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31

Pasadas las horas. Seo-Joon salió del ascensor en el respetivo piso donde se hallaba la sala de reuniones del concejo de la isla.

Daba pasos prepotentes, haciendo eco con sus zapatos sobre el piso flotante del pasillo, dejando a la recepcionista y más de algún otro extrañado por aquella actitud que escasas veces veían en él. Su ceño fruncido y tosco sin siquiera cambiar lo fruncido de sus labios.

Abrió de par en par las puertas de la sala viendo que dentro estaba Seok-Min y Seok-hyun charlando con tranquilidad. Además del hijo de Noh y el desgraciado de Ji-hoon, el que armo todo y convirtió de este el peor de día para los integrantes del pueblo de Jirisan. Cerro de un portazo anunciado su llegada.

Los cuatro hombres se dieron la vuelta enseguida, mostrándose bastante sorprendidos por la aparición del Park. No entendía que hacía allí si cuando caía la tarde sobre Oedo él se retiraba del trabajo y se iba a su apartamento en el distrito tres. Noh fue quien se puso de pie primero para recibirlo, trato de mostrarse amigable, pero con la cara que traía se volvió serio, aún más que el mismo Seo Joon.

—Te hacía en tu departamento de soltero, Seo-Joon. ¿Qué paso?

—No voy a permitir más de sus injusticias, Seok-Min. —Le ataco de manera firme.

—¿Disculpa?

Seo-Joon camino hasta los cuatro, quedando parado frente a ellos.

—Desde ahora, la gente de Jirisan es de mi preocupación y si quiero mandar un equipo de búsqueda por sus hijos, lo haré. —Expuso decidido. 

Han comenzó a reír casi que, a carcajadas, Do-gyeong también y Ji-hoon negó con la cabeza. El castaño vio a este último y lo apuntó con el dedo.

—¡Tú no tienes idea de lo que hiciste! —Encaro. Ji-hoon lo miró con desprecio. —Eres un asqueroso, degenerado, sin medida. Aún no dejas tus andanzas de meterte con gente con pareja en la isla… ¿Qué pretendías con Taehyung?

Noh lo miró de reojo al igual que Han. Estos dos sabían como era Ji-hoon, sin embargo, al ser de la isla, defendía a gente de su pueblo. Los demás para ellos eran salvajes, gente que dejo de vivir las normas de la sociedad, convirtiéndose en casi ermitaños debido a su estilo de vida basado en la supervivencia. Seo-Joon si pensaba esto, era algo estúpido, claro que debieron adaptarse a formas de vida complejas que el mundo dispuso ante ellos, pero a pesar de ello, no dejaban de ser personas merecedoras de las oportunidades que brindaba la isla Oedo.

—¿Defiendes a tu secretario? —preguntó Do-gyeong. —Solo es un empleado.

—Sí, lo es, pero él tiene una familia que se está quebrando día tras días sin saber nada de su hijo y ustedes juegan con ello de manera deliberada… ¡De manera insensible!

—Mira Seo-Joon, te dimos el puesto de tu padre porque correspondía, pero no por ello tiene la facultad de hablar así, menos de mandar un equipo de búsqueda por dos mocosos que deben estar muertos. —Explico Han. 

—Les recuerdo, que yo iba a ser presidente del consejo y quién iba a dirigir la isla, si no hubiera sido porque mi padre murió de “forma extraña”.

—No saques ese tema ahora, Park.

—Está bien, no lo haré —cedió un poco—, pero tengo el mismo poder que ustedes cuatro y nadie va a humillar a la gente que yo traje y prometí ayuda con sus hijos. —Les dijo con poder en cada palabra. —Muertos o vivos, los ayudaré igual, porque mi padre lo hubiera hecho de todos modos. 

Seo-Joon se dio la media vuelta para salir de la sala.

—Do-gyeong es el que maneja la búsqueda. ¿Qué harás si le digo que no autorice nada?

Park rio.

