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2

Yeonjun miraba curiosamente a su padre que estaba metido dentro del mueble del lavaplatos. Camino y se hinco al lado de su padre tratando de mirar sigiloso y sin interrumpir.

Cuando Taehyung no estaba en casa a esa hora, se queda solo con Yoongi, él lo sabía perfectamente y se trataba de portar del mejor modo posible para no generarle un arranque de nervios al mayor, pues cuando Yeonjun andaba como un terremoto andante por toda la casa, Yeonjun era inquieto, en el buen sentido, era de los niños que no podían dejarse solo, quieto, en un lado.

—¿Appa? ¿Qué estás haciendo? —preguntó.

Min sonrió al oír la voz del menor, se hizo hacia atrás y se sentó en el suelo para conversar con su hijo.

—Hago que deje de gotear la tubería —explicó.

—¿Appa te lo pidió?

—Sí, a tu padre no le gusta que el agua caiga y moje todo y eso lo pone de mal humor. —Imitó la cara de Kim cuando se enoja. —Yeonjun carcajeo un poco.

—¿Quieres algo de ayuda? —preguntó refiriéndose si es que podía ayudar.

Yoongi se puso de pie para dar el agua; ya no caía ni una sola gota.

—Ya lo resolví —dijo triunfante.

—Que bueno que el abuelo te enseño, o si no la casa se hubiera inundado. —Se burló un poco. Yoongi se rio fingiendo sentirse ofendido.

El timbre del hogar se oyó mientras que Yeonjun y Yoongi guardaban las herramientas de Jae-ik en la caja. Min se puso de pie y camino hasta la puerta, abriéndola y viendo que Hae-soo estaba con cara afligida. Yoongi frunció el ceño sin entender que ocurría.

—¿Paso algo?

—Tienes que ver esto...

Min miro hacia atrás, por encima de su hombro y Yeonjun estaba sentado en el suelo aun metiendo las herramientas donde debía.

—¿Qué tan importante es? —preguntó suspirando.

Caminantes.

Min tomo la decision de llevar a Yeonjun con su padre que ahora de seguro estaba en el taller, pues se ofreció a lijar y barnizar las puertas de algunas casas que a estaban algo gastadas. Camino por la villa de Jirisan, topándose con algunos preocupada por lo que oyeron. En si el ambiente se sentía bastante pesado como para que la situación fuera llevadera. Se apresuro y vio en la casa de la esquina varias puertas en el suelo puestas hacia el sol, tratando de secarse.

Yoongi al entrar saludo a Mingyu, quien era el ayudante de su padre y el único. Por otro lado, su padre dejo el tarro de barniz y los guantes de lado caminando con su pierna coja hasta Yeonjun recibiéndolo con los brazos abiertos.

—Mi pulga... ¿Hace cuánto no vistas a tu abuelo? —Interrogo revolviendo los cabellos del menor.

—Appa arregló la tubería. —Presumió el logro de Min.

—Que bueno, habrá que hacerle una fiesta. —Jae-ik y Yeonjun rieron, pero, por otro lado, le vio la cara de preocupación de su hijo. —¿Paso algo, hijo?

—Ahora iré a ver, ¿puede cuidarlo hasta que Tae o yo nos desocupemos? —preguntó rascándose la nuca.

—¿Cómo te atreves a preguntarlo? —Se sintió ofendido. —Claro que puedo.

—Perdón, sé que apenas te estas recuperando de la espalda...

—Oye, Roy me dio buenas pastillas, nada va a impedir cuidar de la pulga. —Interrumpió con su típica sonrisa.

—Gracias. —Yoongi se despidió de su padre y su hijo.

Prometió que lo recogería apenas terminara de hacer sus cosas, sin embargo, Yeonjun era un alma libre en el taller de Jae-ik junto a Mingyu. Le gustaba pasar tiempo con su abuelo, había una gran conexión que el menor apreciaba mucho.

Yoongi, al llegar a la casa de Hae-soo, quien cuida del arsenal y su casa era el centro de reuniones importantes en caso de emergencia. Se encontró con Jackson, Hoseok, Jungkook y Namjoon, y el par de chicos que se había ido una semana de sucesión para vigilar los perímetros cercanos de Jirisan. Heesung y Sunwoo, ellos habían salido.

