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53

Min apretó las manos, hizo lo imposible para guardarse las ganas de abofetearlo. Sonaba lo peor, de hecho, se estaba castigando por pensar en callarlo de una bofetada, pero no era así, no quería ser así como Bogum fue con él. Yeonjun estaba bajo estrés.

Estaba intentando comprenderlo y ponerse en su lugar, solo que cada palabra la decía con odio, peor que la anterior. Entenderlo se estaba complicando poco a poco.

—Vete a casa. No quiero seguir hablando contigo, menos de este modo.

El azabache no dijo nada más y solo abrió la puerta de golpe para irse, salir y dar el último portazo que dejó a Ja-hyun con el corazón en la boca. La mujer se quedó quieta en su posición hasta que logro despabilar y ver que Yoongi no estaba bien, por nada del mundo, menos luego de que su hijo le dijera de mil maneras que estaba enojado o estresado, si era sincera no comprendía por qué momento estaba pasando su nieto que lo hizo reaccionar de aquel modo.

Estaba claro que las cosas en su hogar no estaban bien o es lo que él creía, porque por lo que ha hablado con Taehyung y Yoongi, además de estar yendo para saber cómo seguían, se veía que todo estaba bien, solo esperaba que fuera cuestión de que sabían fingir bastante bien. Sin embargo, sabía de sobra que su hijo era malo ocultando.

Lo vio sentarse en la silla frente al escritorio del supervisor de la central. Se tomó la cabeza e hizo el cabello hacia atrás; estaba frustrado, dolido y enojado, claramente. Tenía cierto derecho a sentirse esa y de mil formas, luego de oír como su hijo, al cual adoraba y amaba con su corazón, lo acaba de destruir con sus palabras que salieron como veneno. No entendía el motivo de porque Yeonjun estallo de esa manera contra él, quería entender, comprenderlo y ayudarlo en lo que fuera. Solo que ahora, luego de un mes de volver a casa con él, lo sentía lejos, más que nunca. Era diferente a cuando estuvo cuatro años lejos de su familia, esta vez Yeonjun estaba, pero a la vez no.

—Cariño. —Ja-hyun le acarició sus hombros buscando relajarlo un poco. —Todo estará bien, ya vas a ver. Quizás... Solo es una etapa de la adaptación, de estar aquí en Oedo o puede que el trabajo comunitario lo agote.

—No, mamá, no es nada de eso. Es mi culpa, estarle mintiéndole a él, a mí y a Taehyung —dijo. —Tal vez si estoy fingiendo, haciendo que nuestras vidas estén bien.

—No, no... Claro que no, Taehyung está contento de que las cosas estén fluyendo a su tiempo con respecto a lo de Jiho. Y si Yeonjun siente que su hermano lo ve raro, debe darle un poco más de tiempo, apenas se acostumbra a convivir con más personas que ya no se limitan a Taehyung.

—Suena a que yo he hecho nada por toda esa estabilidad, solo es Tae el que ha estado trabajando en ello para que estemos bien, junto por Jiho y Yeonjun, sin pasar a llevar nuestro matrimonio. —Comentó. —No he hecho más que... estar ahí.

—No te castigues de ese modo, hijo. Ya se resolverán mejor las cosas, más si hablan entre los tres, tú, Yeonie y Tae.

—Lo intentaré, pero siento que luego de esto... Yeonjun se alejará de mi y no creo soportar eso otra vez, mamá.

═══════ ● ════════

Jiho pegó un salto emocionado en la cama de Taehyung y Yoongi, tratando de esquivar a Kim, que buscaba la manera de ponerle la parte superior de su pijama para irse ya a la cama. Kim estaba con la prenda de arriba en las manos tratando de atrapar al menor, quien no se dejaba hacer nada.

El corazón del castaño se detuvo al ver que, sin querer, tropezó y cayó sobre las almohadas. Se aterró pensado que quizás cayó mal, pero al instante la risa escandalosa de su hijo se oyó para dejar ir una carcajada junto con el pequeño.

Al tenerlo con la guardia bajo frente de él, lo atrapó tomándolo de la barriga y empezando a hacerle cosquillas por todo el abdomen, sacándole de la garganta risas y gritos llenos de emoción por el juego. Kim aprovechó y le colocó el pijama que era un polar con el dibujo de estrellas con caras sonrientes que Jimin le había regalado.

