# 17: El accidente del Rey Strip Weathers
¿Es tan dulce? Supongo que si: Verla sentada cómodamente al lado de Doc como si ella fuese el centro de atención. Lo era. Para él. No existía nada más increíble que ella. Pero la perdería de vista cuando se centrase en conducir. Mirando hacia adelante. Sin verla acomodar su cabello con ambas manos. Confianza, esa confianza que parecía no venía con ella en Radiador Springs ahora irradiaba de esto, manteniendo los lentes de sol sobre su cabeza como una reina de belleza. Y la victoria de este día sin duda se las dedicaría a todos ellos, sintiendo los latidos de su corazón acelerado... sería más valiente que nunca en hacer su movimiento final en ella.
Tan bien hecho como un café expreso.
—Señores — exclama Doc mirando a sus queridos amigos para que pudiesen prepararse cuando el momento se acercase. Nada debía salir mal. Todo debía ser adecuado para devolver un favor, para hacer las cosas correctamente esta vez —, estamos de vuelta. Guido, Luigi van contra profesionales en los Pits, tienen que ser muy rápidos.
—No sabrán quién los golpeo, Doc — contesta motivado Luigi.
—Niño: Puedes derrotarlos, ve a una velocidad que te funcione y recupera esa vuelta.
Dicha orden fue obedecida inmediatamente cuando observaron el vehículo acelerando a un buen ritmo. Acechando a sus dos contrincantes. Pisando el acelerador, (t/n) observaría con una sonrisa desde su asiento apoyando sus manos contra su regazo, acariciando sus propias manos llenas de cicatrices que lucen más blanquecinas que nunca con la luz del día cayendo en ella cual bendición. Porque no todos los días pisaría esos sitios... los años no transcurren en vano. Lo sabe, nada se queda del mismo modo... todo cambia. Ella cambio, su rumbo se había perdido en mitad del camino para volver a reencontrarse con su pasión.
Sin ocultarse en un baúl con una llave perdida.
Sumida en su mundo & concentrada únicamente en la victoria del hombre que la hizo volver a sentirse a salvo en su piel. Respirar no se sentía como la miseria. Sentía que respiraba... aire fresco. Libertad. Los males del pasado no vienen a quedarse con nosotros cual plaga, todo eso tiene su final. El tornado de las miles pesadillas la libero finalmente.
Libre de estar donde su corazón latía felizmente.
—¿Es él... es Hudson Hornet? — la atención es robada ante ellos. Pero están concentrados, Doc prestando atención a todos los movimientos del vehículo en la pista de carreras. El suave viento cepilla su cabello que no tarda en acomodar como una imagen unica para el resto que está observándolos — ¡Bob, Darrell, Hudson Hornet ha vuelto!
Las cámaras voltean en la dirección de ellos: Enmarcándolos en primera plana en cada televisión que transmitía esto en vivo. Sin notar que son observados por miles de miradas curiosas. Brillando cuan estrella del momento. El sol de verano favoreciéndolos. Todos apareciendo en la enorme pantalla de Los Angeles, una imagen unica para aquellos que son fanáticos del mundo de las carreras desde tantos años atrás.
—Darrell — contesta inmediatamente Bob al ser informado de este hecho único en la historia de las carreras —. ¡Parece que McQueen ya tiene un equipo en los Pits y mira quién es su jefe de mecánicos!
—¿Quién iba a decirlo? — exclama Bob con el mismo tono emotivo cuando están tomando nota de este nuevo equipo. Tenían esperado ver al corredor en soledad cuando se había quedado sin un equipo, pero notar a unas varias personas en este equipo era una noticia nueva —. ¡Pero no menos importante...! ¿Reconoces esa joven sonrisa a su lado? ¡La chica sentada al lado de Hudson Hornet es nada más que (t/n) Lombardi!
—¿(t/n) Lombardi?
