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~*~

JungKook

Le alzo una ceja a mi amigo que está parado frente a mi escritorio con una sonrisa amplia.

— Ya sé cual. — menciona entre risas cortas y frunzo el ceño sin saber de qué rayos está hablando— ¿Recuerdas que en el bar te dije que planeaba hacerme otro tatuaje? — asiento— una luna... — Lo miro como si se estuviese volviendo loco y asiente mordiendo su labio inferior— en mi espalda... planeo hacer las faces lunares en mi espalda y... — se detiene aún con su rostro emocionado cuando le hago una seña con mi mano.

— ¿Por qué la luna? — pregunto confundido.

— Bueno... — alarga pensativo y continúa— un socio y amigo que esta en Japón me dio unas opciones sobre tatuajes ya que sabe que me gustan mucho y vio un tatuaje de la luna en la espalda y me lo envió. — se encoge de hombros.

— ¿Así nada más? ¿Sin ningún significado? — pregunto extrañado. Él hace un gesto pensativo mientras toma asiento en la silla frente a mí escritorio.

— Bueno estoy escogiendo la face lunar de mi nacimiento o alguna otra fecha especial... aún estoy decidiendo. — se encoge de hombros y asiento con un 'bien' en un murmullo mientras vuelvo a firmar los documentos de una compraventa— ¿Me acompañas?

— Claro ¿Cuándo?

— En... una hora. — levanto la mirada lleno de sorpresa y lo miro con su muñeca alzada mientras ve la hora en su reloj.

— ¿Estás loco? Ni siquiera has decidido completamente lo que te vas a tatuar. — me río un poco al final y él me sonríe con su típica sonrisa llena de malicia.

— Adrenalina pura. — murmura para luego inclinarse sobre mi escritorio— ¿Acaso no te parece interesante? — respiro profundo y niego por su locura— lo escogeré en el estudio... más bien levántate y vamos.

— Estás loco, enano del demonio. — murmuro levantándome y recogiendo las carpetas. Él se levanta también y suelta una risa por mi murmullo.

Al salir de la oficina le entrego el contrato de compraventa a mi secretaria para que se lo entregue a mi padre. Camino junto a Jimin hasta llegar a los elevadores, no sin antes notar como dos chicas saludaron a mi mejor amigo con unas voces coquetas. Ruedo los ojos ya dentro del elevador y niego cuando veo su sonrisa.

— En serio te tienes que estabilizar. — aconsejo y su risa me confunde un poco.

— Aún no, mi hermanito. — palmea mi hombro y veo las puertas cerrarse.

•••

Estoy sentado frente a Jimin mientras veo mi teléfono, esperando por un mensaje de HeeSook. Aún no me ha devuelto el mensaje que le envié en la mañana, y me preocupa un poco... no quiero llamarla aún para no incomodarle si es que quiere estar sola.

— Oye te traje para que me hablaras, no para verte tu rostro de miseria mientras me clavan las agujas. — me reclama mi mejor amigo y me río sin poder evitarlo. Guardo el teléfono en el bolsillo de mi saco y él continúa— ¿HeeSook te ha hablado?

Su pregunta me hace sonreír de mala gana.

— No... le escribí en la mañana pero aún no me ha devuelto el mensaje. — le respondo tranquilo aunque sin ganas.

El sonido de la máquina empieza nuevamente a sonar por toda la habitación mientras el tatuador hace su trabajo con tanta calma y dedicación.

— ¿No has llamado a su casa? — niego con mi rostro mostrando desacuerdo.

— No quiero asfixiarla ¿Sabes? Por algo viajó, para despejarse de tantas cosas. — comento él asiente.

— Cierto. Parecería muy posesivo si lo haces. — opina mientras le asiento a su comentario más que cierto.

— La dejaré tranquila. Si para la noche no tengo respuesta la llamo. —le digo y me asiente totalmente de acuerdo.

— Sí, mejor espera a ver.

