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# 03: Radiador Springs

Cuantas sonrisas crecen en su rostro son contadas: Cuanta felicidad recorre en venas... es escasamente contado. Esa chica tan sonriente que solo se desvaneció entre las sombras. Su siempre cabello alborotado al viento de la libertad... solía estar atado sin chances de soltarlo. Ni darse una oportunidad de correr hacia todo lo que ansiaba volver a vivir. Bebiendo de su café para calentar su alma exhausta. La sonrisa inconsciente crecía en su rostro al vivir en su país de las mentiras, creyendo imaginar el sonido rugiente de un motor de un auto de carreras, oh... Sally más que nadie sabía y conocía a (t/n) mejor que nadie, la conocía tanto para decir con certeza que ella extrañaba su antigua vida.

La vida a la cual se vio obligada a renunciar.

—Vuela alto, Stanley, se libre. 

Se cuestionaría que estaba viendo o escuchando incluso cuando sus parpados se abrieron ante el extraño... comentario. Pero al descubrir que el rugido del motor no era cosa de su imaginación sino real alerto sus sentidos. Su vida... en este pueblo tan pacifico estaba comenzando a dar una vuelta tan poco agradable como su accidente. Y su café... dejo de ser una píldora de felicidad. 

Derramando el café caliente sobre la mesa. Su cuerpo moviéndose hacia adelante. Nada de esto sonaba bien. Su estómago se estaba revolviendo. La angustia rodeaba su ser. Empujando la puerta de la cafetería como si el tiempo se congelase con ver como la calle estaba destruida, un auto de carreras...

No avanzo más.

Ella no fue capaz de dar ni un solo paso más al reconocer el vehículo de carreras colgando desde todos los cables destruidos. La vista solo creaba una ola de ansiedad que no era capaz de controlar. Ella solo regreso al interior de la cafeteria. El mundo girando a su alrededor, tomando una servilleta para secar el café derramado con movimientos frenéticos, manteniendo una respiración agitada y desastrosa, temblando, esto no podía estarle sucediendo... no cuando había escapado de ese mundo, un mundo que le brindo tanto, así como le arrebato toda su felicidad. Exasperada en miles de pensamientos apoyo sus manos contra la mesa, incapaz de control su respiración... sentía que este solo era el inicio del mayor desastre en su vida. 

O el segundo desastre en su vida... todo se vino abajo en su vida desde el accidente. Se levanto. Sin levantarse en realidad. Se estableció. Hizo amistades. E intento olvidar su vida pasada, solo para que todo lo que tanto construyo se derrumbase con un intruso invadiendo su nuevo hogar. Y se iba a encargar de echarlo.

Para siempre. 

Mirarlo... dolería eternamente en su corazón: Desviando su mirada hacia el exterior como un acto de masoquismo hacia sí misma. Sintiendo un corto rastro de lágrimas ansiosas de caer libre como un río. Mirar un auto de carreras dolía. Eterno recordatorio de un pasado que dejo una herida abierta que no sanaba. 

Heridas que no sanan: —¿Qué opinas de un color rosa? Ese color suele representar el feminismo. ¿O no? — su madre preguntaría mientras observaba los colores a seleccionar. Manteniéndose al lado de su hija. Casi toda la familia reunida ahí a seleccionar correctamente el color que siempre representaría. 

—Todos sabemos cuál color va a elegir ella.

Esta en lo correcto. Todas las miradas se detuvieron en (t/n) moviéndose de un lado a otro sin soltar el color amarillo dorado que sostenía. Sin encontrar otro color que pudiese ganarle a lo que indicaba su corazón. El color amarillo tan brillante como la luz del sol. Brindando felicidad cuando lo viesen. 

Ese era su color. 

—¿O me equivoco? — se ríe el hombre al mantener esta conversación —. Conozco bastante bien a mi novia. Siempre elige para todo ese color, creo que le brinda felicidad o... algo por el estilo, es su favorito. 

