
Capítulo 12: Un Entrenamiento en la Policia
Adam, Frisk, Alphys y Mettaton se encontraban caminando por el centro mientras un cálido sol los cubría; Adam tenia dos maletas desplegables en las manos y Alphys tendría una pequeño portafolio, pero lo llevaría entre los brazos. Los cuatro se iban dirigiendo hacia la comisaría para probar las armaduras que terminó Adam para él y para Frisk, y la actualización Alpha NEO de Mettaton a probar un campo de tiro que Undyne recientemente instaló.
Después de una caminata, Undyne los recibió con los brazos abiertos y con una sonrisa de lado a lado junto con los antiguos miembros de la Guardia Real perruna. Observaron que la comisaria era una como cualquier otra, solo con las excepciones de que era más amplia que las comunes en ese tipo de ciudades, teniendo un piso extra en el que era aquel campo de tiro y un laboratorio forense más avanzado, y también se notaba la diversidad entre monstruos y humanos, habiendo entre ellos varios Knight Knights.
Undyne los guío por la comisaría hacia el ascensor que los enviaría directamente al último piso, en el que se encontraba el campo de tiro. Las puertas se abren y caminan por un extenso pasillo hasta que llegan a una puerta, que al entrar, verían un gran campo de tiro que tenía como unos quince metros de largo y con sus ventanas protectoras.
–Es todo suyo. Pueden hacer lo que quieran, excepto volar este lugar en pedazos. –Comentó Undyne–
–G-Gracias, amor. –Agradeció Alphys–
–No hay de que. –Undyne le da un pequeño y rápido beso y se retira de la sala–
–Aww. Debí tomar una foto y guardarla en un álbum. –Añadió Mettaton al ver la escena–
–Ay, Mettaton. –Chilló Alphys por la vergüenza que le invadió por unos segundos– B-Bueno, tú actualización lleva un montón de cosas que tanto Adam y y-yo hicimos para tí. Tienes un baile mejorado, aumentamos tus defensas, al igual que tus ataques, una potencia de vuelo superior al igual que el armamento y una reproductora de música a todo volumen. Tú apariencia solo recibió ligeros cambios, pero de seguro te va a gustar. –Explicó Alphys dirigiéndose a Mettaton, mientras sacaba un pequeño corazón de color rosa de su bata, uno parecido al que tiene Mettaton–
Los ojos de Mettaton se alumbraron al ver la actualización y la agarra de las manos de Alphys, y da unos pequeños saltos de alegría.
–¡Gracias, Alphys! –Chilló Mettaton de felicidad y abraza a Alphys– Gracias, Pelo Feo Azabache. –Abraza a Adam y le agradece entre un tono burlón y agradecido–
–D-De nada. –Responde Alphys halagada y sonrojada por las palabras de Mettaton–
–Sí, de nada. Pero no me vuelvas a llamar así o vendo tus partes. –Le advierte Adam, frunciendo el ceño–
–¿Y q-qué esperas? Pruébatela. –Le anima Alphys a Mettaton con una sonrisa de lado a lado–
Mettaton no espera dos veces y el espacio en el que estaba aquel corazón rosado que tanto lo caracterizaba, se empuja hacia adentro, creando un espacio para ponerse la actualización. Mettaton se coloca la actualización Alpha NEO y varias líneas de un color rosado fosforescente por todo su cuerpo. Su cuerpo se transformaría en su forma NEO, pero esta vez las líneas fosforescentes se volverían un poco transparente, su pelo se volvería casi rosado, su blaster se convertiría en casi un cañón, sus hombreras se vuelven un poco más grandes y filosas, y sus alas se ampliarían más y sus luces eran un poco más cegadoras; eran como un concierto de luces fosforescentes. Aunque en parte es similar a la versión NEO original, tiene un toque único que le hace sentir la parte Alpha.
–¡Me encanta! –Chilló Mettaton de alegría y se pone a bailar como todo un maníaco–
–P-Pues me alegra que te encantará. Y t-tienes que probar las armas. –Recomendó Alphys con una sonrisa–
–Oh, por supuesto que las probaré. –Mettaton enciende su cañón y lo coloca en la opción de cañón múltiple, y comienza a dispararle al muñeco de pruebas hasta llenarla de agujeros. Tanto Mettaton como Alphys, Adam y Frisk, estaban asombrados por la capacidad que tiene ahora el cañón de Mettaton— ¡OH, YES!
