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26

Horas más tardes, cuando solo estaba a punto de tocar el oleaje del océano que rodeaba la isla de Oedo, la mayoría salía de sus trabajos en diversos lugares o iba por algo de comer a los pequeños locales de lugar. Uno de ellos era nada más que Jackson, claro que solo se dedicó a entrenar bajo la mirada del comandante Tak, el hombre que aparentaba ser el más rudo de todos sin temor a nada y determinante.

Wang vio una pequeña mesa fuera de un local que no sabía de qué era. Solo se dejó caer sobre la silla, agotado por el duro entrenamiento del día, suspiró agotado y sin saber qué hacer mientras miraba los papeles que le dieron respeto a sus pruebas básicas para integrarse al equipo. Aun así, todo lo que hacía no tenía mucho sentido si no había por quien hacerlo.

Extrañaba a Eunwoo y a Hoseok como nadie se imaginaba. Añoraba ver la sonrisa de aquella hermosa mujer, su voz dulce y sus ojos profundos con una mirada única que encandilaba a Jackson de mero amor y cariño. Sentía que, jamás, conocería al amor de verdad de nuevo, luego de una mujer como Eunwoo era difícil. Por otro lado, le hacía falta su mejor amigo y compañero, Hoseok, como extrañaba a ese hombre, con quien hablar del día o de lo que fuera. Más que nada sentía su falta por Suran y la pequeña Ji-yool, esa niña que crecería sin su padre y era lo que más le dolía.

En eso que miraba la nada misma, oyó una voz que llamaba su nombre. Al levantar la cabeza, se topó con Jungkook que iba en su dirección. Trató de darse ánimo y sonreír. Creyó que solo era Jeon, pero detrás venía Namjoon, Yoongi y el mismísimo Jaewook.

—Hola a todos. —Luego miró a Jeon. —Jungkook, ¿qué tal tu primer día de trabajo? —preguntó Wang al verlo algo distraído.

—Terrible, casi me largan del entrenamiento por casi darle un tiro a un compañero... No puedo, avanzar sin saber dónde está mi hijo. —Le respondió a Jungkook. —Nadie me dice nada, ni el sargento es capaz de decirme si de verdad harán esa búsqueda yo... yo necesito estar con Beomgyu. Además, Jimin no ha estado bien, en ni sentido. Se enfermó, al parecer.

Los demás asintieron ante sus palabras con el mismo pesar que él. Los dos menores andaban en las calles corriendo el peor riesgo de todos, enfrentándose a caminantes, corredores e incluso a Bogum. Aquí nadie parecía interesado en ayudarlos, solo era trabajo. Era entendible, de cierto modo, el trabajo era una de las primeras maneras para volver a la “normalidad” aunque era perfecto para darse cuenta de la injusticia dentro de la isla, por más maravillosa que fuera con edificios, un hospital y todo lo demás, no eran capaces, aunque sea disfrazar esas desigualdades. En fin, si este sería su nuevo hogar, adaptarse era la única opción que había.

—¿Qué tiene Jimin? —preguntó Namjoon sentándose en la mesa, dejando su credencial sobre esta.

—Vomita todo lo que come, le duele la cabeza. Eso todos los días y no quiere ir al hospital porque quiere ir a buscar a Beomgyu, siente que ir es una pérdida de tiempo. —Explicó Jungkook. —Aunque si soy sincero, no debe ser un simple dolor de estómago, es otra cosa, que... complicaría la situación. —Se mordió los labios y miro su pase de trabajo. —Creo que Jimin está en cinta. —Confesó.

Todos los presentes abrieron los ojos sorprendidos.

—Carajo... —Murmuró Min. —Deberías hablarlo con él, decirle lo que piensas y salir de esa duda. —Agrego Yoongi.

—Lo intento, pero no quiero molestarlo. En nuestras cabezas solo está el querer encontrar a Beomgyu y si está en cinta, complicaría mucho a Minie. Va a querer salir igual y es importante que se cuide, es testarudo.

—Vi una farmacia a la vuelta del trabajo, tú decides. —Interrumpió Jaewook cruzado de brazos y recostado en la silla.

