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—Papá, yo ya sé lo que pasó. No tienes que ocultar ya nada más.
Min sintió su corazón doloroso. Trago duro y le dedico una mirada llena de nostalgia.
El grupo de Yeonjun y Beomgyu conocían un poco de aquel pasado que les contaron sobre sus abuelos, trayendo la historia más horrible de un pasado que no recordaban en lo absoluto. Apenas siendo unos bebés, fueron deliberadamente robados por sus abuelos con fines de probar una vacuna que no se sabía si resultaría. ¿Quién diría que, años más tarde, aquel intento había resultado en que, verdaderamente, Yeonjun era inmune?
El padre del chico respiró hondo y abocó todas sus memorias en aquel día en que ya no estaba en casa, sino en el lugar donde pasó cinco años de su vida.
—Conoces esa versión, pero no la que pasamos Taehyung y yo. —Cruzó sus manos mirándolas fijamente.
—Nunca creí mucho en las palabras del abuelo de Gyu, así que quiero saber la tuya. —Pidió el chico.
—Entonces, así será. —Afirmo. Yoongi tomó posición seria y comenzó a recapitular todo lo que debía decirle a su hijo sobre el pasado y por esa cicatriz. Luego de huir de todos lados por los caminantes, llegamos a la casa de tu abuelo Jae-ik. Allí estuvimos mucho tiempo, hasta como siempre, perdíamos los lugares por caminantes o porque debíamos movernos. Entre ese tiempo, llegaron tus abuelos Kim, con Gong-yoo prometiendo un lugar y las comedidas que necesitábamos, pero claro, tu abuelo solo quería a tu padre y a ti, mientras que él hubiera sido feliz al verme ser despellejado por caminantes.
—Y... ¿Estuviste en prisión? ¿Verdad? —Le preguntó.
—Sí, estuve cinco años, por posición de sustancias ilícitas, droga, mejor dicho. —Confeso. —No era mía, era de alguien que amé cuando era un poco más joven. Confié ciegamente en él y se aprovechó. Para evitar problemas, escondió su vicio en mi cuarto. A la mañana siguiente fueron por mí y me dieron cinco años. —Explicó brevemente. —Tu abuela trató de todo para sacarme, pero no quise, me di por vencido.
—Perdiste muchos años de tu vida, por esas personas. —Yeonjun se mostró afligido.
—Es cierto, pero ya hice las paces con eso.
—¿Hace cuánto?
—Cuando conocí a Taehyung.
El grupo sonrió al ver cómo la mirada y el rostro de Yoongi se iluminaban cada vez que mencionaba a Taehyung. Lo extrañaba y era un verdadero hecho que lo amaba a pesar de estar lejos de él. Yeonjun se emocionó al oír aquello, pensar que se dio una oportunidad para amar, a una persona con un hijo, era de alguien con un corazón sincero.
—¿Fue en el bosque?
—Así es. Entonces contaba con varios meses de embarazo. Fue cuestión de tiempo para comenzar a sentir más que amistad por él, sin saber que mis sentimientos hacia tu padre se convertirían en lo que recuerdas de tu niñez, una familia.
—Ya veo... —Yeonjun entendía un poco al oír el relato de Yoongi. —¿Y el abuelo Dantae? ¿Es cierto que tú lo asesinaste?
Min se tensó.
—Sí, es verdad. —Confesó sin muchos rodeos. —Como te decía, estuvimos vine en la casa de tu abuelo hasta que llegaron, su visita fue de todo menos grata. Fue cuestión de distraernos para que se los llevaran a ambos. —Explicaba. —Llegamos a una prisión, la misma donde estuve, la tomaron para sus pruebas, no lo sé... —Suspiró haciendo una breve pausa. —Al estar huyendo, tu abuelo me quería matar. Me liberé, solo que me dejó la cicatriz. Solo me queda una opción para salvarme de que me sacase el ojo, lo empujé y cayó del barandal.
