El milagro de la muerte.
Capítulo 1: El milagro de la Muerte.
'....Y si yo te muestro mi lado oscuro ¿Me abrazarás ésta noche todavía?...'
-Pink Floyd-
—Porque no hay nada que el hombre no pueda hacer, cuando acepta el hecho de que Dios no existe— la voz de Albus Dumbledore resonó en el paisaje mental de Harry, la estación de tren cada vez más lejos de ellos a medida que avanzaban hasta que el blanco comenzó a desaparecer y el despacho del director comenzó a mostrarse.
Allí, con una expresión jamás vista antes por el niño, Dumbledore hablaba con un serio hombre de cabellos canosos; aunque un pequeño rastrojo del anterior cabello rubio se notaba aún, sus ojos bicolores miraban con atención el pensadero frente a ellos.
—¿Me estás diciendo que el chico es el heredero de uno de los primero poseedores de las reliquias?— dijo el rubio, para nada convencido, los ojos azules de Dumbledore brillaron como locos bajo sus gafas y le lanzaba una mirada burlona al heterocromático.
—Desde que llegó a Hogwarts... desde que supe que podía hablar parsel me encargué de investigarlo, en algún punto de la historia, los Peverell se unieron a la familia de Slytherin— el desconocido ahora se vio mucho más interesado en la perorata del otro —Toda su vida vivió en un orfanato, pienso guiarlo para que encuentre a su padre o algo relacionado a él, estoy seguro de que su familia poseía la piedra de la resurrección— la sonrisa del desconocido era bastante amenazante, pero parecía no amedrentar a Dumbledore, como si ya lo conociera... íntimamente.
—Ellos eran dos amantes singulares— Harry escuchó a La Muerte hablar, lo sintió posarse a su lado pero su mirada se mantuvo fija en la escena —Obsesionados con mis Reliquias, uno se alzó en el poder como el Señor Oscuro Grindelwald, el otro se convirtió en su chivo expiatorio— observó al rubio despedirse con un beso casto y desapareció gracias a la ayuda de un elfo doméstico. —A medida que iban descubriendo cada vez más, iban trazando diferentes planes, todos ellos en torno a las Reliquias, sin darse cuenta, ellos formaron al actual Señor Oscuro Voldemort— Harry ésta vez se giró com rapidez hacia La Muerte, un rostro pálido idéntico al suyo le devolvía la mirada. Una mirada vacía de ojos blancos azulados.
—¿A qué te refieres con éso?— el rostro de La Muerte se inclinó como si no comprendiera la pregunta.
—Ellos lo despojaron de su herencia, lo dejaron en la ignorancia y solo le proporcionaron información cuando ya era demasiado tarde— respondió, su ceño fruncido en confusión —Bajo sus narices Tom ya había hecho su investigación sobre los Horrocruxs, cuando dejaron a la vista información de sus padres, de sus orígenes... fue solo darle las armas necesarias para la batalla—
Un tenso silencio se levantó entre ellos, el paisaje mental volvió a ponerse de blanco impoluto, caminaron unos metros más aún sin pronunciarse ninguna palabra hasta que la imagen de un Tom Riddle, de la misma edad que el recuerdo del diario apareció.
—Aquél verano Tom dividió su alma por primera vez— susurró La Muerte, la tristeza de su rostro y del tono de su voz hizo que Harry se sintiera incómodo, como si él también sintiera su dolor —Él también es uno de mis hijos, no debí dejar que fuera influenciado hasta caer en la locura— y había tanto arrepentimiento en su voz, el muchacho nunca pensó que el ser frente a él pudiera sentir de ésa manera—Pero La Muerte no puede interferir en asuntos de los mortales y estuve enfadado por tanto tiempo con él por haber mutilado de aquella manera su alma— una profunda vergüenza apareció en el rostro pálido de su gemelo muerto.
