# 50: Cambiaras mi vida para siempre
Los sueños rotos se reúnen en el sucio suelo de la cocina: ¿Qué me estás haciendo...? Desordenando mi mundo. Pensaría. Acuclillándose. Sus dedos cortándose con el desenlace fatal. Nunca conseguiría nada... nunca saldría adelante con un sueño roto. Pero esa mano... en ese despertar, la vida comenzaba a dibujar una sinfonía de posibilidades infinitas.
Esas manos con eternas cicatrices sostendrían su espalda.
Donde lo perdido se encuentra en el eco de un sueño que nunca se desvaneció del todo. El corazón, una vez atrapado en la desesperanza ahora late con la fuerza de un futuro redimido, abriendo caminos hacia el horizonte de sus sueños. Y vuelve a estar en frente a ese televisor. Las noticias vuelven a emocionarla. La corredora... (t/n) Lombardi estuvo presente desde el comienzo. Sus manos sobre su espalda.
La soltaría cuando estuviese lista.
Un solo latido rompió el velo del tiempo: Despertando una esperanza dormida.
—Quiero ser como ella...
Su dedo índice señalaría al televisor. Soñadora. Una sonrisa creciendo en su rostro... ¿Cómo olvidar ese instante? La luz crecía en su interior. El nuevo sueño creciendo. Ansiando con una oportunidad. Un sueño que continuaba creciendo, ella lo obtendría todo... saldría adelante como su corredora favorita.
Debía de alcanzarla.
Se esforzaría con tal de alcanzarla... ¿Pero sería eso suficiente? Sintiendo los años transcurriendo. Asistiendo a las carreras en su ciudad. Cada moneda recolectada. Sonriente, esperando... ver esa sonrisa fantasmal entre el resto de corredores. ¿Era un sueño tonto volver a ver a esa corredora? Desaparecida. Era su estado, nadie volvió a saber de ella... absolutamente nadie tenía un indicio de donde estaba o que sucedía con su vida.
Sosteniendo el volante entre sus manos.
¿Qué clase de mundo era ese? Todos luciendo tan confiados en si mismos. Conversando entre ellos... sería una carrera maravillosa. Lo sería. Pero su mente se inundo de ansiedad. Su corazón acelerándose. No, esto no era lo correcto... este no era su mundo. Era una intrusa. Su mente la convenció de aquello. Todos tenían tanta confianza en si mismos, ella no... ¿De esa manera se sentía (t/n) Lombardi cada vez que se sentaba en su auto? Confiada.
Feliz...
Moviendo montañas con tal de tener su sitio.
Ella no temía: Era increíble... sentándose en ese vehículo amarillo de ensueño con la sonrisa triunfadora. Conduciría con toda su velocidad. ¿Pero temería... cuando el sueño termino? Estrellándose. El sueño termina. Todos avanzan. Pero ella no... Cruz los observa a todos avanzando hacia el futuro. Estática. Fuera de sitio, sintiéndose desanimada... incluso desaparecida siente que no podría alcanzar a (t/n), era tan... inalcanzable el sueño.
El sueño imposible.
¿Quién apostaría a su nombre...? No era la afortunada.
Porque no era su momento.
"—¿Qué te da el poder de hablarle así?"
¿Quién toleraría ese acto...? En el instante donde su corazón se acelero con temor. Cubriendo su boca con sorpresa. Oh no, esto no era nada un evento esperado. El acto de defensa. Nadie saldría a su rescate... nadie tendría porque... ¿Por qué? No entendía. Notando el temblor en la mano llena de cicatrices. Comprendiendo inmediatamente como es que (t/n) Lombardi sobresalió en ese mundo... no fue débil.
Nunca tolero ser derribada.
"—¡Cruz no es solo una entrenadora, es una corredora!"
Cambiaras mi vida para siempre.
No estaba distante... no estaba detrás del resto de corredores. Estaba a su lado. Observándola en silencio. Sentiría todos esos años de sueños frustrados reunirse. Latentes. Volviendo a ver la luz del día. Una sensación maravillosa. Casi riéndose con diversión cuando escuchaba a (t/n) aún fastidiada.
—¡Suéltenme que aún no acabo...!
Se reiría con suavidad.
—¡Necesito a Cruz, ahora!