Sentía un poco de culpa, más que nada, por no haberlo protegido mejor esa noche. De tal modo, el que su hijo no haya podido conocer a su abuelo. A con la que ha cargado con esa responsabilidad, con el tiempo pensó en ello, y que Dantae no interviniera en la vida de Yeonjun, de un modo, era lo mejor. No se podía ni imaginar el trato que le daría si jamás lo consideró de verdad como su nieto.
Muchos años Yoongi lidió con el cartel de "asesino". Al principio, solo días posteriores al hecho, no dormía bien, se develaba entre cuidar en donde se asentaban y vigilar de que no vinieran más enemigos. Con el paso de los días, creyó que Taehyung no merecía seguir con el tipo que mató a su propio padre. Kim jamás le sacó en cara aquello, mucho menos lo crucifico por ello, más bien se lo guardó para no desempolvar el pecado que yacía arraigado en Yoongi por más de quince años.
Fue vida por vida.
Su vida por la de Kim Dantae.
Yeonjun veía la mirada penumbrosa del mayor, llegando a la conclusión de que seguía sintiendo mal por ellos. Pensando que su familia ya no era tan normal como creyó todos estos años, bastó un hecho que sacudió su adolescencia para darse cuenta de que los humanos no son perfectos, que las familias tampoco lo son y que guardan secretos por el bienestar de los hijos. Le costó entenderlo cuando vivía en Jirisan. Esa sobreprotección exagerada de Yoongi en ese entonces, no era por gusto, más bien tenía un motivo más profundo y significativo por el cual lo cuidaba, lo protegía de la horrible realidad que conoció a las malas.
—Me protegiste, appa. Mejor que nadie, y esa cicatriz es la prueba. —Le dijo, animándolo un poco. —Eres el mejor y tenerte a ti es lo más increíble que me pudo pasar sin siquiera pedirlo. Si pudiera volver a nacer, prefiera que tú sigas siendo mi padre una y otra vez.
El grupo de Yoongi y los Desertores lograron percibir un calor familiar proveniente de ellos dos. No había ADN en común, ni grupo sanguíneo, genes o como fueran los términos científicos para explicar la paternidad entre padre e hijo. Eso ya no importaba, lo que sí es que entre ellos había un cariño sincero, un apego verdadero que se volvió a unir luego de pasar un infierno separado por la incertidumbre de si estaban vivos o no.
Tras conversar sobre gran parte de la vida de Yoongi, existía la mayor duda de todas entre los adultos. El único que se atrevió a dejar el tema sobre la mesa fue Namjoon.
—Hay algo que no nos han dicho y es que... ¿Qué fue lo que pasó allá afuera? ¿Cómo es que Bogum y su gente se los llevaron?
Ambos menores se miraron entre sí. Hablar de ello aún era difícil, pero se merecían saber la verdad de lo que pasó ese día en el bosque luego de la caída de Jirisan.
—Bueno...
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Soo-Hyuk agarró a Yeonjun del brazo y lo llevó hasta la carretera principal que daba hacia Jirisan. El niño trató de soltarse, y en solo unos segundos lo logró con algo de dolor de paso; sin embargo, la libertad duró solo diez segundos tras echarse a correr y chocar de cara contra su padre biológico que le obstaculizó toda escapatoria.
Min cayó de bruces al suelo, aterrizando sobre su trasero. Se trató de levantar y volver a correr a Jirisan, pero Bogum lo tomó de la camiseta, jalándolo hasta él. El mayor lo miró con seriedad, casi con frialdad, que al menor le dio miedo y enormes ganas de echarse a llorar desconsolado. Claro que no lo hizo, en vez de eso le dio una mirada severa, cargada de odio y repudio, expandió sus pulmones y gritó a los cuatro vientos.
