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39

A la mañana siguiente, una vez acabado su turno, Suran se fue de cabeza al ayuntamiento para hablar con Seo-Joon, llevo absolutamente todo lo necesario.

Tras el cometido, la chica fue perseguida por el todo el hospital obligando a la jefa de enfermeras cumplir con la siguiente parte que era esconderla en uno de los cuartos de receso del personal médico. Ella negó haber tenido conocimiento de lo que tramaba una de sus enfermeras, pero todo era parte de lo que estaban haciendo para sacar a la luz las maldades que se hacían en el hospital bajo la mano de los dos hombres y el médico.

Pero todo ello había acabado cuando la enfermera Min salió huyendo del edificio de camino al lugar donde trabajaba Seo-Joon para exponer la verdad.

La hermana de Yoongi corrió por todo Oedo hasta llegar al ayuntamiento donde entro con toda la valentía que a justado en este tiempo. Al entrar al recibidor, paso por alto al recepcionista y todo lo que estaba de por medio y que la frenaba a seguir. Tras subir dos pisos, dejando algunos funcionarios algo descolocados por la repentina intromisión de una enfermera que venía con su traje clínico desordenado y algo agitada, entro a la oficina de Park sin aviso y sin tocar dejando la puerta bastante abierta, encontrándolo parado frente a la ventana tomándose una café.

Park se sobresalto ante el ruido de la puerta tosiendo un poco de café y dejando la taza enseguida en el escritorio para prestarle atención a la mujer que había llegado.

—Tengo lo necesario para sacar a Noh, Han, Lim y a todos los que saben lo que pasa en la morgue. —Explicó. —¿Me ayudaras o qué?

—Creí que... no confiabas en mí.

La mujer rodo los ojos.

—¡Da igual eso ahora! —Lo detuvo dejando todas las fotos en el escritorio. —Lo que nos convoca en realidad es sacar a esos imbéciles de una buena vez.

Park supo que llegó el momento.

Vio las pruebas que Suran dejo sobre la madera refinada del mueble en donde trabajaba y este las reviso con detales, una a una, e incluso oyó la grabación de voz que le hizo al médico de Noh. El chico se sintió decepcionado y enojado por la grave falta de respeto al hogar que su padre con esfuerzo protegió, de no ser porque murió, las cosas no estaría asi, tan difíciles e injustas.

Sabia con claridad quien fue el responsable, y era Noh, ya que su padre amaneció fallecido en la orilla de playa, en su inerte cuerpo solo quedaba evidencia de una bala en el pecho. Seo-Joon debió asumir el cargo en el que quedo su progenitor, el cual era como parte del concejo, pero listo para ser el próximo presidente. Noh y Han impidieron que se diera.

—No puedo creer que sucederá.

—Solo hazlo. Protege este lugar. —Le ordeno.

A pesar de las confusiones que se creó pensando mal de él y Kim. Sabía que él era el indicado para sacar a la gente de Noh y el ejército de mentirosos que acarreaba en sus espaldas. Park asintió y salo de la su oficina con Suran subiendo al tercer piso para ir a la sala de reuniones donde yacía todo el concejo. Entro sin siquiera tocar, dejando a todos molesto por la indebida interrupción de Park a su pequeña junta, al chico ya ni le sorprendía que se reunieran a sus espaldas, eso ya se acabaría y pronto.

Suran vio el rostro de todos los presentes, cada uno al miraba como una delincuente, pero ya le daba igual. Queria que Park los sacara de una vez.

—¿A qué se debe esta interrupción, Seo-Joon? —preguntó Noh reposando su espalda en el respaldo, inclinando levemente la silla acolchada que tenía en la sala de reuniones.

—Se acabo, Noh. Quedas destituido junto a tus secuaces corruptos que viven en la isla.

Park debió contener ante el cambio de actitud de Seok-min. De molesto, paso a mostrar una sonrisa socarrona. Han y el resto también estaban ahí. Los tres comenzaron a reírse, además del hijo de Seok-min y Ji-hoon que estaban presentes allí. La que no se rio, fue la señora Hee-jin que estaba seria y esperando a Seo-Joon comenzará dar sus motivos, pues no entendia que estaba pasando.