—Me cuesta comprenderla — suspira su hermana pequeña —. ¿A quién en su sano juicio le gustarían las carreras? Es un deporte solo para hombres. 

—A nuestra (t/n), tan solo mira lo feliz que es. 

Los preparativos eran hechos paso por paso con (t/n) dirigiendo cada movimiento que ella hacia entusiasmada. Conversando como nunca antes lo había hecho. Porque cuando te abarcas en un mundo de tu Hobbie favorito... los miedos se desvanecen y tu confianza se eleva, porque te encuentras con tus personas.

Esas personas que comprenderán absolutamente todo. 

Siendo una chica tímida... eso se desvaneció al hacerse camino al mundo de sus sueños. Cumpliendo sus metas. Realizando el sueño que su padre nunca pudo realizar, al menos... no completamente, no, ese fatal accidente que sufrió... solo las palabras quedaban en el aire, pegándose a la piel de (t/n) como un tatuaje: "Algún día... tu & yo competiremos en una carrera juntos. Es nuestra promesa, seremos imparables." 


La lluvia de vidrios estalla sobre si misma cuando siente como el vehículo se vuelca en el aire. Los cabellos desordenados asomándose desde el casco mientras da vueltas, su corazón late aceleradamente con el terror de la situación cuando solo puede oír el ruido de su auto destruyéndose. Los vidrios se clavan sobre sus manos. 

Y se siente desvanecerse con el horrible dolor de un hueso rompiéndose en su mano, ese horrible sonido... seguido de la sangre pegajosa resbalando. Y sus parpados se abren de golpe, sentándose de un brinco en su cama, ordenando su cabello desordenado como un acto frecuente a la misma pesadilla de todos los días.

El trauma no desaparece.

Coexiste contigo.

Carga con sus preocupaciones del día. Alistándose. Llena de furia. El malhumor más notorio que nunca cuando se viste desordenadamente a toda velocidad. Manteniendo un peinado desordenado, siquiera preocupándose por hacer algo contra las ojeras de cansancio que adornan su rostro. Solo sabe que debe hacer que este conductor se marche, que desaparezca de su vida.

Que ni piense existir en un mundo que ella misma intento construir para mantenerse a salvo. Sobrevivió a la gran guerra. ¿Pero... sobrevivió en realidad o solo fue una excusa para apartar a todo el mundo? Si nunca dices adiós, no es un adiós definitivo. 

Porque esa parte de su mundo... fue todo para ella. 

Y se encerró en un sombrío baúl.

Porque se prometió no llorar más.

—La corte de transito en Radiador Springs entra en sesión — El Sheriff anuncia en un tono claro desde lo que ella es capaz de oír cuando toma una fuerte bocanda de aire. Lista para entrar. Preparada para hacer todo lo posible en que este intruso desaparezca de su vista, sin importar que dira el resto.

—Oficial... digame camarada, ¿Cuanto tardara esto? Tengo que llegar a California pronto — McQueen informa confiadamente. Sin medir lo que sus acciones o mala conducción le hicieron a este pequeño pueblo.

—¿Tu abogado donde esta? 

—Ps, no lo sé... en Tahiti tal vez, tiene un tiempo compartido ahi. 

—Si el procesado no tiene defensor la corte le asignara uno, oigan — exclama el Sheriff mirando al resto —. ¿Alguien quiere ser su abogado?

Pero todos instantáneamente menos Mate dan un paso atrás.

—¡Zas, yo lo hago Sheriff! 

Porque todo a terminado & no está destinado a ser: Ella se hace paso en el tribunal con un rostro lleno de malhumor. Sus puños tan apretados que sus nudillos se tornan blancos. No existe felicidad. Y no hay palabras que añadir ante las secuelas... porque cada cosa que parece tocar se enferma de su tristeza. ¿Pero si todo ha terminado... porque el destino le juega en contra? Si el mar se llevó todos sus sueños, teniendo mucho que lamentar.

Sus sueños solo fueron un corto periodo de tiempo. 

