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24

~*~

JungKook

Abro la puerta con mis ojos cerrándose de vez en cuando por el sueño, estoy tan cansado que siento que caeré profundamente dormido en cuanto toque la superficie de la cama.

Entro al apartamento y ruidos de risas y voces me hacen sonreír levemente cuando cierro detrás de mí.

— Ve, ve... — escucho el murmullo de HeeSook a pesar de estar algo lejos, entro a la sala de estar y los veo sobre la alfombra de juegos de JeonYul.

Mi pequeño está sentado sobre la alfombra mientras su madre está en la misma posición a un lado de él. Ella le vuelve a murmurar y mi campeón sonríe emocionado mostrando sus dientecitos. Me acerco un poco mostrándole lo feliz que me hace verlos.

Al llegar cerca de ellos dejo el maletín sobre el sofá y me pongo de cuclillas cuando HeeSook lo levanta dejándolo de pie. Él suelta una tierna carcajada por la emoción de estar parado y yo sonrío amplio mostrándole mi orgullo y felicidad.

— Mi campeón. — río atrayendo su cuerpecito para abrazarlo y besarlo, él soltando carcajadas por mis besos coloca sus manitos en mi rostro para separarme, así que me levanto con él en brazos y veo que HeeSook hace lo mismo.

— ¿Cuándo creciste tanto, eh? — pregunto anonadado con lo grande que nuestro hijo ya está.

— Bueno en dos meses ya es su primer cumpleaños, así que sí... creció demasiado rápido. — me sonríe suave y yo se la devuelvo.

— Hola nena. — murmuro acercándome a ella para darle un beso a sus labios.

— Te estaba esperando, amor... ¿tienes hambre? — inmediatamente la miro con picardía y ella me da un golpecito en el brazo haciéndome reír— Tienes al bebé en brazos... — se queja y me sigo riendo para darle otro beso en los labios.

— Hambre y sueño, nena... estoy que no aguanto el sueño. — confieso mostrándole mi cara de cansancio. Ella hace un puchero leve y me da un beso en la mejilla mientras acaricia mi nuca con sus dedos que me hacen cerrar los ojos levemente.

— Ve a ducharte mientras te caliento la comida, ya luego duermes tranquilo ¿si? — asiento y le sobo la espalda a JeonYul para darle un beso y pasarlo a los brazos de su mamá.

Voy a la habitación y me deshago de toda la ropa antes de meterme a la ducha y darme un refrescante baño.

Cuando salgo busco una ropa cómoda y con una camisa de algodón y un chándal de la misma tela salgo hacia la sala nuevamente, viendo como HeeSook me está sirviendo la comida mientras que de vez en cuando le da una mirada a JeonYul, quien juega sentado en la alfombra con sus juguetes. Yo lo miro y sonrío viendo como su camisa se sube un poco dejando ver su pancita, nuestro pequeño está gordito y lo hace ver muy tierno.

— Ven, ya tengo tu comida preparada. — HeeSook camina hacia mi y me toma la mano para guiarme hacia la mesa. Al sentarme veo el plato frente a mí y luego siento su beso en mi mejilla con sus manos en mis hombros— buen provecho. — dice en mi oído y suelto una risita agradeciéndole.

La veo irse hacia nuestro pequeño que aún juega muy concentrado con su carrito de juguete, al que en realidad le está sacando todas las piezas, por lo que HeeSook rápidamente se aproxima para quitarle las piezas pequeñas y evitar que se las lleve a la boca.

Sigo comiendo mientras los observo. Ella se sienta y eleva sus rodillas para recostar al bebé en sus muslos, mientras le hace cariño él ríe a carcajadas... es una hermosa vista la que me brindan.

Termino de comer y me quedo allí observando la escena, son ambos tan hermosos y sus sonrisas tan relucientes que me llena de un cálido sentimiento en mi pecho.

— ¿Por qué no le muestras a papá lo otro que aprendiste hoy, ah? — le murmura con besitos en la mejilla gordita de JeonYul, él simplemente ríe e intenta esquivar las cosquillas de los besos de mamá— Anda mi amor, ya papá terminó de comer... llámalo para que juegue contigo un rato. — miro a ambos de forma concentrada esperando por lo que quieren hacer— llama a papá...

JeonYul empieza a reír suavemente y avergonzado se quiere aferrar a su mamá cuando nota mi mirada sobre él. Ella le vuelve a pedir lo mismo y mi pequeño me mira.

— Papapapa... — balbucea entre risas y empieza a saltar en su puesto.