Adam suelta un pequeña sonrisa desafiante ante el espectáculo que acaban de ver.
–Oye, Frisk, creo que es hora de mostrar lo que podemos hacer. –Dijo en un tono desafiante–
Adam le da una de las maletas a Frisk y ambos jalan las manijas de sus respectivas maletas, haciendo que salieran las armaduras y se adhirieran en ellos. La nueva armadura de Adam es de color azul con blanco con un gran círculo láser en su pecho con varias líneas de tubos delgados alrededor de su cuerpo, un jetpack en la parte de la espalda, un blaster en la parte derecha de su mano, y un láser en la palma de la mano izquierda más una entrada para sacar una espada láser. La de Frisk son de colores rojos y azules con láseres en ambas palmas de las manos, dos entradas para dos espadas lásers en los antemano, y unas botas propulsoras. A pesar de que tenían puestos sus armaduras, no llevaban sus cascos, ya que lo verían innecesario el usarlos bajo techo y en una práctica de tiro. Alphys se quedó mirando las armaduras con un gran brillo en los ojos mientras que Mettaton solo los vería de arriba hacia abajo junto con un silbido.
–Vaya, Adam, si que te luciste. –Admitió Frisk, muy asombrada de lo que hizo su novio–
–Y eso que no haz visto el exoesqueleto integrado en los trajes que nos ayudará a esquivar ataques; ya sea sorpresivos, imposibles, entre otros. También le agregue auto-reparación por si se llegan a dañar. –Explicó Adam, como si fuera una clase de ingeniería–
–E-Es increíble... –Dijo Alphys, aún maravillada por las armaduras–
–Gracias. Bien, no perdamos más tiempo.
Adam se pondría a una distancia para programar su puntería y comenzó primero a disparar su blaster hacia los muñecos de tiro, hasta hacerle varios agujeros entre la cabeza y el pecho con una gran eficacia (aunque casi no le apuntaba directo a los maniquíes y fallaba). Frisk no se quedaría atrás y comenzó a disparale a los muñecos de prueba sin casi fallar un tiro, ya que su puntería no era la mejor de todos pero al menos lo intentaba.
Mettaton escuchaba cada vez más el sonido repetitivo de las armas de Adam y Frisk, y veía a los muñecos de prueba caer uno por uno. Esto lo sorprendió un poco y pensó en que podia hacer ante eso, hasta que una sonrisa burlona y presumida se plasmo en sus robóticas facciones. Adam iba a impártale al último maniquí que quedaba, pero su disparo fue interrumpido por Mettaton, que al verlo a los ojos se dió cuenta de que esto ya era una competencia. Frisk decidió no meterse al saber por donde iban los tiros, además de que de pasó se quitaría su armadura y la volvería a convertir en maleta. Adam obviamente no iba a declinar y fue al fondo de la habitación y fue a los controles del campo para que otro set de maniquíes aparezcan. Adam regresó a su lugar y usó su ametralladora láser, y le hizo todos los hoyos necesarios al maniquí. Sopló su cañón y le doy a Mettaton una sonrisa de superioridad; cosa que le molesto ya que él era el único que le daba ese tipo de sonrisas y miradas a la gente.
–Ah. Con que quieres que nos pongamos serios... –Mettaton prepara su cañón y le dispara varias rondas a la cabeza del objetivo sin fallar para terminar riéndose de Adam–
–¡Ja! –Adam le dispara a algunos maniquíes a los lugares en el que son considerados mortales sin fallar– Supera eso, balde de tuercas.
El cañón de Mettaton disparaba cada vez más fuerte mientras este se ponía bailar mientras los maniquíes iban siendo manchados por el hollín de los disparos producidos. Adam comienza a disparar mientras Mettaton aún lo hacia, y vieron que el que tumbó a los maniquíes faltantes, fue Adam.
