17
Tres días después.
Eun-seok se encargó de fabricar más flechas con Mark y Jae-ik, la suficiente como para enseñarle a los jóvenes a lanzarlas con el arco. Así Asimismo, Jackson y Hoseok le pidieron a Jaewook crear balas con pólvora, algo que aprendió en sus tiempos como Cobra. Suran por su lado, buscó a quién estaba dispuesto a ayudar en la clínica, comenzó a dar clases básicas de enfermería con Ji-eun.
Jaewook finalmente se había ganado algo de prestigio o confianza en Jirisan. Hablo al fin con la pareja y los padres de Yeonjun. Explicando cómo lo encontró y que apenas lo trajo corriendo a Jirisan, y lamentaba la situación del otro día donde Taehyung y Yeonjun habían discutido bastante fuerte, a lo cual, Min no tenía ni idea y le pregunto a su marido con exactitud qué había pasado y bueno, Kim le explicó todo. Lee pidió perdón por hacer las cosas difíciles, pero Yeonjun era un niño audaz y especial, le agradaba y tenía esa necesidad de cuidarlo junto a Beomgyu y Jungwon, como quizás pudo haberlo hecho con Lía en su momento.
Soo-hyuk reía al verlo tan servicial, tan cambiado y siendo dócil cuando no lo conoció así.
Por otro lado, los habitantes de Jirisan. Entrenaban con lo que sabían defensa personal, usaban armas con ayuda de los dos ex militares, aprendieron a cuidar de la zona gracias a Taehyun y su habilidad de percibir huellas, sonidos ajenos a los cotidianos y hacer señas en caso de que algo malo pasara. El rubio estaba adaptándose a aquel lugar. Ayudó a cosechar, a reparar tuberías, limpiar paneles solares, cuidar de los animales. Lo básico para empezar. Vio a los niños jugar sin aún entender por qué pasaban las cosas, conoció más a los amigos de Yeonjun y compartiendo.
Mientras que los labores en Jirisan por reconstruirla no cesaban tras la lluvia, en la clínica se hallaba aún el padre de Yeonjun, llorando y rogando porque despertará. Roy le explico que cayó en un estado de coma debido a la infección de la mordida, Roy se la trataba día a día, pero esta siguió empeorando hasta apenas ayer, que dejo de tornarse más roja. Según su hipótesis, la mordida le afecta al nivel de crearle aquella infección que lo llevo a la cama, más los medicamentos para mantenerlo estable dentro de posible, más oxígeno de apoyo. Taehyung agradecía todo lo que hacía por su hijo.
En un momento se quedó a solas con Yeonjun.
—Yeonie, sé que vas a estar bien, porque pasaste tres días sin... sin ser una de esas cosas, solo espero que vuelvas a casa con nosotros, es lo único que de verdad quiero.
Al cabo de un rato, Roy llego con unos cuantos papeles.
—Perdóname por molestarte, pero ¿podemos hablar? —pregunto. —A Yoongi ya le expliqué, solo me faltas tú.
—C-Claro que sí, voy enseguida. —Se limpió las lágrimas, se levantó de la cama besando la frente de su hijo, apenas la toco, sintió que esta la tenía ardiendo en fiebre. —R-Roy, Yeonjun tiene fiebre...
—Si lo sé, lo he estado revisando, tu tranquilo. Ven.
Kim dejó a su hijo para salir de la habitación. Roy ordenó los papeles para comenzar a explicar la actual situación de Yeonjun. Ambos se quedaron de pie fuera de la habitación.
—Bueno, luego de horas haciendo estos análisis con microscopio y releyendo libros de histología... Puedo decirte con veracidad que, Yeonjun está creando anticuerpos.
—¿Anticuerpos?
—Sí, Tae; cuando un patógeno, en este caso el virus de los infectados, entre en el cuerpo, nuestras defensas, o sea el sistema inmunitario, se activan, atacan y destruyen el patógeno o lo reducen. —Explico de una manera clara para que Kim entendiera sin problemas. —Por otro lado, la mordida que le dieron a Yeonjun fue en el brazo izquierdo, en donde le vi una marca particular. —Roy le enseño la foto. —No recordamos haber vacunado a los seis años a los niños de la comunidad, por la falta de esas vacunas, así que me llevo una sorpresa verla. —Kim miraba la imagen analizándola con detalle. —¿Cuándo era más bebé lo vacunaron contra algo?
—Nunca. Ji-eun y Jin no lo hicieron, ¿no es como marca de nacimiento?
—No, no... Es de una vacuna, estoy seguro. Lo consulté con Suran y Ji-eun; los tres coincidimos. —Saco otra hoja. —Regresando al tema de los anticuerpos, Yeonjun tiene de ellos, mi teoría es que a tu hijo lo vacunaron contra este virus, Taehyung. Estudié sus muestras de sangre por horas y estas atacan las células infectadas que Yeonjun tiene. Es la única explicación.
—Yeonjun, ¿vacunado contra el virus? —Se tocó la cien pensando. —P-Pero como... ¿Cómo puede ser posible?
—Yoongi quedó igual y me confesó algo bastante interesante. Hace año oyó a tu padre y al de Jungkook hablar de una vacuna que la estaba desarrollando...
—No... No es posible que mi padre haya usado a Yeonie para eso, no...
—En vista a los estudios que he hecho con las cosas que tenemos en la clínica, todo apunta a que sí lo hizo, Taehyung.
—Beomgyu igual estuvo ese día... ¿Y si él también es inmune?
—Es una probabilidad, es cosa de revisarle si hay alguna marca extraña en su brazo. —Roy se quedó pensativo. —¿No conoces alguien más que haya sabido de esto?
—Soobin, él llegó donde Yeonie para sacarlo... él era el único que sabe la verdad, pero murió ese mismo día... —habló con dolor, recordado ese día. —Roy, ¿entonces Yeonjun es inmune?
—Más que confirmado, puede que tu hijo despierte cuando su cuerpo haya combatido la infección y habrá que cuidarlo más, Taehyung. —Cambio su tono de voz a su más serio.
—¿Por qué?
—Aún queda gente ambiciosa y malvada, personas que creen en una cura... Si es gente se entera de que Yeonjun es el sujeto indicado para hacer una cura efectiva, moverán cielo, mar y tierra para quedárselo.
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—¡¿Beomgyu posible inmune al virus?! —exclamó Jimin casi ahogándose con los fideos que estaba cenando en casa de los Min. —¿Seguro que Roy no se equivocó?
—Sé que suena poco creíble, pero así me lo dijo —dijo Taehyung bebiendo jugo de uva. —Revisarle de sus brazos, Yeonjun tenía la marca de una vacuna que yo lo tome como de nacimiento. Si no la tiene avísale al doctor Roy.
Jimin asintió algo molesto. Lo que le generaba disgusto es llegar a pensar que el padre de su pareja y el de Taehyung hayan tomado a sus propios nietos para realizar algo así, solo eran bebés.
—¿Sabes que me parece increíble? —Le preguntó a su amigo. Taehyung lo miro esperando la respuesta. —Que tu padre y mi “suegro” —Hizo comillas con sus dedos. —Nos persigan y nos jodan hasta el día de hoy. Eso me parece increíble. —Refunfuñó con enojo, llevándoselo otro bocado.
Kim estaba de acuerdo. Se rascó la nuca pensando el Gong Yoo, el padre de su amigo.
—¿Jamás se preguntaron a donde se fue el padre de Kook? Digo, desapareció luego de todo lo que paso con mi padre... —Jimin dejo de lado su cuenco con fideos y le prestó atención a Kim. —Yoongi aún tiene pesadillas de ese día, cada pesadilla concluye igual que la anterior, con mi padre al borde de sacarle el ojo.
—Yoongi hyung, no debería sentirse mal, por ello, al fin y al cabo, se quitó a un hombre que quería matarlo —dijo Jimin con sinceridad. Después de todo, Dantae era un hombre malévolo, que le paso lo que le paso por su codicia y pensamiento de que tenía el poder por sobre los demás. —No merece seguir así por alguien que no lo vale.
—Créeme que se lo he dicho Minie, pero a él igual le es difícil.
La conversación había terminado cuando los dos amigos acabaron de cenar de lo que Taehyung preparo para los dos esa noche, le hubiera invitado más, pero Jimin dijo que debía irse para ayudar a su padre a primera hora de mañana con los últimos cultivos de la temporada. Kim lo comprendió y se despidió de su mejor amigo llevándolo a la puerta principal.
Jimin camino en dirección a su casa pasando por el sendero entre el quiosco y el estanque de la comunidad. Vio como algunas de las pocas personas se iban a su casa tras su ajetreado día trabajando en el pueblo, ahora tenían en cuenta que debía de trabajar el doble por la falta de los recién fallecidos. Park sentía algunas muertes, muchas personas no merecieron ese trágico final como morir en manos de caminante o por esos horrendos corredores. Solo volver a pensar en aquella noche viendo los cuerpos ser despedazados a uñas y dientes le daba escalofríos.
Al entrar en su casa, se sumergió en un silencio extraño, subió el segundo piso y en el primer cuarto de la pared derecha vio que su hijo estaba con una radiocasetera y audífonos en su cabeza. Sonrió y paso con cautela, Beomgyu se los quito y cerro su cuaderno de golpe.
—Cariño, no es necesario que ocultes tus dibujos de mí —dijo Jimin como reclamo. Park adoraba las obras de su hijo. —Dibujas bellísimo. —Acaricio sus cabellos.
—Sí, pero el dibujo no es un aporte para lo que estamos pasando, appa. Es una simple distracción —susurro cabizbajo guardando el cuaderno con bocetos en su mueble del lado de la cama. —¿No ha sabido nada de Yeonjun? Es que por las clases no he podido ir... —Cambio enseguida de tema.
—Va a despertar pronto, paso el rango de días y bueno... —Se mordió los labios al acariciar el brazo izquierdo de su hijo con sus dedos y tanteando, buscando sentir algún relieve. —¿Me muestras tu brazo?
—¿Para qué o qué? —pregunto confundido el menor.
—Curiosidad...
—¿Acaso bromeas? —Beomgyu lo miro serio.
—Claro no...
El menor rodeo los ojos. Sin quejarse más, se quitó una manga para dejar el brazo expuesto. Jimin le indico igual y sin más reclamos logro revisar a su hijo. Busco con detenimiento, pasando sus dedos. Para su sorpresa, no hubo nada, sin embargo, tampoco parecía afectarle no ver aquella marca. Prefería pensar que Gong Yoo jamás le puso manos encima a su hijo. Beomgyu se cubrió el brazo y miro a su padre. Quería respuestas.
—Actúas extraño, appa, ¿qué quieres? —Exigió.
—S-Solo ver tu brazo por si tienes alguna marca de nacimiento y ya, Gyu.
—Te voy a creer, por ahora. —Jimin rio bajo, pero el menor se mordía los labios pensativos. —Appa, quiero preguntarte una cosa. —Beomgyu cruzo y jugo con sus dedos debido a los nervios que sentía. Desde hace mucho tiempo que esta duda venía rondando en su cabeza y necesitaba saber.
Había esperado bastante para esto, años sin saber y ahora que todo esto de Yeonjun exploto y por fin tenia un minuto con su padre debía aprovechar.
—Dime, Gyu.
—¿Dónde está el abuelo Jeon? —pregunto sin más.
Jimin trago duro y aparto la vista de su hijo. ¿Acaso el tema de Yeonjun u otro motivo atrajo esa pregunta? Park tuvo un poco de miedo por la pregunta, jamás pensó que Beomgyu preguntaría, por lo menos ahora, esperaba que fuera cuando estuviera más grande. El de cabello ceniza no quería hablar de aquel tema, se negaba.
—Hijo, ¿por qué preguntas algo así? —Se puso de pie.
—Es que quiero saber por qué tenemos fotos de la abuela Joo-he y Ji-ah junto al abuelo, no hay ni una del abuelo Jeon. ¿Acaso murió o algo así? —Volvió a preguntar y Jimin se mordió las uñas, Beomgyu analizo aquella reacción, su padre estaba nervioso. —¿Qué escondes, appa?
—Nunca te escondería algo como eso... —Mintió descaradamente. Aunque lo prefería antes de hablar de la clase de abuelo que tenía.
—¡Entonces dime! —Exigió exasperado. —¿Dónde está el abuelo? ¿Se murió?
—Creo que ya fue suficiente. Ve a lavarte para ir a la cama. —Jimin prefería evitar el tema. Conocía a la perfección a su hijo, mientras más preguntaba iba a ser peor.
—Es que... es mi familia...
—¡Beomgyu, fue suficiente! —Lo detuvo haciéndole un gesto con la mano para que dejara de hablar.
En ese momento el rechinar de la puerta fue abierta por Jungkook, que tenía las mangas de su camisa arremangada y con una mirada fría. Pasaba por el pasillo para dejar todo listo para mañana, entre eso, oyó la pequeña discusión de su pareja e hijo, queriendo saber mejor que paso, se acercó a la puerta y oyó la última parte, pero no comprendió del todo.
—¿Sucede algo aquí?
—N-No, nada, Kook... —respondió Jimin.
Beomgyu gruño y viro sus ojos en señal, mostrándose descontento.
—¿Y por qué tienen esa cara los dos? —Insistió. —Los conozco...
—Y-Yo pregunté por el abuelo Jeon, appa. —Confeso sin bajar la cabeza. Se mantuvo firme.
—¿A qué viene eso? —Jungkook se mostró más serio que nunca.
—Quiero saber, solamente. ¿Dónde está mi otro abuelo? —Beomgyu no se iba a rendir con facilidad.
—Dejemos esto para otro momento, Beomgyu —dijo Jeon aireadamente.
No le gustaba el rumbo que tomo la conversación, al igual que Jimin iba a evitar el tema. Tomo una actitud abnegada, no quería decirle nada, su hijo no merecía saber que su abuelo en algún momento busco dañarlo.
—Lo sabía... —Beomgyu estaba molesto. —Sabía que no me dirían nada, porque se acostumbraron a ocultarme algo así.
—¿Perdón? —Jungkook se sintió ofendido. —¿Puedes cambiar el tono que te estás dirigiendo a tus padres? —Le pregunto con resentimiento a su hijo.
—¡Solo pregunto! ¡¿Acaso no tengo permitido saber de mi familia?! —Vocifero. —¡Me ocultan las cosas sin pensar en cómo me siento!
—Beomgyu, estás cruzando tus límites y he sido demasiado compresivo contigo. —Jungkook se mostró disgustado con la actitud de su hijo.
—No puedo creer que se hayan puesto así, si tan solo me dijeran por qué...
—¡Bien! ¡Te lo diré! —Jimin alzo la voz. —Tu abuelo, del que quieres saber, era una mala persona que le rompió el corazón a tu padre por años, lo humillo por querer hacer lo que le gustaba. —Contó teniendo al pelinegro a su lado, este cerro, sus ojos en cada palabra que Jimin decía, era como una bala que le atravesaba el pecho, pero era cierto. Así era o fue su padre. —¿Y lo peor? Que busco hacértelo a ti. A ti que eres nuestro hijo. —Hablo con dolor, casi quebrándose al llanto, en cada palabra que salía por su boca. El hecho de que su hijo haya levantado la voz fue la copa que rebalso el vaso. —Estás castigado. Una cosa es que pregunte y otra, muy diferente, es que nos faltes el respeto.
—No es justo...
—Lo es. Y aquí acaba el tema de tu abuelo. —Sentencio Jungkook saliendo de la habitación. Jimin vio como el menor fruncía el ceño y sacaba las cosas de su cama para sentarse en ella. No le gusta regañarlo, pero había límites y debía entender de alguna manera.
Park salió detrás de Jeon, nencontrándoselo junto a la chimenea apoyada. Por los años que conocía a su marido, sabía que estaba ahogado en un llanto silencio y doloroso a su vez. Jimin odiaba mencionar a Gong Yoo, por Jungkook, que sufrió por culpa de él. El más bajo llegó por las espaldas de su pareja y lo abrazó apoyando su cabeza en su columna. Miró el tatuaje que llevaba en su espalda. Cada vez que había inconvenientes, se detenía a leerlo.
“La vida continua”.
Era así, a pesar de ello, surgía la nostalgia de recuerdos y tormentos en sus vivencias anteriores.
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Los días avanzaron rápido entre trabajos, enseñarle a la comunidad más para que lograra defenderse, y lo importante, ideando un plan para mantener a Jirisan alejada y oculta de todo lo que fuera a crear caos o daño en las personas que vivían allí. Detrás de aquel plan, estaban Yoongi, Jungkook, Jackson, Mark, Jaewook y Taehyun. Los seis llevaron horas pensando en qué hacer para poder dejar a la comunidad lejos de cualquier alcance. Mientras que Taehyung y Jimin solo oían la idea, pues, ellos no saldrían para tener un ojo puesto dentro de los muros.
Las horas pasaban y la incertidumbre de cuando despertaría Yeonjun crecía. Kim no dormía en las noches y Min muchas de esas veces trato de calmarlo, durmiendo abrazados o conversando de algo banal con tal de distraerlo. El de la cicatriz igual estaba frágil, solo que trataba y mostrarse firme para que Taehyung tuviera de donde apoyarse en este momento crucial en sus vidas.
A la mañana siguiente, luego de la última reunión, el rubio se levantó a primera hora en la mañana para emprender camino por Jirisan hasta llegar a la clínica para hacerle compañía a su hijo si es que despertaba en algún momento del día.
La doctora Lee estaba de turno esa mañana, la mujer sonrió al ver a Taehyung y le invito a pasar a la clínica. Las ventanas estaban abiertas dejando entrar una suave brisa acompañada de la luz cálida del sol, luego de la lluvia el ambiente se refrescó un poco más. Mientras iban por pasillo en dirección al cuarto donde Yeonjun dormía, iban hablando del progreso que Roy compartió con los demás.
Al entrar al cuarto, notaron que algo había pasado en la habitación. Yeonjun no estaba y las vías estaban colgadas del suero.
—¿Y-Yeonie? —Llamo Ji-eun asustada.
No quería imaginarse nada terrible. Taehyung comenzó a sentir un gran miedo. La doctora llegó hasta el baño y retrocedió cuando este se abrió y dejo ver al hijo de Taehyung con la bata con sangre y mojada. El menor se veía algo ido, con la boca húmeda.
—¿C-Cuanto...? ¿Cuánto d-dormí? —preguntó mirando la ventana y luego a Taehyung.
Kim le dio igual que su bata estuviera mojada, corrió hacia él y lo abrazo con fuerza besando su cabeza y acariciando sus cabellos. Estaba feliz de verlo despierto. Yeonjun se dejó querer por su padre, mientras trataba analizar que paso en las últimas horas que recuerda haber estado consciente.
—Buscaré a Roy y a Yoongi. Ya vengo. —Ji-eun salió corriendo de la habitación dejando a padre e hijo solos.
El castaño se agachó frente de su hijo y le tomo sus manos, la tenía una poco fría y húmedas.
—¿Yeonie recuerdas que te paso?
El chico se miró él ante brazo con la venda con sangre. Min se la quito poco a poco sintiendo un molesto ardor en la piel. Al quitar por completo, vio una mordida que no ha sanado aún del todo.
No fue una pesadilla. Lo había mordido en el brazo y no sabía cómo sentirse.
¿Seguía muerto? ¿Era un sueño? ¿Le quedaba poco siendo una persona normal? Viendo a su padre ahí lo abalanzo abrazarlo.
—Appa, perdóname, fui tonto... M-Me voy a convertir en esas cosas, yo no quiero...
—Ya basta, no te pasará nada, hijo. —Acaricio su mejilla y le sonrió. —Vas a estar bien, Yeonjun.
—N-No entiendo... ¿Cómo puedo seguir vivo?
Sí, bueno, Taehyung tampoco lograba entenderlo todo, menos lo harían los demás. Su hijo era inmune y no sabía si era bueno o malo.
Yeonjun trataba de asimilar todo lo que el doctor Roy le acaba de explicar respecto a su actual diagnóstico. Si era sincero, ni él sabía cómo pudo llegar a pasarle algo así, hasta el hecho de que lo hayan mordido le pareció algo despistado, de su parte, de novatos, pero, en fin, ya tenía era mordida y la cicatriz que lo acompañaría hasta el fin de sus días.
Sus padres, tía y abuelos estaban presente en la habitación escuchando igualmente, aunque para Yoongi y Taehyung era un simple repaso de todo lo que ya les explico. Dejando de lado la situación, la familia estaba feliz de ver al menor despierto. Habían sido días llenos de incertidumbre y gran preocupación por Yeonjun que verlo allí con sus colores en la cara los animaba más a todos.
—Todavía no sé cómo tomarme esto... —dijo mirando la venda cambiada en su brazo. Era de no creer. —¿Ya no me convertiré? ¿Y si lo hago en la noche? —preguntaba aterrado.
—Ji-eun está revisando tus análisis de hoy, si ya no hay rastros de la infección, todo está bien. No deberías de preocuparte más allá que tu brazo sane, la herida sigue algo sensible y es normal. Te mordieron. —Explico para calmar un poco al chiquillo. Era algo nuevo de ver, pero dentro todo, su reacción era normal. Afrontaba una situación particular que le asustaba y generaba preguntas tras pregunta.
—Fui despistado y los asusté a todos. De verdad lo siento mucho.
—Anímate, Yeonie. —Suran se acercó a la cama. —Ve el lado positivo, dormiste lo que todos deseamos y tienes una tía que te irá a ver día por medio a curarte esa herida. ¿Qué te parece?
—Gracias... Pero de verdad, los asusté mucho.
—Mira, pulga. —El abuelo del menor se sentó en la cama. —Más allá de que haya sido una falta, estás bien y eso nos importa. Si fuiste despistado o no, fue cosa de esa tarde. Hoy es hoy, y tú despertaste y tienes esos ojos brillantes. —Le tomo el rostro para luego abrazarlo y sobar su espalda. —Te extrañé, no tenía quien pusiera los vinilos de Elvis en el taller.
Yeonjun rio y se aferró a su abuelo.
—¿Y-Y Taehyun? ¿Él está bien? —pregunto con inquietud.
—Sí, claro que sí, asustado por tu situación nada más, pero ya les diremos que despertaste para que venga a visitarte con Beomgyu —dijo su abuela. —Bueno, Jae-ik, hombre, muévete. —Ordeno. —Tienes marcos que hacer y Su, hija, necesito que me ayudes con algunas cajas para la clínica.
—Hablo la jefa... —susurro Jae-ik sacándole una risa a Yeonjun.
La habitación fue despejada de poco a poco por cada integrante de la familia, dejando solo a los padres y al menor dentro. Kim y Min al estar con su hijo pudieron acercarse y mimarlo, lo había extrañado todos los días que estuvo en la clínica, a espera que su hijo despertara y presentara un buen pronóstico respecto a su nueva condición. Yoongi se sentó cama para apegarse más a Yeonjun, posteriormente le beso la frente. Taehyung sonrió ante la muestra de afecto, mejor que nadie conocía del gran apego que existía entre ambos.
Era imposible explicar lo bien y tranquilizante que se sentía saber que Min Yeonjun, el niño por el cual han luchado gran parte de su vida, se encontraba, dentro de todo, bien. A pesar de tener una mordida decorando ahora su brazo, estaba vivo, respirando y mirándolos con gran cariño y admiración, porque era cierto, Yeonjun adoraba a sus padres como nadie lograba imaginarse. Durante esos días de durmiendo, las pesadillas que perturbaron su ansiedad con imágenes severas, le proporcionaron escenarios apocalípticos en los que su persona se encontraba sin rumbo, buscando a Yoongi y Taehyung, y finalmente, observando a sus padres en un estado de transformación. Muchas veces “despertó” y cuando volvía a hacerlo, entraba en otro sueño diferente, pero con el mismo desenlace.
Una pesadilla tras otra sin fin.
Cuando despertó de verdad, pego un brinco de la cama que lo hizo gritar desde lo profundo de su garganta. Se levantó corriendo al baño a mojarse el rostro, quitándose la vía de sus brazos. Al mirar al espejo y tocarse el rostro vio que era claro que estaba vivo. En el momento que vio a Taehyung, supo que logró escapar de esas pesadillas.
Estaban por fin los tres juntos otra vez, con eso era suficiente.
Taehyung pensaba que quizás Yeonjun no recordaba nada o poco de lo sucedido.
—Yeonie... Ven aquí. —Taehyung lo atrajo y le beso su cabellera para así acariciarla. —Te extrañé tanto... Todos los días te necesitaba en casa, aunque sea oír como te quejas de lo que sea. —Rio.
—Te amamos más que a nada en este mundo, hijo. Eres todo para nosotros. —Agregó Min uniéndose a ese abrazo familiar que siempre adoraron.
—Ustedes igual, lamento haberles hecho pasar por este susto y ser tan difícil... Ahora entiendo por qué me cuidaron tanto. Perdónenme.
—Lo hecho, hecho está. Ahora debemos afrontar esto y seguir juntos los tres.
Yeonjun asistió y descanso su rostro sobre sus padres.
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Lo que hizo Dantae, el padre de Taehyung está repercutiendo ahora en Yeonjun. La vacuna resuelto ser efectiva, pero el hijo de Taehyung no está exento de problemas. Así como aparecen las interrogantes de Beomgyu sobre su abuelo Gong Yoo, un hombre del cual a sus padres no les agrada hablar.
Por lo menos, nuestro Yeonjun despertó, pero queda mucho aún por descubrir sobre cómo funciona la vacuna en su organismo.
Gracias por leer, nos leemos la próxima semana.
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