38
Taehyung estaba sentado en la cama de su dormitorio, mirando fijamente la ventana abierta que hacía revolotear la cortina. Su mano se desplazó hacia un costado sintiendo la botella de tinto, tipo chardonnay que su jefe le había regalado. Su respiración era clamada o quizás era el alcohol en su sistema haciendo efecto.
Eran como las ocho de la noche, o quizás las nueve. No tenía noción del tiempo, ya que no salió en todo el día de su cuarto. Apenas logro ver la luz del día. El castaño tomo la botella viendo que le quedaba el último sorbo de líquido tinto. Se llevo la botella a sus labios y bebió la poco y nada que le quedaba, refunfuño molesto y dejo caer la botella al suelo alfombrado de su cuarto.
Se acurruco en la cama abrazando la almohada de Yoongi, aún conservaba algo de su aroma, que fue incapaz de irse en los siete meses que llevaba esperando su regreso con el de su hijo, siete meses viviendo en la miseria que estaba, solo y con el corazón destrozado, entre la poca esperanza y la duda de que si seguían realmente vivos. Intento de todo para mantenerse en pie, cuerdo por lo menos, pero nada servía y esos doscientos doce días, se volvieron mil años para él y el resto de la familia.
Creía que se perdieron en el camino o que quizás estaba muerto. Llegando a su mente aquella horrible pregunta: ¿Estaban vivos o se convirtieron en infectado? Le aterraba aquella idea y la única manera de ahogarla y callarla era como una botella de vino en su mesa de noche y pastillas para dormir. Desde que Seo-Joon le invito a beber, Taehyung no dio chance a detenerse, cada sorbo era un siseo a sus pensamientos que lo ahogaban en sufrimiento, una botella era un silencio total, un bloqueo definitivo a todo ello.
Y quizás su respuesta ya estaba dicha, cuando su jefe lo invitaba cada viernes a tomarse una copa. Park dejo las segundas intenciones con Taehyung porque era alguien casado y con un hijo, ni siquiera intento insinuarse o acercarse más allá de la compañía. Pero cuando el anillo ya no estaba en el dedo si no en el fondo de la mesa de noche, todo paso. Fue inesperado, algo que nació de la ebriedad de ambos, aunque ni lo recordaban del todo. Lo único que recuerda fue, entre su visión borrosa, creer que era Yoongi el que le daba algo de calor en su frio cuerpo.
Taehyung tomo una tableta de pastillas y saco una. Su esposo murió, y quizás su hijo igual, hacía semanas que lo dio por aceptado. No le fue infiel, si lo pensaba mejor. Aunque en el fondo de su quebrantada alma, y abandonado corazón, sentía que lo traiciono del peor modo posible, pero de lo que lo pudo haber hecho su ex pareja hace años cuando lo envió a la cárcel.
Fracaso, como esposo y padre, amigo, yerno y cuñado. Suran sospechaba que algo paso entre Seo-Joon y Taehyung, pero ella prefería negarlo, hasta el mismo grupo sabía que el Kim de ante no era el mismo y que la pena del abandono lo carcomía lentamente. Dejaron de luchar, dejaron de intentar destapar algo que cada que daban un paso, retrocedían diez, pararon por Jimin que estaba a meses de traer a su hija al mundo y debían centrar cabeza para apoyarlo mientras que Jungkook no estaba.
Antes de llevar la pastilla a la boca. Unos tres golpes firmes en la puerta de departamento regresaron a la realidad. Con pereza se paró y fue a ver de quien se podía tratar. Apenas abrió vio que era Seo-Joon con unas fuentes térmicas con comida.
—Tae... ¿Qué pasa? —Lo miro de pies a cabeza, pero no obtuvo respuesta. —¿Puedo pasar?
Kim lo hizo pasar dejando la comida en la encimera de la cocina.
El jefe entro viendo que en la mesa del living había botellas de soju y una de vino. Se mordió los labios al ver que había una caja de pastillas, específicamente, relajantes musculares también abierta. El hombre conto las botellas y eran cinco más una de vino, es decir, seis en total, una carga alcohólica significativa.
