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28

Tras trascurrida la reunión en donde todo resulto bastante bien para ambas parejas respecto a sus hijos. Jimin y Jungkook se despidieron de sus amigos para volver al trabajo; Jeon a la estación y Jimin a la cafetería, le había tocado como mesero en un pequeño local a unas cuantas cuadras lejos del ayuntamiento, así que no podía seguir fuera por más tiempo que había pedido permiso.

Yoongi también debía ir a seguir de repartidor hasta acabar los días de pruebas, es decir, hasta el viernes. Estaba ansioso y quería que llegase luego ese día. Uno; para acabar con ese trabajo que lo mataba físicamente por el peso, y dos; por ir a buscar al menos. Contaba las horas que faltaban para ello. Mientras que, Taehyung se despidió de su pareja con un beso y un abrazo íntimo entre los dos, desde la lejanía de uno de los pasillos lo observaba el hijo del presidente Noh. 

Entre cerro los ojos al verlo tan meloso con el hombre de la cicatriz en la cara que refunfuño algo mosqueado, en eso llega Kim Ji-hoon, su compañero del grupo de expedición. Este igualmente miro la escena del abrazo y como Min depositaba un beso en la cien de Kim.

Ji-hoon río entre diente cuando se percató de que el sujeto se fue dejando al secretario solo en el pasillo con unas carpetas en las manos.

Seo-Joon paso por detrás de ellos percatándose que miraban a Taehyung.

—¿No trabajan hoy o tiene libre? —preguntó de manera brusca.

El hombre se encogió de hombros.

—Voy cuando tengo tiempo… —Le respondió apartando sus ojos de poco a poco, a su vez, Kim avanzaba hacia Park. —Encontraste a un buen… secretario, déjame decirte.

El hijo de Noh rio entre dientes.

—Cállense, y ni se les ocurre. —Amenazo.

—¿Lo dices por el esposo gruñón que tiene al lado? —Bufo de manera socarrona. 

Seo-Joon cambio la expresión a una sonrisa cuando vio que Taehyung venía hacia él preguntándole que hacer con esas carpetas y le explico que eran fichas de disfunciones del último mes que debía archivar en la bodega del tercer piso. Así que asintió y se fue hasta las escaleras.

Park regresó al mesón con al recepcionista a revisar algunas cosas pendientes. El muchacho se apoyó a su lado, al igual que Ji-hoon.

—¿Cuánto tiene? Se ve adulto. —Comento Do-gyeong. 

—No lo sé, no le he preguntado. —Afirmo leyendo la hoja.

—Eso no importa. —Le dijo Kim Ji-hoon. 

Park se detuvo. Hablaban claramente de Yoongi.

En ese caso era el indicado para decir eso, a que vio en primera persona la mala actitud, pero solo fue un malentendido. Min era un hombre preocupado por su familia y lo acaba de comprobar.

—Ya me están cansando, trabajen o les aumentaré las horas de trabajo.

—Quisieras, pero con mi padre el mando te cuesta tomar decisiones en la isla. Solo eres un títere, Seo-Joon, el de mi padre y Han. —Se burló del muchacho, quien se decayó por el comentario. —Pero me voy, tengo cosas que hacer. ¿Me acompañas? —Miró a compañero.

—No. Ve tú. —Le respondió tajantemente. —Iré a ser buenos amigos con cierto secretario, tengo que conocer a tu mano derecha, Seo-Joon. 

Park tenía un muy mal presentimiento del hombre. Lo conocía lo suficiente como saber que andaba de ama en cama o rompiendo relaciones con tal de satisfacer sus necesidades, no miraba hacia el lado para darse cuenta de lo que destruía. Tenerlo en la isla implicaba un desorden para la nueva sociedad, sin embargo, el señor Noh lo consideraba por ser bueno en lo que hacía. Sobre todo en las extensas expediciones.

Seo-Joon deseaba tener las facultades para echarlo, pero no podía y ello lo agobiaba.

Este asintió y los dos se dirigieron a las escaleras al tercer piso. Iban a ser buenos vecinos y personas que vivían en la isla a presentarse como debían ante Kim, el nuevo secretario personal de Park. 