Jeon apretó sus labios y juntó sus manos. Si Jimin resultaba verdaderamente estar embarazado las cosas estarían más tensas aún, entre que Park iba a querer salir igualmente a buscar a su hijo y eso significaba un riesgo aún más grave; su vientre, sus malestares, todo aquello pondría a su pareja aún más nerviosa de lo normal, así como cuando se quedó en estado en Ansan y paso los meses en casa del señor Min. Le dolía no saber de Beomgyu, era un sentimiento que lo deprimía a cada minuto del día. Estar ahí trabajando y sentado en la mesa de una cafetería era como perder el tiempo que podría estar usando en hallar a su hijo, solo que no era tan fácil como él creía.

—Lo sea que decidas, sabes que los apoyaremos. Yo igual puedo ir por Jimin a buscar a los dos, a Gyu y a Yeonie. ­—Continuó Jackson regalándole una sonrisa sincera. Luego miró a Min que estaba perdido en sus propios pensamientos, que tal vez no oyó sus palabras. —Apoyaré en lo que sea necesario, lo que pasó fue... horrible, Jirisan, los chicos, Hoseok y Eunwoo... Todos se vinieron abajo de la noche a la mañana.

El grupo estaba de acuerdo. Las cosas habían pasado realmente rápido, y en un abrir y cerrar de ojos ya habían perdido a dos personas realmente importantes en su grupo, que era casi una familia más, un poco grande, con diferente personalidad y pasos por la vida. Aparte de ello, perder a Yeonjun y a Beomgyu fue un golpe muy bajo para sus padres y abuelos. Los tres mayores no supieron cómo calmar a su hijo y fue por primera vez que no hallaban las palabras de consuelo adecuadas.

Saber que tu hijo podía andar en medio del caos era horrible.

El de la cicatriz levantó la mirada.

—Siento que no debí haber confiado en el maldito de Seo-Joon, que en cualquier momento me ataca por la espalda. Ese imbécil, cara de cínico que tiene... —Se masajeó el puente de la nariz pensando qué hacer.

—¿Dijo algo? ¿No ayudará? —Lee se mostró molesto ante la posible falta a su palabra.

—No realmente. Solo que fue esta mañana al departamento a ver a Taehyung a ofrecer personalmente trabajo. —Frunció el ceño. —¿Por qué no lo mando a citar con uno de los tipos que nos llevaron anoche? —preguntó entre dientes.

—Ya veo lo que te pasa, estás celoso de Seo-Joon porque anda cerca de Tae —dijo Jackson.

—No, son celos, Jackson.

—Sí lo son. —Aseguro. —Pero dudo que Seo-Joon quiera hacerte la maldad por la espalda, después de todo ofreció encontrar a tu hijo. ¿No?

—El problema es que no ha dicho nada al respecto ni hecho nada. —Interrumpió Jungkook. —Hablaré yo con él si es necesario. Además, esto de trabajar me agobia, no es que no lo quiera, yo debo estar allá afuera buscando a mi hijo porque me necesita, pero no, no podre ni tomar un jodido bote y largarme de aquí porque mañana tengo entrenamiento de prueba... —Se recostó en la silla.

—¿Para qué es eso? —preguntó Namjoon.

—Solo para integrarme al equipo de seguridad de la isla, oí que tendrán inscripciones para quienes quieran.

En ese momento el foco de Jackson y Yoongi se ilumino. Ambos amigos se miraron entre sí.

—¿Cualquier persona? ¿Incluso yo? —Le miro Wang.

—Pero tu tienes tu puesto, quizás Yoongi o Jaewook puedan, incluso Nam. —Le dijo.

—Hay que hacerlo. —Miró Yoongi a Jungkook. —Quizás asi podamos asegurar un pase de salir de la isla e ir por Yeonjun y Beomgyu.

Jeon asintió lentamente.

—¿Crees que funciones? ¿Y si solo nos dejan como para seguridad ciudadana?

—Tenemos que hacer lo que sea.

Era cierto, en momento así, se debía considerar todas las opciones y vías posibles, mientras más tiempo pasase, menos probabilidad habría de estar cerca de los menores, quizás hace días estaba en uno de los perímetros de Jirisan, pero hoy podía estar a kilómetros de la comunidad sin chance de volver a su hogar. Lo que más los preocupaba era que, en una de aquella posibilidad, los dos regresarían a Jirisan viendo lo desolada y vacía que quedó, sin ni un alma, quedándose solo como al inicio.

—No es mala idea, puedo acercarme a Seo-Joon desde mi lugar. —Wang se quedó pensativo. —Encontraremos a los dos y luego... voy a buscar a Bogum y juro por Dios que lo voy a matar con mis manos, a ese hijo de perra. —Hablo enojado. —Levantaremos, Jirisan, nos hemos parado una y mil veces en donde sea y cuando sea.

