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# 19: Cartas sobre ti

Dedicado a mi abuelo ✨ Que brilla en lo alto del cielo desde el fatídico 2020: Tu sonrisa sigue en mi memoria & sigo extrañándote. Gracias por visitarme en mis sueños para darme tus sonrisas. Fuiste más grande que todo el cielo. Fuiste más que un corto tiempo ✨

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Otro nombre brilla intensamente como diamantes en el cielo & ellos dirán que es la afortunada. Reina de belleza. Reina de las mentiras. Creas un reino entre las cartas destinadas a derrumbarse. Pero los flashes de las cámaras iluminan tu rostro inocente. Brillas cual estrella en lo alto del cielo. Destinada a ser la nueva supernova. 

El bullicio se hace oír.

¿Quién escuchara tus problemas? Tu mente es caótica. Hazla oír. Pero Doc sacude el periódico entre sus manos. Sentando en la cafetería bulliciosa de clientela. Diez de la mañana. Otro rostro se ilumina en la televisión. Reina del 98: Tu nombre llama la atención en la pantalla. Su mirada fría se quedaría en ella. Una chica. Menor de edad. Haciéndose notar en un mundo crudo, los hombres tienen la corona sobre sus cabezas. Nadie se la dará. Una sonrisa no hará que nadie caiga a sus pies. Pero su perseverancia al volante la guio al triunfo.

Nadie la observa. 

¿Quién cree que una desconocida triunfara? De unos diez apostadores solo uno está a su favor. Corre. No eres un hombre. Tienes que correr. Llama la atención. Rompe cosas. Haz un caos. Porque si no... verás el sueño de tu vida desvanecerse. ¿Quién apostaría en ella? Doc levanto la voz. Levantándose, por una vez en su vida... quiso abrir la boca en una opinión sobre estos asuntos, aunque el resto desconociese de su pasado. Era un hombre con un pasado misterioso. Con una pasión que se vio acabada cual supernova en el cielo: No serás olvidado. Una leyenda. ¿Crees que eso me basta? Quería gritar. Enfurecido. No quiero ser una leyenda para ser recordada. Diría. Si se atreviese a decirlo. Pero nada cambiaría. Eres historia. 

Las duras palabras resuenan.

—Apuesto por ella. 

—¿Por ella? — otros se reirían de su elección; es una mujer. Obviamente no triunfara. Y será olvidada. Como debe de ser —. Como quieras... luego no te quejes si nos llevamos tu dinero, pero una mujer nunca obtendrá el triunfo en ese mundo. Es mucho para ella, que se enfoque en estudiar. 

Su apuesta se mantuvo firme & la sonrisa burlona creció en su rostro cuando ese auto dorado atravesó la meta. Liderando. Llevándose un triunfo único en la vida. Sería irremplazable. Nadie superaría nunca ese triunfo. Y el dinero es acomodado sobre la mesa. Una apuesta limpia. Guardaría el dinero en su billetera. Sonriendo. Orgulloso. Teniendo la razón como siempre solía tenerla. Reconocía una mirada victoriosa al verla descender del auto en vivo desde la televisión: Reina de belleza. La llamarían. Su mirada brilla como las estrellas del cielo. Inocencia. Siguiendo sus sueños. 

Reconoces a un alma similar a ti con solo observarla e hizo su apuesta sabiendo el final de la historia. Ella triunfaría. Veía las llamas irradiando de su aura. Persiguiendo sus sueños. El dinero no importa. Lo hace porque su corazón lo anhela. Seguir tus sueños te brinda aire fresco & los males se desvanecen cual tormenta. Los flashes de las cámaras iluminan su rostro. Saludando a las cámaras con esa sonrisa de la cual todos se enamorarán. Oh, ser joven e inocente es el sueño. Vive entre las nubes. Sueña alto. Sentándose en esa cafetería con personas que desconocen tu pasado. Desconocen tus sueños frustrados. Tu dolor. La pérdida de tu vida... el mundo de las carreras fue la mayor felicidad & dolor en la vida de Doc Hudson. Destinado a ver a otros triunfando en lo alto. En un mundo que cerro sus puertas para él. A la deriva. Eres hombre por ende... nadie verá tu llanto silencioso. Oculto entre las sombras. Las luces se apagaron para siempre. Nada brilla eternamente. Porque hasta las estrellas del cielo se desvanecen en una explosión magnifica. 