—Debes parar, por favor, te haces daños con todo esto. —Lo sentó en la silla del comedor. Parecía ido, o solo era ebriedad. —Mírame, dime algo.
—¿A qué viniste? —preguntó tomándose la cabeza.
—A verte, ¿a qué más?
—No sé... —Encogió sus hombros. —La última vez acabamos en mi cama.
Park bajo la mirada.
—No volverá a pasar, esa noche...
Kim rio.
—Da igual, da igual... —Insistió. —Gracias por la comida, pero no tengo hambre.
—No me iré hasta que comas algo.
Seo-Joon se levantó, pero Taehyung lo detuvo tomándolo de la mano y colocándose de pie quedando frente a frente a su jefe. A Park le temblaron los labios, quería besarlo, pero era imposible, no con Taehyung tan mal emocionalmente hablando. A pesar de que se resistió, no logro al cien ser firme, pues Taehyung lo beso y su lengua empujo sus labios para abrirlos e introducir su lengua comenzando un beso obsceno y lleno de deseo. El hombre lo tomo del rostro intensificando aquel beso hasta que Kim le metió las manos en el pantalón hasta desabrochándolo por completo.
—Tae... E-Espera...
Le bajo las manos, sin embargo, Kim lo miro con tristeza en sus ojos.
—Cierra la boca y haz que el dolor se vaya...
Lo pensó, mucho, pero no tuvo más que hacer cuando su secretario lo tomo del rostro para unir sus labios en un beso apasionado.
El muchacho se abalanzo contra él y lo puso contra la pared para besarle el cuello, clavículas y tocarlo sin cuidado sacando jadeos en Kim. Hasta que ambos caminaron hasta el cuarto acostándose en la cama y comenzando a desvestirse con desesperación.
Seo-Joon vio la botella en el suelo, pero el castaño lo tomo del rostro y lo condujo a su cuello donde sintió los besos húmedos de Park. Se quito la camisa dejando ver su cuerpo fornido, sus brazos voluminosos; luego fue el pantalón, quedando con la ropa interior, dejando ver sus morenas piernas e igual de musculosas. Taehyung se dejó sacar la ropa mientras el calor de su cuerpo subía volviendo su vista borrosa.
—Rápido... —Le susurro en el oído. —Solo hazlo... —Rogó con el alma dolida.
El jefe del castaño se quitó la ropa interior, acomodándose entre las piernas del chico. Deleitado con la suavidad de estas, las acarició con cuidado, sintiendo cada roce un paso al paraíso mismo. Lo tersas que eran, el color y las gotas aperladas de sudor, hacían un juego perfecto con la anatomía de Taehyung que lo embelesaba aún más, generando un palpito acelerado en su corazón emocionado por la sensación provocada por el roce del otro.
El castaño se aferró a la espalda ancha de Seo-Joon, cuando su interior se adaptó al tamaño del miembro del amante que yacía sobre su cuerpo. Lo abrazo hundiendo su cara en la curvatura del cuello buscando no dejarlo ir en todo lo que restaba de noche.
═══════ ● ════════
Suran estaba en la pequeña plaza junto al edificio donde Taehyung vivía. Ji-yool y Jungwon andaban jugando mientras que ella y su madre los acompañaban.
Ese día tuvo la mañana libre, entraba a eso de las cinco de la tarde y todo porque sus turnos en el hospital se redujeron desde la intromisión respecto a los enfermos crónicos. La hermana de Yoongi buscaba el modo de destapar todo, pero era totalmente difícil más ahora que su familia lidiaba con la depresión de Taehyung y el fanatismo que creo por tomarse dos botellas de vinos al día, una locura que Seo-Joon no era capaz de detener, cuando él fue el que comenzó a incitarlo.
Era consciente de que cada quien tomaba las decisiones respecto a su vida, pero la enfurecía cada vez más cuando el tipo no hacía nada por pararlo, ni porque fuera su empleado. Sabía que había algo encerrado entre ellos y no podía dejar de pensar en su hermano mayor cada que creía en su teoría sobre que Taehyung y Seo-Joon mantenían relaciones. Era un pensamiento terrible. Porque por parte, sabía que Kim no era capaz de algo como eso.
