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—Ten —colocó frente al mostrador el cuaderno. El entrecejo de Katsuki se frunció al verla a esa hora de la mañana.
—¡Estúpida! ¿¡Qué demonios haces aquí!?
—Pues, desde que te suspendieron has decidido cambiar tu horario de trabajo. Y por lo visto ya que me has estado evitando a toda costa decidí venir cuando no tuvieras de otra que verme a la cara.
—¿¡Ha!? ¿Yo escondiéndome de ti? No me hagas reír, además esta zona es para clientes —se cruzó de brazos.
Pero Ochako no se daría por vencida, tomando uno de los caramelos del frasco lo colocó al frente.
—¿Me cobra por favor?
—¡Serás una perra!
—Sí, si lo que tú digas. Ahora Bakugo dime ¿Por qué me has estado evitando? —le escrutinio con la mirada.
—Ya te dije que estás loca, al parecer tienes una fijación conmigo —se infló el pecho de orgullo.
—Bien, entonces el nombre de Toga ¿No tiene algo que ver? —El rubio chasqueo la lengua— desde esa vez has estado actuando raro.
—Eso no te incumbe.
—¡Lo es!
—No seas estúpida y lárgate si eso es todo lo que llevaras.
Uraraka sonrió de lado y tomo otro caramelo, Bakugo en cambio apretando los dientes paso el dulce por el sensor y tan rápido como lo hacía la chica sacaba otro.
¡Esto era una guerra!
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Los caramelos de 10 yen se habían acabado y viéndose ganador Katsuki sonrió maliciosamente, mientras saboreaba la victoria. Sin esperar las contundentes palabras de la castaña.
—¿Acaso hice algo mal?
—¿Cara redonda? —le miro con sorpresa.
—¿Acaso me odias? —le miro con lágrimas en los ojos dejando en shock al rubio— ¡Lo sabía! —le apunto con el índice— si realmente nuestra amistad no te importara no te preocuparías.
—¿¡Ha!? —estalló en ira ¿Acaso era una sus bromas? —¡Serás una perra!
—Va... Vamos Bakugo no te enojes —colocó ambas manos al frente— además —su voz se alzó— ¡Yo debería ser la que está molesta! ¡Todavía que me tomo las molestias en venir a dejarte los apuntes y trabajos!
—Como si alguien te los hubiera pedido, además viniendo de ti de seguro son una mierda —se quejó.
—Por si no lo sabes, esta semana me he puesto al corriente con las materias —alzo su mano mientras con el dedo índice y el del medio formaba la "V" de victoria.
—Pero faltaste hoy, genio.
Uraraka negó —Lo tengo resuelto —mostró su móvil. Esta vez le había pedido de favor a Tsuyu que prendiera el micrófono para grabar la clase del profesor Yamada. Ya después podía mandársela y si tenía alguna duda solo debía consultar son sus amigas.
—Tch...
—Ahora hablemos.
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—Así que ella era de tu antigua escuela ¡Y no solo eso perteneció a la misma banda que tú! ¡Wow! Entonces los rumores no eran errados —murmuró esto último.
—Pero tú ya lo sabías ¿No?
—¿Ha? —le miro extrañada.
—Esa vez Toga te contó todo ¿No?
Uraruka se estiro en su lugar, mirando el techo siendo que se encontraban en el cuarto de personal sonrió.
—Más que eso, me dijo que era linda y cosas así —rio— creó que es una chica algo peculiar —confeso— pero si es amiga tuya no creo que sea una mala persona.
—Esa Toga nunca cambia —paso su mano por su cuello— siendo que tratando de llamar su atención le había estado molestando.
—¿Eso te mantenía preocupado? —preguntó Uraraka devolviéndole a la realidad— tu pasado.
—¡Calla! ¿¡Tú qué sabes!?
—No mucho, pero creo que no eres tan mala persona como lo crees —bajo la mirada notando la hora— ¡La hora! ¡Debo regresar! Bien nos vemos Bakugo.
Y si más se fue.
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Con ambas manos en los bolsillos y con la peor cara que podía poner Bakugo volvió a la escuela.
Cuando abrió la puerta el silenció inundo el salón solo para hacerle rodar los ojos. Ya iba a empezar a maldecir cuando la primer persona en acercarse a él fue Lida quien le dio una reverencia mientras extendía el dinero.
—Gracias por lo de la otra vez.
Chasqueado la lengua muy a regañadientes le miro.
—¿Y cómo está?
—Estable —le sonrió Lida, pronto Kirishima se les unió.
—Oye bro cuanto tiempo —se atrevió a colocar un brazo encima de su cuello.
—¿Pero quién te crees cabello de mierda?
—Al parecer alguien anda de mal humor —se burló Denki.
—Bastardo ¡¿¿Acaso quieres otro puñetazo??!
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—Al parecer Bakugo ha hecho nuevos amigos —le felicito la castaña
El chico bufo.
—Cállate, esos bastardos son una molestia.
—Sí, sí, lo que tú digas. Por cierto ¿Cómo tomo la suspensión tus padres?
—¿Ha?
—De seguro se entristecieron al verte en problemas, Lida hasta estuvo a punto de hablar por ti y pedirles una disculpa.
—¡Ese cuatro ojos! Debe meterse en sus propios asuntos al igual que tú, además ¿¡Tú que mierdas sabes sobre mis padres!?
—¡Exacto! —se dio cuenta Uraraka— ¡Por eso debo ir a conocerlos!
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