Los recuerdos pasaban con rapidez frente a él, las constantes reuniones de Dumbledore con Grindelwald, planeando la manera de que éste último pudiera conseguir mejor acceso a influyentes magos sangre pura con conexiones, Albus era conocido en ése entonces como el hijo de un asesino de muggles y antiguo amigo de el Señor de la Muerte Grindelwald, llevó a cabo un elaborado plan para hacerse de una nueva reputación, como defensor de los nacido muggles, entonces Muerte le habló: —Ellos no pueden recibir el don de la magia porque sí— dijo refiriéndose a los muggles —Tuvieron que tener un antepasado mago, de cada lado de la familia; padre y madre, para que el gen de la magia se active en ellos, es así como funciona, pero ellos también suponen peligro para tu gente— el recuerdo terminó con una lucha ficticia entre ambos y el posterior encarcelamiento del Alemán.
—¿A qué te refieres con que son peligrosos— preguntó Harry con curiosidad, el blanco volvió y ambos comenzaron a caminar hasta otro recuerdo.
—Salazar Slytherin temía a los muggles por la caza de brujas que hubo en los tiempos en que Hogwarts se abrió, en un comienzo eran solo magos sangre pura, pero al ir apareciendo cada vez más magos hijos de muggles no tuvieron otra opción más que aceptarlos— comenzó —Cuando una notable joven bruja de su casa no había llegado al inicio de clases... Slytherin decidió ir a investigar— un recuerdo momentáneo apareció.
Una rubia muchacha de ojos color miel era llevada con fuerza por un hombre; su tío, si los gritos de la chica eran verdaderos, el granero de su hogar fue lo último que vio, no contento con apedrearla hasta morir, el hombre la violó antes de cortar su cuerpo en pedazos para darle de comer a los cerdos. Nadie sospechó de él, la chica solo había lanzado un hechizo de fuego a la chimenea de su casa cuando su tío, que era un sacerdote, la había visto.
—El hombre juró que nunca más vería a un estudiante morir de aquella manera, fue inflexible en el trato con los nacidos muggle, debían ir a sus casas y hablar con sus padres, si no lo aceptaban y el joven mago o bruja deseaba aprender, borraban su memoria y se llevaban al niño, si los padres consentían el aprendizaje mágico, con un juramento mágico los obligaban a no compartir ninguna información de Hogwarts o el mundo mágico en general. Una vez éstos hijos de muggles terminaran su educación, se le hacía la pregunta decisiva— La Muerte, con un movimiento de manos los hizo aparecer en una rupestre oficina, donde dos magos y dos brujas adultas miraban con seriedad a dos jóvenes muchachos —Ellos debían decidir si permanecerían como magos o volvían a sus hogares como muggles y sin varita— uno de los muchachos asintió en el recuerdo, las mujeres le sonrieron, los hombres le dieron un apretón de hombros con orgullo, el otro muchacho sin embargo, con la mirada baja y los ojos brillantes entregó su varita, su familia era pobre, y solo eran sus hermanas y su madre con él, no podía abandonarlas, dejó su magia por ellas, los magos respetaron su decisión, las brujas lo vieron con tristeza pero asintieron también, la varita se rompió frente a los dolidos ojos del muchacho y el recuerdo terminó.
—Con el pasar de las décadas éstas precauciones comenzaron a olvidarse hasta el punto en el que solo un miembro del personal iría a hablar con el niño mágico y sus padres, luego nada más— comenzaron a caminar nuevamente —Grindelwald predicaba la superioridad del mago al muggle, está muy equivocado, el mundo de los magos quedó estancado varios siglos atrás, los nacidos muggles deciden volver a su mundo por ésa razón, donde pueden realizar la magia que quieran porque ya no se les rompen las varitas. Puede que un comienzo el mundo mágico sea maravillosos para ellos, pero con la tecnología de los muggles avanzando cada vez más rápido... es claro donde preferirían estar— un tenso silencio se alzó sobre ellos.
—Es por éso que son un peligro ¿No? Cada vez que uno vuelve al mundo muggle se va con la posibilidad de exponernos— habló Harry, su gemelo muerto asintió sin expresión.
—Los humanos temen a lo que no comprenden— murmuró, varios recuerdos superpuestos aparecieron, ya sea de humanos sin magia temiendo a aquellos que lo poseían, o seres sin magia que temían a otros seres sin magia, solo por su inteligencia superior a la época, como la persecución a los primeros científicos por la Iglesia Católica Romana, veía en ésos recuerdos personas que mataban a otras por temor —El ser humano es la única especie que mata por crueldad, heredan su capacidad de violencia de sus antepasados humanos... nunca verás matar a un animal solo porque puede, no, ellos lo hacen para alimentarse y para sobrevivir, para defenderse... los humanos lo hicieron un deporte— y fue testigo de toda la tristeza que La Muerte sentía.