—No me provoques, Seok-Min.

Dio un portazo dejando a los cuatro con las palabras en la boca.

El presidente de la isla se quedó mirando fijamente la puerta. Luego refunfuño entre groserías y palabras de odio hacia el hijo de Park. No era un muchacho despistado, de hecho, sabía muy bien lo que hacía y porque lo hacía. Y también tenía el poder de dar vuelta a una parte del consejo, no a toda, pero sí un par con el suficiente como para hacer que la gente se pusiera en su contra.

A pesar de ello, aún no le tenía miedo a Seo-Joon, era un chico que se dejaba llevar más por buenas acciones, voluntad y acciones basadas en la ética y lo que era moralmente correcto, a su parecer un buen líder. Pero Noh, prefería el poder por sobre las buenas acciones con la gente.

Si la gente vivía, era gracias a él. Si tenía un techo, era por le y por nadie más. Por ello, merecía mejor que el resto el puesto que iba a ser del padre de Seo Joon, pero aquello era un tema complejo que no tocaba.

—¿Qué haremos? —pregunto Han, poniéndose de pie y dirigiéndose hacia Noh.

—Bloqueen los puertos de salida hacia la costa, no quiero que nadie salga de esta isla. —Anuncio.

—Hablaré con el Tak, él o podrá hacer sin problemas.

Seok-min asintió satisfecho por aquella respuesta.

—Padre… ¿Qué pasa si se va a buscar a esos chicos de todos modos?

—Las puertas de Ledo serán cerradas para ellos, así de simple. Solo enfócate en no tomar en cuenta las amenazas de Park ni las de esa gentuza de pueblo. ¿Oíste? 

—Sí, como desees. 

Finalmente, solo quedaba Ji-hoon, este no prestaba mucha atención, solo le basto oír órdenes que le dio Noh a su hijo para acatar las mismas, después de todo estaba casi en el mismo equipo. Claro que Seok-min debía mantener a raya al muchacho, sabía perfectamente como era y las cosas que ha hecho a sus espaldas, no por nada no era bien visto por nadie de la comunidad.

—Ji-hoon, tú… —Le señalo con un dedo. —Contrólate.

—¿Solo eso?

—Si quieres arruinar un matrimonio, hazlo bien y juega limpio, no andes provocando a tipo como ese sujeto de Min. —Recordó como se llamaba. 

Admitía que, al ver el estado físico tras la pelea, sintió escalofríos. Min no era un tipo con el cual jugar sucio, se notaba que la vida le enseño a más que solo sobrevivir.

Acabada las órdenes, y la pequeña reunión entre ellos a espaldas del concejo. La puerta fue abierta por la secretaria de Han que se notaba lista para dar un anuncio.

—Señor Noh, el doctor Lim está aquí. 

Seok-min dejo todo lo demás de lado.

—Hazlo pasar enseguida.

Ella sintió y se retiró, al cabo de unos segundos entro el doctor Lim con su bata casi sucia con algo que parecía sangre, refresco y demás fluidos que prefería no adivinar. Su cabello desaliñado y gafas redondas con una un aporte rota y pegada con cinta adhesiva. El tipo no pisaba así nunca la tierra del pueblo de la isla, salía más en la noche cuando tenía que dar su reporte del día ante el consejo o solo a Seok-min y Seok-hyun.

—Señores… Buenas noches y ha de con que oí lo que paso. —Sonrió tomando una golosina de la fuente en medio de la mesa de reuniones.

—¿Algo nuevo, Lim? ­—preguntó Han cruzando los brazos. —Estamos en algo sumamente importante ahora.

—Tranquilo, no traje mucha novedad, pero vi que tenemos un tipo A.

—¿Un A? —preguntaron a la vez ambos hombres de alto rango.

—Sí, tiene una enfermedad cardiaca y llegó por un paro cardio respiratorio, por lo que leí de las fichas clínicas. —Lanzó el dulce a su boca. —¿Min Jae-ik? ¿Te suena? Creo que es de los nuevos que llegaron de ese pueblo de Jirisan.

