22
~*~
JungKook
Bien... ¿qué va primero?
Suspiro sin poder recordar lo primero que me indicó HeeSook. Coloco mis brazos en jarra mientras veo a mi hijo acostado sobre la cama mientras se mueve inquieto pero tranquilo. Rasco mi cabello intentando hacer memoria sobre lo que mi esposa me dijo.
— ¿Recuerdas lo que dijo mamá JeonYul? — murmuro cuando me inclino hacia mi bebé con mis manos sobre mis rodillas. Mi campeón se vuelve a remover en la cama mientras me mira fijamente sin entender obviamente lo que le estoy diciendo.
Hago un murmullo y acerco mis manos al bebé para quitarle primero su mono de algodón, dejándolo así en su body de la misma tela con estampado de rayas blancas y azules. Se mueve tanto que se me complica hacerlo en poco tiempo.
— ¿Me ayudas un poco? — le propongo con tono neutro y mi pequeño solo me mira. Le hago cariño chasqueando mi lengua varias veces y sonriéndole, por lo que sonríe levemente y sigue moviendo sus piernas rápidamente— ¿Cómo es que con tres meses te mueves tanto, eh?
Me desespera porque no me deja terminar, pero eso no es motivo para descontrolarme, simplemente suelto una risita por lo irónico del caso, ya que parece moverse más justamente cuando está conmigo... para mi que los bebés son más inteligentes de lo que podemos pensar.
Mientras pienso eso último lo miro a los ojos con los míos entrecerrados. Prosigo a quitarle el body y ya queda con solo su pañal cuando le quitó las medias, le sonrío nuevamente mirándolo con orgullo en mi rostro.
— Esta vez no me vas a ganar. — le murmuro retador y luego le doy un beso en su pancita para irme a su cuello para aspirar su aroma y dejarle otro beso allí— Te amo. — le murmuro alejándome un poco para seguir con lo importante.
Tomo aire profundamente y suspiro fuerte.
— Bien aquí si me tomas desprevenido. — digo mirando el pañal. Me quedo pensando un rato mientras veo a mi campeón hacer puños con sus manitos y buscar llevárselos a la boca, me acerco con cuidado y retiro su mano haciendo que lo vuelva a intentar y cuando no se lo permito empieza a soltar hipidos.
— Solo es pipí... — una risita detrás de mí hace que voltee para ver a mi esposa cruzada de brazos mientras entra a la habitación, al estar detrás de mi coloca sus manos en mis hombros y deja un beso en mi espalda para después colocarse a mi lado.
— Igual me pone nervioso que pueda hacerle daño. — le digo en un murmullo y ella sonríe suave.
— No será así — dice suave mientras niega con su cabeza. Su mano acaricia mi brazo mientras me brinda una sonrisa que me da la confianza para mirar a nuestro hijo quien está degustando de su mano, entrecierro los ojos y niego.
Ella se sienta en la cama a un lado del bebé y le acaricia la mejilla para luego quitarle la mano de la boca. Parece milagro, pero no, el bebé no llora ni hace gestos cuando su mamá le quita su chupete nuevo. Su mano.
— Estás en mi contra ¿eh? — murmuro hacia el pequeño mientras su madre ríe suave.
— Anda yo te voy indicando paso por paso. — me anima mi esposa y asiento inseguro pero confiando en su seguridad— lo primero, busca el pañal nuevo. — hago un gesto de sorprendido y rápidamente busco el pañal— Ay Kook ni siquiera tenías el pañal listo. — menciona riendo un poco y yo la miro de mala gana— ¿Si se hacía pipí en tu rostro? — regreso a ella mostrando mis dientes de forma incómoda y me da escalofrío.
— Hago mi mejor intento. — respondo en mi defensa y ella ríe un poco más, haciéndome sonreír con verla a ella así de deslumbrante.
Luego de dejar el pañal nuevo abierto a un lado ella prosigue.
— Bien, desabrocha primero el pañal... — asiento obedeciendo.
Sigo cada paso tal cual como ella me lo indica, no sin llevar unos regaños pequeños en el proceso. Aunque no fue difícil igual me da nervios hacerle daño.