Cinco años era poco.

Nada. 

—Yo reparare la calle — habla sin mostrar ni una sola sonrisa. Sin siquiera voltear a mirarlo. No cesas. Se insiste a si misma. Irritada. Poco contenta con mirar a este hombre de rubios cabellos que la observa con curiosidad. ¿Ha oído esa voz antes..? No, claro que no, se dice a si mismo cuando nota como el cabello de ella podría pasar como un desastre andante, aunque sus ojos azules solo la examinan. 

Casi halagado con sus palabras que podrían salvarle la existencia. 

Es un angel caído del cielo.

—No deseo tener a un idiota como este en el pueblo — lo añadido hace que la sonrisa de confianza en el rostro de McQueen se desvanezca. Este aparente angel es en realidad un diablo, si tuviese una hoja de papel podría hacer una exacta representación de ella con sus correspondientes cuernos del demonio en vida. Amargada —. Yo reparare las calles, Sheriff. 

—Esto es una corte, (t/n) — intenta calmarla Flo que se acerca a ella para poder tranquilizarla solo provocando que ella sacuda su hombro —. No se toman decisiones a la ligera. 

—Además — añade Luigi con una mirada preocupada. Sonando lo más sereno para no hacerla estallar en un ataque de furia. Intentar calmarla sería como reparar un auto en llamas, imposible —, tú no eres la responsable... no tienes que reparar los platos rotos de otra persona. No sería justo para ti. 

Con furia ella da vuelta. Pisando con fuerza el suelo al cruzarse de brazos. Permitiendo que el mismo McQueen vea su rostro. Si... es hermosa. Pero tiene una personalidad a la que él no acostumbra a lidiar, mujeres como ella son irritables. 

—¿Eres mi fan? — McQueen habla en dirección a ella con una sonrisa coqueta. Esperando una reacción. Pero... obtiene una reacción bastante negativa cuando (t/n) arremete en su contra, su mano sosteniendo con más fuerza de la necesaria su chaqueta deportiva y él casi puede ver el fuego en esos ojos (c/o) —. Vamos... tampoco te pongas así. 

—¿Crees que sería fan de un idiota como tú? Corredor de carreras... eres todo lo que detesto — ella escupe con sus palabras. Soltándolo, dejando que el chico se tambalee hacia atrás, solo siendo equilibrado con la ayuda de Mate —. Y lo único que admiraría de ti es que desaparezcas de mi vista. 

Sus palabras terminan con ella apartándose a tomar asiento en medio de Luigi & Guido que no tardan en intentar calmarla con palabras amables. Plantando miles de preguntas en Rayo McQueen que la mira. Ella... ¿Es extrañamente familiar, no? Se pregunta sin apartar su mirada de ella. Es hermosa. Eso no lo negara... si tan solo tuviese sus horas normales de sueño estaría sin ojeras que opaquen sus encantos, pero esa personalidad... ¿Qué mujer tendría una personalidad tan prepotente? Él ni siquiera le hizo nada. Claro, solo destruyo parte del pueblo por mero accidente.

Pero fue un accidente. 

—Amargada...

Exclama él lo suficientemente alto para que ella lo escuche. Y si. Obtiene una reacción de ella. Pero ambos hombres a sus lados la contienen para que no vuelva a levantarse para abalanzarse contra el rubio. Un rubio engreído. 

—No entiendo como alguien tan bonita puede ser tan amargada... lo apuesto, eres soltera — añade finalmente. Un comentario que pueden oír el resto. Pero muchos conocen verdaderamente a (t/n); conocen su pasado... sus terrores en su mayoría. Pero ellos saben que ella no actúa de ese modo con cualquier persona, incluso... lo consideran extraño, verla actuar como una presa amenazada por su cazador.

—¿Ves a esos dos hombres? 

—¿Que con eso? — pregunta McQueen cuando Mate le susurra al oído.

—Tienen una relación amorosa con (t/n). 

—¿¡Qué!?

