Capítulo 13: Zephyr
Toc, toc, toc.
Alguien estaba tocando la puerta. Adam y Frisk se miraron entre sí. Adam se levantó del sofá y Frisk de inmediato fue a buscar sus zapatos, pero solo encontró unas botas marrones en la esquina; no recordaba que las había puesto ahí. Frisk se acercó a Adam mientras terminaba de ponerse las botas, pero su novio hizo una señal con su mano para que no se moviera de donde estaba.
–Quédate aquí... –Le ordenó con seriedad. Adam fue hacia la estantería en el que posaba el televisor y se agachó para buscar en uno de los gabinetes un arma láser–
Después de que Leo irrumpiera en su casa y que casi asesinara a Frisk, Adam ahora estaría más alerta que nunca. Cada rincón de su casa tendría un arma escondida en los gabinetes o en las esquinas. El golpeteo de la puerta sonaba cada vez más fuerte y su cabeza se llenaba de posibles preguntas sobre quién estaría atrás de la puerta: ¿Podría ser Chara, Dan o Leo, quien utilizaría eso de distracción para aparecer detrás de Frisk? Miró con el rabillo del ojo a Frisk para asegurarse de que ese último temor no fuera cierto. Estaba paranoico. Estaba sudando. Se guardo el arma en la espalda y abrió la puerta de un solo tirón al estar cerca de ella. Pero al abrir la puerta, no vio a Chara, o a Dan, o a nadie quien le intentaba poner un trampa.
–Hola, Adam. ¿Por qué tan nervioso? –Saludó Kronnos, con una radiante sonrisa–
–Kronnos, hola. Perdón, es que no esperaba tu visita.
–¿Y a quién esperabas? –Preguntó Kronnos un poco curioso–
Adam pensó un poco sus palabras antes de responder. No querían que lo llamaran paranoico si dejara que esperaba a Leo o a Chara. Guarda el arma en el bolsillo de su bata y se seca el sudor con la mano.
–A nadie. Ven, pasa. –Dijo Adam con amabilidad, y hace espacio para que Kronnos entre en la casa–
Kronnos saluda a Frisk y le ofrece que se siente en el sofá, además de una taza de té de flor dorada que les dió Asgore antes de que se fueran de la casa Dreemurr. Kronnos se sienta en un sofá aparte y acepta la taza con educación y Frisk se dirige a la cocina. Adam se sienta en el sofa mas grande y habla un poco con Kronnos mientras Frisk prepara el té. A los minutos, Frisk trae una bandeja con tres tazas de té y la da a Kronnos su respectiva taza.
–Gracias. Y ¿cómo han estado estos días? –Preguntó Kronnos mientras tomaba un sorbo de su taza de té–
–Pues últimamente, bien. –Contestó Adam, mientras Frisk le servía su taza y se sentaba a su lado– Por fin tuvimos la oportunidad de probar las armaduras que hice.
–¿Y que tal?
–Pues no me puedo quejar, funcionan de las mil maravillas. Serán un gran apoyo en la batalla.
–Me alegro de escuchar eso.
–¿Qué te trajo por aquí? –Preguntó Frisk con cierta curiosidad acerca de la visita de Kronnos–
–Vine porque me parecía extraño que Leo no hubiera hecho ningún movimiento. Ni siquiera de sus tropas. –Respondió Kronnos con un ligero tono de preocupación en su voz–
–¿Haz sabido algo nuevo de él? –Preguntó Adam–
–No, la verdad, y eso no me termina de agradar...
–¿Podemos hacer algo para ayudarte?
–No hace falta. Antes de venir hacia acá, contacte a Asriel, Dan, Khent, Asgore, Mettaton, Undyne y a Alphys para que busquen en cada rincón de la ciudad, pero aún no encontramos nada. –Explicó Kronnos, mientras bajaba la cabeza con la preocupación carcomiéndole la espalda. Adam y Frisk jamás lo vieron así de preocupado–
–Oh, vaya, no hay problema, descuida. –Masculló Adam, un poco desilusionado–
Se quedaron en la sala hablando de diferentes temas para no preocupar más a Kronnos sobre el caso de Leo. Kronnos les informó a ambos que habló con Asgore sobre los planes de volver a restaurar la Ciudadela y de crear caminos para que la gente o monstruo quieran participar en la Orden. Esta dejó sorprendidos y encantados a la pareja. Kronnos vio algo extraño en la actitud de Adam. Ya no lo veía tan frío y era un poco menos serio comparado en su estancia en la casa Dreemurr. Esto pareció agradarle, pero también estaba pensando que para evitar que saliera aquella persona a la luz, tendría que evitar mencionar el nombre de Dan, aunque eso no le gustaba para nada.
. . .
Unos ojos de color morado iluminan la oscuridad del bosque, quienes van acompañados por unas fuertes pisadas de metal que resuenan entre los árboles con violencia. Leo sale de la oscuridad junto con sus robots y fija su mirada en la ciudad. Una gigantesca luna alumbraba la ciudad, una suave brisa le sacudía el cabello y sus ojos se clavaron en la plaza central. Leo saca su guadaña y apunta a la ciudad.
–Es hora de acabar con esto de una maldita vez... –Sentencio Leo, apuntando su guadaña hacia la ciudad mientras sus ojos brillan con un morado intenso y profundo–
Sus tropas se golpean el pecho y los propulsores que se encuentran en sus pies los eleva del suela, dirigiéndose rápidamente hacia la ciudad. Leo se dirige detrás de ellos por tierra a una velocidad que hasta supero a sus robots, quienes andaban en el cielo.
Los robots de Leo cayeron directamente en la plaza central y comenzaron su ataque. Unos rayos de color morado impactaban en los árboles, las bancas y en una lejana estatua que estaba en el centro; aunque también habían varios monstruos y humanos en el parque, los rayos golpeaban a varios de ellos, dejando en el campo un panorama de horror cadáveres y polvo. Al llegar, Leo no atacó a nadie; no persiguió a nadie; lo único que hizo fue sentarse en la destruida estatua, como si estuviera esperando a alguien. Su mente no pensaba en ir más allá de ir con sus tropas. Solo pensaba en Asgore, Khent, Asriel, Kronnos y Dan, pero más en especifico en Dan; se sentía ansioso, quería experimentar de nuevo aquella batalla contra él. Se sentía intrigado pero también asustado.
Salieron del parque para seguir con su camino de destrucción y muerte. Disparaban hacia los locales y edificios que tenían cerca. La multitud iba corriendo despavorida, buscando lugares en donde esconderse mientras las robots seguían marchando y disparando sin rumbo. Aunque parecía que no había lugar en donde esconderse y huir. Los temidos ciudadanos deseaban que alguien viniera, que alguien los salvaras de su terrible destino. Sin embargo, no vino nadie. Unos robots acorralaban a una familia de Snowdrakes y los apunta para dejarlos solamente en una pila de polvo. Pero unos golpecitos de metal se escuchan dentro de unos robots y voltean su mirada para saber el origen de los golpes. Miraban a los alrededores para buscar quien era que los golpeaba, pero no encontraban a nadie, bajaron la mirada y se encontraron con un monstruo.
–heya. –Saludó Sans más sonriente que nunca, aunque eso no lo salvó de que los robots le apuntaran, pero al menos distrajo su atención de los Snowdrakes, quienes corrieron de inmediato– vaya, no pensé que estaban tan ENLATADOS en su deber. –Sans suelta una leve carcajada– aquí tengo otro. toc, toc, toc. –Los robots se quedaron en silencio– vamos, al menos digan: "¿quién es?"
Los robots se miraron entre ellos hasta que uno hablo con una voz cibernética:
–¿Quién es?
–rema.
–¿Rema, qui...?
Antes de que pudieran contestar, un grupo de huesos salen del suelo y les atraviesan las extremidades, dejando cables y circuitos en el suelo. Los huesos desaparecieron y los robots cayeron al suelo y lo único que vieron fue el ojo azul de Sans.