Le pondría un ojo encima y debía de decirle a Yoongi que tuviera cuidado con Ji-hoon…

Mientras tanto en el tercer piso. Estaba el castaño caminando hacia el recibidor donde había una anciana en el mesón recibiendo a las personas, había algunos médicos allí con cajas llenas de documentos por fichar. Oyó que debía pasar primero a registrarse y luego comenzar con ordenar el papeleo, al verlo supuso que sería algo que le tocaría hacer pronto o quizás sin que se lo ordene, si iba a trabajar necesitaba tener iniciativa y proactividad. Nunca antes, menos cuando los caminantes existieran, trabajo, solo vivía a costillas de sus padres. Sonaba mal, pero esa era la realidad que tenía, no como al de Yoongi que siempre debió trabajar para ayudar en casa le hubiera gustado haberlo hecho, pues tendría más experiencia en algún ambiento en la vida misma.

Suspiro pesado y se acercó a la mujer mayor, que con gran amabilidad y sonrisa pletórica le indico donde quedaba a la bodega para que archivarse lo solicitado. En ese momento la mujer le pidió ayuda con las cajas y Kim asintió sin rechistar. Estaba de buen humor por lo que oyó en la reunión, aunque se asustaba de pesar que quizás encontrar a Yeonjun sería difícil. Pedía con todas sus fuerzas que lo encontrasen dentro del plazo indicado.

Taehyung abrió la primera carpeta que tenía entre sus brazos. Según Seo-Joon cada una tenía diferentes grupos de personas fallecidas por diferentes causas en la isla, desde morbilidad, accidente, personas que se dieron por perdidas, etcétera. Deseaba un poco de ayuda, pero le dijo que había un pasante haciendo el trabajo de secretaria, solo que se tomó unos días por cuestiones familiares.

El esposo de Yoongi leía una larga lista de nombres, todas las hojas en fundas plásticas listas para ser dejabas en archivadores que fue sacando uno por uno ordenándolos alfabéticamente.

No importaba cuanto trabajo era, quería ocupar su tiempo despejando su mente de algún modo y este era él más a la mano y óptimo mientras que esperaba el día de salir a buscar a su hijo, o al menos Yoongi, le hubiera gustado ir a él. El castaño paso la hoja, intentando concentrarse en su nuevo trabajo. Entre eso escucha la puerta, no se voltea, ni mira a ni un lado, asumiendo que era alguien que trabajaba al igual que él.

Ji-hoon, amigo del hijo de Noh, entró cerrando la puerta en sus espaldas y se acercó al Kim por su espalda. El tipo, con todo el descaro, le toca un glúteo sin permiso alguno, a lo que el castaño reacciona alejándose bruscamente del tipo desconocido. Metió su mano al bolsillo y saco una navaja colocándola en el cuello del tipo.

—¡¿Qué carajo te paso maldito enfermo?! —Vocifero. —¡¿Qué te crees?!

—Wow… Cálmate. —Levantó las manos mostrándose desarmado. Kim sonrió con inocencia. —No hice nada malo… De hecho, me presento, me llamo Ji-hoon. —El sujeto se acercó a él.

Menos mal le hizo caso a Yoongi antes que se fuera. Antes de irse se le acercó para abrazarlo y de paso meter una pequeña navaja que traía bajo la manga. Recordando sus palabras susurradas en su oído.

“No confié en nadie.”

—No me vuelvas a tocar. —Ejerció presión en la zona de la yugular.

—¿Si no qué? —Intervino sin borrar su sonrisa. —¿Me harás algo? ¿Decirle al bastardo de tu marido o Seo-Joon que te he tocado el trasero? Dudo que quieras ser la burla de la isla.

Kim se quedó callado.

—O peor aún… ¿Quieres que le diga al presidente Noh que no haga ni un carajo por tu hijo? —Taehyung se tensó por completo. —Acéptalo estar muerto… comido, pudriéndose seguramente y no harás nada por él, pero si quiere que el proceso de adelante… —Se inclinó hacia Kim acorralándolo contra el escritorio. —Solo debes abrir esas lindas piernas y gemir como si estuvieras teniendo el mejor sexo de tu vida.

