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Capítulo 1

—¡¿Qué rayos fue eso?!

Jin se quedó de piedra sin saber qué movimiento dar o qué expresión poner. Por un momento había creído que Johi reaccionaría de manera diferente, creyendo que ella le correspondería aquel beso que él le había dado desprevenida, mientras ella le hablaba de algo que realmente no había prestado atención. Se habían reunido con el fin de pasarla bien junto con los demás como solían hacer todos ellos desde que se habían conocido; al parecer, ahora lo había arruinado, aunque no se arrepentía para nada de haber probado sus labios.

—¿Qué sucede? —Taehyung, aquel chico que había revolucionado en un inicio el corazón de la propia Johi, había llegado al escuchar el grito.

Tanto Kim Seokjin como Johi se alarmaron por lo que ese beso había ocasionado. Era el peor momento para terminar de declararle su amor a la mujer que tenía los sentimientos completamente revueltos como su estómago en ese instante. Jin llevaba bastante ya pensando en ella hasta el grado de olvidar que el propio Hoseok, su hermano no carnal pero sí de corazón, era quien le había confiado primero que estaba completamente enamorado de Johi.

De pronto no solo eran ellos 3 en el pasillo, sino que el ya mencionado J-hope también se encontraba observando la escena; además de Esty, la mejor amiga de Johi, quien le había seguido detrás una vez lo vio ponerse de pie del sofá. Jin creyó que era su castigo por haber traicionado la confianza de su propio amigo y hermano, se había exhibido él mismo frente a todos sin pensarlo. Incluso así, teniendo ya puesta la mirada de Hoseok encima, cuadró los hombros y se alisó la playera tratando de hacer lucir su orgullo.

—¿Qué sucedió? —Hoseok hizo la misma interrogante que su amigo al lado también había hecho. Y así como formuló la pregunta, en seguida hizo otra pero dirigida solo para Johi—. ¿Johi, estás bien?

Aquella chica solo lo miró en una especie de disculpa, pena y algo más, algo de lo cuál ni ella misma tenía claro. El rostro de Hoseok se suavizó al tener aquel par de ojos que lo volvían loco cada vez que los miraba. Él no sabía lo que pasaba con ella y sus sentimientos, pero él había hecho una promesa interna para no darse por vencido aunque a veces pareciera que no había ninguna esperanza. Pero al parecer alguien tenía el mismo propósito y se traba de Seokjin, quien al percatarse de que Johi ya no lo miraba a él sino a su amigo —su ahora también llamado contrincante—, sintió los celos cosquillearle en las entrañas.

Johi abrió la boca para contestar pero fue Jin quien le robó la palabra.

—Está más que bien —contestó con un deje claro de celos.

Todos los que estaban ahí, en especial Esty, se dieron cuenta de lo que había sucedido en cuanto Johi reaccionó luego de haber estado en completo shock por el inesperado beso. Ella dejó de ser el centro de atención para entonces comenzar a alejarse hasta salir por completo del apartamento, evitando el asunto lo más que pudiera por el bien de su estresada cabeza.

Esty la siguió sin importarle la tensión que quedaría entre los chicos una vez que ella los dejara solos. Ella sabía o trataba de entender la complicada situación en la que estaba metida su mejor amiga. Más que nadie en el mundo Esty sabía que Johi solía enmarañar sus sentimientos románticos y terminaba estando en un completo enredo. ¿Cuántas veces le había dicho a ella que estaba confundida con lo que sentía por dos chicos? Habían sido algunas y todas ellas terminaban con una Johi frustrada y hasta de mal genio, tal cual lo estaba en ese preciso momento.

—Oye, hey, ¿qué ocurre? —Esty ya estaba con ella afuera del apartamento que ambas compartían.

Johi se llevó las manos a las caderas y solo trató de regular la agitada respiración que había provocado la frustración que la perseguía.

—Me ha besado, eso es lo que pasa, Esty —pronunció un poco molesta.

Esty la conocía y a sus cambios de humor continuos debido al estrés, pero no podía acostumbrarse a ellos y siempre terminaba tratando de reprocharse el si ella no estaba haciendo algo bien como su amiga, pues al fin y al cabo Johi había hecho muchas cosas por ella. A pesar de que pudo haberse sentido algo dolida por la manera en que le había hablado, dejó que su virtud sobresaliente la dominara y entonces así podría quizá ayudarla aunque fuera solo escuchando. Al principio se sorprendió por lo que había dicho sobre el beso, pero era de esperarse sabiendo Esty que sus sospechas sobre que Jin había dejado de ver a Johi como una amiga ya existían desde hacía algún tiempo.

