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26. 𝐒𝐚𝐢𝐝 𝐧𝐨𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐢𝐧 𝐭𝐡𝐢𝐬 𝐰𝐡𝐨𝐥𝐞 𝐰𝐢𝐝𝐞 𝐰𝐨𝐫𝐥𝐝 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐦𝐞𝐚𝐧 𝐚 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐈𝐟 𝐈 𝐚𝐢𝐧'𝐭 𝐠𝐨𝐭 𝐲𝐨𝐮

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𝐒𝐨𝐦𝐞 𝐩𝐞𝐨𝐩𝐥𝐞 𝐰𝐚𝐧𝐭 𝐢𝐭 𝐚𝐥𝐥
𝐁𝐮𝐭 𝐈 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐰𝐚𝐧𝐭 𝐧𝐨𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠 𝐚𝐭 𝐚𝐥𝐥
𝐈𝐟 𝐢𝐭 𝐚𝐢𝐧'𝐭 𝐲𝐨𝐮, 𝐛𝐚𝐛𝐲

El día de hoy era el concierto de Año Nuevo. Un evento el cual llegó de la nada a nuestras vidas pero que no planeaba dejar ir por nada del mundo. Sin embargo, por ahora que no había mucho que hace ya que era hasta la noche, planeaba ir a desayunar con Ian y conocer un poco la ciudad.  Italia es un lugar precioso y no lo conozco a la perfección, no como quisiera.

- muy bien, estaba pensando que podríamos empezar por ir a desayunar, luego se qué hay unas góndolas para ver el gran canal y quiero conocer el palacio Ducal...

- Rebecca, hermosa amiga mía. Mi mejor amiga, quien siempre está ahí para mi y yo para ella. Con quien acepté compartir habitación y todo aquello... - Ian me interrumpe y me quita de las manos el folleto que yo iba leyendo para tomar de mis manos.

- no puedes ¿cierto? - este niega con la cabeza, y yo termino tan solo haciendo una mueca. - oh, entiendo.

- Mary vino para verme tocar y planeaba pasar toda la tarde con ella si es que así se podía. Espero y eso no te moleste... - negué con la cabeza, en fin, no es como que me quedara mucho por hacer. - pero tienes a Dorcas y si eso no es suficiente, dos posibles chicos que matarían por poder acompañarte.

- no se si quiera entrar en ese drama en estos momentos. - Ian toma la decisión por mi y me voltea para llevarme hasta fuera de nuestra habitación y me empuja para que salga. - Gracias, se que siempre puedo contar contigo.

- pregúntale a Sirius. - Ian me sugiere y me quedó pensando. - se que en estos momentos tu mente divaga por James pero recuerda que el decidió no terminar con su novia, y Sirius ha cambiado por ti.

- suerte como Mary. - dije al no tener nada más que decir respecto al tema y cerré la puerta de nuestra habitación. Justo para ir a tocar de la puerta de la habitación de James y Sirius cuando uno de ellos, se encuentra caminando para acá con una cubeta de hielos.

- Bequita. - James me dice y reí ante eso porque hace demasiado tiempo que nadie me llama de esa manera. Euphemia me decía así cuando yo era una niña, supongo que lo recordó. - buenos días.

- buenos días, James. - le sonreí. Mierda, quisiera de verdad mas que nada, no tener sentimientos por el. Quisiera no tener que sonreír como idiota por lo mucho que me gusta o tener que sentirme nerviosa solo por tenerlo enfrente. - ¿para que son los hielos?

- normalmente, para las bebidas. - le puse los ojos en blanco y este me detiene antes de que me voltee, tomando de mi mano. - solo queríamos prepararnos unas bebidas antes de salir. Remus no viene pero Peter si, entonces, lo esperaremos.

- oh, genial.

- ¿tu? ¿Harás algo? - levanté ambos hombros en duda para no tener que contestarle aquello y esté tan solo se me queda mirando. De verdad, no hace nada más que verme y sonríe algo apenado. - se que las cosas no han salido como ninguno de los dos quisiera pero hey, no dejas de ser mi mejor amiga.