—Me gusta tu espíritu. —Le elogio Jaewook. —Pero... Park Bogum, es un maldito asesino. Mata a sangre fría con sus propias manos sin importar nada más. Quizás haya sido un pobre diablo antes de los caminantes, pero este mundo lo cambió para peor. Ya nos topamos con él y vieron lo que paso. Corredores, caminantes, cadáveres de la gente de Jirisan, los chicos perdidos y ellos... triunfantes, a donde van dejan su huella de sangre.

El grupo tragó duro, el que menos mostró miedo o temblar ante aquella palabra era Yoongi. Fuera quien fuera, por asesino que era Bogum, él lo iba a matar primero por todo lo que hizo; cobraría cada vida de Jirisan, pero primero defender la honra de su familia, a Taehyung, sobre todo, porque desde ese día sabe que el tipo se le encimó de un modo perverso, Kim sé lo confeso esa misma noche luego del atentado en la comunidad.

Lo tenía ahí, lo dejaría tranquilo no dar señales de vida y cuando menos se lo esperase él iría primero por Park Bogum.

—A mí no me da miedo. —Les dijo. —Me libré de ti. —Señalo a Jaewook. —Salí vivo del hospital, de Ansan luego de que Seoho casi me mata. —Enumero los primeros hechos. —En Suncheon, nos defendimos de los Profetas, de una horda más de caminantes. —Jackson estuvo de acuerdo. —Empuje al padre de Taehyung metros al suelo porque casi me saca el maldito ojo, camine kilómetros hasta llegar a Jirisan y... ¿Crees que Bogum me dará miedo? —El grupo asintió. —A nadie debería darnos, somos igual o incluso peores, pero la diferencia es que lo hacemos por cuidar de la gente que sí nos importa, no matamos por hacerlo y lo saben.

Todos concordaron.

—Siempre fue por ellos... —murmuró Kim mirando sus manos.

—El día que Bogum se me cruce de nuevo seré yo en dar el primer golpe, donde le duela si es que siente algo ese bastardo.

El grupo, o por lo menos los presentes en ese momento, sabía que Min Yoongi siempre fue tenaz y frívolo a la hora de tomar grandes decisiones por cuidar de su gente. Lo hizo con Suran por buscarla, por cuidar de Taehyung, de Yeonjun. Por todos él hizo las cosas que hizo. Era un hombre fiel a lo que creía y a quienes amaba. Su familia era ahora un gran punto débil de él, y si lo atacaban en donde estaba su talón de Aquiles, él reaccionaría, y por Dios, que lo haría del peor modo posible.

═══════ ● ════════

Taehyung se miró al espejo, de pies a cabeza, analizando su nueva apariencia con otro tipo de prendas que no solo se limitaba a jeans rotos y poleras de un color monótono. Ahora vestía, tal como cuando fue en su vida asada, ese estilo formal medio casual, algo de toque vintage; con colores beige, blancos o grises. Traía una polera blanca, estilo polo de mangas cortas con alguna línea rojas y azules en las mangas, también una pequeña abertura en el pecho dejando ver un poco de piel; incluso vestía un pantalón gris, con una zapatilla blanca, pero no le molestaba de hecho era cómodo para su nuevo trabajo secretario personal de Park Seo Joon.

No era el trabajo que alguna vez soñó, pero le serviría para mantenerse distraído y buscar la manera de adelantar el proceso de búsqueda de su hijo.

Quien le dio las prendas fue el mismo Seo Joon, llevándolo a los vestuarios del ayuntamiento, dándole la privacidad de vestirse. Se quedó allí en frente el gran espejo en que se apreciaba, tuvo el espacio a mirarse con más detenimiento su rostro. Su cara estaba reluciente, limpia o la mitad de ella, por lo menos, aún había horribles hematomas que aún quedaban de aquel día. Con sus dedos sacó el parche con cuidado, dejando la herida al aire. Ji-eun había ido al rato a su casa a ponerle un parche nuevo, sacando lo que quedaba de sangre seca y pegada alrededor del ojo.

Con lo que le quedaba de vista, se dio cuenta de que su iris estaba medio gris, opacaba y sin vida. Con sus dedos tocó delicadamente su ojo y comenzó a llorar. Cayó rendido sobre la banca que había en el vestuario frente a unos casilleros.