—Tranquila, no es el fin del mundo, amiga —le habló con voz suave y con tacto. De hecho, hasta trató de bromear como solían hacer—. No es como si fuera la primera vez que alguien te besa.

Esty sonrió tratando de ayudarle a relajarse y a recordar las veces que su amiga Johi le había contado de las ocasiones que había compartido besos con sus ex's y lo buenos y malos que habían sido. Tal vez no se comparaban en nada con la situación en la que estaba Johi en ese momento, pero hizo que al menos ella sonriera un poco para después seguir con el tema.

—Quiero que se vayan —dijo de pronto refiriéndose a los siete chicos que seguían adentro—. No quiero verlo, no hoy.

Esty entendió que, lejos de referirse a Jin, estaba hablando de el noble Hoseok. Él no había hecho nada más que solo haberse enamorada de aquella chica tan perdidamente y Johi por su parte se mostraba reacia a corresponderle, cuando incluso a ella misma le costaba admitir dentro de sí que había empezado a despertar cierto interés en él. Se mentía a sí misma al decir que solo era atracción, pues era consiente de que Hoseok era verdaderamente apuesto a pesar de lo que alguna vez muchas personas juzgaron como poco agraciado.

—¿Cómo fue que llegué hasta aquí? —preguntó algo desesperada la propia Johi.

—Llegamos —corrigió su amiga, apoyándola—. Estamos en esto juntas.

Esty tomó la iniciativa para acercarse y entonces brindarle su apoyo con un abrazo, uno que ambas chicas necesitaban por motivos distintos.

—Todo va a estar bien —Aseguró Esty al sentir que Johi se dejaba abrazar y era ella quien se refugiaba bajo sus delgados brazos.

De pronto, al estar ahí abrazadas como dos pequeñas, las dos chicas recordaron todo lo que habían hecho para poder estar ahí juntas.

Johi y Esty se habían conocido desde pequeñas pero no habían interactuado tanto hasta que las dos jovenes llegaron a la edad de los 15, fue entonces que realmente se hicieron amigas pero conforme pasaba el tiempo la amistad se fortaleció a tal punto que llegaron a conocerse más profundamente. Sus personalidades eran en ciertos aspectos distintas aunque para nada un obstáculo para llevarse bien entre ellas. Había veces, como específicamente el día del beso de Seokjin, que el carácter de Johi se volvía un poco más irritable y era entonces que solo se centraba en ella sin importarle si decía o hacía algo que lastimara a los demás, algo completamente diferente a su amiga, Esty, quien era más dócil y con una empatía casi impoluta; y aunque pareciera que a simple vista eran totalmente distintas, Esty, de apariencia seria al principio, al tener un poco de confianza entonces sonreía y se proponía ver el lado positivo a las cosas de los demás aún cuando eso implicaba dejar de lado lo que realmente sentía, mientras que Johi parecía ser alguien presuntuosa a primera vista, la realidad era que trataba de hacerse una imagen que demostrara a las personas todo lo contrario a lo que era por dentro, pues su dicho familiar siempre había sido que no dejara ver nunca a los demás sus debilidades. ¿Cómo era que aquellas dos chicas habían llegado a congeniar tan bien? Porque ambas compartían un corazón que sentía demasiado y todo al mismo tiempo. Y algo súper importante además de eso: amaban el K-pop.

Al conocerse en la adolescencia y darse cuenta de que tenían ese gusto compartido, se propusieron aprender el idioma de sus artistas favoritos para "algún día" visitar el país en donde ahora justamente se encontraban. Johi era completamente consciente de que parte de su familia, para ser más exactos el hermano de su padre, era un gran hombre de negocios poseedor de una gran compañía en Corea y gracias a eso, que sin haberlo previsto en su momento, él había sido el motivo por el cual ambas amigas habían cumplido su sueño. Con el conocimiento del lenguaje, Johi y Esty pusieron por fin a la práctica el coreano aprendido.

No fue nada fácil para ninguna de las dos aquel cambio en sus vidas, pues Johi al ser la única capaz de ser la heredera de aquella compañía —ya que su tío jamás deseó casarse ni mucho menos tener un hijo—, estaba bajo la responsabilidad de ser quien tomara el puesto que algún día su tío dejaría. El plan que habían acordado su familia era que Johi tendría que irse a vivir a Corea para entonces estudiar la universidad y graduarse en relaciones públicas y organización de eventos, asegurando entonces que Johi Paredes fuese la futura CEO de la compañía familiar. Aunque a Johi le gustaba aquel prometedor futuro, sentía un vacío al pensar en irse sola y abandonar a aquella sencilla chica que había formado parte de su familia los últimos años. Así que pensó en llevarla consigo para no sentirse sola, pues allá en Corea no tendría a nadie más que a su tío.

