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05

~*~

HeeSook

JungKook y yo entramos al bar que Jimin le había indicado por teléfono. Mi esposo me tira de nuestras manos tomadas para acercarnos a su mejor amigo quien está en una mesa hablando con una chica pelinegra muy linda.

— Jimin~ssi. — dice mi esposo apenas llegamos a la mesa, Jimin se levanta y lo saluda con un abrazo afectivo. Hacía mucho que yo no lo veía. Y cuando él me da un abrazo aprovecho de decírselo.

— Cuánto tiempo, Jimin.

— Lo mismo digo, HeeSook. — responde con una risita de por medio— Siéntense, los estábamos esperando. — JungKook y yo nos acomodamos en las sillas y Jimin vuelve a sonreír al apuntarnos a la chica a su lado— les presento a JaeMin, es una compañera de la empresa.

— Hola, un placer... soy HeeSook. — le digo con amabilidad y ella sonríe devolviendo el saludo.

— Mucho gusto, yo soy JungKook. — dice mi esposo a mi lado y después nos dispusimos a empezar una plática tranquila.

Pedimos las bebidas y acompañamos con pequeños snacks para seguir la conversación. JaeMin es muy divertida y tiene en parte cierto parecido a JinEun... espero que Jimin no esté saliendo con ella por eso.

Jimin está sonriente, se le ve feliz, pero ojalá de verdad esta vez le funcione, ya que han sido demasiadas las veces en que ha sido herido.

— ¿Y ustedes tienen hijos? — pregunta JaeMin haciendo que JungKook y yo nos miremos de reojo mientras podemos notar las mejillas rojas del otro.

— Oh no, no aún. — niego entre risas y escucho como mi esposo carraspea antes de tomar un trago de su bebida.

— Oh lo siento si es una pregunta muy personal, disculpen a veces no mido mis palabras, que vergüenza...

— No te preocupes, tranquila. — dice mi esposo para no incomodar.

— Cariño créeme, para mí que estos dos próximamente estarán preñaditos. — suelto una carcajada con lo que dice Jimin y me acerco a JungKook para ocultar mi rostro en su cuello de la vergüenza.

Él me rodea con su brazo y puedo sentir como toma de su bebida otra vez.

— No digas locuras, Jimin. — mi esposo comenta luego de unos segundos y yo lo miro desde mi posición.

— ¿Locuras? ¿No crees que sería lindo un bebé de ambos? — le pregunto con tono tierno mientras hago un puchero.

— No. — lo dice de una forma como aliviada y me extraña, entonces miro a Jimin y noto que él frunce el ceño igual que yo mientras sonríe.

— Bueno... ¿¡Señor nos trae otra ronda más, por favor!? — exclama Jimin por sobre la música hacia el mesero.

Por suerte Jimin es quien está pagando hoy así que pida lo que quiera.

Así pasamos la noche hasta que ya es hora de irnos. JungKook y yo estamos en el auto cuando comienza a manejar suavemente. Él no tomó demasiado porque sabia que debía conducir.

Al pasar los minutos llegamos a nuestro edificio y él me rodea el hombro con su brazo mientras caminamos hacia el elevador. Al subir a este, recibo su beso en mi cabeza mientras no me suelta.

— ¿Ya te dije que estás hermosa? — pregunta con tono bajo y yo sonrío.

— Si, ya perdí la cuenta de cuantas veces. — me río un poco y su otro brazo me atrae a él hasta tenerme pegado a su pecho.

— Estás muy hermosa. — murmura y le sonrío. Recibo su beso corto en mis labios y sonrío aún más.

— Tu también estás muy guapo. — murmuro con mis labios fruncidos, a lo que él me da otro beso corto.

— Mm bueno tu fuiste quien escogió mi ropa así que era obvio que me vería bien. — dice imitando mi tono y vuelve a darme otro beso

— Sigue así y me quito las bragas aquí mismo. — murmuro coqueta y él me mira de manera pícara pero burlona a la vez.

— ¿Acaso estás borracha? — me río negando hacia sus locuras y me acerco hasta besarlo, lo beso de una forma que al parecer le excita porque su mano baja a mi cintura y luego a mi trasero.

— Estoy entonada, pero no borracha. — le contesto con mi tono pícaro y luego nos reímos un poco.

El elevador llega a nuestro piso y él toma mi mano, caminamos a la puerta de nuestro apartamento pero él me detiene allí.

— Es muy tarde, aquí no hay nadie... — susurra cerca de mis labios luego de haberme acorralado en la pared.

— ¿Y? — pregunto en su mismo tono mientras sonrío coqueta.

— Quítate las bragas. — me río un poco y levanto mi mano a su mejilla— no es broma. — sonríe negando— quitatelas.

— No, alguien podría venir... — miro a los lados y veo el pasillo solitario.

— Hace rato querías hacerlo, sucia. — me dice en los labios mientras susurra para provocarme junto al roce de nuestros labios.

— El elevador estaba cerrado, nadie podía entrar, gorilon. — susurro en respuesta queriendo besar sus provocativos labios, pero él se aleja un poco para jugar con mi paciencia.