Taehyung lo golpeó en la cien con la parte trasera de la navaja. Luego, lo tendió con el suelo, le colocó su rodilla en la espalda con fuerza, así dejándolo preso. Para empeorar la situación de Ji-hoon, ejerció más presión en el cuello con la navaja hasta generar una pequeña hilada de sangre.

—¿Tú crees que no me he topado tipos como tú en mi camino? —Taehyung quito el arma y lo rodeo con su brazo en el cuello para murmurarle en el oído. —¿Sabes lo que le paso al último que me intento tocar? —Ejerció fuerza dejando a Ji-hoon sin aire. —El bastardo de quien hablas lo mato con una bala de escopeta. Justo aquí. —Bajo la navaja hasta la espalda, dejándola justo en el centro de esta.

El hombre sintió mucho pánico cuando la punta del arma cortaba un poco la tela de su camiseta negra. Aunque trataba de quitarse el brazo de Taehyung del cuello, no lo logró, el castaño tenía más fuerza de la que pudo imaginar. 

—Como me vuelvas a tocar, insinuarte o hablar de mi hijo, será tu turno, y el que te va a matar seré yo. —Taehyung noto que el pelinegro había dejado de luchar. —¿Me entendiste? —El chico asintió desesperado. —Espero que sí, porque te voy a estar preparando el ataúd.

Kim lo soltó sin delicadeza. Ji-hoon tosió un poco algo desconcentrado, nunca se imaginó que alguien iba a arremeter contra él con esa manera tan salvaje. Había subestimado a Taehyung. Sin embargo, al ver que el castaño se retiraba de la bodega algo enojado dando pasos pesados que retumbaban en el pasillo, se puso de pie enojado golpeando la pared con rabia hasta lastimarse un poco los nudillos.

Esa sería la primera y última vez que alguien lo iba a intimidar. 

═══════ ● ════════

Y

oongi se dejó caer en una banca que estaba cercana a una plaza en el centro de la isla. Había algunos juegos, niños con sus padres disfrutando del clima antes de que llegara el otoño y el frío comenzara hacerse mucho más frente. Se preguntaba como serían las estaciones en la isla, en Jirisan los climas eran un poco más extremos que las ciudades.

Volviendo a la realidad, miro su hoja de entregas del día y había acabado con éxito, estaba cansado, hace tiempo que no estaba tan activo físicamente. Paso su mano por la frente y vio que estaba algo mojada por el sudor.

—Solo unos días más, Yoongi… —Murmuro guardando el papel con cuidado de perderlo, debía entregarlo en la estación de envíos para que el jefe lo viera y lo archivase.

Entre eso siento que alguien llega por su espalda y él cubre los ojos con sus manos. La suavidad, lo frías que estaba y los delgados dedos lo hizo adivinar en enseguida de quién se trataba. Era su esposo, tenía las manos como piedra, así que se las tomo para juntarlas y hacerlas entrar en calor, cuando vio hacia arriba estaba él con dos helados en sobre en la boca tratando de afirmarlos.

—¿Qué andas así por aquí? —Le quito uno con cuidado y Taehyung saco el otro sentándose en la banca junto a su esposo. —¿Acabaste el trabajo?

—No. Me vine antes. —Abrió el helado, comenzó a disfrutar del sabor a limón y frambuesas. —¿Y tú qué tal? ¿Cómo estuvo tu día o aún te falta acabar?

—Termine. Solo debo regresar con el jefe par entregarle la hoja del día y me iré donde Suran, pensaba que fuéramos a cenar con ella. —Ofreció y por supuesto que Taehyung asintió enseguida. —No la he podido ver y… me tiene preocupado. No estaba satisfecha con su trabajo y lo de H-Hoseok la dejo muy mal.

—Vamos. Iré contigo. —Le sonrió. —Ji-yool debe extrañar a su tío Yoongi. —Le acarició la mejilla, Min se dejó querer apoyándose un poco en su palma disfrutando del calor que Taehyung le brindaba solo con un tacto.

—Primero déjame disfrutar esto, hace años que no todo su helado, es raro.