— Listo. — digo aliviado y ella llega a mi lado luego de buscar la nueva ropa que le pondremos.
— Bien, la próxima será con el dos. — me entrega la ropa y camina a la puerta, la sigo con mi mirada asustada y escucho su risa al salir.
Estos dos están en mi contra definitivamente.
Me acerco a mi campeón y nuevamente está moviéndose, por lo menos la ropa es más cómoda para ponerla que la otra. Es otro mono y esta vez una camisa de algodón, él tiene un gorro, por lo que se lo dejo puesto.
Lo levanto al terminar de colocarle todo y lo acuesto en mi hombro para tomar la manta de la cama y cubrirlo con esta. Salgo a la sala y me encuentro a mi esposa terminando de cocinar el almuerzo.
— No sabes cuanto me alegra que estés aquí otra vez. — le digo cuando voy caminando al sofá.
— Sin mi esto es un desastre amor... lo bueno es que mi madre está cerca ahora que visita los fines de semanas mi apartamento. — ella me cuenta con tono feliz mientras escucho desde el sofá.
— Así la puedes visitar más seguido. — menciono subiendo los pies a una butaca y acomodando al bebé para acostarlo en mi regazo.
Los pasos de HeeSook se escuchan detrás de mí y espero a que llegue.
— Amor ¿Le das el biberón? — murmura suave colocando el biberón frente a mi rostro. Lo tomo asintiendo y escucho su risita— ¿Recuerdas como te indiqué? — pregunta otra vez con tono suave. Asiento rápido y la miro con una sonrisa— Gracias, te amo. — me da un beso a los labios y yo hago un sonido de queja para que me de otro, cuando lo hace vuelve a reír— Ya amor, voy a terminar la comida para servir.
La dejo ir y procedo a quitarle la tapa al biberón para, con cuidado, poner la mamila en la pequeña boca de nuestro bebé. Él mueve la boquita para chupar poco a poco y el ruido de su garganta al tragar me hace sonreír.
Y luego de unos minutos el contenido ya está totalmente vaciado del biberón, sonrío más amplio mientras quito el biberón colocándole la tapa otra vez para dejarlo a un lado en el sofá.
— Tenías mucha hambre ¿verdad? — susurro entre risitas y me acerco para darle un beso en su frente y luego limpiarle la boca del residuo con la manta debajo de él.
Lo levanto y me coloco la manta en mi hombro para acostarlo sobre este y empezar a darle suaves palmadas para sacarle los gases. Mientras lo hago su olor a bebé me llega a la nariz, haciéndome sonreír. Unos minutos después escucho nuevamente los pasos de HeeSook.
— Creo que estas listo para dejarte solo con él un día de estos. — su voz se oye a un lado de mi rostro y me empiezo a reír.
— Claro que no, moriría de desespero. — me río un poco más fuerte y ella me imita. Siento su beso sonoro en mi mejilla y dejo de reír para simplemente sonreír.
— Sabes que te ves tierno ¿verdad? — niego con mi cabeza mientras no dejo de palmear la espalda de nuestro pequeño— Claro que sí... hace un tiempo atrás no creí que de verdad te pondrías a cambiar pañales, dar biberón y sacar gases. — vuelvo a reír suavemente y me quejo.
— Quiero ayudarte, no quiero que hagas todo esto sola si tengo la posibilidad de hacer que no sea así. — volteo a verla y me está sonriendo tierna— además míralo, mi campeón es guapo, no le puedo decir que no... y lo amo. — susurro escuchando los gases mientras le hago una cara de sorpresa y orgullo.
— Te lo dije... eres un gran padre para nuestro hijo. — me sonríe.
Sonrío aún más sin decir nada y ella se separa para ver al bebé en mi otro hombro, regresa a su posición y su sonoro beso en mi mejilla me hace reír.
— ¿Y eso por qué fue? — le pregunto entre risas y vuelve a dar otro beso a mi mejilla.
— Felicidades super papá, acabas de hacer dormir al bebé. — la miro con sorpresa y ella me asiente alzando sus cejas.
— ¿En serio?
— Así es... has pasado la prueba. — me dice con tono juguetón.
