la cintura para abajo cubiertos con una toalla que Ji-eun les lanzo desde lejos para que pudieran darse una ducha dentro de la enfermería. Si hubiera sido ella, ni siquiera les habría abierto la puerta, todos, pero más que nada Suran, puso mala cara. Jin solo los ignoro y Roy al no conocerlos, solo sus delitos, le generaba desprecio.
Estaban en los baños ahora vistiéndose con las pocas ropas que la madre de Min le entregó en la mañana en el calabozo. Ambos hombres sospechaban de la rara amabilidad de la mujer, para ser la madre de Yoongi, un tipo duro y que los odiaba con cada célula de su ser, era buena persona, aunque fría. Cuando estuvieron listos salieron del baño donde Jackson los esperaba con esposas, apenas los tuvo en frente, se las coloco, todo con el fin de asegurarse que no tramaran algo sospechoso o peligroso.
Al ir por el pasillo en dirección a la sala principal, donde había camillas y los implementos necesarios y del día a día para controlar, revisar y tratar a las personas, se toparon con Seokjin, Suran, Roy y la madre de ambos hermanos. Uno se sentó siendo empujado por Wang que no le gustaba tener a los tipos, así mismo lo hizo con exlíder de las Cobras; lo empujo contra la otra camilla con bastante fuerza, haciéndolo tambalear y que se le dificultara sostenerse con las manos esposadas.
—¿Así es como tratan a su gente? —preguntó Jaewook.
—No, solo a ustedes par de imbéciles —respondió Suran cruzada de manos.
Lee sonrió chasqueando la lengua.
—¿Cómo es posible que haya tanto odio en una muchacha como tú?
—Cierra la boca mejor, porque no voy a dudar hacer que te dé una sobredosis con un banquete de fármacos, Jae... —Amenazó tomando el aparato para tomar la presión para comenzar con el examen físico de rutina.
Ji-eun también se le unió, enfocándose en Soo-hyuk.
Todo lo hacía con tal de descartar algún problema, heridas, infecciones o lo que sea que tuvieran que poder repercutir en la comunidad; alguna gripe, por ejemplo. Yoongi miraba desde el borde la puerta parados junto a Jackson, que tampoco estaba muy a favor de darle atenciones médicas a esos dos, pero fue decisión de la madre del de tez pálida. No estaba con el mejor de los ánimos de estar ahí, prefería ir a ayudar a su padre a instalar las bisagras del establo o estar con su esposo e hijo, sin embargo, no confiaba dejar a los hombres solos con Jackson, aunque este último era un tronco a la hora de forcejear, Jae y Soo, eran tipos con mil patrañas y engaños guardados bajo la manga,
—No entiendo esto...
—Yo menos, por mí los largaría en la carretera de camino a Seúl, pero mamá insistió con el tema —respondió mirando el encendedor en su mano y jugueteando con él centrando su atención en otra cosa—, espero que acaben pronto para dejarlos abajo.
Jackson asintió.
—Aunque veo que tu madre tiene otros planes, parece que dejarlos... —susurro mientras los demás estaban atentos a los tipos. —No la veo con la intención de sacarlos de aquí, aunque de cierto modo es sabio, no sabemos si dijeron la verdad.
—Hablaron mucho ayer, y... yo no les creo, excepto con la parte de Yeo.
—¿Sobre como murió? —Arrugo la frente.
—Sí, pero ya no quiero hablar de ese tema. Anoche lo aclaré con Taehyung y pensé que enojaría; no lo hizo.
El amigo bufo y sonrió.
—Taehyung se enoja solo cuando dejas mal arreglada la tubería o porque malcrías al mocoso. Él te ama y será tu oreja amiga. —Le golpeó el hombro de forma afable —Te sacaste el premio mayor.