—¿Quién te crees que eres, Park? —Sung-hoon se apoyó en la mesa. ­—Solo eres el hijo de papi jugando a creerse el jefe de Oedo. ¿Con que facultades crees que podrás destituir al señor Noh? —Miro al resto de la mesa. —Le dieron muchas regalías, comenzando por traer a este grupo de gente miserables que vivía en su pueblo.

—Hablando de miserables, ustedes ocupan el primer puesto modificando medicamentos de gente enferma y usando a esa misma gente para buscar una cura que no existe.

Seok-min miró a Suran con una ceja alzada. El resto del consejo palideció mientras que la señora Woo asintió con la cabeza alejándose poco a poco del consejo clocándose del lado de Seo-Joon, este agradeció. Los demás la vieron con molestia.

—¿Cómo dijiste? —Le dijo ella a Suran. —¿Qué han estado haciendo? —Fingió sorpresa, claro que lo sabía, pero los demás no tenía idea que ella los había descubierto y que ha estado planeando con Park el momento de atacarlos.

—Como oye, han usado a la gente con enfermedades crónica para convertirlas en caminantes luego de fallar con sus pruebas. —Afirmo Seo-Joon. —La señorita Min y su grupo han accedió a la zona de morgue para revelar este oscuro secreto. —Le entrego las fotos de las personas en los módulos que Suran fotografió, incluido el chico embrazado. —Usan incluso a hombre y mujeres esperando hijos. También los clasifican como tipos A y B.

Nadie parecía dispuesto a confesar. Han no abrió la boca, menos Noh. Sung-hoon el hijo de Noh y Ji-hoon estaban nerviosos. Mientras que Seok-min miraba al par frotando sus dedos pensando bien en como acabar con todos, incluidos los de Jirisan.

—E-Esto es gravísimo. ¿Acaso se quedarán callados cuando hay pruebas contundentes? —Woo estaba casi sin palabras con las manos temblando mientras sujetaba las fotos que evidenciaban todo.

—¿Qué va a decir esta manga de imbéciles, poca cosa? —Ataco Suran. —Usan seres humanos, sus familias los han buscado y exigen respuestas ¡Lo mínimo es dar cara!

—¡Cierra la boca! —Jae-jun se le iba a lanzar a Suran, pero la señora le puso frente.

—Han cometido un delito grave y responderán por todo el daño hecho a las familias de la isla.

—¿De qué delito hablas, mujer? —Fanfarroneó Han. —Nosotros no cometemos delitos, porque somos la ley y decidimos que se cumplen y que no. Esta gente está viva gracias a nosotros, nos deben esa comida y ese techo lo mínimo es prestarse para un bien social.

—¿Cómo te atreves a usar gente ilusionada por una vida digna? —Ataco Seo-Joon. —No tienes moral.

El tipo que se le había cercado a Taehyung de manera morbosa, carcajeo al oír lo que salía de boca de Seo-Joon.

—¿Y tú sí? —Se metió Ji-hoon caminando hacia él. —Cuidado con el hombre con moral, el mismo que se follo a su secretario mientras el marido anda kilómetros lejos. Para mí, eso no es ni ético ni moral, Park.

Seo-Joon hizo mohín sintiendo la mirada fría de Suran sobre su persona.

—Sus problemas y enredos no vienen al caso. —Les dijo la mujer. —Quiero que responder por lo que han hecho con esa pobre gente.

—Lo hecho, hecho está. —Comento Sung-hoon arreglándose su traje y acomodándose en la silla. —Esa gente estaba enferma, consume recursos que debemos cuidar. No podemos derrocharlos.

—Son terribles, falsos, perversos. —Ella no era capaz de entender como la isla cayo en mano de esta gente con tanta maldad entre sus manos. Se sentía mal por el señor Park, que solo quiso el bienestar para el hogar de muchas personas. —¿Cómo pueden ser capaces de hablar asi de personas con hijos, hermanos y amigos? ¿¡Cómo!?