- eso no implica que tengamos que pasar la tarde juntos. - por más que quisiera, no me haría nada bien aquello.

- lo sé. - este rasca de su nuca y baja la mirada. - solo digo que... podríamos. Podríamos salir, conocer la ciudad. Estar juntos. ¿Que no es lo que queremos al final del día?

- se lo que hice en navidad, se que fue un error y se que tú lo sabes. No veo porque cometerlo una segunda vez. - camina para terminar un poco más cerca de mi y acaricia de mi rostro, sin dejar de ver mis labios. - regresaremos a Hogwarts después de esto, terminaremos el año escolar y... supongo que es todo.

- ¿es todo? Hasta donde yo se, tu te quieres dedicar a la música. Y por si lo olvidabas, tú y yo estamos en una misma banda.

- si pero, tú no te quieres dedicar a esto. Lo tuyo es el quidditch y se bien que te gustaría ser maestro de aquello o jugarlo profesionalmente.

- tener la oportunidad de pasar todos mis días a tu lado es posible si yo decido continuar en la música y... - me suelta y lo miré con las cejas caídas de lo tierno que sentía al oír aquello. No podía con esto. - decido hacer eso.

- no me digas estas cosas, lo único que quiero es...

- ¿besarme? - me pregunta con su maldita sonrisa coqueta y se acerca aún más a mi, donde su rostro queda a centímetros del mío.

- golpearte. - reí y le empujé. En ese momento, la puerta de su habitación se abre y se muestra a Sirius despidiendo a una chica de lo más hermosa que venía con el cabello todo alocado y un atuendo algo atrevido para ser las once de la mañana. Ella lo despide de beso y el le sonríe, claramente, cuando se da cuenta de que yo veo todo aquello, su sonrisa desaparece.

- Rebecca, hola. - Sirius se peina y trata de hacer como si nada pasara. - es una fan de hecho, se dio cuenta de que vendríamos y vino a saludarme, es todo.

- no me debes ninguna explicación, Sirius. - dije incomoda y voltee a ver a James. Mierda, se supone que yo venía acá para invitar a Sirius pero ahora veo que siempre será lo mismo. Nada cambiará. - no somos novios.

- lo sé, pero es que de verdad no pasó nada. Puedo jurártelo por lo que sea. Se acerca más a mi y fue ahí donde traté de evitar esto. Tomé la cubeta de hielos de James y se la entregué.

- voy a salir. - dije.

- ¿a dónde? Te acompaño. - Sirius cierra la puerta detrás suyo y se acomoda la camisa de botones que traía ya que se veía algo alborotada.

- oh no, descuida. Voy a ir con James. - cuando dije aquello, juro que puedo percibir el terror en los ojos de James. Al menos por cómo es que Sirius reaccionaría pero en fin, me acabo de inventar todo esto. - lo qué pasa es que, tengo que comprar algunos recuerdos para mi madre y su madre así que, como buenos primos de cariño que somos, vamos a ir. ¿No es así?

- ¿primos? - James pregunta confundido. - quiero decir, si. Voy a um... a acompañarla Sirius pero regresamos temprano para la tocada. Solo será un rato.

- okay, entonces voy con ustedes. - Sirius intenta avanzar pero le detengo colocando mi mano sobre su pecho.

- estoy segura de que tienes más fans esperando verte ¿no es así? No te atraso en el tema. - dije de mala gana y caminé por el pasillo para ya irme pero claramente, siento como me sigue.

- Rebecca, no la besé.

- volvemos a lo mismo, no me debes ninguna explicación. Tú y yo hemos terminado y claramente tú no eres una persona de una sola persona en su vida. Y esta bien. - me voltee antes de irme para darle una palmada. - practica la canción si quieres, nos vemos al rato. - entre al elevador y James sin saber que más decir entra conmigo. La puerta se cierra y James empieza a caminar por el lugar nervioso. - no estes nervioso, el de verdad no tiene idea.

