# 06: La carrera & el accidente
—Lo va a aniquilar...
Susurra nadie más que Luigi a su amigo italiano que asiente con su cabeza. Ellos conocen más que nadie a (t/n); conocen sus victorias. Conocen de sus entrenamientos que la llevaron a la cima en su año como novata. Saben exactamente que su apariencia no sería exactamente lo mismo a como era en cuanto a conducir. Como si se transformase... era volver a revivir los buenos tiempos. Porque parecía que ella volvía a la vida. Era feliz.
Todos se acomodaron en sus sitios adecuados observando el auto amarillo dorado apareciendo en el camino. El motor se apagaría cuando ella bajo el vidrio de su ventanilla. Presentándose ahí con una sonrisa en su rostro. Sus manos con unos guantes cortos que brillaban con el mismo color de su vehículo.
—¿Ese es un... Aston Martin Vanquish? — su pregunta viene con un tono casi sin aliento al ver el vehículo realmente reluciente. Parecía sacado de... directamente las carreras, no tenía manchas de aceite o muchos rasguños más que su buen uso, esto no parecía nada posible si veía quién iba a conducirlo —. Linda... que tengas un buen auto no significa que puedas vencer al... ¡Rayo!
—Que seas un famoso corredor no te asegura una victoria — señala ella al meterse nuevamente en su auto. Puede notar como está bien cuidado. No se ve como un vehículo tan antiguo... no, este modelo salió a la venta el año 2001... solo debía tener entre cuatro o cinco años, realmente más nuevo que posiblemente su propio auto, pero él sabía perfectamente que hacer para ganar esta carrera.
—Veamos quién muerde el polvo.
Recalca McQueen: Observándola una última vez. Escuchando la risa de ella que se mete al auto. Y... siente que esta carrera revelara exactamente la identidad de esta mujer odiosa. Ese auto también es... casi familiar, debe haberlo visto en otra parte con anterioridad. Lo sabe, está casi cien por ciento seguro de eso.
—Lo sguardo avanti — le reclama Guido celosamente al hombre rubio, obligándolo a que apartarse su mirar de (t/n). Sintiéndose amenazado con un hombre joven que no puede dejar de mirar a la chica que es su mejor amiga desde que ella llego a este pueblo, acogiéndola cuando estaba abandonada a su suerte.
—Caballeros... señorita — añade el Sheriff —. Será una carrera de una vuelta, llegaran hasta el monte de Willy y lo rodearan y volverán. No deben chocarse, atacarse, escupirse, no se insulten y no sean holgazanes.
—Velocidad... soy veloz — habla Rayo metido en su propio mundo de fantasia con sus manos sosteniendo el volante.
Tanto como Doc & (t/n) miran al hombre dejando a este en medio de ambos para dejar claro quién podría llevarse la victoria. Escuchándolo repetirse tales cosas, sabiendo que estaban ante un demente de las carreras, engreído, narcisista... las malas cualidades amontonadas en un solo hombre.
—¡Volar cual cohete, atacar como volido!
Con una risita risueña Guido se hace paso adelante con las banderas para iniciar esta carrera. Entusiasmado. Viendo a (t/n) a través del parabrisas colocarse unos lentes de sol. Realmente lista para enseñarle a McQueen como eran las cosas en el mundo real.
—Mi amigo Guido sueña con ayudar a real corredor — exclama alegremente Luigi lleno de entusiasmo —. En parada a los pits.
—A los Pits — añade Guido al acercarse con sus propios carteles.
—La carrera es de solo una vuelta, chicos — contesto con ese mismo tono altanero de siempre McQueen —. Uno giro, no quiero ayuda, ven, lo hago solo mío.
—Bene, hazlo a tu estilo.
—Yo si quisiera una mantención a las ruedas — habla (t/n) con una sonrisa a sus dos amigos que se entusiasman inmediatamente. Quitándose del camino, sabiendo que más tarde podrían tener tiempo de calidad con su mejor amiga para hablar de esta magnífica aunque corta carrera.
Casi todos sabrían como acabaría.
Esa fue la razón de Doc en incluir a (t/n).
Sería su carta de triunfo.
—¡Enciendan sus motores! — da la indicación el Sheriff con su tono serio. Esperando que sería de esta carrera. Pero si era una forma de hacer las cosas de Doc, nadie iba a juzgarlo, no cuando (t/n) se veía feliz.
—Gran idea Doc... la calle nunca se arreglará — añade Sally sentada con estrés.
