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29

Suran y Jie-eun, estaban monitorizando a la paciente que seguía con signos de una hipoxia severa y cianosis. Estaba realmente grave y la admiración de oxígeno se tornaba dificultosa para ella, que apenas lograba ventilar con normalidad. Lee no encontraba que más poder hacer por aquella mujer que llego donde Min, la que tampoco encontraba el modo de estabilizarla, aunque era algo complicado, si estaba infectada no había posibilidades de salvarla por ni un lado.

—¿Qué haremos doctora Lee? —preguntó asustada, apretando sus manos. —En cualquier momento se va a convertir. 

—No lo sé, es raro. No hay marcas de dientes, cortes, rasguños… Nada fuera de lo normal. —Volvió a mirar a la mujer sobre la camilla. —¿Le preguntaste que hizo?

—Sí, pero apenas hablaba, se estaba ahogando, sí que le coloque la mascarilla. —Explico. —Pero, dijiste que un hombre llego igual, ¿qué le hizo llegar donde ti? 

—No recuerdo, pero… dijo que ceno solamente y amaneció muy enfermo. —Hizo memoria de aquel paciente. —No lo volví a ver más, no sé a qué unidad lo llevaron.

—¿Y si llamamos al doctor Roy? —Se le ocurrió.

—Difícil, su turno es hasta medio día. Debe estar en casa. 

Suran no hallaba que más hacer. Si se convertía con ellas allí dentro, se desataría un caos en el hospital y todo eso la abrumaba trayendo horribles recuerdos a su mente con los caminantes y corredores. No podía permitirlo, y tampoco quería volver a vivir aquel infierno.

Entre eso, unos murmuros y pasos provenientes del pasillo se dejaron oír cada vez más cerca. Ambas mujeres se miraron entre sí confundidas hasta que la puerta dejo ver al famoso sargento Tak. El hombre parecía severo en ese momento, entraron otros dos hombres y un señor más mayor y con traje, bien presentable. Se quedaron sin habla.

El hombre de traje camino hasta la paciente viéndola y analizándola. Luego de su chaqueta saco un pequeño aparato que se lo coloco en la frente y este prendió una luz roja indicando una alerta. Tras ello, vio al sargento Tak y le hizo gesto con la mano, como de señalar y luego chasqueo los dedos metiendo sus manos al bolsillo, regresando para cerrar la puerta. Tak asintió y saco una pistola con un gran silenciador puesto en ella, Lee y Min se sorprendieron enormemente.

—¡¿Qué hacen?! ¡Es una paciente del hospital, no puede hacer eso! —Hablo Ji-eun sacando valentía.

—Doctora Lee, no interrumpa con el protocolo. —Le dijo el hombre de traje.

—¿Protocolo? ¿Qué protocolo es ese de apuntar a una paciente con una pistola en la cabeza?

—Es un protocolo de seguridad en caso de infecciones en la isla. —Explico uno de los hombres. —Persona infectada, persona que es eliminada enseguida.

—Pero no la han mordido. —Intervino Suran. —La doctora Lee dijo que había un hombre y…

—Ya se encargaron de él, enfermera. —Interrumpió. —Son llevados a la morgue para ser entregados a sus familias. Ahora ustedes pasan a ser testigos del protocolo, es de suma importancia la confidencialidad del proceso, ya que, el protocolo no es compartido con los habitantes de Oedo para conservar el orden de la isla.

Ji-eun se quedó atónita. Es pocas palabras, entendió que ver como asesinaba a una mujer era significado de quedarse calladas, las dos, sin decir ni una sola palabra. Daba bastante miedo lo que podían hacer, pero había muchos cabos sueltos. ¿Cómo se infectó? ¿Qué harán realmente con ella? Era una gran incógnita que las preocupaba a ambas chicas. Suran sobre todo que fue quien la atendió apenas ingreso a la sala de preparación.

—Sargento Tak, proceda. 

—Sí, señor Noh. 

Tak cargo el arma, jalo del gatillo y el sonido fue amortiguado por el silenciador de grueso calibre.

Min se tapó la boca al ver como la pared estaba ya salpicada de roja sangre. Ji-eun puso pálida al instante. La mujer había dejado de moverse, le daban en la cabeza porque sabían que detenían toda actividad cerebral. La hermana de Yoongi se preguntaba cómo eran tan descarados e indolentes como para llegar y asesinar a alguien aquí en el primer piso cuando solían ingresar gente. Ahora no sabía qué hacer o que decir.

