Había un peso en su pecho, sentía que era difícil respirar, y había empezado a notarlo desde la muerte de Israel.

Ella nunca guardo esperanzas por su supervivencia, ella había visto a Egipto y Jordania sacar a su hermano del agujero en el que se escondió junto a su gobernante, ella estaba cerca pero no intervino (si por alguna razón los árabes no ganaban no le iba a dar a ese gobernante bastardo una excusa para atacar a su gente solo porque se metió en la pelea).

Ella estaba muy sorprendida porque no lo hubieran asesinado justo en ese momento, era claro que alguna de las armas de su hermano había alcanzado a Egipto, sus alas y espalda se veían terribles, mientras se alejaban el egipcio dejaba un débil rastro de sangre y plumas (no pudo evitar recoger varias, se sentía incorrecto dejarlas en el suelo) y por cada deidad existente, prácticamente irradiaba ira, lo único que pareció evitarle descargar esa ira en Israel fue Jordania susurrándole constantemente algo que no alcanzo a escuchar.

Por la mirada en la cara de Israel, tal vez no le habría gustado saberlo.

Luego de eso, el ejército israelí perdió, todo se sintió como una bruma hasta que se encontró en una típica habitación de interrogación junto al resto de la Coalición, Israel firmemente atado a una silla.

Se le ofreció dar el primer golpe. Ella se negó, recuerda vagamente haber dicho que solo quería mirar, que solo les pedía que lo hicieran gritar.

Y por Allah, realmente le hicieron gritar, en realidad subestimo cuánto odio le tenían al judío y esos gritos no la dejaron sola durante meses.

Primero le sacaron hasta el último gramo de información que tenía sobre su ejército, bases, nombres y cualquier información que tuviera sobre USA (tardaron más en sacarle esa información en particular, Irak parecía complacido de ser él quien se la sacara) y luego de eso...

Luego ya no parecían tener razón para contenerse y Egipto encontró la forma de hacerlo gritar incluso más fuerte (pero no parecía estar mirando realmente a Israel mientras lo torturaba, sus pupilas habían desaparecido y Palestina no recuerda que hubieran estado incluso cuando capturo a Israel).

Siria la sacó de la habitación antes de que lo ejecutaran, claramente notando lo mal que le había sentado tanta violencia (su hermano parecía seguir consciente por pura fuerza de voluntad y la sangre resaltaba por completo en su piel blanca) y un último gritó ahogado sonó antes de que todo se quedara en silencio y todo lo que pudo pensar ella fue en salir de ahí, alejarse de la habitación que contenía a quien alguna vez fue su mejor amigo, alejarse del cadáver de su hermano.

Había pasado ya casi un año desde eso y en esos momentos se encontraba caminando por lo que alguna vez fue la tierra de Israel, veía distraídamente a su gente caminar por su ahora territorio, ya tenía el reconociendo no solo de la Coalición sino del mismo URSS y sus aliados.

E incluso con aquel peso en su pecho no podía evitar estar complacida por ello, para ella, Allah finalmente había respondido a sus rezos y le estaba otorgando a su gente el lugar que merecían en Medio Oriente, en el mundo.

Incluso cuando eso le costó a su hermano.

Su pecho se apretó al pensar en su hermano, claro Israel y ella no habían sido exactamente unidos en los últimos años, pero todavía había cariño por el judío, incluso cuando ese cariño se encontraba bajo una capa de resentimiento y algo que estaba segura se habría convertido en odio si las cosas hubieran permanecido iguales.

Pero ahora Israel estaba muerto y ese maldito peso en su pecho era todo lo que quedaba de él y ella no iba a renunciar a todo lo que había ganado solo por que se sentía culpable por algo que ya ocurrió.

Israel estaba muerto y Palestina estaba viva y eso era la única verdad que existía ahora.