06
HeeSook
Tomo un sorbo de jugo a través de la pajilla del vaso desechable. Me encanta el jugo de naranja, por eso estoy más concentrada en el sabor que en las palabras que me dice SooJi sobre la familia.
— Es lo más hermoso, HeeSook. — su tono soñador me hace sonreír suave cuando la veo.
— Que lindo, a de ser de verdad muy hermoso. — juego con la pajilla en mi vado mientras veo este pensativa.
— Oye. — se inclina hacia mi sobre la mesa— ¿Cuándo JungKook te plantará la semillita? — me ahogo un poco con el jugo cuando quiero reír por la forma en que lo dijo.
— La verdad no creo que suceda aún. — niego algo tímida con la mención. Sé que estamos casados y si me gustaría tener un hijo con él, pero mientras JungKook no quiera no puedo cumplirlo.
— Oye pero la otra vez luego del programa me comentaste lo que pasaba con tu cuerpo... ¿no crees que deberías chequear eso? — Punto a su favor. Es verdad que tengo un problema con mis trompas.
Hace un año más o menos fui a mi ginecólogo por un pequeño dolor en la parte baja del abdomen, y resultó ser un pequeño bulto en los conductos de las trompas de falopio. Había olvidado ese tema por no haber pensado en la maternidad.
Fue mal hecho de mi parte pero ese año fue muy complicado en temas económicos para nosotros que no tuvimos mucho tiempo para pensar en otras cosas, y hasta ahora ese inconveniente médico no me ha traído problemas de salud.
— No he visitado a mi ginecóloga desde hace un tiempo... creo que tienes razón, debería visitarla en estos días. — ella asiente y borra la sonrisa que tenía.
— Supongo que también debes hablar con tu madre para que te aconseje, ya que según tu relato tu madre pasó por un problema similar y de broma te tuvo a ti. — asiento pensativa. La verdad es que sí, por eso mi madre sólo me tuvo a mi.
— Sí... — asiento.
Nos retiramos de la cafetería y luego camino hacia su auto, ya que SooJi se había ofrecido llevarme a casa luego del programa.
Al llegar a esta la encuentro vacía, como diariamente JungKook llega en las noches es normal ya para mi... pero es un poco extraño ahora, de pronto me siento sola. Este sentimiento es nuevo, nunca me había pasado.
Siempre he sido yo, mi madre y padre solo me tuvieron a mi y en mi vida siempre me hizo falta un compañero de travesuras, creo que por ello es normal que ahora sienta la extraña soledad mientras imagino una familia en este departamento. Un pequeño niño o una pequeña niña corretear por la casa que ahora veo vacía, un niño o niña que espere por JungKook junto a mi... sería muy lindo, no entiendo por qué JungKook no puede imaginarlo como yo.
Es jueves, y ha pasado ya varios días desde el fin de semana donde surgió la incógnita sobre la familia que algún día podríamos formar, pero la negativa de Jungkook se aparece por mi mente como una cachetada que me devuelve a la realidad.
"La verdad no es mi deseo tener hijos" recordar sus palabras tan decididas me hacen hacer una mueca con los labios. No le he vuelto a preguntar del tema porque últimamente llega una hora más tarde de lo normal del trabajo, y llega lanzándose a la cama. Tengo que levantarlo en contra de su voluntad para que se vaya a duchar.
Es normal que en esta época del año el trabaje más tiempo porque es buena época para los negocios de bienes raíces.
Me voy a duchar cuando me siento incómoda con la ropa del trabajo y luego de salir escucho que mi teléfono está sonando en una llamada. Lo tomo viendo el nombre de mi esposo en el remitente con una selfie de ambos en un parque en invierno. Contesto y lo llevo a mi oreja.
— Hola amor. — digo con tono bajito.
— Hola amor, te estuve llamando un par de veces. — se escucha con tono tranquilo.
— Me estaba duchado y apenas salgo. — respondo y escucho su murmullo en una queja.
— ¿Estás en toalla? — pregunta y sonrío murmurando una afirmación— Como desearía estar allí y quitarte esa toalla.
— No empieces. — me río y él prosigue.
— Bueno ya... — se calma y continúa— Te llamaba para decirte que no me esperes para la cena, hoy saldré a las once de la noche, pediré algo. — me dice con desánimo.
— ¿De nuevo, amor? — pregunto en queja— De seguro ni la pedirás... te conozco bien. — no dice nada y de inmediato sé que tengo razón— JungKook no te estás alimentando bien. — le digo algo molesta y escucho su queja.
— Lo sé, a veces no me da tiempo, lo sabes. — murmura con tono de niño regañado.
