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43

Doce horas después.

Sus ojos pesaban, su respiración era lenta y la visión nublada. Trató de levantar la cabeza, pero el dolor lo martilló con fuerza nuevamente, generando una extraña sensación de peso en ella.

Jungkook no solo sintió dolor en su cabeza, sino que también en sus brazos, que lo sentía presionados con algo. Al tener un poco más de control en el cuerpo, logró levantar la vista y vio que estaba atado con sogas que estaban amarradas a un andamio del techo. Sin entender del todo, buscó la manera de liberarse, pero sus pies apenas tocaban el suelo. Estaba colgando con un cerdo en una carnicería.

Al tener conciencia de esto, se empezó a mover con fuerza, luchando por soltarse de una vez, pero era inútil. Miró hacia los lados desesperados y vio a Jackson a su lado derecho y a Yoongi del izquierdo. Los demás iban del lado de los otros colgados de la misma manera. Buscó cómo mirar su encierro y había una sola ventana con refuerzos en una parte alta que apena dejaba entrar la poca y nada luz. No sabía si era de mañana o tarde. La desesperación lo comenzó a poner ansioso hasta que comenzó a despertar a los demás, balanceándose hacia un lado y el otro chocando con Min y Wang.

—¡Despierten! ¡Yoongi, Jackson! —Vocifero.

Estos dos comenzaron a tener conciencia lentamente, la igual que Jeon a un comienzo. Wang, al ver el techo, se comenzó a mover con rabia buscando la manera de liberarse, pero era estúpido intentarlo. Cada vez que lo hacía, le dolían los brazos ya sin fuerzas de seguir luchando.

—¿Dónde...? ¿Dónde estamos?

La voz de Chang-Young llegó, ha oído de Jungkook, Jackson y Yoongi que ya estaban lucidos.

—¿Qué carajos es esta porquería? ¡Malditos enfermos! —Grito Wang esperando que alguien lo oyera.

En eso abren la puerta de golpe una chica pelirroja, un chico de cabello castaño y detrás entra un tipo de cabello azabache, mirada filosa y expresión fría a lo que aprecia ser una sala. El detalle de estos tres es que venían con baldes, de lo que aprecia ser agua con hielo. La pelirroja impulsó el balde y mojo por completo a Namjoon, In-hwan y Sang-wook que despertaron por el golpe de frío y el agua azotó sus cuerpos.

La chica lanzó el balde lejos y luego fue el turno del muchacho que empapó solo a Jackson, Jaewook y Jungkook, salpicando a Min que ya se estaba comenzando a enojar.

—Este es mío. —Murmuró el azabache lanzando el agua a Min en la cara, generando que despabilara mejor y gritó furioso él por el trato.

—¡Hijo de perra, apenas salga de aquí, te voy a matar! ¡¿Oíste?! —Se le acercó como pudo, a pesar de estar colgado de brazos, apenas tocando el suelo.

—Quiero ver como lo intentas... Yoongi. —Sonrió socarrón.

Min se quedó de piedra.

¿Cómo...?

—¿Me conoces acaso?

—Claro, los hemos estado observando desde que llegaron a Incheon hace unos días, y es que a mí no se me escapa nada. —Le explico, tomando la silla del rincón y sentándose frente a los seis hombres que estaban alerta. —Nunca vi tanta supervivencia desarrollada en hombres como ustedes. Vena esto como un descanso de caminar sin rumbo por Incheon.

El tipo se cruzó de piernas y junto a sus manos sobre sus rodillas, mirándolos a cada uno.

—Me odian, lo sé. Sonará, poco coherente, pero no busco hacerles daños. Solo quiero que se vayan en silencio, sin alterar a nadie, porque si no, ahí sí que le doy la orden a mi gente para que los cacen. —Sonrió tenebrosamente. —Pero, doy oportunidades, y comenzaré con unas pocas preguntas antes de largarlos a la calle como perros. Primero; su amigo dijo que buscaban a dos de ustedes, quiero nombres, ahora. —Hizo énfasis.