—Por favor, señora, su problema es que es demasiado ingenua, al igual que Seo-Joon y esta enfermera de cuarta que está parada delante de mis narices.

—¡Cállate, Sung-hoon! ¡Ya me cansaron! —Levanto la voz el hijo de Park. —¡Mi padre no levanto esta isla para que gente como ustedes haga un daño tan deshumano como este! —Todos guardaron silencio. —Es por ello, que Oedo no está hecha para gente como ustedes.

—¿A qué te refieres con eso? ¿En qué piensas Seo-Joon? —preguntaba Han algo aterrado.

—Van a irse al calabozo, todos ustedes incluido ese supuesto médico que tienen aquí. —Sentencio. —Mientras están en el calabozo, reuniré los recursos necesarios para exiliarlos de Oedo, lejos, lo suficiente como para que no sean capaces de volver.

—¡Hijo de puta! ¡No tienes derechos, Park! —Se le lanzo Ji-hoon, pero este lo empujo haciendo que cayeron sobre la mesa golpeándose la espalda. —¡No pienso dejar la isla! ¡Me tendrás que sacar a patadas!

—Si eso quieres, pero si te vas e intentas regresar, acabas bajo tierra. Eso lo decides tú.

—¡Maldito! ¡Te voy a matar!

Seo-Joon recibió un golpe y Suran fue empujada por Han que la quería golpear.

La señora Woo había llamado a los guardias del ayuntamiento mientras todos discutían sobre lo que estaba pasando con los pacientes del hospital. Por fortuna el sargento Kim estaba con ellos. Siendo asi como llego en el momento preciso arremetiendo contra la puerta para llevarse al consejo esposado con ayuda de algunos hombres.

Mucha gente que trabajaba en el ayuntamiento estaba pegada a la puerta viendo que pasaba, algunos oyeron de que se trataba quedando completamente sorprendidos y decepcionados del mandato que había en la isla.

Mientras que luchaban y pataleaban para quedarse, Noh le dio una mirada de odio a Suran, ella se mantuvo con la frente en alto, mientras que la señora Woo cerraba la puerta de golpe quedándose con el sargento mayor, Park y Min en la sala de reuniones.

—Y-Yo... No sabía nada de esto. En serio me siento una mala líder. —Se expreso algo decepcionada de sí misma y triste pensando en todos los afectados. —Esas familias... ¿Cómo les dará cara?

—No está sola en esto. Usted no sabia y no debe porque culparse. —Le animo Suran.

—Asi es. Haremos lo posible para dar justicia a todas esas personas que salieron lastimadas. Cuente conmigo y con la señorita Min.

—Ya lo sé, por ello quiero mostrarles mi eterna gratitud. —Le sonrió sinceramente. —La isla no necesita esto... —Miro la sala. —Más de una cabeza al mando, porque pasan este tipo de cosas desafortunadas. La isla requiere orden, si es un consejo, que sea un comprometido, y un gobernador o gobernadora que valga la pena y que piense en sus ciudadanos. Hay futuro aquí y ustedes acaban de darle un nuevo camino.

La hermana de Yoongi estaba de acuerdo.

—Usted sería buena gobernadora.

—Sí, pero... quiero darle oportunidad a la gente. —Miro a la chica. —Oí que tu madre, Ja-hyun fue jefa de la comunidad de Jirisan.

—Oh... ella sí, lo fue. Amaba Jirisan, fue su vida. —Admitió.

—Bueno, Oedo ha de necesitar una mujer como ella. —Le respondió sin dudarlo. —La he visto trabajar. Es fuerte, capaz, integra y buena mujer, buena ciudadana. Yo votaría por ella.

—Pienso exactamente igual, señora. —Seo-Joon sonrió al ver la cara de sorpresa de Suran. —La señora Choo tiene el espíritu para liderar.

El pecho de Suran se inflo ante todas las palabras y la propuesta hacia su madre. Quería salir corriendo y decirle la decisión de la señora. Ella sería la mejor persona, indicada para un título como ese, además contaba con el apoyo de..., alguien muy respetada por los ciudadanos debido a la bondad. Asi que el apoyo sería incondicional.

