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# 26: Misión de espías

Enfadado & cansado mentalmente: Siente su espalda contra la cama cuando cubre su rostro con su brazo. No desea conversar con absolutamente nadie más en esa noche. La victoria era cercana. Pero distante e imposible. Estaba completamente frustrado. En cuestión de segundos se maldecía a sí mismo, quedándose en silencio... una habitación vacía con la ausencia de su compañero de cuarto Mate. Sabía que no iba a verlo volver. 

¿Quién iba a esperar volver tras una discusión? Lo usual era solo... desaparecer unas horas antes de calmar sus pensamientos. Calmar la furia. Necesitaba ese silencio, necesitaba esa calma de estar en completa soledad sin ser fastidiado, porque no quería discutir con absolutamente nadie más en esa noche. No deseaba arrepentirse si decía cosas solo por añadir leña al fuego, sabía que pediría perdón a la mañana siguiente, solo le quedaba... calmarse lo suficiente, mañana sería otro día donde tendría que lidiar con comentarios poco agradables.

Pero saldría adelante.

Ocasionalmente sus frustraciones se desvanecían con una ducha... en esta ocasión eso no soluciono nada. Pero estaba con su cabello limpio, oliendo bien... comodo, sin embargo, los pensamientos en su cabeza no se detenían en ni un solo segundo como si fuesen una especie de bomba que estallaría en cualquier momento. Respirando. Exhalando, profundamente... necesitaba estar calmado, solo necesitaba ese descanso de absolutamente todo el mundo, pero oír su puerta abriéndose no era un hecho esperado. Sentándose sobre la cama con brusquedad para acostumbrarse a la luz que fue encendida, una parte de sí mismo suavizándose cuando solo era (t/n). El silencio lo era todo: No necesitaban decirse nada para que ella caminase a su lado, sentándose en la cama para invitarlo a sus brazos, inmediatamente olfateando su perfume, como su ropa de dormir era tan cómoda... suave como ella, apoyándose en el cuerpo de su novia sin decir nada. Respirando, todo estaría bien... solo necesitaba calmarse, no era el fin del mundo uno falla. Mate cometió error, ese error no era tan grave... claro, pero no evito enfadarse y solucionaría esto, iba a disculparse en el siguiente amanecer de la mejor manera posible. 

Con sutileza enredaría sus brazos alrededor de ella con tal de llevarla a una cómoda posición para dormirse. Ocultando su rostro en el cuello de (t/n), no había nada más que hacer en esa situación cuando se ocultaba del mundo... su tristeza & frustración era similar a un piano, melodías tristes brotando de cada tecla, ante ella no era difícil de descifrarlo, sin decir nada, no tenía la necesidad cuando solo enredaba sus dedos en el cabello rubio dorado, escuchándolo suspirar al cerrar sus parpados. Un inaudible agradecimiento de su parte cuando cedía al sueño fue un día agotador... las noticias de los accidentes serían problemas para el día siguiente, cerraba sus parpados para caer en un mundo a oscuras donde no repetiría sus errores ni las discusiones. Dormir fue solo una corta solución... si las cosas hubiesen sido diferentes la noche hubiera sido una de celebraciones incluso si no tenía la victoria, estaría celebrando la victoria de su novia... ahora un pequeño dolor se sembró en su corazón cuando ocasiono preocupaciones en ella que se dormía en sus brazos. Dormir es complicado con una mente inquieta... duerme, pero se despierta en más de una ocasión con suspiros cansados, solo aliviado de tener a (t/n) acompañándolo, cuestionándose... todo, el futuro es tan incierto, aunque sabe exactamente lo que desea tener. Lo que su corazón anhela.

Es ella. 

Su novia & sus amigos más cercanos... sabe que avanzar es difícil. Los nervios siempre existirán cuando crees que todo se puede arruinar. Y se levanta de la cama. Dejando que (t/n) continue durmiendo con su cabello desordenado, observando desde la ventana de lo alto del edificio, el nuevo amanecer apareciendo. Su cabello rubio brillando, desordenándolo con una mano cuando suspira otra vez... a veces se pregunta si solamente debería tomar el anillo, ponerlo en el dedo de (t/n) mientras duerme y el resto... es sencillo, pero sabe que no quiere eso, quiere que sea realmente memorable para ambos. Un día tan especial que quede en sus memorias, pero tampoco no quiere que los reporteros estén sobre ellos con la noticia, solo quiere... que sea su momento. ¿Que tal si ella se niega? Piensa para si mismo. Hay personas que no buscan casarse, están bien conviviendo... sin nada que los ate, confía en que Sally no mentiría sobre los deseos de (t/n), pero aun así... no puede evitar sentirse nervioso, estresado... el futuro siempre es un misterio, siempre supo que quería para su vida. O al menos su carrera. Pero románticamente... haberse enamorado fue un imprevisto del destino, ahi estaba... ansiando un día darle ese anillo, pero el resto... no sabía, no conocía su respuesta ni mucho menos que clase de celebración sería todo eso. Solo sabía que quería tener una vida a su lado, su corazón sabía que ansiaba seguir amándola. 