Jackson negó con la cabeza mirando a Yoongi y Jungkook.

—Buscamos a nuestros hijos. —Confesó Min sin más remedio.

—Vaya... una causa importante. Quiero sus nombres. —Exigió enseguida.

—Olvídalo.

El tipo miró a la pelirroja y esta fue hacia Min para darle un golpe en el estómago, dejándolo sin aire.

—¡¿Qué demonios contigo?! —Exclamo Jackson.

—Cállate si no quieres perder la otra mano. —Le dijo mirándolo enojado. —Nombres, ahora.

—Y-Yeonjun... y el otro se llama Beomgyu —respondió Min tratando de recuperar el aire.

—Ya veo... Qué pena que no conocemos a esas personas. Lamento eso. —Se paró de la silla. —¿Es ese tu verdadero motivo, Yoongi?

—El único por el cual deje a la persona que amo hace años. —Confeso con la mirada nostálgica.

El tipo se mantuvo firme. Sacó una navaja del bolsillo y sin dudarlo cortó la soga, dejando caer a Yoongi de bruces al cemento del suelo, golpeándose las rodillas y las palmas de las manos. Este se levantó con dificultad y miró al tipo con odio a la cara.

—¿No vas a matarme? Pensé que lo harías si te soltaba.

—Solo te estoy dando ventaja.

Bufo el sujeto.

—Olvídalo, no necesito amenazarte como para saber que eres un pobre diablo sufriendo por dentro. Tu mirada me dice todo, aprendí a leer a las personas con los años. Tú no tienes malas intenciones, eso espero.

—Sigue jodiéndome y sacándome de quicio si no quieres ver que creaste un juicio equivocado de mí, imbécil. —Le dijo sacándose la poca ropa húmeda, quedando en una camiseta sin mangas.

El hombre y los demás jóvenes vieron cicatrices en los brazos. Asumieron que eran por cortes, heridas hechas en el camino.

—Yun-Jin, Woo-jin, vamos. Dejemos que nuestro invitado se acostumbre un poco más.

—¡Oye espera! —Jaewook alzo la voz. —¡Bájanos de aquí ahora mismo!

—Lo pensaré. Nos vemos en un rato.

Min trato de quitarle la navaja, pero el tipo lo esquivo yendo hacia la puerta cerrándola en sus narices. Yoongi le dio una patada algo frustrado.

El ambiente se volvió tenso.

—Que bien, ahora soy un cerdo en el matadero. —Murmuro Jackson mirando el suelo mientras estaba colgando aún. El resto lo miro de reojo, estando algo de acuerdo con él, la situación era similar para todos, menos Min.

Min trató de pensar un poco más. Y su mente se iluminó cuando recordó lo que tenía en sus botas. Se agachó y metió sus dedos por la orilla, sintiendo un pequeño cuchillo tomándolo entre sus dedos.

Jaewook al verlo sonrió.

—Menos mal no se le escapaba nada a ese hijo de perra.

Min se apoyó con ayuda de la silla y comenzó a cortar cada soga, haciendo que uno por uno tocara el suelo con cuidado gracias a Yoongi. Al estar libres, se fijaron en sus muecas algo adoloridas por haber quedado apresados por el tipo y su par de secuaces.

—¿Ahora qué? —preguntó Jungkook.

—Ve por la ventana Kook, quizás esos nos digan donde demonios estamos. —Le indicio Min apuntando la ventana con refuerzo.

Le hizo casi, se subió en ella y vio que daba hacia una calle urbana, de seguro andaba por las zonas residenciales de Incheon.

—Parece una calle de transeúntes... —Murmuró. —Algo me dice que nos alejamos de donde queríamos ir.

—Qué buenas noticias, estamos jodidos. —Wang se cruzó de brazos, hablando con sarcasmo.