—¿Qué pasará con su cuerpo? —preguntó Lee tragando duro.

—Entregada a la familia, decirle que estaba infectada y nada más. —Explico Noh. —Señoritas, deben saber que esto es sumamente complicado, por ello no deben de decir nada. El protocolo es un proceso que le concierne a la unidad de seguridad y a mí, por supuesto. Ahora acabo su turno, pueden irse a casa.

—¡No puede pedirnos eso como si nada! —Exclamo Suran aterrorizada. —¡Mataron a una mujer!

Noh agarro del antebrazo a Suran con fuerza y la empujo contra la pared. La enfermera se quedó boqui abierto por el abuso de poder del hombre mientras Ji-eun era apartada por los dos militares. 

El presidente la miro con desprecio.

—Min Suran, vino desde de Jirisan con habilidades clínicas impresionantes para alguien como usted… —Se arregló el traje y se acercó a ella para amenazarla. —Si abre su boca, soy capaz de echar a su hermano del trabajo, a su cuñado, madre, padre y… tengo entendido que es familiar del chico perdido.

—No…

—Sí. —Sonrió con sorna. —Intente decir una palabra usted y su amiga, y verá como cancelo todo y… la dejo en la calle con su hija.

Suran negó cuando oyó la mención de Ji-yool. Ella cayó al suelo, rendida, tratando de no llorar.

—Guárdense si histeria femenina y cierren la boca las dos.

Tak y sus hombres las sacaron de la sala dejándolas en el medio del pasillo y sin palabras por completo estaba anonadad pro lo ocurrido. Un portazo se oyó, dejándolas completamente desplazada de lo ocurrido dentro. Suran miro a su amiga y esta la tomo de la mano para abrazarla.

—No temas Su, hallaremos el modo de saber qué paso con esa paciente. —La contuvo con fuerza. 

No supo por qué, pero las lágrimas comenzaron a caer por sí solas, tal como un río por sus mejillas mojándolas por completo. Se sentía sola, desprotegida, sin Hoseok, quien de seguro la hubiera defendido de la injusticia que acaba de escuchar, lo necesitaba, extraña su paz con la que le hablaba y la animaba a seguir haciendo lo correcto para una comunidad. Esta vez debía tragarse todo, y continuar sola, mantenerse en pie por su familia, por ji-yool que la necesitaba más que nunca.

Suran miro su brazo que tenía algunas marcas debido a la fuerza del hombre. Estaba furiosa, nunca antes alguien la había tratado tan mal, menos al punto de usar su posición y poder para imponerse ante alguien. La mujer se tragó el odio y camino hasta la puerta, en vez de abrirla se pegó a ella para oír que hablaban, pues los murmuros se podía gracias a las paredes y puertas que eran algo delgadas. 

Ji-eun la iba a sacar de allí antes de que la situación empeorase todavía más y hubiera verdaderas consecuencias por ellos, sin embargo, la curiosidad y la misma molestia que compartía con la enfermera la logro sentir y empatizo con Suran, Las dos mujeres pegaron sus orejas y escucharon atentas.

—No podemos seguir perdiendo a los “A”, este es el segundo, presidente. 

—Ya sé, solo busquen a más “A”. Con lo que sea y llévalos con el loco de Lim. 

Suran y Ji-eun se miraron entre sí.

—¿Qué pasará con la enfermera y la doctora? Ya vieron todo y no podemos fiarnos de que no le cuenten a su gente.

—Vigílenlas, a su gente igual y si se meten en problemas, díganmelo. Lo usaré como excusa para no mover ni un dedo por el par de mocoso que se perdieron. ¿Oyeron?

—Sí, señor Noh.

Las dos salieron corriendo hacia la zona principal del hospital, el lobby en donde ya no se veía tanta gente a esas horas de la noche, solo una que otra que pasaba o que salía de algún tratamiento u hospitalización del día. Ni la recepcionista se percató que ella estaba aún ahí, ya que estaba pendiente de las hojas de ingreso del día. 

Lee le tomo el brazo a Suran y la saco del edificio caminado hacia uno de los costados donde había algunos estacionamientos.

—¿A qué se referían con tipo “A”? ¿Qué hacen aquí? —preguntó Suran aterrada.

—Su, no debes decir nada. —La chica se descolocó. —Sé que suena estúpido, pero no podemos hasta saber que esconden en este lugar.

—Pero mi hermano y Jungkook están esperanzados con ir por los chicos, no podemos simplemente hacerle caso a un viejo decrépito —habló con rabia.

