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18

~*~

JungKook

Miro la puerta del apartamento una vez más y reviso en mi teléfono la dirección que me envió Jimin. Me costó demasiado confirmar que soy el esposo de HeeSook para que me pudiesen dejar entrar.

Mi mano temblorosa se levanta y aprieta el botón del timbre, escucho su voz en un "ya voy" y mi corazón late desenfrenado, trago fuerte cuando escucho como quita el seguro y abre la puerta, cambiando su rostro neutro a uno serio.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — pregunta con el tono más frío que puede aplicar a su voz.

— Vine porque quiero hablar contigo. — le soy directo al responder y ella parece incómoda mientras aún sostiene la puerta a medias.

— Ya no podemos hacer lo que quieres... mejor vete, JungKook. — me pide mientras en su rostro lastimero se nota lo cansada que está.

Cuando está por cerrar la puerta se lo impido colocando mi mano sobre esta.

— Por favor, vine a hablar contigo del bebé, de nuestro bebé, HeeSook. — murmuro lo último y ella hace un gesto con su rostro que me parte el alma.

— ¿Nuestro bebé, dices? — pregunta ofendida y dolida mientras destaca el pronombre— ¿Te tengo que recordar que hasta hace poco me pediste que no lo tuviera? — aprieto los labios mirando sus ojos molestos— Pues no, no es nuestro bebé, y no quiero hablar contigo sobre él... así que mejor retírate, JungKook, y dile a Jimin que deje de ser tan metiche. — vuelve a intentar cerrar la puerta y se lo impido de nuevo.

— Por favor, HeeSook... dame una oportunidad de hablar contigo. — su rostro no cambia de gesto y estoy a punto de desesperarme, pero no lo hago— Vine aquí a hablar contigo y no me voy a ir hasta que me des la oportunidad de hacerlo.

— ¿Otra oportunidad, JungKook? — pregunta con rostro de obviedad y cansancio— Para mí no existe otra oportunidad desde que rechazaste al hijo que espero...

— Estaba asustado ¿si? — murmuro con mis ojos aguados— Aún lo estoy... pero he estado pensando mucho las cosas desde que te fuiste, y la verdad no me veo sobreviviendo sin ti...

— ¿Osea que vienes aquí a hablar conmigo solo porque no crees que sobrevivas sin mi? — resopla una risita irónica y niega desviando su mirada a otro lado para volver a mis ojos— Todo siempre tiene que rondar a tu alrededor, nunca vas a hacer algo por alguien más... seguirás siendo un egoísta.

— No, no es eso... — interrumpo de inmediato, asustado de la cagada que estoy haciendo. Tomo una bocanada de aire para poder empezar de cero.

— Yo no quiero estar a tu lado sabiendo que no quieres a mi bebé... y lo lamento por ti si no puedes sobrevivir. — lo dice con un tono de falsa lástima que me duele muchísimo— pero ahora mi prioridad es mi hijo, nadie más. — destaca lo último y relamo mis labios.

Intenta cerrar la puerta y esta vez lo impido pero a su vez me doy paso a su nuevo hogar, haciendo que ella de unos pasos hacia atrás mientras me ve seria y expectante de cualquier movimiento de mi parte.

— Te dije que debemos hablar... y no me voy a ir hasta hacerlo. — insisto mirándola como siempre la he mirado: con mi mirada babosa por ella.

Se da la vuelta y cruza sus brazos para caminar a la sala, no espero nada para seguirle el paso. Ya en el medio de la sala ella se detiene y se voltea para mirarme de nuevo.

— Di lo que tengas que decir y vete.

— No es sólo lo que tengo que decir, es lo que de verdad quiero hacer. — es lo primero que le digo luego entrar a la sala de su apartamento.

Observo el lugar bajo su mirada seria e intensa. Me detengo en sus ojos nuevamente e intento empezar a decir algo sin regarla, aunque es difícil con HeeSook mirándome de esa forma.

— ¿Qué te pasó? — pregunta mirando la venda en mi frente. Suspiro tocando la misma y pensando en que olvidé quitarla antes de venir.