Entre su llanto de dolor, la puerta fue abierta, dejando ver a Seo-Joon con un par de vasos con líquido caliente. Interrumpiendo el dolor de Kim.

—Lamento si molesto, pero...

—No pasa nada. —Le dijo, colocándose el parche en el ojo y secando sus lágrimas. La doctora Lee le dijo que buscará el modo de oprimir el llanto si no le dolería aún más. —Gracias por la ropa, señor Park. No tenía por qué hacerlo.

—No te preocupes. —Sonrió.

El castaño sintió la mirada de Park sobre él. Caminando hacia la puerta para salir del vestuario.

—Y-Yo... Gracias, supongo, pero no me dé ropa otra vez, puedo trabajar y conseguirme lo mío.

—Sí, sí... Solo fue un detalle, serás mi secretario desde hoy, así que quería ser detallista contigo. Me agradas bastante y te ves muy bien, la verdad, Tae.

—No es correcto... —Taehyung se alejó. —Por favor no siga con sus elogios. Me hace sentir incómodo.

El castaño caminó hasta la puerta para salir del vestidor. Seo-Joon se abofeteó mentalmente por haber abierto de ese modo la boca, pero era inevitable comportarse como un tonto cuando Taehyung andaba cerca, no quería coquetearle, mucho menos generar mayores problemas en el matrimonio que compartía con Yoongi y menos deseaba recibir un golpe en su cara por parte de este, que se notaba que era de mano dura.

Pero jamás vio a alguien como Taehyung, en lo que lleva viviendo en la isla, no ha tenido la oportunidad de conocer a alguien con tales cualidades. Quizás una amistad era suficiente.

—En serio lo lamento, solo me gustaría que fuéramos amigos, ¿sabes?

—Señor...

—No busco coquetear contigo, mucho menos arruinar algo tan íntimo como un matrimonio. —Aclaro enseguida. —Y, por otro lado, tu hijo es tu mayor prioridad y por ello organicé una reunión con el grupo de expedición para mañana a mediodía, quiero que tú, tu marido y amigos estén presentes.

Taehyung pasó de incómodo, a estar esperanzado. Al parecer, sí cumpliría con su palabra después de todo. Y con lo de la amistad, debía pensarlo, pues como dice su nuevo jefe, en su mente está en claro objetivo de encontrar a Yeonjun sano y salvo, para que regrese aquí o a Jirisan con su familia.

Encontrar a Yeonjun era lo único que traería paz a su familia.

—¿Lo dice en serio? —pregunto ilusionado.

—Por supuesto, esa fue mi palabra cuando te vi con tu esposo y la mantendré firme. —Dejo los vasos sobre una mesa donde había pañuelos y un dispensador de agua pequeño con sus respectivos vasos. —Asi que ese será tu primer trabajo mañana. Citarlos y traerlo a la oficina del segundo piso del ayuntamiento.

El semblante de Taehyung comenzó a irradiar solo felicidad y algo de añoranza. Imaginarlo encontrándose con su hijo ciertamente llenaba a Seo Joon, haciéndolo sentir como un buen líder que cumplía los deseos de sus ciudadanos en la isla de Oedo, que por supuesto era lo más importante después de todo. Cumpliría su rol como era debido.

—Muchas gracias, señor... —Taehyung le agradeció enormemente.

—Seo-Joon, por favor.

Kim asintió con la cabeza y se despidió saliendo del vestidor del ayuntamiento.

No era capaz de aguantarse la sonrisa de oreja a oreja que portaba en su rostro, que muchas personas que pasaron por su lado creyeron que eran para ella, entonces lo saludaban con la misma expresión que el castaño.

Kim no aguantó las ganas de ir al departamento con Yoongi y contarle lo que había ocurrido en su primer día de trabajo. O más bien, inducción a este, ya que Seo-Joon solo le dio un breve recorrido por las instalaciones presentándole a las personas con las que iba a trabajar codo a codo desde mañana. Asimismo, decirle que finalmente podrían encontrar a Yeonjun y a Beomgyu con ayuda de muchas más personas que seguramente eran expertas en expediciones.

Al llegar el complejo de departamentos de la isla, se dirigió a la torre dos que era donde vivía con Yoongi en ese momento. Los demás estaban repartidos en las torres cuatro y cinco, si mal no recuerda. Al adentrarse en las escaleras, sube hasta el piso en donde vivía.