—Yo no soy capaz de diferenciar lo bueno de lo malo— habló en un susurro —Pero yo sé lo que es la crueldad y puedo decir que muchas almas fueron víctimas de la crueldad de grandes señores hambrientos de poder— caminaron en silencio por el blanco espacio hasta nuevamente detenerse en otro recuerdo —Tom comprendía el peligro que representaban los muggles para la magia— volvió a hablar La Muerte —Toda su niñez y adolescencia estudió cada libro obtenido en la cámara de los Secretos, leyó los diarios de Salazar Slytherin, él quería que se volvieran a utilizar las antiguas leyes— los recuerdos de un jovencísimo Tom Riddle en la cámara, tan temperamental como siempre pero sin aquél el brillo de la locura en sus ojos aparecieron, buscaba mejorar el mundo mágico, buscaba que nadie volviese a pasar lo que él vivió en el orfanato.
—¿Qué lo hizo cambiar tanto?— preguntó Harry en un susurro, observando al joven Tom despertar de una pesadilla, lágrimas cayendo por su rostro deformado en miedo y sus manos apretando con fuerza las sábanas de su habitación en las mazmorras, él también tuvo pesadillas con los Dursley, podía entender lo que pasaba, cualquiera que vivió ése tipo de violencia lo reconocería. Suponía que la mayoría de los herederos sangre pura también sufrió de aquello debido a la cultura misma dentro del mundo mágico, podía entender por qué Voldemort se alzó con tanta fuerza en su momento, era un revolucionario.
Un revolucionario luchando contra un dictador de la luz.
—Hay una razón por la cual no deben hacerse los Horrocruxs, Harry— murmuró su gemelo muerto —Estás desgarrando y mutilando tu alma cuando lo haces, todo lo que lo que los hace humano se destruye, y con ello, su cordura—
Los recuerdos de como poco a poco Voldemort era influenciado por el mismo Dumbledore iban llegando a ellos, pasaban tan rápido y tan lento a la vez, podía sentir la desesperación de Tom, podía sentir la arrogancia de Albus.
—Su destino era grande, él podría haber hecho grandes cambios en tu mundo, cambios para bien— continuó hablando —Pero su camino fue distorsionado—
Todo se volvió blanco de nuevo, a lo lejos, Harry podía aún ver la estación de trenes, pero La Muerte le tendía la mano, aún había mucho por ver, la tomó sintiendo la misma frialdad en su piel, pero su carne ahora se transformó, ya no manos masculinas de piel tersa y suave, no, ahora ante él se alzaba una dama de negro, piel igual de blanca y casi arrugada, pero aún así manteniendo su belleza, pómulos altos, labios pequeños y rojos como sangre, sus ojos permanecían del mismo blanco azulado, su cabello igual que las plumas de un cuervo y sus ropajes ahora eran un vestido de mangas tres cuartos completamente negro, su mano enguantada lo guió cada vez más lejos de la estación.
—Tom conocía la capacidad de adaptación y evolución de los humanos sin magia, suponía su peligro. Gellert los veía como sus inferiores, utilizaba su encanto y su magia para controlar guerras desde las sombras, haz que se maten entre ellos mientras conquistas su mundo... Albus Dumbledore por otro lado, él también creía que los magos eran superiores, compartía éso con su amante, pero en donde Gellert quería asesinarlos, Albus quería esclavizarlos— un recuerdo de como el director ponía realizaba sus propios planes muy diferentes a los de Grindelwald apareció —Utiliza su inteligencia en beneficio del mundo mágico, utiliza sus armas contra posibles enemigos, conquista la antigua Britania con ayuda de los nacidos muggles... luego el mundo. Quería convertirse en el dictador supremo e inmortal con mis Reliquias, dividir la humanidad en el sistema de castas, Sangre Puras a la cabeza, seguido los Sangre Pura de Primera Generación, luego los Mestizos, Hijos de Muggles y los Muggles como los esclavos de los magos... cada niño mágico debía pasar por él, aquél demasiado poderoso se elimanaba o se convertiría en parte de su harén, los squib serían obligados como animales a aparearse con los muggles para producir nuevos niños con el gen de la magia, todo éso era parte de su plan— la voz de La Muerte se oía infinitamente asqueada —Él también hizo un Horrocrux, planeaba que su hermano lo reviviera una vez que tú murieras a manos de Tom, así él lo mataría y se llevaría todo el crédito, como lo había hecho una vez con ''batalla'' contra Gellert Grindelwald— las manos de Harry nunca soltaron las de La Muerte y es más, a medida que los horribles recuerdos pasaban frente a él, el agarre que tenía al ser sobrenatural era cada vez más fuerte.