Eso me llena el pecho de calidez y me levanto de la mesa para ir hacia él entre risas, me inclino tomándolo de los brazos y lo cargo para llenarlo de besos.

— ¡Pero que hermoso mi campeón! — exclamo besando su cuello y abrazándolo fuertemente. Su risa vuelve a inundar mis oídos y me aferro a él.

— Esta tarde estaba balbuceando mucho y logré que aprendiera la palabra. — comenta mi esposa aún sentada en el suelo.

Me siento junto a ella quedando ambos recostados del sofá, le hago cariño a JeonYul mientras siento como HeeSook recuesta su cabeza en mi hombro.

~*~

Meses después

HeeSook

Pasaron unos dos meses para que ahora JeonYul esté cumpliendo su primer añito. En realidad como aún está pequeño decidimos hacerle su fiesta muy íntima, solo estaban los abuelos junto a JungKook y a mi. El único que había llegado como invitado fuera de la familia era Jimin.

— HeeSook ¿como estás? — me saluda Jimin luego de entrar al apartamento tras JungKook abrirle la puerta.

— Oh Jimin, muy bien, gracias. — lo abrazo del cuello y él me rodea el torso igual. Hacía mucho tiempo que no lo veíamos, y se encuentra mucho más radiante.

— Que bueno... por cierto le traje un regalo a mi ahijado. — me comenta mostrándome su amplia sonrisa.

Aún no habíamos bautizado a JeonYul porque queríamos esperar a que tuviera un año, pero Jimin lo trata como ahijado desde que estaba en mi panza.

— Se va a alegrar muchísimo. Está en la sala con los abuelos, pasa. — le doy el permiso y él asiente alejándose hacia el cumpleañero.

— ¿Necesitas que lleve algo a la sala? — pregunta mi marido mientras me rodea los hombros con su brazo.

— No amor, creo que es suficiente. — le respondo viendo su asentimiento y luego caminamos hacia los invitados.

JeonYul está parado entre las piernas de Jimin mientras él lo sostiene para que no se caiga, ya que nuestro pequeño aún no daba muchos pasos continuos. El más joven miraba y tocaba con curiosidad el dinosaurio hecho de forma realista, a todos nos sorprende que no le de miedo, pero ya sabemos a quien salió así.

Luego de un rato miro a Jimin que está sentado a nuestro lado, está mirando a JeonYul pero a la vez parece que no estuviese mirando nada.

— ¿Todo bien? — le murmuro y él me mira asintiendo y regalándome una sonrisa pequeña— ¿Seguro que no quieres hablar con alguien? — pregunto nuevamente preocupada por él. Me siento mal de verlo así cuando él estuvo apoyándonos desde siempre.

— Estoy bien, no te preocupes HeeSook... sólo estaba pensando en que vine a Seúl por el cumpleaños de mi ahijado, pero mañana a primera hora debo volver a Japón. — me mira con rostro fastidiado y le sonrío palmeando su espalda— desearía quedarme un poco más para llevar de paseo a JeonYul o a comprarle algunos juguetes. — me cuenta triste mientras se acerca a JeonYul para acariciarle la mejilla, dándole este una sonrisa que le muestra sus pequeños dientes en crecimiento.

— Que mal que no te puedas quedar más tiempo, pero así apartas algo de tiempo para el siguiente mes que es el bautizo. — le apuro y él sonríe amplio.

— Jamás me lo perdería. — me dice con una risita de por medio— Claro que vendré.

Lo miro con una sonrisa amable a pesar de seguirle viendo los ojos con un brillo apagado. Algo le está pasando pero Jimin no es de las personas que les guste contar lo que les pasa, prefieren encerrarse en su burbuja y superar todo solos.

Vuelvo a darle unas palmadas en la espalda y veo como JeonYul se levanta agarrándose de la mesa de centro, se da la vuelta hacia nosotros y empieza a hacer ruidos alegres mientras se mueve de arriba a abajo, sin soltarse nunca de la mesa.

Al cantarle cumpleaños nuestros padres estuvieron por un rato más y luego se fueron, quedando en la casa solo Jimin. No presto mucha atención cuando le preparo el biberón a JeonYul y veo que JungKook se acerca a la alacena para sacar una botella de ron. Frunzo el ceño pero me percato luego de su mirada que me dice todo.

Empiezo a batir el biberón cuando veo como mi esposo le dice a Jimin que vayan a su estudio. Y este mismo le sigue, teniendo aún en su rostro esa misma cara apagada.