–Admítelo, ¿quién ganó? Yo gané. –Canturreo y rió Adam, para terminar con un baile improvisad0–
Mettaton frunce el ceño por los ataques de Adam, pues no lo iba a dejar ganar por ningún método. Mettaton comienza a ejecutar su "ataque definitivo", que consiste en bailar imposiblemente mientras dispara como loco, logrando acertar a todos los objetivos directos en la cabeza. También lanzaba algunos de sus otros ataques como los pequeños Mettaton o los láseres de colores. Adam también usaría todo el arsenal que estaba a su disposición y le da a todos los maniquíes con todas sus armas, inclusive con su espada, la cual es capaz de lanzar ataques eléctricos.
Ambos se volvieron a mirar a los ojos, en el que desprendían chispas y las ganas de saber quien va a ser superior de quien.
–¿Aún quieres competir conmigo, Mettaton?
–No pienso dejarte el podio... –Respondió Mettaton con un tono seguro y algo serio. Adam de nuevo iría a los controles del campo y un nuevo set de muñecos de prueba aparecerían en el campo, y regresa a estar en frente del robot–
Alphys y Frisk se apartarían un poco de ellos y se cubrirían los ojos al sentir lo que vendría luego.
Mettaton y Adam vuelven a recargar su arsenal, pero esta vez siendo más fuerte que nunca, y le disparan a los muñecos de prueba sin fallar ningún tiro y con el sonido de sus disparos resonando en toda la habitación. Mettaton usuaria sus pasos de baile imposibles para realizar sus ataques con su cañón pero también usaba sus pequeños Mettaton y sus láseres, incluso con las mismas funciones de su bola disco; Alphys no entendió cómo pudo tener esa opción si no estaba en los planos originales. Adam utilizaba todas las funciones de su blaster hasta llegar a utilizar sus misiles, el laser que estaba ubicado en el pecho, y su espada láser.
Undyne estaba ubicada en su oficina; la cual es de un color gris claro con un par de archivadores negros en las esquinas, su escritorio es de un material rústico y brillante en el que estaban una foto de su boda con Alphys y una pila de papeleo, y al fondo estaba un pequeño estante de color marrón oscuro en el que había algunos libros y recuerdos del Subsuelo como: su placa de la Guardia Real, unos libros de cocina y una foto de Asgore cuando era más joven. Estaba organizando unos papeles sobre crímenes viejos y los crímenes de Leo, cosa que le aburría un poco al no tener que hacer algo emocionante, pero era la responsabilidad de ser la capitana de la policía. Escucharía unos disparos provenientes de su comisaria pero no era que los estuviera atacando, sino del campo de tiro, deduciendo que estaba pasando.
–Vaya, en verdad si están emocionados. –Dijo Undyne, alzando los párpados de los ojos al escuchar los disparos–
Al cabo de un par de horas, Adam disparaba agotado desde todos los ángulos posibles para evitar ser vencido mientras que Mettaton aún seguía con su danza imposible y sus disparos tan eficientes y elegantes. Tuvieron que recargar sus armas tres veces consecutivas para continuar con el desafío lo más rápido posible. Frisk y Alphys estaban impresionadas por como aún podían continuar. Cuando dejaron de disparar, ambos se volvieron a ver con la respiración agitada y con una sonrisa burlona.
–Ni creas que por tu "actualización" te dejaré ganar... –Replicó Adam, con la respiración entrecortada por el cansancio–
–¿Aún piensas seguir?... Yo puedo hacerlo por décadas... –Respondió Mettaton con sus mismos aires presumidos, que intentaban ocultar su cansancio–
–De hecho, no creo que queda mucho por competir por como dejaron el campo. –Los interrumpió Frisk con una sonrisa nerviosa mientras una gota de sudor caía por su frente–
Ambos la miraron un poco confundidos. ¿A qué se refería con: "cómo dejaron el campo"? Cuando dirigieron sus miradas hacia el campo, ya sabían a lo que se refería Frisk, cosa que pusieron una cara de sorpresa al ver lo que hicieron. El campo estaba casi calcinado en sus totalidad, habían humos negros saliendo de los muñecos de prueba, hasta algunos llegaban a incendiarse por completo. Esto hizo que su expresión de sorpresa cambiara a una de preocupación. Pero no por como dejaron el campo, sino por como Undyne iba a reaccionar al ver el campo en ese estado. Evidentemente, Undyne entraría al cuarto y Mettaton y Adam sentirían un escalofrío carcomiéndolos por la espalda.