¿Es tan dulce? Supongo que si: Una dulce sonrisa se instala en su rostro cuando se sostiene desde el borde del asiento. Intercambiando una conversación que nadie puede oír con Guido, sonriendo como siempre hizo cuando se robaba el corazón de todos. Peinando su cabello (c/c) con desinterés en las nuevas miradas sobre ella cuando se reía suavemente. Porque esa corredora que todos admiraron una vez estaba ahi con ellos. El tiempo había transcurrido, aunque para ellos seguía siendo la misma. Las cicatrices eran un detalle aparte, confirmando que el accidente tuvo que ocasionar su desaparición.
Ahi estaba.
Tan adictiva como un café expreso.
—¡Vaya, vaya, esto es histórico! — continúa diciendo Bob lleno de entusiasmo ante algo que no sucederá dos veces en la vida —. ¡Nadie ha visto a esta leyenda en más de cincuenta años!
—¿Quién iba a decir que tanto Hudson Hornet como (t/n) Lombardi volviesen a la luz en compañía? ¡La primera novata en robarse el triunfo volviendo de una manera tan inesperada! — ambos hombres exclaman sin siquiera creer que esto pudiese suceder en este día. Esperaban una carrera. Pero se llevaron una lluvia de sorpresas —. ¿Esto significara el posible regreso de ella a las carreras?
—No quiero hacerme ilusiones — añade Bob con una risa de entusiasmo —. Pero se ve exactamente como la recordamos. ¿Crees que el mismísimo McQueen haya tenido entre las sombras estas amistades de gran importancia?
Observándolos. Como si estuviesen obsesionados con la idea de que volviesen a este mundo. Pese a que esas ideas eran una locura. Pero la carrera continúa siguiendo su curso, las miradas vuelven a los tres vehículos que compiten para ganarse la copa Pistón. A nada de saberse quién será el verdadero triunfador del día.
El bullicio de emoción no tarda en hacerse oír cuando McQueen se adelanta a ambos corredores con tanta precisión. Uno de ellos orgulloso. El otro enfurecido, su rabia incrementando en cada segundo porque no quiere que la carrera tome este rumbo. Los aplausos de entusiasmo lo enfurecen. Pero aquellos que están orgullosos solo saben brincar de sus asientos, (t/n) no tardo en soltar un pequeño grito de emoción al verlo conducir sin problemas delante de ambos corredores. Su emoción latente en sus ojos que resplandecen cuando da un pequeño brinco lleno de orgullo ante el chico que está siguiendo sus sueños con aquellos que admiro deseándole lo mejor.
Siendo ahora él el líder de la vuelta.
Las esperanzas están en él: Observando en cada oportunidad que tiene a la distancia. Tiene que ganar. Ellos vinieron desde tan lejos solo para verlo. Pisándole al acelerador del auto, confiado, mucho más calmado a como inicio está carrera. Aliviaba su corazón saber que no estaba solo, perseguir un sueño en soledad... era un sueño vacío, pero seguirlo en compañía & apoyo de personas que te quieren es la mejor sensación del mundo.
Compartir un triunfo.
—Sigue así chico — Doc dice con un tono de voz orgulloso —. No pierdas la cabeza.
Sus emociones son aceleradas ante una carrera sintonizada en el mundo. Un día de enorme importancia. Las miradas están en esos tres corredores. Ellos tres son las estrellas del día, teniendo las esperanzas de ver quién sería el triunfador.
Pero los deseos de ese triunfador se posaban sobre McQueen.
—Vai! Vai, vai!
—Hola camaroncito — hablan los hombres vestidos de verde usando el mismo bigote que dejaban bastante en claro para quién estaban trabajando. Y con la misma clase de personalidad burlona en el mal sentido —. ¿De dónde te saco McQueen, eh?
No tarda en obtener la atención de un confundido Guido que se detiene a observarlo después de haber empujado en el sitio correcto la fila de neumáticos listos a ser utilizados cuando McQueen volviese a los Pits.
—Esas cosas redondas son neumáticos y van abajo del auto — habla con su tono burlón antes de estallar en un sin fin de risas a unisono con sus compañeros de trabajo que poseen esa misma personalidad irritante.
—Con chi credi di parlare? Ma, con chi stai parlando? — exclama enfadado Guido a nada de saltar en contra de los molestos hombres de verde antes de ser sostenido por los brazos de su mejor amigo Luigi que no tarda en detenerlo.