—No, salgamos de aquí antes de que verdad estemos acabados o este lunático cambie de opinión y nos mate. —Agrego Namjoon yendo hacia puerta. —Yoon, usa tu navaja para abrir la puerta.

Min que ya estaba en eso, lo intento, pero no podía.

—Es imposible, necesito algo más pequeño para hacer una especie de llave.

—Hazlo a la antigua. Haz ruido, grita y cuando entre alguien, lo golpeamos y nos vamos de este lugar. —Propuso Jaewook como solución rápida.

—Es una mala idea, ¿y si vienen más que nosotros y sí que nos matan? —Comento el más joven del grupo.

—Cálmense. Ya veremos como salir, solo pensemos en otra cosa. —Les dijo el sargento tratando de mantener la calma.

Mientras ideaban una manera de salir, Yoongi que seguía al lado de la puerta sentado en el suelo, oye unos pasos. Se levantó de golpe y puso en alerta a sus compañeros y buscaron la manera de ponerse en defensa sin armas, solo puños y patadas, y Chang-Young que tomó la silla con firmeza, listo para levantarla y darle a alguien en la cabeza o espalda para aturdirlo.

Min le sisea y le dice que bajen el volumen. Pega su oído a la puerta y oye el tintineo de unas llaves moviéndose. Estas son metidas a la cerradura. Min retrocede tres pasos y toma la navaja con fuerza en sus manos, listo para atacar y huir con su gente.

En unos segundos, la puerta es abierta paulatinamente, haciendo un martirio la espera de ver quién era el que entraba. No era el sujeto, eso era claro, porque hubiera entrado enseguida. Menos los dos hicos que andaban con él como sus lacayos, esta persona tardó bastante generando un ruido en la puerta hasta que se vio una bota similar a la de los demás.

Al asomarse, Min baja la guardia y deja caer la navaja.

—¡¿Yoongi qué mierda?! ¡Ataca para salir de este lugar!

El azabache se queda de hielo al ver la cabellera de quien entro. Aquella anatomía delgada, cabello azabache, y esa mirada que recuerda con tanto cariño y creyó haber olvidado en todo este último tiempo. Su pecho se apretó y las ganas de llorar lo invadieron.

—¿Yeonjun?

Su voz salió casi que en un hilo al ver a su hijo entrando.

¿Appa... Yoongi?


Se miraron por unos largos segundos tratando de ver si no era aún sueño o solo ya estaban muertos por falta de comida o por lo que sea. El menor cerró los ojos y los vio a abrir, pestañeando varias veces, pero era más que real.

Deja caer las llaves al suelo, comenzando a llorar tal como un niño pequeño desolado que se había perdido de sus padres. Yoongi sintió como los demás quedaban sorprendidos, sin poder creerlo

—¿Eres tú? ¿Verdad? —Murmuró Yeonjun. —Dime que no estoy soñando...

Min sollozando, se abalanzó contra Yeonjun y lo abrazó con fuerza. El chico se echó a llorar sobre el hombre de su padre, sintiendo ese calor paternal que tanto había extrañado por mucho tiempo. Min dejó caer sus lágrimas en silencio mientras acariciaba su cabello medio largo.

El día llegó. Había encontrado a su hijo.

—Sí, soy yo, Yeonjun...

El menor se aferró al hombre y al aclarar su vista ve a Jackson, Jaewook Jungkook y Namjoon. Más otros tres tipos que no conocía. Wang estaba llorando y Jungkook buscaba ansioso a Beomgyu. Entonces Yeonjun se apartó un poco de Min, para abrir más la puerta, dejando a Yoongi algo confundido.

La puerta dejó ver a Beomgyu, igual de aturdido que Jungkook.

—¡Appa!

Luego de años llorando por la desilusión, ahora lo hacía por la felicidad que no cabía en su pecho. Jeon no se quedó para nada atrás, padre e hijo corrieron y se abrazaron hasta chocar con el otro. Beomgyu comenzó a llorar en brazo de su padre tratando de tomar el aire necesario.