–¡rrrrrrrematadooooooooos! –Sans se desatornilla de la risa por su propio chiste mientras sus ojos volvían a la normalidad–
–Ni siquiera en estas ocasiones, ¿puedes aguantarte ni un solo chiste? –Dijeron cuatro voces al unísono–
Sans se volteo y miró a Dan, Khent, Papyrus y Asriel con un guiño, mientras que ellos sólo tenían el ceño ligeramente fruncido.
–a veces en estas ocasiones, hay que tener un poco de CALCIO para tratar con este tipo de cosas. –Sans soltó una ligera risa junto con un guiño–
Dan, Khent, Papyrus y Asriel se golpean la frente, mientras dejan escapar un gruñido.
–¡EN VEZ DE ESTAR HACIENDO CHISTES MEJOR AYÚDANOS, HUESOS FLOJOS! –Le reprochó Papyrus con voz mandona–
–enseguida, mi esquelético hermano.
Papyrus suelta un gruñido de cansancio.
Dan, Khent y Asriel guía al par de hermanos esqueletos hacia la plaza. El fuego de la plaza abrazaban los arboles junto con los escombros que dejaban de las bancas y los pequeños puestos. Los robots comenzaron a dispararle cuando apenas entraron a la plaza, pero ni siquiera estuvieron a unos metros de ellos para poder atacarlos mejor, ya que ellos fueron los que atacaron primero; Dan con sus cuchillos; Sans con sus gasterblasters; Asriel con su Chaos Buster, el cual lanzó un par de estelas blancas. Una lluvia de lanzas azules y unas bolas de fuego mágico cayeron sobre los robots que estaban a punto de venir. Undyne (con su forma de Undyne, the Undying) y Asgore se pusieron al lado de ellos empuñando sus armas. Dan se fijo que a lo lejos estaban Toriel, Chara y Muffet estaban evacuando a los que quedaban aún en la plaza, cosa que le alivio al saber que no habrá inocentes en la batalla contra Leo.
El grupo se adentran hacia la plaza para enfrentarse a las tropas de Leo. Toriel y Muffet se les une por detrás de ellos después de evacuar a la gente.
. . .
Un robot rompe el techo de la casa de Adam y los apunta a Adam, Frisk y Kronnos con su mano. Adam se levanta de su asiento y sacaría el arma que tendría en la bata y le da unos disparos a la máquina que lo hacen retroceder. Kronnos saca su espada y se levanta del sillón rápidamente y de un parpadeo el robot queda en el suelo, muy magullado y despedazado; ni siquiera Adam y Frisk tuvieron tiempo de ni pestañear para saber cuando Kronnos estaba al otro lado de la sala.
–Tal parece que decidió salir... –Kronnos alza su espada y recita un encantamiento en un idioma desconocido y es rodeado aura de color azul oscuro. Una armadura ligera y una capa de azul oscuro apareció de la nada y se le adhirió el cuerpo– Prepárense ustedes. –Dijo fijando su mirada en Adam y Frisk–
Adam y Frisk van por las maletas en las que están sus respectivas armaduras, jalan las manijas de las maletas, y varias extensiones y vigas de metal se adhieren, cubriéndoles de la cabeza para abajo.
El casco que fue fabricado para la armadura de Adam era del mismo color del traje con antenas simulando orejas, visores que le alumbraban los ojos de un color azul claro y una abertura en la parte de arriba para que el cabello se le vea. El de Frisk tiene un visor completo con el cristal de color rosado, una máscara roja que le tapa la nariz y la boca, y dos antenas en las orejas.
Los tres salen de la casa y ven varias nubes de humo en dirección de la plaza y la zona urbana de la ciudad producidas por la catástrofe que provocó Leo. Aunque también escuchaban a la lejanía los sonidos de los gasterblasters de Sans y el Chaos Blaster de Asriel. También parecieron escuchar los gritos de ataque de Undyne.
–Mejor apresuremos el paso. –Dijo Kronnos, fijando su mirada en Adam y Frisk– Bueno, aunque por lo que veo,... sus trajes puedan volar, ¿no?
–Si quieres te llevamos. –Sugirió Adam con una voz cibernética por el casco–
–Pues no vendría mal un recorte de la maratón.
–Pues sujétate. –Le dijo Adam, sujetando a Kronnos del brazo y ambos salieron volando caía el cielo, seguidos de Frisk–
Mientras volaban, a Kronnos se le dificultó un poco la vista por el cielo nocturno y las nubes, indicando que podrían estar a varios metros del suelo. Supuso que tanto Adam como Frisk tendrían visión nocturna en los visores de sus cascos y se les facilitaría un poco la vista por el cielo, pero como Adam lo llevaba consigo y por su problemática actitud en estos días, no confiaba mucho de su sentido de la orientación. Sin embargo, Kronnos sintió como alguien se aproximaba. Adam también se fijó que alguien venía por sus sensores, pero también porque escuchaba una especie de zumbido. Escuchaban que el zumbido cada vez se hacía más y más fuerte hasta el punto que todos los escuchaban. Kronnos se colocó en la espalda de Adam por instinto al tener la idea de que próximamente serían atacados.
Una lluvia de disparos salen de las nubes hasta que ven que provenían por un batallón de robots acercándose por todas las direcciones hacia ellos. Adam y Frisk comenzarían a dispararle a los robots y Kronnos los cortaría a la mitad con su espada, aunque intentaba guiarse por sus sentidos por la falta de visión y estaba evitando caerse de la espalda de Adam, pero su equilibrio lo salvaba de caer cientos de metros hacia su posible muerte. Las máquinas aparecían en todas las direcciones posibles. Cada vez que destruían uno, o varios, robots, seguían viniendo más con ataques mas potentes y seguidos. Estaban acorralados. Si estuvieran en la tierra, les sería mucho mas fáciles quitarlos del camino. Uno de los robots se aproximaba para derribar a Kronnos y hacerlo caer. Pero antes de que le tocara solo un pelo, fue destruido, pero no fue por él, ni por Adam y Frisk.
Unos láseres destruía una gran cantidad de robots por encima de las cabezas del grupo. Veían como un robot super avanzado y con un estilo un tanto peculiar los volvía chatarra con un mejorado cañón y sus excéntricos pasos de baile; aunque estaban en el cielo, parecía que bailaba como si estuviera en una discoteca o en un patinaje sobre hielo. Se pondría del lado de Frisk y combatiría a su lado.
–¡HOLA, MIS BELLEZAS! –Saludó Mettaton como si estuviera presentando uno de sus programas de televisión–
–¡Mettaton! –Dijeron Adam y Frisk al unísono–
–A buena hora que llegas. –Dijo Kronnos–
–¿Qué haces aquí? –Preguntó Frisk–
–Pues como ví que el Ojos de Mora de Leo volvió con su no tan alucinante regreso, decidí salir para ayudarlos con mi nueeeeeeva apariencia: ¡la Alpha NEO! –Explicó Mettaton con una sonrisa orgullosa y presumida, mientras le disparaba a los robots que venían por él o por los demás– ¡Además para mostrarle a ese mequetrefe de cómo se debe hacer una gran entrada! –Exclamó, con la mano en el cuello de un robot para luego romperla y lanzársela hacia los otros robots, junto con una pequeña bomba integrada, creando una gran explosión que acabaría con una mitad de ellos–
–Y ¿dónde está Nabstablook? –Preguntó Adam, disparando hacia los robots restantes, con Kronnos aún estando en su espalda destruyendo robots–
–Pues tuve que llevar a Bloo,... digo, Nabstablook, a la casa de Asgore. –Dijo Mettaton, cambiando el "Blooky" por Nabstablook rápidamente con el rostro colorado– Esta con Alphys y con tu ejército de soldaditos de hojalata, así que estarán bien. ¡Mejor quédense atrás!
Adam y Frisk se detuvieron de inmediato cuando Mettaton dió la orden; Kronnos casi se cae de la espalda de Adam.