Paso una semana ya desde que vieron a Taehyung, su madre decía que era mejor no entrometerse más, para no agobiarlo. Poco a poco encontraría la luz al final de su túnel, pero la chica se preguntaba cuando llegaría ese final. Sabia la respuesta, de hecho, pero era doloroso pensarlo.
“Taehyung estará bien, cuando Yoongi y Yeonjun vuelvan a su vida, hija.”
Lo peor es que todos andaban apenados con la falta. Jimin era alguien más, ya tenía siete meses de embarazo y ha ido todo bien, solo que lo cuidaban el doble para que Seok-min no anduviera metiendo sus manos corruptas en el asunto. Se preguntaba cuando iba a parar todo, la gente seguía desaparecida, cada vez eran menos en la isla y la idea era mantener una comunidad para progresar hacia un futuro mejor.
Optaba por sacar a todos los del consejo del cargo. Y poner uno nuevo conformado por gente justa, incluso gente del mismo pueblo Ganghwa para liderar algo que sería para sus generaciones. Conocía a la única persona capaz de tomar el mando, y esa era su propia madre. Ella era una líder innata, hecho para guiar a las pocas masas a un movimiento y lo sabía porque en su juventud Ja-hyun, siempre se metía a pequeñas marchar estudiantiles y era admirable de ella. Su madre tenía el espíritu y la entrega por gente que merecía algo mucho mejor.
Quizás aun no era el momento para atacar, pero si debía comenzar a buscar el modo de darle por las espaldas cuando menos se lo esperasen y así, solo con eso, podía sacar a Seok-min y Seung-hyuk del mando, junto a los médicos y personas que abalaban estos actos. Por suerte Seo-Joon hizo su tarea, por así decirlo, ya que averiguo que algunos del concejo sabían de las malas prácticas y tratos de Noh y Han. Y estaba bastante dispuesto a buscar el modo de detener esta especie de genocidio, partiendo por el famoso doctor Lim.
Suran trato de acercarse al hombre y trabajar para él, pero el tipo apenas se veía, o cuando ella bajaba a la morgue para investigar el médico la corría enseguida de la manera más educada posible, diciendo que las enfermas no solían meterse a aquellos lares del hospital. La hermana de Min, fingía y se ríe por su "equivocación" para nada planeada.
Por suerte tenía de lado a la jefa de las enfermeras, ella podía ser el talón de Aquiles, de toda esta gente con malas intenciones.
—¿En qué piensas tanto, Su?
—En cómo derrocar a Noh. —Le respondió sin titubear. Ja-hyun esperaba otro tipo de respuesta, no algo como eso, más que nada por la peligrosidad que implicaba. —En el buen sentido, claro. Ver la manera de acabar con las desapariciones y abusos de poder que hay aquí, pero no sé cómo, mamá.
—Encontrarás el modo, Suran... Eres mi hija, no te rendirás para nada de fácil.
Ella asintió.
—Mamá, ¿tú volverías a liderar una comunidad?
—Que pregunta... —Rio. —Pero no lo sé, Suran. Pase un buen tiempo tratando de asumir que ya no tenía Jirisan, perder otra comunidad, sería doloroso y esta es un buen lugar para progresar, solo que liderada por gente individualista.
—Estamos de acuerdo, pero me gustaría que te lanzaras como candidata para ser gobernadora de Oedo. Piénsalo mamá, esta gente necesita a una mujer como tú; bueno, luchadora, invencible... —Suran le tomo las manos. —Yo sacaré a ese idiota de Noh y te daré el lugar para que líderes como se debe.
La madre se emocionó, solo que tenía miedo de lo que Suran podía llegar hacer. Sin embargo, estaba convencido de que su hija no era una mujer que se dejase intimidar, mucho menos derrotar por un tipo como Seok-min que solo amenazaba a diestra y siniestras, creyendo que resolvería todo.
—¿Cómo lo harás, hija? ¿Lo harás con Seo-Joon?