—¿Qué quería de mí?— al fin preguntó, fue un susurro que salió sin permiso de sus labios, horrorizados al ver un recuerdo de Dumbledore, mirando con intensidad a quien sabía -por los recuerdos de Snape- que era James Potter.
—Quería tu poder, aún no nacías, pero viendo que James era fuerte, supuso que su hijo lo sería— entonces otro recuerdo llegó, James, con quien suponía era su padre —Pero él estaba aún bajo el yugo de su padre, el señor Potter de aquella época era un conocido auror que no se dejaba influenciar por nadie, necesitaba eliminarlos, la viruela de Dragón se puede transmitir de muchas formas, Albus se encargó de que ellos la tuvieran— agregó, entonces más imágenes pasaron —James, con dieciséis años era solo un mocoso en busca de guía, Dumbledore lo llevó hasta Lily, una chica con grandes habilidades en encantamientos, él se convirtió en auror como su padre al salir de Hogwarts, tu madre en una Inefable, ambos una pareja poderosa y aún así, Lily no podía concebir— la roja cabellera de la mujer se pudo ver a través de las cobijas de la gran cama del recuerdo, oía a su madre llorar por su imposibilidad de tener hijos —El heredero de la muerte nunca puede nacer de una mujer fértil, Harry—
Como un ladrón en medio de la noche, Dumbledore se apareció en la casa de los Potter, mala idea si dejas la red flu abierta para el hombre, y tras desmayar a James, realizó un ritual altamente oscuro para que el vientre marchito de Lily creara una burbuja de tierra fértil para la semilla de James.
Cuando el ritual terminó tras obligar a una Lily inconciente a tomar una poción perturbadoramente parecida a la sangre, un enervate seguido de un imperio logró que James por obra de la magia, ayudase a concebir a Harry.
—Tu concepción no fue natural Harry, la magia negra está arraigada más allá de tu núcleo gracias al ritual, manchando tu alma—entonces mostró un recuerdo previo al ritual, donde Dumbledore asesinaba a un muggle cualquiera para realizar la poción que le dio a la pelirroja —Una vida debe ser tomada por otra— murmuró la muerte, asqueada por los crímenes del hombre.
—Éso es horrible— murmuró Harry en respuesta, sus ojos verdes soltando lágrimas, su alma demasiado amable, demasiado lastimada, sufriendo aún por aquello que no era su culpa.
—Tú eres humano, pero también parte de mí, Harry— habló de nuevo La Muerte, acompañándolo a la siguiente memoria —Lily te llamó un milagro de la vida, pero es una simple humana, insignificante e ignorante, tú fuiste un milagro creado por mí— y las manos enguantadas de la mujer de negro a su lado lo tomaron con cariño y delicadeza de las mejillas, dejando una fantasmal caricia sobre ellas, los recuerdos del embarazo de Lily pasaron con rapidez y notó que, cada noche, sin falta, la figura de La Muerte tocaba con reverencia el vientre de su progenitora, donando la magia que él necesitaba, ahí cayó en cuenta que, La Muerte fue la única que estuvo a su lado, desde incluso antes de nacer —Contigo me prometí no cometer el mismo error que con Tom, y pese a los esfuerzos de Albus Dumbledore por matarte, jamás dejé que cruzarás por el velo, no, tu estabas destinado a algo mucho más grande— las manos heladas de la mujer de negro dejaron de acariciar su rostro, pero sus manos volvieron a unirse mientras caminaban hacia otro recuerdo.