—Sí, retomar la vida de antes es raro, ni siquiera acabe la universidad. —Se encogió de hombros. —Extraño mi cámara, la olvidé en Jirisan, soy un idiota… —Se dijo algo molesto consigo mismo.

—Te compraré otra, con mi humilde sueldo de repetidor, hay una tienda de antigüedades y… ¿Qué estoy diciendo?

Taehyung comenzó a reír divertido.

—Solo hablas como si… todo está retomando su curso, amor. Pero sigue, me gusta escudarte, yo te puedo comprar un vinilo, un disco… ¿Te parece?

Min sonrió y asintió feliz. Luego disfruto de su helado con Taehyung, ambos tomados de la mano. Vieron como algunos niños correteaban por el césped y jugaban a la escondida. El ambiente familiar que se respiraba era grato que lo hacía sentir felices entre algunas pequeñas familias que hacían pícnics en el césped y miraban a sus hijos juguetear, columpiarse, tirarse el refalín, etcétera.

Por un momento Taehyung se imaginó a Yeonjun de seis años jugando, haciendo sus maldades con Beomgyu, como pro ejemplo lanzarse arena o tierra como cuando se metía a los cultivos de Jo-hee y Eun-seok, ambos abuelos se rían al verlos todos sucios y Jungkook junto a Yoongi tomándolos para darles un muy largo baño. 

Quizás podían darse otra vez ese gusto, quizás volver a intentar tener una familia. Cuando Yeonjun regresase, estarían completos, más que eso de hecho. Su corazón gozaría de la felicidad y tranquilidad de tener otra vez a su hijo bajo el mismo techo.

—¿Qué miras? —pregunto Min rompiendo el silencio. 

—Pensaba algo… —Bajo la mirada al helado para darle otra lamida. Yoongi el busco la mirada para oírlo con suma atención. —¿Qué pasaría si… lo volvemos a intentar? 

—¿Qué cosas quieres intentar, amor? 

—Tener un bebé.

La mirada de Yoongi fue recayendo poco a poco. Aún recuerda esa complicada etapa en Jirisan cuando por un momento su matrimonio había flaqueado, pero solo duro unos dos meses, más no. Se rindieron. Min había intentado todo lo habido y por haber, recomendado por Roy y Jie-un, consejos, medicina natural, medicina que habían ido a buscar, cosas que ya se volvían imposibles de acceder, de a poco Yoongi fue dejando de lado los intento y eso a Kim le había dolido. Algo que Taehyung deseaba era darle un hijo, suyo, propio con su sangre. Min cada día le decía que ya lo tenía, y era Yeonjun, claro su corazón se alegraba con solo oírlo decir: “Él es mi único hijo”, sin embargo, en el fondo, sabía que estaba ese anhelo.

—Amor… Sabes como acabo la última vez, aparte iremos por Yeonjun no tendremos tiempo para… para intentarlo.

Taehyung boto el envase del helado al igual que el palo de este.

—Ya sé, pero no digo que ahora, puede ser cuando Yeonie vuelva. Ahora hay un hospital, están los medios que necesitamos, solo quiero… quiero que seamos felices de nuevo.

—Y lo seremos, ahora estaba en un proceso complicado, pero te prometo que cuando nuestro hijo vuelva seremos felices.

—¿No lo quiere intentar? 

Min lo pensó. 

Volvió al viejo baúl de recuerdos de años atrás, cuando vio a Taehyung pro primera vez con su vientre bastante prominente con sus buenos meses de embarazo. Cuando Kim le permitió tocar el su estómago sintiendo a un bebé por primera vez, fue una experiencia que nunca logro olvidar, supo que desde ese día Taehyung deposito su confianza en él. Y por ello nunca fue capaz de dejar de lado a Yeonjun, fue siempre y será junto a Taehyung, sus prioridades en la vida, su familia.

—Podemos. —Entre lazo su mano con la de Taehyung. —Ahora, dime una cosa. —Kim o miro. —¿Es solo es que te tiene así o paso algo más? —Min examino el rostro de su pareja que parecía algo molesto y a su vez afligido. Supo que algo había pasado. —No te guardes nada, por favor.