—Pensé que no teníamos más tipos A luego de la chica con asma. —Supuso Do-gyeong. 

Los dos se dedicaron miradas dubitativas.

—¿Algún diagnóstico que se le haya dado a aparte de ese o recomendación?

—De seguro, por lo que leí, le pondrán un marcapaso. Los medicamentos… hicieron buen efecto. —Río. —Creí que hacer la variante de medicamentos para el corazón no iba a servir. ¿Quieren que proceda?

Seok-Min miró al doctor Lim.

—Ponle ese marcapasos y conseguirme una maldita cura pronto, Lim.

El médico sonrió y acato órdenes sin mucho más que agregar. Aún debía enfocarse en su trabajo que llevaba tiempo trabajando y buscando perfeccionar.

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Un par de días después las cosas se volvieron bastante tensas entre la gente de Jirisan y el consejo de Oedo. Seo-Joon ha estado cerca de ellos por un buen tiempo de lo que respectaba los dos días, más cuando el padre de Yoongi sufrido un paro cardio respiratorio, de no ser por la ayuda, el señor Min no la hubiera contado.

Aún seguía hospitalizado y por indicaciones médicas de Roy e insistencia de Suran y Yoongi que lo iba a ver constantemente, a cada hora hasta que se terminaban las visitas. Incluso su exmujer lo visitaba llevándole algo de comida escondida y juegos de cartas para distraerlo, pero era difícil, la situación no mejoraba y tras anunciada la cancelación de la búsqueda.

Taehyung y Jimin no estaban del mejor humor. Ni hablar de Jungkook, o Yoongi que se sentía un poco culpable por haber reaccionado de aquel modo, pensaba que quizás si no hubiera hecho nada, estaría en los perímetros de Jirisan buscando de mejor manera a Yeonjun.

Era hora de la cena y Jae-ik recibió la visita de Roy y sus familiares para oír la nueva noticia respecto a su estado de salud. Los demás, todos los del grupo de Jirisan estaban afuera esperando novedades del estado del padre de Yoongi, hasta Jaewook estaba allí. Nadie sabía por qué, pero se quedó de todos modos, al fin y al cabo, nunca hacía lo que le pedían, se mandaba solo y era llevado a sus propias ideas.

—Después de realizar más exámenes, se llegó a la conclusión que usted sufre arritmias cardíacas y requiere, con urgencia, un marcapasos, señor Min. ­—Indicó la doctora Lee, que igualmente se unió al grupo, aprovechando que la habitación estaba vacía.

Min, que aún seguía con la naricera, dejo caer la cabeza en la almohada.

«¿Un marcapaso? ¿A este punto llegué?»

—¿Y eso sirve del todo? ¿Qué pasa si se le acaba la pila? ¿Cómo lo usaré? —preguntó desesperado, sin entender cómo usarlo, pues era obvio, jamás imaginó tener uno.

—Cálmese, señor Min. —Le dijo Roy. —La durabilidad de la pila es de seis a quince años, a ello súmele que se tomará sus medicamentos con total rigurosidad y estará muy bien. 

—¿Y cómo funciona el marcapasos? —preguntó Ja-hyun preocupada.

—Regulará los latidos de su corazón. Normalmente, se usan cuando el sistema eléctrico del corazón se ve afectado. Si no lo usan presentará arritmias más contaste y sus descompensaciones serán… graves. —Agregó Ji-eun.

—Eso no me deja tranquilo, doctora… —Hizo un mohín. —¿Y por qué demonios me dio esto? ¡Yo era sano!

—Papá… —Le miro Yoongi con regaño. —No te alteres, por favor.

—No me podas eso, yo vine aquí por un dolor en el pecho y me dijeron que solo era una angina por haberme esforzado mucho, ¡nadie me dijo que me iba a dar arritmias! —Exclamó presionando las sábanas de la cama. —¡Me dieron un mal diagnóstico!

