vi. like a firework show
act one: cardigan
chapter six: like a firework show
PENSABA QUE BELLY NO LA PODÍA LIAR MÁS. De veras, después de la que le había liado a Steven contándole lo de Taylor a Shayla pensaba que se iría a su cama y no saldría hasta mañana. Como normalmente, me equivocaba. Después de la pequeña charla que tuvo con Conrad en las duchas se dirigió a la casa y no sé cómo se las apañó para tirar a Susannah por las escaleras, junto con la tarta que esta había hecho y el plato en el que estaba.
Después de eso, las madres nos habían mandado recoger todas las cosas de la fiesta mientras Belly se iba a dormir. Cuando ya estaba todo limpio, el señor Fisher llamó a sus hijos para despedirse. Jere fue corriendo, pero no había rastro de Conrad.
- Papá, ¿no te puedes esperar a ver el espectáculo? ¡Va a estar genial! - pidió Jeremiah.
- No puedo, me ha surgido algo en el trabajo y debo ir enseguida - contestó él. No esperó respuesta de Jeremiah, cogió sus cosas y salió de la casa.
¿Tan mal estaba la cosa como para no quedarse a ver el espectáculo que le había preparado Jeremiah?
Decir que Jeremiah se había superado ese año era poco. Había preparado el que prometía ser el mejor espectáculo de fuegos artificiales que veríamos jamás. Se había gastado la paga de medio año para comprar los explosivos y después los había colocado en la playa. Y todo era para impresionar a su padre, Jere no engañaba a nadie.
No me extrañó que se encontrara tumbado solo en la playa a la hora de encenderlos. Conrad estaba mirando al más allá en el embarcadero. Erik estaba en casa jugando a un videojuego. Steven en casa de Shayla, por órdenes mías y de Jere intentado arreglar las cosas con ella. Belly... no tenía ni idea, probablemente estaría durmiendo, y después de la que había liado era lo mejor.
- Eh - llamé su atención, tumbándome a su lado. - ¿Estás bien?
- No - contestó él, girándose para estar cara a cara. - Entre mis padres pasa algo, no me lo quieren decir y estoy seguro que Conrad sabe algo.
- Lo siento mucho, Jere. Hace mucho que no veo a mis padres, y ya no tengo práctica en descifrarlos, pero seguro que solo quieren protegerte.
- Mierda, May. No quería decir... No era mi intención...
- Sh - lo callé. - No hace falta que te disculpes. Yo tampoco pretendía hacerte sentir mal al contarme tus problemas, siempre estaré aquí para escucharlos. Y por cierto, también siento que tu padre no haya podido ver el espectáculo, sé que lo habías hecho todo para impresionarlo.
Jeremiah se levantó y fue al extremo de la playa donde se encontraban los fuegos para encenderlos. Después volvió corriendo y se tumbó al lado mía, un poco más cerca de lo que estaba antes.
- No era él al que trataba de impresionar. Bueno - rectificó -, puede que en parte, pero mi objetivo era impresionarte a ti.
Espera, ¿qué?
- Sé que tu parte favorita del 4 de julio es el espectáculo, y quería que estuvieras feliz ya que tu familia no puede estar aquí - explicó al ver mi cara de confusión.
- Ay, Jere, no tenías por qué. Estoy feliz. Tengo a Erik, a las madres y a vosotros. Te tengo a ti - dije acercándome más a él. - ¿Me gustaría que estuvieran mis padres también? Pues sí, pero ya me he hecho la idea de que eso será imposible para el resto de mi vida.
- May...
Unos enormes fuegos artificiales de colores estallaron sobre nuestras cabezas mientras Jere cortaba la poca distancia que quedaba entre nosotros y me besaba.
[🌊]
¿SABEÍS ESE MOMENTO INCÓMODO DESPUÉS DE UN BESO EN EL QUE NO SABÉIS QUE HACER? ¿Ese momento en el que te planteas toda tu vida porque puede que la hayas jodido pero bien, más cuando no es el primer beso en el que pasa eso? ¿Sí? Pues bien, odio ese momento.