—¡Ayuda! ¡Appa! —Vociferó. —¡Estoy acá! —Al ver que nada pasaba y solo se oyó a la risa socarrona entre dientes de Bogum, fue el momento donde sí se largó a llorar, desconsolado por no ver a su padre llegar y solo estar con aquel hombre que, más bien, para él, era un monstruo. —A-Appa... ven, por favor... —Sollozo. —Appa Yoongi...
Bogum arrugó la frente e hizo una morisqueta, hasta por oír cómo llamaba a Yoongi sin cesar. Lo agarró de los hombros, zarandeando con agresividad, lo llevó frente a él y el hombre se hincó un poco, quedando a su altura.
—¡Él no es tu maldito padre! ¡Soy yo y nadie más! —Le enterró sus dedos por sobre la ropa a Yeonjun, quien no dejaba de llorar. —Escúchame bien. —Le tomó el rostro con la mano, presionando sus mejillas, mostrándose hostil ante su hijo; a raíz de esto, el menor se asustó y se quedó mudo. —Yo soy tu único padre, no hay otro, ni ese pobre diablo, asesino, ni siquiera el imbécil de Taehyung, solo yo. ¿Oíste bien? —Yeonjun negó asustado. —¡¿Me oíste?!
—¡Déjame! ¡Te odio! —Yeonjun le mordió la mano con fuerza y Bogum lo soltó debido a la reacción. Su mano quedó con los dientes frontales marcados y con un corte pequeño que le brotó gotas de sangre. Sacudió la mano dispersando el dolor.
Corrió hacia Beomgyu que estaba peleando con un tipo para que le soltara el brazo. Al verlo libre, le tomó la mano y corrieron en dirección opuesta. Soo-Hyuk negó con la cabeza ante el nuevo intento de huida que presenciaba. Asi que agarró su arma disparando dos veces al aire. Las aves revolotearon de los árboles, huyendo del estruendo; de la misma manera, provocó que los hijos de Min y Jeon se detuvieran en seco en medio de la calle. Los de la RCMC sacaron esposas y rodearon a los dos adolescentes. Yeonjun y Beomgyu se apegaron el uno al otro para que nadie les hiciera daño.
Antes de intentar cualquier otro método de escape. Bogum se abrió paso entre su gente.
—¿Eso te lo enseño, Yoongi? ¿Actuar como un salvaje? —Se puso frente a él. —Cuando estemos allá, te voy a enseñar verdaderos modales, a respetarme como a tu padre, y es la única opción que te doy. Me vas a comenzar a respetar, o vengo y quemo este puto lugar con tus padres dentro. ¿Tenemos un trato, hijo?
—No... No quiero ir contigo... No quiero... —Sollozo.
—Esas lágrimas no conmueven en lo absoluto. —Chasqueó la lengua al ver sus mejillas húmedas y coloradas. —Mira, Yeonjun, me fui de tu lado antes de que nacieras porque no sabía cómo carajos se cuida un bebé, y porque no me iba a quedar con desabrido de Taehyung para siempre.
Bogum hablaba de manera indolente, generando en Yeonjun más miedo y tristeza.
¿Acaso nunca lo deseo? ¿No lo quiera como hijo?
Entonces se dio cuenta de que Yoongi nunca en su vida le hubiera herido sus sentimientos de ese modo. En ocasiones se sentía mal hijo por haberse quejado o haberse enfadado con él por cosas que ahora pensaba que eran absurdas. Estando aquí, en este momento, con la verdadera persona que lo engendró, supo que su padre biológico era un monstruo.
—Bogum, vámonos antes de que estos pueblerinos salgan a buscar a los mocosos. — Le informo, Soo-Hyuk.
—Espérate... —Le miro neutral. Luego observo a Yeonjun. —Te diré esto una sola vez. Harás lo que te diga si no quieres que me regrese a tu villa de mierda a hacer que Taehyung vea con el ojo que le queda como hago que los infectados despellejen al supuesto hombre ejemplar y de familia que es Yoongi. ¿Estamos?