— Nada importante. — niego y no parece convencida. Me quedo mudo un momento mientras pienso en cómo empezar.

— ¿Hablarás o te quedarás allí sin decir nada? — me dice alzando su ceja y con sus brazos aún cruzados. Suelto el aire en un suspiro sonoro y abro la boca para hablar sin pensar, solo dejaré que mi corazón ponga las palabras en mi boca.

— Primeramente quiero pedirte perdón por haberte tratado así ese día, por haberte pedido lo que te pedí sin tomar en cuenta tus sentimientos y que sin darme cuenta los herí...

— Me partiste el corazón. — destaca algo temblorosa interrumpiendo mis palabras y relamo mis labios sin dejar de ver sus ojos. Están tan fríos que me da miedo que la haya perdido.

— Y en verdad lo lamento, lo lamento tanto HeeSook, y sabes que es verdad por lo mucho que te amo. — susurro con mi voz volviéndose temblorosa también. La veo tragar fuerte y mirar el suelo para volver a mis ojos.

No, no la he perdido aún.

— No pudiste ni siquiera pensar bien la situación, JungKook, no te diste ni siquiera la oportunidad cuando te lo dije... — murmura igual de quebrada que yo pero sin dejarlo notar en su voz— ¿Te das cuenta de lo que me hiciste? ¿De lo mucho que me lastimaste? — susurra esta vez sí dejando ver su dolor a través de sus ojitos aguados queriendo soltar toda frustración hacia mi.

— Perdóname, amor... — susurro igual con mis ojos aguados— estaba asustado... estoy asustado. — corrijo y ella se limpia las lágrimas que ya han salido de sus hermosos ojos.

— ¿Y acaso crees que yo no? — reclama y me quiero pegar en las bolas por hacerla molestar nuevamente. Siempre tengo que regarla— Yo estoy cargando con el bebé y estoy tan asustada igual que tu. — su voz se vuelve temblorosa nuevamente mientras su dedo empuja mi pecho con rabia contenida.

— HeeSook, tranquila, no te debes alterar por el bebé. — murmuro pidiendo un poco asustado de que se pueda sentir mal. Ella parece razonar y respira hondo para calmarse.

— No sabes lo asustada que estoy desde que supe que mi bebé sólo me tenía a mí... ¿sabes acaso lo que eso conlleva? ¿Depende solo de mi y tu crees que eres el asustado? — niega con sus lágrimas cayendo. Mira a otro lado y las vuelve a limpiar. Yo quiero hacerlo por ella, siendo que es mi culpa que se sienta así, pero sé que sólo se va a alterar— Lo único que quería era tener tu apoyo... sólo eso... — susurra lo último. Me vuelve a mirar y vuelvo a tragar fuerte bajo su mirada que me deja sumiso. Siempre lo hace— pero tu no quisiste dármelo, y me tocó lidiar sola... claro, como me he embarazado sola ¿no?

Tomo aire nuevamente y la miro con decisión.

— HeeSook, vine aquí porque quiero ser parte de la vida de nuestro hijo. — soy preciso y ella hace un movimiento con el brazo para colocar este en forma de jarra mientras me ve y aprieta sus labios escuchándome, ese mismo movimiento me hace percatarme de su abdomen levemente abultado. Parece que hubiese comido mucho pero en realidad es por nuestro hijo, es muy pequeño aún.

— ¿Ahora si quieres ser parte? — la miro con cansancio pero no digo nada, simplemente recupero la compostura y asiento decidido— ¿Lo quieres hacer porque quieres o porque sientes el compromiso?

— HeeSook... — alargo su nombre en una queja suave mientras ladeo mi cabeza. Ella siempre ha sido de carácter fuerte pero parece que el embarazo aumentó eso— Te amo... y amo al bebé. — destaco y ella frunce sus labios— los amo a los dos y no quiero estar sin ustedes. — me acerco un poco con cuidado de no molestarla de nuevo, mi mano sube y acaricia su brazo con suavidad mientras no me da la mirada pero sé que está falta de cariño, y yo me encargaré de dárselo— Quiero estar con ustedes... quiero ser ese padre orgulloso de tener un hermoso hijo con la mujer que más ama en su vida... — cierro mis ojos y acerco mis labios a su frente, dejo un suave beso en su piel tersa y aspiro su suave aroma, ese que tanto extrañaba— quiero estar con ustedes hasta que nuestro hijo me llame viejo.