— Sí es por el tiempo yo misma voy y te llevo la cena ¿bien? — otra vez escucho su queja y negación pero yo insisto— Sí vas a trabajar horas de más por lo menos debes alimentarte bien. — regaño otra vez y no dice nada— Termino la cena y te la llevo.
— HeeSook sabes que no es necesario... mira, te prometo que sí comeré ¿bien? — no digo nada y prosigue— solo no vengas tan tarde y sola, sabes que no me gusta que salgas sola a altas horas de la noche.
— Entonces no hagas cosas que provoquen que lo haga. — reprocho de vuelta.
— Sé que te preocupas por mi, amor. Pero yo también me preocupo por ti... así que hoy me aseguraré de comer solamente para protegerte. — me vuelve a prometer y decido creerle para no discutir por algo tan tonto.
— Bien. Pero no creas que te salvas, te dejaré la cena lista por si acaso. — escucho su parloteo y lo interrumpo— te llamaré en la noche para recordarte.
— ¿Estarás tranquila con eso?
— Sí.
— Bien, entonces espero tu llamada, señora preocupación. — dice con tono burlón y suelto un gruñido suave. Se torna un silencio por varios segundos y luego habla otra vez— Te amo. — sonrío inevitablemente.
— Te amo, JungKook. — respondo suavemente.
Luego de la llamada me dispongo a hacer los quehaceres y me distraigo un rato con un programa de televisión. Aunque no olvido lo que en realidad iba a hacer, marcó en mi teléfono el número del consultorio de mi ginecóloga y planifico una cita para mañana.
~*~
JungKook
Tecleo en la computadora y miro detalladamente las palabras escritas por mi desde hace media hora. Correcto, no tengo ningún detalle para corregir, por lo que guardo el documento luego de imprimirlo. Recojo las hojas impresas de la impresora que está por mis pies. Detallo nuevamente que se haya impreso bien y las coloco en una carpeta.
Me levanto para salir de la oficina y entregársela a mi secretaria, la señora Lee, para un nuevo contrato de renta. Ella asiente organizando todo en un maletín que le entregará a mi padre en una reunión con los otros socios.
Camino a la cafetería mientras me quito los lentes y masajeo mis ojos y el puente de mi nariz. Me voy a quedar ciego muy pronto por tanto ver la computadora. Llego a la cafetería y tomo una de las donas que la señora Lee compró como merienda para mi, me sirvo un café y me siento un momento en una pequeña barra mientra y reviso mi teléfono.
Jimin me ha enviado un mensaje diciendo que está cansado de trabajar tanto y yo le envío uno de respuesta diciendo que yo igual. Muerdo mi dona y escucho que abren la puerta y se escuchan dos voces, volteo y veo a Soobin y a Hyori entrar entre platica. Me saludan y les devuelvo el saludo con cortesía, devuelvo la mirada a mi teléfono y veo que Jimin me ha enviado otro mensaje con unos stickers graciosos.
— JungKook ¿también te quedarás hasta las once? — Soobin pregunta con cara de pocos amigos y asiento con el mismo gesto— Los hombres si que tenemos mala suerte.
— Oye no solo los hombres... las mujeres también — opina con queja Hyori y le sonrío con burla.
— Te acostumbrarás pronto, ya verás. — comento con burla y Soobin asiente con sus brazos cruzados mientras se sienta en un taburete a mi lado. Come de sus frutas y se pone a revisar su teléfono también.
— Eso es justo lo que no quiero. — dice en queja. Habla con tanta libertad que no parece ser coreana. Normalmente las mujeres que trabajan aquí esperan a que los hombres salgamos de la cafetería para ellas comer algo.
— Tendrás que quererlo porque tu paga es muy buena. — comenta ofendido Soobin y yo me río. Él trabaja para la telecomunicaciones, por lo que su paga es un poco más baja.
— Bueno eso si... igualmente no quita el hecho de que tengo que salir corriendo a casa a casi media noche. — se queja y frunzo el ceño.
— ¿Aún no sacas la copia de la llave? — pregunto sorprendido y Soobin me frunce el ceño confundido. Cierto, suena raro que yo sepa esto.
— Es imposible para mi ahora, entro a las ocho de la mañana y salgo a las once... — dice en respuesta con sus ojos bien abiertos.
Suelto otra risa y niego revisando el teléfono que tiene un mensaje de HeeSook. Le respondo rápidamente que sí he comido algo y continúo con la plática.
— Solo serán como dos meses así que no se preocupen. — les digo, ambos son nuevos por lo que aún no saben bien como es el trabajo.