Una vez en el pasillo, abre la puerta de su departamento y entra encontrándose a Yoongi en la cocina preparando algo de comer. No era tarde, apenas está comenzando a oscurecer mucho mejor, dando paso a la luna, brisa nocturna y el firmamento repleto de las mismas estrellas que brillaban a años luz de ellos.

—Hola, ¿qué tal tu día? —Kim ingresó a la cocina mirando como Min servía en los cuencos algo de sopa.

—No me quejo, aunque... ¿Y esa ropa? —Cambio enseguida el tono. Dejó la olla apagada y con la tapa puesta para dirigirse a su esposo. —No recuerdo que tuvieras algo así... —Murmuro.

Taehyung trago duro. ¿Cómo podía explicar que Seo-Joon se la dio hoy sin que se enojara?

El castaño fue hasta la nevera sacando una jarra con agua que dejó en la mañana. Pensó que ignorando la respuesta continuaría con su platica.

—Te tengo que decir algo importante...

—Hice una pregunta, espero que me la respondas o mejor aun, dime si Seo-Joon te la dio. —Insistió.

Fue tonto pensar que pasaría de alto la situación, después de todo conocía muy bien a Yoongi y cuando una día se le ponía entre ceja y ceja era difícil sacarlo de ahí.

—Solo es ropa, Yoongi. —Bebió agua. —Bueno, sí... S-Seo-Joon me la dio hoy, quedé trabajando con él y es mejor porque puedo saber como va el tema de Yeonjun.

Min se quitó su chaqueta de repartidor con rabia, ofuscado y la dejo sobre el sofá bastante molesto.

—¿Acaso ese idiota te tiene que andar vistiendo? —Se puso tenso. —Yo igual puedo, ¿sabes? Si necesitas algo solo dímelo, pero no que él te ande dando ropa. ¿Quién se cree que es?

—¿Y tú dime como me vas a dar algo si apenas llegamos y recién estás trabajando? —Le encaró dejando el vaso en la encimera. —No seas tan... tan terco, solo es ropa que él me dio para trabajar como secretario.

—¡¿Secretario de él?! —Soltó una risa sarcástica. —¿Ese es el trabajo personal que te vino a dar en la mañana? ¿Es una broma?

—Basta... No tengo cabeza para esto, menos por un berrinche tuyo porque uso algo que me dieron. —Le dijo enojado. —Deja tus celos de lado y concéntrate en lo importante. ¿Puedes hacerlo?

—Claro que sí, pero espero que no le andas dando luces para que algo quiera contigo.

Kim abrió sus ojos, estaba más que molesto ahora.

—¡¿Qué demonios estás pensando?! —Le espetó parándose frente a él. —¡¿Crees qué te quiero engañar con Seo-Joon?! ¡Apenas lo conozco y vine por una sola cosa hasta aquí y tú también!

—¡Bueno, pero deberías saber que no confío en nadie tan fácil! —Le respondió en el mismo tono.

—Eres... Eres tan... —Apretó las manos y gruñó molesto. —Me estas haciendo enojar, Yoongi y no quiero estrenarme, menos ahora con esta estupidez. ¿No quiere que use lo que me dio? Pues me la saco, la boto y espero a que me vistas tú. —Hablo molesto. Yoongi resoplo. —Sí, ríete con ese sarcasmo que tienes, porque así de estúpido suena lo que me estás reclamando y...

Min lo tomó del rostro y lo beso con ferocidad. Kim estaba con los ojos abierto, se fue dejando llevar poco a poco cuando las manos pálidas y frías de su esposo comenzaron a entrometerse dentro de su ropa acariciando su espaldas y de paso, sus gustos por debajo del pantalón que tenía puesto. El castaño jadeo cuando cuando se separaron por un momento.

—Estás demente... —Respiró profundo.

—Solo que te quede claro algo... —Min lo puso contra la encimera y sin querer Taehyung regó el vaso con agua sobre esta. —Que yo soy el único que te puede desvestir. ¿Oíste?

Los ojos del chico se encendieron algo igual que el calor que comenzó a recorrer su cuerpo. No sabía si era la situación por la que pasaban, que esto estaba siendo como un pequeño escape de sus problemas familiares, habían mucho en juego, pero a veces requerían de dejar que su mente se bloqueara solo por algunos minutos y después retomar lo caótica que era la vida.

Admitía que, verlo celoso y molesto, le gustaba o más bien sentía ese característico cosquilleo en su vientre. Que este serio, con la mirada fría y la mandíbula tensa, generaba en Taehyung un estrago en su cuerpo. Min enojado tenía un cierto toque más atractivo.