Escucho su pequeña risita pero se detiene rápidamente.

Su rostro se aleja un poco y luego sube hasta mirarme a los ojos, parece querer comprobar la sinceridad de mis palabras.

— Escucha, JungKook... No puedo negarme a que seas parte de su vida si me lo estás pidiendo ¿bien? Eres su padre después de todo, y es peor que te conozca años después estando molesto contigo... si quieres estar para él está bien. — asiente suave— Pero si te acobardas nuevamente, JungKook... — hace una pausa y continúa— simplemente no vuelvas ¿bien?

La miro fijamente con seriedad en mis ojos mientras le doy un asentimiento. La entiendo, la he destruido demasiado últimamente.

— No voy a huir, HeeSook... Voy a estar para ustedes siempre, te lo prometo... ya no te volveré a fallar. — murmuro negando con mi rostro y ella asiente sin más. Por otra parte el silencio ya empieza a incomodar con nuestra cercanía. Estamos tan cerca que relamo mis labios queriendo besar los suyos.

Entonces se aleja unos centímetros más hasta que ya estamos a una distancia prudente.

— Serás parte de la vida de nuestro hijo, pero eso no quiere decir que todo esté bien entre nosotros... ten eso en claro, JungKook. — me dice destacando lo último y frunzo el ceño.

— Pero HeeSook... — me acerco y tomo sus manos— amor, te amo y me amas, tenemos la oportunidad de arreglar todo...

— ¿Y qué esperabas, JungKook? ¿Qué vendrías aquí, me hablarías bonito, apoyándome con el embarazo y todos felices para siempre? — la miro con tristeza y ella no se inmuta— No, JungKook, me lastimaste... — me recuerda y muerdo mi mejilla— lo lamento, puedes estar para nuestro hijo pero no como mi pareja.

Trago fuerte y junto mi frente con la suya sintiendo mi corazón quebrarse.

— Por favor... no hagamos esto si aún nos amamos, nena. — ella se separa lentamente y se toma la frente soltando un suspiro— ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal? — pregunto preocupado, ella asiente suave y me acerco tomando sus mejillas con mis manos— ¿Vamos al hospital? — entonces niega.

— No... sólo son las náuseas del embarazo. — pronuncia suave para después soltarse de mí mientras coloca su mano en su boca y salir disparada a un pasillo. Supongo que al baño.

Sé que no es mi casa pero inmediatamente la sigo sin importarme nada. Ella me importa mucho más.

Llego a donde se escuchan las arcadas y me asomo por la puerta. Me parte el alma verla así y saber que estuvo sola todo este tiempo pasando todo esto sola. Deberían cortarme las bolas ya de una vez.

Entro al baño y me pongo de cuclillas detrás de ella, con mis dedos acomodo su cabello detrás de las orejas y le hago una coleta con la liga que está sobre el lavabo, después le acaricio la espalda con mi palma. Ella culmina luego de un rato y le paso uno de los toallines que están cerca, se limpia los labios y se echa para atrás para sentarse en el piso. Tiro la cadena y luego me siento a su lado.

Pasan unos segundos estando ambos sentados uno al lado del otro sin decir nada mientras abrazo mis piernas y ella con sus ojos cerrados tiene la cabeza recostada a la pared.

— ¿Te sientes mejor? — pregunto en un murmullo y su asentimiento suave con los ojos aún cerrados me dice que necesita un abrazo, así que con mi mano tomo su brazo y la atraigo a mi pecho. Le doy un abrazo cálido y acaricio su cabello con suavidad— estoy contigo ¿bien? — susurro y ella asiente de nuevo, doy un beso a su cabeza y empiezo a acariciar su brazo con mi palma mientras no dejo de besar su coronilla.