—¡No puedo...! ¡No puedo creer que seas tú! —Le dijo contra su cuerpo. Beomgyu se aferró a su padre. —¡Perdón por creer que... que te perdí! ¡Perdón por rendirme muchas veces! ¡Juro que lo intente!

—Lamento no haber vuelto antes, pasaron... pasaron tantas cosas que...

—No me debes explicación, hijo. —Le tomo el rostro y analizo sus facciones.

Ya no era un niño de quince, ya debe de tener unos dieciocho o quizás diecinueve. Le dolió saber que se perdió parte de su vida, parte de su crecimiento que debió ser en casa.

—Paso de todo. Solo diré eso.

—Sí, ya sé.

Min miró a Jeon y estos se unieron a un abrazo grupal. Al igual que Jackson, que se abalanzó contra Yoongi y Yeonjun. Namjoon no espero que abrazo a Jungkook y a Beomgyu. Los demás sonreían gustosos. Respiraron tranquilos luego de años.

Había cumplido con la promesa más importante de sus vidas.

—¡No puede ser! ¡Son ustedes! —Jackson los abrazo con fuerza. Yeonjun y Beomgyu sonrieron gustoso al tener a Wang con sus padres. Cuando se alejaron los dos menores le vieron la mano y el brazo que ya no contaba con ella.

—¿Qué...?

—Larga historia, luego se las cuento. —Les dijo.

—Y vaya que fue larga, todo por ustedes dos. —Jaewook se unió a la conversación viendo a Yeonjun. —¿Cómo has estado, mocoso?

Min sonrió en grande y fue con Lee y este, algo temeroso por sentirse juzgado por sus padres, se sorprendió al ver que esto le asintieron con una sonrisa. Jaewook los abrazó y les dijo que fue extraño, pero vaya que los extrañe por mucho tiempo.

—¿Quiénes son ellos? —pregunto Beomgyu.

—Son el sargento Tak, él es Sang-wook y Chan-Young, unos conocidos del sargento que nos han estado ayudando. Son parte de los nuestros. —Los tres se presentaron con una sonrisa.

—Es un gran gusto conocerlos... al fin.

—Supongo que gracias por ayudarlos. —Le dijo Beomgyu con una sonrisa.

—Es genial verlos de nuevo, pero queremos irnos de aquí. —Insistió Jackson. —Esperen... ¡¿También los atrapo?! ¡¿De dónde escaparon?!

Al preguntar aquello, Jeon y Min se preocuparon igualmente.

—¡¿Te hizo algo?! —pregunto Jungkook.

—¡¿No te hicieron nada verdad?! —pregunto Yoongi.

—Appa... Calma. —Le tomo de los hombros. —Los vinimos a sacar, solo relájense un poco.

—No pidas eso. ¡No colgaron el techo!

Yeonjun bufo.

—Hubiera sabido que eran ustedes, vendría yo, pero lo entraron por el sector B, así que no supe.

El grupo se miró entre sí.

—¿Conoces esta pocilga? —preguntó Jaewook.

—Claro, he estado aquí este último año con Beomgyu. Somos parte del grupo del Hyun-soo hyung.

¡¿Qué?!

Todos al unísono exclamaron.

═══════ ● ════════

El grupo no dejaba de ver como Yeonjun y Beomgyu andaban como si nada por aquel lugar. Era extraño, los dejaron de ver por cuatro años y ellos estaba como si nada, o quizás preferían dejar la charla sobre todo lo que tuvieron que vivir cuando estuvieran a solas o con sus respectivas familias, pero era prácticamente imposible esperar más. Jungkook y Yoongi les urgía saber que fue de sus hijos todo ese tiempo, el que les paso, que le hicieron, como le hicieron para seguir vivos.

Todo era preguntas sin respuestas que los exasperaba, y el instinto de padre a flor de piel.