— Merezco algún premio ¿no? — le respondo con el mismo tono y ella ríe suavemente dándome un beso no tan corto. Nuestros labios suenan al separarnos y le sonrío con picardía.
— Lo arreglamos más tarde si logras acostarlo sin que se despierte. — me susurra y vuelve a separarse para irse hacia la cocina nuevamente.
Hago un gesto de queja y me levanto del sofá para llevarlo a su cuna en nuestra habitación. Y cuando logro acostarlo sonrío por lo tierno que se ve, además de no despertarse. Regreso a la sala y veo a HeeSook poniendo la mesa.
— ¿Qué decías? — le pregunto sarcástico abrazándola de espalda. Su risa es música para mis oídos, así que le doy besos en su cuello mientras la aprieto a mi cuerpo— Creí oír que me debes algo. — murmuro contra su oído y muerdo suavemente el lóbulo de su oreja.
— ¿Acaso no tienes hambre? — pregunta entre risas y yo asiento aún contra su oído.
— Sabes que sí... pero también sabes que me gusta primero el postre. — susurro y ella ríe suavemente.
— Amor... — alarga en un aviso de que me detenga— amor puede despertar en cualquier momento...
Beso su cuello mientras la empujo para caminar al sofá. Entre sus risas la acuesto en el sofá y empiezo a dejarle besos por todo su rostro y luego su cuello.
— Es hora de cobrarme todo lo que me debes. — susurro contra su oído y su risa sigue deleitando mis oídos.
La madre de mi hijo es hermosa en todos los ámbitos.
~*~
Dos semanas después
HeeSook
Camino a la sala desde la habitación con mi pequeño en mi hombro mientras está durmiendo profundamente. Llego a la sala y veo a JungKook ajustando su corbata pero fracasa, así que con cuidado dejo al bebé sobre la pequeña cuna que tenemos en la sala, me acerco a mi esposo haciendo resonar mis tacones en la madera y me coloco frente a él sonriendo de manera tierna ante su frustración. Parece un niño pequeño cuando hace esos pucheros frustrados.
— A ver, te ayudo. — le digo con suavidad y él suelta la corbata soltando también un suspiro para dejar que yo haga el trabajo. Mientras hago el nudo miro su cuello y el cabello tan oscuro que ha dejado crecer un poco— ¿Por qué estás tan frustrado, amor? ¿Qué es lo que pasa? — le pregunto lo último con un murmullo ahora viendo sus ojos mirar los míos.
— Es que... ¿Y si no sale bien? — pregunta nervioso y le sonrío con ternura terminando de ajustar su corbata de color negro, del mismo color que es su traje de hoy: un hermoso traje de blazer cruzado que realza sus hombros y deja lucir esa delgada cintura que hace ver a mi marido tremendamente sexy.
— Ah bueno tal vez enamores a la hija del viejito y todos felices. — le digo en broma y él me ve con su rostro de "no juegues con eso" por lo cual empiezo a reír.
— Soo... esto es serio. — se queja y yo asiento entendiendo y le murmuro unas disculpas mientras río por lo bajo— Nuestro futuro como familia podría tener un cambio drástico si esto sale como queremos.
Lo miro a los ojos cuando dice eso y no puedo evitar sentirme orgullosa. Él siempre busca lo mejor para nosotros, siempre me lo ha recalcado, pero yo ya no sé cómo decirle que lo que más deseo para nuestra familia es estar sanos y juntos en todo momento.
Cuando termina de abrochar los botones del blazer su cintura se acentúa mucho más, por lo que le sonrío de manera coqueta.
— ¿Todo este paquete es mío? — pronuncio de forma sensual y pícara, logrando así por fin sacarle una sonrisa amplia mientras veo como sus mejillas toman un color rojizo.
— Soo. — se vuelve a quejar esta vez avergonzado y yo me río suavemente.
Le tomo de la mano y lo acerco a mi para tomarle el rostro con mis manos y hacer rozar nuestros labios.
— Nuestro hijo y yo sólo te queremos a ti, no nos importa nada más, solo queremos ser mamá, papá y JeonYul ¿Sí? — le digo con mis labios fruncidos haciendo un tono cariñoso para luego darle un beso corto seguido de otro y luego otro— Te amo.