Las máquinas se aproximan con sus armas hacia Mettaton; dejaron de fijarse en Adam, Frisk y Kronnos para ir directamente hacia Mettaton. El robot se truena su cuello robótico en ambas direcciones y gira su cabeza trescientos sesenta grados y da una sonrisa confiada y burlona. Mettaton baila de manera excéntrica y algo alocada, y lanza cinco balas en dirección hacia las tropas. Las balas explotan y se disparan unas sondas de colores azules, naranjas y blancas, que dejan inmovilizados a los robots. Les apunta con su cañón y varios dispositivos se adjuntan a este. Cuando ya tenía la suficiente energía almacenada en su cañon, un cegador rayo blanco salió disparado desde la punta de su blaster, y el gran batallón de robots que los tenían en grandes apuros, quedó reducido a nada. Las piezas cayeron hacia el suelo estrepitosamente. Mettaton sopló su blaster e hizo una de sus típicas poses. Había demostrado una vez más que Mettaton era el único robot con estilo que debería existir, habia demostrado que siempre va a ser el número uno.
Como tenían todo el espacio libre sin ningún robot a la vista, continuaron su camino por el cielo nocturno y las nubes, dirigidos por Mettaton, ya que en el caso de Adam Frisk, se sentían un poco más seguro. Mettaton se sintió halagado. Parece que el disparo de Mettaton las disipó un poco y Kronnos pudo ver un poco mejor.
Luego de unos minutos volando, llegan a la plaza y ven a sus amigos luchando contra todo el ejercito de Leo, que los rodean un gran número de ellos, aunque había varios de ellos que escapaban de la batalla, tal vez para alertar a Leo de su presencia. Adam, Frisk y Mettaton descienden de los cielos. Y antes de que sus pies tocaran el suelo, dispararon los misiles, láseres blancos, naranjas y azules y pequeños Mettaton chocan contra los robots, creando un sin fin de explosionares, grandes y pequeñas. Kronnos saltó de la espalda de Adam y trituró con su espada a las máquinas que aún se seguían moviendo antes de que alguno parpadeara; aunque solo pocos, como Asgore, Dan y Khent, lograron ver su rápido movimiento. Cuando el grupo aéreo tocó el suelo, sintiendo los escombros en los pies, se incorporaron a la batalla.
Los robots que aún quedaban en el aérea, se iban reduciendo a un gran número hasta quedar casi en la nada. Esto se debe por los grandes ataques de, al menos, los más fuertes del grupo. Undyne los destrozaba con una salvajería un tanto exagerada, hasta les sacaba el núcleo en su pecho y los tiraba como una pelota de béisbol; Adam lanza varios rayos de su espada de luz con una combinación de varios misiles; Asgore extendía su fuego mágico por todo el campo, que para lo robots que se iban acercando hacia ellos, salieran calcinados en unos segundos; Asriel hacia caer varios truenos en el campo; Khent cortaba todo lo que venía con su katana, y unas extrañas líneas negra aparecieron en su cuello y una sonrisa se le dibujo en el rostro, además de que sus ataques iban en aumento; Dan atacaba de una manera un poco más tranquila y precisa, alejándose del estilo salvaje que tenía en el Subsuelo; Sans atacaba exactamente cuando venía un genocida al Subsuelo: gasterblasters a quemarropa, huesos en todas las direcciones y su inigualable ojo azul. Esto les trajo recuerdos tanto a Dan como a Chara, Asriel y Frisk. Alphys, con Nabstablook viendo el monitor detrás de ella, los estaba aconsejando y creando distracciones con los objetos y las cámaras de la plaza, si tenía acceso, claro. Luego de unos minutos, los robots restantes huyeron para reorganizarse, dejándoles el camino libre para continuar.
–Y bien, ¿sabemos dónde esta ese desgraciado? –Preguntó Khent, volviendo a la normalidad–
–Mis sensores detectan una gran cantidad de poder localizado en el centro de la plaza. –Dijo Mettaton, señalando al frente–
Kronnos emite un pequeño silbido y consigue la atención de los demás.
–Muy bien, tengo un plan a corto plazo. Khent, Dan, Asgore, Undyne, Asriel y yo entraremos primero en combate. El resto de ustedes rodearan la plaza hasta colocarse a sus espaldas e intentaremos acabarlo con un ataque conjunto.
–¡Entendido! –Dijeron todos al unísono–
Se dividen en dos equipos y cada uno va a hacer su respectiva tarea. La prioridad ahora era vencer a Leo, cueste lo que cueste.
. . .
Leo estaba cabizbajo mirando al suelo con su cabeza preguntándose: ¿A qué hora llegaran? ¿Se habrán acobardado? ¿Tendrá que ir a la casa de cada uno de ellos y matarlos? Sus dudas fueron despejadas al escuchar varios pasos acercándose hacia su posición y embozó una sonrisa se dibuja en su rostro. Levanta la mirada y ve a Dan, Asriel, Undyne, Asgore, Khent y Kronnos acercándose a ellos. Toma su guadaña y sus ojos desprendieron un potente color morado y se abalanza hacia ellos. Dan, Asriel y Undyne son los primeros que se lanzan contra Leo; y el choque de sus armas son el primer sonido que resinarían en su oídos.
Realizaban varios ataques sincronizados pero pocos le lograban darle. Asriel intentó bombardear a Leo con sus Star y Galactas Blazing, pero no tenían mucho efecto al esquivar a varios de ellos. Utilizó varios Shocker Breaker II y mientras tenía un par de Chaos Saber en las manos y atacaba a Leo, los cuales, esta vez, si pudieron herir ligeramente a Leo, solo cortándole la mejilla. Undyne hacía lo que podía, combatiendo cuerpo a cuerpo junto a Dan. Decide invocar una lluvia de lanzas que obligan a Leo a retroceder mientras que Dan continuaba sus ataques. Leo logra darle un golpe a Dan que logra lastimarlo un poco, pero Dan contraataca con su velocidad lastimándolo aún más. Asriel almacenó la suficiente energía en su Chaos Blaster mientras su padre lo distraía con su tridente. Al tenerlo listo, un potente disparo con los colores del arcoíris junto con varias estrellas logran hacer retroceder a Leo, quien a duras penas seguía en pie si no se hubiera defendido con su guadaña. Dan atacaría a Leo, pero éste lo lanzaría contra la destruida estatua y comenzaría a golpearlo sin detenerse, hasta que una lanza de color azul le atravesó el hombro y lo atrajo hacia ella. Undyne logra mantenerlo a raya con una inacabable lluvia de lanzas. Khent se preparaba junto con Kronnos, los cuales tenían un aura aura alrededor de ellos; Khent de color morado y Kronnos de multicolor.
Leo ya se estaba cansando de tener que seguir en una lucha que no estaba llevando a nada. Arrastró uno de sus pies hacia atrás y lanzó su guadaña hacia el techo. Ni siquiera se dieron cuenta del cuando Leo agarró a Dan del cuello de la chaqueta y lo giró en si mismo para estamparlo contra el suelo una y otra vez. Aunque no solo Dan sufriría eso, Leo también agarraría a Undyne, Asgore y Asriel, y los golpeaba contra lo que tenían cerca de ellos (que más era en el suelo o en las bancas). Y cuando intentaron levantarse, la guadaña de Leo cayó de vuelta en sus manos y la golpeó contra el suelo, y varias ondas sísmicas de color morado los golpearon sin parar. Khent y Kronnos se quitaron de allí milagrosamente.
Estaban agotados y muy heridos. Casi ni pudieron hacerle un daño tan significante, solo rasguños y ataques que solo Leo se inmutaba. Las auras que rodeaban a Khent y Kronnos desaparecieron y entraron al campo a luchar. Leo se da cuenta de su ataque y tampoco se queda atrás y se abalanza rápidamente contra ellos. Khent desenfunda su otra katana y logra bloquear el ataque. Kronnos desaparecería de su vista. Khent empieza a atacar sin descanso a Leo. El combate se veía equilibrado. Leo desarma a Khent, pero él no se detendría; empezaría a moverse con rapidez y seguidamente golpeaba a Leo con gran fuerza. Invocaría una esfera oscura para luego golpear el suelo y que de este se originara una fuerte explosión que obligaría a Leo alejarse de él. Khent luego de eso recuperaría sus katanas para seguir luchando. Leo estaba tan ocupado de Khent que por pura suerte, esquivó un mortal ataque de Kronnos. De tanto concentrarse en un solo objetivo, ignoró a Kronnos por completo. Aunque pudo esquivar el corte, no pudo hacer lo mismo con el golpe del mango de su espada y una patada segundo después.