—¿Hablas de la profecía?— preguntó Harry, la figura oscura asintió.
—Muy a mi pesar, es una profecía verdadera, el destino trazó un camino muy difícil para ti mi niño, pero las recompensas al final serán casi infinitas, sin embargo, Dumbledore tomó la profecía en el sentido más literal, creyendo que estarías destinado a matar a Tom— la noche de la entrevista a Sybil en cabeza de puerco vino a ellos —El verdadero Señor Oscuro de aquella época eran Dumbledore y Gellert, tu debes matarlos a ellos, no a Tom, después de todo, tanto Tom como tú son familia, lejana sí, pero familia, ambos descienden de la Casa Peverell, los tres hermanos que poseyeron alguna vez mis Reliquias— los recuerdos ésta vez pasaron a Dumbledore dando la noticia a los Potter, el niño de la profecía creciendo en su vientre, los planes o se habían echado a perder, o no podrían mejorar más, porque no había nada como un peón necesitado de afecto y atención, privado de las necesidades más básicas que un niño debería tener. El destino de Harry Potter se había sellado ésa noche, cuando los Potter confesaron su temor a morir.
—Nunca vi a dos humamos tan temerosos de mí— murmuró La Muerte —Gemían y lloraban patéticamente por las noches, deseando que no hubieras nacido, que el peligro no respirara tras su nuca todos los días— el recuerdo de James, peleando con Sirius mientras una llorosa Lily sostenía a un intranquilo Harry de apenas dos meses, apareció frente ellos.
''—¿Cómo puedes decir éso de él? ¡Es solo un bebé!— gritaba Sirius, su rostro lleno de incredulidad —Él no es el culpable de que una profecía haya sido dicha. ¡Ni siquiera crees en las profecías, James!—'' volvió a gritar, tras él, Remus permanecía en obstinado silencio, pero sus ojos dorados delataban lo enojado que estaba.
''—No entiendes Sirius, ¡Yo no quiero morir!— gritó James, su respiración agitada y sus manos apretando sospechosamente su varita —Trabajé demasiado para conseguir todo lo que tengo, ser auror, casarme con Lily— miró a su mujer con temor —Tú mejor que nadie sabes lo que es perseguir tus sueños y la felicidad de alcanzarlos—'' lo acusó, sabiendo bien que lo único que quería el Black era apartarse de su familia y hacerse de su propia reputación, Sirius se elevó a toda su altura acercándose peligrosamente a James.
''—Lo sé, pero jamás abandonaría a mi propio hijo por miedo a morir— Sirius lo miraba con tanta frialdad, después de todo era un Black. —Ése niño es un maldito milagro, y ni tú ni Lily lo merecen—'' sin decir más, el animago salió por la puerta de la mansión Potter dando un fuerte portazo, la sala quedó en silencio, pero fue Remus quién lo rompió:
''—¿Qué es lo que planean hacer?—'' preguntó. James dio un suspiro mientras se dejaba caer en un sofá, Lily permaneció callada todo el rato.
''—No lo sé, Dumbledore aún no ha dicho nada y...—''
''—James, es tú hijo, Dumbledore no puede decidir por ustedes—''lo cortó el licántropo. El rostro del auror se arrugó en molestia.
''—¿Tú también, Remus?— lo acusó —Hacemos lo mejor que podemos para mantenernos todos a salvo—''
''—No— le dijo el hombre de ojos dorados —Tú solo estás buscando lo mejor para Lily y para ti— había tanta decepción en el rostro del lupino — Harry no está en sus planes—'' y ninguno de los padres dijo nada, un gruñido bajo entonces salió de Remus.
''—Si no planean protegerlo... deja que Sirius y yo lo cuidemos— '' pidió el de ojos dorados.
''—No— gritó James, haciendo que un pequeño Harry comenzará a lloriquear cada vez más fuerte —Harry debe cumplir su destino y matar a Voldemort, solo así estaremos a salvo—''
''—¡Estás siendo egoísta, James!— Remus ignoró a una llorosa Lily que intentaba calmar también a un inquieto Harry —¿Acaso piensas sacrificar a tu propio hijo?—'' y James nuevamente no volvió a hablar y la Sala de la casa permaneció en una silencio agónico.