Jiho ya vencido por el mayor, noto a su peluche favorito cerca de su cabeza. Consistía en un zorro, lo tomó y comenzó a jugar con él por el aire mientras que lo colocaba en cara de Taehyung para no dejarlo ver. El zorro era de felpa, de color naranjo, y la barriga con las patas blancas, además de sus orejas puntiagudas. Jae-ik lo había hecho guiándose con un diseño que vio en una revista y lo rellenó, dejándolo bastante achuchable para el hijo de Taehyung. Desde que se lo entregó, el pequeño no se ha separado de él.

—¿Cómo que querías desafiarme? —preguntó. El hijo solo reía, y para Kim eso era un rotundo sí. El pequeño llevó el peluche a cara, mostrándoselo, y agitándolo de lado a lado. —Sí, cariño, es muy lindo. —Sentó a Jiho para bajarle el polar y dejarlo listo para la cama. —Estás listo para dormir, cada día me lo haces difícil.

Jiho se levantó en la cama para volver a saltar una y otra vez, lanzando al zorro al techo y volver a agarrarlo. Le aterraba que cayeron y ese era uno de los motivos por los cuales no se iba del cuarto, además de que su hijo pequeño no se quería ir de la cama matrimonial. Cuando se cansó de tanto saltar, cayó sobre la almohada del lado de Yoongi. El castaño vio que el menor rebuscaba debajo de esta y sacó lo que era la camiseta con la cual su esposo dormía.

A... —Emitió un ruido Jiho agitando la camiseta de Yoongi. Taehyung sonrió ladino y se sentó sobre la cama, mientras que el pequeño buscaba el modo de comunicarse con su padre.

—No sé qué me quiere decir, cielo. —Murmuró apenado, aun así, no se rindió para poder llegar a entender qué quería transmitir Jiho. —¿Yoongi? —Taehyung con sus brazos imita la altura de Min. El niño estiró la camiseta hacia su padre. —Sí, es de Yoongi. —Sonrió mientras agitaba la cabeza en afirmación y el niño pareció entender un poco.

Se bajó de la cama y comenzó a caminar hacia la puerta de cuarto para irse de allí dentro.

Taehyung sintió su corazón cálido. Jiho andaba buscando a Yoongi a su modo, aun así lo hacía. Algo emocionado por verlo, se apresuró y lo siguió detrás para ver qué tramaba. Fue precisamente cuando el pequeño llegó hasta la puerta principal, dejando el zorro sobre la mesa de centro, pasando a segundo plano y la camiseta como protagonista. Jiho señaló la puerta y agitaba la camiseta.

—¿Quieres buscar a Yoongi, cariño? —Habló fuerte para que le entendiera.

Prr...

—Ya viene. —Con su mano le indicó que ya estaba por llegar. Jiho, se conformó y se fue a sentar al sofá con la camiseta de Yoongi en sus manos.

Taehyung se sorprendió por la forma de actuar de Jiho, más ahora lo que fue todo este mes completo.

Parecía querer estar más con su marido, andaba a la siga de él; si Min iba al cuarto, Jiho le seguía. A la cocina, el pequeño aparecía por el arco hacia la cocina o, si salía a dar una vuelta, lo agarraba del pantalón para que no fuera, al menos, no sin él. Yoongi se conmovía por cada acto del pequeño de la casa, a pesar de que no oyera tanto y no hable. Era muy inteligente para sus cortos dos años y siete meses que ya tenía. Pensó mucho en ello, y solo esperaba que las cosas fluyeran como lo estaban haciendo. Adoraba ese pequeño nido familiar lleno de amor que tenía en el departamento hace mucho tiempo, sumido en la soledad.

Antes de ponerse a calentar la cena para Yeonjun y Yoongi que llegaban un poco más tarde, la puerta se oyó.

Kim se asomó pensando que era su esposo, se apresuró con una sonrisa radiante para saludarlo. Al ir a la puerta, su rostro se hizo un poema cuando vio a su hijo mayor con la nariz sangrante, la herida en la ceja y el hematoma más que claro en su cara. Taehyung dejó el paño de lado y lo siguió hasta el cuarto que estaba hacia donde iba a toda prisa, pasando por alto a Jiho que se quedó mirando desde el sofá.