—¿Que se siente ser la piloto más joven de todos los tiempos? — el micrófono se acerca hasta la boca de la competidora. Linda sonrisa. Mirada llena de sueños. Sosteniendo su casco con una sola mano cuando le sonreía a la entrevistadora como si estuviese hablando con su amiga más cercana de la infancia. 

Todos aman una sonrisa amable. 

Todos aman a una ilusa.

—Llevo toda mi infancia soñando con estos momentos — voz melodiosa: La atención cae en ella. Respondiendo entusiasmada —. Estar aquí es un sueño hecho realidad. Nunca perdía la fe en mí misma ni mi familia me dejo abandonar mi aspiración. Y con mi paso se puede decir que no importa tu edad... si te esfuerzas, todo será posible.

—¿Iras a por todas en tus siguientes carreras?

—Siempre dare lo mejor de mí.

—Increíble — sonríe la entrevistadora al cambiar su mirada a la cámara. Despidiéndose momentáneamente cuando otra cámara muestra a (t/n) marchándose animadamente. Saludando. Su mano saludando al público. Nudillos blancos sosteniendo el casco, todo en ella irradia oportunidades de tener el mundo entre sus manos —. Y aquí la tienen. La piloto de tan solo 16 años, (t/n) Lombardi está arrasando en esta nueva temporada del 98. Esperamos y continue sorprendiéndonos. 

¿Qué puede detener a las almas soñadoras?   

Los sueños crecen & ella arrasa en un mundo donde debes esforzarte. Triunfa. No le temas a nada. Diría ocasionalmente a sus fanáticos. Sostendría su trofeo entre ambas manos. La felicidad irradia de ella. Obteniendo su vida soñada. Viviendo el momento. Es su momento más feliz... inspirando a tantas personas que la observan siguiendo sus sueños. Las revistas se llenan con su rostro. Todos escuchan su nombre. Él la escucha... en la radio & en medias noches cuando no tiene sueño se sienta en el sofá a verla. Esas carreras... ese mundo. ¿Cómo termino? Creía tener el control al volante. Pero en un minuto estaban sacándolo del vehículo... malherido. Se levantará solo para oír la crueldad. Eres historia.

Ella es todo un momento... los momentos están destinados a acabarse. Pero la observa. Arrasando. Llevándose a casa tres copas Pistón. Nadie robara tus sueños. No como se los robaron a él. Pero nunca hagas apuestas que no puedas ganar... no cuando saluda a su público. Sonriendo. Nadie sabe. El día es tan similar al resto. 

Pero las estrellas estallan como confetti en el cielo nocturno. 

Solo un fatal accidente detendría a los soñadores.

Oh: La tragedia. ¿Cuánta tristeza podía soportar para revivir esa noticia? Ver ese auto dorado dando volteretas en el aire solo era revivir su accidente. Cada corredor se desvanece en un accidente. Es un proceso. Una maldición. Lo sabe. La seriedad en su rostro cuando las miradas están atentas al accidente del momento. Año 2002: Te desvaneces entre las sombras. Crudas imágenes. La sangre se pega a ese cabello enmarañado. La chica soñada se convierte en una víctima más. Los sueños se desvanecen en esa ambulancia. 

"(t/n) Lombardi la piloto más joven... que desapareció del mapa."

Las noticias hablan de los desvanecidos: Fueron arte en la historia de la vida. Donde estarán es el eterno misterio. ¿En dónde se ocultan las estrellas más brillantes del cielo? Dicen que existe la vida tras la muerte. ¿Cuál es tu escondite? Ábreme esas puertas. Un café más al desayunar en su existencia. El bullicio de la clientela te hace sonreír. Esta vida es unica. Los días cambian. 

El bus se detiene & un corazón roto desciende los escalones con una maleta en mano. Observando. Un cabello atado en un rodete desordenado. La falda de mezclilla casi toca el suelo. Una sudadera negra. Y unos lentes de sol ocultando un rostro lleno de tristezas. Eres un poema ante el deleite de los curiosos. Caminas cual extraño sin historia. Avanzando entre unas personas desconocidas. Un pueblo... la extraña avanza entre vendedores ofreciéndole diferentes cosas que ella no escucha. Es una niña sin rumbo. Avanzando hasta el único sitio que brinda el consuelo suficiente. La puerta de la cafetería se abre. Nadie la mira. Es una extraña. Tragando saliva al avanzar entre estos extraños cuando busca una mesa vacía donde nadie pueda prestarle atención. Sentándose con su soledad. 