Jackson lo dejo solo caminando hacia Suran para ver como iba todo con la revisión. Por otro lado, Yoongi sonrió ladino al oírlo, y era cierto, Kim era todo lo que necesitaba, amigo y esposo, era por ello que lo amaba tanto. Así mismo, el igual se acercó para tratar de apoyar a su hermana, que se veía complicada con Jaewook que lo único que hacía era molestar con su manera desagradable y sarcástica que tiene.
La chica estaba terminando de revisar su circunferencia para saber si necesitaba aumentar de peso.
Lee sé bajo la camiseta blanca y se regresó a sentar en la camilla, mientras que la muchacha anotaba todo para que quedase en el registro de Seokjin.
—¿Alguna novedad, hija?
—No. Todo en orden, no hay señales de gripe, infección, solo bajos de peso y... un poco idiotez crónica —dijo mirándolo con odio. Jaewook carcajeo. —Muy a mi pesar, le pediré que les den más raciones de comida.
—Vamos Su... Seamos amigos como en el campamento.
—¡Ni aunque me obliguen me acerco a ti de nuevo! —Exclamo ofendida. —Trabajo es trabajo y ya.
Soo-hyuk sonrió ladino al oírlo. Ji-eun también había indicado lo mismo y Seokjin estuvo de acuerdo, Roy adjunto sus datos y cerro la carpeta.
—Y bien, oí que debíamos ganarnos el plato de comida. ¿Qué debemos hacer para eso? —preguntó el Cobra.
—Nada. Se van abajo y seguirán pensando en que más decir para saber si les creo o no. —Hablaba Min con frialdad.
Soo-hyuk sabía que Yoongi no era fácil de convencer, menos tras lo ocurrido en Ansan, Min lo odiaba y apenas le dirigía la mirada, por él ni siquiera lo haría. Aún recuerda como casi se matan a golpes y... mataron a Sehun en los comedores, el refugio. No obstante, el hombre prefería dejar atrás todo y aprovechar que la mujer estaba siendo amable y los hospedaba, tarde o temprano se iba a salir con la suya y devolverle las veces que lo humillaron con encerrándolo, dándole poca ropa y tratando como perro de la calle.
—Te daré la ventaja de humillarme, pero no te va a durar siempre.
El pelinegro se acercó, se paró frente a él y lo tomo de ambos hombros, apretando con vehemencia casi que clavando sus dedos. Soo-hyuk y Yoongi se miraban retándose con solo sus ojos. El resto sentía la tensión que se levantó en la consulta de Jirisan.
—Yo nunca me olvidaré de lo que hiciste en Ansan, la muerte de Yeri y sobre todo cuando te querías llevar a mi hijo. —Soo-hyuk arrugo la frente recordando todos esos momentos de su vida. —Me voy a encargar de devolvértelo el triple de peor si piensas hacer alguna estupidez, Soo-hyuk. Ya no tienes a tus perros falderos para que te cuiden las espaldas, estás solo y solo te vas a podrir allá abajo, de eso me encargo yo. ¿Oíste? —Apretó más fuerte a medida que hablaba y le daba su sentencia. Soo-hyuk le tembló, solo un poco el labio.
—Esa cicatriz en la cara se ve que te jodieron, y te queda con el nuevo Yoongi que tengo en mis narices.
—Sí, tómatelo a ligera. —Sonrió ladino. —La sorpresa será mejor cuando te des cuenta de que hablaba en serio.
Soo-hyuk antes de responderle unos pasos se oyeron provenientes del mismo pasillo de donde había venido.
—¡Appa!
Min se alejó enseguida y todos los presentes trataron de recuperarse de la tensión que se armó. La madre del chico y su hermana se sorprendieron un poco de la amenaza, aunque Suran era de la idea de que se lo merecía y hasta deseaba que Soo-hyuk se pasara de listo para que su hermano cumpliera con su palabra. Luego cambio su expresión y sonrió al ver que su sobrino estaba por ahí, sin embargo, prefería que no anduviera cercando cuando Jaewook y Soo-hyuk estuvieran presentes, menos luego de que su hermano haya adoptado una postura amenazante.
—¿Yeonjun, que haces aquí?
Taehyung entró apresurado tomándose por primera vez con los dos tipos.
—L-Lo siento... Te vio por la ventana y quiso pasar. —Explico ignorando un poco la presencia de los sujetos. —Yeonjun, quedamos de ir con el abuelo. Vamos. —Extendió la mano.
—¡Pero si es mi amigo que me regalo la manzana! —Vocifero Jaewook. Yeonjun lo miro sorprendido. —¿Así que Yeonjun? —Estiro la mano para estrecharla. —Un gusto, soy Lee Jaewook.
Claro que el niño se asustó al ver las esposas que rodeaban sus muñecas, retrocedió un poco, luego Min lo tomo en brazos para sacarlo de la consulta.
—Ayer te lo dije. —Le apunto con el dedo. Taehyung sabia que refería a que no quería le volviera a hablar a Yeonjun. —¿Jackson puedes regresarlos?
—Si por supuesto. —Wang los miro y la cabeza les hizo un gesto de que se pusieran de pie. —Muévanse, se acabó el recreo.
Soo-hyuk y Jaewook se levantaron caminando junto a Wang que les daba pequeños empujones con tal de que se moviera.
El pequeño Min miraba desde el hombro de su padre como el hombre Jaewook se iba y le miraba con una sonrisa mientras le agitaba la mano como forma de despedirse de él. Yeonjun ladeo la cabeza y levanto su mano despidiéndose igualmente de él.
Taehyung, por su parte, sintió un revoltijo en su estómago al ver otra vez a Soo-hyuk, más que nada. Recordó aquella vez que tomó a su hijo cuando apenas era un bebé y se lo llevó hasta que Yeri fue por él. Así también, pensaba en Eunwoo que ha estado recordando a su hija desde la llegada del exlíder de las Cobras. La mujer prefería que se fueran, pues los recuerdos de la muerte de Yeri prevalecían y eran delicados más ahora.
Tenerlos ahí, perturbaba a la paz.
═══════ ● ════════
—Mamá, quiero se vayan. Ahora.
—Yoongi ya te expliqué, no podemos arriesgarnos a nada. Si salen y regresan con más gente, estábamos acabados. ¡Todos! —Repitió levantándose de la silla.
El concejo se había reunido para debatir y decidir finalmente que hacer con los dos nuevos que llegaron a Jirisan. Roy, Do-il, Soo he e In-ju estaban sentados en la mesa esperando que Ja-hyun diera algún tipo de orden. Solo estaban ellos esperando que la gente llegara de poco a poco para decidir que harían con el par de asesinos, porque así los describía el grupo que se los topo en sus vidas. Asesinos despiadados y criminales que hicieron de todo para quedarse con lo poco y nada que tenía más dañándoles la paz y tranquilidad.
El campamento, el pueblo de Daegu, el hospital, Ansan... Todos esos lugares donde creyeron que prosperarían o podrían durar algo. Los años venían encima con sus viles y frágiles recuerdos.
Taehyung estaba con Jimin sentados juntos, mientras que Namjoon, Jungkook, Seokjin estaban cerca de ellos en la fila uno y dos de sillas. Jackson apareció con Eunwoo y Sunwoo con Kai, quienes igual se veían algo afligidos. Finalmente, la madre de Jimin y Suran con Hoseok de la mano y Ji-eun con la demás gente entrando una a una hasta llenar la sala de reuniones. Ja-hyun levanto la cabeza, sonrieron un poco para todos. Los únicos que no estaban eran Jae-ik y Eun-seok que se quedaron cuidando de sus nietos.
Yoongi suspiro pesado y se regresó a sentar al lado de su pareja. Kim le tomo la mano y le beso la mejilla para finalmente susurrarle un «tranquilo». Este asintió aclarándose la garganta.
Ja-hyun se paró en frente de todos.