—Tenías razón. —La voz de Kim se volvió un poco seria. —Sobre el no confiar en nadie.

—¿Qué ocurrió? —Min se dio cuenta del cambio de actitud del castaño. —¿Sucedió algo?

—Un tipo, Ji-hoon amenazó con decirle al presidente que no haga la búsqueda de Beomgyu y Yeonjun y dijo que si… tenía sexo con él no diría nada.

El de la cicatriz palideció. Por un momento pensó que escucho mal por culpa de los gritos de los niños y voces de las demás personas que los rodeaban, pero la expresión de su marido deshizo toda duda.

—¿C-Cómo? —Min de a sorpresa, paso a la molestia en solo segundos. —¿Te hizo algo? ¿Te toco que demonios te hizo?

—Solo me toco el trasero, pero le puso, lo estrangule un poco con mi brazo y le puse la navaja que me diste en la espalda. —Kim no alejo la mirada de su esposo. —Lo amanece diciendo lo iba a matar, si hablaba de Yeonjun o si volvía a tocarme.

El de tez pálida se quedó sin palabras. El castaño le quito la basura del helado y lo boto al basurero mientras tanto.

—No pensé que pasaría algo así, ahora me preocupa que diga lo que le hice y estropee la búsqueda de Yeonie y de Gyu, no quiero eso, quizás actúe mal.

—¡¿Qué?! ¡No, saca esa idea de tu cabeza, Taehyung! —Le regaño sin sonar pesado. —Hiciste lo correcto, el idiota… hijo de perra, se merecía más que un estrangulamiento de tu parte. —Yoongi volvió a tomarle las manos. —Por eso saliste antes, ¿verdad?

—Quería verte, Yoonie… Te necesitaba. —Se lanzó hacia sus brazos, Min ni lo dudo, lo abrazo enseguida.

—Taehyung, mi amor… No te guardes nada y no creas que arruinaste algo por defenderte. Nunca. —Le tomo la barbilla con cuidado. —No dejes que te atormente, menos cuando trabajas y se nota que estás dando tu esfuerzo en los pocos días. Ese imbécil merece que lo corran y si me lo topo… —Apretó sus manos. —Te juro que lo voy a lanzar al mar con una roca en el cuello.

Taehyung se aferró a su marido sintiendo la templanza que necesitaba para continuar con sus días y tal vez volver al trabajo. Debía hablar si o si con Park para que lo ayudase, no era un mal tipo, lo sabía, se notaba comprometido con su comunidad, solo que no lo estaban dejando surgir, y sabía quienes eran esas piedras en el camino de Seo Joon.

Dejando el tema de lado, Yoongi deslizo sus palmas hasta las mejillas de Taehyung, acunando ambas para luego acercarlo a su rostro y besarlo sin miedo que los demás viesen, aunque la gente ni se daba cuenta estaban en sus asuntos y eso era agradable. Taehyung sonrió al ver que su esposo siempre estaba cuando lo necesitaba y quería que Min supiera que él también estaría para lo que necesitasen.

Un apoyo mutuo.

—Déjamelo a mí, hablaré con Seo Joon para ver que puedo hacer y asegurar que la búsqueda de Yeonjun no salga perjudicada.

El azabache sonrió al oír con la determinación que hablaba ante el tema. 

—Solo dime cuando se ponga complicado y allí estaré… afuera esperándote cada tarde.

—Te amo, Yoonie.

—Ya sabes mi respuesta, Taehyung…

Murmuro antes de volver a besarlo con cariño y fundirse en un abrazo caluroso.

═══════ ● ════════

Suran le había tocado ir al hospital para verlo por dentro y conocer el lugar donde haría una especie de práctica antes de comenzar como enfermera de cuidados básicos dentro del establecimiento sanitario. De la mano de esto, ella iba a una pequeña academia en un edifico que, hacía clases y cursos breves de medicina familiar, y las especialidades se tomaban en el ayuntamiento. Por lo menos y con suerte, pudo adelantar algunos cursos con pruebas teóricas y prácticas, así que no todo estaba tan perdido, lamentablemente no ha descansado desde que llego por estar pendiente del nuevo trabajo.