—Appa Yoongi irá por ti primero...
Bogum rio a carcajadas burlándose del menor.
—Quiero ver cuánto se va a tardar, porque ese día lo esperaré de brazos abiertos, si es que te encuentra, hijo. —Le acarició la mejilla. —Te veo y me pregunto por qué no puse un condón para acostarme con el ingenuo de Taehyung... —Se enderezó mirando su mano. Yeonjun no entendía ni la mitad de las estupideces que murmuraba, pero de seguro era algo horrible. —Debí separarme de Taehyung antes de dejarlo en cinta, fui un imbécil... —Murmuró entre dientes. —Da igual, ya lo eché todo a perder. —Le dio la espalda mirando a sus hombres que ni se inmutaban ante la escena con los menores asustados y lagrimosos. — ¡Carguen todo y vamos al carajo de aquí! —Ordenó. —Tengo que reeducar a mi hijo. —Le miró riguroso.
Por primera vez, Yeonjun tuvo miedo de todo lo que pudiera pasarle en manos de Park Bogum.
Antes de poder discutirle al mayor, sintió cómo alguien lo agarraba y separaba de su mejor amigo, Beomgyu. Sin poder gritar por ayuda nuevamente, un piquete doloroso en el cuello lo hizo quejarse dolor. Cuando intentó entender todo, comenzó a ver borroso hasta que ya no lograba ver nada por la oscuridad que lo devoraba lentamente. Cayó al suelo dormido y luego lo hizo el hijo de Jimin y Jungkook.
Bogum los quedó mirando, mientras que Soo-Hyuk le indicaba que se apuraran los demás y preparan el vehículo para llevarse a los menores.
— Buen trabajo, Soo-Hyuk. —Bogum clocó sus manos en la cintura, dando aires de liderazgo, altivo y queriendo imponer orden. —Asegúrate de que Jirisan se calcine con esos idiotas dentro y que Yoongi se muera. Odio ese hijo de puta... —Camino hacia el cuerpo durmiente del menor.
—Claro. —Afirmó. —Pero, ¿qué harás con el otro mocoso?
—Se le llevaré al jefe Jeon, es su nieto que él se ocupe, yo me haré cargo de Yeonjun. —Comentó tomando al menor en sus brazos y metiéndolo al convoy militar que uno de sus hombres trajo del escondite. —Además, cuenta con la vacuna, por lo que lo enviaré a investigación.
—¿Qué pasa si esta gente los busca?
—Que lo hagan, me importa una mierda, nadie sabe dónde estamos, Jeju es una distracción para ellos. —Bogum se subió esperando que Soo-Hyuk acomodara a Beomgyu junto a Yeonjun. —Seré el padre que Taehyung alguna vez quiso. —Se burló.
Soo-Hyuk rio maliciosamente junto a él, poniendo en marcha el convoy hasta perderse la lejanía de Jirisan. Estando a metros de donde los podrían encontrar fácilmente.
El camino de regreso hubo solo silencio e informes de cómo estaban las calles de camino al verdadero punto de la RCMC.
El lugar de donde provenían no solo eran militares y gente de ese tipo de cargos importantes que han existido desde que el mundo es mundo, más bien era también una comunidad, pero de gente con ideales similares a los de la república, es decir, individualidad, egoísmo, poder, odio, y la omnipotencia que creían tener sobre las personas débiles. Pensar que solo ellos tenían las cualidades adecuadas para sobrevivir a lo que era el mundo.
"El débil muere, el fuerte prospera".
Tal como una cadena alimentaria, con sus depredadores y presas.
Hombres y mujeres compartían aquel dicho que han odiado desde que llegaron, solo los más aptos logran resguardarse tras los muros donde convierta la RCMC. En sus tierras son ellos la ley, y nadie más. Jeon Gong-yoo levantó el grupo desde cero con ayuda de Bogum, siendo así los únicos con el liderazgo propio para llevar la multitud contra quienes crían que era el enemigo o los proclamaban como peligro para su prosperidad entre otros intereses, por ejemplo, una vacuna.
