# 43: La deflación de su sueño
¿Ya no ruedas más? La lluvia caía incesantemente en la oscuridad de la noche. Y casi todos estaban dormidos. Casi todos... solo un hombre se quedaría sentado frente al televisor con una mano recorriendo su cabello rubio alborotado. Repasando los eventos del día continuamente, sin sentirse contento de su ira desenfrenada... debió controlarse, las emociones se salieron de control... solo su corazón lo hacía mantener la calma. (t/n) recogerá los vidrios por mi... ella aligerará el ambiente tanto como pueda hacerlo.
Pasando de un canal a otro con nada bueno que ver.
—Soy el campeón inmortal Chick Hicks — habla esa molesta voz que no tarda en reconocer. ¿A estas alturas quién no lo reconocería por su molesta actitud? —. Y estoy en vivo desde los estudios Chicks Hicks con la experta en nueva generación y números, Natalie Certeza.
Presentándose con una leve sonrisa Natalie se hace su camino hasta el sofá donde se sienta cómodamente. Cruzando su pierna sobre la otra. Estando lista para tomar una conversación que a todos les resulta interesante, escuchando atentamente una noticia que será quizá devastadora para McQueen.
—Gracias Chick — ella dice con su expresión tornándose seria inmediatamente cuando el video comienza a reproducirse tras ella en la pantalla. Ensenándole a todos el reconocido vehículo del novato que está arrasando como nunca —. El campeón de la copa pistón, Jackson Storm estableció hoy un nuevo record al dar la vuelta más rápida registrada: 342 kilómetros por hora. Algo sin precedentes.
—Guau, ¿Y tú que crees? — Chick pregunta en un tono animado sobre este nuevo corredor haciéndole la vida imposible a su anterior contrincante —. ¿Storm iniciara la temporada con otro triunfo?
—Es casi seguro Chick — indica Natalie con un asentimiento en su cabeza. Es al mismo tiempo que entra en cámara un vehículo bastante similar al de Jackson Storm teniendo una tonalidad blanca con líneas negras. McQueen estaba casi seguro de quién era... una corredora novata, quién arribo una semana después de su accidente... robándose la atención, sin dudas... la nueva generación los estaba dejando atrás —. Sus probabilidades de ganar son de 95.2 por ciento.
¿Cuantas probabilidades tiene...? Storm continuaba mejorando mientras que él... se iba quedando atrás. Sintiendo la tierra caer contra su vidrio... observando sin tener oportunidades. Debía de continuar esforzándose.
Solo una oportunidad más.
—¡Casi nada! Oh — exclama el hombre con una risa burlona cuando el video cambia a su espalda —. Si alguien se lo perdió: La historia de esta noche, el Rayo McQueen hayo otro modo de humillarse a sí mismo en un derby de demolición, siento un poco de pena por él... ¡No es cierto, hahaha! Esto dijo su patrocinador.
—Amigos relájense.
Como suele hacer en sus entradas el señor Sterling decencia de las escaleras con una mano sobre el barandal. Mostrándose elegante al ir hacia el nivel del resto, siempre mostrándose sonriente frente a las cámaras.
—¿El 95 correrá? El Rayo eligió un entrenamiento no tan... convencional de frente a la carrera. Es todo, es una de las cosas que sus fans adoran de él.
—Si como no — exclama sarcásticamente Chick —, eso fue más que humillante. Si fuera el viejo cuchau ni siquiera llegaría a Florida.
—Eso tal vez sea lo mejor Chick — Natalie afirma —, aunque decida correr la probabilidad de McQueen de ganar 1.2 por ciento, los números no mienten nunca. Y me atrevo a predecir esta noche que la carrera automovilística de McQueen terminara en una semana, tal vez haya terminado ahora.
—¡Claro, su carrera estaba en el fango!
Con un suspiro cansado decide no continuar escuchando más sobre esto. Quedándose a oscuras. Recibiendo solo el sonido de la tormenta... ¿Cómo estaría (t/n)? Seguramente durmiendo cómodamente o contándole historias divertidas a Cruz, tomando una taza de café... ocultándose de la lluvia en una habitación pequeña.
Ansiaría obtener esa calma en su vida.
Soltando otro suspiro al tomar el teléfono con tal de hacer una llamada con Mate. Solo eso... elevaría sus ánimos. Quizá. Esperando que eso ayudase un poco para distraer a su tan cansada mente que continuaba esforzándose, buscando miles de formas de seguir brillando.
