25
Algunos de los soldados que custodiaban el sector habitado de la isla, llevaron al resto a sus respectivos y nuevos hogares ubicados en un complejo de departamentos con aspecto decente, casi que modernos. Contaba con un total de cinco plantas, sus pisos llegaban hasta el cinco, no más que eso. Aquella zona de departamentos era un pequeño condominio alejado de la zona más céntrica, en donde la mayoría paseaba. EL edificio era de color blanco, con muchas ventanas y por lo visto tenia vista hacia Geoje, su plaza, hospital y alto que fue una especie de hotel de la zona antes de todo, todo era bastante urbano para lo dejos que estaban del continente en sí.
Estaban en la calle, con algunos hombres de Seo-Joon y el comandante Tak y Kim. Estos tipos les entregaron una llave a cada uno con el nuero y piso del departamento que les correspondía, orden de Park.
-Son libres de elegir con quién vivir, si con sus familias o amigos, pero deben cumplir las reglas. -Explico un soldado. -La principal es no hacer bullicio luego de las diez, la mayoría duerme para salir a trabajar temprano. Les fue entregando llave por llave para que armen sus grupos.
Sunwoo, Kai y Jackson vivirían juntos. Claramente, el matrimonio de Yoongi, Taehyung, Jungkook y Jimin vivirían solos por privacidad; Suran y Ji-yool vivirían con Ja-hyun y Jae-ik; Namjoon con su hijo, Hye-jin y Taehyun, pues el moreno se los había ofrecido; Jaewook se iba a quedar con Roy y los niños sin padre ni parientes, iba a ser llevado a un orfanato en donde había pocos niños de Oedo. Ja-hyun los miró con algo de tristeza, porque solo eran dos, pero les explicó de la manera más calmada posible que nunca los iba a dejar solos y que los visitaría seguido. Ellos asintieron y la abrazaron.
-Ya que están instalados, vayan de manera inmediata al ayuntamiento para recibir su trabajo, por favor. Mientras antes mejor. -Indico.
El grupo vio como los soldados se iban mientras se notaba que murmuraban y reían entre ellos. Suponían que de ellos. Jackson murmuraba groserías y palabras molestas ante la gente que los estaba atendiendo, estaba seguro de que no debían recibir de esa forma a la demás gente.
-¿Ahora tendremos que aguantar a esos tipos? -Kai se mostraba ofendido. -Es como si hubiésemos vuelto a Ansan...
-Olvídalo, esto ciertamente es mejor que Ansan, por lo menos no haremos las cosas gratis, tendremos nuestro... incentivo.
Cada uno se fue distribuyendo y despidiendo para lograr asentarse en sus nuevos hogares para luego ir juntos a los que tanto hincapié le estaba haciendo; el trabajo. Muchos dejaron el oficio hace años por fuerzas mayores, los trabajos, los estudios o lo que fuera que estaban haciendo mucho antes de todo se quedo paralizado por mucho tiempo y nadie sabia como retomar la "normalidad" de la vida, lo cotidiana que era, más cuando estaban rodeados de gente que sí parecía hacer sus vidas como si nada estuviera pasando a kilómetros de Oedo. Era extraño, pero esa, era la nueva realidad en la que estaban.
Tal como fue dictado, todos los nuevos provenientes de Jirisan estaban sentados algunos sofás y sillas del lobby del ayuntamiento. Todos ya estaban bien presentables tras entrar a sus hogares y darse el baño de sus vidas, era todo de nuevo, como empezar de cero. El ayuntamiento tenía esa misma apariencia que las antiguas que antes existían en viejas ciudades de Corea. Limpio, ordenado, espacioso, con algunos mesones para atender a las personas que habitan hoy en día allí. Se notaba bastante que estaban preparados y, sobre todo, avanzado a comparación con otros lugares. Incluso los mismos habitantes de Jirisan, aceptaban aquel hecho.
Mientras estaban todos en una especie de sala de espera para ser llamado, lo irónico es que solo eran ellos mientras secretarias, hombres y mujeres pasaban por allí consultando y respondido a sus dudas. Era como un día común y corriente en la vida de antes. Papeleo y ajetreo del antiguo. De pronto una chica joven, con ropa de secretaria; falda gris hasta las rodillas, camisas blancas y gafas con aumentos, apareció mirando al grupo. Leyó el papel antes de hablarles.