Chasqueó la lengua algo inconforme.
—No hay más opciones, así que tendré que hacerlo con él. —Le dijo poco conformé.
—Sácate esa idea de la cabeza de que algo hay entre él y Taehyung. —Le pidió. —Tae ama a tu hermano con su vida y sé que no haría nada como eso.
—Bueno... pensare como tú. Mamá.
—No se trata de pensar como yo, cariño, sino que no des el espacio a esa idea en tu cabeza. Tienes mucho más que hacer. Y cosas importantes.
Le acarició la mejilla. La chica contemplo a Ji-yool columpiarse con ayuda de Jungwon mientras los demás pequeños revoloteaban alrededor de los juegos, escondiéndose, atrapándose y jugando en la caja de arena haciendo pequeños castillos con sus manos.
Por un momento, silencio todos sus planes sobre sacar a Noh y las dudas respecto a Taehyung con Seo-Joon, y pensó en su hija. Hace meses desde que Hoseok falleció y las cosas en casa han cambiado. Ji-yool estaba un poco más tranquila creyendo que volvería a ver a su padre tarde o temprano, eso dolía bastante, haberle mentido descaradamente, pero aún faltaba para decir toda la verdad sobre la muerte de Hoseok. Miro su anillo en la mano, Jackson se lo había pasado una noche en la isla, explicando que Jug pensaba asarse con ella, Suran quedo destrozada toda la noche pensando en ese futuro ahora imposible.
Hoseok no estaba y esa realidad dolía. Su hermano, amigos y sobrino, tampoco estaba, doliendo del mismo modo.
Solo le queda seguir adelante y asumir que la vida daba y quitaba sin permiso de nadie.
—Bueno, es hora de ir a mi turno. —Aviso a su madre. —Cuida a Ji-yool...
—Ya sé cuidar a la revoltosa, tu ve tranquila. Ten mucha suerte y cuidado con lo que vayas hacer, Suran. Te lo imploro, hija. —Le pidió tomándole las manos.
—Sí mamá, todo estará bien. —La abrazo despidiéndose de ella.
Ante de irse, su hija llego corriendo al ver a su madre con su bolso de trabajo. la pequeña abrazo a Suran y se despidió. Suran deposito un beso en su frente y Ji-yool igualmente, de paso se despidió del hijo de Namjoon que la abrazo y de manera cordial le deseo un buen turno. Sonrió y comenzó a caminar en dirección al hospital en medio de la tarde que caía en la isla, solo esperaba que todo trascurriera con calma y sin sorpresas. Por otro lado, tenía ganas de trabajar con Roy o Ji-eun para ver si podían ver el modo de meterse a la morgue, pues Suran no solo hablaba y pensaban las cosas, cuando se comprometía con algo, lo cumplía y esta no era la excepción.
Camino al trabajo vio que en la entrada principal vio a una mujer anciana abriga con su abrigo y una bufanda floreada. Ella contaba con un cartel con algunas letras escritas. La enfermera se acercó y leyó con detenimiento aquel cartel.
"¿En dónde están nuestras familias"?
A su lado había un hombre como de su edad y en el cartel ponía la foto de una mujer.
"¿La has visto?"
El corazón de Suran se apretó y mientras más se acercaba había un grupo de tres protestando.
—¡Queremos respuestas! ¡¿En dónde están nuestras familias?! —Proclamo una mujer levantando el cartel en alto.
En eso llega la policía y guardia del hospital. Los tipos aparecieron de un modo prepotente acosando a la gente y empujándola para sacarla de la entrada del hospital. Suran al ver que la anciana a pedía que por favor la dejaran entrar para saber de su nieta —por lo que logro oír— se acercó para defenderla de los sujetos. Uno de los policías, le rompió su pancarta y la empujo provocando que cayera de bruces al suelo. Suran dejo caer el bolso y se acercó a socorrerla.
—¡Oye imbécil! —Lo empujo alejándolo de la señora. —Es una mujer mayor, ten un poco de respeto.
—¿Respeto? Ella se está manifestando frente a un edificio público. —Le dijo con frialdad.