Evitando una discusión que no les llevara a nada.
—Ya les enseñaras Guido, ya les enseñaras.
Cada vuelta transcurre sin ni un solo percance para mantenerlos en un cierto estado de nerviosismo. Inquietos. Tal como las manos de (t/n) que están jugando con una botella de agua completamente vacía a ese punto, no quiere perderse de ni un solo detalle de está carrera, sintiendo su respiración entrecortada debido a la emoción del momento.
Su mirada atenta cuando nota el vehículo acechando de cerca de Chick Hicks quién es demasiado tramposo en estas carreras como lo sabía bien ella. Muchos lo notarían. Lo vio desde hace tiempo cuando no podía dormir en las noches, esas entrevistas... su actitud fastidiosa, era todo lo que odiaría en un corredor. Rememorando que una vez lo conoció, pero las circunstancias eran diferentes para haberse topado con él demasiado, no, ella solo tenía conversaciones con los de su círculo, así como el admirable Rey Strip Weathers; un hombre que siempre le dio todo su apoyo en ese mundo.
Fue quién trazo una ruta en su vida & la hizo tomar el camino correcto. Tomando cada lección de él como una aprendiz. Verlo seguir en el mundo de las carreras seguía siendo tan emocionante, aunque en este día su atención para la victoria estaba en McQueen. Sobresaltándose cuando Chick no tomo demasiado tiempo en cambiar de carril con tal de chocarse apropósito con McQueen, provocando que el auto rojo perdiese el control unos momentos escasos antes de tomar el control al conducir en reverla. Y si ella estuviese cerca hubiera visto el saludo burlón que McQueen le hizo a Chick antes de volver a conducir recto.
—¿¡Qué!? — exclamaría un confundido Chick que hubiese esperado que este contrincante ya se hubiera estrellado. Dejándolo fuera del juego, pero este no era el final.
—Asi se hace — Mate dice entre sus risas de felicidad —. ¡Yo le enseñe eso, Kuchau!
Una corta risa brota de los labios de (t/n) cuando observa todo con verdadero asombro. McQueen había escuchado. Presto atención a todo... realmente él se esforzó en escuchar lo enseñado para ponerlo a prueba en este día tan importante, sorprendiendo a absolutamente todos los espectadores.
—¡Que maniobra, McQueen ha pasado a los lideres!
—Exacto — exclama Darrell lleno de emoción —. ¡Esto es lo que todos quieren ver, una batalla triple por tomar la punta faltando diez vueltas!
Desde el interior del auto nadie veía la furia irradiada de Chicks cuando pese a sus intentos de superar a McQueen se veía en la imposibilidad de esto. Siendo bloqueado en cada intento, irritado, más enfadado que nunca porque las cosas no estaban saliendo del modo deseado, decidido a hacer una jugada un poco más sucia cuando embistió directamente contra el vehículo de McQueen.
Ocasionando el fuerte sonido de una llanta reventada.
Quedándose detrás.
—¡Doc, pinchazo, pinchazo!
—¿Puedes volver a los Pits? — pregunta en un tono neutro Doc con tal de no ocasionar más preocupación al corredor ni a (t/n) que está mirando está carrera con toda su atención que ni siquiera soltaría una sola palabra.
—Sí, sí, creo que sí...
—Bandera amarilla hijo, ven aca — le ordena Doc —, no quiero que te lastimes.
Condujo con cuidado de vuelta en la dirección de los Pits con una rueda completamente destruida. Procurando no ser descuidado ni desesperarse. Sabía que para estas cosas uno debía tener la mente despejada o sino... sucederían desastres, por ende, se desviaba de la pista de carreras en la dirección de los Pits con los otros dos competidores conduciendo a un ritmo más lento detrás del auto amarillo.
—Hay que regresarlo rápido a la pista si pierde una vuelta nunca ganara la carrera — exclama Mac con preocupación.