—Ya sé, pero no confían en nuestra gente y es peor. Si no alzamos contra ellos nos echarán y… no tendremos ni posibilidades de encontrar a Yeonjun o a Beomgyu. 

La hija de Jae-ik se mordió los labios quedándose pensativa. No podía quedarse callada, las únicas personas que podían llegar a ayudar y que estaban más cercas de Tak In-hwan era Jackson, que estaba como cabo en el equipo del sargento. Él podía sacarle información y Wang era el tipo adecuado por su discreción.

—¿Y Jackson?

—No, apenas estaba sobrellevando la perdida de Eunwoo, por ahora solo tú y yo averiguaremos qué paso.

Min accedió. Se enderezó y apego más a la pared del estacionamiento. 

—Bien, entonces… ¿Cómo empezamos sin que nos vean?

—Fácil, hagamos lo que él quiere, quedarnos calladas. —Suran rodó los ojos, no le agradaba mucho. —Sé que ese hombre es horrible, pero debemos parecer que entendimos sus órdenes, pero atacando por la espalda. —Suran asintió. —La clave son esos dos pacientes, le diré a Roy que me consiga fichas clínicas.

—Está bien, solo dime lo que necesites, por favor…

—Claro, pero por ahora, solo tú y yo sabemos esto, y vamos a descubrir que esconde esta isla.

═══════ ● ════════

Lee Jaewook no se lograba adaptar a nada. El trabajo lo odiaba y era básicamente recolectar los cultivos, lo mismo que hacía en Jirisan solo que allá podía estar rodeado de gente que lo miraba extraño y usar su actitud sarcástica y con un toque de humor —según él— pero aquí era todo mecanizado. O quizás era el que no él gustaba la rutina, le hubiera gustado postularse con Yoongi o Jungkook, pero no alcanzo cupos y tendrá que esperar para la segunda vuelta de inscripciones. 

Volviendo a la adaptación, no le gustaba el lugar, todo era demasiado cínico para su gusto. Todo era algo demasiado utópico como creérselo, quizás en sus más lejanos sueños la isla era perfecta si tuviera alguien en ella, a quien cuidar o mantener con el trabajo que hacía, sin embargo, estaba solo otra vez. Por otro lado, no confiaba en los mandos, ni en Park Seo-Joon ni el tal sargento Tak que tenía cara larga la mayoría del día.

Así mismo, no dejaba de pensar en Soo-hyuk. Su supuesto compañero Cobra, de años, se había largado el día que todo estallo en Jirisan, las muertes, corredores, caminantes y Bogum, aprovecho y se largó quizás a donde. Sabía que tarde o temprano se iría de la comunidad de la señora Choo, era demasiado predecible.

Refunfuñando y metiendo lechugas en una caja etiquetada con el nombre de la verdura, se levantó de la tierra dejando le cultivo en un camión de carga. Se secó el sudor con su ante brazo y debió un poco de agua de cantimplora mientras observaba el terreno lleno de cultivos y con hartas personas trabajando en ella, entre esa gente logro divisar a nadie más que a Jackson que parecía algo extraño. Se acercó a él para conversar.

—¡Hey! —Vocifero y Wang rodó los ojos. —No pongas esa cara, te alegra verme.

—Cállate y trabaja. 

—¿Qué haces aquí Wang? —preguntó ignorándolo.

—Me mandaron a supervisar la cosecha del día. —Le respondió. —Y a ver que tipos como tú trabajen de una buena vez. 

—Quisiera, pero ya acabé con mi metro cuadrado, ahora dime, ¿qué te pasa? ¿Por qué la cara larga?

—Te recuerdo que perdimos nuestra comunidad, gente y a… Yeonjun y Beomgyu, no estoy de humor, Lee.

Jaewook bajo la mirada.

—Mierda, ya sé… Solo trato de acostumbrarme a esta mierda de trabajar y eso, pero carajo… no puedo.

Wang por primera vez concordaba con Jaewook. Cruzo sus brazos y no aparto su mirada seria de Lee.

—Bueno, yo menos. Es muy perfecto para ser real.

Mientras conversaban, una persona se tomó el pecho con dolor. Jackson apartó a Jaewook y corrió a auxiliarla, se trataba de una muchacha con un overol de jean que se quejaba de dolor en el pecho. Se tocaba y apretaba buscando calmar el dolor. 