-¿Son los nuevos? -preguntó en primer lugar. El grupo asintió. -Pasen por aquí, los llamará tres personas para agilizar su proceso de registro. Pase por aquí mientras. -Le indico el pasillo de donde ella apreció.
Al cabo de hora y media, llegó el turno de los ex habitantes de Jirisan. Los que componían el consejo pasaron uno por uno, dado sus nombres, profesiones u oficios que hayan realizado años atrás, más jurar decir nada más que la verdad en cuanto a antecedentes. Lo que menos quería, las personas de Oedo eran potenciales criminales, y por ello, cuando la familia de Yoongi oyó aquel comentario, sus estómagos se retorcieron. Claro que a Min ya le daba igual confesar parte de su pasado, años atrás tal vez se hubiera sentido mal, pero ahora, era tiempo perdido.
La cuestión era avanzar de una vez.
-¡Siguiente! -Alzo la voz una mujer de edad. Ya era el turno de Jackson, este paso de inmediato, pues, la señora tenía cara de pocos amigos. Al pasar vio sobre el escritorio papeles, miro los formularios y veía que decía firmar. La mujer lo miró de pies a cabeza. -Nombre. -Ordeno.
-Jackson Wang.
-¿A qué se dedicaba antes y durante del caos? -preguntaba sin mirarlo mientras anotaba.
-Fui teniente durante el comienzo, estuve en la primera línea de defensa en Seúl con... mi mejor amigo. -Hizo una pausa aguardando las lágrimas al recordar a Hoseok.
La mujer no tenía ni una sola expresión en su rostro, permanecía fría y sin mostrar sentimiento alguno antes las palabras de Wang. Acabo de anotar y le entrego el formulario para que pusiera el resto de datos personales.
-Hay un puesto dentro de la división militar, pero como cabo. Firme por favor.
-¡¿Cabo?! -Se mostró sorprendido. -¡Oiga con todo respeto, aceptaré cualquier puesto dentro de la división de los militares de esta isla, pero cabo, no! -Se negó. -Tengo los conocimientos necesarios, sé usar armas grandes, sé los protocolos, códigos, todo lo que un militar sabe. No me rompí el lomo años para llegar aquí como cabo. -Extendió el formulario. -No firmaré nada si no me dan un puesto que corresponde con mis habilidades, señora.
-Firme y salga, señor Wang. -Rechazo el formulario.
Se hubiera seguido negando, de no ser por el comandante Tak que los andaba vigilando por orden de los otros líderes de la isla, no hubiera oído la protesta del hombre. In-hwan oyó el reclamo del chico y fue hasta él para enfrentarlo mientras seguía con sus manos en el cinturón militar.
-Firme, cabo.
La sangre de Jackson comenzó a hervir. Jackson dio una mirada de desprecio, tenso su mandíbula y con rabia agarro el lápiz y agregó los datos que faltaban y firmo brusco, dando a entender su molestia.
Tras haber recibido su lugar de trabajo. Fue el turno de Ji-eun, Suran, Ja-hyun y Hye-jin. Todas habían quedado poco conformes con sus lugares de trabajo, sobre todo Suran, quien tras haber dicho que estudiaba enfermería y trabaja como repartidora. Le restaron todos sus años de estudio con Seokjin y Ji-eun.
Fue mucho tiempo en que estudiaba, los veía aplicar todo lo necesario, sin embargo, al parecer, aquí no servía y para poder ascender dentro del área de la salud en Oedo, se realizaban prueba práctica y teorías cada mes. Suran no podía estar más desilusionada, quedando finalmente como enfermera en cuidados básicos.
¿Cómo lo haría para cuidar de Ji-yool?
Aquel pensamiento la ataco y la comenzó a estresar. Se sentía a la deriva, sobre todo, sin Hoseok a su lado, dándole el ánimo necesario.
-¿Quién sigue?
-Nosotros. -El turno era de Yoongi y Taehyung, quienes estaban parados en el marco de la puerta. Min por su lado, tras oír el cargo de su hermana y del modo en que la desmerecieron, género rabia, llegando a tener la vena yugular ingurgitada. Estaba molesto.
-¿Qué...?
-Me llamo Min Yoongi y era repartidor en el negocio de mi madre, al igual que mi hermana. No estudiaba, porque estuve en prisión cinco años. -Hablo rápidamente dejando a la mujer boqui abierta y al comandante ya irritado.