— ¿Bebé Yul tiene sueño? — pregunto con cariño hacia mi gordo que con su manito empieza a hurgar sus ojos mientras suelta un bostezo.

Lo tomo en brazos y me voy hacia la habitación, allí mismo me siento en la cama y lo acuesto en mi regazo para destapar el biberón y colocarlo en su boca para que comience a alimentar. Su mano toma firmemente el biberón como si no quisiera que se lo quitara de la boca, sonrío con eso y suelto la mano de su alimento para peinarle con mi palma su cabello. Ya él se tomaba solo su biberón, así que no había problema con que quitara mi mano del mismo.

Sonrío mientras con mi mano peino su cabello y luego la paso por su rostro de mejillas abultadas. Mi pequeño tiene los brazos con cauchitos que dan ternura, y cuando usa los enterizos se ve aún más gordo.

Pasan varios minutos y veo que JungKook entra a la habitación soltando un suspiro.

— ¿Jimin se fue? — pregunto confundida, si estaba tomando no me gustaría que se fuese así.

— No, está en la habitación de huéspedes, lo pude convencer de que se quedara. — asiento más aliviada mientras veo que saca una camisa y un mono de algodón— voy a llevarle esto para que duerma cómodo. — apunta y le asiento cuando vuelve a salir de la habitación.

— Te ves precioso mi amor. — susurro hacia mi nene que ya está con sus ojos entrecerrados y su biberón vacío. Lo acomodo en mi hombro y empiezo a darle palmadas en su espalda para hacerlo dormir.

Me levanto para caminar mientras lo duermo y JungKook vuelve a aparecer. Lo miro expectante pero él se va directamente a la cama para quitar sus zapatos y luego su camisa.

Se levanta acercándose a nosotros y me da un beso en la frente para después dejarle uno a JeonYul en la cabeza. Sonríe regresando a la cama y se sienta para estirar su cuello un poco.

— ¿Y qué le ocurre a Jimin? — pregunto con suavidad y él voltea el rostro para verme.

— Lo mismo que hace dos años atrás. — me dice en respuesta sintiéndose cansado, y una vez que rectifico que JeonYul está dormido lo acuesto en su cuna.

Camino hacia JungKook y me paro frente a él, levanta su rostro para mirarme desde abajo y sus manos toman mi cintura para meter sus manos por dentro de mi suéter de lana y así tener contacto directo con mi piel. Tomo sus mejillas con mis manos y le doy un beso en sus labios que dura unos segundos.

— ¿Quieres un masaje? — pregunto suave y él asiente con sus ojos ahora cerrados.

Me siento detrás de él y saco de su mesa de noche el gel relajante muscular. Lo aplico en sus hombros y espalda y empiezo a darle ese masaje suave que necesita. Y al terminar le doy un beso en su cuello.

— ¿Mejor? — pregunto en un susurro en su oído y me hace un sonido de afirmación desde su garganta. Doy esta vez un beso a su mejilla con una sonrisa en mis labios y luego le rodeo el torso para abrazarlo, mientras mis manos acarician su abdomen y pecho.

— Amor, solo dime lo que quieres. — susurra girando un poco su rostro para verme. Le sonrío tierna y él suelta una risita.

Al ya estar acostados a punto de dormir él me abraza de espaldas y decido preguntar:

— ¿Me dirás lo que pasa? — le pregunto con suavidad y siento su beso en mi cuello.

— Jimin esta pasando por un momento de confusión en su vida... está tan confundido como nunca lo he visto. — hago una mueca triste y acaricio su mano que me abraza desde el abdomen.

— ¿Es por lo que me dijiste la otra vez? — él asiente y da un beso a mi cuello— ¿Crees que sea buena idea que se devuelva a Japón? — lo siento suspirar en mi cuello y murmura un "no sé" mientras oculta su rostro en mi cuello— ¿Crees que debería hablar con él?

— Amor, no te molestes pero... vi que cuando le preguntaste no te quiso contar, creo que prefiere mantener a las personas cercanas al margen. — murmura en mi cuello y asiento.

— Igual espero que esté mejor... que se recupere de eso y encuentre su camino, Jimin no merece sufrir así. — le digo y siento su asentimiento en mi cuello.

— Ha estado más inestable esta vez, espero que de verdad sepa qué hacer y no lo siga atormentando todo esto. — al decir eso hago un gesto triste y simplemente no decimos más.

Solo esperamos que se recupere de eso y aclare su mente.



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