¿Debería arriesgarse...? Todos están tomando las riendas de su vida. Sus manos están posicionándose sobre su espalda. Ellos no están distantes. Se están acomodando a su espalda. Listos, más que listos para impulsarla a un sueño que reconstruyeron. Todo lo que quería era ser una corredora. Nacida en la mera nada, al menos tienes algo a lo que aferrarte... siempre mirando a través de esas ventanas brillantes a las cuales no le permitirían entrar.
No era su mundo.
¿Es esta esperanza solo un sueño místico?
Y sabe como esa vida no es segura: Pero es salvaje... es libre.
—Olvida eso ahora.
—¡No, tiene que venir, ahora, llámenla, (t/n), necesito a Cruz!
Es su sueño.
Notando inmediatamente como todo sucede tan aceleradamente. El vehículo amarillo de ensueño está ahí... ¿Qué sucede? Se cuestiona cuando observa los movimientos tan acertados de (t/n), su mente esta planeando más de una cosa... ella esta lista. ¿Pero lista para qué?
Llamada de Rodasio Bienlanueva.
—¿Rodasio Bienlanu... Señor McQueen?
¿Qué sucede en la mente de ambos corredores? Observando sin entender absolutamente nada. Ella se mueve de un lado a otro. Casi mareándola. Observándola moviendose... dando las instrucciones. Confundiendo tanto al resto, esta bastante preparada a lo que viene.
Y solo observa en silencio.
—¿Señorita (t/n)... que sucede?
Cuestiona. ¿Pero obtiene una respuesta...? No, solo una sonrisa. Ladeando su cabeza confundida cuando (t/n) solo la mira de tal manera divertida. Esperanzada. Desviando su mirada cuando McQueen no tarda en arribar. Frenando ruidosamente, inmediatamente bajando del auto.
—¿Ramón, traes tus pinturas?
—¿Qué, lo dudas?
—No, esperen... ¿Qué están haciendo? — exclama Cruz cuando ve a todos alistando el vehículo amarillo que suele usar (t/n) en sus carreras. Recibiendo casi por instinto el casco rojo que McQueen se quita, dejándolo sobre las manos de una confundida Cruz —. ¿Señor McQueen?
—Hoy es el día Cruz, tendrás tu oportunidad.
—¿¡Qué!?
Confundida exclama.
Una contestación coherente nunca arriba a su destino. Mirándolos sin entender nada... sintiendo su corazón acelerándose. Puede notar como (t/n) se mueve de un lado a otro. Señalando los sitios de su vehículo que deben de ser cubiertos con una nueva pintura. Escuchándola ser tan profesional... ¿Qué estaban tramando esos dos? No entendía prácticamente nada cuando los miraba.
Sosteniendo el casco de carrera en sus manos temerosas.
—Yo inicie la carrera — habla con un tono lleno de seriedad —. Tú la terminaras.
—¿Qué? — con desconcierto exclama Sterling —. Lastimara la marca, además ese no es su vehiculo... solo es una entrenadora.
—No — al unisonó no tardan en negar ambos.
—Es una corredora... tarde un poco en entenderlo.
—No es legal...
—Creo que llevamos bastantes años en esto como para saber que no es legal.
¿Así se siente... ser la afortunada? Estando en la mira. Casi estática cuando el resto está discutiendo con el molesto de Sterling. Escuchando la defensa inmediata de (t/n), en como se acerca hasta ella. Arreglándola, acomodando su desordenado uniforme, preparándola para acomodar el casco sobre su cabeza.
—(t/n) está en lo cierto: Las reglas solo dicen que el número debe competir — añade Smokey sin protestas —, no quién tiene que usarlo.
—¡No dejare que lo...!
El rostro del hombre se llena de horror con sus ideas alocadas de un cambio. No, esto no debía de salir de ese modo... más que dispuesto a impedir esto. Se llevaría a Cruz... o eso intentaría, con su camino viéndose afectado con Mate en frente de él, haciéndole un cambio de tema mientras le impedía acercarse al resto.
—¿Por qué haces esto...? Tu lo dijiste... no habrá más oportunidades — exclama Cruz confundida al conseguir mover el visor con tal de darle una mirada a ambos. No estaba esperando esto... parecía ser casi un sueño.
—Y es mi única oportunidad de darte tu primera oportunidad, Cruz...
Lo escucha hablando con tanta confianza... con tanta decisión de darle esa chance. Sacrificándose con tal de darle esa felicidad. Ese sueño roto... ambos están sosteniendo las piezas rotas. Están reparando un daño, están... sosteniéndola, sus manos están sobre su espalda.