—Yeonjun, hijo... —Le llamo, entrando a su cuarto, juntando la puerta una vez dentro. El chico se quedó parado en el medio buscando su mochila y su arco. —¡Yeonjun! —Alzó más la voz para que lo oyera y detuviera lo que estaba haciendo. Taehyung se quedó de piedra al verlo malherido. —¿Qué fue lo que pasó, hijo? —Le tomó el rostro entre sus manos con cuidado. El chico le agarró la mano y se la alejó de su cara.

Al ver que se separó de él, se sintió mal por ser rechazado por el chico. Parecía que Yeonjun estaba decidido a algo y sobre todo enojado, su expresión era clara, solo que no sabía que lo puso de esa manera. Quizás algún problema en el trabajo o discutió en algo con Yoongi, el no saber nada lo angustiaba mucho más.

—¿Y tu padre? Fue a la central por trabajo... —Murmuró. Taehyung no podía seguir hablando con normalidad otro tema cuando su hijo estaba herido y enojado. —¡Yeonjun, necesito saber lo que te pasó! —Se afligió enseguida. —¿Por qué tiene sangre? ¿Acaso peleaste?

El muchacho dejó de mala gana la mochila sobre su cama.

—Sí, tuve problemas en el trabajo, eso ocurrió. ¿Algo más? —Le respondió hostil.

—Hijo, calma... Solo me asusté por verte así. —Le dijo posando sus manos en los hombros para que se relajase. —Déjame limpiarte esas heridas, aunque sea...

—¡Appa, déjame, por favor!

Taehyung notó cómo Yeonjun le apartaba la mano nuevamente, esta vez, con un poco más de fuerza. Kim se quedó viendo que era lo que buscaba hacer en ese momento. Fue entonces cuando vio que a esa mochila negra comenzó a meter prendas de ropa y algunos objetos personales.

—¿Se puede saber qué significa todo esto? ¿Te quedarás en casa de Beomgyu? —preguntaba. —Sabes que tu padre y yo no tenemos problemas con eso, no es necesario que llegue de esa manera tan prepotente.

—¡No me quedaré con nadie! ¡Me voy de aquí!

La sangre del padre se heló de un segundo a otro. Percataba su piel fría y el rostro estaba más que seguro de que palideció al oír lo que su hijo mayor acaba de decirle con tanto ímpetu. Trató de hacer algo, pero estaba inmóvil en su lugar, no sabía qué quitarle de las manos, la mochila o el arco. El corazón se agitó al ver que cada vez echaba más y más cosas.

—¿Qué es lo que pasó que tomaste esta decisión tan de la nada?

—Solo no quiero estar más aquí. ¿Acaso me vas a dejar obligado aquí?

—¿Tengo alguna opción? —preguntó cruzándose de brazos. —¿Qué clase de arrebato es este? O no, mejor esperamos a tu padre y hablaremos esto entre los tres.

Yeonjun bufé rodando los ojos y lo único que hizo fue cerrar la mochila para colgársela en el hombro y prepararse para salir de su cuarto.

Se fue por el lado de Taehyung, fue como si este último se dio cuenta de que su hijo iba demasiado en serio. Al intentar detenerlo, se vio cómo la puerta del cuarto de Yeonjun se abría de golpe, dejando ver a Yoongi un tanto agitado, al parecer se había apresurado en llegar al departamento. Padre e hijo se quedaron de piedra al verlo allí.

Min cerró la puerta con cuidado. Llegó tan de pronto que Taehyung no oyó la puerta ser abierta o los pasos de Jiho corriendo hacia Yoongi como de costumbre. Por la expresión que tenía en ese momento al entrar el cuarto, era claro que sucedió una situación que comprometía a su esposo e hijo que se miraban con recelo.

—Que alguno me explique, ahora, lo que pasa.

—¿Quieres saber? —preguntó Yoongi mirando a Yeonjun. Obviamente que Taehyung asintió. —Discutió con un compañero de trabajo y estaban moliéndose a golpes en el suelo cuando fui a ver el trabajo. ¿Lo peor? ¿Sabes qué es lo peor? —Insistió. Kim, por supuesto, negó las dos veces. —Que me hablo como quiso, diciendo que mi error fue hacerme cargo de él.