Ahora lo que ella necesita es mucho cariño.

Luego de un rato la ayudo a levantarse y la guío a su habitación, allí la acuesto en su cama y me quedo a su lado acariciando su cabello hasta que se queda dormida. Sonrío con lo hermosa que sigue viéndose dormida, y luego mi mano curiosa se posa en su muy pequeña panza para acariciarla suave sin borrar mi sonrisa.

~*~

HeeSook

Me despierto cuando el teléfono suena en una alarma que le había activado para los medicamentos de mi embarazo. Me levanto perezosa y camino al baño para cepillar mis dientes. Al terminar salgo a la cocina y prendo la estufa para preparar algo de desayunar, voy a tomar mis vitaminas que están en el mesón y cuando tomo del vaso con agua escucho el timbre de la puerta.

Camino a ella y me encuentro con el vigilante del edificio. Él me sonríe elevando unas bolsas marrones que desprenden un olor delicioso, lo miro confundida y él me sonríe aún más.

— Un delivery trajo esto para usted señorita Kim... al parecer alguien se despertó con hambre. — me bromea y río suave.

— Pero yo no pedí nada. — niego entre risas y él asiente.

— Claro que sí, el chico dijo que recibió órdenes con esta dirección. — lo miro confundida y decido recibir las bolsas.

Las dejo sobre la isla de la cocina y reviso una de ellas. Dentro hay un envase de plástico para comidas, lo saco y lo reviso, se trata de unos sándwiches de jamón y abundante queso muy derretido... solo me llega una persona a la mente: Jeon JungKook.

Es el único que sabe que me encantan esos sándwiches, y al revisar el nombre del local en el envase confirmo que se trata de él, puesto que es el mismo donde acostumbrábamos a desayunar los domingos cuando no quería cocinar.

Es inevitable que una sonrisa reaparezca en mi rostro cuando reviso la otra bolsa, pues contiene una caja con mis galletas de chocolate preferidas junto a un pastel en otra caja de la misma cafetería del centro. JungKook en serio se lució, puesto que es lo que se me antoja justo ahora.

Apagó la estufa y luego me dirijo nuevamente a la isla, tomo uno de los sándwiches y le doy una mordida que me hace soltar un quejido por lo delicioso que sabe.

Voy a mi habitación en búsqueda de mi teléfono y reviso la bandeja de mensajes donde el chat de Jungkook tiene infinidades de mensajes no leídos. Lo abro y me fijo en el último mensaje.

JungKookBuenos días, Soo. Te he enviado el desayuno que tanto te gusta para que te alimentes bien, avísame si necesitas algo más. Te amo.

Frunzo los labios volviendo a la cocina y continúo comiendo mientras hago sonidos de alivio al sentir el queso derretido en mi boca.

Al terminar quiero ser agradecida, por lo que le marco a JungKook para hacerlo.

Soo... ¿Te sientes bien? — es lo primero que pregunta y sonrío un poco.

— Estoy bien, buenos días... solo quería agradecerte por el desayuno, no debiste molestarte pero gracias. — murmuro y escucho una queja de su parte.

¿Cómo que molestarme? Por dios Soo, eres la madre de mi hijo, el cual aun está dentro de ti... y aunque te moleste aún eres mi esposa, y me encargaré siempre de mantenerte saludable.

— Igual muchas gracias. — murmuro.

No hay de que. — murmura también y se forma un silencio corto— ¿Necesitas que compre algo más?

— No, esta bien... — interrumpo su pregunta y escucho de su parte un murmullo que me expresa que está de acuerdo.

Sabes que si necesitas algo sólo debes decirme ¿bien?

— Gracias.... bueno... eh... que tengas buen día. — deseo lo último para colgar pero él me interrumpe con su hermosa voz ronca.

Te amo, Soo. — suelto un suspiro y trago fuerte sintiéndome incómoda.

— Hasta luego, JungKook. — es lo único que puedo decir y simplemente cuelgo la llamada.

A veces cuando JungKook se lo propone logra ser lo más tierno en el mundo. Y pertenece sólo a mi mundo.

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