Listos para impulsarla hacia su sueño.
—Y está vez quiero que lo hagas.
¿Por qué...? Era la duda que no broto de sus labios. Sus miradas hablaban. Ellos tenía su confianza depositada en ella... sintiendo las manos de (t/n) guiándola al interior del vehículo. Estaban listos. Nunca se dio que nunca que... estuvo corriendo, todos esos años estaba corriendo tras ellos. Intentando alcanzarlos, luchando contra las barreras... una oportunidad caída del cielo.
Ambos corredores cambiarían su vida para siempre.
—Sea cual sea el resultado... lo habrás intentado — con una sonrisa habla (t/n); sin saber como esas palabras provocan un sentimiento de felicidad en el corazón de Cruz. Tragando saliva en el vago intento de no derramar sus lágrimas, no debería de llorar... pero los corredores que admiro la estaban animando —. Pero hazlos morder el polvo, ¿Si?
—Lo intentare, señorita McQueen...
—Solo dime (t/n), al final de todo... apostare por ti: Cruz Ramírez.
—¿Qué dices, eh? — McQueen dice esperando la respuesta de Cruz.
Pisando el acelerador se marcha: Decidida. Tomará ese momento. Sonriente cuando los ve desde el retrovisor. Siendo tan pequeñitos. Avanzando. Quedandose... distante de ellos. Pero está vez no es ella la que corre tras ellos, ella esta por delante... observándolos quietos.
La impulsaron & soltaron.
Estaba lista.
Deleitada con todo este escenario. De un momento a otro todo cambio en su mundo, sobresaltándose con los rugidos de los motores cuando la carrera se reanudaba. Era el momento de la verdad. Un día sacado de un alocado sueño, (t/n) desde la distancia daría sus mejores indicaciones, sabiendo que si prestaba atención... triunfaría.
Porque no quería defraudarla a ella.
La corredora que la hizo soñar en grande.
—¿Cruz? Estás tensa — habla con ánimos (t/n) —. ¿No crees que deberías... relajar un poco esas articulaciones?
—Díganle que es una nube esponjosa.
—¿Qué? — exclama Smokey con la sugerencia de McQueen —. No.
—Smokey dile.
—Ah... Cruz eres... una... nube... es... esponjosa...
Atina en asentir con su cabeza mientras calma sus manos sobre el volante. Pero esto no acaba bastante bien cuando el vehiculó esta patinando en la pista de carreras. Evidentemente más nerviosa de lo normal aunque (t/n) este intentando instruirla con su voz más comprensiva de lo usual.
¿Pero sería de esa manera con todos?
—Escucha Cruz — en está ocasión escucha la voz de McQueen, sorprendiéndose cuando desvía su mirar unos segundos hacia donde están ellos. Notándolo en lo alto, sentándose conjunto a (t/n) —. Quiero que recuerdes la playa.
—¡Señor McQueen!
—Sí, sí, soy McQueen, piensa en la playa.
Trazando una línea: Haciendo su camino. Suelta una respiración que no sabía estaba conteniendo. Conduciendo entre todos esos vehículos. Escuchando las indicaciones claras de ambos corredores con experiencia. Sintiendo la emoción de participar de ese mundo, de abrazar una oportunidad inesperada.
¿Así se sintieron ellos todo este tiempo? Comprendiendo como era tan difícil soltar esa adrenalina.
Como ambos tenían esa pasión de superar sus limites.
Realizando el sueño de conducir el soñado vehículo de su corredora favorita. No iba a desaprovechar para nada esta maravillosa oportunidad. No era solo el auto el que tenía esa potencia para obtener la victoria... era el corredor tras el volante, teniendo la mente clara para salir triunfador.
—Solo quiero avisar... que Ramírez se acerca a ti.
—¿Ha, por qué el interés?
Exclamaría con irritación Storm con un comentario nada útil en esos instantes de la carrera. No era de su importancia. Mucho menos cuando su competencia venía pisándole los talones. Verney... esa chica, conociéndola desde su infancia hasta que sus mundos se encontrasen otra vez en las carreras. Siendo coronada como una de las mejores, sabría con molestia como ella estaría tan contenta de recibir a Cruz.
—Porque ya está en los primeros diez.
—Bien — habla McQueen directamente a Cruz —. Ahora te vas a enfrentar a los lideres.