Jackson sacó su radio comunicándose con la gente de la estación para pedir ayuda. Explico que era una chica joven de cabello rubio, con la raíz bastante notoria, overol, botas de trabajo y guantes de jardinería. 

Jaewook se acercó, corrió apresurado para ayudar a auxiliarla y entre eso vio que la muchacha con la otra mano la metía al bolsillo buscando algo. Lee le pidió permiso y desesperado saco un frasco de pastillas, la muchacha apenas sin habla abrió la boca indicando que la necesitaba con urgencia.

—¡¿Qué haces mirándola?! —Le grito Jackson. —¡Abre eso rápido y dale una!

Jaewook abrió el frasco y le sacó una píldora. La muchacha se la trago con ayuda del agua que Lee le ofreció, la chica se sentó para bajar las pastillas, pero… fue demasiado tarde. Se había desmallado en brazos de Jackson. La situación escaló a tales niveles que ya había gente rodeando a los dos hombres mirando a la chica que estaba pálida y desmayada entre los brazos del uniformado. Todos se preguntaban que le paso hasta que Wang tuvo la idea de preguntarle a la gente que trabajaba con ella.

—¿Alguien sabe qué le pudo haber pasado?

Todos negaron, menos un chico como de la edad de ella.

—Tiene problemas el corazón, a veces sufre de arritmias cardiacas y toma pastillas que le recetaron hace unos meses… —Le respondió. 

—¿Cómo te llamas? —pregunto Jaewook.

—M-Me llamo Jake, señor… 

—Ven aquí y ayúdame a levantarla, la llevaremos nosotros al hospital.

El chico se iba a acercar, pero Wang lo miro.

—¿Acaso te volviste loco, Lee? —Lo miro molesto. —Le van a descontar trabajo por tu culpa.

—Fue el único en responder, si es un problema al corazón debemos llevar ahora al hospital, Jackson. —Hizo énfasis. Atrajo al chico con sus manos. —Ayúdame a llevarla Jake. —Le dijo y el chico sin rechistar accedió a brindar ayuda.

Jackson suspiró. Refunfuño ante la terquedad de Jaewook, pero que tenía razón. 

Los siguió hasta la salida del área de cosechas y cultivos de la isla de Oedo. A la entrada del terreno había un pequeño convoy militar que era el que Jackson manejaba de vez en cuando, allí la subieron y la acomodaron con ayuda de Jake, que le dijo que debía volver, pero si pasaba algo que por favor avisaran, era casi la compañera de trabajo más cercana que tenía. Lee asintió y le agradeció la ayuda.

Wang conducía lo más rápido que pudo hasta el centro de la comunidad, tenido cuidado con las calles que eran complicadas de conducir por lo angostas que eran. Tardo unos diez minutos, puesto a que los cultivos se colocaron alejados para evitar plagas de insectos, olores molestos y las moscas que podían llegar a las cosechas. 

Ambos se bajaron y Jaewook tomo a la muchacha para entrar con ella al ala de urgencia. Dentro vio a Roy y Suran conversando con algunos papeles en las manos. Los dos ocupados.

—¡Su! —Exclamo Jackson entrando rápidamente a urgencia. La chica se volteó a mirarlo y se notaba realmente desesperado por ayuda, corrió hacia él para atenderlo y ver que necesitaba, pero este rechazo la ayuda que él no requería. —N-No… no soy yo, es una chica del trabajo de Jaewook.

Suran miro a Lee que tenía alguien en sus brazos.

—Rápido di que tiene. 

Roy llegó con una camilla al instante apenas la vio completamente desmayada. 

—Un chico dijo que tiene problemas cardiacos y que toma pastillas, se desmayó de la nada, mientras hablaba con Jackson.

—Suran, llévala a la cama tres de urgencia y espérame allí, trata de monitorizarla lo más posible.

—Sí doctor.

—También quiero que le administres…

Las puertas de la sala de emergencias había sido abierta de par en par, dejando ver Han Seung-hyuk.

La expresión de Roy cambia en segundo. No le agradaba verlo, pues el día que lo conocía, cuando apenas llego a intrigarse al equipo médico, el sujeto demostraba demasiada grandeza debido a su posición. Justo ese día lo enviaron a pediatría como apoyo y para orientarlo con el edificio. 

Su manera de dirigirse a la gente no era grata, miraba por encima del hombro, sur sonrisa era socarrona y muchas veces usaba el sarcasmo para humillar a la gente. Porque sí, trato mal a algunos pacientes que conocía y solo por el hecho de haber faltado al trabajo algunos días y por motivos de salud. Eso le molestaba.