—Idiota, tiene derecho a expresarse librantemente más si quiere saber de su familia. —Ayudo a levantar a la mujer mayor. Esta le pidió que se detuviera. —Vete o hablare con el señor Park para que te destituya de tu cargo.
El tipo bufo y se fue con sus compañeros policías dejando a los protestantes cabizbajos y aún más molesto. Suran se les acerco y pidió perdón por un malentendido asi, aunque la gente le dije que no debía de disculparse. Que, por cierto, agradecieron haber defendido a la mujer.
—Muchas gracias, linda... No tienes por qué preocuparte por una anciana como yo.
—No diga eso, es mi trabajo como enfermera cuidar de las personas.
Los ojos de la mujer se iluminaron. Al igual que los demás mostraron interés.
—Tú... ¿me podrías decir como esta mi nieta?
—Eh...
—Mi hija entro por una crisis de asma y no ha salido. ¿Puede ayudarme?
Suran se sintió agobiada con la avalancha de preguntas y pedidas de ayuda de las personas que protestaron hasta que les pidió que bajaran la voz y le permitieran hablar.
—Yo haré lo que pueda, pero no prometo nada, estoy igual que ustedes, preocupada por la falta de algunos pacientes en nuestro hospital, pero tratare de... de averiguar. —Les comunico, las personas asintieron más tranquila. —Va anochecer, vayan a sus casas, por favor.
La anciana le tomo las manos a la hermana de Yoongi.
—Muchas gracias señorita, en serio gracias...
La chica sonrió.
Al irse todos los protestantes, Suran ingreso al edificio firmando su hora de ingreso. Mientras entregaba la hoja y su credencial para movilizarse dentro del hospital, vio al jefe de enfermeras acercarse a ella y tomarla del brazo conduciéndola a un baño del primero piso.
La mujer se notaba perseguida y algo discreta, incluso Suran había entendido la posición en la que estaba y le siguió la corriente entrando sin musitar ni una palabra hasta el baño. Dentro la mujer mayor cerró la puerta y miro a Suran algo ansiosa.
—¿Pasó algo señora Song?
—Te tengo una propuesta bastante importante. —Le dijo con seriedad. —Necesito tu ayuda, por lo que oí entre Roy y Ji-eun, ustedes planean saber que ocurre con los enfermos crónicos que son ingresados al hospital. —Suran asintió enseguida. —Bueno... tengo la solución a ello.
—¿Cuál?
—La morgue. —Le respondió. —Hay que bajar al menos dos, allí trabajaba el loco de Lim, el no sale de allí diciendo que están trasladando el laboratorio de sangre, pero es mentira. Estoy segura que... que están allí. Yo los puedo cubrir, pero no por mucho.
Suran se tomó el rostro tratando de procesar toda la información que él estaba dando la señora Song.
—E-Espere... ¿C-Como lo haremos? ¿Y si nos atrapan? —pregunto. —Yo intente bajar, pero...
—Bajando con un "cadáver".
La respuesta dejo helada a Min.
—Señora...
—Por favor... —Bajo la mirada. —Una de mis enfermeras bajo con Lim y-y no ha regresado. Solo te pido tu ayuda. —Imploro con la mirada.
Ya era el colmo. Era hora de actuar, no podía haber más esperas de por medio.
—Lo haré. Bajare y descubriré que sucede allí abajo.
═══════ ● ════════
Las puertas del ascensor se abrieron dejando ver un largo pasillo, con algunas puertas en las paredes, cerradas todas ellas. La luz no era molesta a la vista, era como una leve caricia a la visión que pasaba bajo luces brillantes del hospital. La doctora y la enfermera tomaron la camilla, preparándose para avanzar y llevar a cabo el plan que podría acabar con sus vidas o el exilio de Oedo. En la vida se tomaban riesgo, pero nunca tan grande como era enfrentar a un grupo de hombre poderosos y médico que le fallaba un poco la mente debido a la obsesión de una cura.