Lo que se resumía en el hijo de Taehyung. El único que logró recibir la dosis de prueba.
Bogum sabía que Yeonjun, si era bien educado y entrenado, podía ser como él o peor. Lo cual no era malo, más bien saber que ese chico que tenía su sangre podría liderar a la RCMC era un orgullo más a pesar de no conocerlo nunca y recién saber que su hijo estaba vivo.
Yeonjun era importante y no se le escaparía de entre las manos.
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—Ese maldito hijo de perra lo voy a matar yo, Yoongi. Ni intentas evitarlo. —Comentó Jackson, bravo al oír el relato de Yeonjun. —¿Qué se cree? ¿Ahora quiso hacerse cargo del hijo que dejó atrás para darse la vida de ocio? ¡Lo pienso y me enerva!
Min oyó cómo el menor decía con detalle y recitaba las mismas palabras de Bogum. Le daba rabia y tristeza saber que su hijo debió soportarlo por mucho tiempo, debió haber ido detrás de ese día y nada de lo que pasó hubiera afectado a su hijo. Estarían juntos luchando con la gente de Jeon y Park, pero unidos como familia que eran. Apretó sus manos al oír cómo Bogum lo trató ese día, se pudiera tenerlo en frente, lo mataría, lo juraba por todo lo que amaba.
Se las iba a apagar una por una. Desde poner el nombre de Taehyung en su boca para desacreditarlo y usar a su hijo como si fuera un soldado de guerra, arruinado la poca infancia que podía haberle quedado por vivir.
—Siempre sospeché de ti, pero resultó ser Soo-Hyuk. —Mencionó Jungkook mirando a Jaewook con arrepentimiento.
—No te culpo, siempre fui la oveja negra y tenía sus motivos para desconfiar de mí. ¿No?
—Lo peor de todo es que tuvimos en nuestro hogar, en Jirisan, a Soo-hyuk... —Agrego Namjoon. —Todos merecen irse al infierno.
—Lo mismo opino y no los conozco. —Intervino Sang-wook. —Pero es mejor irse que luchar y volver a perder a sus hijos, las cosas se pueden complicar, más aún si estos muchachos dicen que son una comunidad más, llena de gente igual de lunática que ese tal Park Bogum. —Concluyó.
—Tiene razón, no debemos seguir quedándonos aquí dando vueltas sin rumbo. Tenemos que regresar a Oedo, ahora mismo. —Les dijo Tak con ímpetu.
—¿Cómo lo harán sin bote? —preguntó Hyun-Soo.
—Hallaremos el modo de tener uno. Tenemos la suerte de que siempre encontramos el modo de conseguir lo que nos proponemos. —Le respondió Jackson. —Solo debemos movernos ahora al puerto, aprovechar las horas de luz que nos quedaban por delante.
Yeonjun asintió al igual que Beomgyu estando de acuerdo.
Todavía hay luz fuera, podemos hacerlo. Conozco un buen atajo hasta el puerto.
—Sí, pero Yeonjun... —Eun-yoo le miró enseguida. —No la hemos usado desde hace tiempo, debe estar plagada.
—Y lo sé, pero no me quedaré aquí esperando a que él llegue otra vez por mí. Me cansé de huir, quiero irme a casa. —Le discutió a la chica.
—Iré con ustedes. —Se ofreció enseguida.
—Eun-yoo, ¿estás segura de eso? —Le preguntó Hyun-Soo.
—Sí, puedo hacerlo.
—Como gustes.
—¿No vendrán ustedes? —Quiso saber esta vez, Chan-Young. —Si la RCMC los encuentra...
—Estaremos bien, no somos de quedarnos quietos por un largo periodo de tiempo. No creo que nos encuentren esos idiotas. —Le respondió al menor.