—Muy buenos días, doctor Roy y compañía. —Miro de pies a cabeza a Jackson y Jaewook. —¿No deben estar trabajando?

—Paso una situación. —Le respondió enseguida Lee.

—¿Ah si? ¿Qué te paso? —pregunto mostrando un falso interés.

—A mí no… a una chica. —Le dijo con molestia. Sabía que no le importaba del todo lo que sucedió.

—Doctor, ¿Qué tiene su paciente? —Ignoró la presencia de ambos hombres.

—Problemas cardiacos y…

—¡Perfecto! —Miro a los dos hombres que andaban con él, de la misma unida que Jackson. —Envíala a la sala observaciones con el doctor Lim para que la ateniendo enseguida, la salud de nuestra comunidad en primordial y hacerla esperar en emergencia no es humano. ¿No cree, doctor Roy?

El hombre lo que más detestaba era que se metiera en su trabajo y para empezar lo que decía no tenía ni sentido. En emergencia siempre se priorizaba a personas inconscientes, si respuesta activa y con posible paro cardiorrespiratorio que requerían reanimación. No tenía ni idea de como se trabaja en un hospital, pues asumía que era un tipo que pasaba bebiendo whisky con hielo en su oficina.

Han sonrió y se despido de los tres hombres que se quedaron allí parados sin saber que más decir. Roy murmuraba improperios, dejando en claro su molestia.

Jackson no supo que más hacer y no le quedo más opción que irse al igual que Jaewook.

—¿Qué demonios acaba de pasar? —Lee miro a los dos. —Trajimos a una chic apara auxiliarla y ese tipo llega y se la lleva a otra unidad. ¿Qué carajos este lugar? 

—Quizás así trabajan aquí y ya, no te comas la cabeza, con eso, ahora vuelve a tu trabajo. 

—Olvídalo, ya me duele la espalda de tanto recoger tomates, miraré a mi departamento a encerrarme y olvidarme que vivo en esta… isla de gente rara.

Lee se había marchado sin más rodeos, dejando al doctor y al cabo solos en la sala de espera. 

—¿Se acaba de ir? —Wang estaba sorprendido. —Ese idiota…. Se fue.

Roy rio un poco.

—Sigue siendo igual, como sea, deja que haga lo quiera. —Le dijo el doctor y Wang asintió con su cabeza dejando de lado a Jaewook. —Oye, gracias por traerla, se veía grave.

—No haya de que, los imbéciles que llame ni siquiera llegaban, ni de camino lo vi, pero supongo que fue más Jaewook el que atino. Para mi sorpresa, lo hizo. 

—Vaya, quien lo diría…

—Sí, bueno… supongo que se dio un golpe de realidad. —Cruzo sus brazos. —Como sea, debo volver a mi puesto, avísame cualquier cosa Roy, por favor y saluda a la doctora Lee de mi parte.

—Claro, ten un buen día.

El doctor vio como Jackson salía del edificio y se montaba en su convoy militar que se lograba ver a través de los cristales del edificio.

Suspiro pesado al ver hacia emergencia, sin más rodeos, se fue hacia allá en busca de Suran. Allí la vio, parada, algo atónita, sin la paciente apenas ingresada. El hombre se acercó a ella para preguntarle que pasaba y a donde se llevaron a la muchacha que Jaewook y Jackson habían traído al hospital.

Suran no parecía contenta, de hecho, de la sorpresa paso al claro enojo en su expresión. Dejo la cama como estaba en caso de otro paciente querer necesitarla enseguida.

—¿Sabes a dónde se la llevaron? 

—Claro que no… llegaron y la trasladaron a otra unidad. No entren… —Se mordió los labios. —Este lugar me molesto, demasiado. Corriendo las cortinas dejando todo visible para los dotores que pasaban por allí. —¿No crees que es extraño?

—¿Qué cosa?

Ambos comenzaron a caminar hacia la recepción en donde estaba en un comienzo. Mientras saludaban a otras enfermas, enfermos y médicos del turno del día.

—En estos días, ¿a cuántas personas descompensadas has atendido?

Roy miró el techo haciendo el cálculo.

—¿Diez tal vez?

—Así es, ¿y no te resulta extraño que la materia de los que ingreso a urgencias o a emergencia tiene patologías crónicas, ya sean cardiacas, hipertensión, diabetes o alguna infección respiratoria? 