Me encantaría decir que después del beso de la playa Jeremiah y yo hablamos sobre lo que pasaba entre nosotros dos, pero estaría mintiendo. Sí, ahí estaba yo por segunda vez en menos de un año huyendo después de besarme con Jeremiah Fisher.
La primera vez con la excusa de perder el avión. ¿La segunda? Con la excusa de ir a preguntarle a Steven qué había pasado con Shayla. Spoiler: Lo había arreglado. De eso me había enterado al ir al dormitorio que compartía con mi hermano, el cual estaba desaparecido, y preguntarle.
Después de una charla de chicas con Steven, me dirigí a mi dormitorio, donde Jeremiah ya estaba dormido.
- ¿May? ¿Estás bien? - me preguntó Steven mientras me servía un bocadillo en un descanso de mi trabajo al día siguiente. Jeremiah se encontraba a mi lado, al igual que yo, un poco distraído. No habíamos hablado del beso.
- ¿Eh? Sí, es que he tenido una mañana movidita - respondí.
Hoy habían sido los ensayos para el baile, y yo seguía sin tener pareja para ir. Pensaba pedírselo a Jeremiah, pero primero teníamos que arreglar las cosas. Belly tampoco tenía, porque tampoco se lo había pedido a Cam. Habíamos tenido que bailar las dos juntas, o al menos lo habíamos hecho hasta que Jeremiah vino a entretener el ensayo.
- Steven - llamó Gigi, la debutante que había estado enamorada de Jeremiah desde hacía varios veranos, desde la barra. - ¿Nos preparas dos granizados?
- Enseguida señoritas - respondió él adentrándose dentro del puesto buscando la máquina de granizados.
- Ese fue el mejor ensayo de vals en el que he estado - dijo Gigi. - Menos mal que llegaste, Belly era un desastre con patas y entorpecía a May al bailar.
- Belly baila muy bien, a lo mejor era May la que la entorpecía - replicó Jeremiah dando un sorbo a su bebida y mirándome a los ojos. Eso hizo que Gigi bajara la cabeza con vergüenza.
¿Con que esas tenemos, eh?
- Aquí tenéis, chicas - Steven llegó cuando iba a replicarle a Jeremiah.
- Gracias - murmuraron las chicas y se fueron hacia la piscina.
- ¿Qué les pasa a esas chicas ? - preguntó Steven mirándonos confundido.
- Gigi busca novio y Dara me mordió una vez - respondió Jere sin mucho interés.
- ¿Te mordió? ¿Cómo es... - una voz me interrumpió.
- ¡Conklin! No sé a quién conoces, pero te han mandado al salón del póker.
- ¿Desde cuándo hay salón de póker en el club? - quiso saber Jeremiah. Steven se encogió de hombros y se fue detrás de su compañero, dejándonos a Jeremiah y a mí con un silencio incómodo.
Las cosas entre nosotros no mejoraron a lo largo del día. Hasta las madres se habían dado cuenta a la hora de comer. Había sido la comida más incómoda en la que había estado, superando incluso la cena del cumpleaños de Belly. Entre las miradas que le lanzaba Steven a Belly, que todavía no había superado que su hermana se chivara de lo de Taylor y el rollo raro que había entre Conrad y Erik, además del mío con Jeremiah, la tensión se podía cortar con un cuchillo.
No me extrañaba que las madres hubieran decidido colocarse e ir a disfrutar sin tener que preocuparse de lo que pasaba en casa. Hasta nos habían hecho un favor, porque esa escena aparecería siempre en nuestra mente cuando quisiéramos reírnos a lo grande.
Esa noche, al ver que Steven y Erik estaban en el salón jugando a videojuegos y Belly estaba en una cita con Cameron, decidí ir a mi cuarto, donde se encontraba Jeremiah, para hablar un poco las cosas.
Sin embargo, al pasar por la puerta de Conrad escuché un ruido, parecido a un sollozo. Sin pensarlo, toqué a la puerta y al ver que no me respondía decidí entrar y dejar la puerta entreabierta a mis espaldas.
- ¿Conrad? - este se encontraba tumbado en su cama, con los ojos rojos. - Eh, ¿Qué pasa?
- Nada - murmuró.