Tantos son sus pensamientos que se sobresalta cuando siente unos brazos rodeándolo, calmándose cuando sabe que solo es ella. La chica que tenía todos sus pensamientos en ese día, sonriéndole con dulzura como siempre hacia... ¿Cómo hacia para ser tan linda? 

—¿Por qué tan pensativo...? — (t/n) pregunta soltándolo para pararse directamente a su lado, mirándolo con curiosidad. Preocupación, pero su malhumor se ha esfumado, está mucho más sereno en ese entonces cuando se acerca para enredar sus propios brazos en la cintura de ella, atrayéndola hacia él. 

—Solo pensaba... en algunas cosas.

Mantiene el secreto tanto como puede & sonríe cuando la tiene tan cerca de sí mismo. Porque sabe que nadie la ha sostenido con ese cariño, casi siente que su corazón se acelera cuando las manos de ella se enredan alrededor de su cuello en busca de sostenerse, pero también rozar los mechones de su cabello rubio, provocándole un pequeño estremecimiento. 

Y siente la lluvia de preguntas acercándose cuando decide silenciarla con un beso profundo en sus labios suaves. Es todo lo que siempre disfruta en momentos de soledad. Sin preocuparse de ser interrumpidos cuando se besan despreocupadamente del mundo, porque en ese entonces solo existen ellos dos besándose con descuido, un momento podría simplemente... ser eterno si lo quisieran de ese modo, aferrándose al otro con todo el cariño. 

Hasta que se terminaba. 

Pero si pudiese... si el tiempo estuviese de su lado tomaría las riendas para un momento menos corto. Robando un pequeño beso traviese en su cuello antes de apartarse finalmente. Alistándose para un nuevo día en donde la felicidad que estaban sintiendo pronto cambiaria rotundamente cuando su querido amigo Mate estaba encaminándose para abordar su avión, cargando con un bolso sobre su espalda con la tristeza en su mirada. Marchándose en silencio, avanzando hasta que un oficial de policía se detiene a su lado, mirándolo con seriedad.

—Acompañeme por aquí — indica el hombre avanzando sin siquiera decir nada más a Mate que lo mira sin entender. Dudoso de que pudo haber hecho para que le llamasen la atención, pero no está para discutir con un oficial.

—Pero voy a perder mi vuelo... 

Dice, aunque no aclaran la situación cuando camina al lado del hombre hasta otro sitio, confuso, no tiene demasiado a decir ni notar cuando el oficial deja caer un artefacto que rueda a través de todo el suelo. Una cámara de vigilancia. 

—Pase por aquí.

—¿Ahora que hice, todo esto es por mi grúa cierto? 

Mate continúa divagando sobre su vehículo mientras sigue al hombre que en un dicho pasillo cambia su apariencia en cuestión de segundos. Sorprendiéndose cuando no tarda en reconocerlo de la noche anterior, sus parpados abriéndose, sonriendo al ver una cara conocida en el aeropuerto. 

—Hey, te conozco estabas en esa muestra de karate, ¿Verdad? — pregunta Mate inocentemente siguiéndolo hasta que el hombre se detiene en frente de él. Listo para hacer las presentaciones formales. 

—No nos presentamos apropiadamente, soy Finn McMissile, inteligencia británica. 

—Tom Mate — se presenta de vuelta con una sonrisa —, inteligencia promedio.

—¿Con quién estas, FBI, con la CIA? 

—Yo... diría que estoy con la FIFA. Y de hecho se un poco de karate... no lo digo por alardear, pero tengo una cinta negra en mi ventilador. ¿Te enseño mis movimientos? 

La alarma del hombre aun con intenciones desconocidas lo alertan inmediatamente mientras Mate se encarga de dar una demostración de Karate. Todo cuando Finn está alistando un escape exitoso para los dos, creando un perfecto circulo en el cristal del vidrio, sabiendo que deben de escaparse del riesgo de ser descubiertos.

Pese a que Mate solo no tiene idea en que lio lo están arrastrando. 

Sabe que debe ir a tomar su vuelo. Inconsciente de los hombres que quieren hacerle daño. Pero Finn esta para salvar el día. Sosteniéndolo del brazo, obligándolo a saltar, aterrizando sobre un extraño vehículo que parecía estar esperándolos a ambos desde el primer piso, uno que es conducido por Finn. 