Según lo que les explicó Yeonjun, estaba en un subterráneo de una fábrica textil abandonada alejada de la ciudad de Incheon. Era segura y nadie se metería a un taller de telas a buscarlo o tratar de tomarla; por otro lado, tenían un sistema de seguridad ambiguo que se basaba en vigilar tomando turnos. Era viejo, pero les servía hasta el momento.

Al salir del cuarto en donde estuvieron retenidos, pasaron por un largo pasillo sobrio con paredes grises y piso de cemento frío. Al pasarlo llegaron a un área común con una mesa en el centro. Una vez estuvieron ahí, aparece el famoso el Hyun-Soo con Yun-Jin y otro muchacho, según Beomgyu, se llama Ni-ki. El sujeto, que aparentaba ser mayor, les dedicó una sonrisa.

Min lo miro desprecio.

—Jamás imaginé que serías el padre de alguien del grupo. De haberlo sabido antes, te hubiera dado una cálida bienvenida, Yoongi. —Le comenta, sentándose en la silla del medio de la mesa, con Yun-Jin y Ni-ki a cada lado.

—Te dije que buscaba a mi hijo, y te di su nombre. Imbécil... —Le dijo con molestia.

Yeonjun sintió la tensión entre ambos.

—Debes saber que nos manejamos otro nombre o nos los cambiamos por seguridad.

—¿Sí? —Jackson se cruzó de brazos. —¿Hyun-Soo es tu nombre?

—No, era otro, me lo cambié luego de huir de la gente enferma de la República.

Nadie entendía algo de lo que estaba diciendo. ¿Acaso también conocía a Bogum y al padre de Jungkook?

—En pocas palabras, quienes escapan se ponen otro nombre o apodos para no volver a ser encontrados y si alguien nos delata, no tendrán idea o eso pensamos.

—Es una idea idiota, la verdad...

—Jackson. —Le miro Namjoon. —¿Solo son ustedes?

—No, somos más. En total somos doce. —Comentó Beomgyu. —Nos unimos cuando eran seis. Luego se fueron sumando más con el tiempo.

—¿Hace cuánto que estás con ellos? —preguntó su padre.

—Un año.

—Vaya... —Jungkook suspiro. Sin pensarlo se le acercó y lo abrazo. —Perdón por no venir antes, Gyu. —Se sintió apenado y algo culpable.

—Appa, ya te dije, no pasa nada. Nadie tuvo el control de lo que ocurrió, lo hecho, hecho está.

—Es un alivio que los hayamos encontrado, en serio, pero debemos volver a Oedo.

Los menores se miraron ante las palabras de Jaewook.

—¿Oedo? —Yeonjun miro a Yoongi. —¿Y Jirisan qué?

—Jirisan fue quemada por la gente de Bogum. Apenas comenzamos a buscarlos, fuimos al primer lugar donde fuimos y todo... todo estaba quemado. —Le contó recordado aquel momento de la búsqueda cuando apenas comenzaba. —Fue triste, ver el lugar donde creciste destruido y sin ni un alma.

—Y no tenía ni idea de eso... —Murmuro cabizbajo. —Pero en Oedo, ¿appa Tae esta? ¿El abuelo? ¿La abuela? ¡¿Ji-yool y la tía Su?!

Min sonrió al verlo así.

—Todos están allá.

—¿Appa Taehyung...? ¿No me ha olvidado? ¿Verdad?

—Hijo, ¿Por qué dices eso? —Le tomo el rostro. Yeonjun se encogió de hombros. —El nunca se olvidaría de quien le dio un sentido a su vida en el momento que el país se estaba viniendo abajo. Ha sufrido por ti como yo lo hice, le prometí que te encontraría y lo hice. —Miro su alrededor. —De la manera que menos esperaba, pero lo hice. Y es hora de volver...

El menor sollozo un poco.

—Yo los extrañé... Fue horrible, appa... Bogum, él es un monstruo. Lo odio... —Hablo entre dientes aguantando las lágrimas.

—Lo que sea que te hizo, las va a pagar tarde o temprano, Yeonjun. Si tengo que matarlo, lo haré...