- Ah, no, de eso nada - dije tumbándome encima de él e intentado abrazarle. - No te vas a cerrar conmigo, Connie. Puedes confiar en mí, cuéntame qué te pasa.
- El cáncer de mi madre ha vuelto - dijo tras un breve silencio, como pensándose si contármelo, mirándome a los ojos.
- No... Susannah... - no me lo podía creer. Otra vez no. Susannah no se lo merecía. Todos lo habían pasado muy mal la primera vez, no podrían con una segunda.
- Sí y eso no es todo. Encima se ha enterado de que mi padre le puso los cuernos con su secretaria mientras estaba en quimioterapia la última vez.
- Ay, Conrad... No sé que decir. ¿Cómo te enteraste? ¿Cuándo?
- Hace cosa de cuatro meses o así salí antes de clase y fui a casa. Los encontré peleando sobre lo de la secretaria cuando mi madre le soltó que había vuelto el cáncer y que se podía volver con la secretaria si quería.
- Por eso has estado así de raro y pasabas tanto tiempo solo... ¿Hay algo que pueda hacer?
- ¿Podrías quedarte esta noche conmigo, por favor? - susurró. - No quiero estar más solo.
- Claro que sí, la duda ofende, ven aquí Connie - le dije, animándole a acurrucarse conmigo. - Sabes que me tienes para lo que necesites, sea lo que sea, y puedes contarme todos los problemas que haya en tu cabeza.
- No se lo cuentes a nadie, espera a que esté ella lista para contarlo - me pidió y yo asentí.
No me podía creer que Conrad hubiera estado cuatro meses guardándose algo así sin hablarlo con alguien. Sabía que no se lo había contado a Jeremiah para no hacerle daño, pero tenía que habérselo contado a alguien, porque eso estaba rompiéndolo. Para mí Conrad era como un hermano, lo quería de todo corazón y no quería que lo pasara mal.
- Ayer me besé con tu hermano - la voz de Conrad me alejó de mis pensamientos.
No pude evitar mirarlo con una ceja alzada.
- Me has dicho que te podía contar todos mis problemas y tengo uno con tu hermano - se excusó.
- ¿Te gusta mi hermano?
- No. Sí. No lo sé - contestó dándose la vuelta y poniéndose las manos en la cara.
- Explícate - le pedí.
- He estado todo el verano molesto con el hecho de que Erik se haya pasado todo su tiempo con Belly. Pensaba que estaba celoso de él por pasar tiempo con ella, pero creo que es al revés.
- Estabas celoso de que Belly pasara tanto tiempo con Erik.
- Sí. Y ahora no sé si me gusta Erik. Nunca me ha gustado un chico, nunca había besado a uno, eso había sido cosa de Jeremiah siempre. Ahora... no sé que pensar. ¿Estoy celoso en modo hermano sobreprotector o en modo novio celoso?
- Solo tengo dos preguntas: ¿Te gustó el beso? ¿Quieres repetirlo?
- Sí, me gustó muchísimo, más de lo que me habría imaginado. Y aparte de lo de mi madre, en repetirlo es lo único que he pensado.
- Pues amigo, entonces tú y yo tenemos un problema - le dije. - Te gusta mi hermano, no lo niegues, y deberías de decírselo, porque él lleva esperándote años. Ah, y como le hagas daño te enteras.
- No sigas con esas, todos hemos visto las miraditas que os echáis Jere y tú desde anoche, que digo, desde el año pasado.
- Ah, no. No voy a jugar a esas. Estábamos hablando de ti, no de mi relación con Jeremiah.
- Con que relación, ¿eh? - quiso saber él.
- Todavía no. Y no voy a decir nada más al respecto - dicho esto me levanté a cerrar la puerta. - Y no vas a preguntar más porque si no me iré a dormir a otro lado.
Miré por la ventana, que daba a la piscina, antes de ir a cerrar la persiana.
- May, ¿estás bien? - preguntó Conrad al ver que me había quedado helada mirando por la ventana y no había bajado la persiana.
- No - contesté.
Jeremiah y Belly se estaban liando en la piscina.
author's note
NO ME ODIEN A JEREMIAH, OK? No trato de justificarlo, pero ya entenderéis por qué hace lo que hace. Btw, Connie y Erik mis papis.
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