Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4

Tres semanas después.

El hombre de la cicatriz en el rostro miraba el techo en medio de la oscuridad de su cuarto. Suspiro pesado al ver hacia la derecha en donde se encontraba su mesa de noche con un reloj que marcaba las dos con quince de la madrugada. Gruño molesto, se dio la vuelta y abrazo a su pareja por la cintura apegándose a su cuerpo para sentir el calor y ver, si el sueño le vencía.

Tardo alrededor de veinte minutos en conciliar el sueño. Cambio de posición y en la pared, junto a la ventana, yacía la katana como decoración. La había dejado de usar bastante tiempo atrás, desde que las cosas estaban calmadas en adelante y sobre todo cuando se dio cuenta que ya no a que caminantes matar.

Paso un tiempo donde le costó acostumbrase a la vida cotidiana que estaba retomando. Hacia algunas cosas por aquí y por allá, ayuda a su madre, padre, a Taehyung y a su hermana o se dedicaba a Yeonjun, entonces nadie necesitaba a un hombre con una katana listo para rebanar y degollar caminantes. La dejo allí como una especie de viejo recuerdo de su vida antes de Jirisan; a quienes asesino por sobrevivir, a cuantos caminantes igualmente tuvo que aniquilar.

Las cosas cambiaron y a Yoongi, los cambios lo abrumaban.

No significaba que no estaba del todo conforme con la nueva vida, al contrario, le gustaba. El aire familiar que lo rodeaba, estar con Yeonjun, con Taehyung en su hogar hablando y debatiendo que cocinar, era mejor que pensar en cuantas latas de provisiones quedaban para la semana.

Aun así, algo quedaba del Min Yoongi joven, tenaz, temerario y sin límites para salir a buscar cosas para él y luego para el grupo. Por otro lado, sentía que ellos vivían en un paraíso, pero... ¿Cómo seguían las cosas afuera?

Aquello, y todo lo demás, no lo dejaba conseguir el sueño profundo y placentero.

Se levanto de la cama, tomo la ropa que dejo en el sofá de la esquina de su cuarto. Se vistió y luego tomo la katana colgándosela en el hombro. Miro a Taehyung que dormía profundamente y bastante cómodo. Decidido y sin quien lo detuviera, paso por fuera del cuarto del menor, abrió un poco la puerta y vio como el pequeño dormía con una luz de noche a su lado.

Salió de la casa cerrando la puerta y caminando hacia uno de los muros que no tenía tanta vigilancia. Como los viejos tiempos, se comenzó a encaramar, trepando con cautela y cuidado con tal de no caer mal. Cuando paso el muro, bajo exactamente igual hasta que sus pies tocaron tierra.

Camino un par de kilómetro, no muy lejos de Jirisan, había una pradera bastante hermosa, a la misma que fue un día con su familia. Respiraba agitado, ya que iba directo al destino.

Al llegar vio un par de caminantes por la zona, comiéndose a un venado de la zona. Desvaino la katana y corrió hacia ellos para cortarles la cabeza, uno y luego el otro. Tambaleó un poco y cayo de bruces al suelo.

—Mierda... —Mascullo enojado. Se puso de pie y a otros metros vio a un grupo de cuatro que iban en dirección de él.

Se preparo y espero que el que venía por su derecha se abalanzara para empujarlo y clavarle la punta en el medio de la frente. La saco y con el mago del arma, golpeo al segundo que lo hizo caer; le corto la garganta y luego le rebano en dos al cabeza. A ultimó, que estaba más lejos, limpio la katana, este infectado, era un policía que ya estaba en descomposición. Min se acercó un paso, y le enterró en la sien la katana.

Se acerco a un auto averiado y parado en medio del lugar, algunas platas se apoderaron de él. En uno de los vidrios vio su apariencia; igual que cuando todo empezó. Con sangre en la ropa y la cara salpicada.

Se toco la cicatriz, quizás fue aquella herida que marco parte de su pasado.

═══════ ● ════════

Una semana después.

A Jirisan se llegaba por una carretera, llena de árboles frondosos que afortunadamente, tapaban la entrada. Con los años, la calle se fue volviendo borrosa y las grietas comenzaron a aparecer, haciéndolo un camino irrecurrible con vehículo. A pie se llagaba, pero era un viaje largo.

Min se haya ahora en medio de la carretera, a los veinte minutos del pueblo. Con su katana en mano, cuchillo y pistola en sus bolsillos.

Esta vez eran más y ni el fue capaz de creer que asesino a ocho solo. Cortaba cabezas como un verdadero campeón, una tras otra caía y rodaban el viejo asfalto. Yoongi en su momento se vio rodeado y con el cuchillo y el arma más grande los mataba. Al último le dio un tiro certero en la cabeza.

Se dejo caer al suelo, lanzo las cosas a un lado y las miraba con sus manos repletas de sangre.