—¿Q-Qué? —Kim observó a su hijo que no bajó la mirada. —¿Yeonjun cómo...?

—¿Acaso me equivoco?

—Claro que sí. Estás muy equivocado, porque si tu padre lo hizo fue porque te ha adorado desde siempre. —Empleo un tono molesto.

—¿Acaso piensas irte de aquí? —inquirió Min. Yeonjun se cruzó de brazos. —¿A ese punto estás llegando? No pasó nada más que la pelea, y mira cómo has estado reaccionando. Le hablas mal a tu abuela, a mi me gritas y luego llegas aquí a sacar tus cosas sin dar explicaciones. ¿Qué es lo que tanto te molesta?

—Ya te lo dije...

—¡Aquí nadie finge nada! —Enfrentó. —¡Tu padre y yo tenemos edad suficiente para tomar decisiones que sean las mejores para ti y para tu hermano! ¡Si tuvimos nuestros problemas es algo de lo que ya hablamos y tomamos el tiempo para que funcione! ¡Irte por algo así, me parece completamente inmaduro de tu parte!

—Me hablas como si no supiera tomar mis propias decisiones. —Habló ofendido.

—¿Te tengo que hablar como si fueras un hombre que sabe lo que hace cuando claramente estás haciendo mal las cosas? Pues no lo haré, porque esto me parece un berrinche tuyo más.

Yeonjun suspiró molesto tratando de controlarse un poco. Estaba enojado por todo, más que nada esos problemas, o esas astillas que quedaban por quitar y que nadie lo ha hecho, ya que decidieron fingir que no estaba o que no dolían.

—Hijo, dime. ¿Qué pasa?

—Me siento sofocado en esta isla, appa. Todos, gracias a la abuela, me ven como si fuera incapaz de hacer cosas por mi cuenta o soy el chico perdido al que jamás debieron ir a buscar. —Taehyung se quedó mudo al oír ello, más que nada porque el tema era delicado. —Sí, suena horrible, pero eso me dijo el idiota que casi me parte la cara.

—Está equivocado, hijo. El estar aquí es lo mejor que me pasó en todo este tiempo. —Le hablaba Kim para calmarlo un poco, pero Yeonjun lo rechazaba. —Sé que es horrible sentir que no encajas, pero nos tienes a nosotros, tu familia.

Min, el joven, no lo sentía de ese modo. Comprendía el apoyo, solo que era una cuestión propia de él, de su mente, que le decía que había quizás un lugar mejor para estar en donde no oír las cosas que la gente comenzó a hablar desde que ocurrió lo de la borrachera que se dio y arruinó algunas cosas en la plaza central con su amiga y novio. Jamás creyó que eso le diera a la gente material de cuál hablar.

Para él era un pueblo más, con mente pequeña.

Si bien no eran motivos para haber hecho todo esto, Yeonjun se ha mentido a sí mismo, desde que probó a la primera pastilla del tratamiento.

—Por más que me des motivos para entenderte, no lo puedo hacer. No porque no quiera, es porque te entiendo. Yeonjun. —Comentó Yoongi todavía molesto por su forma de actuar de las últimas horas. —Para mí, algo estás ocultando, la verdad de por qué andas así.

—Solo dinos, para saber qué hacer con tu padre. Por favor, hijo, no soporto verte mal.

Yeonjun apartó la mirada hacia la pared donde tenía una foto de Beomgyu junto a él, la que su padre hizo en Jirisan cuando fue a buscarlo los primeros días. También una de Jiho de bebé, y de los demás en la pared. De sus familias en general, para él todas eran su familia. Se abrazó a sí mismo y estaba aterrada de decir la verdad, confesar que todo lo que debía que hacer para estar bien, lo hice mal.

Tragó duro y se sentó en la cama, mientras que sus padres lo miraban a espera de oír la verdad.

—No me he sentido bien, no estoy bien, de hecho. —Reveló. —Voy... Voy con una psicóloga de la isla para tratar unas crisis de pánico que me venían antes de llegar a Oedo, y para tratar con lo de Bogum y no he podido... —Lloriqueo. —También es raro para mi vivir aquí, como si nada de lo que viví hubiera pasado y es extraño porque todos han superado lo que pasó, pero yo no. Me atormenta cada noche.