Exclama el rubio con más sorpresa de la esperada. Sin embargo, tan pronto escucha la carcajada de Mate puede sospechar que eso fue una simple mentira para ver cómo reaccionaría ante el comentario.

—Es mentira — dice entre risas Mate —. Pero debiste ver tu cara de horror, (t/n) es muy dulce con todos, aunque por algún motivo te mira como si quisiera matarte mientras duermes, usando una almohada para asfixiarte... ¿Me pregunto por qué, ustedes se conocían de antes?

—Recordaría conocer a una amargada como ella.  

Murmura fastidiado. Rodando sus ojos azulados como el océano con cansancio. Estrés. Debería estar en California. No atrapado en esta pocilga. Claro, conoció a una mujer que podría tener su edad... encantadora, pero con el desperfecto de ser odiosa, nadie querría conocer a alguien como ella. Violenta. Desaliñada. De apariencia cansada... ¿Que pasaba con ella? Se preguntaba sin desear descubrirlo. 

En el fondo... tenía un extraño sentimiento de creer conocerla. Muchas personas podrían tener ese nombre. O ese tono de cabello. Pero esa mirada... las formas de moverse. Sentía que estaba en presencia de alguien que había visto antes. ¿Pero quién? Sin embargo, cada una de estas preguntas se desvaneció cuando vio al verdadero juez entrando. ¿Qué futuro le deparaba? Si se salía con la suya esa mujer molesta repararía el desastre por él... aunque, ¿Por qué? Si ella no hizo ni un desastre, lo normal sería exigir que el responsable se hiciera cargo.

—¡Atención! — exclama un hombre al abrir las puertas de un azote, sus zapatos resonando con cada paso dado —. ¿Quién es el responsable de destrozar mi pueblo, Sheriff? Quiero su cuerpo en una bandeja, voy a dejarlo en la carcel hasta que se pudra, no, ya sé... voy a dejarlo en la carcel hasta que la carcel se pudra y voy a moverlo a otra y voy dejar que esa carcel se pudra y voy a... 

Un silencio rodea la habitación con su mirada directo en el causante de tanto destrozo. Todo ese daño. Una reacción tan similar a la de (t/n) son dos diferencias: El resto sabe exactamente porque (t/n) estaría incomoda... es como si todo su pasado volviese de golpe a su vida para echarle sal a las heridas. Pero con Doc... nadie sabe aún.

—Sáquelo de aquí, Sheriff — ordena Doc con un tono duro —, lo quiero fuera de mi tribunal y fuera de mi pueblo también. ¡Caso cerrado! 

—¡Si! — McQueen celebra felizmente. 

Pese al descontento de muchos que escuchan ese desenlace poco... creíble, solo atinan a levantarse. Quejándose entre ellos. Pero (t/n) está mucho más tranquila, sintiendo que puede liberarse del estrés que sería si este hombre permaneciese más tiempo del necesario en el pueblo.

Y siempre es malo cantar victoria antes de tiempo.

Porque esas puertas vuelven a abrirse con más suavidad. Una mirada decidida a reparar el caos en la vida de su amiga. Va a solucionar su vida. O intentarlo. Creará un infierno... momentáneamente para obtener la calma, necesitas enfrentar tu pasado para que puedas ser feliz. Le desea una gran felicidad a su mejor amiga. Debe hacer que (t/n) lidie con este supuesto corredor de carreras, hará que enfrente su pasado y vuelva a ser esa chica libre de preocupaciones.

Con tal de verla sonreír... que todos vean esas sonrisas que Sally solo vio pocas veces cuando se conocieron en los días pasados. Le da una suave sonrisa a (t/n) & entonces el infierno dará inicio. 



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Dato: La lectora no tuvo muchos cambios de apariencia tras los años... ósea muchos deberían reconocerla. Pero debido a su actitud cansada como en este capítulo odiosa, no se le reconoce a primera vista dado a que en videos del pasado siempre estaba feliz. 

Todo lo contrario a lo que es ahora ; u ; 

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