- de acuerdo, no estaré nervioso. ¿Tu no estarás molesta, entonces? - voltee a verlo con confusión. - digo, acabas de ver a Sirius con otra chica.

- no estamos saliendo, ese tipo de cosas no deberían molestarme. - levanté ambos hombros. - el es libre de hacer lo que quiera con quien quiera y yo no podría ni siquiera enojarme.

- sin embargo, eso ha sucedido ¿no? - James se recarga en la pared del ascensor para mirarme fijamente. Y no, la verdad es que no estaba molesta pero quizás si un poco decepcionada. Estaba diciendo todo el tiempo y a todo mundo lo mucho que quería que regresáramos y lo que importaba para el y ahora, ahora vuelve a las mismas. Sabía que en el momento en el que el volviera a ser una estrella de rock por así decirlo, estaría en su descontrol de tomar en cantidades excesivas, drogas posiblemente y fumar. - si te hace sentir mejor, en el momento en el que yo estaba en la habitación, no pasó nada. Genuinamente fue a saludarlo porque lo admira.

Se abren las puertas del ascensor.

- no tienes porque acompañarme, solo iba a desayunar por mientras y conocer uno que otro lugar antes de que se haga de noche. - salí del lugar y James me toma de la mano para que ambos caminemos fuera del hotel. - como dije, no tienes porque.

- no creas, si me duele saber que preferirías que Sirius te acompañara, pero no quita el que esté emocionado por pasar mi tarde a tu lado. - me da una vuelta, aprovechando que tomaba de mi mano y me acerca a su cuerpo. - ¿es por qué el tiene más descuentos en otros lados por ser más famoso?

- ¿qué? No. - me reí y aprovechando el que estábamos tan cerca, miré de sus hermosos ojos ante los anteojos redondos que siempre podría admirar en su rostro. Y me encantaban, me hacían sonreír, más de lo que debería. No me daban ganas de alejarme o de dejar de verlo. Podría hacerlo por horas. Quizás se debe a que antes no lo hacía de la misma manera. Ya no veo a James Potter mi mejor amigo, veo a James Potter al maldito hombre de mis sueños. Pero el cuento es otro, los principales de la historia son otros y el final es uno en el cual yo no entro. Así que, mientras mi sonrisa va desapareciendo lentamente. Me suelto y marco mi espacio entre ambos. - ¿me acompañas a desayunar? Supongo que... como dices, somos amigos. Podemos con ello ¿no?

- claro, un buen café... unas donas. - asentí con la cabeza emocionada y este empieza a caminar así que, lo sigo. - o un huevo, creo que hoy tengo mas ganas de algo salado. Claro, solo si tú quieres.

- acepto.

...

En efecto, pasamos toda la tarde juntos pero de lo más amigable posible. Éramos dos amigos que hace una semana literalmente se confesaron sus sentimientos y como se sintieron, con solo un beso entre ambos, solo uno y uno que fue en un momento de deseo y mucha tentación. Pero no hubo nada más y dudo que vuelva a haber otro. Fuimos a un museo, estuvimos en las góndolas y fue... fue Perfecto. Como dije, yo podría pasar todas las tardes con James, como antes. Me es chistoso llamarlo un gran amigo y pasamos la mayoría de nuestros años juntos peleados. Es triste saber que era debido a que el sentía algo por mi y yo no lo sabía. ¿Por qué? ¿Por qué tuve que enterarme cuando el no estaba aquí?

Ahora, era el momento del pre al concierto. Decidimos ir a un bar para tomar y entrar en confianza. Era necesario, no todos los días tocas frente a David Bowie. Fuimos a uno cerca del concierto para no tardar cuando tengamos que regresar y teníamos que avisar pero, no le dije ni a Ian. Como quiera, el está muy ocupado con Mary.

- muy bien, muy bien entonces... ¿qué te inspiro a escribir tu nueva canción? - James me pregunta y me distraigo viendo a la botella de mi cerveza y le sonreía. - me imagino que para un hombre hermoso, Perfecto, un Dios griego, he escuchado por ahí que es irresistible.