Doctor asintió.

—¿Cómo sabes eso?

—Revise los ingresos de los pacientes. —Suran miro a todos lados al ver que estaba un poco vacíos. —Ven acompáñame.

Los dos caminaron encubiertos y fingiendo estar trabajando hacia un cuarto de aseo. La hermana de Yoongi cuido de que nadie entrase ni lo viese meterse dentro. Roy estaba muy intrigado por las sospechas de Min, la verdad quería oírla, ella era inteligente y bastante astuta y casi nada lograba pasar por encima, menos los detalles.

—Bien, escúchame, Roy. —Le exigió colocando pestillo. —Que quede entre tú, la doctora Lee y yo. ¿Oíste? 

—Sí. ¿Qué pasa? 

—Creemos que algo hace con los pacientes crónicos, hay demasiados desde que empezamos aquí, nos hemos dado cuanta.

—¿Creemos? —Repitió algo perdido. —¿Solo Ji-eun?

—Sí, y lo peor es que reciben tratamiento solo por meses y luego caer enfermas de manera súbita… 

—Mierda… No lo pensé de ese modo. ¿Piensan que es algo turbio?

—Obvio que sí, es muy claro. —Afirmo Suran con certeza. —Juste se aparece ese señor aquí, ¿no? —Roy asintió. —¿Cómo sabía que llegaría alguien enfermo a urgencias? ¿Acaso nos vigila o qué? —Suran se veía desesperada.

Si es que los vigilaba, era ya un tema bastante denso, pues no solo eran Jackson o Jaewook bajo la misma, eran todos los de Jirisan y peor aún, alguien de ellos detenía una enfermedad crónica y Roy lo sabía. 

Mitras miraba a Suran hablar, su voz se fue alejando de poco a poco hasta volver a esa noche en que el señor Min lo llamo, era la segunda noche en la isla, le resultaba extraño el llamado o más bien, lo fue a buscar a la puerta de su departamento algo preocupado por su salud. Roy, sin implementos, mucho no podía hacer por él, así que lo cito enseguida al hospital a la mañana siguiente en donde hizo una evaluación completa, exámenes discretos y rigurosos sin que nadie del personal lo supiera. Hasta que llego a la conclusión de que Jae-ik tenía severos problemas cardiacos; insuficiencia cardiaca. Oyó los síntomas y vio los signos y no había mucho más que descartar.

Lo peor es que nadie sabía. Ni Yoongi, ni Suran, menos Ja-hyun y Taehyung. Solo él y señor Park que lo acompañó ese día. Y se vio en la obligación de no decirle nada a su compañera de trabajo por petición del señor Min.

—¡Roy! ¿Me oyes?

—Sí, sí… te oigo.

—Ayúdame con las fichas clínicas, ve los medicamentos, algo hacen que me preocupa, quizás podemos evitar esto, Roy. ¿Puedes?

Ahora, volviendo al tema de Suran, claro que lo haría, si el padre de su amiga y compañera podía estar bajo la mira de la gente siendo observado por una patología cardiaca, era mejor cuidarlo y mantenerlo bajo secreto.

—Lo haré Suran. Te ayudaré.

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Vimos más de cerca el trabako de Suran como enfermera dedicada y preocupada de sus paciente poniendo la etica y la moral sobre la mesa, pero siempre hay gente que impide lograr grandes cosas. Así como la vimos trabajando, la vemos sobrellevar la gran carga que tiene tras el fallecimiento de Hoseok, críar a Ji-yool sola no será fácil y menos con esta amenaza de Noh.

Cada vez caen más paciente con problemas, descompensandose de manera súbita y desapareciendo sin motivo alguno por manos de Noh y Han. ¿Qué opinan hasta ahora? 👀

Bueno este será, otra vez, un solo capítulo. No quiero ahondar en detalles, pero no ha sido un buen día. No tuve una buena calificación en un examen de la universidad, aun no hay nada pérdido, pero si me deja descontenta. También perdí un objeto de sumo valor, importante para mi que me regalaron mis padres y bueno, me he sentido mala hija y sin muchos ánimos. No tiene nada que ver con este capítulo, pero quiero desahogarme y dar el motivo.

A raíz de esto, llegó un solo capítulo que logré revisar y corregir errores ortográficos, además si viene otro mes lleno de exámenes. La próxima semana les daré los 2 capítulos como se debe. Lo lamento y espero que tenga una linda semana y cuídense mucho.🥹🤍

Gracias por leer. 💕

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