—Apenas esta gente se vaya comenzara la semana de votaciones para gobernador y concejo. —La mujer camino hacia la puerta. —Señorita Suran, no crea que me olvidare de usted. —Le guiñó un ojo y le sonrió.

Kim salió detrás de la mujer dejando sola a la chica con el muchacho.

Park miro a Suran algo afligido.

—Lamento todo lo que oíste de Ji-hoon.

—Mira Seo-Joon, para mí, mi hermano lo es todo. No le creo a alguien como ese maldito idiota, pero viendo tu cara, me confirma que entre ustedes paso. —Comentó tratando de disimular la molestia que sentía por ellos. —Pero por ahora importa lo que se logró hoy, lo de Taehyung y tú, es un tema que debemos tratar en otro momento.

—Estábamos ebrios, Suran. Yo nunca quise traicionar a tu hermano.

—Solo espero que sean capaces de darle la cara cuando vuelva. He visto a mi hermano con el corazón roto, y me dolerá verlo asi por segunda vez.

Suran salió de la sala de reuniones dejando a Seo-Joon solo allí mismo, pensando en todo y con ello, se refería a lo ocurrido con Taehyung. Se dejo caer en unas sillas de la mesa de juntas y suspiro pesado.

Y si, se enamoro de la persona incorrecta en el momento incorrecto.

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Suran entro al hospital a los dos días después de lo ocurrido.

El antiguo concejo cayo en unos calabozos más el doctor Lim que fue arrastrado desde la morgue hasta la prisión para mantenerlo junto a ellos. Existía en la isla una prisión improvisada a unos kilómetros del centro del pueblo de Oedo, por surte estaban lejos y podían seguir con sus vidas un poco más tranquilas luego de este momento tan devastador para las familias afectadas.

Ya que no estaban, era diferente ahora, se respiraba un aire más ligero, más cómodo de salir a caminar con los hijos o con cualquier familiar y amigos.

Los funerales de las familias afectadas por los actos ilegales habían sido realizados ayer en la noche, en la plaza, toda la gente los despidió con cariño, considerándolos con importancia, ya que a pesar de una ser una localidad con personas de distintos lados de Corea del Sur, lo importante es que se apoyaban. Ese simple acto le hizo recordar a lo que era Jirisan, no era mucha gente, los justos y necesarios, pero en ocasiones de perdida, o complicaciones, siempre estaban todos ayudando al otro en lo que fuera.

Por otra parte, Ja-hyun se encontraba preparándose de manera física y psíquica para la semana de votaciones en la cual se elegiría el nuevo concejo y el o la posible gobernadora de la isla de Oedo. Apenas la madre de Yoongi y Suran oyó tal noticia quería llorar de felicidad, Jae-ik la felicito y animo a aceptarlo ya que ella nació para algo grande.

La chica entro al edificio y saludo al nuevo guardia que era un señor de edad. Este con su gorra le saludo a la muchacha deseándole un buen día. Lo que siguió de su entrada fue que vio a una enfermera joven acercarse a ella, algo preocupada y acelerada. La menor miro a Suran.

—Queria preguntarle si debemos preparar los nuevos insumos para los pacientes del área de cardiovascular. El doctor Roy dijo que debíamos comenzar con enfermedades coronarias primero. ¿A que turno designara para ello, señorita Min?

La hermana de Yoongi parpadeo algo confusa.

—¿Señorita Min? ¿Qué turno va a designar? —Repitió la pregunta. —También, debe elegir al grupo para pediatría...

—Eh... Disculpa... —La interrumpió y la chica se quedó callada oyendo atentamente a la mujer. —¿Por qué me dices algo como eso? ¿No vino la jefa hoy?

La enfermera negó con una sonrisa.

—Usted es la jefa encargada de enfermería, asumí que...

—¿Qué yo soy qué?

En ese entonces, la señora Woo entro con una gran sonrisa a la recepción detrás de ella vinieron algunas enfermeras, enfermos, doctores y doctora incluido sus amigos. Lee y Roy la miraron emocionados, mientras que el medico cargaba un ramo de flores silvestres en sus manos. Al final, a ellos se le sumo la antigua jefa de enfermeras que era la señora Song.