Taehyung se acercó sigilosamente por atrás y el sujeto el brazo. Haciendo que tomase asiento y se relajase un poco.
-¿Por qué estuvo en prisión, señor Min?
-Porte ilegal de drogas. Me arrestaron injustamente. -Confeso toda la verdad.
-Su caso será procesado por un abogado de Oedo él verá si usted...
-¿Si yo soy apto para trabajar? -Le preguntó molesto. -Fue hace años, pagué cada maldito año tras las rejas por algo que no hice y si me van a juzgar o dejarme cesante, háganlo. Tengo cosas más importantes que hacer.
El comandante Tak se le acercó a la mujer y le susurro al oído. Luego el mismo hombro miro a Yoongi altivamente.
-Hay un puesto disponible como... repartidor, señor Min. Si le interesa puede ser eso o asistente del aseo comunitario. ¿No le molesta? ¿O sí?
El de la cicatriz avanzo hasta el escritorio, tomo el formulario, agrego los últimos datos y firmo la hoja dejando de un sopetón el papel y el lápiz.
-Repartidor, le daré el gusto, comandante.
Min salió de la fila, pero no iría sin antes oír que le daría a su pareja.
Taehyung era el penúltimo que debía recibir su turno, luego venía una pequeña familia de tres. De su grupo no quedaban nadie. Jungkook y Jimin ya habían sido asignados a sus trabajos, tampoco estaban conformes, pero se sorprendió al ver que a Jungkook le daría la oportunidad de formar parte de la policía de Oedo, solo debía someterse a una semana de pruebas exhaustivas. Si era sincero, se alegraba, Jeon era el ciudadano ideal, según oyó al comandante y a las mujeres quienes hacían los ingresos.
-Nombre. -Oyó a la mujer. Ya era el turno de su esposo.
-Kim Taehyung.
-Bien, ya sabe que debe decir.
El rubio por un momento se quedó en blanco, totalmente sin ideas. ¿Qué hacía? ¿Quién era hace años?
-Y-Yo... estudiaba fotografía en la universidad de Seúl. No trabajaba. -Contaba algo preocupado por el puesto que él daría.
La mujer hizo un mohín al oírlo. Aún no tenía una profesión y tampoco se veía que haya terminado de estudiar. en Oedo requerían gente con profesiones que fueran de tipo médicos, enfermeros, ingenieros y cargos que sean para que la comunidad continuara siendo prospera.
-Señor Kim... Bueno, es un poco difícil darle un puesto ahora, quizás deba esperar a mañana para saber mejor.
Taehyung no supo por qué, pero se ofendió un poco. ¿Será donde no hizo nada que fuera necesario para la sociedad? Estaba dudoso, por un momento miro a su esposo que también se veía cabizbajo por lo oído. Kim quería ayudar para estar bien, y Yoongi lo sabía mejor que nadie, que con el tiempo su pareja se volvió más activa en cuanto a ayuda se tratase.
-P-Pero...
-Daré su nombre a los encargados de cada lugar dentro de nuestra de lista de posibles trabajos. No se preocupe, que en la isla nadie se queda sin ayudar, señor Kim.
Min le tomó la mano.
Ambos salieron de la oficina y caminaron hacia la salida donde estaban absolutamente todos sus compañeros. Todos con malas caras, desanimados y sin ganas de servirle a esta comunidad.
Suran fue la primera en poner de pie para preguntar qué tal les había ido a ambos.
-Oppa... ¿Cómo les fue? ¿En que trabajaran ustedes?
-Yo quedé como repetidor y Tae... bueno, mañana vendrá para que le den su puesto. -Contó dejando que Taehyung se sentaran en una banca.
-¿Cómo eso? -Wang exclamó. -¿No te dieron un trabajo?
-No, dicen que es difícil darme un puesto ahora, pero no me interesa. Tengo que buscar a Yeonjun, pero ahora... estoy más lejos que nunca. -Se tomó la cabeza. -No sé por qué acepté esto...
-Cálmate, Tae... -Ánimo Namjoon. -Hablemos con Seo-Joon, él hizo el trato con nosotros, tal vez podamos apurar el asunto.
Kim asintió algo preocupado.
-¿Y te dijeron eso, solo porque estudiabas fotografía? -Le preguntó Jimin.
-Supongo. Quizás me vieron como que no les sirvo mucho. -Le dijo cabizbajo.
-Oye no te digas esas cosas, Taehyung. -Ja-hyun, su suegra le animo un poco. -Eres fundamental, en Jirisan los demostraste, todos acudían a ti o a Yoongi a pesar de no tener magíster en algo. Y me llenaban ambos de orgullos.
-Entre nos, mi cargo es el peor... -refunfuño Min.
-Hyung, te envidio. A mí me mandaron a lavar platos en un restaurante que está a la vuelta del ayuntamiento. -Mencionó Sunwoo. -Anteayer andaba disparando, ahora mi arma es una esponja.
El grupo rio un poco.
-No es tan terrible, me asignaron a la cafetería de la escuela de aquí. -Agregó Kai.
Todos comenzaron a comentar sus lugares de trabajo, mientras que Yoongi estaba de brazos cruzados pensando en qué demonios hacer, si realmente confiar en Seo Joon o en este lugar tan fantástico. Pero mientras más minutos pasasen, eso significaba que su hijo se alejaba cada vez más.
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La mañana abrió con bastante sol, iluminando cada viviendo y edificio dentro de la isla. Aquella mañana todos se habían despertado con el pie izquierdo.
Taehyung despertó desmotivado al darse cuenta de que era el único que tenía una labor designada y bueno, también por el tema de Yeonjun. Cada mañana era igual
Su esposo había salido del cuarto vestido con el uniforme que le fue entregado anoche, el grupo que los había recibido fueron los que entregaron cada vestimenta apropiada para el trabajo de cada uno de los pertenecientes a Jirisan. Min camino al espejo que estaba en la entrada del apartamento a verse, hacía años que no usaba chaqueta y gorra de repartidor. Se sentía volver a esa edad y volver a tener esa molesta sensación de estar estancado.
Taehyung había aparecido a la cocina por un vaso de agua para refrescar su garganta. Se quedo de pie, apreciando lo grande que era el espacio, se sentía ajeno ya que no era su hogar como en Jirisan. Extrañaba la comodidad de su casa, el calor y lo reconfortante que era. esta se sentía vacía y fría, a pesar de ser ellos dos, la razón, falta Yeonjun.
La cocina era abierta y daba la vista hacia una sala de estar de aires completamente modernos. Luego la vista caía sobre la primera puerta que era su cuarto junto al de Yoongi. Era demasiado espacioso solo para dos, sin embargo, sonrió al pesar que pronto -esperaba que fuera así- estuviera su hijo llenando ese vacío que existía en esas cuatro paredes de una cerámica que simulaba el mármol, y de piso bien reluciente de una tonalidad blanca que brillaba gracias a los aplique del techo
Yoongi apareció por sus espaldas, estaba saliendo del baño y luego tomo una taza que dejo en el encimera con lo que parecía ser café. Kim se preparaba solo un té. Esperaba que el agua hirviera viendo a su esposo hacer un morisqueta de asco, y fue sin desearlo, al tener el sabor del líquido en sus papilas. Sabia demasiado amargo y desabrido, a pesar haberle puesto azúcar.
-¿Por que sabe tan mal? -murmuró.
Taehyung sonrió a pesar de tener el animo por el suelo.
-Por eso prefiero el té. -Le mostro la taza.
-¿Todavía estás enojado? ¿Por lo que te dijeron anoche? -Yoongi le preguntó, detenido sus pasos al ver que iba de camino a la habitación a acostarse otra vez.
Taehyung se cruzó de brazos.
-No quiero hablar de eso. -Miro luego a su esposo. -Pero veré si puedo buscar a Seo-Joon, para apurar el asunto de Yeonjun y Beomgyu.
-Suena bien, cualquier cosa avísame, veré si puedo escaparme del trabajo o algo...
-No. No hagas eso, concéntrate en tu trabajo, amor. No te metas en problemas. -Le pidió.
-Tengo hacerlo por nuestro hijo. -Contestó decidido. Taehyung sonrió y lo abrazo. -Suerte hoy, sea lo que sea que te designen, no dejes que te pasen a llevar, vales mucho, Taehyung.
-Gracias. Te amo.
El de la cicatriz en el rostro se despidió de su pareja por última vez antes de cerrar la puerta, dejando a Taehyung dentro de ese apartamento completamente solo. Kim se dio la vuelta y lo miro por todas partes, por un instante se sintió más que solo dentro de esas cuatro paredes. Se acercó al sofá pequeño que tenía y se dejó caer sentándose en él y reclinando su espalda hasta apoyarse en él respalda de este mismo mueble.
Kim miraba el techo, y a su vez, pensaba en como serían las cosas si nunca se hubiera topado con Bogum. Nunca creyó volver a verlo, de hecho, lo daba por muerte, pero ya vio que no era así y que Park Bogum había salido inquebrantable, pero, sobre todo, era perverso. Solo volver a tener esa pesadilla de él golpeándolo justo en su ojo y arrebatándole la vista de este, le generaban una enorme rabia que emergía del fondo de su corazón, en aquel donde aún quedaban los recuerdos del Bogum. Desde que la verdad se supo, no ha dormido bien, saber que su hijo andaba por allí, solo merodeando y corriendo peligro le quitaba todo el sueño.
Daria todo y nada por regresar el tiempo atrás, borrar solo a Bogum de su vida y hacer que Yoongi fuera el padre biológico de su hijo, quizás así las cosas hubieran sido menos difíciles. Pero si lo pensaba bien, el destino había sido echado, y quizás, la misma vida le puso en su camino a Bogum para así lograr conocer a Min Yoongi, aquel hombre que fue y es capaz de verle su valor como ser humano y amar cada parte de él.
En eso que estaba sumergido en sus propios pensamientos, el llamado a la puerta fue oído gracias al timbre que resonó en todo el apartamento. Taehyung, sin ánimos, se levantó del sofá y fue a abrir.
Cuando la puerta fue abierta se dejó ver hombre, alto de tez morena, cabello azabache y este bien peinado; vestía algo formal como una camiseta, cuello de tortuga, pantalones de vestir grises y zapatos del mismo estilo, acompañado su atuendo, la muñeca era decorada con un reloj de apariencia costosa.
Era Seo-Joon.
El hombre le sonrió a Taehyung amablemente.
-¿Qué te trae por aquí? -preguntó.
-¿Cómo pasaste tu primera noche? -Kim hizo una mueca, asumió que no le fue muy bien. -Te vi en el ayuntamiento ayer, pregunté cómo estaba la situación de ustedes y la secretaria dijo que tú... quedaste sin puesto. Así que me gustaría... -Rasco su nuca. -Ofrecerte yo personalmente un puesto de trabajo.
Kim se quedó sin habla.
-No quiero recibir cosas así de fácil con este departamento ya es demasido. -Le dijo dandole último vistazo a su nuevo hogar tan espelendido que Seo-Joon les proporcionó. -Yo estoy aquí porque me dijiste que me ayudaría con mi hijo y de mi mejor amigo. Aún no me dices nada. -Lo miro enojado.
Seo-Joon bajo la mirada. No tenía escusas. En eso que piensan en que decirle, sus ojos curiosos se posaron las piernas de morenas de Taehyung. Trago duro. Se veían tersas y, si le preguntaban, esas piernas eran realmente hermosas y las primeras que veía como las de Kim. Se aclaró la garganta y miró a Taehyung a la cara que no se veía contento.
-Perdóname, estoy trabajando en eso, pero mientras no comiencen a trabajar no me dejarán hacer mucho... -dijo tratando de disipar el enrojecimiento del rostro. -Ven conmigo, y déjame hacer el favor.
Extendió la mano para tomar la de Taehyung, pero en ese preciso momento, el tipo siente que alguien lo agarre de la tela de la camiseta que traía esa mañana puesta para llevarlo lejos de la puerta de la casa y así lograr estrellarlo contra la pared con bastante fuerza, robándole el aire de los pulmones. En el pasillo resonó el alboroto, levantado la curiosidad de algunos que iban saliendo al trabajo.
Taehyung se quedó sin habla al ver que era Yoongi con una mirada asesina sobre el hombre que había parecido en el apartamento aquella mañana. No había visto así de hace mucho tiempo. La piel de sus nudillo se torno blanca debido a la fuerza que estaba ejerciendo sobre la tela de la ropa de Park. Su mandíbula estaba tensa y podía oírlo resoplar bastante enojado.
-¿Acaso esperaba que me fuera para venir hasta aquí a mis espaldas?
-Oye, no es lo que crees... -Explicó tratando de alejar a Yoongi.
Min miro de reojo a Taehyung y estaba con el pijama que les dieron; un short bastante corto, y una camisa que debajo ver sus hombros morenos. Apretó con más fuerza la manos arrugando al ropa. Si era sincero, odiaba armar escenas de celos, pero Seo-Joon lo tenia entre ceja y ceja.
-No me hagas dudar de ti, tengo la vida de mi hijo en esto, así que cumple tu parte del trato como se debe, no visitando a mi esposo cuando no estoy.
Kim lo tomó del brazo para alejarlo del hombre que ya estaba asustado por la amenaza.
-Compórtate, por favor... -Le pidió molesto. -Sabes que nos va a ayudar con lo de Yeonjun.
-¡¿En serio?! ¡¿Y cómo?! -Encaró. -¿Qué te venga a ver temprano en la mañana cuando no esté?
-¡Yoongi basta! -Le gritó. -No tengo cabeza para tus celos, él vino a ofrecerme trabajo. -Le dijo. -Seo-Joon necesita que nos vean trabajar para poder ir por Yeonjun, y tú vienes como un adolescente celoso... Eres increíble. -Bufo.
Seo-Joon no sabía qué decir. Está de mero espectador.
Min tragó duro y se relajo un poco al verlo molesto, lo ultimo que quería era seguir poniendo a su esposo tenso y de mal humor. asi que se relajo y se alejo de Seo-Joon y de Taehyung.
-Bien... Lo siento... -Cedió un poco más calmado.
-¿Qué paso? ¿Por qué volviste? -Le preguntó para relajar un poco el ambiente.
-Se me quedo la identificación que me entregaron anoche con el uniforme. -Min había entrado al apartamento dejando al líder y su marido solos en el pasillo.
Taehyung miró al sujeto.
-Discúlpalo, él tiene su carácter.
-Tranquilo, no debí irrumpir de este modo en la mañana. -Se disculpó. -¿Te parece si te pasas después de almuerzo a mi oficina? -Le preguntó. -Podemos hablar mejor de tu puesto y sobre lo de tu hijo y de Jimin. Trataré de apurar el proceso lo antes posible.
-Sí, claro...
Los pasos del tez pálida se hicieron presentes nuevamente. Min miró con desprecio a Park, ya no le agradaba, si era sincero, no le gustaba mucho, pero cedió solo por su hijo y para tener a su familia completa pues ya le hacia falta.
-Me voy, nos vemos más tarde, Taehyung. -Se despidió de manera hostil.
Se había alejado lo suficiente, pero Kim lo agarro de la mueca para detenerlo. El castaño le tomo el rostro entre sus manos y le beso los labios con cariño, Min cedió enseguida dejando que la molestia se fuera de cuerpo con la sensación de calor que le invadió su cuerpo con aquel beso.
Park sintió una extraña corriente en su espalda. Que le genero escalofríos, miro a Kim ser abrazado por Min y suspiro.
«¿Acaso...? No... No seas así.»
-Yo también me voy. -Aviso Seo-Joon aclarando su garganta. -N-Nos vemos, Taehyung.
-Adiós y gracias. -Le dijo una vez que se aparto de su marido.
Min se fue y paso por el lado de Park dejando una ráfaga de aire que hizo a Seo-Joon mirarlo por espalda. Ambos había desaparecieron del pasillo bajando por las escaleras que había, Kim se les quedo viendo hasta que desaparecieron de su campo visual. El castaño cerró la puerta detrás de sus espaldas, quedando solo nuevamente. Soltó el aire de sus pulmones tocándose el pecho.
Estaba nuevamente solo dentro de ese departamento.
Quería que todo acabase para regresar a su vida de antes, a la normalidad, con Yeonjun y Yoongi a su lado. Sin peleas, sin roces absurdos, solo siendo felices y plenos con la vida que tenían en familia.
-Espera un poco más Yeonie Solo espéranos, por favor...
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La adaptación está siendo difícil, más más deben de cumplir con su rol como ciudadanos y trabajadores. Sus puestos no son de los mejor, pero por algo todos empezamos y quizás les esperan mucha sorpresas.
Por último, los celos y la desconfianza de Yoongi hacia Seo-Joon se hace evidentes por primera vez. Colocando el ambiente tenso y dejando a un Seo-Joon pensativo. ¿O solo exagera?
¿Qué intenciones creen que tiene? ¿Buenas o malas?
Gracias, nos volveremos a leer la próxima y les deseo una buena semana. Cuídense.
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