Durante todos estos días ha estado saliendo, madruga tras madrugada a solo matar y liberarse un poco de ese extraño sofoco que tenía en su cuerpo. Nadie sabía que se escapaba por las noches a solo decapitar caminantes, y tampoco pensaba decirlo. Con solo pensarlo, oía las voces de su familia entera, exigiendo respuesta de porque salía solo en medio de la oscuridad a matar caminantes.

No se oía convincente, pero Yoongi quería salir, que despejarse y no pensar en más nada.

Entre ello, oyó un gruñir de tras de los árboles que estaba en la ladera de la carretera, en donde igual estaba sentado. Se levantó enseguida tomo el cuchillo y la katana para adentrarse al bosque. Busco al que originaba el ruido, dando con un pequeño e improvisado campamento. Se detuvo en seco, miro a todos lados y reviso la llama, estaba ya toda consumida, había latas de comida abierta y los restos podridos. Camino otro poco más, y vio a un hombre colgado en la rama de un árbol, este estaba convertido y miraba a Yoongi creyendo que lo mordería. El hombre chasqueo la lengua y retrocedió.

Lo reviso desde lejos, este contaba con un abrigo negro largo, extraño para el calor que hacia estas semanas; botas negras militares y un pantalón cargo del mismo tono del abrigo. La polera era blanca y llena de sangre, siguió el rastro dando con que el cuello tenía un grotesco corte. Seguro lo asesinaron.

Iba a irse, pero, un crujir de las ramas del sueño, se oyeron. Min se puso en posición de defensa esperando a que saliera el culpable.

Era el último que nos quedaba. —Una voz se oyó detrás de un árbol. Yoongi se dio la vuelta enseguida. —El ultimo de nosotros, las Cobras.

El azabache se quedó helado. Se puso recto y saco mejor la pistola. La cargo y la levanto. En eso la voz se comienza a hacer más clara.

Tenemos que seguir sobreviviendo y ese imbécil... ese imbécil se estaba aprovechando de nuestra voluntad, Yoongi.

Era Jaewook. Lee Jaewook.

Yoongi quito el seguro del arma, se mantuvo firme y decidido.

—Te he estado observando estos días, Yoongi. —Rio saliendo de detrás del árbol junto al mismo Soo-hyuk. Min tomo el cuchillo para amenazar al otro. —Eres una maldita máquina asesina. ¿¡Ocho caminantes tú solo?! —preguntó sorprendido. —Dios... Quien te viera ahora, un hombre con las pelotas bien puestas.

—¿Qué mierdas haces aquí? ¿Cómo es que estás vivo?

—No te sorprendas, deberías saber que somos unos malditos que harán todo por seguir vivos en este mierdero de muerte —hablo Soo-hyuk caminando hasta Min. Este se paró frente y puso la frente en la boca del arma. Yoongi seguía igual de firme, sin temblar y soltar el arma. —Vamos hazlo, demuestra que tan crecido estas.

—No voy a gastar balas en hijos de puta. Tengo mejores cosas que hacer que estar aquí con usted hablando. Me largo.

Min se alejó, camino de regreso de donde venia.

Jaewook lo tomo del brazo y lo puso contra el árbol para ahorcarlo.

—¿Dónde vives? —preguntó. —¿Tu hermana, Taehyung y los demás... Murieron?

Min Yoongi le aparto los brazos con fuerza, los tomo luego y lo tumbo contra el suelo dejando los brazos en su espalda y la rodilla en el mismo lugar para inmovilizarlo por completo.

—Jaewook, no me hagas de verdad usar una bala. No te importa de donde venga o quien este. —Le murmuro enojado. —Ustedes, al fin se quedaron solos, sin nadie e insignificantes, de ese modo morirán aquí afuera. —Min se levantó y regreso su camino de regreso.

Soo-hyuk levanto su arma, un revolver ya viejo, en el momento que puso su dedo en gatillo, el hombre fue detenido por alguien que levanto la pistola hacia arriba haciendo que disparar. Yoongi y Jaewook se cubrieron debido al ruido. Cuando Min se levantó y se percató que era Jungkook y su madre allí afuera. Se sorprendió enormemente, la mujer saco unas esposas y se las puso a Soo-hyuk para dejarlo en suelo sin la posibilidad de huir.

Saco un radio y encendió.

—Tenemos a dos sospechosos en el perímetro dos, en la carretera principal. Necesito un vehículo.

Recibido, jefa.

Jeon camino hasta Jaewook, le puso la ballesta en la frente y este puso las manos arribas.

—¡¿Jeon?! —Exclamo sorprendido. —¡Tanto tiempo amigo!

—Señora Choo, esposas por favor.

La mujer las lanzó.

—Mamá, Jungkook... ¿Qué hacen aquí? —preguntó anonadado. —Puedo yo solo...

—Yoongi, no digas nada. Rompiste las reglas y agradece que Jungkook te ha vigilado las últimas dos semanas, sino estarías muertos por culpa de estos... estos tipos.

Miro molesto a Jeon.

—No me des esas miradas hyung. Prefiero que te enojes a verte mal por estos bastardos.

