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# 22: Bienvenidos a Tokio

Ruta rustica en medio de un caluroso verano con una música campirana sonando en la radia. Sonreiría al estar ahí una vez más. Su mano ondulando fuera de la ventanilla con el suave viento que se colaba. Era lo más cercano que tenían a una calma. Y su sonrisa incrementaba cuando desviaba su mirar al hombre conduciendo mientras cantaba la canción de la radio, no era una vista que todos obtendrían de él. 

Calmado & cantando.

Burning the midnight oil agaaaain... Sitting out here listening to the wind — escucha cantar a Doc mientras ella continúa sonriendo. El destino no es tan apartado, el mapa está en las piernas de ella con los envoltorios de las hamburguesas en una bolsa apartada. 

—I just called to tell you that I miss you my old friend...

Se une ella a cantar con un suave tono sin interesarle si su tono es el adecuado para cantar cuando solo está viviendo el momento. Todo ese instante se siente ideal. Ambos se miran en cuestión de segundos cuando sus voces se mezclan al cantar. Y se sobresalta cuando escucha la alarma. Sus parpados abriéndose en seco con una respiración ahogada cuando se sienta sobresaltada. 

Encontrándose en soledad en la habitación. 

Fue un sueño... uno realista. Hubiera dado todo en quedarse un momento más. Fue un día tan lindo. Un recuerdo... uno de los más atesorados. El último viaje que hicieron en soledad. Antes que sus mundos cambiasen. Antes de todas las nuevas caras. Las grietas estaban presentes en sus vidas... aunque decidían ser ignorantes a disfrutar esos pocos momentos donde se comprendían mutuamente. Y suspiraría cuando la promesa se quedó en el aire.

El otro año volveremos... volveremos...

No volveremos.

La soledad es extraña cuando te acostumbras a la compañía de tus seres queridos. Y se levanta abriendo las cortinas. Una parte de sí misma sintiéndose vacía. Los sueños más hermosos a veces... te brindaban el sentimiento de estar incompleta. Y se sentía así abriendo las cortinas de la habitación. Empujando la ventana hacia arriba. Respirando el aire fresco, su cabello desordenado siendo acariciado ante el viento, comienzan los preparativos antes de irse... todo comienza de cero. Aquí vamos otra vez. 

Pero desea detenerse un momento a sentarse sobre la cama & llorar: Derrumbándose en un llanto mientras cubre su rostro. Su llanto no tarda en ser oído. Y los pasos suenan fuertes contra las escaleras. Precipitándose a la habitación compartida. Es como oír... repetitivamente una triste canción. Se sienta a su lado, su brazo rodeando su hombro, aunque ella no se mueve a su lado, sabe que... debe estar ahi incluso si nada cambiara. 

Pero como siempre él lo intenta.

—¿Quieres... contarme que sucede o debo averiguarlo? — habla con una voz suave sin soltarla de su lado. El llanto de ella es... como una lluvia fina. Puede verse como leve. Pero las calles no tardan en inundarse y crear estragos.

 —Los lugares... a los que había planeado para que fuéramos... se deslizan por mis dedos todo el tiempo. Bueno, algo de eso lo hicimos... pero la mayoría no lo hicimos — admite ella acomodándose en el regazo de él. Acurrucándose como una niña pequeña que se sienta en el regazo de su padre. Esperando a ser consolada. Se acurruca en los brazos de Rayo, su llanto sin detenerse cuando él sabe que la parte más difícil de salir adelante... son los recuerdos, los recuerdos que vuelven a nosotros para decirnos todo lo que una vez tuvimos & perdimos para siempre —. A veces deseo poder congelar la imagen... 

—¿En donde estaban esta vez? 

Su pregunta es en un tono amable cuando solo la sostiene sin soltarla. Para él ha sido dificil también... aunque su dolor no es tan inmenso como el de ella. Y sabe que aunque pasen miles de días ella estara triste en momentos aleatorios. Porque claro, cuando algo bueno suceda... acostumbrabas a correr hacia esa persona. Persona que se ha ido para no volver más. ¿Qué haces cuando la persona a la cual corrías para contarle tus triunfos se va? 

Dolerá eternamente.

Otros días más que otros. 