—¿Por qué no nos dijiste que ibas con una psicóloga? —preguntó Taehyung suavizando su expresión. —Eso era algo importante.

—¿Será porque ustedes, en esa semana, estaban enojados y yo no quería darles más problemas o porque se trataba del tipo que te hizo daño a ti y a mí? —Inquirió con sarcasmo. Molesto por ello, claro que no todo era culpa de sus padres, igualmente era suya por hallar el momento correcto de tratar el tema.

—Aun así, te hubieramos oído, Yeonjun.

—Ya no quiero, estoy tratando de lidiar con eso yo solo... —Jugó con sus manos nervioso.

Yoongi empezó a sacar pocas conclusiones. Si ya era un mes que no lo veía ponerse mal por esas crisis, tal como cuando estuvieron juntos en el puerto, es porque está recibiendo una clase de tratamiento farmacológico que ambos desconocían. Era un mes desde que todo pasaba y de la noche a la mañana las crisis de pánico no desaparecen. Está seguro de que su hijo estaba tomando pastillas.

—¿Te dejaron pastillas?

La pregunta cayó del cajón. Taehyung divisó a su hijo, que jugaba con manos nerviosas, mientras que Yeonjun miraba el piso alfombrado de su cuarto. Yoongi por su lado, permaneció allí esperando la repuesta que fuera; daba igual, la sospecha ya está sobre la mesa.

—¿Q-Qué?

—¿Estás con algún tratamiento?

—N-No... Yo no... No tengo tratamiento.

—Mírame a los ojos, dime que no estás mintiendo.

Yeonjun titubeó y levantó la mirada hacia su padre, solo que no fue capaz de seguir viendo sus ojos severos cuando le hizo la pregunta definitiva que marcaría parte importante en ese dilema familiar que él atravesaba ahora.

Para Min ver que su hijo fue incapaz de sostener la mirada con él, fue suficiente para que tomara la mochila de su hijo sin aviso previo para darle la vuelta por completo sobre la cama, cayendo la ropa y algunos objetos de uso personal. Al mover las pertenencias de Yeonjun encontró un frasco de color amarillo con tapa blanca. Eran esas, lo aseguraba. Yeonjun le iba a arrebatar el frasco, sin embargo, Min fue más rápida y las agarró entre sus manos para que Taehyung la viera igualmente.

Viendo bien, era un franco con una etiqueta; simulaban que decían ser supuestos suplementos vitamínicos. La arrancó con la uña hasta ver bien el nombre de estas, era uno comercial, pero le bastó con leer los componentes para saber que su hijo estaba tomando antidepresivos más benzodiazepinas.

—¿Vas a seguir ocultando algo más? —preguntó mostrando el frasco.

Yeonjun se la arrebató de las manos enseguida.

—No tenías por qué hacer eso...

—¿Hace cuánto las tomas? Y no quiero más mentiras. —Le ha exigido Min.

El chico jugó con sus labios, estaba aterrado de decepcionar a Taehyung y Yoongi, aún más todavía. Tomo aire y miro las pastillas mientras buscaba las palabras adecuadas para hacerlo.

—Se suponía que las tomaría en casos de emergencia, pero... pero las tomo la mañana y en la noche. —Confesó.

Para Kim fue inevitable regresar a ese tiempo en donde tomaba pastillas para dormir para el hogar, los pensamientos nocturnos que lo acechaban por la soledad que sentía al no tener a Yoongi y Yeonjun consigo en casa. Saber que su hijo se automedicaba por problemas psicológicos por los cuales pasaba le partía el corazón. Sentía que falló como padre en cada sentido, y no sabía qué hacer para remediarlo.

—Dámelas, ahora. —Se arrebató Taehyung de golpe. —No quiero saber que te vuelvas a medicar tú solo. ¿Me oíste? —Yeonjun se puso de pie para recuperarlas, pero Kim las guardó en su bolsillo trasero del pantalón. —Mañana irás con nosotros con la psicóloga, ella debe saber esto.

—¡Tú no puedes decirme qué hacer con mi salud! ¡Soy yo el que tiene esas malditas crisis de pánico que hacen sentir que muera cada vez que vienen!

—¡Se acabó! —Su padre le alzó la voz para que dejara de pelear por algo que él hacía daño. —Si te pones así por unas pastillas es porque estás haciendo dependencia hacia ellas y yo no lo voy a permitir, bajo ninguna circunstancia.