—Señorita Suran, buenos días.

—Buenos días... Creo que no estoy entendiendo que está pasando aquí. —Rio nerviosa.

—Déjeme ponerla al tanto. —La llevo al centro, frente al equipo de trabajo. —Denle la bienvenida a nueva jefa de enfermería del hospital de Oedo. —Ella comenzó a aplaudir, dando paso a que los demás hicieran los mismo y celebraron un poco aprovechando los pocos pacientes, para hacer porras y gritos de ánimos. —¿Acaso pensó que me olvidaría de su hazaña?

La hija de Ja-hyun y Jae-ik comenzó a llorar al ver como todos la celebraban y la miraban con admiración.

—Hizo mucho por nuestro hogar. —Le dijo un muchacho que cargaba un pequeño pastal con fresas. —Usted es la indicada, señorita Min.

—P-Pero... No fue nada...

—No tiene permitido decir algo como eso. Ahora, quiero que integre a su equipo de trabajo y haga que este hospital funcione como corresponde de la mano del doctor, Do-yeong. —Le conto.

Entremedio de la gente apareció un hombre de traje, de aparecía decente, alto y de mirada serena y con una gran sonrisa en su semblante. Este le tedio la mano y se presentó a Suran con cordialidad.

—Un gusto conocerla señorita Min, soy Ha Do-yeong, doctor del área pediátrica del hospital de la isla. Será un verdadero gusto trabajar codo a codo con usted.

—Igualmente señor.

—Bueno, les deseo mucha suerte en su jornada laboral. Nos vemos más tarde.

Do-yeong se despidió de la dama mientras que los demás que querían celebrará a Suran llevaron las cosas a la sala principal de receso. Dejando al director y a la nueva jefa a solas. Hubo un silencio algo incomodo entre ambos, pero el hombre la miro le volvió a sonreír, pero meramente de nerviosismo.

—¿Con que doctor? No lo había visto en rotaciones anteriores.

—Me integre hace poco. Esta dudando en hacerlo, pero visto que la señora Woo quiere a un apoyo para usted y sumar a un medico al concejo, pues, acepte. Más ahora que la amenaza está detrás de las rejas.

—Así es, se respira un aire distinto. Tengo más deseos de trabajar que nunca.

Ambos continuaron conversando animadamente. Sacándose pequeñas sonrisas y como no, poniéndose de acuerdo para trabajar juntos en los turnos que correspondiera rotaciones en pediatría. Do-yeong admitía que Suran tenia una sonrisa encantadora y amistosa por lo demás, tenia deseos de continuar hablando, pero debían trabajar.

—Le invito un café de sobre en la sala de descanso, a las seis. Nos vemos, señorita Suran.

—N-Nos vemos doctor Ha.

—Dígame Do-yeong, por favor. —Le regalo una sonrisa sincera y Suran acepto.

La mujer miro a su alrededor y solo quería chillar de emoción. Era como si sus metas realmente se habían cumplido. Quizás las circunstancias no fueron las mejores, ya que no hubo titulación ni nada de lo formal que implicaba la universidad, sin embargo, oír y ver que la gente la admiraba por una hazaña que hizo por ayudar a la gente le llenaba su corazón de manera dichosa. Reía como boba, quería llorar de emoción y gritar a los cuatro vientos que lo había logrado

Se dirigió a los vestidores, y una vez dentro comenzó a vestirse con su uniforme de color celeste con detalles en blanco; luego, colgó su nueva credencia en el cuello, además del pin que colocaba su cargo y nombre completo. Se miro al espejo; bien peinada con una coleta hacia atrás, sus pestañas rizadas, labios de color rosa y su piel hidratada. Ya no había tantas ojeras después de poder recuperar su ciclo de sueño. Se miro las manos y vio el anillo de Hoseok, esta lo todo y sonrió con nostalgia.