La escucha atentamente. Palabra por palabra & comprende... es una herida permanente. Y a veces añoramos quedarnos en ese sueño donde ellos vuelven a nosotros. Y escuchar es lo correcto, no tarda en sonreír cuando la ve moverse para secarse las lágrimas, aunque él se encarga de eso, quitando cada rastro de lágrima por ella con una sonrisa tranquilizadora. Un sueño más. Y incluso en silencio ambos bajan al primero piso donde está volviendo a calentar el agua en la tetera para prepararle su café con su desayuno, sería un día... cansador al estar preparando sus vehículos para esta carrera. 

El momento es casi único cuando ella esta silenciosa tomando su café en la mañana. Con una mirada casi en la distancia. Pero cuando se da cuenta que solo está preocupándolo, ella sonríe, disculpándose con su actitud deprimente cuando sigue reviviendo ese sueño, sosteniendo su mano desde la mesa con una sonrisa cuando le confirma que todo está bien. Que solo el sentimiento prevalece... pero se siente mejor. Y el día se torna animado, terminando sus maletas que son acomodadas en el vehículo como Mate saliendo de su casa luciendo una sudadera roja con la marca de un rayo en el centro, estaban prácticamente listos, (t/n) sostenía un café en mano mientras conversaba con Lizzie antes de que se marcharan. Sin percatarse de que Sally se había acercado a McQueen. 

—¿Por qué no se lo pediste? — exclama Sally en susurro a McQueen dándole un pequeño golpe en el hombro. Generando curiosidad en algunos que notaban esto —. Dijiste que esa velada sería la definitiva. Llevas meses tras meses intentándolo con vagas excusas. 

—Estaba nervioso... no pude pedírselo cuando Mate estaba hablando en la televisión — contesta de vuelta evidentemente avergonzado —. No quiero que todos los medios creen un caos sobre esto, solo... pensare algo en el avión. Ya empaqué el anillo, solo debo...

—¿Que anillo? 

Mate consulta al estar escuchándolos con interés ante la mención de un supuesto anillo. Pero claramente perdido en el tema de conversación. Mirando con interés a la espera de una respuesta de uno de los dos. 

Él debería de saber.

Debería... sin embargo: McQueen decide en más de un momento no decírselo. 

—El anillo... que cambia con tu estado de ánimo — McQueen dice nerviosamente —. (t/n) lleva buscando uno... desde hace mucho, cosas de... mujeres. Si ves uno en Japón, me avisas...

—Entendido — Mate asiente con una sonrisa en su rostro, animado subiendo su maleta que no contiene tantas cosas. Pero sin duda lo más importante para este viaje. Y se sube al auto, más listo que cualquiera de los demás que continuaban despidiéndose, con McQueen soltando un suspiro de alivio. Quería contarle a Mate... aunque una parte de si temía que él fuese a contarle la noticia a (t/n) antes de tiempo, confiaba en él claro... simplemente a la unica persona que le pudo contar fue a Sally.

 Y todos se embarcan en esta nueva aventura: Despidiéndose de todos cuando están a nada de subir al avión. Observando como Rojo desde la ventanilla está llorando al verlos marcharse en este viaje siendo consolado por Flo, todos abordan el avión tomando sus respectivos asientos en primera clase. 

—¿Que película deberíamos mirar? Los chicos se ven muy divertidos — señala Sally sonriente cuando una pantalla casi enorme esta frente a ellas. Teniendo sus bebidas a los lados, acomodando los audífonos. 

—Deberíamos ver Destino Final... cuando el avión estalla... ¿No?

—Eso no es gracioso.  

Inmediatamente (t/n) se ríe divertidamente con la expresión seria en el rostro de su mejor amiga que está completamente en contra con esa idea. Sabiendo con más razón que (t/n) solo está tomándole el pelo.

—Solo era una broma... ¿Qué te parece si vemos Año Bisiesto, una comedia romántica? También está Titanic. O... ¿Las crónicas de Narnia? Vamos, ayúdame un poco... ¿Qué quieres ver Sally? 

—Peter Pan. 

—Y ni una de las anteriores... está bien — asiente (t/n) buscando dicha película en el menú de la pantalla hasta dar con ella. Reproduciendo el filme del año 2003 que las llena de recuerdos a ambas mientras suspiran al ver está película ignorando la acumulación de basura que rodea a McQueen y Mate mientras miran videos de concursos japoneses. 