Bajo la manta de la camilla, estaba el cuerpo del doctor Roy. Este, para que fuera aún más real, se desvistió cubriendo su zona intima con una tela que acostumbraban a ponerle a los cadáveres de verdad. Su ropa estaba de doblada a los pies y bien cubierta para no ser atrapados. Suran y Ji-eun iban con pecheras, cofias y mascarillas que solo dejaban ver sus ojos con las pestañas perfectamente rizadas. Comenzaron avanzar y las puertas del ascensor se cerraron.
—¿Ahora a dónde? —Le pregunto la doctora en un susurro guardando el silencio del pasillo en que estaban sumergidos. No se veía a nadie, ni un alma merodeando por el pasillo de la morgue.
—Me dijo que habría una puerta... ¡Esa! —Exclamó aun guardando el tono de voz. Era una puerta que estaba abierta. —La señora Song me dijo que allí trabaja Lim.
—¿Por qué iríamos hacia allá? pregunto Roy debajo de su escondite de la sábana.
—Por qué es a él al que queremos atrapar con las manos en la masa.
El equipo avanzo. Hasta llegar a la puerta, hasta el momento fue expedito, sin interrupciones de por medio que pusiera en juego la operación que estaba en curso en ese instante. Hasta que apareció una mujer con ropa de color azul marino, indicando que trabajaba allí abajo en la morgue. Esta, algo confundida, se les acerco. Suran se tensó y Ji-eun trato de guardar la compostura.
—Buenas noches, no recuerdo haber recibido indicciones de una entrega. —Les dijo acercándose a la camilla. Roy se pudo nervioso tratando de mantenerse inmóvil.
—Es un encargo del doctor Lim. —Ji-eun cambio el tono de voz a uno distinto para que luego no la reconociera. —Es urgente.
Ella asumía que todos estaban en el mismo hoyo de corrupción respecto a las personas usadas para experimentos. Asi que podía usar esa carta en el juego que apenas comenzaba. La dama de azul frunció el ceño. Destapo el rostro del médico, por suerte no conocía al doctor, asi que pasó desapercibido.
—¿Está muerto o enfermo?
—Sufrió una descompensación debido a la hipertensión, lo íbamos a revisar, pero nos pidieron traerlo. —Explico Suran.
—Clasifica para sujeto A.
—Perfecto. Pueden seguir, el doctor Lim está cruzando la puerta hasta el final.
La mujer siguió de largo, apenas desapareció del pasillo, enfermera y doctora se relajaron. Avanzaron hacia la puerta y siguieron pasando hasta una zona que restringida, estaba más oscuro, con tenues luces que iluminaba. Suran comenzó a preparar todo lo que la jefa de enfermería le indico.
La grabadora de voz y la cámara instantánea. La señora Song le dio una cámara portátil con rollo para que pudieran tener pruebas irrefutables, y la grabadora pequeña era para que, si en caso de ser descubierta, grabase todo lo que Lim podía llegar a decir que inculpara a la mayoría que estaba dentro de este asunto.
—Listo. —Aviso. —Sigan de largo, nos vemos en un rato.
—Cuidado Su... —Murmuro Roy debajo de la sabana.
La chica abrió la puerta, una que no tenía ni una manera para ver hacia dentro. Tenía solamente eun cartel que indicaba que solo entraba el personal autorizado. Miro por aquí y por allá y empujo la puerta adentrándose a una zona desconocida y oscura de la morgue.
La hija de Jae-ik se adentró a uno de las zonas más oscuras. Camino con sigilo hasta que vio en el fondo una sola luz iluminando lo que parecía un módulo. Con cuidado se acercó, apenas vio que era lo que tenía la única iluminación en ese momento, se quedó boquiabierta y cayó al suelo sumamente afectada por lo visto, sus manos temblaron y sus ojos titubearon hasta que leyó en la puerta que decía el nombre de un chico, la edad y su respectiva letra.
"Lee Jun. (20)"
"B"
La mujer se puso de pie y encendió la grabadora por si acaso. Luego saco la cámara tratando de que no le temblasen las manos al ver al chico convertido en caminante y con la zona de vientre voluminosa. Estaba en cinta y aparentaba unos cinco meses. Suran por un momento se imaginó a Jimin, que estaba esperando un bebé. Tan solo pensar que ese chico era joven y que iba a tener a su familia le destrozaba el corazón, estaba convertido.