- eres un idiota. - reí y este conmigo. Hice una pausa para tomar de mi tercera... no, de mi cuarta cerveza. Y el también llevaban la misma cantidad, si no es que más. - ¿te gustó?

- es la primera canción que me dedicas, claro que me gusta. Me encanta, la amo.

- ¿qué estoy haciendo verdad? Dedicándote canciones. - me cubrí el rostro apenado. - bueno, si lo piensas, solo es arte. Eres como... una musa. Eso no tiene nada de malo, solo fuiste la inspiración para aquello.

- en una canción donde dices lo peligroso que es enamorarse, pero que eso no te importaba y que querías que aunque nos hiciera daño, estar juntos. - me sonrojé por completo ya una vez que el tema se habla. - Yo también te he dedicado canciones.

- no tengo recuerdo de ninguna. - dije fingiendo estar molesta con ello y me pongo de lado.

- quizás no prestabas atención. Que es muy diferente. - se pone de pie para ya irnos y yo lo sigo. Dando el último trago antes de dejar la cerveza y trato de caminar hacia la salida y este me ayuda, pero seamos honestos, los dos estábamos muy mal. - en fin, podemos hablar de eso después.

- hemos llegado. - dije de broma ya que estábamos literalmente a un lado del lugar. - ¿qué emoción, no lo crees? Por fin poder tocar juntos de nuevo pero ahora en un lugar mucho más importante y... - me voltee a verlo y este me estaba sonriendo. - ¿qué miras?

- nada, solo... solo me hace muy feliz verte así toda emocionada y bonita. Estoy muy orgulloso de ti, Graham. - ante ese comentario, me acerqué a donde el estaba y puse mi mano sobre su pecho, estaba por besarlo, y el también estaba listo para aquello, pero me detuve y no lo hice. Solo reí. - no, no creo que esto debería pasar de nuevo.

- pero quieres. - dice deteniéndome de irme, tomando de mi mano. - y yo quiero.

- y como dije, no voy a volver a besarte. - levanté ambos hombros y caminé para la entrada, a donde esté me sigue. - tengo que ser fuerte, afuera impulsos tontos y... - estaba por caerme pero Sirius me sostiene y ya estaban todos ahí esperándonos. - hola guapo. - le dije riendo y este me mira confundido.

- muy bien, regresamos a la realidad. - James dice y me sentí mal de oír aquello, no quería esa reacción. Me puse de pie para ir a buscarlo pero este se fue, supongo que a cambiar. Y tan solo lo vi irse. Sirius me voltea el rostro para verlo y me sonríe.

- estás demasiado ebria. - se ríe y yo me río con el.- ¿estás lista? En cuestión de minutos vamos a pasar. - asentí con la cabeza y vi a lo lejos a Mary y a Ian platicando. Dorcas y Marlene ya de lo más listas. - falta tiempo vestuario.

- hay un vestido, uno muy hermoso y trasparente. Ian lo trajo, solo deja voy a cambiarme. - caminé para irme pero este me detiene tomando de mi mano. - ¿qué? ¿Quieres acompañarme?

- um.. - este sonríe y lo piensa por un momento. - no, espera. Ve tú.

- ¿y eso? ¿En serio no quieres? - me puse las manos en la cadera. - okay, supongo que si estás cambiando. Sigues besando a tus fans pero si estás cambiando al mismo tiempo.

- Rebecca...

- hablamos luego. - no dije nada más y ya mejor por fin me fui a cambiar.

En los vestidores, solo estaba James. Claramente porque fuimos los únicos en llegar tarde. Estaba sin camisa y yo, creo que perdí la razón. Me puse tan nerviosa, pero decidí ignorarlo y me voltee para buscar de mi vestido. Tomé la decisión de mejor cambiarme mejor en el vestidor. Basta Rebecca, basta de tomar estas decisiones de la mierda. Cámbiate y sal a cantar, que David Bowie te espera.

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