Acercandose... la meta de victoria no es tan distante. Notando los vehículos más cercanos al triunfo. Tras Storm está esa animada corredora. ¿Pero sería tan amistosa en la pista de carreras? Sabiendo que sus personalidades podrían ser bastante diferentes. Después de todo no por nada consiguió ganarse la atención del resto.
Y cuando está detrás de esa corredora nota como Storm desacelera. Conduciendo hacia su nivel con tal de tener una conversación con ella a través del comunicador.
—¡Heeeey, la del disfraz! — exclama él en un falso tono amistoso —. Al principio creí que estabas aquí porque tu jefe ese se había averiado.
—No lo escuches.
Le insta McQueen.
¿Pero cómo no escuchar las burlas de Storm? Siendo él tan... brutalmente molesto. Sus palabras apuñándola sin detenerse. Lanzando veneno a todas partes. Porque estaba decidido a aplastarla cual insecto.
—Buen estilo — habla él con su tono egocéntrico, sabiendo exactamente en donde atacarla —. Es importante verse convincente, no querrás que todos piensen que no mereces estar aquí. No necesitan saber lo que tú y yo sabemos, que te puedes disfrazar todo lo que quieras, pero sin ser jamás... ¡Una de nosotros!
—¿Cruz, te das cuenta de lo que paso?
—Sí... logro desconcentrarme, lo sé...
—¿Es eso? — pregunta (t/n) desde el otro lado —. Es un poco extraño... divertido incluso para ser él.
—Tú lo desconcentraste — está de acuerdo McQueen —, ¿No lo entiendes? Nunca te habría dicho eso si tu no lo asustaras.
—¿Qué...?
—Él ve algo en ti que tú aun no logras ver, tú me convenciste... ¡Ahora tú tienes que convencerte! Eres una corredora: Usa eso.
Y haciendo caso inmediata a las voces de la razón su sonrisa crece. Acelerando a toda velocidad. Usando todos los conocimientos que ellos le dieron durante esos entrenamientos. Usándolo todo, sin desperdiciar su oportunidad cuando vuelve a concentrarse en conducir. Su seguridad solo flaquea cuando ve a aquella corredora novata... ella tiene el apoyo de tantos al ser una de las mejores en consideración con Storm.
Obtuvo sus meritos... se esforzó.
No sería tan sencillo. Mucho menos cuando observa su vehículo blanco acelerando tanto... adelantándose incluso a Storm. Todo ese rato... ella estuvo detrás. Esperándola. Acechándola incluso desde lo más adelante, esperándola con una sonrisa oculta tras su casco, esperando quizá a una competencia más motivadora de lo que era Storm en ese punto.
Pero intenta no desanimarse con ello: Saldrá adelante.
Acechando a Storm. Sorprendiéndolo bastante cuando ve el auto amarillo pegado al suyo.
—Como dos enamorados durante el verano.
Acelerando siente una brisa de contento llenando su corazón.
Nada iba a detenerla en esos entonces.
¿Pero sería tan sencillo? El hombre estaba hecho una furia... sabiendo exactamente como lastimar al resto con sus frías palabras. Pero eso no resultaría con ella. No más, no cuando (t/n) & McQueen estaban dandole todo su apoyo, casi asustados cuando vieron con horror como Storm la estrellaba en contra del muro. ¿Quién esperaría el cambio de desenlace? El movimiento del fabuloso Hudson Hornet.
Usando eso con tal de acelerar lo suficiente.
Cruz casi reiria con entusiasmo cuando al caer el vehículo blanco de la corredora Verney se interponía en el camino de Storm. Conduciendo frente a él como un impedimento a alcanzar a Cruz. Después de todo... esa corredora decidió cederle el paso como una buena manera de atormentar a Jackson Storm.
—¡No puedo creerlo, la ganadora es Cruz Ramírez!
Y se decía a si misma: Recuerda este momento. La multitud se volvió loca. Era el final de una década, pero el comienzo de una era. Todas las luces brillaban para ella. Nunca olvidaría ese sentimiento. De todos los años que estuvo en el margen, deseando ese momento, siendo la reina, cambiando su gorra de entrenadora por una corona.
Y los cínicos se indignaron.
Gritando: Esto es injusto.
Larga vida a la barrera que destruyo: Mientras el confeti cae al suelo... ese momento será recordado por toda su vida. Y correría a los brazos de ambos corredores. Siendo sostenida con cariño por (t/n) & El Rayo McQueen, abrazándola en la celebración del día que será inolvidable.
Una larga vida a los sueños que aún persisten.
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