''—Eres un cobarde—'' escupió Remus antes de salir de la misma manera que Sirius, un suspiro salió de los labios de James y tomó la mano de Lily en consuelo cuando ella se echó a llorar a su lado en el sofá.
''—Solo... solo no quiero que nada te pasé— la mano subió a la mejilla de la pelirroja —Lo eres todo para mí—'' y en ninguno momento, ninguno de los adultos se giró a mirar al pequeño niño que se encontraba rodeado de mantas sobre las rodillas de Lily, era como si simplemente no existiera.
El recuerdo terminó.
—Tenían tanto miedo— susurró La Muerte —Pero no temían sacrificar a otros para vivir— el recuerdo que apareció fue el de la noche del 31 de octubre, aquella fatídica noche —Tus abuelos maternos aún vivían ése momento, o al menos hasta ésa noche— y avanzaron nuevamente hasta otro recuerdo, y Harry pudo presenciar lo peor de la humanidad.
—¿Ésos son...?— comenzó a preguntar Harry, al ver a una mujer de mediana edad y brillantes ojos azules y cabellos de fuego jugar con un pequeño Harry frente a la chimenea, sentado en el sofá, un hombre con más edad los observaba, su fría mirada verde se suavizaba con las risitas que el bebé Harry soltaba ante las caras que le hacía la mujer.
— Son tus abuelos, sí— comenzó La Muerte —Aún podrían haber vivido quizás diez o quince años más, tú podrías haberlos conocido, pero desde septiembre que tus abuelos te cuidaban— Harry miró confundido a la figura de la muerte —Ellos fueron hechizados por Dumbledore, y, mientras él y tus padres buscaban un refugio seguro para éstos últimos, ellos quedaron como tus guardianes— se oyó un estruendo fuera de la casa, el Sr. Evans gritó a su mujer para que llevara al niño lejos de ahí, el hechizo fidelio había caído y Lord Voldemort aparecía tras explotar la puerta con un hechizo —Tom ya estaba lo suficientemente enfermo como para entrar en razón y buscar una solución pacífica, el miedo a la muerte que Albus infundó en él lo había cegado, y tu eras posiblemente el único que podría destruirlo, no podía dejarte vivir. Tu abuelo murió valientemente... sin dolor— vio el intenso rayo verde que impactó contra el cuerpo del hombre que cayó a mitad de las escaleras, Voldemort pasó a su lado sin siquiera mirarlo nuevamente, su abuela lo abrazaba con fuerza mientras le decía lo mucho que su abuelo y ella lo amaban.
''—Apártate mujer, solo dame al niño—'' murmuró Voldemort en el recuerdo creyendo que quien estaba frente a él era Lily Potter, Harry miró con confusión a la muerte.
—Severus Snape le había pedido que no mate a su amiga en un acto desesperado por salvarla, ni siquiera pensó en ti en ése momento— agregó lo último, sin embargo, no se detuvo ahí —Pero desde la supuesta muerte de Lily, no hubo un día en el que no se arrepintiera de ésa decisión, él realmente no quería que mueras a manos de su señor, él no quería que ningún inocente muriera— sentimientos encontrados llenaron el corazón del muchacho, por un lado estaba enojado con el pocionista, pero no podía culparlo, todos fuimos jóvenes, enamoradizos y estúpidos alguna vez, no podía juzgarlo por una mala decisión del pasado cuando... toda su vida lo había estado protegiendo.
''—¡Oh Muerte misericordiosa!— escuchó el susurro de su abuela, quien aún lo protegía con su cuerpo de la varita levantada de Voldemort —Tú que escuchas nuestras súplicas y te compadeces de nuestros dolores— continuó rezando, lágrimas gruesas corriendo por sus mejillas, la resignación pintada en su rostro, Voldemort, en un acto de compasión la dejó terminar su oración —te imploro por mi alma y el de mi niño— su llanto se hacía cada vez más fuerte dificultando su habla —para que podamos gozar de descanso eterno en el seno de tu amor infinito, que podamos ser iluminados por tu luz perpetua— miró una última vez al niño agitado tras ella antes de volverse hacia Voldemort —Y que tengamos la dicha que nos faltó en nuestra vida terrenal—'' su abuela cerró los ojos y, un inusualmente callado señor oscuro, apenas murmuró la maldición asesina, miró con respeto el cadáver de la mujer y, se acercó al niño que comenzó a llorar con fuerza.