—Asumo que ya saben que esto es por los dos hombres... que llegaron a Jirisan. —Comenzó hablando, juntando sus manos. —Así que hagamos este breve, sé que ha sido un día de trabajo bajo el sol, muy pesado. Por favor, levanten la mano quienes quieres que se vayan.
Alrededor de diez personas —incluido el grupo que tenía la mala experiencia con ellos— levantaron sus manos. Ja-hyun asintió y le agradeció.
—Quienes desean que se queden, pero que cumplan con el trabajo. Con la condición de quedarse en las celdas.
Otras doce personas la levantaron. Mayoría ganaba. El concejo no votaba, ya que preferían seguir los deseos de los habitantes de Jirisan para que pudieran estar más en paz.
Eunwoo negó con la cabeza, Jackson le tomo la mano para calmarla.
—¡Yo no quiero que el culpable de la muerte de mi hija este aquí! —Exclamo levantándose de la silla. Wang no intervino, jamás le soltó la mano. —Deben irse... Señora Choo, por favor...
La madre de Yoongi sintió un dolor en su estómago al oírla.
—Pero no queremos que llegan más tipos como ellos aquí. Imagínate si entran y nos roban todo lo que hemos hecho estos años, Eunwoo. —Supuso la vecina que tenía, la cual era una madre neurótica exagerada con su hija de edad parecida a Yeonjun y Beomgyu. —No quiero eso para Mi-jin.
Muchos comenzaron a susurrar que estaban de acuerdo. Años de trabajo en cosecha, ganadería, teniendo el agua, energía natural. Se negaban a perder todo aquello.
Eunwoo la miro de reojo. Sunwoo le tomo la mano para sentarla.
La mayoría de la gente discutía entre ella con las diversas opiniones.
—¡Me niego a tener asesinos aquí!
—¡Llegarán más de ellos, entiende mujer!
El grupo de delante oían a todos con atención. Muchas diferencias que os estaban poniendo a discutir.
—¿Acaso no oíste lo que paso en Ansan? ¡¿Lo que les hicieron a ellos?!
Ja-hyun vio a su hijo que se notaba para nada cómodo lo ocurría. Entre dejarlos o echarlos, ella sabía que podía hacer algo mejor. Deseaba un futuro próspero para su comunidad que tanto lucho por unir, formar y crecer, los años le enseñaron que la vida ha sido cruel, el destino, sobre todo, que le puso una de las más grandes dificultades de todas. Ella era frívola a la hora de decidir y debía tomar la decisión más sabia para poder dejar a Jirisan satisfecho.
No quería arriesgar la confianza de sus hijos, menos la de su gente, pero tampoco quería dejar a la comunidad desprotegida. Si era sincera, tener asesinos y personas que no conocía, menos confiaba, no le gustaba, sin embargo, no podía soltarlos y dejar que trajeran la tragedia, pensaba en su nieto, en el de Eun-seok y Jo-hee.
—¡Silencio, por favor! —Levantó la voz haciendo que los murmuros comenzaron cesar de a poco. —Ya todos votaron y... debo decir que no soy muy partidaria, pero pienso en mi familia... —Miro a su hijo y Taehyung. —No quiero perder lo que hemos formado todos juntos estos años. Debemos seguir igual, protegidos y unidos, sé que fue difícil, cada uno llego aquí perdiendo personas amadas, amigos, familias, hogares... Pero no debemos flaquear, sigamos así, fuertes, decididos, unidos. —Junto a sus manos. —Así y solo así, viviremos años en Jirisan. Esos hombres son muestra de lo que se corrompió el ser humano en este mundo, la maldad y vaya que cuesta dejarlos aquí, pero es perder Jirisan y vivir con ello, o seguir mirando hacia el futuro que queremos para los nuestros.
La mayoría asintió un poco más convencidos.
Min miro a su madre, sabía que era una mujer que pensaba en el bien de la mayoría con tal de darle la calma que necesitaban en momentos así. Si era por mejor, pues debía asumirlo y tratar de vivir lo que pudiera con Jaewook y Soo-hyuk. Solo pensarlo le dolía la cabeza.