—Lo haremos. —Yeonjun lo miro a los ojos. —Lo mataremos tú y yo, appa.

Para mí oír a Yeonjun decir algo así, admitía que lo descolocó. Sin embargo, Yeonjun ha detenido diecinueve años, tanto niño no eran, estaba creciendo y lo hizo en el peor ambiente los últimos años. Quería cambiarlo, pero había cosas que en su hijo eran imborrables. Su personalidad estaba forjada de buenos y malos recuerdos. Verlo a la cara y a los ojos, le decía que era una buena persona, pero roto en cierto parte. Se sentía culpable por no insistir en buscarlo, no tomar el primer bote que vio. Tardo y sentía que llegó tarde.

—¿Entonces te vas, Yeon?

El grupo sintió la ambiente nostalgia y de rencuentro romper por la voz de una chica en compañía de una mujer aún más mayor.

—Eun-yoo. —Yeonjun la miro.

—¿Quién es toda esta gente, Hyun-Soo? —pregunta la mayor de entre todos. —¿Acaso no son los rehenes del edificio sur?

—Sí, y mira qué sorpresa, son los padres de Yeonjun y Gyu. —Comentó.

—Pero qué buenas noticias. Me alegro mucho por ustedes. —La mujer se acercó. —Mucho gusto, me pueden decirme, Jennifer.

—Ella nos encontró antes de unirnos a su grupo. Fue hace un año, luego de haber caminado bastante tiempo en Seúl y nos trajo hasta aquí.

—Deben tener hambre y frío con esa ropa mojada. Hyun-Soo no suaviza la mano con sus métodos para hacer hablarle a los rehenes. —Lo miro con regaño.

—Tranquila, ya le haré suavizar la mano. —Murmuró Jackson mirando de reojo.

Pasado un tiempo, el grupo estaba reunido en la mesa comiendo un poco de lo que el grupo de Yeonjun y Beomgyu habían ofrecido. A la mesa se sumaron más personas que eran parte del grupo de los menores. Estaba Jennifer con Eun-Yoo, una chica llamada He-ra, un hombre mayor, que era doctor y que se hacía llamar In-ho, y al final una pareja joven, Hye-Sun y Chang-wook.

Todos se presentaron ante los padres y el grupo de ellos que los acompañaron en busca de los dos menores de su grupo. Estaban sorprendidos por el nivel de perseverancia que tuvieron y la Jennifer admiraba esto que por sus hijos hicieron todo lo que estaba en manos. Sin duda, el amor era incondicional entre ellos y los chicos.

Estaba más que claro, Yeonjun y Beomgyu se hicieron cargo de dejar aquel punto aclarado cuando se unieron al grupo. El día que sus padres aparecieran, ellos se irían con ellos y sus familias. Les gustaba el grupo, sin embargo, tenía una familia que ver a quienes han extrañado y le ha hecho en falta todo ese tiempo. Eun-yoo apreciaba a los menores, y ella se unió junto con ellos cuando eran los tres sin rumbo fijo buscando la famosa Jirisan que ahora era cenizas, polvo y escombros.

Tak la miraba fijamente, sabía perfectamente quién era, pero al parecer ella no lo lograba reconocer. Su pecho se oprimió cuando oyó su nombre, sus facciones y la manera de ser. Sin dudas era aquella pequeña niña que alguna vez ayudó a huir de las garras del doctor Lim, no forzaría nada, solo iba a dejar que ella se acordara si es que lo hacía.

—Entonces, se van. Lo entiendo. —Eun-yoo se apoyó en la mesa. —¿Pero cómo? Si viven en una isla necesitan algún bote para irse y no tenemos nada de eso. —Bromeo un poco sacándole una risa a sus compañeros.

—Ya pensaremos en algo. —Le dijo Jackson tomando algo de agua. —Solo sabemos que tenemos que dirigirnos al puerto de Incheon.