Y una música llena de magia suena en sus audífonos cuando miran esta mágica película que las lleva a sus infancias. Sonriendo. Incluso si ambas no terminan de ver está película cuando el sueño puede con ellas. Durmiéndose apaciblemente en sus asientos, trasladándose a un mundo diferente lleno de posibilidades. 

Volar en un avión se siente mágico. 

Todos están dormidos en el avión exceptuando esos amigos que no pueden apartar la mirada de la pantalla. Pero Rayo desvía su atención a los asientos al otro lado del pasillo: (t/n) esta dormida mientras la luz de la película ilumina cada una de sus pestañas, aunque no puede ver su rostro adecuadamente con el cabello de ella en el camino, aunque sonríe cuando solo desea que tenga un sueño tranquilo que no le haga sentir... vacía otra vez. 

Las horas transcurres. El avión aterriza con todos despiertos nuevamente, aunque están recorriendo el sitio de noche. Observando las luces de la ciudad maravillados. Recorriendo con asombro todo como niños pequeños que no pueden dejar de mirar hacia todas partes, riéndose cuando ven sus propias mercancías extrañas por ahi. Pero en un momento entran a una de las tiendas temáticas donde (t/n) no tarda en tomar un auto de felpa del Rayo McQueen.

—¿No crees que eres adorable en forma de auto? — (t/n) dice acercándose a él con una sonrisa al enseñarle el auto de felpa con rostro adorable —. Me lo llevare a casa.  

—¿En serio vas a comprarlo...? — cuestiona con una carcajada que se detiene cuando un autito de juguete choca contra su pie. Desviando su mirar a un niño pequeño que tiembla a más no poder cuando lo mira —. ¡Hola! 

Saluda al niño tembloroso que no tarda en desmayarse de la emoción. Esto ha sucedió... varias veces. Lo sabe. Pero se detiene a mirar a su novia comprando el auto de felpa en la caja registradora, sonriendo como un verdadero enamorado cuando sostiene su nueva adquisición, es realmente adorable. 

Y sonríe mucho más cuando ella voltea a verlo.  

Si sus ojos azulados tuviesen la habilidad de tomar una foto de ese momento lo hubiera hecho. Tomar una foto a la chica que adoraba con todo su corazón. Maravillosa, es todo un encanto, sabe que... ha encontrado a la persona correcta cuando ilumina cada uno de sus días, acomodando su nueva compra en el interior de su maleta. Tantas cosas por mirar. Pero el día en que la alfombra roja arriba en presentación a cada uno de los corredores se arregla como nunca. Y se queda estático... no sucede a menudo, oh... amaba ver como ella luciría en un vestido dorado con un brillante collar en su cuello, los tacones dorados brillando cuando camino hacia él. Cada paso lleno de delicadeza... su cabello ondulado en un medio rodete.

Reina de belleza.

Caminando cual deseo hecho realidad. 

Era tan increíble observarla... sabiendo exactamente cómo actuar: Ella tenía la experiencia. Sus años de comienzos fueron absolutamente todo eso. Pasarelas. Posar para revistas de moda que querían tener su rostro en primera plana. Caminando delante de él. Procurando que no tropezase con su mismo vestido o correría inmediatamente hacia ella. Pero (t/n) dio cada paso sonriente. Posando ante las cámaras antes de oír los llamados de McQueen que no tardo en unirse a su lado, enredando sus dedos antes de marcharse al lado del otro.

Las cámaras obtendrían sus mejores ángulos cuando se hacían su paso entre todos. En un momento donde era necesario al darle un espacio a Mate, (t/n) soltaría la mano de su novio, besando su mejilla, así como sonriéndole a Mate para que ella caminase detrás de ambos enredando su brazo al de Sally, adentrándose en una animada conversación de chicos que miraban todo maravilladas.

—Me hace tan feliz ver que Mate también este aquí — comenta (t/n) en un susurro para su amiga que asiente con la cabeza —. Míralo... se ve tan feliz. 

—También estoy contenta de que me invitaras, (t/n)... desde que todo cambio nuestro tiempo juntas ha sido... más difícil de coordinar — un suspiro brota de los labios de Sally —. Amo que triunfes. Es solo que a veces... o muchas veces, te extraño... nuestras pijamadas, tu café... esas conversaciones nocturnas.

—También lo extraño... ¿Sabes que no será eterno, cierto?

—¿Qué cosa? 