—¿Estamos de acuerdo en que se queden, pero cumplan como todos nosotros aquí? —Se levantó Do-il preguntando en voz alta.
Las personas e incluido el grupo, asintió con la cabeza.
Ja-hyun se sintió más aliviada.
═══════ ● ════════
Cuatro meses después.
Estaba siendo el invierno más crudo nunca antes, vivido, atroz y muy largo.
El invierno llego, llenando la calle y las casas de Jirisan con nieve, al estar en zona de montaña era más frío y han enfrentado temperaturas complicadas de sobrellevar, las chimeneas eran la única salida de frío más varias capas de mantas en las camas y bebidas calientes que ayudara a entrar en calor.
Gracias a Huening Kai y Sunwoo, han podido hacer que la gente se distraiga reuniéndola para que bebieran café, té o chocolate caliente mientras lo acompañaban con galletas que horneaba la mujer más anciana que vivía allí, la señora Soon-he.
Por otra parte, los paneles solares, que proporcionaban la energía requerida para cada hogar, estaban tapados en una capa gruesa de nieve. Según las recomendaciones del hombre encargado de ellas, Mingyu, dijo que lo mejor es dejar que el sol derrita la nieve o se podían dañar si intervenían, por ahora los generados y velas los mantenían iluminados a duras penas. Las luces de los hogares fallaban, las neveras se podían echar a perder y sobre todo en las noches eran muy oscuro sin iluminación en las calles.
Mientras tanto, en Jirisan, la gente cuidaba los animales como prioridad, a los animales que les brindaban materia prima accesible y que no requería mucha mano de obra para transformarla en otro producto. Y quienes se encargaban eran Jaewook y Soo-hyuk, de mala gana, pero ese era su trabajo este invierno.
Debido a la nula cosecha y siembras, los animales ayudaban a pasar el invierno que había tocado este año. Algunos alimentos yacían conservados de la mejor manera para que durasen, ahora solo comían conservas, kimchi, arroz, etcétera. Ellos eran los verdaderos encargados y recibían ayuda de los que más se manejaban en aquel tema de la agricultura.
Mientras que limpiaban a los animales y sus corrales, se apareció Jackson con Hoseok.
—Acabo su hora de trabajo. Muévanse.
Lee suspiro lanzando los guantes.
—¿No creer que hace mucho frío para tenernos detrás de barrotes, militar?
—Me da igual... Más helado les va a dar si siguen parados haciendo nada.
Soo-hyuk le negó que siguiera hablando, Jaewook chasqueo la lengua y se dejó poner las esposas para empezar a caminar hacia el calabozo.
De regreso, Jaewook vio a algunos niños jugar con bolas de nieve, entre ellos destaco Yeonjun que estaba con Yoongi, Lee se sorprendió al ver al sujeto muerto de risa al tener al niño con nieve en sus mechones de cabello, cerca de ellos andaba un hombre con bastón y Taehyung jugando igual. De tal modo, estaba Jungkook con su hijo, que entero por murmullos que también había sido padre con Jimin, ni lo hubiera imaginado, pero ahí estaban jugando y corriendo detrás del menor. Soo-hyuk también vio la escena familiar y pensó en Hwang-Woong y su hija que desapareció.
Admitía que cayó en malas manos dentro de su propio grupo, convirtiéndolo en lo que fue, aun así tenía derecho a vivir al lado de esa niña así, como los demás estaban haciendo, riendo, compartiendo, jugando y siendo... plenamente felices.
Merecía más que morir.
—Les bajaremos más mantas y velas para la noche.
—Oye Wang. Supo que dan bebidas calientes, ¿te molesta traer unas tazas de café? —pregunto. —Aunque sepa mal el café en sobre, sabe cómo a...
—Agua con barro. —Completo Soo-hyuk.