Yeonjun se dejó caer en la cama y se tomó la cabeza, algo frutado por la situación. Al oír cerrar la puerta, se largó a llorar.

Tenía esa sensación de que les falló a sus padres, les mentido, les gritó y todo por no saber tratar el tema de su salud. No sabía si llegó a tener esa dependencia a las patillas, pero si logra pensar en todas esas veces que las tomaba era un respiro y se aseguraba de no tener las crisis. Entonces Yoongi tenía un poco de razón.

Hizo mal, lo sabía, al parecer, la gota que necesitaba para estallar y llenar ese vaso fue la pelea con su compañero que lo llevó al límite. Las voces que oía en el pueblo sobre el favoritismo que tenía, sobre el que no debieron irlo a buscar, todo era una cuenta gotas de ese vaso de cristal delgado en el que Yeonjun se ahogaba cada vez más.

Lo único que eran sus padres y a su hermano, más a Beomgyu, y estar de esa manera tan deprimente, le hacía sentir que falló por todos los lados posibles.

═══════ ● ════════

Yoongi abrió la puerta del cuarto del hijo de Taehyung, donde lo vio jugando con el zorro de felpa que su padre le hizo. Estaba acostado mientras movía sus manos de lado a lado, como si el animal estuviera volando, mientras que hacía sonido con boca.

Había sido una noche difícil, y apenas pudo comer en compañía de su esposo mientras miraba el frasco con pastillas que le quitaron a Yeonjun. Luego del enfrentamiento y de saber la verdad, el muchacho no volvió a salir del cuarto, ni siquiera a comer. Taehyung le llevó una bandeja con la cena, y la dejó en el escritorio. Apenas entró, lo vio cubierto con las mantas de su cama hasta arriba de la cabeza y era una señal clara de que no iba a comer, así que se la llevó de regreso y la dejó en la cocina para mañana.

Le pidió a Min que viera Jiho mientras daba una ducha para despejar, aunque fuera un poco. Y he ahí, viendo cómo el pequeño del hogar jugaba en su peluche favorito. Se acercó un poco hasta la cama, para que el niño lo viera, y apenas lo hizo. Se sentó en la cama y se lanzó a los brazos de Yoongi para abrazarlo. El azabache lo rodeó un poco, para luego hacerle cosquillas en la barriga. Jiho gritó y rio hasta que no pudo más.

Cuando tomó aire, sacó su almohada una foto familiar que le hizo Suran, está a modo de ayudarlo a mostrar a quién se refería más algunas tarjetas lúdicas que le hizo Namjoon con ayuda de Jackson y Jungwoo, con diferentes caras que mostraban las emociones que Jiho comprendía mejor. Asi entonces, con fotos en mano, apuntó a su hermano mayor y le pasó una cara triste en sus manos. Yoongi captaba que quería decir que si estaba triste.

—Sí. —Asintió con la cabeza. Jiho luego, inclinó su cabeza a espera del porqué. Si era sincero, no sabía cómo decirle a un niño pequeño todo, trató de pensar y solo se tocó la cabeza y el pecho, indicando que estaba triste por su mente y corazón. El niño no comprendía, pero sí cuando se tocó el pecho.

A Yoongi le partía el corazón al ver que el pequeño no entendía mucho o ellos no podían entenderlo, era frustrante y el único que lo lograba era Yeonjun gracias a las cosas que hacía. Vio encima de la mesa de noche el libro que él compró con lenguaje de señas para niños y abrió una página donde, sin querer, se encontraba una foto de Jiho y Yeonjun juntos. Min sonrió entremedio.

Se la mostró a Jiho, este la tomó y la abrazó. Seguidamente, colocó su cabeza en la almohada.

—No sabes cuánto me encantaría inventar un cueto para ti. —Le acarició la cabeza. El niño, al verlo un poco apenado, le pasó de nuevo la cara triste y a punto hacia él.

—También estoy triste. —El pequeño movió sus labios queriendo decir algo, pero no sabía cómo hacerlo. Solo lo abrazo antes de dormirse. Al alejarse, Min lo mira y con su boca le comienza a modular lento. —Te quiero, Jiho. —Módulo de letras por letra.