Guido estaría acomodando sus guantes. Listo, más preparado para mostrarle a los habladores de lo que estaba hecho. Que no era un objeto de burlas por ser el único en cambiar los neumáticos, como dijo Luigi, les iba a enseñar.
Ahora.
—Guido, tú turno.
—¿Enano, vas a limpiar su parabrisas?
Los hombres no tardan en estallar en carcajadas burlonas que solo alimentan la necesidad de cerrarles la boca. Y es exactamente lo que hace Guido en cuanto McQueen detiene el auto en los Pits sin mirar a nadie cuando sabe que tan pronto esté listo debe de salir, aunque por el rabillo del ojo puede verlos... la ve a ella con esa mirada de esperanza. Dándole sus mejores deseos. Y el día parecía estarle sonriendo a él. Guido con su mirada seria avanzo a toda prisa a cambiar cada neumático en una velocidad nunca antes vista, haciendo su trabajo impecablemente como otros no lo harían.
El silencio abarco cuando su trabajo estuvo hecho & los bigotes falsos de los hombres se cayeron al suelo. Llevándoselos el viento. Nada salía de sus bocas abiertas, sus burlas no significaron nada cuando vieron este trabajo veloz que era celebrado por los amigos de Guido, chocando sus manos entre todos, (t/n) se reiría suavemente porque McQueen estaría de vuelta a la pista otra vez.
Era un trabajo en equipo... asegurándole la victoria.
—¡Esa fue la parada en los Pits más rápida que he visto!
—Rápida en verdad — contesta Darrell —. Pero aún tiene que adelantarse al auto insignia.
—A los Pits.
Guido dice con orgullo mirando a los hombres que no volvieron a decir nada más. Sus bocas abiertas. Como si no pudiesen creer que vieron. Escuchando las celebraciones de los amigos de Guido que no tardan en rodearlo por su buen trabajo, enseñándoles a todos que era el mejor en su labor.
En lo que le apasionaba.
—¡Eso es! — exclama con ánimos (t/n) celebrando con el resto cuando no decepciona en verlo adelantarse al auto insignia como si fuese un juego de niños. Su mirada brillando como sus mejillas sonrosadas ante la emoción que no contenía, estaba siendo transparente con su felicidad —. Sigue así... la carrera casi termina, puedes hacerlo.
Susurra ante sí misma con los deseos claros: Acelerando hasta alcanzar al resto. Todo está a nada de terminarse. La carrera tendrá su cierre... su corazón late aceleradamente cuando lo mira conduciendo detrás de los ambos autos lideres, sobrepasarlos siempre es difícil... más que nada a Strip Weathers que nunca pierde su primer puesto, manteniéndose como el rey de la carrera. Sin ser sobrepasado en ni un solo momento.
Los motores resonaban con fuerza cuando aceleraban. Intentando meterse desde dentro, obedeciendo las indicaciones de Doc sobre cómo conseguir adelantarse a Chick que en cada ocasión se enfurecía más y más. Siendo un riesgo andante.
Un verdadero riesgo cuando arremetió enfurecido sin importarle que su auto se rayase cuando hizo que el vehículo rojo volviese a descontrolarse al estar en el camino de tierra. Sin saber que McQueen había aprendido nuevos trucos en Radiador Springs: Se cayo demasiadas veces por ese barranco de cactus. Cuestionándose, ¿Cómo es que Doc & (t/n) pueden sobrepasar esa curva sin perder el control del auto? Era sencillo en ese punto cuando recordaba haberla visto pisando el motor. Esos lentes de sol que la protegían de la tierra. Y como parecía conducir con toda la confianza del mundo, tomando esa curva de tierra, derrapando como él lo estaba haciendo ahora mismo, tomando el ejemplo de aquellos conductores retirados, creando una gran nube de tierra tras su paso acelerado al retomar su camino en la pista directo frente al Rey, sobrepasándolo.
—Volar cual cohete — Doc dice con orgullo.
—Atacar como bólido — finaliza McQueen desde el otro lado del comunicador.