—Cualquier cosa no dudes en buscarnos, los podemos recibir con gusto. —Le ofreció In-hwan.
—Entonces está decidido, nos vamos.
—Espera, deben saber por qué lado de Incheon se van a mover. Les recuerdo que tiene un puerto y aeropuerto. Es una ciudad transcurrida, y al menos habrá hordas, y no de caminantes, sino de corredores. Cada rincón de la ciudad tiene al menos hordas de casi cien, máximos doscientos. ¿Creen que un grupo de once personas podrá? —Le interrogó mirándolos mientras cruzaba sus brazos.
—Si lo dices así, no. —Negó Wang.
—Tomémoslo con calma, organicémonos ahora y mañana al alba nos vamos de aquí.
Eun-yoo se levantó de la mesa junto a Hyun-Soo dejando al grupo de Min y Jeon en silencio, algo sorprendidos ante la actitud de la menor.
—¿Acaso una niña nos acaba de dar órdenes? —preguntó Jackson, algo confundido.
—Sí, una mocosa te dijo qué hacer —respondió Jaewook.
—Confíen en ella, sabe lo que hace —dijo el sargento levantándose de la mesa en donde estaban reunidos.
—¿Era así antes de que la ayudaras a salir de la isla? —Interrogó Jungkook.
—Sí. —Confirmó. —Solo que era mucho para tan pequeña persona, eso la hacía diferente. No esperaba encontrármela tan grande.
—Ya lo creo... —Le sonrió Jungkook mirando a Beomgyu que era casi de su estatura.
Aprovechando el tiempo a solas y, porque no, despejándose un poco de las tensas conversaciones. Los dos menores sacaron de las porciones que tenían guardadas para comer con todos ellos. Habían viajado mucho por un largo tiempo sin detenerse, y merecían casi que un banquete de todo lo que tenían. Después de todo, Hyun-Soo les dijo que no había problemas y que él siempre hallaba el modo de conseguir mucho más que eso.
Estaban todos reunidos en lo que era o fue el comedor principal de los trabajadores de la fábrica textil. Eran arias mesas largas donde todos se sentaban juntos a comer, y ellos decidieron unir solo una para sentarse juntos. De la nada se convirtieron en diez personas en un lugar, llenado un poco más lo vacía que era, pues en el taller solo eran Eun-yoo, Hyun-Soo, Yun-jin, Ni-ki y antes los dos menores.
No se esperaban para nada oír que Hyun-Soo y el resto se quedarían por ideales distintos, como dijo, eran Desertores de la RCMC, y no permanecían tanto tiempo quietos para evitar ser hallados por Bogum y su gente.
Entre la comida salieron temas importantes, más preguntas relacionadas con lo ocurrido antes de llegar a la verdadera zona donde los tuvo Park escondido por mucho tiempo. Los peligros que pasaron para por fin dar con Eun-yoo y el grupo de Hyun-Soo. Como dijo, eran personas o jóvenes que entrenaron tras las paredes lideradas por Gong-Yoo y Bogum, hasta que se dieron cuenta de que la injusticia estaba en cada rincón, imposibilitando el verdadero deseo de vivir por gusto y no para imponer miedo con un arma. Eso era lo peor y lo que más odiaba Yeonjun y Beomgyu.
Incluso el hijo de Jungkook se enteró de que ya era hermano mayor y estaba deseando llegar a Oedo a conocer a esa hermana o hermano que lo esperaba. De igual manera, se sintió mal al saber que se perdió algo de su crecimiento. Al igual que Jeon era triste, pero lo valía era el llegar y ver a esa familia que tanto extrañaban y que creció con el tiempo.
Por ello se escaparon varias veces, cada vez eran hallados por Bogum. Yeonjun le dijo que los castigos eran hacerlo entrenar de ocho de la noche a las ocho de la mañana, casi doce horas de entrenamiento continuo más someterlo a estudio de prueba para hacer más vacunas con sangre del menor.