Él sonríe mostrándome ese brillo de sus ojos hermosos.
— Te amo. — murmura robando otro beso a mis labios— Por cierto no te he dicho lo hermosa que estás... te ves guapísima, nena. — susurra nuevamente acercándome a sus labios para besarme.
Me separo y le sonrío coqueta, le paso a un lado para ir a buscar al bebé para irnos, pero al pasar a su lado mi mano impacta fuerte su trasero, por lo que él se exalta y me mira con sorpresa.
— Estás que ardes amor. — le digo desde unos metros y él comienza a reír.
Tomo a mi príncipe quien estando ahora despierto se veía muy distraído con los ositos colgantes de su cuna mientras se movía sólo un poco. Está precioso con su suéter de lana azul y su pantaloncito azul marino junto con sólo unas medias para no tenerlo tan incómodo, su cabello negro es tan abundante que me sigue sorprendiendo, tiene mucho cabello y eso lo hace ver aún más hermoso.
— Pero que guapo está mi príncipe. — le digo con cariño para luego besarle la mejilla rosada. Apenas tiene tres meses y medio y está regordete pero saludable.
Me acerco a JungKook para que lo adule y este de inmediato hace su mejor cara de sorpresa, es la primera vez que lo ve vestido tan elegante, por lo que no es de extrañar que se ponga como un bobo a hacerle cariño mientras nuestro pequeño suelta pequeñas carcajadas por las caras graciosas de su papá.
Él lo toma en brazos para darle unos cuantos besos mientras JeonYul empieza a meter unos de sus dedos a su boca, lo cual JungKook evita haciendo que el más pequeño empiece a molestarse.
Yo voy a terminar de retocar mi maquillaje para después buscar mi bolso, que no es más que una pañalera para el regordete que está por llorar por culpa de su papá.
— JungKook no lo hagas llorar...— le regaño suave volviendo a ellos.
— Amor no podemos permitir que se lleve sus deditos a la boca. — me responde en mi mismo tono y lo veo con una sonrisa por imitarme de la mejor manera.
— Pero tu eres muy brusco, intenta tratarlo con suavidad que después en la reunión va a estar llorando mucho y no quiero que llore demasiado. — vuelvo a pedirle y él sonríe por mis palabras.
Claro como él no es quien tendrá que calmar al bebé luego.
— Esta bien, señora Jeon. — me dice en el mismo tono y sonrío negando. Me quita la pañalera y se la coloca en el hombro para luego pasarme a JeonYul, cargo al bebé de forma que quede mirando al frente y lo miro cuando regresa de buscar las llaves— ¿Nos vamos? — le asiento y empiezo a caminar a la puerta.
Él me abre la puerta y me permito salir para esperarlo en el pasillo, nos dirigimos al elevador y ya cuando estamos en el estacionamiento él me abre la puerta trasera para acomodar la silla de JeonYul. Lo acomodo en ella y le abrocho los cinturones para después colocarle el chupete y esté más tranquilo. Cuando entro al auto JungKook ya está listo mientras me espera haciéndole cariño al bebé desde su posición, quien de vez en cuando soltaba una pequeña carcajada.
— Listo amor.
Hoy JungKook tiene una cena con un señor dueño de unas propiedades que quiere vender al mejor postor. Y mi esposo está metido en eso por la empresa de su padre, los nervios de JungKook se deben a que si obtiene esas ventas a su favor sería un gran contrato que estaría logrando, lo cual traería buenos ingresos.
Lo miro mientras él maneja y hace respiraciones profundas cada cierto tiempo, miro atrás para verificar que JeonYul esté bien y vuelvo a mirar a mi esposo. Coloco mi mano decorada con anillos y una manicura delicada sobre su muslo y capto su atención.
— Tranquilo ¿Sí? — asiente y me regala una linda sonrisa— Saldrá todo bien, ya verás.
— Gracias amor. — murmura mirándome cuando paramos en un semáforo en rojo. Toma mi mano y se la lleva a los labios para dejar un beso sobre el dorso. Rápidamente me da un beso en los labios y sonrío feliz por lo que está logrando.
Nada me hace más feliz que verlo feliz a él y a nuestro hijo. Ellos dos son mi vida.
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