—Lo logre, Hoseok... Lo hice. —Murmuro intentando no llorar. ­—Ojalá estuvieras aquí y vieras todo lo que hice, por Ji-yool. Te extraño mucho. —Beso la joya con cariño. —Cuida a mi hermano por favor, a los chicos. Y no olvides de Ji-yool, ella te extraña demasiado.

Luego de hablarle al anillo que significaba una fuerte conexión con su pareja. Respiró hondo y salió a trabajar.

Había mucho que hacer por la comunidad.

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Tal vez y solo tal vez, puede que la mala racha este acabando para la familia Min y Park. Por un lado, estaba la nueva noticia del trabajo de Suran respecto a su cargo como jefa de las enfermeras y enfermeros del hospital. Luego estaba la que se trataba sobre Ja-hyun y su logro con las votaciones.

Nunca pensó que tanta gente fuera a confiar en ella como nueva gobernadora de la isla. Muchas mujeres, sobre todo de su trabajo, la felicitaron y le desearon las mejores de las suertes y también le pedían que hiciera todo con el corazón y la cabeza, pensando en la prioridad que eran las personas que hacia la isla por lo que era; productiva, activa y empática con su gente.

Su trabajo comenzó en la brevedad en la salió elegida, e incluso comenzó con las asesorías de la señora que la ayudaba en aspecto básico que pudiera comprender y abarcar los temas que más aquejaban las personas la comunidad. La educación, salud y la manera de vivir en la isla. Comenzó con sus listas de prioridades, dándole paso a problemáticas sociales que eran de los tiempos pasados. Como por ejemplo el trabajo, todo lo que movía a la isla era el supuesto "dinero" que se pasaba de por medio, la señora le indico que aquella implementación fue idea de Noh, la usaba como manipulador psicológico, ya que la gente lo que más deseaba era regresa a la vida de antes.

Y no era del todo asi, la gente no necesitaba ser como lo era antes, de hecho, necesitaban ser mejores que lo que llegaron ser antes. Por ello se decidió con el nuevo consejo, conformado por alguien de cada zona vital de la isla, salud, educación, pesca y agricultura. En cada lugar había un representante y ellos eran; Ha Do-yeong en el área de salud. Luego una mujer, llamada Park Sun-hwa, que se encargaría de todo lo que respectara en educación, ella era maestra en la escuela de la isla. Para pesca y agricultura, estaba el señor Cho Young-woo.

Estaban todo listo y hecho para comenzar a acudir los aspectos que necesitará más atención por parte de ellos. Ja-hyun estaba contenta, hasta le contó a Hye-Jin lo que había pasado y ella la felicito.

“Si nuestra gente la viera, estarían orgullosos de usted jefa Choo.”

Dijo la chica, recordando como le decía antes de llegar a la isla. Y no mentía, para, ya que las personas que vivieron en Jirisan siempre elogiaron a tenían de ejemplo a la mujer.

Estaba satisfecha y emocionada de poner ayudar en lo más necesario para Ganghwa.

Pero no todo es color de rosa. Mientras la vida de Suran, Ja-hyun y Jimin avanzaba. Estaba de nuevo el castaño que miraba todo como un espectador, por supuesto que felicito a la hermana de su esposo, la abrazó y le dijo que podía hacer eso y más ya que era una mujer capaz de hacer logros significativos para sus pares. Ella estaba feliz de ver a Taehyung luego de una semana, se veía agotado y el olor a alcohol era difícil de quitar con una ducha.

Kim se sentía más solo que nunca en un espacio como ese mientras su familia hacia logros y logros. Y bueno, él, seguía embriagados.

Park salía de su apartamento y siempre pasaba a ver al castaño. Este le abría y conversaban de todo. Pero últimamente su amigo se reservaba, o se quedaba mirando a la nada debido a las pastillas de dormir que tomaba. Hasta que un día Park lo tomo desprevenido y lo encaró.

—¡Deja de tomar esta mierda! —Le gritó botando las pastillas al tacho de basura. —¡Te está haciendo daño, Taehyung, basta por favor!

—¡No te metas Jimin! —Saco la caja de la basura. —¡Esto es lo único que me ayuda a olvidarme de la basura en la que vivo! ¡Tú no puede venir a mi apartamento a imponer órdenes!