—¡Primera clase, me gusta! — exclama felizmente Mate sentado en el asiento del copiloto mirando a los alrededores con una sonrisa de los enormes aviones esperando a salir al cielo despejado —. No tengo que esperar en la terminal. 

Mate observa a los extraños hombres que se mueven sin miedo de donde están pisando o que están invadiendo territorio de solo aviones. Robándose maquinarias para perseguirlos a toda la velocidad que tiene el vehículo usado para otras cosas.

—Creo que te buscan tus amigos del karate... juraría que tratan de alcanzarnos. 

—¡Sigue avanzado & no pares hagas lo que hagas! 

Ordena el hombre con seguridad al moverse del asiento hasta atrás. Obligando a Mate tomar el volante del auto, confundido de qué clase de situación es esta, pero acata las ordenes de conducir, aunque... feliz, mirando a un avión que está a punto de despegar, conduciendo por debajo de este, una explosión suena desde atrás, aunque no es motivo de preocupación para Mate que continua conduciendo con una sonrisa.

Es un cambio positivo en su día a día. 

—¿Recuerdas cuando dijiste que no parara de avanzar? — Mate dice con su mirada fija delante con la fila de equipajes en fila que impiden que pueda avanzar. Pero estas son quitadas del camino con los disparos desde el interior de un avión que logra aterrizar sin detenerse frente a ellos. Donde puede ver en el interior a la chica con la cual se supondría tendría una cita la noche anterior —. ¡Que suerte, mi novia imaginaria esta en el avión! 

—¡Rapido, entra ahora! 

Ella exclama preocupadamente con todo su cabello desordenado.

—¡Uh-hu, pero que chica! — exclama él felizmente sin quitar su mirada de ella —. ¿En serio quieres ser la primera cita, no? Me gusta tu actitud tan decidida — añade con un guiño en su ojo. Pero su actitud se apaga cuando nota los disparos chocando contra el suelo —. ¿Y eso?

Las balas no dejan de ser disparadas a los enemigos a sus espaldas. El avión tuvo que maniobrar. Pero al tener un buen piloto era una tarea sencilla de conseguir, sin embargo, el momento de despegar se acercaba por ende Finn volvió a tomar el control al volante, pisando todo el acelerador para subirse al avión que cerraba sus puertas.

Estaban a salvo.  


"Querido Rayo McQueen,

Cuando leas esto ya estaré volando a casa. Lamento mucho lo que hice. No quiero ser la causa de que pierdas más carreras. Quiero que le muestres al mundo lo que yo ya sé, que eres el mejor piloto de carreras que ha existido. 

Tu mejor amigo, Mate."


—Yo no quería que se fuera... 

Dice con tristeza al leer la carta de Mate que acababa de irse... dejando un sentimiento realmente sombrío en su interior. Estaba lista para pedir perdón. Pero esto... no era lo esperado, no había esperado que se fuese en el primer vuelo que tomase, con Guido llorando desconsoladamente ante las palabras de su amigo que se fue. 

Todos tristes al saber que solo se fue.

Sin decir adiós.

Las noticias eran inesperadas. En silencio veía una y otra vez las palabras de la carta, (t/n) quería entender... ciertamente no estuvo en el momento de la discusión para saberlo mejor, Mate era un hombre sensible que se sintió horriblemente mal de arruinarle la victoria a su mejor amigo, por ende... tomo la mejor decisión para todos.

Irse.

Incluso si esa no era una buena decisión para nadie.

—Ah, dice algo más aquí... — Luigi añade entre todas las cartas que Mate dejo para todos ellos —. P.D. Diles en el hotel que no era mi intención ordenar esa película. Creí que era solo un avance y no tenía idea de que había que pagar por verla. P.D dos de dos, que gracioso... eh, dejo... varias páginas de posdata...

—Al menos sé... que estará a salvo ahora que volvió a casa...

No lo saben evidentemente: Y solo aceptan que se ha marchado a casa... que más tarde harán una llamada a Radiador Springs para consultar como estuvo su vuelo de vuelta a casa, si estaría cansado o necesitaba descansar simplemente. ¿Pero cuando se imaginarían que estaba volando un avión privado con dos agentes secreto en una misión de espías? 

Sería la idea más loca que pudieran tener. 

Y era real. 

—Asi me gusta empezar el día — Finn dice sentado cómodamente en un asiento de primera clase en el avión con solo tres pasajeros —. ¿Qué mejor para sentirte vivo que casi morir, eh?

—Si... espero que el dispositivo siga ahi — ahi es donde esta: La planta del zapato. Inesperadamente bien cuidado. Sin entender cómo, el dispositivo continua en perfecto estado cuando ella lo sostiene cuidadosamente, no está sucio ni mucho menos gastado, preguntándose como ha podido caminar con esa cosa en la suela de su zapato esos últimos días —. Aun en una pieza. Genial.