Miro la maquina mientras sigue sonando y me pongo a pensar un momento la situación entre HeeSook y yo, dándome cuenta que en realidad no he pensado mucho en ello por la gran cantidad de trabajo que tenemos en la empresa.

•••

— Está asombroso ¿no, JungKook? — sonríe mirando la foto de su tatuaje. Al final había escogido por la luna de su nacimiento.

— Sí, muy linda. — opino revisando mi móvil al ver que aún no recibo nada de HeeSook.

Estoy preocupado, sí. Pero más que preocupado me asusta el hecho de cómo se esté tomando las cosas. Sé que está bien por una foto que colocó su madre en su red social donde se le ve a HeeSook comiendo un helado con mucho placer.

Ella adora el helado... sonrío inconscientemente.

En verdad no quiero perderla, y ahora que pienso mejor todo sí me asusta que ella quiera alejarse de mi.

— ¿Qué tienes, hombre? Estuviste muy callado en todo el rato. — me regaña mi mejor amigo mientras caminamos a su auto.

— Es HeeSook, Jimin. — le digo una vez él está al lado de la puerta del piloto y yo de la del copiloto, él me mira serio y abre la puerta.

Cuando estamos dentro, él enciende el vehículo, y mientras está mirando el retrovisor y luego al frente decide preguntar:

— ¿Qué ha pasado? — pregunta serio. Él sabe cuán serio es esto para mi.

— Me preocupa que quiera dejarme. — aunque no lo veo puedo percibir como frunce el ceño.

— ¿Dejarte? Pero si HeeSook está totalmente enamorada de ti. — opina y yo empiezo a morder suavemente mi mejilla.

— La amo, pero siento que su deseo por ser madre es tan grande que... no estoy seguro si sería feliz sin serlo a mi lado.

— Sé que tener un hijo puede ser el deseo de muchas mujeres pero... no sé, JungKook... ¿Seguro que no quieres ser padre? ¿Junto a HeeSook, la mujer que amas? — me pregunta queriendo profundizar el tema. Parece que se le ha contagiado lo de mi esposa.

— Nunca estuvo en mis planes y... considerarlo ahora es muy complicado. — niego sabiendo mi respuesta— siento que es mucha presión y responsabilidad para mi... no me siento preparado y lo peor es que siento que nunca lo estaré.

— Anda, ¿Una mini Soo? Ahhh imagina un mini kookie. — continúa mientras chilla de emoción y suelto una risita en un bufido por su bobería. A veces pienso que mi amigo no crecerá nunca.

— Jimin, es en serio. — Él borra poco a poco su sonrisa y suspira.

— Lo sé... también te lo digo en serio. — me mira un momento y luego vuelve a mirar a la carretera frente a él— si no quieres una familia y HeeSook sí la quiere, lamentablemente no le van a hallar salida a los problemas y terminarás quitándole un sueño... — dice suave y mis ojos se cristalizan un poco— si no lo solucionan... lo mejor es que se separen.

No me gusta pensar en ello, amo demasiado a HeeSook. ¿En verdad deberíamos separarnos aún amándonos de esta manera por no tener sólo una cosa en común?

Lamentablemente tengo que tomar en cuenta que esa única cosa que no tenemos compatible es muy importante.

~*~

HeeSook

Una a una guardo las prendas en mi equipaje bajo la mirada tranquila de mi madre, quien con sus brazos cruzados me mira de una forma pensativa, como preocupada.

— ¿Cómo crees que lo tome? — pregunta suave mirando las prendas que guardo en el bolso. Relajo los hombros luego de un suspiro y niego con mi rostro.

— Seguro nada bien... — murmuro algo nerviosa y ella suelta sus brazos para ponerlos en jarra.

— Pero él sabía que no te estabas cuidando... tanto él como tu tienen la responsabilidad por ese pequeño que ahora llevas en tu vientre. — asiento consciente de ello. Miro a mi madre y ella me sonríe suave— Sabes que cualquier cosa que pase nosotros estamos aquí para ti ¿bien? — vuelvo a asentir y camino hacia ella con una sonrisa suave, la rodeo con mis brazos y un cálido abrazo de madre es lo que me reconforta siempre.