Al cabo de unos minutos llego su madre con So-hee detrás.

—Cuenten, me tiene bastante preocupada. —Pidió sentándose junto a los demás en la mesa redonda, en donde yacía un mapa de la zona montañosa de Jirisan, más algunas ciudades cernas a su alrededor.

—Esta semana con Heeseung nos tocó hacer la guardia externa. Y tenemos malas noticias. —Sunwoo saco algunas fotos que tomo con una cámara de rollo antigua. La extendió en la mesa, dejando que todos vieran el problema. —Una horda con muchos caminantes.

—Calculamos unos cien o ciento cincuenta, si es que no más. Le estuvimos siguiendo el paso desde la carretera veintiséis y con estimamos que puede llegar pronto por aquí si se desvían. —Explicó.

—¿Cuántos días o semanas? —preguntó Jungkook apoyado en la pared de la casa.

—Una semana hasta dos, creo. Son lentos, gracias a Dios, si no estarían tocando la puerta para entrar —dijo Sunwoo algo aliviado.

—Habría que desviarlos hacia otra carretera, cosa de que no pasen por aquí —propuso Hoseok apuntando el mapa. —Hacer grupos, colocar bocinas o hacer ruido que tenga un amplio radio de alcance.

—Puede servir. —Estuvo de acuerdo Ja-hyun. Luego miro a Yoongi. —¿Qué opinas? ¿Qué crees que es un buen plan?

Min se apoyó recto en la silla.

—Si lo hacemos bien, claro que sí. Debemos tener cuidado, hace mucho que no salimos asi y nos topamos con tantas de esas cosas.

—Es cuestión de dividirse, con tal de rodearlo por norte, sur, este y oeste —hablo Jackson apuntando a cada dirección. —Mientras más se dispersen, más lejos se irán y quedaran pocos, los que quedan les damos un tiro y adiós problemas.

—Me gusta que lo hace ver fácil, pero es complicado —intervino Hae-soo. —Usemos megáfonos, explosiones, bocinas de autos, lo que sea. Pero debemos tener un punto en común para reunirnos y regresar todos juntos a Jirisan.

—Así suena mejor, debo admitirlo. —Sonrió Jackson colocándose su cinturón. —¿Quién es bueno conectando claves?

—Conozco a alguien que puede ayudar.

Wang pego un aplauso sobresaltando a todos.

—¡A moverse! —Vocifero.

Todos asintieron y se comenzaron a poner de pie. La madre de Min se dirigió con su hijo y lo tomo del brazo con delicadeza.

—¿Crees que es correcto que vayas? —preguntó. —Tae y Yeonjun te necesitan aquí en Jirisan.

—Soy al que menos le gusta salir ahora, pero debo hacerlo, mamá. —Él la tomó de los hombros. —Mi esposo y mi hijo viven aquí, asi que... Creo que es correcto hacerlo, además tu puede ayudar a cuidarlos.

—Créeme que Taehyung es al último que hay que cuidar, es de armas tomar ese chico... —murmuro. Min rio.

—Pero igual, confió en ti, en Su y... en papá. —Menciono a su familia, pero su madre rodo los ojos al oír a Jae-ik. —Te quiero y prometo volver, de verdad.

La mujer le acuno las mejillas.

—¿Cuándo creciste?

Min se encogió de hombros y abrazo a su madre con cariño.

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—¿Mañana? ¿Tan pronto? —preguntó Kim sirviéndole agua en el vaso mientras cenaban.

—Son de aquí a dos semanas, así que mientras antes mejor.

—Cuídate. —Le tomo la mano. —Te lo digo porque sé que me costara convencerte de que no vayas.

—Si, lo sé, está mi hermana, mi madre y mi padre. Estarán bien.

—¿Tu madre? —Le miro confundido. —Ella le dijo al consejo que iría. La conoces, quiere ayudar en lo que más pueda.

La cena continua luego de que el de la cicatriz aceptaran la decisión de su madre.

La pareja conversaba del día y de cómo iba a organizarse para alejar a los caminantes de la zona de Jirisan. Era importante, pues varias carretas y ciudades daban con la montaña, mas no con el pueblo en sí, pues estaba bastante oculto entre lo arboles frondoso que tapaban de la entrada principal y vía que llevaba a su hogar.

Taehyung le conto que durante su día ayudo en la enfermería a Seokjin que no se veía bien de ánimos, dentro de sus planes estaba ayudar a Jimin y a sus padres con el inventario de las cosechas, pero cambio de ruta cuando el medico entro afligido a la consulta. Se quedo ordenando algunas cajas y haciendo inventario.

—¿Le preguntaste que pasaba?

El rubio jugo con los palillos mirándolos de manera fija.

—Namjoon hyung... —respondió en voz baja.

—Ya veo... —suspiró.

La pareja conocía de los problemas que estaban atravesando, al igual que Jungkook y Jimin, ya que eran los más cercanos a Jin y Namjoon. La relación de ellos ha venido en picada, cayendo por el acantilado sin una soga que los ayudara a aferrarse.

Los intentos fallidos de Seokjin de quedar en cinta, demostraban que Namjoon no buscaba aun ser padre. Min y Jeon lo sabía mejor que nadie, ya que en una de esas tardes de guardias durante la noche confeso que no estaba preparado para otra responsabilidad como esa, luego de perder a Soobin, Kim creyó que no sería capaz de cuidar de nadie más.

—No debe ser fácil para ellos, perdieron a Soobin... Todos lo perdimos y quizás ellos tiene esa herida sin cerrar, amor —dijo conmovido mientras le pasaba una servilleta a Yeonjun.

—Ya sé... —Miró a Yeonjun que estaba pendiente de comer. —De no ser por él, Yeonie... No estaría ahí sentando. —Sonrió al ver como el chico tomaba un libro de partituras para mirarlo mientras que comía.

—Soobin fue un pilar para ti al comienzo, luego para el grupo y quienes están pasando por aquella etapa del peor modo son ellos dos, que deben ellos mismo ver sus problemas. Por más amigos que sean, no podemos intervenir tanto, Taehyung.

—Sí, es cierto... Pero ver a Jin hyung llorar mientras ve una tras otra prueba negativa es doloroso.

—Ya lo arreglaran, el tiempo a su tiempo...

Kim besó los labios de su pareja sin que Yeonjun los viera. El niño estaba pendiente de las notas que mostraban las hojas.

«¿Cuándo creció??»

—¿Te lo imaginas en seis años más? ¿Todo un adolescente?

—No, por favor no... —Reclamo Yoongi. —Mi madre me dijo que es la peor etapa de un hijo...

—Por mí que se quede así toda la vida... —Lo miro con ternura.

—Si yo igual, pero es la ley de la vida, amor. Yeonjun crecerá, conocerá a alguien, se enamorará y tú y yo, pasáramos por el nido vacío. —Habló con algo de humor. —Podemos avivar la llama de nuestro matrimonio del modo que me gusta. —Le murmuro en el oído.

Le golpeo la pierna por debajo de la mesa.

—Serás un anciano y seguirás pensando en eso. —Murmuro agotado.

—No usaré la pastilla azul. Te lo asegura.

—¡Ya basta, Min Yoongi! —Le tapó la boca. Los dos rieron divertidos por las ocurrencias del otro y luego juntaron sus frentes mirando con gran amor y cariño. —Te amo tanto...

—Yo te amo el doble que eso.

Podían seguir pasando otros cinco años más, pero Kim y Min se iban a seguir amando el doble. Desde que llegaron, los años se volvieron una etapa muy hermosa de su vida; se casaron simbólicamente, han criado a Yeonjun al par con una manera sana y de opiniones concordadas y basada en el respeto mutuo, con tal de criar a una persona que aporte en aquella sociedad que podría volver a existir, que fuera un aporte importante.

Sus discusiones eran por cosas pequeñas que no eran capaz de quebrantar lo que tanto había entre ellos.

Por supuesto que, el intento de un segundo hijo, se canceló rotundamente. Pasaron dos años en los que el mayor tomaba vitaminas y seguía indicaciones de Ji-eun y Roy, y no hubo nada, intentos fallidos que solo acaban con Taehyung llorando o con Yoongi sintiendo... una falla o que no servía. El castaño lo dejo de lado, el azabache también, así que solo se han dedico en Yeonjun y es un niño sano, fuerte, inteligente, revoltoso, ante todo.

Eran una pequeña, pero bonita familia. Tal como la deseo Taehyung y Yoongi.

Igual como la de Jimin y Jungkook, solo que era un poco más caótica con Beomgyu. El pequeño era una imagen viva del Jungkook revoltoso del que su memoria poco recuerda. Los padres de Jimin eran un apoyo fundamental para el pequeño Jeon y Park. Crecía cada día con maldades pequeñas y su risa.

Jungkook lo amaba y le encantaba hacer cualquier cosa que implicase pasar tiempo con Beomgyu, pues quería que su hijo guardara bellos recuerdos de su infancia con sus padres y abuelos. Y esto al menor no le molesta, tener a su padre al lado, lo ayudaba, acompañaba a ver que todo anduviera bien en Jirisan, etcétera. Como niño, esperaba que aquella relación jamás cambiase.

Eun-seok y Joo-he aprendieran tanto de Jungkook como este de ellos mismo. Lo conocieron mucho más y descubrieron en él, el hombre perfecto para su hijo, el que alguna vez desearon como yerno. Aun no se casaban, pero Joo-he ya se ilusionaba con el día de ver a su hijo con un anillo en el dedo.

En su hogar, las luces estaban apagadas, solo quedaba la del cuarto principal del segundo piso.

Jimin cerró la puerta y se apoyó en ella, retomando el aire perdido luego de un día agotador. Paso a echarle un ojo al menor si ya dormía y no hizo ni falta, Beomgyu tenia el sueño pesado y caía en el sueño profundo en solo minutos. Por otro lado, Jungkook estaba ordenando su ropa y dejando algunas prendas en el sofá de la esquina.

—Al parecer cayó como tronco en la cama. —Se dejo caer en la cama con los brazos abiertos.

Jungkook sonrió al oírlo mientras se quitaba la camisa y dejaba ver la camiseta sin mangas de color negro que traía puesta, dejando ver sus brazos, pectorales y abdomen tonificado. Jimin se mordió los labios, se dio vuelta en la cama y se quedó mirándolo perdidamente.

—Saldré temprano con Yoongi mañana, hice grupo con él, Jackson y Namjoon. —Hablaba mientras se desabrochaba el cinturón.

—Queria ir, pero... Debo vigilar a Gyu.

El chico se sentó en la cama y le tomo la mejilla.

—Voy a volver, te libraras de mi muy fácil.

—No digas eso, jamás quisiera librarme de ti, Kook. —Le beso los labios.

Jungkook bajo los ojos hasta la cintura de Park, que estaba algo descubierta. Luego lo analizo y estaba despeinado, la ropa desordenada que mostraba un solo hombro de su hermoso tono lechoso de piel, y sus labios bien rojizos.

—Me gustas así... —Comenzó a dejarle delicados besos sobre el cuello blanquecino que generan agradables cosquillas en Jimin. Este sonrió al sentir los labios de Jeon tan pegados a su piel.

—¿Así cómo? —preguntó sentándose en la cama. —¿Con estilo de padre con un hijo de ocho que parece huracán?

Jungkook rio un poco.

—Si, ese mismo.

El de cabello cenizo se acercó un poco, tumbando de lentamente a Jungkook sobre la cama quedándose sentando a horcajas de él, sobre sus pelvis. El azabache poso sus grandes manos en la cadera de Park, guiando suaves movimientos circulares que generaban un placentero roce.

—Y a mí me gusta este estilo... Debajo de mí. —Rio entre dientes y le tomó la barbilla para besarle los labios con deseo.

Jungkook lo abrazo de la cintura para darse vuelta, dejando en un abrir y cerrar de ojos debajo de sus fornido cuerpo. Jimin soltó un jadeo bastante sorprendido ante el movimiento frenético de Jungkook. Su corazón se aceleró, deseando que, lo inevitable, pasara pronto. 

—Que atrevido eres, pero me gusta.

—Tú me gustas más.

Ambos se fundieron en un besos lujurioso y apasionado. Jimin se separó por un solo un instante para apagar la luz y comenzar a desvestir entre la oscuridad de su cuarto, sintiendo el abrazo del placer que le recorría de la cabeza a los pies.

═══════ ● ════════

Los caminantes regresan, bueno, jamás se fueron.

El primer reto luego de años viviendo pacíficamente. ¿Lograrán apartar a los caminantes de Jirisan?

Por último, ¿a que personaje extrañaban más de Outlast?

Gracias por leer.

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