Encaminándose a la computadora especializada para tener los datos necesarios que necesitaban descubrir. 

—Descargando foto ahora.

—No los presente antes — Mate dice animadamente —, ¿O si? Él es Finn... Mc... no me acuerdo, trabaja en el aeropuerto como algo de primera clase. Y Finn, ella es mi cita, jamás me dijiste tu nombre... 

—Ah si, lo siento... es Shiftwell, Holley Shiftwell.

—Es Shiftwell, Holley Shif — repite Mate seriamente. 

—Fantástico, veremos al fin quien está detrás de esto — interrumpe Finn. Las ventanas cerrándose, impidiendo que la luz del centro entre en el avión cuando la foto se hace ver frente a todos para que puedan estudiarla. 

—¿Que es eso? 

Inquiere confundida Holley sin entender el contenido de la fotografía cuando la estaba viendo por primera vez. Era confusa. Para aquellos que no entenderían demasiado de vehículos, lo sería, pero para otros que se enfocaban mucho en ello, era tan sencillo como un juego de niños. 

—Facil: Es uno de los peores motores que se han inventado. Es un V8 de aluminio con un sistema lucas y tornillos gibbor, wow, no hay nada más fastidioso que esos tornillos — exclama Mate observando detenidamente la foto del motor —, no usan metros ni pulgadas.

—Si, ya entendí — interrumpe Holley —, pero... ¿Quién es el dueño del motor de ese auto? 

—No puedo decirlo con solo ver esa foto, ¿O si? 

—Pero si tú la tomaste... 

—Holley.

Inmediatamente Finn le dice con una mirada seria en su rostro, regañándola con una sola mención de su nombre con una mirada llena de serialidad para hacerla pensar en la situación y cambiar sus palabras. 

—Oh, claro... lo olvide, un agente listo consigue lo que puede y luego huye para no arriesgarse.

—¿Agente, como el de los seguros que canta? Ahora no temas, Mate está aquí... ¡Alto! ¿Hablan de agentes secretos, los dos son espías? 

—¿Holley, en cuantas marcas y modelos aparece este tipo de motor?

—Era el estándar en... siete modelos en un periodo de doce años, al menos treinta y cinco mil autos se fabricaron con este motor.

Un corto silencio cae en ella cuando ve a Mata acercándose lo suficiente para atravesar la fotografía holograma en medio del sitio, asomando apenas su cabeza para mirarla con una sonrisa casi atontada cuando la veía.

—Eres bonita. 

—Eso creo, gracias. 

—Y taaaaaan linda — añade con una sonrisa. 

—Solo pon atención. 

Recalca ella cuando ve a Mate intentando a toda costa obtener la atención de Holley que cubre el rostro de Mate con el holograma en cada oportunidad para concentrarse en obtener la información que tanto están buscando tener a toda prisa. 

Antes de que más pilotos resulten heridos. 

—Si hubiera algo en las fotos que nos redujera las opciones me sentiría feliz...

—Tal vez no estes muy feliz — Mate dice una vez más —, pero veo que tu amigo sí. Se ve que reemplazo la mayoría de las partes de su auto, ¿Y ves los empaques en el fondo? Son piezas originales y no son sencillas de obtener. 

—¿Son raras? — pregunta Holley.

—Y se pueden rastrear. 

—Exacto. 

Los dos espías sonríen con éxito en esta misión de obtener la mayor información sobre el dueño que podría tener un auto de esos. Teniendo números, sería un poco más sencillo saber a qué direcciones ir. 

—Bien hecho, Mate — lo felicita Finn sonriente por su excelente trabajo —. Yo no me habría dado cuenta. Hay un traficante en el mercado negro de parís, un canalla y un rufián, pero es el único en el mundo que nos dirá de quién es este motor, Mate, ¿Que dices, formamos union temporal para esta misión? 

—¿Qué... cosa? 

—Se ve que tienes mucha experiencia en el campo.

—Pues si — asiente él inmediatamente tomando una dirección diferente que pasa por alto en los espías —. Vivo cerca de uno, no lo sé... Finn, es que no he sido muy buena ayuda para otros estos días... 

—Para mí sí. Mate, acepta.

—Si, tú ganas... ¿Pero si saben que solo soy un conductor de una grúa, no? 

—Claaro — asiente él sin tomar con seriedad las palabras de Mate —, como yo soy un simple exportador. Siddeley, París

—Yo siempre quise ser un espía.

El comentario de Mate ocasiona una dulce sonrisa en el rostro de Holley: Iluminándose de felicidad cuando escucha esas palabras. Animándola. Sonriendo dulcemente para Mate, sin tardar en contestarle al hombre amable en frente de ella.

Un hombre que comparte su sueño.

Aunque... sea una confusión.

—¿En serio? También yo. 


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