—Soy tu amigo y me preocupas, Tae...

—Ya no más... Ya no te preocupes más por mi... —El chico cayó al suelo de la habitación comenzado a llorar desgarrado.

Jimin como pudo se sentó a su lado y lo abrazó conteniéndolo. Kim estaba tan mal, que apenas era capaz de levantarse en las mañanas. Y había un detalle más, e importante, sobre todo, y es que el hijo de Eun-seok, sabía lo que paso entre él y Seo-Joon provocando en Taehyung aún más dolor y culpabilidad.

Aquel día el embarazado se quedó a pasar el resto de la tarde y de la noche junto a su mejor amigo para cuidarlo de la bebida y de las pastillas. Kim se quedó dormido a su lado tomando la noche, sollozando entre sus más triste pesadillas, hasta que lloraba con los ojos cerrados. El chico lo abrazaba mientras que acariciaba su vientre pensando en las únicas dos personas que le hacía falta en su vida.

Tras ese hecho, Kim dejó de beber menos, no del todo, pero si bajo considerablemente el consumo de ambas cosas tóxicas. Jimin lo apoyo y felicito por ello mismo.

Ya era un nuevo día, y Park estaba sentado do esperando a él nuevo doctor lo atendiera para averiguar el proceso de su embarazo. Dejo de entrar con miedo al edificio, y desde que Suran estaba en la cabecera junto al director Lee, el hospital era el lugar perfecto para tener a su bebé, sí, cambió de parecer, pero solo porque había gente buena en él.

Mientras esperaba, oyó una voz familiar que lo sacó de la lectura de un libro viejo que encontró en la biblioteca del pueblo sobre paternidad. Nunca leyó tales cosas cuando espero a Beomgyu y quizás podía ahora dada la situación menos precaria en la que estaba. Regresando al presente, levantó la mirada y vio a su amigo Kim allí, este ni se dio cuenta que estaba allí. En eso llega Suran y está lo mirando con gran duda, tras ello le pide que la siga.

Jimin sale detrás de los que caminan hacia la sala de preparación del hospital. Park se queda en la puerta oyendo aprovechando que nadie pasaba por ese pasillo.

—¿Para qué quieres un examen de sangre? —preguntó ella. —¿Estás enfermo? ¿Te pasa algo por las pastillas que tomaste?

Las dejé hace unos días.

—¿Y entonces? ¿Para qué necesitas eso?

Hubo un largo silencio en el hasta Jimin se puso ansioso.

P-Perdóname Suran... —La voz de Taehyung se quebró por completo. —En serio lo lamento tanto...

Ya dime que pasa, me estás preocupando.

El corazón de Park latía con fuerza mientras su oído se pegaba más y más a la puerta intentando oír que ocurría del otro lado.

C-Creo... que estoy en cinta.

Taehyung rompió en llanto por completo. Así, por el otro lado, el alma de Jimin se cayó de golpe al piso. Se alejó de la puerta y su mente gritaba una y otra vez el nombre del jefe de su mejor amigo, Seo-Joon.

Todo estaba realmente mal.

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Cosas buenas y malas ocurren. Noh fue encerrado con sus secuaces y Ja-hyun comenzó su trabajo como gobernadora a la par con nuevas personas que realmente estaban comprometidas con el bien de Oedo. Pero así como hay buenas noticias, vienen más malas. 

Y tal parece que Suran ha encontrado una nueva amistad dentro de su trabajo, el doctor Ha.

Taehyung espera un hijo y no debemos preguntarnos tanto de quien es, pues ya sabemos aquella respuesta.

¿Qué pasara ahora? ¿Qué será de Taehyung y la familia de Yoongi?

Gracias por leer.

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Aprovechando este apartado, quiero desahogarme.

Ha sido un semestre en la universidad del cual apenas estoy sobreviviendo, pero es de mi agrado decir que ya mañana son mis últimas evaluaciones para poder respirar y dedicarme a esto de hacer historias para despejar mi mente y entretenerme que es fin por el cual llegue aquí. Eso, nos leemos el próximo miércoles con más capítulos. ♥️

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