En el momento que Suran dispara el flash para tomar la foto, el infectado se lanza contra el cristal grueso que los separaba. Este golpeaba el vidrio y pegaba su boca pensando que alcanzaría a morder a alguien. Lo peor es que se notaba que ya tenía tiempo allí abajo, estaba con la piel gris y podrida; sin vida, sin alma y con el corazón detenido. Dejando de lado la primera sorpresa camino hasta que llego a otro modulo. Este ponía el nombre de una niña de solo trece años, la analizo bien y tenía las manos mordidas; también la fotografió.
Continuo hasta el tercer modulo y allí vio a un hombre con mascarilla de oxígeno. Este estaba pálido y al ver a Suran sus ojos se abrieron esperanzado. Le golpe el vidrio y Suran acerco el oído para oírlo mejor.
—¡Sácame de aquí! ¡Sácame!
—¿Qué le hicieron?
—No entiendo que ocurre, señorita... Por favor sáqueme de aquí, solo tengo problemas para respirar no estoy infectado, se lo pido... —Rogo juntando sus manos.
—Esperemos un momento yo... ¡Ah!
Suran sintió que alguien la tiraba contra el suelo provocando que se le desatara el cabello. Levanto la mirada y vio que se trataba del doctor Lim.
—Vaya... Vaya... Si es la señorita Min, ¿Qué la traer por aquí? —Le preguntó mirándola con ojos malévolos. Camino hasta ella arrinconándola contra la pared.
—¡Sabes lo que hago idiota! —Encaro poniéndose de pie.
—¡Tu trabajo era hacer que anda asaba! ¡Arruinaste todo! ¡Estaba tan cerca de lograrlo, pero llegaste tu con tu gente y tiraste por la borda mí trabajo!
Suran lo abofeteo y este la soltó de inmediato.
—¡Tu maldito aprovechador! ¡Usas a gente con familia, a un chico embrazado! —Encaro. —¡Estás enfermo!
—Es la única manera...
—¡No hay ni una cura! ¡No existe tal cosa! —Le pateo la canilla. —Solo son ideas vacías, estúpidas y que llevaban a esto... —Miro los módulos. —Esta gente es buscada por sus familias y tu experimentas convirtiéndolos en caminantes. No te puede hacer llamar doctor.
El hombre se paró delante de ella. Quiso que Suran sintiera miedo, sin embargo, el sintió miedo de ella cuando esta le miro con colera, arrugando al frente y con os ojos fríos sobre él.
—¿Y qué harás? ¿Qué hará una perra como tu sin marido y con su hermano seguramente muerto?
—Esta perra, como me dices, los va hacer mierda a cada uno de ustedes. Se acabo la enfermera con ética y moral.
Recogió con rapidez las fotos y la grabadora. Lim corrió detrás de ella, pero por suerte Roy estaba vestido y listo para darle un golpe contundente en la cabeza con el extintor, mientras Ji-eun corrido de un par de guardias que venía detrás de ella luego de haber entrado a otra zona con más módulos con caminantes y gente a punto de convertirse. La enfermera le agradeció y con ayuda del doctor detuvieron a los que resguardaban esa zona, que era parte de la seguridad que el sargento mayor dirigía.
Tomo foto tras foto, lamentando la triste situación.
La única amanera de buscar venganza para esas personas, era destruir a Noh Seok-min.
═══════ ● ════════
Taehyung está cometiendo mucho errores desde que Yeonjun y Yoongi se fueron de su vida. No sabe como salir de aquel agujero en el que se hundido día tras días y ello lo está apagando.
Suran desconfía de Seo-Joon, sospecha de él y Taehyung sobre un traición. Mientras que trata de superar sus problemas familiar y cría a su hija mientras que lleva acabo el plan de derrocar a Noh Seok-Min.
¿Lo logrará?
Gracias por leer.
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