Antes de dormirse, le pasó la foto de un corazón. Yoongi solo sonrió antes de levantarse de la cama, Jiho movió su mano despidiéndose de él y Min hizo el mismo gesto.

Juntó solo un poco la puerta para finalmente dirigirse a su cuarto junto con Taehyung. Cuando entró, lo vi sentado en la cama con el cabello húmedo y la mirada perdida. El tez pálida caminó hasta él y se agachó frente a Taehyung tomándole las manos, lo que lo hizo salir de sus pensamientos. Este sonrió.

—¿El revoltoso estaba bien? —preguntó acariciando su rostro.

—Sí, como siempre, y no es por presumir, pero me dio un corazón hoy.

—Oye, a mi solo me da cara riéndose. ¿Será que estará burlando de mí?

Yoongi rio entre dientes.

—Lo dudo, pero debo decir que es el sistema que Namjoon le hizo, es muy bueno.

—Suran dijo lo mismo, también que cuando Jiho cumpla tres iban a comenzar a enseñarle sílabas y lenguajes de señas básico para él. Ya quiero que pasen esos meses para entenderlo un poco.

—El tiempo pasa volando, ya verás, amor.

Taehyung asintió. Yoongi luego se sentó al lado de él.

—¿En qué otra cosa piensas? ¿En Yeonjun?

—Claro que sí, se durmió sin comer, sin curarle esas heridas, me tiene... preocupado, no sé qué hacer, Yoongi. —Se reclinó en el hombro de su marido mientras este lo abrazaba. —¿Soy un mal padre?

—No, Taehyung. —Garantizó. —Llego a creer que soy yo, lo único que hice hoy fue... discutir con él.

—Supongo que tampoco te dijo cosas agradables.

—No... —Suspiro. —Saco lo de... nuestra pelea de antes. Pensé mucho en ello y, de verdad, no fingí estar bien contigo, Taehyung.

—¿Por qué dices eso? ¿Lo hacías? —preguntó aterrándose antes aquella idea.

—No, claro que no, amor. —Le negó enseguida. —No te niego que, si me sentí mal por todo lo que pasó, pero puso en la balanza y pensó en todo; cuando te conocí, el día en que me dejaste cargar a Yeonjun cuando nació, sobrevivir por el otro y por él. Nuestra vida en la casa de mi padre, luego Jirisan... el día en que me casé contigo. —Sonrió nosológico junto con Taehyung. —Todo eso, lo hice porque te amo. Me fui, te dejé solo cuando debí llevarte a toda costa. Estabas en derecho de pensar que morí porque no supiste nada de mí. Ya sé y lo entendí, que no lo hiciste por hacer un mal, solo pasó... y enojarme o divorciarme de ti, no ahora que el tiempo vuelva atrás.

—Igualmente, me cuesta creer que me perdonaste y que estás aquí, con nosotros. —Le tomó las manos.

—Y será siempre así, ahora más que nunca, porque Yeonjun nos necesita. No fui atento, no me di cuenta de lo que él necesitaba y pasó esto de las pastillas.

—No discutamos quién cometió más errores con él, porque hacemos lo que podemos como padres. Esto es prueba y error. Desearían ser como Jungkook o Jimin, esos dos...

—Son empalagosos. —Bromeó Yoongi.

—Además de eso. —Río. —Pero ya que, somos Kim Taehyung y Min Yoongi.

—Min Taehyung y Min Yoongi. —Corrigió susurrando en los labios, tomando postura nuevamente. —Eres mi esposo desde hace año, ya usa mi apellido.

—Te amo mucho.

—Yo más.

Unieron sus frentes la una con la otra. Min luego subió sus labios para besarle la coronilla.

—¿Yeonjun estará bien? ¿Saldremos de esto? ¿Verdad?

—Juntos, como la familia que hemos sido siempre.

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Se reveló que ha estado yendo a una psicóloga para que lo ayude a superar sus problemas con el pasado donde Bogum es el protagonista principal, sin embargo, la revelación venía con una verdad más complicada de atender.

Tomaba pastillas pasando por encima de las indicaciones médicas, comenzando a generar cierta dependencia que negó.

Taehyung y Yoongi afirma lblas intenciones se seguir junto por Yeonjun, dispuesto a hacer todo para que este bien.

Gracias por leer. Cuídense mucho y nos en oentemaos la próxima semana.

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