Busan, Mansión de los Jeon.

-¡Mi bebé!¡Estoy tan orgullosa de ti!- Dijo aquella omega de aproximadamente unos 45 años abrazando sobre su hijo, un precioso omega de cabellos rubios.

-Gracias Mamá- Sonrio mientras apartaba a su madre y le sonreía forzadamente.

-Apenas te cases con el tienes que darle una buena camada de cachorros ¡Serán hermosos!- La mujer se notaba muy feliz, tan feliz que ni siquiera puede notar lo triste que se siente su propio hijo.

El solo guardó silencio.

De verdad no quería casarse con aquel Alfa, tampoco quiere darle cachorros. Su lobo le repite día y noche que su predestinado vendrá por el, que debe esperarlo. Y el junto a su lobo esperan pacientemente su llegada.

Si hubiera sido por el ya abría salido a buscarlo, pero desde hace unos días se convirtió en el prometido del futuro Alfa líder de la manada de los Jeon, se sentía como si fuera un prisionero en aquella lujosa mansión.

-¡Tienes que probarte trajes para tu boda! Te verás hermoso- El no quiere nada de eso.

Casi saltando la omega salió de la habitación de su hijo. Cuando la puerta fue cerrada por fin se permitió llorar.

Se sentía tan mal, el no quería pasar el resto de su vida con alguien a quien no amaba, no quería entregarse a ese hombre.

Cada noche le reza a la luna, pidiéndole encontrar a su predestinado, aquella persona que fue especialmente creada para el.

Su lobo llora con el solo pensar estar enlazado con otro Alfa.

Pero tiene que mantenerse fuerte, no puede dejarse morir, no sabiendo que su mitad está allí afuera.

Solo espera que cuando aparezca no sea demasiado tarde.

Seca rapidamente sus lágrimas al escuchar golpes en la puerta.

-¿Quién es?- Pregunta mientras se acerca a la puerta.

-Soy yo Jimin- Una pequeña sonrisa aparece en su rostro al escuchar aquella voz.

Apenas abre la puerta siente como la otra persona le abraza muy fuerte, aún sorprendido ante tal acción, no duda en corresponder el cálido abrazo.

Cuando finalizó el abrazo inmediatamente cerró la puerta mientras su amigo se sentaba en su cama.

-¿Cómo te sientes Jiminnie?- Pregunto con un tono suave.

Sonriendo tristemente se sentó al lado de su mejor amigo, aquel que conoce de toda su vida, quien estuvo e  las buenas y en las malas.

-No me siento bien Hobi... siento tanta tristeza, pero aún que este en contra de esta decisión mi opinión no tendrá importancia. El Alfa Líder ya tomó la decisión, y si intento algo en contra el Alfa es capaz de hacerme cualquier cosa.

-Sabes que aún puedes intentar algo más- Dijo en un susurro mientras sostenía las manos de su amigo.

-¿Cómo que?- Enarcó una ceja.

-Escapar.

Se sorprendió ante tal idea, lo pensó por un segundo para luego negar internamente.

-¿Acaso estas loco? ¡Si me atrapan van a matarme!

-Bueno, solo era una idea- Se encogió de hombros mientras soltaba sus manos.

El rubio suspiro mientras llevaba su cabello hacia atrás, y es que de verdad la idea de su amigo no está nada mal, pero sabe que es imposible hacerlo el solo, aparte que si lograban atraparlo lo matarían por traición.

-Solo tengo que soportar...

-¿Sabes que puedes pedirme cualquier cosa verdad?- Jimin lo miro a los ojos.

-Hoseok, si llegan a atraparte por ayudarme también van a matarte...es algo que no podría perdonarme- Hablo con firmeza, no iba a permitir que algo le pasara a una persona muy preciada para el.

El peli-rojo soltó un suspiro mientras negaba con una sonrisa.

-Aunque me sigas repitiendo eso sabes que haré todo lo contrario, pero bueno. También venía a avisarte que te prepares, el Alfa Líder te mando a llamar al salón principal para la cena, vino una visita importante y quiere que su hijo y tu lo conozcan- Dicho eso se levantó de la cama siendo seguido por el rubio quien lo miraba dudosamente.

-¿Visita?¿Quién es?- Era raro que lo llamasen para conocer a personas importantes.

-Creo que es el hijo del Alfa Líder de Daegu, vino para hablar sobre negocios con Jungkook y su padre- Respondio sin verdadero interés- Muy bien, me retiro- Se despidió no sin antes revolver los cabellos de su amigo y dedicarle una sonrisa que llegaba a marcar sus hoyuelos.

-Nos vemos después Hobi-Hyung- Sonrio antes de cerrar la puerta de su habitación e ir a su clóset para decidir que ropa colocarse.

Al final se decidio por un pantalon negro de vestir que ajustaba un poco sus piernas, una camisa blanca suelta y zapatos de vestir.

Acosodo su cabello dividiendo en dos en la parte de su flequillo, maquilló un poco sus ojos con un tono café que casi no se notaba y puso en sus labios un hidratante sabor cereza.

Dándose una última mirada en el espejo, salió de su cuarto cerrando la puerta  cuando ya estuvo fuera.

Camino por los largos pasillos mirando los cuadros que había a los costados. Recuerda la primera vez que estuvo allí y como casi se pierde entre los tantos pasillos, tuvo suerte de encontrar a una mucama que lo ayudó a encontrar su habitación.

Cuando ya estuvo frente a la puerta respiró profundamente mientras se daba fuerzas mentalmente, cuando creyó estar listo golpeó suavemente con sus nudillos tres veces.

Espero pacientemente a que las puertas sean abiertas, y cuando lo estuvieron reconoció el aroma del Alfa Líder y Jungkook, pero pudo sentir el se otro Alfa, uno del cual pensaba que pertenecía al hijo del Alfa Líder de Daegu.

Entro rápidamente sin detenerse a analizar el nuevo aroma.

Haciendo una reverencia saludo- Buenas tardes Alfa Líder, Buenas tardes Jungkook.

-Buenas tardes Omega Park, toma asiento al lado de mi hijo- Respondio Hyun Bin, Alfa Líder de Seol.

Con la mirada gacha Jimin camino rápidamente al lado de Jungkook, sintiendo como en todo ese pequeño recorrido el desconocido no dejaba de mirarlo.

Al sentarse al lado de su futuro Alfa, este ni siquiera le miró o dijo algo, simplemente le ignoró, pero a Jimin no le importo, ya que su atención estuvo por completo en aquel delicioso aroma.

Café, chocolate y un pequeño toque de canela.

Sentía a su lobo tan inquieto, nunca lo sintió de manera.

Saltando y repitiendo las mismas palabras

Alfa.