— Gracias, mamá. — susurro y ella me aprieta un poco más.

•••

El seguro de la puerta suena cuando marco la clave. Trago nerviosa mientras acomodo el equipaje en mi hombro para luego abrir la puerta y dar unos pasos hacia el interior. Son las cuatro y media de la tarde así que no creo que JungKook esté en la casa aún. Cierro detrás de mí y camino hacia la sala, viendo a través de las puertas corredizas del balcón el cielo amarillento.

Voy hacia la habitación y dejo el equipaje sobre la cama, sonrío viendo toda la habitación. JungKook sin mi tiene todo de cabeza, hay ropa en la cama, en las puertas del clóset, en el tocador, e incluso hay una sobre el televisor en la pared. Suelto una risita sin poder evitarlo.

Hombres...

Empiezo a recoger todas las prendas y doblo las limpias mientras que otras las coloco en ganchos dentro del clóset, las que están sucias las meto en una cesta y las llevo conmigo hacia el cuarto de lavado. Luego de ponerlas a lavar me dirijo a la cocina y el desastre continúa allí. Hay envases de comida sobre el fregadero, un plato y unos cubiertos, en la cocina permanecen unas ollas que seguramente usó para prepararse algo.

Sonrío con ternura, en verdad sí que le hice falta a este señor.

Comienzo a lavar todas las cosas sucias y luego me encargo de preparar todo para la cena. Enciendo el televisor de la sala y coloco algo de música suave para ambientar.

En poco tiempo ya es de noche, y estoy terminando de preparar la cena cuando escucho la puerta ser abierta. Mi estómago se revuelve y los nervios me atacan... no quiero discutir con él, pero debo decirle esto.

— No, no... te digo que esos documentos no deben estar ahí... ¿sabes? mejor mañana cuando vaya de camino al trabajo los paso recogiendo. — parece hablar por teléfono así que espero que entre a la sala para saludarlo— Bien, la llamaré para comentarle y preguntarle si desea ir... Sí, descuida... eh... papá te llamo luego. — dice un poco más bajo y escucho sus pasos.

Cuando llega a la parte de la isla de la cocina se asoma como si estuviese teniendo precaución. Pero cuando se da cuenta de mi presencia su rostro cambia a uno sorprendido aunque una pequeña sonrisa empieza a crecer en su rostro.

— Señor Jeon, buenas noches. — digo con tono pícaro y su sonrisa se amplía.

— HeeSook. — murmura en un suspiro como de alivio, deja las llaves y su teléfono en el mármol y se acerca rápidamente. Me toma de las mejillas con sus manos y acaricia mis pómulos con sus pulgares para juntar su nariz con la mía— Ya estas aquí, amor... no sabes lo mucho que te extrañaba.

— Lo mismo que te extrañaba yo, amor. — me pongo de puntillas y le doy un beso corto que él alarga por más tiempo cuando sus manos no me permiten separarme. Luego de un chasquido que nos separa, él junta su frente con la mía— la casa estaba hecha un desastre, amor... debes aprender a ser más ordenado. — digo entre risas y él me acompaña cerrando sus ojos y luego negando con su rostro para besarme otra vez.

— No vuelvas a alejarte de mi... por favor. — me pide y yo niego.

— Eso no está en mis planes. — levanto mis brazos y le rodeo el cuello con estos.

Sus brazos rodean mi cintura y me alza del piso para hacerme reír.

— Te amo, nena. — susurra en mis labios.

— Te amo, amor. — respondo en un mismo tono.

Entonces sus labios empiezan a dejar besos por todo mi rostro y mi risa se deja oír por toda la sala. Amo demasiado a mi esposo, y esperaría que él pudiese amar a nuestro pequeño tanto como yo.

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