Kronnos se pone al lado de Khent y ven a un lastimado Leo quien solo ahora mismo tenía ganas de matar.
–¿Crees poder con él? –Le preguntó Kronnos a Khent–
–No estoy muy seguro... –Dijo Khent– Igualmente seguiré intentando, aunque creo que terminaremos usando "ese" comodín.
–Tampoco estoy muy seguro de eso, es muy arriesgado usarlo...
–Para mi. Y estoy seguro que para él es suficiente... –Khent se lanza de nuevo contra Leo y éste apenas puede defenderse de los ataques. Unos segundos después llega Kronnos detrás de Leo, y se obligo a solo esquivar sus ataques–
. . .
El segundo grupo se estaban acercando al punto que les contó Kronnos. Pero a medida que se acercaban, se encontraban con las tropas de Leo, que se propagaban como cucarachas. Adam, Sans y Mettaton les dejaba el camino libre gracias a sus armas, en el caso de Sans sus gasterblasters, para seguir adelante. Alguno que otro en el grupo ayudaba con sus ataques mientras Toriel y Chara les cubría las espaldas. En cierto punto, los robots eran tantos, al igual que los ataques eran mucho más fuertes y feroces, que Adam se vió obligado en mandar un mensaje codificado a Alphys para que active su ejército.
Alphys recibió el mensaje por la computadora y le hizo varias señas a Nabstablook para que vaya a la puerta del garage y la abra; Nabstablook fue rápidamente al garage. Alphys tecleó un código de activación en la computadora y apareció una imagen que decía que todos los robots de Adam estaban en línea. El nuevo Ejército de Hierro desprendieron unas luces color azul de sus ojos y comenzaron a moverse como si fueran soldados hasta la puerta del garage. Nabstablook vería esto y se dirige a la puerta del garage y la abre. Cuando el ejército salió del garage y se quedaron en medio de la calle mirando hacia arriba, pisaron dos veces el suelo y se fueron volando hacia la plaza.
. . .
Los robots de Leo se acercaban más amenazadoramente y aumentaban sus disparos hasta el punto en el que defenderse ya casi no valía la pena. Se encontraban rodeados y apenas Sans podia defender a los demás ya que se estaba cansando. Estaban a punto de caer ante ellos sino fuera por un bombardeo de luces azules que cayeron hacia algunos de los robots, destruyéndolos. Tanto el grupo como los robots de Leo voltearon hacia arriba para ver de donde venían los ataques; Adam sonreiría debajo del caso al ver de donde venían los disparos y ver lo que se acercaba. El Ejército de Hierro se ponen en frente del grupo y les apunta con sus armas. Alphys soltó un grito de felicidad al saber que el ejército logró llegar a tiempo.
La batalla se volvió a reanudar y varios trozos de metal, tanto los de Leo como los de Adam, cayeron a los alrededores. Los rayos azules y morados eran los que más se veían en la batalla, pero también anaranjados y blancos de parte de Sans y Mettaton. A pesar de que la batalla era un tanto difícil para ellos, pero con el ejército de Hierro a su lado les facilitó la lucha.
Frisk se vió en un aprieto y estaban a punto de asesinarla, pero Adam fue hacia ella y la logró salvar con su espada e invocó un gran rayo que los acabo, para luego intentar disparar un láser de su mano izquierda para acabar con algunos robots, pero no salió un láser, sino una gran llamarada que acabó con las máquinas de Leo. Esto dejó confundido a Adam pero no lo tomó en cuenta, al menos por ahora.
Luego de acabar con los robots de Leo, llegan al punto de encuentro con los demás y ven a Khent aún batallando contra Leo. Khent se veía algo cansado al igual que Leo. Observan a Kronnos quien estaba junto a Dan, Asriel y Undyne, ya recuperados y listos para su contraataque. Ven también a Asgore acercándose hacia Leo para ayudar a Khent en su lucha. El segundo grupo se aproxima hacia los arbustos que se encontraban hacia los alrededores y se esconden para sorprender a Leo. Kronnos se da cuenta de la presencia de los demás en los arbustos y le da la señal a Adam para que se la pase a los demás y se abalancen contra Leo.
Leo quitaría a Asgore y a Khent del medio algo cansado, pero lo que vino después fue algo que no se esperó. Láseres, huesos, fuego mágico, telarañas y gasterblasters. Todo eso venía en todas las direcciones posibles con el segundo grupo saliendo de sus escondites. Leo intentó moverse pero le resultó casi imposible, pues ve que también el primer grupo también iba tras él, dejando así ya a dos equipos que ya iban por su cabeza. Lograron herir a Leo continuas veces, pero no importa cuanto atacaban o cuanto era su poder de ataque o energía, lograba resistir y continuar la pelea. Lanzó su otro ataque sísmico que los haría caer, pero también chocaría sus pies contra el suelo, amplificando el ataque.
Ambos grupos se alejan de él para evitar ser sorprendidos por otro de sus ataques.
–Si que es resistente... –Dijo Asriel, intentando recuperar el aliento–
–Pero veamos por cuanto lo es. –Replicó Adam–
Adam se pone enfrente de él (tomando distancia) y un gigantesco láser de gran potencia salió de su pecho que le impacto a Leo en todo el tiempo. Esto se debe a que no le dió tiempo para esquivarlo.
Cuando pensaron que al menos eso lo debilitaría y podrían seguir con sus ataques, ven algo que ocasiona que ese corto sentimiento de victoria se convirtiera en un vuelco en el estomago. A pesar de que recibió el disparo como si fuera un cañon humano, ven a Leo levantándose del suelo sin problemas y limpiándose un pequeño hilo de sangre en la boca.
No se lo podían creer. Después de tantos ataques, de los más fuertes hasta que le hacen cosquillas, y no le hacen nada de daño. Ya estaban pensando que Leo ni siquiera era humano...
–¿Y si le das otro? –Le preguntó Mettaton a Adam, para ver si tenía otro as bajo la manga–
–Acabo de darle con el láser más fuerte que tengo y aún sigue en pie. –Replicó Adam, aún si creer que Leo siguiera en pie–
–entonces, significa que es nuestro turno. –dijo Sans, con un su ojo azul resplandeciéndole–
Sans se acerca lo suficiente a Leo junto a Asriel y a Mettaton. Asriel utilizaría usaría la forma en la que obtuvo las seis almas humanas y con su ataque, Chaos Blaster, un potente rayo arcoíris sale disparado velozmente; Mettaton haría primero un baile de presentación y un rayo de color blanco saldría de su blaster. Leo esquiva los rayos como puede. Sans estaba suspendido en el cielo e invocó unos huesos de color azul que lo mantendría atrapado por el momento. Unos huesos blancos le atravesarían las manos, lo rodeaban un sin número de gasterblasters y pudo escuchar a Sans diciendo: "¡reeeeeeematadoooooooo!". Unos segundos después, solo veía varias luces blancas provenientes de los gasterblasters que lo rodeaban. Una gran cortina de humo se originaría en el lugar en el que tenían a Leo y Sans descendería del cielo. Pero sorprendentemente lo ven al otro lado de donde estaban la cortina de humo, quitándose los huesos de las manos.
–Tienes que estar tomándonos del pelo... –Dijo Chara, con un tic en el ojo por la molestia–
–Muy bien, ¿a alguien se le ocurre alguna idea? Porque yo no. –Dijo Undyne un poco molesta, fijando la vista en... quien sea que se le ocurra una idea–
–Una, –Habló Adam– pero no creo que esto casi funcione. Frisk, Sans y Mettaton por la izquierda. Y Undyne, Kronnos y Khent por la derecha. Quiero que lo bombardeen con sus ataques para que logre acercarme. –Explicó, con una voz de mando que rara vez se oía en él–
El grupo obedece las ordenes de Adam y tal como él lo dijo, se separaron en izquierda y derecha para rodear a Leo y empezaron a atacarlo; pero lograba bloquear gran parte de los ataques. Leo vio a Adam por el rabillo de sus ojos, quien acercándose volando rápidamente hacia él. Adam le dispara con su blaster para luego golpearlo hasta que chocó con una sección de la plaza. Leo se recupera rápidamente y se lanza contra Adam, quien poco podía hacer y terminó siendo lanzado de regreso con los demás, mientras los otros grupos continuaban atacando a Leo sin mucho efecto. Adam intenta atacarlo con su espada láser y hacerle frente con cada ataque que da, incluso eléctrico. Leo contraataca y logra herir a Adam antes de que intentara algo más. Adam logra zafarse de los ataques de Leo y se aparta lo suficiente para dispararle sus misiles; logran hacerle un pequeño daño pero aun se inmutaba a los ataques. Adam aprovecha la cortina de humo para tomar altura y empieza a disparar desde arriba. Leo solo esquivaba algunos ataques. Pero esto solo sería de distracción para que Dan lo atacara con su espalda carmesí.
Adam regresaría con los demás para recargar sus armas y preparar la armadura mejor que nunca. Ve a sus amigos y nota que todos estaban agotados y con varios cortes en el cuerpo (Asgore, Asriel y Undyne son los que más tenían estos cortes).
–Me estoy quedando sin energía. Y me queda muy poco del tanque de emergencia... –Avisó Mettaton, viendo el corazón que tenía por debajo del torso, perdía su color rosado intenso–
–yo... ya no puedo más... –Dijo Sans, y se tumbó al suelo–
–Estoy demasiado agotado como para poder usar magia... –Se quejó Asriel, estando tumbado al lado de Sans–
–DEBO... CONTINUAR... EL GRAN PAPYRUS... DEBE SER... ¡FUERTE! ¡AH! –Decía Papyrus entrecortadamente, mientras intentaba levantarse del suelo. Pero solo se volvió a desplomar por el cansancio–
–Por más que me intente acercar, no puedo hacerle una herida significativa... –Se replicó Chara así misma, mientras levantaba a Asriel del suelo–
–Yo apenas tengo energía para seguir. Y no me extraña que no fuera por el calor... –Dijo Undyne, haciendo un esfuerzo de no quitarse la armadura–
Dejaron de quejarse al escuchar los estruendos de la espada de Dan y la guadaña de Leo. Ambos se movían a una velocidad increíble, pero no pudieron decir quien era el más rápido. Estaban empatados. Su fuerza, su agilidad y su velocidad estaban igualados, al menos por ahora.
Leo se apartaría del resto del grupo para evitar posibles ataques, más de Sans y de Asgore. Adam, Frisk, Asriel (que se sostenía a duras penas), Chara, Kronnos. Khent se acercarían a ellos. Dan vería por unos instantes a Adam para luego enseñarle un pulgar arriba y una ligera sonrisa. Adam solo asiente con frialdad al entender lo que quería Dan. Aunque también ese mensaje no solo iba para él, Khent y Kronnos también habían entendido lo que quería hacer Dan; pero a Kronnos no le hizo gracia lo que Dan tenía en mente. Khent lo miró con una especie de mirada como si estuviera suplicando algo.
–Kronnos...
A Kronnos no le agradaba ni un mínimo de lo que estaban por obligarlo a hacer. Pero sabía que era su única salvación.
–De acuerdo, Khent. ¡Dan, ven! –Llamó a Dan, dirigiendo su mirada en su lucha contra Leo–
Dan invocó una esfera de color rojo y le golpeo el rostro, generando una pequeña explosión, para ir con Kronnos. Dio un pequeño vistazo hacia donde esta Leo y ve que le dejo una gran quemadura en la mitad del rostro; además de que le dejo el pelo medio chamuscado. A Dan le pareció un poco gracioso, ya que su rostro le recordó a una pizza mal cocinada. Dan llegó con Kronnos y se puso al lado de Khent.
–¿Están listos? –Preguntó Kronnos con seriedad, para así ocultar la creciente preocupación que sentía ahora mismo–
–Sí. –Dijeron Dan y Khent a coro–
–Pero antes de hacer esto... –Dan se voltea y agarra a Chara por los hombros y le planta un beso en los labios. Aquel beso la dejo con la cara sonrojada mientras Asriel no se creía lo que acaba de ver y Frisk daba pequeños saltos de felicidad. Esperando a que Adam reaccionara por eso, solo dio una mirada llena de indiferencia. Eso lo lastimó al saber que Adam no le importaba en absoluto. Pero no se distrajo en eso y solo dio una mirada de Determinación hacia Kronnos– Estoy listo.
Dan agarra el antebrazo de Khent y viceversa. Sus ojos carmesís destellaban fuertemente cuando Kronoss se acerca a ellos y empieza a recitar:
–"Aquél que hasta en las llamas combate. Que destruye a sus enemigos sin titubear. Que la sangre de los aliados no sea tomada en vano. Aquellos que lucharon frente a las puertas del Infierno y el Cielo. Aquel que al mundo les devuelve sus sueños. Que a sus aliados les da esperanza. Zephyr, Caballero del Caos".
Tras decir eso, un lazo de color carmesí y negro empezaba a enrollar los brazos de Khent y Dan; sus Almas se empezaban a ver claramente y estas se acercaban rápidamente una de la otra hasta que ambas chocan y se forman en una esfera carmesí con un borde y centro de color negro. Una cortina de humo plateada envolvió al dúo y al dispersarse se veía a alguien completamente diferente...
Tenía un largo cabello castaño con las puntas tintadas de bronce y tenía una cola de caballo. Llevaba un traje de combate de color platino, una camisa negra, unos pantalones gris oscuro y unas botas negras. Portaba una espada larga y otra corta en su cinturón. Tenía un ojo negro y el otro era de un brillante carmesí. El hombre se voltea y ve hacia Kronoss. Ambos se dan un saludo en silencio y el hombre se acerca a Leo, quien estaba un poco alarmado por lo que acaba de suceder. Kronnos entendió que el conjuro había funcionado. El hombre era el nombre que mencionó Kronnos en su conjuro: Zephyr.
–¡Oye tú! –Llamó Zephyr a Leo con una voz familiar que todos reconocieron de inmediato, quien lo señalaba con el dedo–¿Cómo te llamas?
Leo lo miró con una combinación entre confusión y preocupado.
–¿Por qué iría a responderte?
–¿De verdad eres tan fuerte y no puedes responder una sola pregunta?
Leo se quedó en silencio por un momento antes de contestar:
–Leo...
–Muy bien, Leo. Prepárate. Pues a diferencia de ti,... "yo estoy a otro nivel".
Zephyr daría su primer paso antes de que de repente se le viera detrás de Leo con la espada levantada. Leo de repente sufriría una multitud de heridas al instante. Los ojos de Leo y su guadaña brillaban más intensamente entre un violeta y un magenta. Empezaría a atacar a Zephyr de una forma increíblemente veloz. Zephyr bloquearía todos los ataques sin esfuerzo, golpeaba a Leo cada vez que desviaba un ataque y con su espada le originaba varias heridas. Leo se aleja de él, saca una jeringuilla de su bolsillo y se la inyecta en el brazo. Luego de eso sus heridas dejarían de sangrar y su poder incrementaría. Leo atacaba más ferozmente a Zephyr pero aún así tenía la desventaja. Zephyr agarraría a Leo del cuello e invocaría una esfera oscura la cual dispararía en su pecho lo que terminaría lanzado a Leo hasta la otra parte de la plaza bastante herido y casi sin fuerzas...
Leo sacó tres jeringuillas de su bolsillo y se las inyectó al mismo tiempo. Ya no le importaba morir a causa de estas, ya nada le importaba. Los ojos de Leo comenzaban a tornarse de un violeta oscuro y su guadaña empezaba a brillar con mayor intensidad. Zephyr se apresura a atacarlo y ambos chocan sus armas con una fuerza descomunal que hasta fractura las estructuras cercanas incluyendo el suelo. Zephyr continuaría atacando a Leo, que este ahora estaba cerca a la fuerza y poder de Zephyr, pero aún así no podía hacerle frente.
Leo caería a un lado luego de que Zephyr le travesara en abdomen con su espada y lo lanzara contra la fuente de la plaza. Leo intentaba levantarse, derrama bastante sangre por la boca... Pero aún así se levanta para pelear. Está demasiado agotado. Saca la última jeringuilla de su bolsillo y se la inyecta. Leo hizo su último aliento antes de atacar a Zephyr, quien guardo su espada un segundo para abofetear a Leo tan fuerte que lo dejo en el suelo. Leo estaba por levantarse hasta que ve a alguien aproximándose a gran velocidad desde el cielo...
Adam se pondría encima de Leo y lo golpearía repetidamente sin parar, debilitándolo aún más. Pero Leo no se iba a quedar de brazos cruzados e intentaría atacarlo. Pero Adam alzó el vuelo antes de que apenas lo tocara. Le lanzó una lluvia de misiles que le impactaría un par de veces. Leo lograría esquivar algunos, pero al levantar la mirada, ve a Adam en el cielo y con su espada láser agita algunas nubes y le da un poderoso ataque eléctrico en todo el cuerpo, dejándolo paralizado. Cuando al fin se pudo mover, Leo solo le dió un golpe a Adam en la pierna, pero el de cabello negro le daría una patada para luego un golpe en el rostro. Usaría su blaster para atraparle el brazo y volar con él atrapado, para luego hacer que Leo ponga la cara en el suelo, raspandole la mitad de la cara y aumentándole las heridas de la quemadura; luego lo arrojó y le rompiera un par de costillas.
Leo intentaría levantarse, pero Adam le atraparía los brazos con las uniones en las piernas para luego golpearlo sin parar con su puño y su blaster y tomarlo de la camisa y patearlo hacia uno de los bancos cerca de allí. Al levantar la mirada, ve a Zephyr por tierra y a Adam a centímetros del suelo; ambos le estamparon un golpe en el rostro, lanzándolo hacia arriba. Leo recibía patadas de parte de Adam, aumentando la altura en la que estaba Leo actualmente. Zephyr dio un gran salto llegando, más o exactamente, la altura de Leo y lo golpeo en abdomen, cayendo en la estatua.
Al tocar el suelo, Zephyr iría rápidamente sobre los escombros en dirección a Leo. Leo al ver que se acercaba su muerte, simplemente cerró sus ojos... Su último pensamiento antes de morir fue: que no lo logró liberar a sus hermanos, a Lucy. Y no pudo lograr su libertad. El rostro de Zephyr se llena ligeramente de sangre al ver que su espada atravesó el pecho de Leo. Sus ya intensos ojos morados se vieron grisáceos y una lágrima cayó por su mejilla. Su Alma de Perseverancia salió de su cuerpo y comenzó a fracturarse, hasta que por fin se partió a la mitad y se hizo pedazos.
—Leo ha muerto—
Zephyr retiraría su espada del pecho de Leo para luego limpiarla de la sangre con un pañuelo que sacó en su bolsillo, asimismo también se limpió la cara de la pequeña mancha de sangre. Adam había subido unos cuantos LV sin explicación alguna si él no asesinó a Leo.
—Adam| LV 43 |—
Zephyr guarda su espada y se dirige a Adam con una sonrisa.
–Buenos movimientos, chico.
–Sí, como sea... –Respondió Adam con aspereza–
–Hey, ¿qué te ocurre? Solo te estoy elogiando
Adam solo suelta un profundo suspiro antes de verlo a los ojos. De nuevo, sus pensamientos hacen que lastimen a alguien más.
–No, no es contigo. Solo que tu voz me recuerda a una persona que hizo para que se fusionaras y... Bueno, salieras tú.
–Oh, creo que te equivocas con eso de la fusión. Más bien soy una invocación de alguien del pasado. Pero que requiere unas almas específicas para ser invocado en el mundo mortal. –Explicó Zephyr– Pero supongo que eso no tiene importancia ahora. Y disculpa que te lo pregunte pero: ¿qué pasó con esa persona? –Preguntó, como si estuviera sirviéndole de psicólogo a Adam–
–Que es un maldito traidor. –Expresó Adam con ira– Un genocida que lo único que hizo fue manipularme, jugar conmigo, utilizarme. Él me asesino en el pasado. Creo un True Reset y me elimino sin el más mínimo resentimiento. No solo a mí, sino a mi novia, a mis amigos, a todos los que quiero. Y él quería asesinarme en el "primer momento" en el que me vió. Solo se cansa de estar conmigo para hacerme esto.
Zephyr queda algo sorprendido por la respuesta.
–Lamentablemente, no puedo ayudarte con eso. Pero, algo que me ha enseñado el tiempo: es que las personas siempre tienen un conflicto interno. Ya sea entre el bien o el mal. Y gracias a alguien bastante único,... puedo ver que tú también pasas por ese conflicto en tu mente.
–La verdad, es que ni siquiera sé si pueda perdonarlo por lo que hizo... Una parte de mi quiere, pero la otra me convence de que no lo haga. Como si todo mi pasado se me devolviera. Y no sé si perdonarlo me hará caer otra vez en lo que pase, que confíe en él y me utilice...
–Bueno, yo te diría que lo perdonaras. Ninguna persona es cruel solo por gusto. Y yo creo que todos merecen una segunda oportunidad como personas. O al menos así pensaba yo... –Dijo eso último con una especie de nostalgia– Antes todo era un caos y difícilmente podías confiar en alguien, pero los tiempos cambian y con ello las personas. Pueden ser frías por fuera y ser cálidas y amables por dentro; pueden ser crueles y despiadados, pero por dentro sufren como ninguno...
Esto hizo que Adam reconsiderara sus pensamientos de nuevo sobre Dan.
–¿Cómo lo puedo saber? Es que, ¿como puedo saber que es cierto, que dice la verdad? ¿De que me evitara en de nuevo desconfiar?
–Eso es algo que tú tienes que descubrir por ti mismo, si se disculpa contigo de verdad... Escúchelo de verdad. Apartando por completo la mente que te hace desconfiar y solo entenderlo. Pero no le dejes todo el trabajo a esa persona, tú también debes tomar las riendas para poder perdonarse mutuamente. –Dijo Zephyr con una sonrisa. En realidad tenía algo en el que hacia que sus palabras tomaban un verdadero peso en el corazón de la gente–
Adam se quedó en silencio por unos momentos antes de tomar su decision.
–Está bien. Quiero escucharlo de él... Haz que aparezca, por favor...
–Muy bien. Eh... ¿Cómo te llamas?
–Summers, Adam Summers.
–Fue un gusto hablar contigo, Adam. –Dijo Zephyr, extendiéndole la mano–
–Igualmente. –Adam toma su mano y se la estrecha–
Zephyr se aparta un poco y una cortina de humo plateado lo rodea y se empieza a tintar de un rojo carmesí brillante por un lado y uno más oscuro en el otro. Al dispersarse, aparecen Khent y Dan tirados en el suelo. Khent se despierta primero con un poco de mareo y le da un golpe en la frente a Dan, lo cual lo despierta algo mareado.
–Que me caiga un Temmie. No pienso volver a hacerlo dentro de seis años... –Dijo Dan, sintiendo como el estomago se le revolvía–
–Como digas... Voy con los demás... –Khent se aleja de su vista algo mareado, mientras se agarraba el estomago–
Dan se levanta y ve de frente a Adam. Ambos se quedan en un eterno silencio. Dan no sabia que decir ante esto o cómo comenzar, pues la mirada de Adam lo fulminaba como si fuera juez, jurado y verdugo. Adam se acercó un poco y dijo con voz mandona:
–Habla...
Dan suelto un suspiro para reorganizar sus pensamientos y su historia en general.
–Ah. De acuerdo. En verdad, lo siento. En serio... –Se disculpó primero para continuar con lo que iba a decir, lo cual definirá cual será el camino de los dos muchachos– Mira, se que sonará raro para ti y que ni siquiera me creas un comino, pero cuando Chara y Asriel murieron, yo no podía pensar claramente; el odio empezaba a crecer dentro de mi y me comenzaba a controlar. Por más que intentaba luchar por mantenerme, no pude hacer nada... Y el odio tomó control total de mi cuerpo y empezó a realizar genocidas con tal de salir del Subsuelo y asesinar a los aldeanos del pueblo cercano... Por muchas rutas me resistí pero siempre me terminaba ganando, llegando al punto en el que simplemente mi Determinación no era suficiente. Y durante las otras veinticuatro genocidas no podía ser consciente de lo que mi demonio hacía, ni siquiera podía manejar mis propios pensamientos. –Dan se vio abatido por una oleada de sentimientos. Tristeza, pena y vergüenza. El tener que recordar todo lo que hizo, todas esas terribles cosas que hizo, lo ponían triste– En el momento en el que Khent me enfrentó y venció al demonio que me controlaba, pude retomar el control. Cuando me contó sobre todo lo que había hecho, decidí por cuenta propia realizar el True Reset con el fin de evitar que se repitiera lo ocurrido. Incluyendo las genocidas... –El rostro de Dan cambió a una sonrisa de nostalgia después de todo lo que sintió al contar lo que dijo– Luego de eso, simplemente me la pasé entre las sombras hasta que llegó Frisk para poder guiarla y ayudarla. Y bueno,... supongo que sucedió lo mismo contigo, solo que con una actitud algo más amargada... –Dan soltó una pequeña risa, pero Adam no rio– Es todo lo que te tengo que explicar. Y todo es la verdad... No pienso a obligarte a que la creas, de todos modos dudo que lo hagas llegado a este punto...
Adam se quedó en silencio. No sabía que creer. La revelación que Dan le dijo con voz de arrepentimiento y culpa, hizo que su batalla mente y corazón creciera más y más, incluso hasta que le doliera la cabeza. Las voces que estaban en el instante cuando intentó asesinarlo aparecieron de nuevo; lo incitaban, lo aconsejaban. Hasta que uno de ellos venció al otro y decidió actuar. Adam tocó una de sus antenas que tenía en el oído y se quitó el casco, revelo unos ojos llorosos.
–Te creo... Te creo, Dan... Y lo siento... ¡Lo siento muchísimo! –Se disculpó Adam, llevándose las manos a la cara para secarse las lágrimas–
Dan se sorprendió por cómo Adam lo perdonó. Honestamente esperaba otro resultado, pero a veces las personas están llenas de sorpresas. Dan suelta una sonrisa y lo abraza para calmarlo. Estaba feliz, feliz de haber recuperado a su mejor amigo.
–Ya, ya... También te perdono. –Dan le da una palmada en la espalda a Adam– Uno comete errores o tonterías por cosas del pasado.
Adam suelta una ligera risa.
–Sí...
Ambos se separan del abrazo y se vieron los uno a los otros, sonrientes. Dan pone una mano sobre el hombro de su amigo.
–Oye, y por la vez que intentaste asesinarme, –Adam sintió un escalofrío, a lo que Dan suelta una carcajada– no te preocupes. No es que como si fuera a estar al borde de la muerte otra vez. –El rostro vivaz de Dan cambia a una preocupado al ver el cadáver de Leo en la estatua– ¿Sabes? Sinceramente empiezo a pensar de que alguien o algo está detrás de toda esa mala suerte. Pareciera como si tuviera una maldición...
–Pues parece que sí. Cuando Leo apareció en mi casa, lo escuche hablando con Frisk diciendo que lo enviaron para acabar con ciertos humanos y a los monstruos. –Comentó Adam, con aire pensativo– Estoy empezando a creer de que trabaja para esas organizaciones que hizo que el grupo en el que estabas cayera.
–Bueno, eso si que da una mala espina...
–Lo sé... –Adam le da un pequeño golpe en el hombro– Pero, oye, no nos preocupemos de eso por ahora.
Dan suelta una sonrisa.
–Estoy de acuerdo. Ahora que acabamos con Leo, de seguro se lo pensarán treinta veces antes de meterse con nosotros en general.
–Creo que hemos de dar en claro que es lo que pasa cuando se meten con nosotros.
–Tu lo has dicho.
–¿Y qué tal para celebrar esto nos vamos a Grillby's? Ya sabes, por los viejos tiempos. –Sugirió Adam–
–Me parece genial. –Dijo Dan, sosteniendo a Adam en su hombro para recuperarse de su mareo– Pero antes de eso quiero ver si se me quita el mareo. No pensé que fuera a prolongarse por varios minutos.
Ambos muchachos regresan con los demás, quienes ya se encontraban en buen estado. Algunos de ellos vieron que Dan sostenía a Adam desde su hombro, lo que les llevó a pensar de qué tal vez se reconciliaron. Frisk se quita su casco y se acerca a ellos.
–Chicos, ¿cómo les fue? –Preguntó, con un pequeño rayo de esperanza para saber si en realidad se reconciliaron–
–Pues por la orden 43 del párrafo 4: digo que mi persona y Dan son de nuevo mejores amigos. –Respondió Adam con su típica subnormalidad y alegría–
–¡Sí! –Exclamó Frisk, y abraza tanto a Dan como Adam, quien la planta un beso a este último– Me alegra que todo haya salido bien.
–A mí también. Y vaya, ser un Adam serio y frío si que era horrible... –Dijo Adam con un tono humorístico–
–Pues ahora ya nos entiendes. –Dijeron Dan y Frisk al unísono–
–¡WOWIE! ¡LOS AMIGOS SE RECONCILIARON! –Celebró Papyrus con energía. Sans solo levantó el pulgar–
–¡Al fin! –Exclamó Undyne–
–¡OOOOOHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH, YEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEESSSSSSSSSSSSSSSSSSSS! –Gritó Mettaton, mientras bailaba de felicidad. Muffet suelta un suspiro de cansancio al saber que su enemistad se terminó–
Adam fijó su mirada en Chara, Kronnos, Khent y Asriel, aunque vió que él estaba teniendo los ojos vidriosos.
–Muchachos, lo siento. Por mi actitud, el cómo los trate... Básicamente, por todo.
–No te preocupes por eso, todos nos equivocamos alguna vez. –Dijo Kronnos sonriendo–
–Como se... –Khent fue interrumpido por Asriel, quien lo empuja–
Asriel abraza a Adam con fuerza que hasta se trepó sobre él. Todo eso con los ojos llorosos. No importa cuantos años tenga Asriel, siempre va a ser aquel niño que llora por casi todo.
–¡Igualmente lo siento, Adam!
Adam se quitaría a Asriel de encima por lo pesado que estaba.
–¡Oye, Cuatro Ojos! –Llamó Chara a Adam, fijando sus ojos carmesí en su rostro. Hubo un momento de tensión entre ambos, hasta que Chara embozo una sonrisa– Tienes mi perdón, pero aún así no del todo. No preguntes. –Adam solo da una sonrisa nerviosa, cosa que le divirtió. Chara se gira hacia Dan y lo ve con una mirada juzgadora– ¿Quién fue el loco que te dijo que me besaras?
Dan no reaccionó nerviosamente, sino c¿solo le dedicó una sonrisa llena de cariño.
–Oye, ¿desde cuando uno tiene que pedir permiso para demostrarle su amor a su novia?
La cara de Chara se coloró de inmediato al escuchar esas palabras.
–E-Espera un segundo... ¿Escuchaste todo lo que dije? ¿Qué no estabas dormido? –Le preguntó, nerviosa–
–Lo estaba, en realidad. Pero tal parece que mis oídos no entienden la señal de "dormir". –Contestó Dan con una sonrisa–
–De verdad eres un tramposo.
–Sí, como digas.
Ambos se quedaron viendo a los ojos y, como si estuvieran entendiendo lo que decían a través de ellos, lo comprendieron. Tantos años juntos, todas las experiencias, risas y dolor que tuvieron que pasar, por fin valieron la pena para que se dieran cuenta de los sentimientos que tenían ambos; para que por fin puedan estar juntos. Ambos se dieron un cariñoso abrazo.
–Bueno, supongo que ya es oficial. –Chara le da un beso en la mejilla a Dan–
–Sí, efectivamente lo es. –Dijo Dan con voz cariñosa–
–Y bien, ¿ustedes piensan hacer toda obra de teatro ahora mismo o la guardan para después? –Preguntó Asriel algo bromista, para luego soltar una risa–
–Ah, sí. Mejor para más tarde. Pues de seguro todos ya quieren irse a sus casas y no hacer nada más en el día. –Dijo Chara imitando una voz cansada, aunque en realidad lo esta–
–Pues la verdad es que un poco, sí... –Dijo Undyne, moviendo sus brazos como círculos–
–¿Entonces, no vamos a Grillby's? Porque está vez yo y Sans los íbamos a invitar y pagar por todo. –Dijo Adam–
–Pero Sans no tiene ni un pobre centavo entre sus bolsillos. –Se apresuró a decir Asriel–
Adam se quedó en silencio por el argumento de Asriel.
–Bien, le digo a Grillby que me lo deje en mi cuenta.
–Bueno, ya que estás invitando. ¿Qué les parece si el último en llegar paga la mitad de la cuenta? –Sugirió Dan–
–¡Pues comete mis cohetes! –Adam suelta una carcajada y activa su casco y sus propulsores y sale volando a Grillby's a toda velocidad–
Dan miró hacia el cielo y vio el rastro del humo que dejó sus propulsores y suelta una pequeña risa un tanto traviesa.
–Si recordara que puedo teletransportarme.
. . .
Adam surcaba el cielo nocturno a gran velocidad mientras soltaba gritos de felicidad. Iba de arriba a abajo y de izquierda a derecha volando como si fuera la persona más feliz de la tierra. ¿Y cómo volvió aquella persona? Perdonó a su amigo, volvió aquella persona había vuelto y todo lo relacionado con Leo había acabado. Al cabo de unos minutos volando, Adam llegaría a la entrada de Grillby's. Se quitaría su armadura, volviendo a ser una simple maleta, se arregló la ropa y entró con un aire ganador.
–¡Llegue!
Aunque esos aires de victoria y ganador se les desmoronaron al ver que todos sus amigos habían llegado, incluso Alphys y Nabstablook que estaban en la casa de Dreemurr. También notó que ahí estaba la Guardia Real. Los que estaban dentro de Grillby's se rieron de Adam. Hasta el mismo Grillby pero en su propio idioma.
–¡No es justo! –Exclamó Adam derrotado, llegando a la barra para encontrarse con Dan, Frisk, Sans, Asriel, Chara y Khent–
—No deberás aceptar apuestas que no puedes ganar. –Dijo Dan, soltando una carcajada–
–Cállate...
–Tranquilo, nos encargamos de pedir toda la comida desde antes que llegaras... –Dijo Khent, que extrañamente se dirigió a él sin hostilidad–
–Que tiernos. Llévalo a mi cuenta, Grill. –Le pidió Adam a Grillby–
Grillby se queda en un largo silencio mirando a Adam, obviamente le estaba hablando para pedir su orden. Pero Adam no entendía en lo absoluto.
–Traduce. –Dijo Adam, mirando a Mettaton–
–Dice que todo lo pedido vale 999.999 de oro.
A Adam se le cae le cara al escuchar el precio de lo que vale toda la comida.
–Diablos... Pues todo a mi cuenta.
–Yo te completo, no te preocupes. –Le dijo Frisk para no mortificar a Adam con el precio–
–Gracias, Frisky.
–Ahora sí. ¡A COMER!
Todos se sientan y se disponen a comer mientras que Grillby sacaba más comida de la cocina. Al terminar, todos se toman una foto como recuerdo. Conversaban entre ellos y ahí varios de los rencores que tenían algunos de ellos, se podía decir que ya se olvidaron. Adam se amistó un poco más con Khent, aunque éste solo hacía señas de fastidio e indiferencia, pero decidieron hacerse amigos. También hablaron sobre lo que les deparará el futuro y sobre cómo todo puede mejorar para ellos. A los siguientes días, se empezó la remodelación de la ciudad que quedó igual a como estaba antes; Alphys le mostró a Adam su tan preciada sorpresa, el cual era el nuevo y remodelado: Laboratorio Universal, más grande y mejor que nunca; y se inició la construcción de la Ciudadela para admitir a nuevos aprendices para la nueva generación de la Orden, con Dan, Khent y Kronnos de vuelta como los líderes como en los viejos tiempos.
. . .
En los bosques del sur, un gran grupo de lo que parecían ser exploradores marchaban durante una brillante noche. Llevaban algunas ropas desteñidas y otras algo manchadas de lo que parecía ser suciedad y sangre. Llevaban armas cuerpo a cuerpo debajo de sus trajes. Atrás de los exploradores, estaban dirigiéndolos tres personas que parecían ser los líderes del grupo. Una de lo lideres (la cual tiene cabello blanco y unos hermosos ojos azules), se acerca al que parecía ser líder principal.
–¿Crees que deberíamos acampar?
–Sí. –Contestó un hombre de cabello negro y ojos platinados– Es que mejor descansen. Aún queda bastante por caminar.
Los exploradores montan un campamento y todos se reúnen alrededor de la fogata. El líder principal fija su mirada en otra de las lideres, la cual tiene cabello rubio corto y ojos morados.
–Julia, necesito que algunos de tus guerreros monten guardia por turnos.
–De acuerdo. –Contestó la mujer de cabello rubio, y se va junto a sus exploradores–
–Y Kallen, necesito que te encargues de recolectar materiales para el campamento. –Dijo, dirigiéndose a la mujer de cabello blanco–
–Tenlo asegurado.
–En cuanto a mi, veré si encuentro algo para comer.
–Buena suerte. Recuerda que estamos en la mitad de la nada y no he visto ningún animal.
–Je. "A veces hay que ser persistentes con la comida". Cerca de aquí hay un arrollo. Siempre hay animales ahí... –El hombre se retira hacia las profundidades del bosque–
–Oye, Kallen. ¿Crees que llegaremos pronto a la Ciudadela? –Preguntó Julia–
–Bueno, de seguro la alcanzamos en unas cuantas semanas. Tal vez se prolongue por unos meses dependiendo de la situación.
–Por lo que sé es que hubieron enfrentamientos cerca de ahí y dudo que las noticias sean erróneas.
–Sí... Espero que todo haya cambiado para mejor entre ambos lados. –Dijo Kallen, mirando hacia el vasto cielo nocturno–
Después de una larga caminata, el hombre llega a aquel arroyo, en el que encontró con, tal vez, uno de los paisajes más lindos que haya visto. La brillante luna se reflejaba en un transparente lago, que hizo que apareciera un centenar de peces. El hombre escucha un rugido que estaba detrás de él y estaba propenso a atacarlo. Pero el hombre atacaría primero y derribaría a un oso. Aunque no solo sintió la presencia del animal, sino también de otros que estaban en su posición. Al poco tiempo, ve a un pelotón de tropas con uniforme gris oscuro. El hombre saca ligeramente una espada que tenía escondidas en la cintura y con tan solo el pestañear del pelotón, sienten como sus partes son cortados en mil pedazos. El hombre guarda su espada y se acerca al ya masacrado pelotón.
–Esto es la calma antes de la guerra... Muchos morirán..... Pero nosotros saldremos con la victoria esta vez. –Decía el hombre como si fuera una especie de profecía. Miró al cielo, y la luna iluminaba sus ojos plateados– Espero que hayas entendido eso,... Raven....
—FIN—
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