—Entonces... —Lo atrajo con su pierna apegandolo más a su cuerpo. —Hazlo, desvisteme aquí y ahora... —Le murmuro en el oído para después besarle el lóbulo de la oreja.

Era lo que esperaba para comenzar a despojarnos de aquella ropa que le causa eco en su ajetreada mente.

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Ambos cayeron sobre el colchón rendirnos por la sesión acalorada de sexo que había tenido luego de semanas sin que nada pasara entre los dos. Taehyung estaba sudado con la manta cubriéndose la cintura hacia abajo, al igual que Min quien estaba con un brazo tapando se su rostro mientras recuperaba la respiración poco a poco, Kim vio su torso aún más trabajado y como las gotas de sudor dejadaban sobre sus pectorales y abdomen. Se mordió los labios.

No sabía porque Min dudaba en ocasiones, pues sabía el mismo que Taehyung sería incapaz de dejarlo por otra persona. Lo amaba como ni tenía idea, y dejarlo le partiría el alma en mil fragmentos.

Había partido la ronda de besos obsenos y toque sin decoro en la encimera. Se desnudaron poco a poco hasta que el único que quedo despojado de toda prenda fue Kim. Una vez sin nada de ropa, decidieron ir al cuarto que no estaba lejos, allí la pasión se derrochó sin medidas. La cama temblaba en cada movimiento al igual que morenas y tersa piernas de Taehyung cada que tenía a Yoongi encima mirándolo con deseo, hambre y lujuria.

Cada te amo que le decía luego de embestirlo le quedó grabado con fuego en su mente.

Estaba ahora sumidos en el silencio del cuarto. Taehyung se giró y se quedo contemplando a su esposo quien bajo su brazo y giro su cabeza par a verlo.

—¿Se te paso el enojo? ¿O sigues molesto? —Le preguntó.

Min le regalo una sonrisa.

—Sí.

—Sí, haces lo que quieres, eres tramposo. —Le reclamo.

—Solo te recordaba quien es tu esposo.

Kim sonrió y le acaricio el rostro.

—Sabes que jamas olvidaría quien eres, menos te dejaré de amar, Min Yoongi, pero estamos algo grandes para los celos. ¿No crees?

—Perdon, pero... Olvídalo, dejemoslo hasta antes de que acabáramos así. —Ambos estaban de acuerdo. —¿Entonces que me querías decir?

—Es sobre Yeonjun.

—¿El idiota de Park dijo algo? —Le miró con total interés.

—Sí. Mañana a medio hará una reunión con los encargados de las expediciones y nos citó a nosotros y a Jimin con Jungkook. —Explicó. —Lo va a hacer, amor... nos va a ayudar. Se que te cae mal, pero es por nuestro hijo que estamos y nada más.

Min sintió un gran alivio en el pecho soltando todo el aire acumulado, dejando ir las tensiones y el huracán de emociones que sentía por no saber absolutamente nada de su hijo. Aguanto un poco, solo un poco las lágrimas, pero no pudo soportarlas mucho más dejándose ver vulnerable ante Taehyung que solamente lo contuvo entre sus brazos. Aferrándose a su cuerpo, dando paso a la esperanza que creyeron perdida.

—Lo vamos a encontrar, estoy seguro, Taehyung.

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Un comienzo duro para todos buscando la manera adecuada de adaptarse a Oedo con sus nuestro trabajos, volviendo a la “normalidad”.

Las preocupaciones abundan, así como las de Jungkook sobre su hijo y Jimin. ¿Creen que sus sospechas sean ciertas? ¿Jimin estará esperando un segundo hijo? 👀

Y Yoongi ha fijado su atención en Seo-Joon de quien duda sobre sus verduras intenciones con Taehyung, la ropa es algo, pero ¿habrá un motivo detrás de esa amabilidad? ¿Sus celos están justificados o solo exagera? Como fuera, acabo cediendo ante su esposo en una noche... fogosa. 🔥

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Este será el único capítulo de hoy, por temas de la universidad no he podido editar correctamente el que sigue. Ha sido un mes agitado, y por ello no me podido dedicar a esto, espero que comprendan y me perdonen por esta vez, se que les dije que serian 2 capítulos cada miércoles. La próxima semana subiré como corresponde.

Gracias por leer y lamento este inconveniente, cuídense mucho. 💕

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