–Chicos, lo siento, pero... –Undyne no pudo terminar con su oración al ver como quedó el campo de tiro. El campo de tiro que acababan de instalar y que solo en unas horas lo habían destrozado casi por completo. Undyne se quedó en silencio por un momento y dio una mirada que hizo le hiélala la sangre a Adam, y a Mettaton solo se le congelarían los circuitos por el miedo–
Adam vería a Frisk y a Alphys para ver si ellas lo podían ayudar, pero no ellas solo negaron; ni siquiera sabían que iban a decirle a una Undyne posiblemente enojada. Adam se quitó la armadura y la regresó a su estado como maleta y vio a Undyne nervioso, intentando ocultar su culpa.
–Qué cosas, ¿no?
Undyne cerraría los puños y se acercaría amenazadoramente ante Adam y Mettaton mientras sus amarillentos ojos se clavaban en los suyos como si fuera una advertencia. Ambos comenzarían a temblar del miedo; Mettaton soltaba aceite que le simulaba como si fuera sudor y los engranajes le temblaban. Cuando pensaban que los iba a golpear, o peor, estar convertidos en unos pretzels, lo que recibieron de ella fue unos pequeños golpes en la cabeza, una mirada un tanto furiosa y una cruzada de manos.
–Cuando esto termine, USTEDES –Replicó Undyne amenazadora, resaltando ese "Ustedes" como si fuera una orden militar– van a pagar los daños con sus propios intereses.
Adam y Mettaton se quedaron sorprendidos ante lo que les acababa de decir Undyne, aunque sus cabezas fueron las que sufrieron con el golpe; aunque agradecen que no los hicieran añicos. Ambos recuperaron la compostura de inmediato, pero aún sentían los nervios de su mirada tan penetrante.
–De eso no te preocupes, Undyne, yo te lo pago. –Contestó Adam con un hilo de miedo en su voz–
–Más te vale o te dejo con un ojo torcido. –Lo amenazó Undyne, señalándolo con el dedo. Mettaton se ríe por el comentario pero también acaba siendo la vista de las amenazas de Undyne– Y a ti te dejo más despeinado que una peluca de payaso.
–Bueno, ya, entendí. –Dijo Mettaton apresuradamente– Que carácter... –Susurró en lo bajo con un pequeño tono de burla–
A pesar del paso del tiempo y un tiempo en la Superficie, Undyne aún era esa intimidante e imponente capitana que logró liderar a la Guardia Real, la que fue el ejército más grande del Subsuelo; cosa que se sintió orgullosa por un momento. Soltó un suspiro y su sonrisa amarillenta al igual que sus ojos, se dirigieron a Frisk y a Alphys para luego mirar a Adam y Mettaton.
–Como les decía, ya es hora de irnos. No me quiero mortificar por lo que le pasó al campo y porque necesito un descanso de tanto papeleo.
Los demás aceptaron la petición de Undyne y se fueron de lo que fue el campo de tiro. Antes de irse de la comisaria, se despidieron de los G1 y G2 y la guardia canina, aunque les tomó más tiempo de lo que esperaban, pues Greater Dog querían que le dieran caricias sin parar pero terminaron dándoselas los G1 y G2 para que los demás puedan salir tranquilos.
Adam, Frisk, Undyne, Alphys y Mettaton, se iban a dirigir a sus debidos hogares ya que no tenían nada más que hacer y de seguro tenían algo de trabajo que hacer. Pero los estómagos de Adam, Frisk, Alphys y Undyne sintieron que sus tripas les resonaron en su interior. Obviamente sentirían hambre después de estar algunas horas dentro de la comisaría; aunque Mettaton no tendría hambre, al menos por ahora. Se dirigieron a comer a Grillby's, ya que pensaron que sería uno de los pocos locales de comida que estaría abierto por el ataque de Leo, aparte que era el único que conocían que estuviera abierto.
Al llegar a Grillby's, ven que el exterior no ha cambiado en absoluto; no tenía ni un solo rasguño. El único daño que tenía fue que una rama de árbol se quedó en el techo y las letras "G" y "B" de su letrero que decía: "Grillby's", estaban sin luz. Entraron al restaurante y vieron que el interior tampoco había cambiado en absoluto. Las mesas y sillas estaban en sus respectivos lugares, la barra estaba llena de gente, y Grillby esta en el centro de la barra tomando los pedidos y sirviendo la comida a sus clientes. Aunque notaban que el restaurante estaba más lleno que de lo normal. Habían monstruos y humanos en cada rincón del local, casi ni dejar un espacio para respirar; y con la fila siendo más extensa que nunca. Pero en vez de que Grillby estuviera tan atareado por la gente, estaba feliz de que viniera tanta gente a su local. Esto dejo extrañados a Adam y a los demás, ya que no esperaban que Grillby's recibieran tantos clientes.
Se dirigieron directo a la barra en donde principalmente los atendería Grillby, pero tuvieron que esperar por veinte minutos por la extensa fila que se había formado detrás de la barra. Cuando por fin llegaron al frente, Grillby los atendió. Y aunque no se podia ver su sonrisa (o cualquier otro gesto) por su flamante cabeza, se encontraba feliz de ver a sus más fieles clientes. A pesar de que estaba en silencio y los miraba fijamente a los ojos, en realidad los estaba saludando. Se quedaron en silencio por no saber lo que decían, sabían que tenía su propio idioma, pero jamás aprendieron a hablarlo perfectamente.
–Traduce. –Dijo Adam, mirando a Mettaton–
–Dice: "Hola". –Tradujo Mettaton– Es más, –Gira la manija de su pecho y un detector de sonido, junto con un micrófono, salen de su pecho; apuntándole a Grillby cada vez que iba a hablar– voy a dejar esto para que les tradujera por ustedes.
–De acuerdo. –Dijo Adam, y dirigió su mirada hacia Grillby– Hola, Grillby. ¿Sabes qué es lo que está pasando?
–Pues, bueno, nunca he cerrado mi local por más fea que sea la situación; y creo que eso tiene sus ventajas. –Contestó Grillby a través del traductor de Mettaton. Era una voz un tanto grave, como la de un cantinero de la época de los pioneros que de verdad le sentaba muy bien–
Ya veo. Y se ve que te volviste en el local del momento. –Remarcó, mientras miraba el local y a la gente que estaba dentro y las que recién entraban–
–La verdad es que si, no me quejo sinceramente. Oh, espera. –Grillby se asoma a un poco hacia el fondo de la barra y ve a Sans sentado mirando a la nada, solo esperando a que Grillby lo atienda. Grillby dió una mirada un tanto molesta hacia el esqueleto aunque no se mostraba, la única pista fueron el entrecejo que hizo sus anteojos– A veces me quejo de que nunca paga la cuenta. Pero no creo que lo vaya a ser, puesto que me terminaría haciendo multimillonario.
Undyne le chasquea los dedos a Grillby para que regrese a la tierra.
–Oye, puedes contarnos de tus infortunios y beneficios que te deja Sans al estar aquí, pero ahora lo más importante: ¡QUEREMOS COMIDA! –Gritó Undyne levantando el brazo y golpeando la mesa con su otra mano– A mi me gustaría una hamburguesa, por favor. –Ordenó, estando un poco más calmada. Grillby estaba congelado en su lugar, aún aturdido por el grito de Undyne–
–De acuerdo... ¿Ustedes también quieren algo? –Preguntó, dirigiendo su mirada hacia Alphys, Adam y Frisk–
–Yo también quiero una hamburguesa. –Dijo Adam–
–Yo unas papas. –Dijo Frisk–
–L-Lo mismo que ella. –Dijo Alphys–
–Si no tienes nada que no sea de marca Mettaton, entonces no se me antoja nada por ahora. –Dijo Mettaton con un tono de diva exigente–
Grillby asiente y se va al fondo para hacerle el pedido a Sans y luego retirarse a la cocina. Mettaton apagaría su traductor cuando lo perdieron de vista. Mientras esperan a que Grillby les preparaba su comida, hablaban entre ellos sobre sus planes para la noche o para la mañana siguiente, o del pensar el como podrían detener a Leo con varias estrategias que estuvo organizando Alphys: como el de usar el ejercito de Adam para hacerle frente para una distracción, un ataque combinado entre Asgore, Sans, Undyne y Kronnos, y una formación de pequeños equipos para mantener a Leo ocupado. Undyne solo quería golpear su cabeza tantas veces contra el suelo hasta dejarlos unos gigantescos chichones. Su conversación se ve interrumpida porque Adam siente que dos personas chocaron atrás de él. Se voltea rápidamente para ver quien era y resulta que eran solamente dos chicos.
El primer chico se ve que tiene unos dieciocho años con el cabello rubio rapado a los lados, ojos verdes y de tez algo bronceada; llevaba una camisa negra al igual que los shorts, suéter verde oscuro, y unos zapatos blancos que se miraban un poco costosos. El segundo al lado de él, es un muchacho que parecía ser solamente un año mayor que el primer chico y parecía ser extranjero, su pelo era de un color entre castaño y negro, ojos azules y un tanto pálido; su ropa tenía un aire elegante, con una camisa azul oscura y un chaleco gris oscuro al igual que el pantalón, y zapatos de marca negros.
–Por favor, discúlpenos. No veíamos por donde caminamos. –Se disculpó el segundo muchacho con elegancia, hasta hizo una pequeña reverencia. Su acento confirmó que si es extranjero–
–Descuiden, no sé preocupen. –Dijo Adam con una sonrisa tranquilizadora–
–No, no, fue nuestro error y en serio... –Se iba disculpando el primer muchacho, que parecía ser de la ciudad, hasta que observa muy bien a Adam y se queda sorprendido al igual que su amigo– No... No, ¡no es cierto! –El chico saltó de alegría mientras reía y le agarraba el brazo a su amigo, quien también desprendía una sonrisa– ¡Es él! ¡Es él, es él, es él!
–Ya lo sé, amigo mío, estoy igual de impresionado. –Respondió el segundo muchacho–
–¡Es un verdadero honor, doctor Summers! –Exclamó muy exaltado mientras apretaba la mano de Adam y la movía de un lado a otro– ¡También es un honor conocer a Alphys y a Mettaton!
–Yo también expreso la misma gratitud. Es un gusto en conocerlos a todos.
Alphys se sonrojaría por el halago y Mettaton posa con estilo, ya que estaba acostumbrado a ese tipo de cosas. Adam solo suelta una pequeña carcajada.
–Pues, el gusto es mío. Y ya les dije que no se preocuparan por el golpe.
–Sí... Eh... Oiga, sé que esto es algo repentino, pero ¡nos puede dar su autógrafo! –Suplicó el primer muchacho con energía y con l0s ojos iluminados–
–Si no es mucha molestia, claro. –Dijo el segundo muchacho con caballerosidad–
–No, no, no. Ninguna. –Dijo Adam, con una extraña jovialidad mientras sacudía las manos en signo de negación. Saca un una pequeño libro de notas y un bolígrafo de su bata y comienza a escribir mientras decía:– "Para mis amigos,..." –Adam hace una pausa y mira de nuevo a los chicos– Perdón, ¿cómo se llaman?
–¡Robert Rogers! –Se presentó el primer muchacho con energía–
–Yo soy Freddie Hendrickson, señor. –Se presentó el segunda muchacho, con calma y elegancia–
–"Para mis amigos, Robert y Freddie". –Repitió Adam, mientras escribía lo que decía en el papel, para luego rasgarlo y entregárselo– Listo, aquí tienen.
–¡Muchas gracias! –Agradecieron ambos al unísono–
Mettaton se quedó con la boquiabierto por lo que acaba de presenciar sus robóticos ojos. ¿Cómo era posible que le iban a pedir un autógrafo a Adam antes que a él? Eso, claro, no lo iba a permitir.
–¡O-Oigan! ¿No les gustaría un autógrafo con el robot más famoso del Subsuelo y la Superficie? –Preguntó Mettaton mientras posaba en frente de ellos, con un ligero tono de desesperación en su voz–
Los dos muchachos se miraron entre ellos y dijeron de nuevo al unísono:
–Sí, ¿por qué no?
Mettaton hizo una pose de victoria y le arrebató a Adam el cuaderno y el bolígrafo. Mettaton escribe sus nombres junto con pequeños corazones y el logo de su marca como si fuera una verdadera celebridad; a pesar de que ya es una. Les da su autógrafo a los dos chicos, y ambos se retiran. El primer muchacho que parecía que su nombre es Robert, se retira saltando de emoción junto con Freddie, que es el nombre del segundo muchacho; pero en contraste con su amigo, fue con una sonrisa de satisfacción.
Grillby se aproxima al grupo con una bandeja de dos hamburguesa, unas papas y una botella de ketchup, y les sirve sus respectivos platos. Mettaton reactivó su traductor cuando les sirvió la comida.
–Estas las invita la casa así que no se preocupen por pagar. –Dijo Grillby con un muy buen humor–
Grillby se retira de su vista y va al fondo de la barra a servirle su botella de ketchup a Sans, para luego irse de nuevo a la cocina. Adam, Frisk, Alphys y Undyne se miran entre sí y empiezan a comer. En contraste con los demás, Undyne comía de una manera un poco ortodoxa, ya sea por comer con la boca abierta o salpicar los pedazos de la hamburguesa en la barra o en uno de los brazos de Mettaton, cosa que lo asqueó y se alejó un poco de ella. Unos segundos después se les uniría Sans, quien se teletransportaría de su sitio al de ellos.
Al terminar su comida, reanudan su caminata y los cinco cortan sus caminos y cada uno se dirige a su respectivo hogar. Adam y Frisk llegan a su casa sin ningún problema en el camino, sin paradas incomodas con cierta persona que pondría a Adam de un de perros o algún ataque inesperado. Ponen las maletas en una esquina de los muebles y los dos se sientan en uno de los sillones. Adam se levanta para prender el televisor mientras Frisk se quita los zapatos, quedando solo en unas medias de color negro. Adam pone una saga de los mejores conciertos de Mettaton en el televisor y regresa al sillón para abrazar a Frisk y ambos se les quedan viendo al televisor con una sonrisa.
. . .
En lo que parecía ser un escondite secreto ubicado en las afueras de la ciudad, Leo estaba reorganizando a todos los robots que tenía a su disposición, reparaba su armadura y afilaba su guadaña. Solo un par de luces de color blanco alumbraban el escondite en el que solo deslumbraban las mohosas y grises paredes, mientras la oscuridad del escondite cubría los demás robots y su armadura. Después de afilar su guadaña, una débil luz aparece al fondo de una partes cubiertas por la oscuridad. Leo se pasa las manos por el rostro y respira hondo, y se dirige al fondo de la luz. Leo vio que había recibido un mensaje que tenía su nombre y la imagen de un ojo de color negro en el monitor del escondite. Leo presionó la pantalla y una estática se apodero del monitor por unos momentos.
La estática del monitor se disipó, mostrando a un hombre de cabello castaño, ojos color marrón y de piel algo morena. Viste con un traje de color como si fuera un agente especial, pero en vez de ser secreto, imponía una extraña aura de penetración.
–L36e0, informe sobre el estado de la misión... –Demandó el hombre, con una voz imponente que impartía poder–
–El enemigo se ha fortalecido bastante durante este periodo. Mañana reanudaré el protocolo de la misión a las mil quinientas horas. –Contestó Leo con firmeza–
–Más te vale cumplir la misión con éxito. El Comité Especial te tiene muy buena estima, y dudo que quiera pasar sus últimos momentos en un tanque de agua para exhibición científica.
–Le prometo, señor, que acabaré con el enemigo y se los enviaré como regalo de cumpleaños... –Dijo Leo con un macabro sentido del humor–
–Muy bien, entonces. –El hombre hizo una breve pausa– Por cierto, L36e0, hay unos compañeros de laboratorio que quieren pasar a saludar.
La mirada de Leo se ilumino por un pequeño momento al oír que uno de sus compañeros quería verlo.
–Bien, cámbiame al canal...
La estática volvió a estar en el monitor por un momento hasta que se vio la imagen de una niña. Parecía tener entre cuatro o tres años, pero tenía la expresión de un adulto decepcionado de una obra o de sus propios hijos. Es de cabello negro muy largo para su edad con las puntas de color morado, ojos morado oscuro y de una piel pálida muy alarmante, que esta parecía tener una enfermedad terminal. Lleva una armadura igual que la de Leo, solo que esta ajustada a su tamaño.
–Hola, Leo. –Saludó la niña–
–Hola, L7U34C1.
–¿De verdad tienes que empezar por ahí? –Replicó L7U34C1, girando los ojos con desdén–
–Bueno, nadie me dijo que te tenía que llamarte como se te venga en gana. –Le contestó Leo con un tono algo molesto–
–A veces me arrepiento de querer comunicarte.
–No sabía que te preocupabas por mi.
–La única razón por la que quiero comunicarme contigo es por que Ben anda metido en sus asuntos, que en mi opinión, son absurdos. El punto es que no tengo nada que hacer en todo el maldito día.
–Pues, no lo sé. Búscate un hobby o... –L7U34C1 lo interrumpe repentinamente–
–¿Cómo quieres que me consiga un hobbit? Si siempre estamos aquí metidos como si fuéramos billetes en un maletín.
Ambos desviaron la mirada y se quedaron callados en un silencio que parecía ser eterno. Desde que siempre estuvo en esa organización, su única amiga siempre fue L7U34C1, a pesar de que ella siempre quiso que la llamara por su nombre y no por su código: Lucy; ese era el que más se acercaba al de su código, que era su "nombre". A pesar de que a veces se llegaban a insultar y hablar mal entre ellos, se tenían una alta estima, aunque a veces Leo quiso que Lucy se quedara con la mentalidad de una niña de su edad, ya que parecía tener la mentalidad de alguien de mediana. Al parecer uno de los defectos o tal vez privilegios el estar en una organización del tipo que buscaban la aniquilación de los monstruos y de "ciertos humanos". Lucy lo miro de nuevo pero con cierta preocupación.
–¿En serio estas seguro de hacer esto?
–Espero que eso sea una pregunta retórica, porque ya sabes la respuesta.
–Leo, esto es serio. Te estas enfrentando con personas que pueden ser más fuertes que tú. El Rey y el Príncipe de los Monstruos, los líderes de la orden esa, ¡y un maldito genocida! ¿No crees que eso puede ser trabajo para alguien más? –Le suplicó Lucy, alzando un poco la voz–
Leo se quedó en silencio un momento.
–Aunque quisiera que hubiera otra opción, tengo que hacerlo. Esta es la única manera de poder liberarlos a todos para que no seamos más unas ratas de laboratorio. –Leo suelta un suspiro– Mira, tal vez no sea bueno en mantener promesas, pero te juro que volveré mañana.
Lucy se le quedó viendo por un momento, un poco dudosa por lo que le acaba de decir Leo.
–Espero que cumplas. Porque o si no, yo misma voy a hacer que no vuelvas.
–Si, entiendo. Fue bueno hablar contigo. Solo vine a saber cómo estaban, estoy bastante ocupado.
–Como tú quieras, Leo. Nos vemos cuando vuelvas. –Se despidió Lucy y corta la llamada repentinamente–
Leo observa la habitación y su mente se pone a divagar. "¿Por qué estoy haciendo esto?", pensó. "Claro, lo hago por ellos... Tengo que hacerlo por ellos". A pesar de que todo lo qué pasó con Dan, Frisk, Adam y los demás monstruos del Subsuelo había sido falso y solo fue porque se lo ordenaron, hubo una parte de él que en verdad si apreció los momentos que estuvo con ellos. Pero tenía que enterrar eso. Tiene una misión; debe cumplirla no importa que.
Se dirige hacia su armadura y la mira fijamente como si fuera un monumento artístico.
–Muy bien. –Dijo, mientras agarraba su guadaña– Es hora de terminar con los preparativos... Llegó la hora...
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