—Tu abuela me llamó ésa noche, por lo que decidí protegerte de aquella maldición— habló La Muerte —Incluso si no lo hacía... iba a intervenir— confesó —Murió tranquila, está en un lugar mejor ahora—
Lágrimas gruesas ahora corrían por las mejillas de Harry, quien se negaba a continuar con su recorrido por las memorias de Muerte, no tenía las fuerzas, no tenía la voluntad de continuar ¿Porqué sus padres lo habían abandonado tan fácilmente? ¿No estaban acaso deseosos de tener un hijo? ¿Porque entonces les fue tan fácil dejarlo solo? ¿Porqué no sintieron remordimientos al dejar a sus abuelos con él?
Ellos fueron quienes los mataron, no Voldemort, no Dumbledore, ésas muertes... la muerte de sus abuelos fueron únicamente culpa de ellos.
—Fue una buena mujer, ¿Verdad?— preguntó hacia La Muerte, refiriéndose a su abuela, la figura oscura asintió con un rostro triste.
—Te pareces mucho a ella, sus almas son parecidas, nobles y amables— respondió la deidad de la Muerte —En ése último momento, cuando tuvo a Tom frente a ella, el hechizo que la obligaba a cuidarte desapareció... ella murió contigo por su propia voluntad, se resignó, sí, pero no te abandonó— había tanta traición brillando en los ojos del muchacho, su alma poco a poco pudriéndose con el odio y la sed de venganza, el gris dando paso a una oscuridad espesa como el alquitrán.
—¿Dónde están ellos ahora?— preguntó, su voz desprovista de toda emoción.
—¿Los Potter?— preguntó La Muerte, tras el asentimiento de Harry un recuerdo nuevo apareció —En Alemania está una de las casas de Grindelwald, solo Albus sabe que es del hombre, tus padres creen que es del director así que viven acomodados allí—
—Ellos no son mis padres— dijo con fuerza Harry, mirando la imagen de un ahora mayor James leyendo el periódico con una sonriente Lily cortando verduras para el almuerzo —Tú eres mi... ¿Padre? ¿Madre? Es por ti que pude existir, ellos solo fueron recipientes, ingredientes— soltó con veneno, sus dientes mostrándose inconscientemente de manera aguda, como un depredador a punto de atacar. Los labios rojos de la mujer de negro se levantaron con suavidad.
—Lo soy— admitió, se tomaron nuevamente de las manos —Sirius y Remus jamás sospecharon— volvió a hablar, el recuerdo del 31 de octubre volvió, ahí apareció su padrino, desconsolado, abrazó los cuerpos muertos, que ahora se parecían al de James y Lily.
Escuchó a Hagrid llegar y como Sirius dejó al pequeño bebé en sus brazos diciendo: ''— Cuídalo por ahora, volveré pronto, no se lo des a nadie—''
—Él estaba muy prepcupado, y sabía quién era el traidor, solo quería capturarlo para que no te hiciera daño en el futuro— explicó la mujer de negro, Harry continuaba mirando el cadáver de sus abuelos —Desde luego, el plan de Dumbledore siempre fue dejarte aislado con los muggles, necesitado de aprobación, la perfecta arma para destruir a Tom, quien había sido una piedra en su zapato desde siempre, no pudo conseguir la piedra de la resurrección cuando se convirtió en un Señor de la Oscuridad, y solo a base de engaños consiguió la capa de James, pero para cuando llegaste a Hogwarts ya era tarde, no había conseguido juntar todas las reliquias y ya debía entregarte la capa a ti—
—¿Cómo hizo Dumbledore para que se parezcan a ellos?— preguntó, La Muerte se giró a mirarlo, curiosa.
—Un ritual de sangre antiguo y oscuro, era utilizado por los grandes Lores o Gobernantes que querían pasar por muertos— Harry asintió, extendió una mano intentando tocar a su abuela pero sus manos traspasaron el recuerdo como si de humo se tratase, la decepción lo recorrió por unos instantes.