Una parte de sí misma preocupada por su amiga... conocía sus traumas que estaban vinculados exactamente a las carreras. Y no sabía si (t/n) sería capaz de esto. Porque ella no tenía idea que su amiga seguía conduciendo, no con exactitud con calma... sino en sitios donde eso podría ser completamente ilegal.
El motor del vehículo de (t/n) se enciende con un rugido fuerte. Obteniendo la atención de todos. Incluida la atención de Rayo que la observa. La ve sonreír. Ve como sus dedos acarician el volante. Captando las señales cuando la bandera flamea & ella acelera a toda velocidad... ¿Cómo? Se pregunta al intentar alcanzarla. Cada curva la maneja con tanta elegancia que pareciera siquiera estar tomándolo en serio, estaba divirtiéndose, haciéndole morder literalmente el polvo cuando tras ella la nube de tierra se levantaba, chocando contra su parabrisas.
Ignorando que Doc nunca acelero.
Las miradas se centran automáticamente en (t/n) cuando su cabello se sacude con el viento al avanzar. Doblando esa curva sin ni un problema. Una curva que el Rayo ni siquiera pudo controlar al irse directamente colina abajo hacia los cactus. Ella lo venció. Lo venció sin esfuerzos más que... ¿Cómo era posible? No era una competidora de carreras, no era, no... si era. Sosteniendo el volante se quedó quieto pensativamente. Ya sabía quién era ella.
¿Cómo no conocerla? (t/n) Lombardi.
—La victoria se siente como un dulce — escucha la voz de ella desde la colina arriba con una suave risa. Subiendo sus propios lentes de sol. Solo puede verla levemente por el retrovisor, pero esa sonrisa... es toda la respuesta que necesitaba obtener: Ya sabe quién es. El misterio se ha resuelto. Mirarla es... un sentimiento extraño, siente que estuviese mirando a un fantasma.
Sin esos focos de luz... se ve como una persona corriente. El fantasma de su pasado la rodea como una manta sombría. Cree entenderlo todo. Solo la vio dos veces en su pasado, solo dos veces... bañada por esas luces que la hacían lucir tan angelical. Sabia casi de todo de ella en esos años, no había persona que no la conociera. Abrió las puertas a los soñadores. El aire del verano siempre mecía su cabello tan hermoso... la sonrisa que brindo tanta alegría a esos corazones que la miraban como un bello milagro.
Estuvo ahí... la vio en persona en el año 2000 & 2002.
¿Obtendremos buenos asientos? Todos preguntaban para ser capaces de ver a esa adolescente conducir. Era alguien que admiraban todos. Y veían su auto amarillo brillar como el oro estacionándose. Preparándose para esta carrera. Él que en ese entonces era llamado Monty, se sentó frente a todos dado a como provenía de una buena familia, sus ojos azules la estudiaban al bajarse del auto. Ese cabello reluciente. Siempre teniendo una apariencia tan aseada, soñaba con acercarse a obtener un autógrafo de ella. ¿Cómo sería su firma? De ensueño. Si tan solo no tuviese un maldito novio.
Pensaba lleno de celos.
Pero esto solo era una sensación de admiración. La admiraba a más no poder. Soñando despierto con acercarse a ella. Decirle tantas cosas. Preguntarle tanto. Como llego a esa cima a tan temprana edad... ¿Que la motivaba a seguir sus sueños? La corredora más carismática cuando se trataba de hablar frente a las cámaras. Ella luce como un sueño, ese hermoso cabello... solo las personas encantadoras arriban a ese mundo. Penso él. ¿Que podría hacer para cumplir su sueño a pronta edad? Eso sería cambiando el color de su cabello, abandonaría su cabello café aburrido y usaría un tono rubio que llamaría la atención.
—Siéntate — le reclama su madre con una risa cuando lo ve casi apegarse contra la reja de seguridad cuando se ocasionaban los accidentes —. Yo creo iniciaran pronto, (t/n) está dando una entrevista o algo... ¿Ella es la corredora que admiras? Se ve muy joven.
—Fue la primera novata en ganar una copa Pistón... ¡A los 16 años! — exclama él alegremente al sentarse conjunto a su madre. Bebiendo de su bebida, entusiasmado de ver el inicio de esta carrera —. Nadie sabe sus inicios... mantiene su vida privada realmente privada sin embargo puedes ver que es autentica.
—Autentica... o manipulada por los medios.
Esa frase no sería a considerar. No. No cuando esa tarde se escabullo a toda velocidad al término de la carrera. Necesitaba verla más cerca. Verla sostener su segunda copa Pistón que acababa de ganar en una carrera peleada. Ella fue la triunfadora, hizo bien en elegir a quién admirar.