Al cabo de cinco minutos, un vehículo grande, un furgón exactamente, había llegado a la carretera. Jaewook y Soo-hyuk estaba sonriendo, pensando que había logrado dar con un pueblo donde poder tomarlo e imponer sus reglas. Tal vez era el hambre y la poca hidratación, pero deliraban. Jirisan no sería de ellos ni hoy ni mañana.

Jackson y Mingyu se bajaron del auto con dos sacos negros. Wang se detuvo en seco.

—¿También tu? —pregunto Soo-hyuk. —Parece que es un lindo reencuentro, militar.

Wang le dio un puñetazo en la nariz, casi que rompiéndosela. El ex líder de las Cobras vio como un hilo de sangre chorreaba de su nariz. Jackson lo tomo del caballo y lo miro con ira.

—¿Por qué no estas pudiéndote como una errante?

—Llámalo suerte.

—Vete a la mierda.

Jackson saco el pañuelo blanco, con cloroformo. Suran se lo entrego en caso de tener sospechosos peligrosos en las cercanías de la villa, y bueno, lo uso con gusto con el par de idiotas que, en su tiempo, le hicieron la vida complicada, tanto fuera con dentro de Ansan. Mingyu tomo los sacos, y cuando estos cayeron desmayados, se los colocaron. Le amarrón los pies con ayuda de la madre y su hijo.

Yoongi suspiro pesado, quizás era el momento de cerrar esa parte de su vida.

═══════ ● ════════

—¡¿Jaewook y Soo-hyuk?! —Vocifero Suran atónita.

Taehyung estaba allí en la sala de reuniones del consejo. Eran como las cuatro de la mañana y Jackson los llamo a una reunión urgente, solo entre ellos que eran los que sabía de la existencia de los tipos. Kim estaba de brazos cruzados, mirando enojado a Min por su arrebato de chico rebelde rompiendo las reglas y escapando para matar caminantes. El azabache lo miraba de vez en cuando, y cuanto más lo mirase, más molesto se veía.

—Sí, Yoon se los topo en el perímetro dos. Estaban... solos —respondió Jackson. —Mingyu se quedó dando una ronda por el perímetro tres y cuatro, y nada. Por ahora, estamos bien.

—No puede ser... —murmuro Eunwoo. —¡¿Por qué no se murieron?! ¡No lo comprendo! —hablaba molesta. —Hicieron daño por mucho tiempo y la vida a quien sea... ¿los dejarás vivir?

Sunwoo la comprendía.

—No queda otra que echarlos. Sacarlos de aquí, tomando la carretera menos bloqueada —comento Jimin que estaba apoyado en la pared.

—Tiene razón. No merecen ni estar en la celda, es mucho lujo para ellos. —Agregó el castaño.

—Ya veremos cómo sacarlos de aquí, primero, saquémosle información de donde se ocultan los demás —habló Hoseok frotándose la barbilla. —No podemos fiarnos de ellos.

—Dijeron que el tipo que estaba colgado del árbol, era el último de ellos —menciono Yoongi.

—No les creo. —Negó Suran. —No les creo nada, hermano. Siempre mentirán con tal de aprovecharse.

—Por esa razón, mañana a primera hora se les va a interrogar. Lo hare yo y Mingyu. Ustedes no merecen verles la cara luego de todo lo que pasaron, no es justo.

—Dejémoslos a mí, conozco buenos métodos para que suelten la sopa. —intervino Jackson.

—Ya lo decidí. Ahora, vuelvan a la cama, mañana será un día bastante largo.

La mayoría del grupo comenzó a retirarse. Taehyung y Yoongi fueron los últimos. El chico dejo a Yeonjun con su suegro que estaba en casa de ellos ahora.

Min le tomo la mano.

—Amor, fui un idiota, pero... tengo que hablar sobre ello.

—Me molesta que te guardes las cosas, llevamos años juntos y siento que no confías en mí.

—Tae, no. No es eso, no quería molestarte, menos preocuparte, pero confió en ti, en serio que lo hago. —Le tomo el rostro. —Hablaremos de esto, y de todo, mañana apenas abra los ojos. Se que arruine las cosas y te preocupe.

Kim suavizo el ceño.

—A veces siento que me vas a llevar al límite... —hablo entre dientes.

El de tez pálida le beso la frente. 

—Perdóname, por favor.

El rubio lo rodeo con sus brazos y apoyo su rostro en el pecho de su marido.

—Jamás creí que... los veríamos otra vez.

—Yo tampoco y debemos ponernos firmes con ellos. Han pasado años y no pueden seguir creyendo que controlaran a la gente a su modo.

═══════ ● ════════

Aparecieron dos de los más temidos antagonistas de Outlast, o máa bien, eran temidos.

¿Qué creen que pasa por la mente de Yoongi?

Ahora solo queda saber como es que han sobrevivido años,  y como es que han llegado a los territorios cercanos a Jirisan. ¿Planes? ¿Estarán diciendo la verdad?

Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro