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El galope del cabello de pelaje rubio resonó en todo el camino que recorría la zona del ganado, en donde se hallaban algunos pocos habitantes de Jirisan comprobando el alimento de estos animales. Una especia de puerta con estacas de un metro, se abrió paso ante el caballo y su jinete.
Jirisan era una comunidad que logro y seguirá logrando prosperar con los recursos que la naturaleza brinda cada mes, siendo en cada estación un recurso principal. En primavera, la humedad, el viento y el ligero sol, ayudaba que las cosechas ubicadas en un espacio dedicado a la agricultura crecieran verdes y hermosas, sin ni un solo toque de químicos, solo abono y un buen cuidado. El lago era otro punto importante que ayudaba a subsistir, así como los paneles solares colocados en los costados de toda casa en pie dentro de la comunidad.
Las personas, al menos unas pocas, paseaban o cargaban cajas con útiles para trabajar en lo que surgiera dentro del pequeño pueblo de montaña. Algunas familias ya asentadas perfectamente dentro de los muros, ya un poco oxidados por los cambios de temporada.
Familias pequeñas que había hallado ese lugar perfecto para criar y dejar que sus hijos se desarrollaran sin problema alguno.
El azabache camino hacia el ventanal, mirando a través de él a su pareja sentada en la madera junto a su hijo que yacía de pie con un violín en sus brazos, uno hecho por nadie más que no fuera por Jae-ik. Yeonjun pasaba la tarde entera tocando un poco, le gustaba el ese instrumento y la música en general. Era bien conocido entre los adultos como el chico que endulzaba los oídos de cada habitante por las tardes.
Se quedó parada con sus brazos cruzados, sonrió al oír la voz de su hijo bastante animado por lo que hacía.
—¿Te gusta? —preguntó bajando el arco del violín.
—Claro que sí...Tocas hermoso, Yeonie —comentó Kim siguiéndole su ritmo y entusiasmo.
Min corrió el ventanal dejando que la brisa se filtrara al interior de la casa, para así poder oír mejor lo que pasaba.
Yoongi desvió su mirada hacia Taehyung. Está satisfecho, pues estaba en el lugar y momento correcto con la familia que alguna vez soñó.
El mayor se acercó un poco más a ellos.
—Por lo menos tenemos recitales gratis.
Yeonjun miro a Yoongi.
—Cuando crezca más, les cobraré —respondió riendo de manera traviesa.
—Tu padre me dijo lo mismo cuando toco el piano por primera vez. —Le dedico una mirada a Yoongi.
El azabache se acercó para tomar a Yeonjun para abrazarlo, haciendo que el menor soltara el violín.
Yeonjun adoraba a Min de una manera inimaginable, eran personas apegadas a la otra, Taehyung, mejor que nadie, lo sabía, en ocasiones Yeonjun extrañaba a su padre cuando se quedaba bajo el cuidado de Hanni y Sunwoo, a donde fuera que estuviera Yoongi, su hijo llegaba hacia él.
Esa misma mañana había decidido salir de paseo los tres a una explanada cerca de Jirisan. Eran veinte minutos a pie, y mucho menos a cabello o en auto.
Cuando llegaron el rubio había quedado maravillado con lo florecido que estaba, lleno de flores amarillas pequeñas y hierbajos altos hasta sus cinturas, min apreció el pasaje, caminando detrás de las personas importantes en su vida, contemplando lo hermosos que eran su hijo y novio, más la naturaleza ante él.
Kim se quedó de pie explicándole a Yeonjun que debía guardar silencio para no asustar a las aves que podrían estar escondidas entre las plantas. Apenas se acercaron un poco más, el pequeño quedo fascinado al ver como una bandada completa salía volando de su escondite, mirando hacia el cielo y sonriendo emocionado.
Era esos pequeños momentos que los hicieron darse cuenta de que, los años pasados, valieron la pena sobrevivirlos. Su familia y Jirisan eran prueba de que la esperanza existía, y que, sobre todo, anhelar algo mejor no era algo difícil.
De regreso a la comunidad, las personas los saludaba y le daban los buenos días. Hasta que Han-seo se le acercó a Yoongi, junto a Hoseok, Jackson, Namjoon y Jungkook.
—Hasta que te encuentro —dijo Wang, miró a Yeonjun y le saludo removiendo el cabello lacio. —Era para avisarte que necesitamos la bomba de agua para remplazar la que se rompió anoche. Está a punto de inundar algunos sembrados.
—¿Hoy?
—Sí, hoy, o Eun-seok tendrá el agua hasta el cuello, literalmente. —Agrego Jackson. —Sabes cómo es el hombre cuando se trata de las siembras.
—Lo sé, iré a prepararme, salimos en diez —dijo decidido.
—Yo iré contigo. Dejaré a Yeonie con tu padre, no creo que haya problema.
Min asintió, dejando a sus compañeros a espera de él en el portón principal, preparando algunos caballos y una carreta, pues a donde iban no era tan lejos y lo más importante era que no había bastantes vehículos, solo era una camioneta para viajes de pocas personas, a los más cinco y el combustible era limitado.
Al cabo de unos minutos más tarde, Taehyung y Yoongi salieron de su hogar en dirección al portón principal de Jirisan. El rubio se montó a un caballo con agilidad, mientras que Min tuvo un poco de dificultad. Kim rio un poco al ver el par de intentos fallidos de su pareja.
—Creí que ya estabas aprendiendo de mis lecciones de equitación. Te enseñé el primer paso en la clase uno —dijo en tono bromista.
—Con un maestro como tú, me distraigo con facilidad. Además, eres el experto entre los dos, tú eres el que sabe montar aquí.
Taehyung rio sonrojándose un poco. Jackson llegó con Jungkook arriba de dos caballos que tiraba de la carreta, en donde iba Namjoon y Hoseok llevando algunas armas y provisiones. A ellos se les unió Huening Kai, Sunwoo y un amigo de ellos, Heesung.
—Por favor, no quiero oír sus pláticas sexuales a plena mañana. Ubíquense.
El rubio rio al oír a Jackson.
—Pareces virgen hablando —dijo Jungkook interviniendo. —Ah... Se me olvidaba, Eunwoo te mando al sillón a dormir, ¿hace cuánto?, ¿un mes?
—¡No fue un mes! —Exclamó. —¡Una semana!, ¡infórmate antes de abrir la boca Jeon!
—Una semana es como un mes para ti, Jackson. —Agrego Hoseok acomodándose en la carreta.
El militar lo miro de reojo con rencor. A lo que todos rieron dejando a Jackson callado.
Antes de emprender viaje, se oyó un galope, dejándolos sorprendidos con su repentina aparición. Era Jimin, arriba de un caballo de pelaje castaño oscuro, este se posicionó junto a Jungkook, quien se quedó anonadado, pensó que se quedaría a cuidar de las cosechas con Eun-seok y Beomgyu.
—¿Minie? —Lo miro extrañado. —Creí que estarías con tu padre hoy.
—Sí, bueno, ya me cansé de recoger lechugas, además supe que Tae venía, no podía seguir aquí y perderme del viaje.
—¿Seguro que quieres ir? —preguntó su pareja.
—Sí, Jungkook. Mamá verá a Gyu hoy.
—Como gustes entonces. No te alejes. —Advirtió.
El grupo ya estaba listo para salir. Entonces, Jackson le hizo una señal a quien se encargaba de abrir el portón esa mañana, abriéndose paso a todos los que irían a un pequeño pueblo a solo unos kilómetros, no tan lejanos, de Jirisan.
—Hace tiempo que no salimos juntos —comentó Wang acariciando al cabello.
—Sí, así que no nos separemos —dijo Jungkook haciendo que el caballo comenzara a caminar.
Ya empezaron a emprender el viaje.
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Jackson se colocó en el costado derecho, mientras que Hoseok en el izquierdo. Se hicieron gestos entre ellos y luego a Min, quien asintió listo y pateo la puerta del taller con fuerza, enseguida empuño su katana y sus amigos alzaron las pistolas apuntando al interior del local.
Hoseok y Jackson se adentraron en la oscuridad, con las linternas alumbrando cada parte con tal de asegurarse que hubiera nada. Al no percatarse de ni un caminante, las bajaron y continuaron con sus linternas encendidas.
—Despejado. Pueden entrar.
Enseguida, paso el resto del grupo. Namjoon y Kai fueron hasta los fusibles de la tienda levantando cada uno hasta que las luces parpadearon por un segundo y luego se encendieron definitivamente, apareciendo mejor el lugar
El lugar estaba destruido y lleno de polvos, pelusas y telaraña en sus rincones. Olía a madera podrida y ese característico aroma a viejo.
—Busquen lo que necesitamos para largarnos de aquí —ordeno Yoongi comenzando a moverse junto a Taehyung.
Un poco más buscando, Yoongi se adentró un poco más a la tienda, entrando a una zona de construcción, alumbro hacia arriba y se percató de que el techo tenía un enorme agujero de donde colgaba un caminante por los cables de la electricidad. Este, al notar la presencia de alguien, comenzó a mover con desesperación, deseando llegar a su posible presa.
Min saco la katana y se la enterró en el cráneo, dejando que la sangre goteara hacia el suelo. Vio como caía al piso, y allí noto un enorme rastro de sangre.
—Oigan... Vengan. —Llamo a todos.
A los minutos llegaron sus compañeros y notaron lo mismo que el pelinegro. Taehyung llegó a su lado y alumbro junto a él una pared con una puerta, esta tenía cadenas y candados en la chapa de manera exagerada. El rubio camino un poco y la madera comenzó a crujir.
—Tae... —Namjoon se acercó para detenerlo. —No te acerques mucho.
El moreno se percató de que la madera estaba tan podrida que, en cualquier, momento iba a colapsar.
El chico retrocedió.
—Yo abro. —Se ofreció Sunwoo caminando decido, pero con cautela. Los mayores se mordían los labios y apretaban sus manos debido a los nervios. Kai se acercó detrás de él para ayudarlo abrir la puerta, luego de varios intentos pateando la chapa de la puerta, esta cayó dejando que las cadenas se cayeran al suelo. La puerta se abrió poco a poco sola, dejando un destello de sol se adentrará, además de un fuerte olor nauseabundo.
—Sea lo que sea, está más que muerto —murmuro Hoseok tapándose la boca y la nariz.
—Da igual, me quiero ir. Odio, el olor, la suciedad... —Se quejó Heeseung asqueado.
—Quizás este allí lo que necesitamos —dijo Jackson señalando la puerta.
—Lo dudo... —susurró Taehyung.
Sunwoo abrió la puerta y un par de cadáveres de personas descompuesta cayeron ante los pies de Kai. El chico grito y retrocedió enseguida cuando uno de ellos, un caminante, se abalanzó contra él. Debido a ello, la madera debajo de sus pies se comenzó a romper, dejando que Huening cayera quedando atorado entre dos tablas y de paso, enterrándose un trozo en la pantorrilla.
—¡Sáquenme de aquí! —Se movió, y el piso se empezó a desmoronar.
El grupo comenzó a retroceder y Sunwoo se quedó en un costado aferrado a una estantería, Kai colgaba sujetado de una tabla.
—¡Kai! —Namjoon se acercó un poco extendiendo su mano.
—No alcanzo... N-No puedo... ¡Agh! —Chillo de dolor.
—¡¿Qué ves abajo Sunwoo?! —preguntó Jackson caminando por el alrededor.
—Es... es un sótano y... y hay más cuerpos.
—Tenemos que sacar a Kai de ahí —dijo Yoongi ayudando a Jackson.
Ambos se acercaron y levantaron al chico de los brazos hasta sentarlo en el piso. Hicieron que se apoyaran en sus hombros para alejarlo del agujero del sótano. Por otro lado, Namjoon se acercó a Sunwoo para sacarlo de allí también.
—D-Duele... —Taehyung y Jimin le vieron la pierna y estaba sangrando un poco, el trozo de madera hacía una especie de “tapón” para que no hubiera hemorragia. —¿Se ve muy mal?
—Sí, la verdad es que sí, pero Jin hyung sabrá qué hacer. Ven, levántate —dijo Park ayudando a ponerlo de pie.
El grupo que se quedó con Kai, fueron los mismos Taehyung, Jimin, Sunwoo y Heeseung. Los demás decidieron quedarse buscando lo necesario para ir antes de que se hiciera más tarde, por suerte no estaban lejos y Huening parecía poder aguantar un poco más hasta Jirisan.
Los caballos emprendieron camino de regreso mientras que Hoseok vigilaba de Kai, gracias a Suran sabía cómo mantenerlo un poco estable hasta la comunidad.
Los demás iban pendientes del camino, por suerte, lo que necesitaban lo tenían guardado.
—¿Cómo creen que dejaron esos cadáveres dentro? —pregunto Jackson. —Parecía morgue con esa cantidad.
—Ni idea, quizás... solo los juntaban y dejaron que se pudrieran dentro de la tienda —explico Jungkook buscando algún motivo.
—Esperemos que solo sea eso —murmuro Jimin.
—Todo está bien, estamos lejos de las ciudades, y otros grupos, no sabrán como llegar hasta Jirisan —comentó Taehyung.
—Es un buen punto, la verdad. —Asintió Hoseok.
—Lo malo, ya quedo atrás, pensemos que esos cuerpos solos fueron dejados allí y ya —hablo Yoongi cerrando el tema.
El grupo asintió convencido.
Hace mucho que no experimentaba tanta adrenalina. La salida solo les demostró que no extrañaban sentirse al borde de la muerte.
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El chico dio un último brinco sobre su pareja sintiendo como una corriente eléctrica de placer le recorrió la espalda hasta que su pecho sintió un reconfortante calor que lo hice descansar sobre los pectorales un tanto mojados por las aperladas gotas de sudor del moreno.
Seokjin se levantó soltando un jadeo entre sus labios. Dejó caer su cuerpo junto a Namjoon y acurrucarse junto a él. Pensó que Kim lo abrazaría, pero en vez de eso, aparto el brazo para quitarse el preservativo que se había puesto esa noche. El médico se mordió los labios pensando en aquel detalle. Ya llevaba dos años usándolo, pensó que, tal vez, lo dejaría de lado tras la conversación que tuvieron antes de Jirisan sobre los planes del futuro.
El moreno se colocó la ropa interior y regreso a la cama para acostarse junto a Seokjin y abrazarlo.
Sintió extraño cuando su pareja no se atrevió a devolverle el afecto.
—¿Tienes sueño? —Seokjin negó. —¿No te gusto? ¿Hice algo mal? —preguntó nuevamente, a lo que el doctor volvió a negar. —Dime, no me dejas con la duda, Jinie.
El chico se sentó en la cama abrazando sus piernas. Miró a Namjoon quien igual se sentó sobre el colchón para oírlo y prestarle la atención que necesitaba.
—¿Acaso ya no... no deseas tener una familia conmigo?
—Jin... Ahora, no. No hablemos de esto, es tarde. —Namjoon se recostó en la cama acomodándose la almohada debajo de la cabeza.
—Me preguntaste que me pasaba y te estoy respondiendo. ¿No quieres que tengamos una familia? —Volvió a preguntarle.
—Sí, quiero, pero... no es el momento...
—¡¿Y cuándo es el momento?! —interrogó alterado. —He esperado demasiado aquí, el lugar es bueno, podremos criarlo bien...
—No voy a eso —negó Namjoon.
—¿A qué te refieres entonces? Dime.
—Aún no estoy listo para ese salto en mi vida, no luego de qué... nos hayamos separado repentinamente por tu último embarazo. —Explico. —Tomemos esto con calma, Jinie.
—Deja de mentirme con eso. —Seokjin se levantó de la cama tomando su pijama y vistiéndose cubriendo su desnudez. —Dime otra cosa que no sea esa mierda... Suena a que me guardas rencor.
—¡No te guardo rencor, Jinie!
—¡Bueno, así suenas Namjoon! —vociferó. —Es como que, me sacas en cara lo que paso y vives de ellos, cuando lo que de verdad te afliges es... es lo de Soobin...
Namjoon se levantó de la cama y camino hasta su pareja. El médico retrocedió unos pasos quedando pegado en la mesa de noche.
—¿Cómo puedes sacar el tema en este momento? Responde. ¡Aún me cuesta, joder, Jin! —grito tomándose la cabeza. —¿Sabes lo que es luchar con las pesadillas de ese día?
—Pensé que lo había tratado cine tiempo, te veías bien cuando llegamos —respondió bajando la voz.
—No, claro que no. Con el tiempo, la flaca de Soobin me ha hecho mal... ¿Entiendes o no? ¿Cómo carajos puedo explicártelo sin que te sientas? —Kim estaba estresado.
—Solo te pido que avancemos... Es todo.
—¿Avanzar para que te quedes embarazado y ver si ahora no lo pierdes? ¿Casi obligándome?
Seokjin sintió una punzada en el pecho que lo hizo caer sentado a la cama de manera débil. Miró a Namjoon con tristeza y dolor.
Jamás le dijo eso así. Dolía un infierno.
Habían pasado dos años desde que llegaron a Jirisan y la vida no podía ir mejor. Seokjin encontró su trabajo dentro de la clínica con Roy y Ji-eun se sentía cómodo y más siguiendo con Ji-eun ahí atendiendo nuevos pacientes que lo trataban con gran amabilidad. Namjoon se había hecho de un puesto como parte de la vigilancia de las torres y le sentaba del todo bien, le gustaba, lo usaba de distracción.
Pero lo bueno no dura mucho.
El doctor, al ver tanta estabilidad en un largo tiempo, su deseo de convertirse en padre había regresado con fuerza que anhelaba poder tener una familia con el hombre que amaba. La vida les había dado otra oportunidad de seguir juntos y quería aprovecharla, avanzado y reconstruyendo parte de sus vidas, a pesar de que Soobin no estuviera con ellos, pero él sabía perfectamente que el dongsaeng estaría más que feliz al saber que su hermano volvería a tener la familia que soñó hace tiempo.
Claro que Namjoon remaba para el lado contrario. Se negaba, no quería y todo por miedo. La muerte de su hermano tuvo repercusiones un poco tardías que cuando solo eran meses. La falta de Soobin era notoria cada mes, cada año, hasta que Kim colapsada en llanto en medio de la madrugada.
Ya no sabía qué hacer, estaba perdido.
—¿Cómo pudiste decirme eso? —preguntó dolido y enojado a su vez.
Namjoon al oír el tono quebrado de Seokjin, se había dado cuenta de lo que dijo.
—No, no, no... Jinie, perdóname, no quise decirlo... —Le tomo las manos. —No quería decir eso... Te amo mucho...
—Suéltame... —Se lamentó de la cama dejándolo solo en la habitación.
Seokjin salió llorando de la habitación, refugiándose en la sala de estar de su casa. Acostándose en el sofá de allí. Se tapó las piernas y lloro contra la almohada toda la noche pensando en todo.
Sabía que, en el fondo, había algo de rencor guardado.
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Primero capítulos y espero sus primeras impresiones.
Como pequeño punto de aclaración, Yeonjun ya tiene nueve años. Es todo un niño nuestro bebé. Me dio mucha tristeza hacerlo crecer. Lo escribí como bebé y es como ver a mi hijo crecer. 😭 Espero que les guste su personaje porque Yeonjun viene a remover el avispero. 👀
No todo es felicidad. Jin y Nam enfrentar un gran dilema. Y digamos que Namjoon si se paso un poco con nuestro Doc.
Gracias por leer.
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