—Así se presenta, con dolor y pudieron confundir porque le hicieron un electrocardiograma en ese momento. —Hizo énfasis. —Entonces no fue una monitorización constante de su ritmo cardíaco. —Comentó la doctora Lee.

Suran se acercó a la cama y poso su mano sobre la de su padre para hablarle y que comprendiera la gravedad de asunto, siendo así, que se intervenga para la instalación del marcapasos. Entendía que tenía miedo, no cualquiera un día viene al médico por un diagnóstico y resulta que era algo más grave.

—Tienes que usarlo y no quiero pensar en lo que te pasara. Aún debes ver a Yeonie y a Ji-yool crecer. —Trató de condicionar, pues su padre es un hueso difícil de roer en cuanto a la salud.

Suspiro pesado.

—Bien, pero ¿cómo conseguirán una de esas cosas? ¿Acaso ya la tiene?

—Por lo que tengo entendió, no hay muchas cantidades de este dispositivo, así que la orden es enviada a un médico de la isla y él dispondrá uno para el señor Min. —Explico Roy. —Suran ya se encargó de eso, su operación fue agendada para una semana más, por ahora permanecerá bajo monitoreos todo el día y en alerta en caso de complicaciones. 

—No debiste habernos escondido algo esto, papá. —Le dijo Yoongi caminando hacia la cama donde estaba igualmente Suran. —Es grave lo que te paso, debes cuidarte. Sé que odias estas cosas, pero es una opción y debes tomarla.

Jae-ik aparto al cada hacia la ventana.

—¿Y que si no despierto de la anestesia?

—No se preocupe, se coloca anestesia local y el procedimiento suele dura una hora como máximo. Roy y yo estaremos a cargo de eso. —Le indicó la doctora tratando de relajarlo un poco.

—No sé… No creo que sea buena idea… 

—Hazlo por ti, tu salud y nietos, hombre… Y por tus hijos, merecen tener más tiempo, ¿no crees?

Min miró al de la cicatriz y su hija vestida de enfermera. Sonrió, levanten y extendió sus brazos atrayéndolos para abrazarlos.

—Lo haré, prometo cuidarme.

Suran y Yoongi sonrieron satisfechos al oír aquello.

En aquel ambiente familiar, un ruido llego a interrumpirlo, este era proveniente de la puerta. Roy fue a abrirla y vio a un tipo algo despeinado, pero asumía que así era su cabello. Estaba con su correspondiente bata, acompañado venía el señor Noh con el señor Han. Ambos bastante despampanantes con una sonrisa de oreja a orejas.

Al entrar la familia quedo algo descolocada tras ver a Noh y Han, más un hombre de bata blanca con apariencia de doctor igualmente. Todo el grupo se quedó en silencio al verlo, y por instrucciones de Lee y Roy debieron salir para dejar solamente a la familia y médicos a cargo. 

Tras la repentina llegada de los tres hombres a la habitación de Jae-ik, todos guardaron silencio. 

—Buenos días a todos, que bueno que estaba aquí presentes. —Saludo Seok-min. —Teníamos una noticia que darle respecto al señor Min, que por cierto es un gusto conocerlo, oí que paso un período complicado de salud.

—Los rumores son ciertos, ¿qué se les ofrece? —preguntó de manera cortante. —No tengo ánimos y estoy con mi familia.

—Queríamos presentarles al médico a cargo ahora, el doctor Lim. Él es quien proporcionara el marcapasos.

El hombre de bata se hizo hacia adelante, quedándose en frente de todos, haciendo una corta reverencia para presentarse. Por su apariencia desordenada, cabello despeinado, bata abierta y sonrisa, algo perturbarte, a nadie le inspiraba confiesa, menos para dejarle a Jae-ik en sus manos. Solo podía firme de Roy y Ji-eun, que eran parte del grupo, además de médicos muy respetables para todos ellos.