—Sí... —Río Lee. —Sabe asqueroso, pero muero de frío.
—Lo pensaré. Ahora adiós.
Jaewook frunció el ceño.
—Ni un misero agradecimiento... —murmuro. —Hemos estado como esclavos y "pensaras" —Hizo comillas con sus dedos. —En traer ese café de mierda.
—Reglas son reglas. Adiós.
Las horas pasaron bajo la oscuridad que dio la noche invernal. El frío calaba por sus huesos que ni las pocas mantas que fueron a dejar eran suficientes. Soo-hyuk miraba por la ventana la luna que alumbraba justo la celda. La comida se acabó hasta mañana y Jackson se encargó de decirles que tuvieron racionar un poco más, debido a la baja producción. No era solo para ellos, todo Jirisan sufría la consecuencia del frío gélido que había allí afuera.
Mirar por aquella ventana era un escape a lo que vivía, como prisionero de gente que estaba prosperando, por más que lo intentaba, no se comía el cuento del futuro mejor, porque no había futuro, las personas —sí que ya no están extintas— no iban a existir más, si el virus o lo que fuera que paso, atravesó fronteras, estaban más que acabados. Quizás este era el famoso castigo divino luego décadas matando el planeta con el deseo de tener el poder sobre todas las cosas a sus pies. El pecado, crímenes, egoísmo, todo lo moral y éticamente malo en la sociedad.
Soo-hyuk odiaba estar ahí, sin embargo, admitía que era mejor que dormir en la tierra cubierto con una sola manta o bajo arbustos frondosos.
Un par de golpes pequeños y débiles llamaron a la ventana. Salió de sus pensamientos para mirar y eran dos pares de manos de niños cargando un vaso blanco de plástico. El hombre curioso corrió la ventana y presto atención.
—Sobro chocolate caliente, señor. ¿Quiere un poco? —Era un niño castaño con las facciones de Jungkook y algo de Jimin. Sonrió levemente, era el pequeño Beomgyu.
—Mira nada más, si son los inseparables, Beomgyu y Yeonjun. ¿Se acordaron de estas pobres almas? —preguntó algo ofendido.
—Tenga, señor —ignoro Yeonjun pasándole el vaso. —Si appa Yoongi o Tae me ven, me van a castigar. —Comento cabizbajo.
—Será un secreto. Lo juro. —Recibió el vaso para Lee. —El ogro de tu padre no sabrá nada. Me quedaré como tumba. —Justo sus labios e imito un cierre.
Ambos niños sonrieron.
—¡Bye! —Se despidió. —¡Vamos Gyu!
—¡Voy!
Ambos hombres se sentaron en el suelo a beber, sintiendo ese calor del viejo hogar de infancia que ya ni extrañaban.
—¿Podemos seguir así?
—Ni idea, pero... No todo es tan malo, Jae. —Miro la ventana pensando en los niños.
—No merece esto. Sabemos que somos la peor calaña que tiene el país.
Soo-hyuk carcajeo.
—La verdadera calaña del país son esos Cazadores, ellos merecen esto y peor. —Hablaba con rabia. —Prefiero que me traten así que, buscar algo que jamás dejo rastro. Lía se fue y no podemos hacer nada.
—Desearía que, cuando crezca, nos encontráramos con ella.
—Yo igual... —Sonrió. —¿Salud?
—¿Por qué? —pregunto Lee extrañado. —¿Por ser los seres humanos más despreciados de este pueblucho?
—Por los que perdimos y porque Lía crezca sana y fuerte... Por Yeo.
Jaewook apretó los labios.
—Por Lía y Yeo.
═══════ ● ════════
La situación está tensa con Jaewook y Soo-hyuk que llegaron a Jirisan, en donde están dejando ver su lado "vulnerable" donde SÍ tiene sentimiento, pero... ¿Les creen?
O mejor dicho, ¿creen que logren la famosa redención estos dos?
Espero que le haya gustado y gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro