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23

Hizo un conteo general y solo quedaron ellos.

Diecisiete personas en total en Jirisan. Ja-hyun había pasado la noche completa buscando a todos los cuerpos de su comunidad, algunos infectados eran asesinados buscando sacar todo, era impotencia acumulada acompañada de Ja-ik que trataba, con su bastón, de asesinar a los cadáveres vivientes que quedaban.

Los hombres, mujeres, niños y ancianos había muertos.

Por otro lado, Suran estaba en clínica o lo que quedaba ella, tras haber sido incendiada en su mayoría. Se encontraba allí con el cadáver frío de Hoseok, cubierto por una sabana blanca, Jackson ya le había perforado el cráneo con un cuchillo para evitar la transformación de Jung. Ella no fue capaz de hacerlo e hizo igual con Eunwoo quien también estaba allí con varios cadáveres más que serían sepultados durante el día.

Min lloraba, limpiando su rostro, buscando consuelo en el pecho de Hoseok, extrañaba sentir el calor, los abrazos y el latir de corazón bondadoso de Jung. Wang la miraba y estaba devastado por las grandes pérdidas.

En eso aparece alguien, y era Hye-jin. Roy, quien revisaba el ojo de Taehyung, dejo de lado su labor y corrió a abrazarla. Ella había sobrevivido al caos.

—¿Dónde estabas?

—Con los niños en el sótano.

Suran aparto la mirada de su pareja y se puso de pie enseguida.

—¿Ji-yool...? ¿E-Ella está contigo? —preguntó asustada.

—Claro, se quedó conmigo la señora Myung-sook cuidando de Jungwon, Ji-yool, Mi-jin y Su-yeong.

Roy miró a su compañera.

—¿No hay más niños? —preguntó. Hye-jin, con el corazón roto, negó. —No puede ser... Son los que logramos rescatar.

En eso entra Ji-yool con Jungwon. El niño corre a brazos de Namjoon lanzándose contra su padre. Este lo abrazo con fuerza y le beso la coronilla de su cabeza pidiéndole perdón por no haber llegado a tiempo. Al menor no le importaba eso, solo estaba feliz de estar en los brazos de su padre, sintiendo la protección que tanto adoraba.

—¿Mami? —Suran oyó la voz de la pequeña. —¿Y papá?

Un silencio sepulcral se instaló en la clínica. El grupo que recibía ayuda de Ji-eun y Roy se quedaron mudos.

Suran se volvió a quebrar. Su hermano mayor llegó detrás de ella para abrazarla y contenerla, la niña no comprendía, así que la mujer al ver la expresión de su hija se agachó para tartar de contarle una verdad un tanto disfrazada.

Jackson llevó la camilla en donde estaba Hoseok lejos. Era sano que una niña no viera a su padre pálido y con una herida de bala grotesca en el pecho. En eso que lo acarrea, ve en su pantalón un destello en su bolsillo. Mete la mano y era el anillo que le daría a Suran para casarse con ella.

Debía entregárselo en nombre de su amigo.

—Hija, papá se fue.

—¿A dónde? ¿A buscar Yeonjun oppa?

—No, no... Él se fue a otra parte, lejos de aquí. —Acaricio su cabellera.

—¿No volverá?

Suran negó.

—No se despidió de mí. No es justo, mami. —Se enfadó. —¿Cuándo lo veré de nuevo? ¿Puedo ir a verlo?

—A-Aún falta mucho para eso, Ji-yool.

La pequeña bajo la mirada y asintió con su cabeza, comprendiendo un poco.

Era un modo de decir que no volvería a ver a su padre. Y que el momento de reencontrarse con él era cuando ya llegara el momento de despedirse de este mundo, el día en que muriese y eso, si es que existía algún plano en donde poder volver a ver a Hoseok.

La niña no dijo nada más, solo se quedó junto a Jungwon sentada esperando a que los adultos acabasen, quería ir a jugar, pero Namjoon le dijo un no rotundo a su hijo. No iba a dejarlo salir y ver las calles llenas de sangre, menos con cadáveres que quedaban por recoger.

El doctor Roy volvió con Kim para colocarle un parche limpio en el ojo, por fortuna, los militares no robaron nada médico, ni alimentos, solo se llevaron las armas que habían reunido, dejándolos casi desarmados.

Yoongi, Jimin, Jungkook y Namjoon fueron con Taehyung. Jungkook al ver su rostro con sangre, ropa y cuello, más aquel parche lo había roto. Verlo malherido era terrible, lo mismo sentía Min que se culpaba por haber tardado, aunque Kim le decía que negarse era inútil, pues él no hizo nada malo, solo fue Bogum en su arranque de ira y venganza.

—¿Volverá a ver por ese ojo? —preguntó Namjoon.

—No. —Roy le dio pastillas, una de amoxicilina y otra de ibuprofeno. —El daño fue severo, le daño córnea y retina, el iris del ojo igual, lo que llevo a un daño total de los nervios ópticos. —Explico. —Solo queda usar parche y tomar medicamentos para evitar una infección, igual los movimientos bruscos para no provocar un sangrado.

—Tengo que ir a buscar a Yeonjun. —Le dijo.

—Tae... Déjanos eso a nosotros, Kook, mi padre y yo iremos por Beomgyu ahora, quizás están juntos.

—¡No! ¡Quiero yo ir por mi hijo! ¡Quiero verlo, pedirle perdón por todo esto, no estar aquí con un jodido parche en el ojo esperando a que llegue! —Exclamo. —¡Él me necesita, yo sé que sí!

Yoongi le dijo que le dejara esto a él, Jimin asintió y se apartó junto a Jungkook y Namjoon dejándolos a solas en rincón de la clínica. Kim miraba su reflejo en un trozo de cristal roto. Toco con su dedo el parche y más que perder la vista de un ojo, le dolía no tener a Yeonjun a su lado.

—Esto está mal, Yoongi... Muy mal... —Trato de no llorar, pues Roy le explico que eso podría dañar la recuperación de la herida.

Min le tomo el rostro y acaricio su mejilla limpiando un poco con una gasa con agua que dejo el doctor, con el fin de limpiar la sangre seca de su rostro.

—Iremos juntos, pero primero recupérate un poco. —Le dijo. Taehyung iba a protestar, pero Yoongi lo detuvo. —Quieres ir y lo comprendo, pero quiero que se cicatrice eso antes de hacer algo. Te juro que voy a ir por él ahora mismo, buscaré a Yeonjun y lo voy a traer, cueste lo que me cueste.

—Nos debe odiar... —Murmuro.

—Eso jamás, Yeonjun no nos odia.

—Pero luego de lo que el idiota de Bogum le dijo, ¿qué crees que piensa de nosotros?

Bueno, tenía bastante razón en ello, solo que se negaba a aceptar que su relación con Yeonjun se fue en picada luego de la revelación que Park le hizo como si nada. Llego y soltó la bomba sin importarle que el desastre arruinara toda su vida. Su familia está rota sin Yeonjun ahí con ellos.

—Recupérate, voy a ir por nuestro hijo.

Taehyung asintió abrazando a Yoongi ahogando el dolor como mejor podía y su corazón permitía. Min lloro en el hombro de su marido, solo duro unos minutos derramando gotas de tristeza y rabia que se deslizaban por sus mejillas, pues debía recuperarse e ir por él. El de la cicatriz se apartó de Kim diciéndole que volvería a la noche con noticias, Taehyung asintió y esperaría en caso de que volviera a Jirisan.

Namjoon se quedaría con Taehyung para cuidarlo a él y a su hijo. Quienes fueron detrás de Min fue Jackson, Jimin, Jungkook, Eun-seok y el mismo Jaewook que lo vio bajar por las escaleras y que estaba esperando hablar con ellos.

Lee camino detrás de Min.

—Soo-hyuk se fue. No lo encontré por ni un lado.

—Que se pudra ese hijo de perra, de seguro esperaba a que esto pasase para largarse. —Refunfuño entre dientes. Tomo su katana del suelo, que había quedado tirada cerca del quiosco de Jirisan. La miro y la limpio con su ropa dándole igual queda sucio.

—Voy contigo.

El de tez pálida se quedó mirando fijamente a Jaewook. No tenía ganas de dudar de él y bueno, desde que ha estado cerca de Yeonjun ha mostrado una lealtad a su hijo y a intentando demostrar que estaba ayudando a la comunidad desde que llego por accidente. Min asintió, y los demás estaban de acuerdo, incluso Jimin que era el más arisco a Lee, al igual que Jungkook y Jackson.

Tuvieron que ir a pie, los caballos fueron asesinados por corredores y caminantes. Los vehículos habían sido quemados por completo.

Apenas salieron de Jirisan vieron que la búsqueda sería extensa, pero no había más opción, debían y tenía que sí o si hallar a sus hijos.

Yeonjun y Beomgyu los necesitaban.

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Una semana después.

Taehyung pateó un caminante en el pecho, para luego clavarle un cuchillo en la mitad de la cabeza. Quito el arma con fuerza quedando de pie en medio de la calle.

—¡Tae, cuidado! —gritó Jimin viendo como un corredor iba detrás de él. Le iba a disparar, pero a la bala salió al aire sin dar en el muerto.

Jaewook y Yoongi oyeron a Park, y el primero en reaccionar fue Lee agarrándolo de la ropa y tirando al suelo colocándole el pie en la garganta para inmovilizarlo. Se movía de modo salvaje queriendo morderlo. Al tener allí, Min lo decapito pateando lejos la cabeza.

El grupo compuesto por Jungkook, Jimin, Eun-seok, Jackson, Taehyung, Yoongi y Jaewook. Habían llegado, luego de meses, a un pequeño poblado que estaba a cuatro horas de la comunidad. Estaba devastada, casas saqueadas, quemadas, abandonadas, mohosas y llenas de plantas que crecieron sin permiso del ser humano, solo la naturaleza guiando su crecimiento por donde fuera.

Habían pasado una semana sin resultados de nada, ni una señal, ni una huella nada, y eso que el mismo Kang salió con Taehyung para ayudarlo a buscar alguna pista de su hijo, pero nada.

El matrimonio de Min y Kim tacharon el mapa sobre el capo de un auto tirado en la calle. Habían puesto una equis en los lados aledaños de Jirisan, aún no tenía los medios de expandir la búsqueda hacia las grandes ciudades como Daegu, Busan o Seúl, por ejemplo. Namjoon estaba dispuesto a regresar a su ciudad natal a buscar a los hijos de sus amigos, se conocía aquella parte bastante bien debido a que paso parte de su juventud en esa parte del país. Lo mismo haría Suran y Ja-hyun que vivieron en Daegu; Jai-ik iría como Jackson a buscar en Suncheon; Jimin y Jungkook a Busan. Jaewook iría a Ansan y Taehyung y Yoongi volvería a Seúl a barrer los barrios y avenidas principales.

Pero todo eso significaba munición, provisiones y vehículos que no tenían. No solo buscaron a Yeonjun, sino que también se enfocaron en buscar la manera de moverse a las ciudades para buscar a los menores. Aparte no quedaba mucha gente en Jirisan, eran solo ellos y por parte de la comunidad está Roy, Hye-jin, Mi-jin, Su Yeong, Mi-jin y la señora Miun-sook.

Kim lanzó el lápiz sobre el capo.

—Amor... —Le llamo Yoongi cerrando el mapa. —Tae... ¡Taehyung!

—¡¿Qué pasa?!

Min suspiro.

—Vamos poco a poco, ya encontraremos algo. —Le sobo el hombro derecho.

El castaño rodó su único ojo visible, aún utilizaba parche en el izquierdo. Min noto este gesto y respiro profundo, no deseaba decirle más nada, pues los últimos días decir algo al respecto de la búsqueda de Yeonjun era una pelea que estalla del peor modo en su casa. Kim no soportaba seguir viviendo sin su hijo, y eso que solo ha pasado una semana desde la llegada de Bogum. Min buscaba el método de mantener las cosas bien, decirle que lo buscarían y seguirían y además tratar que entendiera que las vías para ir a las ciudades no estaban y tenía que seguir buscando algún vehículo fijo para ir a la capital.

El ojo era un problema más. Roy dijo que Taehyung podía experimentar algo similar a lo que pasan las personas que pierden alguna extremidad, esa sensación de tenerlas, pero no sentirla en sí, pues era lo mismo. Kim se forzaba a ver, sentía que su ojo estaba cerrado y que no lograba abrirlo, pero no era sí, perdió la vista y lo agobiaba.

—No vi nada por los locales. —La voz de Jaewook rompió la tensión de la pareja. Este no tardo en percatarse. —¿Va todo bien? —Taehyung negó y se fue con Jimin. Dejando a Yoongi solo con él.

—S-Si... bueno, no. —Le dijo Min toando su katana. —Taehyung no está de humor.

—Bueno, su hijo ha llegado o se lo llevo Bogum, que es lo más probable.

—Ni se te ocurra decir eso cerca de él... —Le recrimino.

—Pero sabes que es una posibilidad... ¿No?

Min lo sabía, pero en parte, se negaba ante esa opción y peor era Taehyung que escuchar el nombre de su ex pareja le generaba gran repudio hacia el tipo, y a idea de que si se llevó a su hijo podía dejarlo aún peor de lo que ya estaba.

—Sí, lo sé, pero no hables de Bogum, menos frente de Taehyung o Jimin que están mal.

—Ya... Perdona. Debemos irnos, se oscurece.

—Sí, hay que movernos.

Jaewook reunió a todos, menos a Jimin que estaba en una farmacia buscando algo que fuera de Beomgyu si es que se pudo haber quedado allí, si era sincero lo duda, su hijo conocía poco los alrededores de Jirisan, solo esa vez que salió en donde se encontraron con Kang. Mucho más no. Park se quedó caminando por los pasillos, hallando en la zona trasera del mesón una estante lleno de pastillas para dolor e infección, saco algunas para Taehyung.

De regreso, vio que Jungkook estaba afuera hablando con Jackson y su padre, pero los tres tenían mala cara.

Paso por el pasillo de cosas para bebé y allí vio un pequeño biberón, uno similar al que Beomgyu ocupo en su momento de recién nacido. Extrañaba a su hijo y era complicado afrontar el día a día sin tenerlo a su lado. Había mucho que decirle, sobre Gong Yoo, pues Bogum se atrevió a mencionarlo y de seguro lo dejo con la duda.

Antes de salir su vista se topó con una caja en el suelo, al tomarla la leyó tratándose de una prueba de embarazo. De reojo vio a Jungkook por la puerta de vidrio de la pequeña farmacia, apretó la caja entre manos quedando pensativo, sin más rodeos, la metió en el bolso que traía colgado oculto entre algunas cosas.

—Minie, nos vamos. —La voz le capto su atención. —¿Viste algo que sirva?

—Solo pastilla para Tae.

Jeon se mostró desilusionado.

Jimin no sabía si era el mejor momento para llegar con una preocupación más.

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Jae-ik dejo el bastón apoyado en la pared de su taller, algo desordenado por el disturbio de aquel día. Busco entre sus herramientas algunas cosas que sirvieran para hacer algunas flechas para el arco. Era uno más grande, algo más profesional que le había hecho a Yeonjun como regalo luego de haber salido de la clínica, pero no alcanzo a pasárselo por escasa cantidad de flechas que le hizo. Al final él se quedaría con él, como un recuerdo de su nieto.

Entre sus cosas hayo el vinilo que oyó pro primera vez con Yeonjun, cuando tenia siete años. Lo había traído la esposa de Eun-seok como regalo para le hombre. Un pequeño agradecimiento y como recuerdo que le gustaba la música. Ambos abuelos se quedaban sus nietos oyendo música, por primera vez, en años.

Al darse la vuelta vio a su hijo mayor dejándose caer en la silla del taller.

—¿Alguna novedad?

—No. —Se apoyo en la mesa frotándose la frente algo frustrado. —No hay nada allí afuera, solo me queda ir a las ciudades, pero no tengo vehículo y eso me estaba agobiando.

—¿Y cómo está Taehyung?

—Mal. Como hace una semana, entre lo de Yeonie y su ojo, no está bien.

Jae-ik camino con su bastón hasta su hijo sentándose a su lado.

—¿Han discutido no es asi?

—¿Cómo sabes?

—Suran no pierde sus mañas de contarme todo. —Sonrió un poco, pero su hijo no dijo nada. —No lo hace con mala intenciones, te cuida. Los cuida a los dos, mejor dicho.

—Tengo miedo de que nos alejemos justo ahora que nos hace falta Yeonjun. —Admitió con gran dolor. —N-No quiero eso, papá...

Su hijo comenzó a sollozar, dando paso luego a las lagrimas de gotas gruesas y caían al suelo del taller de Jae-ik. Min se tapo el rostro, no le gustaba que le vieron llorar. Dejar de dar esa impresión de hombre fuerte, inquebrantable y que nada lograba cambiarle el humor, pero ya no podía seguir en ese plan. Estaba con el animo por el suelo, ver a Taehyung mal lo ponía peor, porque no sabía que más hacer.

Su padre lo abrazo. No hubo más, no dijo nada, no aviso nada. Solo lo envolvió en un abrazo en que el Min Yoongi se entrego por completo, comenzando a llorar a mares. Necesitaba ver a Yeonjun, saber que estaba bien, vivo y sano. Verle su cara, aunque sea oírlo gritarle la vida por haberle mentido sobre su padre, no le importaba, necesitaba ver a su hijo.

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Al día siguiente los que quedaban se reunieron para comenzar a organizar una extensa expedición a buscar lo necesario para ir por Yeonjun o Beomgyu. Jackson se encargó de los puntos importantes a visitar, junto a Namjoon. Ja-hyun hablaba con Hye-jin preguntándole si faltaban más provisiones para los suministros, y le confesó que debido a la baja de persona radical que tuvieron, la comida sobraba. Sonaba cruel, pero esa era realidad.

Ese día Taehyung no estaba, y Yoongi no tenía ni la más mínima de que había salido solo a buscar a Yeonjun por alguna parte cerca, para llegar antes del anochecer. Esa mañana partió solo, sin avisar a nadie, ni siquiera iba Jimin con él.

Tomo un camino alterno y corto para volver a la localidad de ayer y luego caminar un par de kilómetros más lejos.

En su viaje miraba el mapa que Min había tachado en algunas partes y esas las volvería a revisar con más paciencia por sí solo. Llego primero al bosque cercano de Jirisan, donde Yeonjun había sido mordido. Respiro hondo y camino con cuidado de no tropezarse o encontrarse con caminantes, o peor, corredores. Sus pasos eran marcados en la tierra húmeda y el sonido del césped y ramas pequeñas ser pisadas.

—¿Yeonjun? ¿Beomgyu? —Llamo creyendo que estaban cerca. No hubo respuestas. —¡Yeonjun!, Beomgyu ¡¿Dónde están?! —Alzo la voz. Sabía que traería problemas, pero él dio igual. Estaba con la escopeta de Yoongi y un cuchillo.

En eso escucha un relinchar de un caballo. Kim siente el corazón latirle con fuerza. Comenzó a correr en dirección al ruido tropezando con una rama sobresaliente de un gran árbol del lado. Cayó y rodó centímetros abajo cerca de un pequeño riachuelo, quedando algo adolorido. Abrió el ojo y vio las hojas, darle sombra y una brisa refréscate.

Maldijo y se puso de pie, topándose con el animal frente de él. Era un caballo pura sangre, hermoso y tenía montura y algunos bolsos a sus lados. El castaño se ilusionó por un momento llegando junto al caballo, pero este se asustó y retrocedió. Kim tomó la cuerda y trato de clamarlo como su suegra le enseño.

—¡Shh! ¡Calma! —Le acaricio el rostro. —Tranquilo... No te haré daño. —El animal se relajó un poco, dejando sus patas quietas y deteniendo su relinchar. —Eso es, tranquilo.

El cuadrúpedo se dejó atar por Taehyung en un árbol mientras que comía algo de césped, así aprovecho de rebuscar en los bolsos que traía. Sin importarle les dio vuelta sobre el suelo, encontrando balas, un lápiz, barra de cereal, una botella con agua con electrolitos. Algo nuevo, hace mucho que no veías aquellas aguas. Y lo que más capto su atención era un mapa. Lo extendió y vio que estaba encerrada una isla que quedaba lejos de la costa de Busan.

Oedo... —Leyó el nombre escrito en rojo. Siguió la línea negra que conducía hasta el mismo punto donde ellos vivían, es decir, Jirisan. ¿Acaso alguien buscaba llegar allí?

Sin entender doblo el papel y lo metió a su bolsillo de su morral. Busco en el otro y encuentro un revolver. El pura sangre alzo su cabeza al oír el crujir de las ramas, empezando a poner inquieto.

—No... No te muevas, cálmate...

El relinchar lo asusto haciendo que retrocediera. Kim se dio la vuelta para ver que le perturbaba la calma al caballo. Miro por todos lados, tomo la escopeta y la alzo.

Espero unos segundos y se dejó ver Min. El castaño respiro botando el aire de sus pulmones. Coloco el arma en su espalda para contar rebuscando.

—¿Qué hace aquí, Yoongi? —preguntó abriendo el bolso pequeño en donde había más balas.

—¿Qué hago yo aquí? —Se acercó a él. —Sonó como si te molesta verme, luego de enterarme de que saliste escondido en la mañana.

—No me molesta, verte, no interpretes así las cosas. —Refunfuño.

—¿Y cómo quieres que me lo tome? —Le interrogó. —Estamos juntos en esto. —Encareció. —Tú y yo estamos buscando a nuestro hijo, no solo tú o yo. Somos un equipo, Taehyung. Sales sin decirme nada.

El castaño apartó la mirada.

—Es que... siento que no te quieres arriesgar a ir a Seúl. Sabes que puede haber algo allí.

Yoongi mostró su descontento quitándole el bolso de las manos y lanzándolo para que le pusiera atención. Generando molestia en su esposo que lo miro con el ceño fruncido.

—¿Crees que no quiero ir? ¿Piensas que soy tan hijo de puta como para olvidarme de Yeonjun y dejarlo a su suerte? ¡¿Eso piensas de mí?! ¡¿Luego de años juntos?!

—¡No, solo que sabes lo importante que es para mí ir! —Explico.

—¡¿Para ti?! ¡¿Y yo qué?! —Le grito. —¡Te importa un carajo como siento yo! ¡Lo único que haces es alejarme de ti, poner una puta barrera entre tú y yo durante estos días luego de que Yeonjun se fuera! —Yoongi se había alterado. —¡Estoy agotado! ¡Mi cabeza no da para más quiero que Yeonjun vuelva a casa, pero no sé como mierda hacerlo! ¡Por mí tomaría todo y me voy al carajo de aquí a buscar a mi hijo por cada maldita ciudad, pueblo, villa o lo que sea para que esté aquí! ¡Pero no puedo porque no hay nada!

—¡No tiene derecho a decir que no me importas porque sabes que no es así! ¡Y si sé que no sabes qué hacer y estás atado de manos, pero no uses esa estúpida excusa de que no hay nada, porque él quiere, va y lo hace! —Encaró.

—¡Lo veo por ti, por tu bien! ¡Acabas de perder la vista de un ojo y no lo entiendes, te trato de cuidar!

—¡Me importa una mierda haber perdido el puto ojo! —Le grito en la cara. —¡Quiero a Yeonjun aquí, a mi lado, aunque me odie por no haberle dicho anda de Bogum!

Kim comenzó a llorar sacándose el parche del ojo dejando que las lágrimas fluyeran. Se cansó de ahogar el llanto y el dolor. Su hijo era todo para él, no tenerlo era un martirio.

Min respiró hondo y apoyo en el tronco del árbol en el que el animal estaba atado.

Estaban mal, los dos. Se decía palabras hirientes en ocasiones, dejando ese mismo silencio matador entre ambos más ahora que la casa estaba vacía sin el menor.

Taehyung se miró a su esposo de perfil y se notaba algo triste y molesto. Camino hasta él buscando el perdón.

—Yoonie, l-lo lamento, yo... —Respiro hondo. —No te quiero perder a ti también, t-te necesito amor... —El azabache lo vio acercarse y bajo los brazos que estuvieron cruzados por un instante. —Odio discutir contigo, sé que esto también te tiene mal y quisiera que el dolor de los dos desaparezca, pero no sé cómo. Te amo, y perdón, si te aleje, no quería hacerlo, en serio que no.

El de cicatriz lo tomo de las manos y acaricio el dorso de estas.

—¿Por qué crees que me case contigo? —preguntó mirándolo a la cara.

—Por amor, para estar juntos siempre...

—Y así será, no dejemos que las discusiones nos alejen de nuestro objetivo, que es buscar a nuestro hijo, por favor... Dime las cosas, no te guardes nada porque pasa esto que explotamos del peor modo.

El castaño asintió y se acercó para fundirse en un beso profundo con algunas lágrimas que se filtraron entre sus belfos. Se abrazaron mutuamente sintiendo ese calor que añoraban tanto. El tacto, la cercanía, era lo que adoraban del otro.

Antes de separar y acabar con aquel beso, oyeron pasos cerca de ellos. Se separaron al instante y tomaron sus armas.

—¡¿Quién anda ahí?! —Alzo la voz, el de tez pálida. —¡¿Yeonjun?! ¿¡Beomgyu?!

A los segundos se dejó ver un hombre, se dejó ver hombre, alto de tez morena, cabello azabache y este bien peinado; traía puesta una chaqueta cortaviento gris, pantalones del mismo material y botas de montaña. Debajo de la chaqueta se notaba que contaba con una camiseta sin mangas.

Yoongi desvaino la katana y apunto al hombre desconocido.

—¿Quién demonios eres y que haces aquí?

—Lamento interrumpir, venía por mi caballo, pero veo que lo ataron al árbol. —Miro al animal que seguía de pie junto al árbol, comiendo césped. —Me voy, si me lo entregaban.

Kim lo desató enseguida, no quería problemas, pero antes de eso lo amenazó con el cuchillo.

—¿Trabajabas para la RCMC? —Lo miro desafiante.

El hombre negó enseguida.

—Odiaría toparme con esa gente mala clase. —Admitió.

—¿Has...? ¿Has visto unos chicos? —Le interrogó. —Cabello oscuro y el otro castaño, estatura media. Uno de catorce y el otro quince.

El hombre volvió a negar.

—¿Cómo te llamas? —Taehyung metió su mano al bolso sacando el mapa que encuentro en las pertenencias del hombre. —¿Vienes de una isla?

El tipo levantó los brazos al ver que Yoongi colocó el filo cerca de yugular. Camino hacia él y le reviso los bolsillos que estaban vacíos, solo tenía un cuchillo pequeño que se lo quito para evitar confrontaciones.

—Te hizo una pregunta, respóndele.

—Me llamo Seo-Joon y sí, vengo de una isla, Oedo. —Les respondió. —Vengo en busca de sobrevivientes para llevarlos y ayudarlos en mi comunidad.

—¿Para qué? —Le interrogó Min.

—Queremos hacerle frente a la República Cívica Militar de Corea o RCMC. Suena loco, estúpido, de hecho, son más que nosotros, pero ellos buscan quedarse con los lugares que tengan más habitantes y reunirlos, así como antes, reformar la sociedad, pero a su deseo propio.

—Tu respuesta me hace sospechar fíjate. Me das mala espina, Seo-Joon.

Este río.

—Ya lo sé, y ustedes a mi igual, pero podemos ayudarnos mutuamente. ¿Les parece bien?

Kim lo miró con algo de interés.

—¿Cómo nos ayudarías tú si apenas nos conoces?

—En Oedo contamos con un amplio equipo de expedición y búsqueda que puedo desplegar para buscar a esos chicos, que no sé quiénes son, pero deben decirme que saben de la RCMC o si es que se han topado con dos hombres, Park Bogum y Jeon Gong Yoo. —Pidió. —Podrán quedarse en la isla, es simple.

—Más de lo que quisiéramos... —Le respondió Taehyung.

—Ese es mi trato, ¿les parece?

Yoongi y Taehyung se miraron mutuamente.

═══════ ● ════════

Suran tendrá que vivir sin Hoseok, tratando de criar a la hija de ambos. Solo que la pequeña no podrá crecer sin su propio padre. Voy a extrañar a Hoseok, así como extraño escribir de Seokjin y Soobin, bueno de todos.

Por otro lado, la búsqueda de Yeonjun y Beomgyu no ha parado, pues nadie tiene rastros de donde están, si escaparon o sucedió algo más con ellos y Bogum. ¿Cuál creer que es el posible paradero?

Y al parecer este nuevo personaje viene con buenas o con malas intenciones.

Gracias por leer. Los/as espero la próxima semana.

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