—Me lo imaginaba— murmuró con rabia el menor. —¿Qué pasó con ellos durante todos éstos años?— preguntó, más por curiosidad que por que le importara.
—Después de que fuiste dejado con tus parientes sin magia, continuaron con sus vidas, han utilizado gran parte de la fortuna Potter para vivir más que cómodamente, desde luego no fueron ellos quienes retiraban el oro, ya estaban legalmente muertos y Gringotts no lo permitiría, pero Dumbledore era tu guardián mágico, podría sacar todo el oro que quisiera de tus cuentas y nadie diría nada por que... él tenía el poder para hacerlo— la imagen de James y Lily en una perfecta vida hogareña apareció y la mujer pelirroja nunca se había parecido tanto a Petunia como en ése momento; fingiendo que no existía, ignorándolo. —Intentaron muchas veces tener otros hijos, Lily deseaba tanto tenerlos, si no podía cuirte a ti, lo haría con otro, tenía mucho que dar— habló con burla La Muerte, las peleas del matrimonio Potter pasaba frente a sus ojos, se culpaban de vicios, de traiciones, de muertes —Sin un ritual oscuro, Lily era tan fértil como la arena del desierto— había una sonrisa arrogante en los rojos labios de la mujer de negro mientras observaban otro recuerdo, ésta vez uno de Lily, llorando en la oscuridad ante su incapacidad de producir vida.
—Cualquier milagro de vida que pudiera tener en su vientre, se quedó contigo, es por eso que, en secreto, te odia— volvió a hablar La Muerte, y el recuerdo de Lily cambió, las lágrimas de tristeza fueron reemplazadas por rabia pura y el odio en sus apagados ojos verdes lo cortaban como dagas, incluso si era solo una memoria. El agarre en la mano de la mujer se apretó en consuelo, pero a pesar de su dolor, del saberse no deseado, del saberse abandonado, odiado... Harry no permitió que le afectara, no más de lo que ya lo hacía, así que quedó mirando el recuerdo, con el rostro impacible y sin ninguna emoción que delatara su sentir.
—Eres fuerte, hijo mío, pero ya no necesitas fingir, ya no estás solo— la mujer de negro lo atrajo en un abrazo, la temperatura del cuerpo contrario logró causarle escalofríos, pero su corazón se sentía bien, parecido s los abrazos que le regalaba la señora Weasley, pero más... simplemente más. —A pesar de lo que has pensado, siempre estuve allí para ti— y una secuencia rápida de recuerdos apareció, de todas las veces en las que casi murió y una sola cosa era constante. La imagen solitaria y escondida de una pálida mujer, cabellos negros como la noche, labios rojos como la sangre y alas negras cual cuervo en su espalda.
Ella siempre estuvo acompañándolo en sus peores momentos, siempre salvándolo, siempre cuidándolo, aún cuando no era visible para él. Harry sintió lágrimas caer por sus mejillas mientras observaba cada recuerdo, aún siendo acunado por los brazos de La Mujer.
—¿Qué haré ahora?— preguntó Harry en medio del abrazo —¿Qué se supone que haré con todos éstos recuerdos? Ya es muy tarde para hacer pagar a los culpables — murmuró cuando la imagen de Dumbledore y los Potter llegó a su mente —También es tarde para salvar a mis seres queridos— los traidores fueron reemplazados por Sirius y Remus —E incluso, ya no hay esperanza para los descarriados— terminó por decir, la imagen de un Tom enloquecido por la fractura de su alma flotando en su mente.
—¿Qué quieres hacer tú, hijo?— preguntó La Muerte —Si te conviertes en mi heredero, en mi legítimo hijo, las restricciones mundanas como el tiempo no serán adversarios para ti, tú podrás hacer y deshacer el tiempo a tu antojo— explicó la mujer.
Harry permaneció en silencio durante mucho tiempo, comenzaron a caminar, la lejana imagen de la estación de trenes haciéndose cada vez más grande, hasta que nuevamente se encontraban en la plataforma, y solo entonces, pareció que los pensamientos del muchacho tomaron forma.
—Eso significa... ¿Significa que puedo volver?—
Editado: 01/08/2022
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