—Es imposible. El puerto está plagado de variantes, si vamos somos la cena de ellos. —Comento Yun-Jin para nada convencida.

—¿En serio? —pregunto Chan-young algo preocupado.

—Asi es. Incheon es un punto más lleno de muertos, y es bueno, por un lado, porque la gente de Bogum no llegaba a ese tipo de lugares. Suelen evitarlos, rodear y luego entrar. Siempre lo hacen de ese modo. —Comentó Jennifer. Su grupo estuvo de acuerdo.

—Ya veo, saben mucho de Bogum y de la RCMC. ¿Quiénes son realmente? —preguntó Jaewook.

—Somos Desertores. —Comentó Ni-ki. —Gente que fue parte de la RCMC, pero que se logró escapar y desertar de sus reglas, órdenes y el abuso de poder que se vive en ese lugar. Claro que no nos vamos sin un recuerdo. —Ni-ki se descubrió el brazo dejando ver una marca de una quemadura bastante grotesca que dejo a todos sin habla. —Pensamos que eran ellos, cuando vi que uno no tenía mano y que usted tiene una cicatriz en el ojo.

—Vaya... ¿Con qué eres un Desertor?

—Más o menos... —Les respondió Yeonjun. —Solo que yo... tengo cierto privilegio por ser el hijo de Bogum. Suena horrible, pero es la verdad.

—A Yeon lo buscan, día y noche, desde que nos topamos por primera vez. Es horrible, interminable y cada día es desesperante el no saber si ya vienen o no. —Agrego a la conversación, Eun-yoo. —Hemos huido mucho tiempo, más bien no solo buscan a él, nos buscan a nosotros tres.

—¿Beomgyu, Yeonjun y tú? —Alzo la ceja Namjoon. Ella asintió. —¿A ti por qué?

—Parece que hay mucho que explicar. —El grupo del padre de Yeonjun asintió sin más remedio. —Seré directa, Yeonjun, su hijo. —Miró a Yoongi, —Es la cura o cómo le gusta decirle el sujeto de prueba. Yeonjun es su clave para crear una vacuna nueva. Quiere que haya más como él, inmunes al virus, pero jamás pudieron. Bueno, yo... Soy como él, solo que no tengo vacuna, así soy y me han querido estudiar a donde sea que vaya. — Miró de reojo a Tak. —Pero no se los voy a permitir, antes muerta, que prestarme para experimentos de científico chiflados y obsesionados con curar algo que está podrido.

—No quedan humanos que salvar. —Comentó Jennifer. —Solo son variantes y muertos que deambulan cada día y son más. No hemos salido hace mucho, ya hora que lo hicimos. Logramos algo bueno, el reencuentro con sus hijos.

—Y se los agradecemos de cierta manera. —Le dijo Jungkook. —Pero sigo sin entender, porque te quieren a ti.

—Es fácil, el abuelo Gong-yoo es quien dirige la República y es quien extermina los Desertaros, busca a la cura, pero lo más importante, quiere llegar a ti. —Le confesó Beomgyu. —El abuelo aún está molesto, appa y mucho.

—¿Y qué no se murió ese día que llegamos a la prisión? —Intervino Jackson.

Yoongi lo miro fijamente diciendo que no siguiera, pero ya era tarde.

—Papá, yo ya sé lo que paso. No tienes que ocultar ya nada más.

═══════ ● ════════

Y por fin, luego de capítulos y para nuestros personas años, Yeonjun y Beomgyu han regresado. Hasta yo me emociones con su regreso, solo que ya están más grandes y tienes mucho por contar.😭

El grupo de los Desertores son personas dispuestas a dejar atrás el pasado con la gente de Bogum, por ello los chicos se unieron colocándose el título.

Lo que viene ahora es para comprender que paso en el lapso de tiempo de ausencia de los chicos.

¿Qué le hizo Bogum?

¿Cómo escaparon?

Todas estas y más preguntas las sabremos la próxima semana.

Gracias por leer.

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