Quítate la máscara. 

Se dice a sí misma con una respiración forzosa al sacarse los lentes de sol: Ordenando su café con una sonrisa en su rostro. Su estomago ordena una comida. Pero... no se lo permite. Porque un corazón roto no anhela la comida. Observa a la distancia sin observar a la nada al mismo tiempo. Quiere derrumbarse a llorar. Lágrimas invisibles que caen en su fuente de juventud. 

Sus manos tiemblan al sostener su taza. 

¿Cómo ha de continuar si su pasado está trazado en todo su cuerpo? Las cicatrices son una tortura. Los recuerdos resuenan en una mente que continúa desvelándose cada noche. El café calienta su esperanza. Levántate. Puedes hacerlo con el corazón roto. Tomo el dinero tras el caos de su vida. Abandonando todo lo que una vez conoció. Estaba destruida. Porque tenía más cicatrices que amigos. 

Las cadenas se rompieron & aun no es libre.

Solo eres una pequeña tragedia. 

—¿Cómo terminaste aquí? — Doc cuestiona al tomar asiento en frente de ella: Suspirando. La reconoció con esa sonrisa falsa. Los ojos que una vez resplandecían estaban apagados. Su fuego se extinguió —. Estas un poco lejos de casa, ¿No, (t/n) Lombardi?

¿Cómo termino ahi...? Esa era la enorme duda de todo el mundo. Sentía que estaba soñando. Una ilusión. Era Doc Hudson. El corredor más impresionante de toda la vida. Y sonríe falsamente. Negándolo todo. Tragando su dolor más profundo como si ocultase una daga clavada en su corazón. Temiendo derramar la sangre... aunque esos ojos serios conocían del dolor. Y retiraría esa daga.

Para salir adelante debes desangrarte. 

No podemos solo sentarnos a ver nuestras heridas eternamente. Verla dolia. No porque la odiase. No. Dolia porque se veía a si mismo en ella. Una parte de sí mismo... esa parte destruida de su vida. Los sueños rotos se arremolinaban alrededor de ambos. Vivian en medio de la tormenta. Sobreviviendo. Nadie sobrevive a esa tormenta... como estar en medio de la gran guerra. Llora. Tu dolor debe derramarse en los brazos de una persona a la cual le abres el corazón. Ella se derrumba como nunca antes se había derrumbado. 

—Tus cicatrices no son tu vergüenza — exclama él hombre con un tono de voz quizá duro. Pero con una profundidad que cae en ella de forma esperanzadora —. Son tu historia. 

Todos necesitamos derrumbarnos en los brazos de otras personas: Es necesario. Estalla. Tantas memorias. Caótica. Plantando flores en su mente inquieta. Nada se mantiene de la misma manera. Ahora tiene una compañera para tomar el café matutino. Escuchando sobre su café favorito. Sobre las historias de vida. ¿Qué es de la felicidad sin la tristeza? Absoluta nada. Los días son monótonos. Nada es sencillo. Quiere estar sola... aunque se preocupa cuando la observa sentada en esa banca derramando lágrimas silenciosas. ¿Qué tanto dolor cargas para enmudecer? No eres invisible. Y su mano se extiende. 

Muchas otras manos aparecen en su camino.

Eres un obsequio en mi vida.

Mi orgullo. 

Sosteniendo su secreto al escabullirse a conducir en el auto & las sonrisas se crean cuando crea un vínculo a su lado. "Eres la hija que nunca tuve." Risas. Se ocultaba en ese pueblo, esperando no ser encontrado... pero ella le dio a cambio risas. Sus trucos siendo replicados. Sosteniendo esas manos temblorosas. Las cicatrices no tienen nada de malo. Y los días brillan con el sol al verla obtener una vida. Establecerse. Una pequeña casa en donde puede vivir tranquilamente. Sirviendo café como su nuevo empleo. Reuniendo el dinero para tener su propio auto soñado. Caótica. Le da la libertad de divertirse incluso cuando es arriesgado. Preguntándose si un día esas locuras se acabaran. Sus sueños más alocados se vieron interrumpidos. Y estalla en contra de un desconocido, el trauma vuelve a su corazón cuando la escucha discutiendo en el interior de la corte. Los años no transcurren en vano, algunas cosas no se pueden olvidar.