—¡Oh, hola que tal amigo! — exclamaría Mate con una enorme sonrisa en su rostro al observarlo desde la pantalla. Sonriendo como nunca. Era evidente que Mate estaría en el porche, acomodando... quizá un desastre, su grúa estacionada en su sitio habitual además del auto de Holley.
—Mate — contesta con una sonrisa creciendo en su rostro.
—¡Justo estaba pensando en ti y estas justo frente a mí! — la sonrisa crece en el rostro de McQueen al ver como Mate se acerca demasiado a la cámara. Haciendo imposible ver su rostro más que sus dientes —. ¿Si me ves? Un segundo... a ver si pongo...
Dice cuando da más de un pequeño golpecito a la cámara.
—¿Está mejor?
—Ahora si estas echando un ojo amigo — contesta con una leve sonrisa por la personalidad animada de Mate —. Oye... siento llamarte cuando es tan tarde...
—Para mí no lo es — Mate dice sonriente. Para nada molesto con esa llamada nocturna cuando puede tener una conversación con su querido amigo —. Sabes que me gusta trabajar hasta tarde. ¡Ahora dame hasta el último detalle!
—En realidad... esperaba que me contaras que han hecho en casa.
—Ah, no es mucho... si no cuentas que El Sargento y Fillmore dirigen la tienda de ruedas — cuenta con una expresión un poco más seria cuando rememora exactamente lo que ha estado sucediendo en el pueblo —. Pero dile a Luigi que no sufra, El Sargento encontrara todas las ruedas que Fillmore decidió regalar. ¡Oh, y no sabes de las buenas noticias!
—¿Cuáles... buenas noticias?
Curioso consulta. Pensando en cada idea posible que sea buena... algo que nadie le haya contado momentáneamente. Pero nada pasa por su mente. Si fuese por Sally... (t/n) se lo habría contado de antemano dado a como siempre se estaban haciendo llamadas la una a la otra, por eso... su mente estaba casi en blanco.
Pero no estaría con la duda eternamente cuando Mate exclamaría felizmente.
—¡Seré papá!
—¿¡Qué!? — de todas las cosas... esa era la menos esperada de todas. Claro, todos estaban en la edad adecuada de convertirse en padres, aunque sin embargo no estaba esperando obtener esa sorpresa tan de la nada. Una enorme sonrisa creciendo en su rostro —. ¿Cómo... cuando, desde cuando supieron?
—Holley solo tiene un mes de embarazo — Mate dice animadamente casi saltando de un lado a otro de la felicidad —. ¿Que crees que sea? Me gustaría un niño... pero no me quejaría con una niña, podrán ser amigas con la hija de Sally.
—Eso es... son excelentes noticias Mate, sin duda ustedes serán unos increíbles padres...
—¡Espero que puedas estar con nosotros para ese entonces!
—Oye...
La sonrisa en su rostro se va desvaneciendo con lentitud cuando suelta otro suspiro cansado, desordenando su cabello con una mano hasta rascar su nuca con todos los pensamientos revueltos en su mente. Un caos... como si un tornado estuviese arrasando con absolutamente todo. ¿Cómo sonreír... cuando el mundo esta empujándote fuera del límite? Constantemente luchando. Respirar comenzaba a doler.
Las sonrisas no eran verdaderas.
Estaba cansado.
—He pensado justamente en eso... en lo... que haremos todos cuando ya no tenga que viajar — las palabras brotan de sus labios con suavidad como si temiese de elevar su voz, como si sus mayores terrores se tornasen más reales... ¿Pero qué tal si ya eran demasiado reales para frenarlos? El final estaba cerca.
Lo sentía en cada parte de su cuerpo.
Debemos saber... ¿Cómo es que se acabó?
Solo su nombre quedaría grabado en la historia: Está sucediendo de nuevo... el mundo transcurre en cámara lenta. Los nuevos novatos sonríen a las cámaras. Ellos renunciaron a él... sus sueños fueron más que un corto tiempo, silenciado mientras el alma se le va, la deflación de su sueño... ¿Cómo es que se acabó?
—¿Pero por qué ya no lo harías? — con inocencia cuestiona Mate al saber cómo ese mundo es el sueño de su querido amigo. Nadie abandonaría sus sueños... abandonarlo sería caer en la vida menos querida. Como le sucedio a (t/n)... quién solto una vez ese mundo, pretendiendo ser plenamente feliz cuando cada sonrisa era falsa.