Cambiaron el tema, llegando finalmente al punto donde Jackson les contó cómo perdió la mano.
—Lo hizo Namjoon, reaccionó rápido y... adiós a la mano. —Terminó de contar.
—¿En serio lo hizo? —Beomgyu no podía creerlo. —De seguro se lo enseñó Seokjin hyung.
El moreno asintió.
—Exacto, no podíamos perder el alma de este grupo. —Le dio unos golpes en el hombro.
Todos rieron.
—Gracias por venir a buscarnos. —Les dijo mirando a Jaewook, Jackson y Namjoon.
—Claro, los conozco desde antes de que llegaran al mundo. —Bromeó el moreno sonriéndoles a los dos.
—A ustedes, iguales, se lo agradecemos. Fueron de mucha ayuda de seguro. —Comentó Yeonjun hacia el grupo del sargento.
—No hay de qué, trabajamos para buenas causas y esta era una de ellas. Sus padres deseaban más que andar, encuéntralos como fuera, y no pudimos simplemente desistir en el camino. Un hijo es importante, pero dos, lo son todavía más. Habló Sang-wook.
—Nos alegra que estén con ellos. —Intervino Chan-Young.
Yeonjun miraba al grupo, algo incrédulo todavía, no era capaz de creer que luego mucho tiempo al fin estaba con su gente, su grupo, las personas que conocía desde que tiene uso de memoria. Al pensar que dentro de horas estaría con el resto de la familia y amigos, lo emocionaba bastante. Supuso que esa suerte se la debía alguien que, nunca, olvidaría a pesar de recordar su rostro.
Yoongi vio a su hijo pensativo y se le acercó para preguntar.
—¿Pasa algo?
—Pensaba en algo.
—¿Puedo saber en qué?
Min asintió con una leve sonrisa.
—Siento que, el no rendirme, intentar volver a casa y que estés ahora conmigo, quizás es gracias a la ayuda de la gente que perdieron en el camino. Ya sabes... lo típico, de "están en algún lugar", bueno, lo creo. —Le dijo sinceramente, acaparando la atención de todos al final. —Quizás sí están presentes en lo que hacemos, quizás... Soobin hyung ayudó a que no me rindiera, después de todo él me sacó de ese lugar horrible. Muchas personas debieron cuidarme cuando era bebe y que no recuerdo. Bahiyyih y Yeri noona, Eun-woo noona, Soobin hyung ... Todos.
—¿Cómo es que tú sabes sus nombres? —preguntó Jackson. —Eras un bebé cuando la hermana de Kai te cargaba, y... Yeri igual.
—Por qué siempre he preguntado y miraba el muro del recuerdo de Jirisan. —Explicó brevemente. —Quiero honrar sus memorias. Estoy aquí gracias a ellos y a ustedes.
—Vaya... me harás llorar. —Murmuró Jaewook. —Me haces sentir mala persona.
—Lo tuyo es diferente, pero es prueba de que la gente cambia, la que quiere, claro.
—Oírte hablar de ese modo, me hace feliz. ¿Lo sabes?
—¿Estás como el típico padre orgulloso?
Yoongi rio junto a él.
—Cada día lo estoy, hijo.
—No sabes lo feliz que estoy por volver a casa.
—Ya es hora de regresar.
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Poco a poco irán sabiendo como fue el paso de los chicos dentro del grupo de Park Bogum.
Conocemos más sobre lo que paso y Yeonjun enfrenta a Yoongi preguntándole sobre la verdad de todo lo que paso con sus abuelos años atrás. Sin embargo, nunca creyó del todo.
Lo más importante, es que el regreso a casa comienza su cuenta regresiva. Oedo y sus familias los esperaban a todos.
¿Cómo será el regreso a casa?
Gracias por leer.
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