Lo sabe más que nadie. 

—¿Crees que sería fan de un idiota como tú? — la escucha exclamando tan furiosa como nunca lo estuvo. Gritándole a personas que no tiene la culpa de su dolor. No, pero con alguien debe desquitarse porque nunca se atrevió a gritarle al verdadero maltratador, porque su miedo era más fuerte... fiel creyente que las palabras abusivas solo guiaban hacia el abuso físico, optando por el silencio antes que un ojo morado —. Corredor de carreras... eres todo lo que detesto y lo único que admiraría de ti es que desaparezcas de mi vista.

—No entiendo como alguien tan bonita puede ser tan amargada... lo apuesto, eres soltera. 

Ambos coincidían con un odio mutuo. Debía irse. Era la idea original. Desaparece del mapa. Arruínale la vida a otras personas. Pero ese amor se transforma en odio... todo gira alrededor de un mundo extraño. Pero Doc sabe mejor que nadie: Robare a tu chica & después la haré llorar. Ya conocía la historia. No volvería a repetirse. 

Conocía su historia de tragedia. 

El amor se oxido ante la lluvia inesperada del dolor & nadie estaría sacándola de la inundación otra vez: Sueños rotos... una bufanda olvidada. El cariño que sostenía era inexistente. Se cuestionaba en las noches de eterno llanto que sucedió con sus obsequios al novio que clavo el puñal incontables veces. Abandonándola. Arrepintiéndose. Corriendo en su rescate, preguntándose quién pudo haberla apuñalado... dañas & después te cuestionas el porqué de tal reacción. Desconfianza. Doc no confiaba en nadie cuando su anhelo era mantener a salvo esa sonrisa... aunque era ciego al ver que sus sonrisas se desvanecían cada noche con las pesadillas que la invadían. 

Hizo todos sus esfuerzos en darle esa felicidad... observarla estar al lado de ese corredor solo era desconfianza. Sus interacciones iban cambiando como el clima inestable. Una carrera cambiaría todo. Quiso hacerla feliz. Y revelo su identidad accidentalmente. 

Como continuar... era la duda eterna. 

—Me rompiste el corazón...

Penso que era lo correcto mantenerla a salvo que enamorada. Erro. Un resplandor como ese nunca lo había visto de tan cerca. Extinguiéndolo. ¿Quién iba a decir que sus llegadas serían como un tornado para Doc Hudson? Y nadie le dijo que se había transformado. Un vacío como ese nunca lo había sentido. Y se sienta en medio de la calle observando el semáforo en luz amarilla continuamente.

Bañado en el silencio.

Conocía la vida & secretos de (t/n) Lombardi: Estuvo enamorada antes... su corazón se rompió. Pero incluso con eso. El amor de su vida no fue él hombre que salió con ella. Fue él hombre al cual atesoro desde la distancia. Cuestionándose... ¿Cómo corro a sus brazos cuando ya es demasiado tarde? Las noches de Julio fueron las más tristes al despertar con la ausencia del tal vez. La pérdida de su vida no fue su exnovio. Sino aquel que nunca fue algo... el miedo la hizo detenerse. Viviendo atormentada con que hubiera sucedido al ser más valiente. 

"—El mes de Julio fue la perdida de mi vida."

¿Que acabo de hacer? Se cuestiona cuando actuó egoístamente. Odio esto. El sentimiento de romper a otro ser humano. Arruino la lluvia de estrellas más maravillosa. Nadie más será la perdida de la vida de (t/n): Lo solucionará. Sabe que cumplirá esa promesa. Una locura tras otra. Una historia más en su vida. 

Reviviendo. 

Ellos son los hijos que nunca tuvo & los adoraba: Únicos a su manera. El chico que detesto se convirtió en un corredor digno de admiración. Un nombre que no olvidaría. Rayo McQueen. Descubriendo así.. que correr no fue su mejor vida, sino que ellos. 

—Tienes un gran talento, chico.