—Pues — comienza aclarándose la garganta pensativamente... es hora de soltar todos esos pensamientos inquietos que no quieren dejarlo dormir —. Tú sabes Mate... esto no durara para siempre.
—¿Ah...?
Confundido observa a su amigo sin captar con exactitud el motivo de todo eso. Sin añadir nada al esperar una explicación más detalla. Haciéndole saber que esta ahi para escuchar sus problemas.
Dispuesto a darle sus ánimos.
—Es que... no me ayuda en nada entrar aquí — exclama desordenando su cabello como si estuviese reteniendo sus lágrimas de frustración —. Empeoro cada segundo... no estoy mejorando, ni siquiera puedo superar la velocidad de (t/n)...
¿Cómo ella solo se sentía capacitada de soltar ese mundo... mientras que él no? No comprendía. Sintiéndose casi desesperado al no comprender. Ella estaba tan serena. Aceptando el final... aceptando el final de sus sueños.
—Calma — inmediatamente dice Mate en su intento de tranquilizarlo —. Lo resolverás, la señorita (t/n) es brillante... de seguro si se lo pides ella busque otro método que te sirva, mientras tanto tú cuéntame el problema y yo estaré a tu lado hasta repararlo.
—Justo eso Mate...
Exclama con otro suspiro cuando su mente es un lio.
—No estoy seguro... se me acaban las ideas...
—Hm — pensativamente suelta Mate mirando hacia un costado, buscando cualquier clase de ideas... hasta una lluvia de ideas —. Okey, déjame pensar... ¡Ah! — exclama de pronto con una sonrisa —. ¿Sabes que haría yo?
—¿Qué?
Con esperanzas aguarda a una solución. Pero también sabe... que no todo es sencillo, está en las últimas... solo una oportunidad más. Sino todo se terminaba... sin deseos de vivir cuestionándose como es que todo termino, que sus sueños... no podrían seguir, que debería detenerse a observar a los novatos.
¿Aceptaría ese final...? Sería la mayor perdida de su vida.
—No lo sé, no tengo nada — Mate contesta al final sin ideas en lo absoluto cuando rasca su nuca —. Creo que no soy Doc en este tipo de cosas.
—De verdad daría todo con tal de hablar con él...
"Eres historia..." Resonarían esas palabras dolorosas... ¿Cómo pudo volver a repetirse la historia? Doc sabría exactamente que decirle con tal de animarlo. De ayudarlo en una situación desesperada... él sabría que hacer.
Pero ni uno de ellos era Doc.
—Sí — asiente Mate ante las memorias —, no había nadie más listo que Doc... excepto tal vez quién le enseño.
—¿Oye... qué?
Exclama con sorpresa en esas palabras que resuenan en su mente. Eso suena como... una excelente idea en realidad. Pensando en ello, como si una luz se encendiese en su cerebro, como fuegos artificiales de una última oportunidad.
—¿Todos aprendimos de alguien más, no? — sonriente cuenta Mate dándole la mejor de las ideas posibles a su mejor amigo. Contagiándola con esa sonrisa cuando siente que tiene más oportunidades... debe sacar provecho ahora, debe esforzarse, solo un poco más... daría lo mejor de si mismo con tal de volver a triunfar. Sin soltar la soga que continúa cortando su mano — ¿Que tal mi tío Cilindro? Él me enseñó a cantar y silbar al mismo tiempo, tenía talento musical.
—Smokey... — dice en apenas un susurro cuando rememora ese nombre —. ¡Mate, eres brillante!
"Para Smokey...
¿La vida es un poco... curiosa, no? Creo que nunca me espere este cambio. Pero cuando llego a mi vida... estaba tan desorientada como lo estuve. Pude verme reflejado en ella... sin rumbo en la vida, cargando más peso del necesario, no pude evitar acercarme... esa fue la decisión más inesperada que he tomado, pero la que más aprecio haber hecho, es una chica maravillosa... rota, bastante rota... pero es como una hija que nunca tuve, es mi hija...
Daria todo... con tal de verla sonreír cada día.
Ella es mi orgullo... mi pequeña (t/n); un día te la presentare... la amaras tanto como yo, Smokey, sé que la amaras como yo... es mi pequeña niña, es mi querida hija... mi orgullo más grande."
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