Ambas se detienen a mitad de camino quedándose atrás de los amigos que continúan avanzando sin notar que ambas están quietas. Sus vestidos brillando. Pero la mirada de Sally es confusión completa al esperar la respuesta de su mejor amiga que parece aumentar la sensación de incertidumbre.

—En un futuro tendré que retirarme... todo esto es... fortuna momentánea. Y no lo digo por ser pesimista... a veces me pongo a pensar en un rumbo diferente. No seremos jóvenes eternamente, otro accidente... significaría el final de la línea. 

—No tendrás otro accidente, (t/n).

—¿Puedes asegurarme que no lo tendré...? El futuro es incierto... así que cuando el momento aparezca. Lo sabré & me retirare, los sueños no son eternos... tienen su final. Y no estaré arrepentida. Me sentare con mis amigos... viviré mi vida con aquellos que adoro, me dedicare a otras cosas. ¿Quién sabe que me deparara? 

—Lo más seguro ahora es que... tienes toda una vida por delante, dicho eso nos estamos quedando atrás — termina de decir con una risa mientras ambas reanudan su caminata. Pero en la mente de Sally... esas palabras pesan. Como si fuese una llamada de emergencia a punto de ocurrir, como si... un verdadero destino estuviese sellado. 

Pero quiere quitarse esas oscuras ideas de la cabeza concentrándose en una conversación mucho más animada. Como las cosas que pueden aprovechar de comprar antes de que inicien las carreras. 

—Ah, oye Mate... ya lo hablamos — recalca McQueen en un tono serio, pero amable —. Buen comportamiento. 

—Entendido — afirma su amigo con una sonrisa. Pero su confirmación se queda en nada cuando adelante del camino ve algo que llama demasiado su atención —. ¡Hey! ¿Qué es eso?

—No, Mate...

Demasiado tarde: Su amigo a salido corriendo a toda velocidad al sitio. Y en si es... un poco difícil de asegurar que las cosas saldrían adecuadamente. Observa a todos los lados. Los autos ferraris estacionados en los sitios patrocinados. Tal cual como su auto esta estacionado en un sitio de gran importancia, así como el auto de (t/n) al otro lado, un tono llamativo. 

Los comentarios negativos no tardan en aparecer.

Teniendo que correr de vuelta al lado de su amigo. Sintiéndose avergonzado, (t/n) observa con una suave risita cuando ve a Mate actuando como siempre. Sin sentirse avergonzado de ser el mismo en este mundo que puede ser maravilloso como cruel si no sabes defenderte, (t/n) habla con algunos conocidos, presentando sin dudar a Sally. 

—Mate — le llama la atención a su amigo que no tarda en dar un brinco, sonriendo inmediatamente al ver a su amigo frente a él —. Escucha, aquí no es Radiador Springs.

—¿Y hasta ahora lo notas? Haha, se ve que si te hizo daño el cambio de horario — se ríe animadamente Mate.

—Mate... todo es diferente por acá y por eso me parece que ahora tú tienes que actuar diferente. ¿No lo crees? 

—¿Diferente de qué?

—No lo sé... ayúdame con esto, Mate.

—¿Que te ayude, porque no lo dijiste antes? — Mate dice animándose inmediatamente —. Eso es lo que hacen los amigos.

—Eh si... creo que no estás...

—Hey, allá está el señor Fantochesco. 

—¿Problemas? — (t/n) habla sobresaltando a Rayo que da un brinco llevando su mano inconscientemente a su corazón. Soltando un suspiro, calmándose cuando sabe que deben de seguir a Mate. Pero... no, inmediatamente toma la mano de ella —. ¿Qué, sucede algo? No me digas que el grandioso Rayo McQueen está celoso de un italiano. 

—Solo cuido a mi novia de un idiota pretencioso — murmura rodando sus ojos mientras ella intercambia una mirada con Sally, ni una tragandose tal cuento.

—Tu solías ser un idiota pretencioso — recalca (t/n) con una risa divertida. 

—No me lo recuerdes... 

Suspira sin soltar su mano a medida los tres se acercan al famoso Franchesco Bernoulli que toma su copa de licor con gracia al conversar con el resto, así como Mate era el primero en acercarse al corredor de gran estatura vestido elegantemente, su cabello marrón luciendo suave ante la vista.

Nadie negaría que era un encanto a la vista.  

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