— Vuelves a decirlo y te dejaré el trasero rojo. — susurra serio pero me hace reír.

— Estás loco. — susurro devuelta.

— Sabes que sí. — contesta y yo muerdo mi labio inferior haciendo que él haga lo mismo— anda hazlo que me muero por comerme tu labios. — susurra de nuevo y paso la lengua por estos para provocarlo.

— Oblígame, Gorilon. — susurro retadora.

— No quieres sentarte mañana ¿verdad? — me pregunta con ironía y una mirada maliciosa que haría pecar a cualquier mujer.

— Hoy sí me quiero sentar... — alzo una ceja— pero tu sabes donde. — sonrío y él igual, muerde su labio inferior y su mano toma mi cintura.

— Sí estás borrachita. — se acerca a mis labios y por fin me besa para calmar las ansias que teníamos. Mis brazos rodean su cuello y rozo sus labios.

— No lo estoy, si lo estuviera ya me hubiese quitado las bragas.

Ambos reímos y luego él me atrae a su cuerpo para abrazarme y besar mi cuello.

— Te amo. — ríe un poco en mi oído antes de dejar un beso allí.

— Te amo. — digo de vuelta. Doy un beso en su mandíbula y me voy a su oído— Estoy lo suficientemente entonada como hacerte un baile ¿Qué dices?

Luego de susurrar eso él se separa y me ve con sus ojos bien abiertos pero sonriente. Entonces solo segundos después tantea desesperado buscando las llaves en su bolsillo. Yo me río fuertemente y él me sisea.

— La cerradura es electrónica, bobo. — me sigo riendo y él parece darse un facepalm. Eso siempre se le olvida.

Entramos al apartamento y de inmediato me recuesta de la pared para besar mi cuello de forma húmeda.

— Ven. — me toma de la mano y me lleva directamente a la habitación— Quiero ver ese baile. — me dice mientras se sienta a los pies de la cama y se recuesta de sus manos.

Sonrío coqueta y empiezo a moverme frente a él.

●●●

Estoy saliendo de la ducha cuando veo a JungKook recién duchado acostado boca abajo en la cama, la sábana le cubre hasta la cintura, pero sé que está totalmente desnudo debajo de esta. Camino hasta la orilla de la cama y él me sonríe desde allí sin moverse.

— Estoy agotado. — me murmura desde su lugar y lo entiendo... no es fácil quedar bien luego de tres orgasmos.

Suelto una risita y paso por encima de él para acostarme detrás de su cuerpo y abrazarlo con mi brazo en su cintura y mi pierna en su cadera.

— Estuviste fantástico, amor. — le adulo y doy besos cortos en su espalda perfumada.

— Ujumm~ — murmura contra la almohada y me apoyo con mi codo mientras mi mano sostiene mi cabeza. La mano libre la llevo a su cabello húmedo y acaricio su cuero cabelludo.— Mmm~ eso se siente bien.

Sé que sigue despierto pero está agotado, por lo que le pregunto bajito.

— Amor, te pusiste extraño cuando JaeMin mencionó lo de un bebé... ¿Estás bien? — pregunto suave y él se da la vuelta. Su mano va a mi mejilla y la acaricia mientras sus ojos adormilados me ven con su sueño reprimido.

— No me puse extraño... solo que no me veo siendo papá. — ríe un poco mientras resopla y yo frunzo el ceño.

— ¿Y eso por qué? — vuelvo a preguntar y él se queja por el sueño que tiene.

— Mmm~ no sé, sólo no está en mis planes.

— Pero... ¿En tus planes de ahora, no? Porque imagino que para más adelante los quieres tener. — opino y vuelve a quejarse por el sueño.

— Mmm~ no creo que sea eso... la verdad no es mi deseo tener hijos. — lo dice con tanta calma que creo que es algo que siempre ha pensado.

— ¿En serio? ¿Ni siquiera uno? — pregunto incrédula y él niega— Amor, pero... yo si desearía tener hijos en algún momento. — con mi dedo acaricio su pecho mientras veo sus labios.

Le comento viendo como abre su ojos para verme mejor.

— Yo creí que no los querías tener. — me dice confundido y frunzo el ceño.

— Nunca he dicho que no los quisiera. — le digo con suavidad y él se queda pensativo.

— Tampoco habías dicho que los querías, por eso supuse que no. — se encoge de hombros.

Me quedo pensativa y frunzo el ceño.

— Sí quisiera tenerlos en algún momento. — comento y él me atrae a su cuerpo para abrazarme.

— Hablemos luego de ese tema, mejor abrázame que no aguanto el sueño.

Lo abrazo de su cintura y en poco tiempo lo escucho roncar.

Me quedo pensando en el tema ¿Por qué no quería tener hijos? Es extraño, pensé que siendo como es él quisiera unos tres más o menos.

También es extraño que ninguno supiera el deseo del otro respecto a ello. Pero igual cuando éramos novios no pensábamos en eso todavía, ahora que estamos casados y tenemos una vida juntos es necesario hablar de ese tipo de cosas.

Mejor le hago caso y hablo luego de este tema con él. Es cierto que somos jóvenes aún, pero él lo dice de una forma tan segura que me extraña.

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