Su madre y padre cuidaban de Ji-yool mientras que ella pasaba horas y horas dentro del hospital. Apenas vía a su hermano, cuñado, amigos y amiga, sobre todo a la doctora Lee, que por lo que ve le está yendo bastante bien. Pensó en Según que tal vez estaría feliz con un hospital como este.

—Enfermera Min. —Oyó una vez de una mujer. —La necesito en la sala de preparación y categorización hoy. Ya sabe que debe hacer.

—Si señora. —La chica dio una reverencia ante la enfermera en jefe. Era una señora mayor, no era pesada, solo era estricta, raramente le agradaba bastante.

Suran fue hasta el primero piso viendo a todas las personas que estaban esperando a ser ingresadas. En la sala que ella estaba en caro de urgencia o emergencia; tomaba signos vitales y categorizaba según prioridad de la enfermedad. Se entretenía dentro, veía mucha gente y todos le agradecía de modo agradable, algunos niños, niñas, adolescente, ancianos y ancianas amables y otro no tanto. Había todo un poco.

Sus horas pasaban volando con el trabajo que hacía mientras leía los rangos de la toma, presión, fiebre, y temperatura. Hasta que vio el reloj y este marcó las ocho de la noche, se sintió ansiosa, le dijo a su hija que cenaría con ella, la abuela, el abuelo y con Yoongi y Taehyung, no quería faltarle, menos ahora que Hoseok se fue. Por un instante, cuando su corazón se sentía descarrilado, tomó tomo el colla con el anillo que Hoseok le daría y el de para casarse, Jackson se lo dio diciendo que se quería casar ella, se había roto una más cuando lo supo.

Mientras ahogaba el llanto, la puerta se abrió de golpe y vio a una mujer como de la misma edad que ella. Vestía un vestido corto floreado, zapatillas tipo converse y el cabello tomado hacia atrás. Estaba sudada, pálida, adolorida y mareada. Suran corrió donde ella y la tendió en la camilla, coloco todo para controlar los signos vitales. 

—¿Me oye? —La mujer asintió. —Sea breve y dígame que sucede y que siente.

—Mareada… —Respiro en una bocanada de aire. —M-Me ahogo.

Min corrió por una mascarilla y se la coloco en el rostro para posteriormente contactarla al oxígeno de la pared. Luego salió al pasillo.

—¡Tengo una paciente descompensada! 

De no ser por la doctora Lee que paso por allí nadie más la hubiese oído. Ella estaba acabando su turno del día cuando vio a Suran desesperada y gritando lo que tenía la paciente que estaba en la sala de preparación. No lo dudo ni un segundo y fue a ayudarla.

Ella entró y vio a la mujer bastante mal. Suran explico y Ji-eun saco sus teorías.

—Está infectada, Suran.

—¡¿Qué?! —Suran negó enseguida. —No la han mordido…

Ji-eun la miro con miedo.

La reviso por completo y todo indicaba que se estaba comenzó a infectar con el virus. Era extraño, pero pasaba, aunque la gente no sufriera mordeduras. 

—Hace una hora, entro un hombre igual que ella. —Acomodó la mujer mientras tanto. —Le pregunté que paso y me dijo que nada, estaba en su casa, comió normal y a los minutos se comenzó a sentir muy mal…

—¿Qué será?

—Tenemos que averiguarlo, pero debe ser algo grave. Creo que hoy, no iremos a casa.

Min solo pensó en su hija.

«Perdóname, Ji-yool.»

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Ji-hoon esta jugando con fuego con sus malas intenciones con Taehyung, pero por lo menos lo puso en su lugar como debe de ser y bueno Yoongi tarde o temprano va a intervenir contra el sujeto y no de manera amable.

Continuando con sus vidas, al parecer sigue intacto el plan de tener otro hijo e intentarlo un vez más por parte de Min, esperemos que funcione y puedan cumplir ese hito de su vida en pareja.

Tenemos algo de misterio también. La paciente que llega con Suran puede ser la puerta a un secreto aún más grande que tiene Oedo. 👀

Gracias por leer y nos encontramos por aquí para próxima semana. Cuídense mucho.

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