Me levanto del taburete y me despido de ambos para regresar a terminar los otros pendientes que tengo. Ya en el pasillo estoy por llegar a mi oficina cuando una mano en mi brazo me detiene, me doy la vuelta y observo a Hyori sonreírme con amabilidad.
— JungKook, aun estoy agradecida por lo que hiciste la otra noche y me preguntaba si te parece bien que te invite la cena de hoy. — abro la boca para negarme de inmediato pero ella continúa— tu me dices qué te gusta y te traigo la cena hoy.
Bueno por lo menos es traer, no quiere ir a un lugar.
— Mira Hyori, no te preocupes por ello, por mi esta bien, y como te dije ese día yo te lo debía... gracias por la oferta pero no te preocupes. — le sonrío amable y me doy la vuelta para entrar a la oficina.
Camino al escritorio y me concentro nuevamente en la computadora luego de ponerme los lentes.
El día se fue muy rápido y ya son las nueve de la noche. Mi teléfono vibra pero no lo contesto porque estoy a punto de terminar de redactar el otro documento. Tecleo y tecleo pero el teléfono vuelve a vibrar, así que con un suspiro lo tomo quitando mis lentes y lo llevo a mi oreja.
— Amor... ¿comiste? — la voz suave aunque regañona de mi esposa me pregunta y hago un sonido pensativo— Aún no ¿verdad?
— Verdad. — murmuro y escucho su regaño empezar, por lo que sueño un suspiro cansado— voy a salir por algo ahora mismo ¿bien? — le digo para calmarla y confía tanto en mi que me murmura un bien.
— Te espero en casa. — murmuro un sí y continúa— te amo.
— Te amo... — escucho el sonido del teléfono ser colgado y luego dejo el mío sobre el escritorio.
Miro la computadora y termino de redactar el documento soltando un suspiro de alivio y recostando mi cuerpo en la silla con cansancio. Dos toques en mi puerta me hacen reincorporar y me coloco los lentes nuevamente.
Le doy el pase y entra ella con unas bolsas en sus manos y una sonrisa de terca que me hace tomar aire profundamente. Hyori pasa hasta estar frente a mi escritorio, deja las bolsas en la mesa que desprenden un olor delicioso. La miro con neutralidad aunque ella no borra su sonrisa en ningún momento.
— Te dije que no era necesario, Hyori. — es lo primero que le digo con mi voz ronca y mi tono neutro.
— Y yo quise darte el detalle, me di cuenta que no habías bajado como todos los demás a comer y pues no está de más que alguien se acuerde de ti ¿no? — se encoge de hombros y yo relajo los míos.
— Mira, te aceptaré esto porque ya está aquí y seguro debiste gastar mucho dinero por él... pero por favor que no se repita ¿si? — ella asiente sonriendo triste— Escucha, el detalle está muy lindo, no lo tomes a mal... pero, siento que no es correcto que hagas esto por un simple aventón.
Ella asiente nuevamente con su rostro desanimado y triste. Maldición, si hay algo que odio es hacer sentir mal a una chica. Nunca en mi vida había sido grosero con alguna y no pretendo serlo nunca.
Me levanto de mi puesto y tomo las bolsas, las coloco en la mesa de centro del sofá que se sitúa a un lado. Regreso a ella y tomo sus manos para mirarla a sus ojitos de cordero... pero no son mis ojitos de cordero.
— Mira Hyori, no soy de las personas que deducen las cosas muy rápido pero contigo de alguna forma quiero aclarar algo... no es algo que comparta con todos los compañeros de la empresa. — digo suave— No me gusta que chicas lindas como tu, se hagan ideas equivocadas ¿bien? — ella frunce el ceño y asiente aunque parece confundida con mi mención— no quiero que pienses en mi de otra forma que no sea compañerismo laboral y quizás una amistad ¿Bien? — abre los ojos un poco más y se da cuenta de lo que quiero decir, la veo sonrojarse y negar tranquila mientras ríe nerviosa.
— Oh ya, entiendo... no te preocupes, JungKook, entiendo. — asiente suave y yo le sonrío agradecido con ello.
— Gracias. — murmuro agradecido y ella me sonríe suave sin dejar de ver mis ojos.
Le suelto las manos y ella camina hacia la puerta para retirarse, pero antes de hacerlo se voltea para verme y preguntar:
— ¿Alguna vez has visto a alguna chica insistir tanto con algo que no tenga futuro? — frunzo el ceño y la miro confundido— yo no... pero tengo curiosidad.
Termina de salir de la oficina y yo me quedo confundido sin moverme de mi lugar. Espero que de verdad no sea un problema, no quiero problemas de esos ahora mismo.
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