Pero... conforme más se acercaba más era capaz de ver que tan solo era una niña. Una niña que seguía sus sueños. La realidad de todo es que bañada en las luces de las cámaras lucía como un sueño. Una fantasia. Sus facciones de niña. El brillo en sus ojos (c/o) felices que sostenían su copa, dándole más de una sonrisa a todos los que miraban. E incluso acercándose al resto, aceptando firmar autógrafos. Y... Monty estaba como loco, preguntándose de donde sacaría un papel para que ella le firmase algo, encontrando un volante del suelo un poco pisoteado, recogiéndolo a prisa para hacerse paso en contra de la multitud de fanáticos.
El mundo actuaba en cámara lenta: "—¿A nombre de quién lo firmo?"
Oír la voz de ella lo hace estremecerse. Sonríe tontamente. Verla a los ojos desde tan cerca es... ver el mismo cielo. Todos los chicos de su edad soñaban con ella. Pero no podía imaginar nada malo, sostener su mano ya sería mucho... que le hablase a él con tanta amabilidad era mucho, ella no mentía con su personalidad. Siente como si ella hubiese salido de una tarjeta de felicitaciones y buenos deseos.
—Al nombre de... Rayo — exclama él con un pequeño tartamudeo. Observándola sonreír, firmando con un mensaje especial como hace con el resto de los autógrafos, pero antes que pueda irse ella le habla.
—Un nombre interesante... dicen que aquellas personas con nombres fuera de lo normal están destinados a grandes cosas — lo halaga con una sonrisa antes de moverse a firmar el resto de las cosas. La observa anonadado. Sus ojos brillando... ruborizado, siente que su corazón está a punto de sufrir un infarto, no puede creerlo, esto está sucediendo... a continuación sus ojos escanean lo que ella escribió con una letra tan bonita: "Sigue tu sueño, si te hace feliz, con amor (t/n) Lombardi."
Nunca iba a olvidar su dulzura...
Pero lo hizo.
La olvido.
Las luces no brillan esa noche: Fatal accidente. Su corazón siente que no va a latir más cuando presencia el accidente. Estuvo ahí. Sin pensar que sería la última carrera de esa chica que lo inspiro a seguir sus sueños. Su cabello era rubio. Brillaba como el auto de (t/n)... las luces no brillan. Ve su esperanza apagarse al oír el auto estrellarse contra el muro, hundiendo toda la parte delantera del auto. ¿Cómo esta ella? Quiere saber cómo el resto. Nadie dice nada. Solo observan atónitos el accidente.
No es una cosa que se vea todos los días.
—Dios se apiade de esa niña — escucha a su madre decir al rezar en silencio con tan horrible vista. El auto no parece querer parar de rodar. Todos escucharon algo más además del metal destruyéndose contra el suelo, las manchas de sangre alarman a cualquiera.
No...
Él salta hacia adelante con tal de obtener una mejor linea de visión cuando el auto se detiene. Las llamas de fuego brotan del auto. Y los rescatistas corren cuando no parece haber ni un solo movimiento al interior del auto. El estadio se baña en silencio, panico. Solo puedes rezar cuando ve que retiran su cuerpo estatico, la sangre baña una de sus manos, podría decir que... el hueso es visible. Todo transcurre en camara lenta. Viendo que retiran su casco cuando ella parece no haber estado respirando. Es un desastre.
Uno de los peores accidentes.
Los grupos se dividen entre realizar a prisa reanimaciones & los otros se mueven para extinguir las llamas del auto. Un auto que fue soñado por muchos... McQueen de tan solo 19 años observa, sintiendo que no puede respirar en pánico cuando ve el rostro de ella manchado con sangre, ese cabello tan hermoso ensuciándose con la sangre rojiza, esa fue la última imagen que tuvo de la corredora que admiraba.
Solo algunos sobreviven a esos accidentes.
No consiguió saber más de ella. Nadie lo hizo. Se desvaneció del mapa... solo supieron que había entrado en coma. Y todos esperarían que ella despertarse. Que volviese a las carreras, pero se desvaneció del mapa como si no hubiese existido. Pero no, ella continuaba con vida, continuaba viviendo... estaba ahí en Radiador Springs.
Él sabía quién era ella ahora.
La recordaba.
¿Que le llevo hasta ahí? El destino tal vez... así como en los olvidados cajones de su auto estaba ese autografo. Él abrio la guantera. Rebuscando entre sus cosas para ver que ahí estaba ese autografo, esa letra... esa motivación. La encontro.
Encontró a la persona que lo animo a seguir sus sueños.
Pero ella... no era la misma.
No era quién vivía en sus recuerdos.
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