Desde su vehículo se sobresalta cuando escucha un grito de emoción que proviene únicamente de (t/n): Quién desde su sitio no tardo en dar un pequeño brinco de emoción. Celebrando ante lo que todos sabían se estaba acerando. Sería el ganador. Ganaría su copa Pistón, estaría a la par con ella en ser otro novato en tener ese triunfo.
—¡Continua así, así se hace! — él se ríe con suavidad cuando consigue oír la voz de (t/n) llena de entusiasmo. Como una niña pequeña. O... una novia emocionada, observándolo, tener quién te admire... lo es todo, su corazón estaba lleno de felicidad al tener a tantas personas apoyándolo en su pasión. Animándolo a ganar —. ¡La victoria ya es tuya!
Continúo conduciendo sin conocer del futuro o como desde detrás Strip Weathers estaba interponiéndose en el camino de Chick. Asegurándole la victoria al novato, protegiéndolo de los sucios juegos del competidor poco amigable, todo iba a salir bien o así se suponía... el corazón de todos dio un salto de horror cuando Chick hizo una de sus peores jugadas contra el Rey: El vehículo celeste salió disparado por los aires.
Instintivamente (t/n) se levantó de su asiento con sus manos cubriendo su boca. Su atención puesta en Strip cuando veía el auto dando volteretas casi sin parar sobre la tierra. Solo deteniéndose. Sintiendo que su desesperación volvía a adueñarse de ella cuando un conocido estaba sufriendo el mismo destino que muchos... ¿Era una maldición? Cada corredor estaba destinado a accidentarse fatalmente. Pero incluso en esos momentos... el corredor desde el interior no parecía estar mal herido, desde el interior aun había movimiento de su parte, estaba aturdido seguramente. Y la felicidad de McQueen se desvaneció en cuanto noto el extraño silencio, su mirada desviándose a la enorme pantalla que daba cara al desastroso accidente del Rey que no salía del auto más que seguir ahí. La imagen... solo traía amargos pensamientos, nadie se salvaba de esos accidentes. Y esas dos personas acabaron desapareciendo del mapa, acabaron refugiándose en un mundo diferente que tuvieron que aceptar, aunque no lo quisieran.
¿Qué iba a hacer? La victoria era casi suya. Lo sabía... aunque no era lo correcto. Ganar se sintió verdaderamente mal. Y su pie piso con fuerzas el freno. Negándose a pasar por esa línea de meta. No iba a llevarse la copa dejando a atrás un corredor que estuvo protegiéndolo, pudo haber sido él. Pero Strip lo protegió de las jugarretas de Chick. Y se mantuvo ahi, desviando su mirada alrededor. Lo sabía, la atención de (t/n) no estaba en él, sino que, en el Rey. McQueen permitió que Chick llegase a la meta. Sin importarle, no cuando comenzó a retroceder con su auto hasta detenerse detrás del auto de Strip quién no tardo en estar confundido por esto.
—¿Qué haces... chico? — cuestiona con un tono de voz adolorido, soltando más de un quejido de dolor cuando le hablaba. Queriendo ver bien que estaba haciendo el novato.
—El Rey tiene que terminar su última carrera.
Dice en un tono animado cuando comienza a empujarlo desde atrás con su auto sin tomar molestias en que la pintura se raye. Solo está haciendo lo que es correcto de hacer.
—Acabas de perder la copa Pistón... ¿Lo sabías?
—Un viejo corredor gruñón un día me dijo algo: Que es solo una copa vacía.
—¿Darrell, empujarlo en la última vuelta es legal?
—¡No está empujándolo, lo ayuda golpeándolo en su parachoques!
Orgullo: El bullicio se hace oír conjunto a los aplausos ante tan bonita escena que nunca antes se ha presenciado. Guiando al Rey hacia la victoria. Olvidándose del triunfo de una copa, McQueen sabe qué años antes presencio el accidente de (t/n), uno fatal... nadie hubiera hecho esto por ella. Ese apoyo, estar a su lado como un buen compañero... renuncio a la copa Pistón con tal de ayudar a un amigo a terminar su última carrera.
Escuchando la celebración de todos.
Orgullosos de la persona en la cual se convirtió el Rayo McQueen.
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