Reunirlos fue una absoluta lluvia de pirotecnia. Era lo correcto. Fue lo más correcto en su vida cuando los observo desde la distancia. Sosteniéndola con ese amor. Orgulloso de ver que (t/n) encontró a un hombre que la sostendría siempre con esa sonrisa orgullosa. Presumiéndola. Ver a ambos establecerse fue una parte de mayor felicidad en su vida. Observando esa pequeña casita convertirse en un verdadero hogar para dos personas apasionadas. 

Compartiendo intereses. 

Eran un milagro de la existencia. 

Los entrenamientos eran su momento más divertido en el día a día. Las risas no faltaban. Los tres se divertían mucho. Cometiendo errores. Avanzando. Aprendiendo de los errores. Las revistas volvieron a guardarse en sus cajones para que el polvo no las ensuciara. Pareja del momento. Todos dirían. Eran el orgullo de Doc. 

Un día se levantaba en soledad hacia esa cafetería... tomando su café en soledad. Al otro (t/n) se presentaría en su vida con el rostro más triste de la historia. Y al otro se presentaría Rayo caóticamente. Destruyendo todo a su paso. Nadie olvidaría su arribo, no olvidaría esa noche donde noto a Rayo particularmente más nervioso que nunca. Sentado en el comedor sin tocar su bebida. Nervioso. Y cuando está a nada de preguntar con preocupación que sucede, el hombre joven lo interrumpe. 

Soltando palabras que uno no esperaría oír repentinamente

—Quiero casarme con (t/n).

—Oh. 

Solo esas palabras brotan de la boca de Doc que no tarda en sonreír gratamente al oír eso. Son buenas noticias. Comprendía su nerviosismo. Claro, era comprensible que este fuese el caso cuando habían transcurrido unos años desde que comenzaron a salir e incluso viviendo juntos, atravesando tantas cosas como fueron las pesadillas constantes de (t/n) donde Rayo a menudo se desvelaba al calmarla. Todo estaba bien.

Pero ansiaba dar ese paso... convivían. Claro, pero no se había animado a simplemente compartir una habitación con ella. Oír sus gritos de terrores nocturnos siempre lo hicieron correr hacia ella. Pero quería avanzar. 

Y estaba ahi para pedirle el permiso a Doc.

—¿Quieres mi honesta opinión?

McQueen asiente casi temeroso.

—Compra un bonito anillo & no la defraudes. 

—Sabes que no la defraudare... es... ella es lo mejor que pudo sucederme en la vida — añade con una sonrisa Rayo cuando escucha esas palabras alentadoras de Doc. Sabe que los días serán brillantes. Los planes son únicos. El plan se traza... hasta que se destruye. 

Sufrió & fue feliz: Sus ojos se cerraron permanentemente con el recuerdo de la felicidad de sus amigos. No había pesares. Se iba sin arrepentimientos. Su adiós fue inesperado. El día de la despedida de Doc Hudson fue soleado. Y las flores se acomodaron sobre su ataúd en medio del llanto silencioso. Adiós... es todo lo que se puede decir cuando (t/n) se acerca adelante con una sonrisa triste en su rostro lleno de lágrimas. El vestido negro meciéndose, cargando con la tristeza al no desear despedirse.

No puede... duele demasiado. 

—Cascarrabias... ese fue nuestro Doc — habla (t/n) con su voz temblorosa al mantenerse delante hablando a través del micrófono —. Me acogió cuando estaba... en mi momento más horrible. Cuando no veía como levantarme. ¿Cómo le digo adiós cuando aún quiero decirle los buenos días? Cuido de todos nosotros. Tolero mi mal humor... sostuvo mi tristeza, comprendiéndome como nadie hizo... le dio un sentido a la vida & nunca estaré lista para despedirme... daría todo por un abrazo más, Doc... te extrañare toda mi vida. 

Respira con profundidad al irse... sosteniendo la mano de sus amigos que están ahi. Consolándose entre todos ante esa despedida. & es curioso como todo saludo tiene su despedida... como las historias se terminan. Es hora de ir a casa. 

Pero ella se mantiene sentada ahi unas cuantas horas en la compañía de su novio Rayo; sosteniéndola. No existen palabras de consuelo más que el silencio y entendimiento mutuo ante la pérdida de un gran hombre. Desconocen... ellos desconocen como en un sitio apartado, en otra ciudad un hombre abre la última carta con una sonrisa al saber el desenlace, sonriendo cuando lee el título de esa última carta: Sobre (t/n) & Rayo.

Mi orgullo más grande. 

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