—Disculpe, ¿pero como sabe de ello si la orden aún no ha sido enviada? —preguntó Roy acercándose a ellos.

Suran y Ji-eun se miraron entre sí. Algo raro pasaba.

—Soy doctor, al igual que tú, así que tengo acceso a los datos de los pacientes de la isla de Oedo, no hay nada malo con ello. Por otro lado, estoy al tanto de las enfermedades crónicas de las personas, son importante para nosotros en… todo aspecto. —Explicaba Lim con una sonrisa incómoda en su rostro.

—No hay de qué preocuparse, además ustedes son cruciales para nosotros, son un grupo de grandes sobrevivientes del caos de allí afuera.

—No nos endulce el oído, se lo pido. —Comento Ja-hyun. —No puedo creer el descaro que tiene al aparecer tras cancelar la búsqueda de mi nieto.

—Señora…

—Algo que aprendí dirigiendo una comunidad, fue que, las injusticias son del pasado, a la gente de ahora, solo le interesa progresar de manera junta y unida.

Lo había dejado sin palabras en la boca.

—Eso fue por fuerza mayor…

Taehyung negó algo molesto y Min lo ignoró por completo.

—Si bueno, cada quien les da privilegios a los acosadores, ¿no?

Aquello había rematado a los dos hombres, dejando a Lim sorprendido. Sí que tenía agallas aquella mujer tras oírla.

—Bueno, bueno… no estábamos aquí para discutir, la salud, el señor Min está en juego.

—Por ello la doctora Lee y Roy operarán a mi padre, no confiamos en nadie más que en ellos. —Intervino Suran.

—No es eso posible.

—De hecha sí, el paciente tiene derecho a elegir tratamiento y además… Seo Joon nos dio el pase para hacerlo.

Han y Noh tensaron sus cuerpos al oír la mención del hijo de Park. Al parecer así quería iniciar la guerra entre ellos para disolver el consejo y ser de buen samaritano con gente como ellos. Pero a Seok-Min le daba igual que quería hacer Seo-Joon era dirigía todo y no iba a intervenir en sis planes.

Sin embargo, no podía dejar en vista de la gente de Jirisan lo que de verdad deseaba, necesitaba seguir enmascarado todas sus verduras intenciones. A duras penas sonrió y aceptó ente dientes.

—Ante eso no tenemos nada más que hacer, ¿no Lim? —Cedió a duras penas. Por su puesto que el disgusto lo logro disimular con exitoso.

—El paciente elige. —Aceptó sin más.

Jae-ik asintió satisfecho y hasta aliviado de que no tendrá manos ajenas trabajando para mejora su salud. Esos tipos no le daba buenas espinas, menos al oír cancelaron la búsqueda de su nieto y el del su mejor amigo Eun-Seok. Todo era injusto, y sintiera por él se levantaría ahora de la cama para ir por su pequeña pulga.

Dejando la nostalgia de lado se mantuvo firme.

—Ahora elijo que me dejen con mi familia en paz, por favor.

—Con gusto.

Noh, Han y Lim se retiraron de la habitación. Una vez fuera y lejos del cuarto. El presidente detuvo al doctor Lim.

Hazlo, esa gente va a aprender quién manda aquí.

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Cada vez se va descubriendo lo que verdaderamente está pasando en Oedo y los pacientesenfermos, sumando al señor Min con su problema cardíaco. El doctor Lim, al parecer no es de fiar y su apariencia aterra un poco al grupo.

La insistencia con estar en la intervención de Jae-ik es sospechosa para todos. Lo bueno, es que Seo-Joon ha dejado las cosas claras y sobre la mesa, podemos decir que esta dispuesto a todo por ayudar al grupo de Jirisan  a encontrar a Yeonjun y Beomgyu, de quienes no se sabe nada aún.

Gracias por leer, hasta la próxima semana con nuevos capítulos de Outlast: Jirisan. Se vienen capítulos intensos. 🔥👀

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