Por el lado de Esty, era todo un cambio en su vida ya que jamás había salido de su país de origen, además de que aquello implicaba rehacer una vida lejos sus padres solo para apoyar a su amiga. Fue una decisión difícil de tomar, aun cuando Johi le dijo que ya tenía todo listo y solo tenía que llevarse sus ahorros, Esty, se rehusó en acompañarla porque no era como que de la noche a la mañana ella estaría preparada para viajar y comenzar a hacer una vida nueva. Además de que se sentía bastante agobiada por la respuesta que su amiga esperaba y la reacción de sus propios padres si ella les decía que de pronto se iría a otro país, ¿a qué? De eso todavía no lo tenía seguro pero confiaba en lo que Johi le decía. A pesar de los miedos que en su momento la goberaron, al día siguiente, casi cuando Johi salía al aeropuerto, se despidió de sus padres para entonces aventurarse a lo desconocido junto a su amiga.

Con un tío millonario y una beca de universidad, Johi y Esty se establecieron en Corea el año 2015 en un apartamento donde apenas había 1 habitación con dos camas individuales, un único baño que compartían, una cocina pequeña pero funcional y una sala de estar justo en la entrada; además de un adorable balcón en el que apenas si cabían 3 personas. En ese lugar fue el comienzo de su nueva vida.

Johi fue la primera en tomar su carrera universitaria ya que su amiga todavía no podía procesar el hecho de que estaba en Corea y a punto de entrar a una universidad muy prestigiosa gracias a Johi. ¿Qué iba a estudiar? Fue la pregunta que se hizo Esty consecutivamente durante todo el viaje cuando en realidad nunca había tenido en mente llegar tan lejos.
Su amiga le animó al decirle que podía estudiar arte y diseño ya que era algo que en lo profundo le atraía y por eso era buena en ese tema. Así que, con esa pequeña ayuda, Esty se armó de valor para entonces comenzar a asistir a la universidad.

Las dos jóvenes apenas inexpertas en aquel país soñado pero al fin y al cabo desconocido, iniciaron aquella vida que le pertenecía más a Johi que a Esty. Las chicas comenzaron trabajando arduamente para poder pagar el alquiler del apartamento, aunque el tío millonario se esmeraba en ayudar a su sobrina con lo que fuese, Johi contaba con un orgullo que el mismo tío podía reconocer, pues era algo de familia. Johi comenzó trabajando en una cafetería muy reconocida que, gracias a su tío, pudo conseguir un buen sueldo durante un corto tiempo mientras ese trabajo era remplazado por otro que realmente le ayudaría en su carrera. El tío millonario se encargó de proveerle un chofer el cual la llevaría de aquí para allá donde quisiese y necesitara, así como también le favoreció el lugar donde ella haría sus prácticas y, además, encontraría a alguien que le haría poner su mundo de cabeza: Big Hit entertainment (años después Hybe corporation).

Después de todo ambas chicas estaban en aquello juntas, tal cómo había dicho Esty.

Haciendo caso a la petición de su amiga, Esty entró de vuelta al apartamento con Johi siguiéndole hasta que estando adentro pasó de largo para encerrarse en la habitación. Si aquella acción no fue suficiente para hacerles saber a los chicos que Johi estaba indispuesta, entonces Esty se los hizo saber.

—Creo que será mejor que dejemos esto para otro día —miró primero a Hobi y después a los demás. Le dolía verlo afectado y tan enamorado, le recordaba a sus propios sentimientos hacia otra persona—. Igual creo que ya es tarde, y ustedes tienen un concierto que dar en dos días. Eso requiere que descansen bien para que den lo mejor. ¡Fighting! —Animó tratando de causarles un buen efecto y quitarles las caras apachurradas.

Jin ni siquiera tuvo la molestia de mirarla, ni a ella ni a sus amigos. Sin embargo, Jungkook fue el único que le sonrió con sinceridad y cariño para devolverle el gesto que ella se esmeraba en darles a los demás. Suga, Taehyung y Jimin fueron los primeros en adelantarse, llevándose consigo a Jin que parecía querer permanecer mirando la puerta cerrada donde estaba Johi.

—Nos vemos mañana, Esty —se despidió Suga y le regaló una pequeña sonrisa y una palmada en el hombro para hacerla sentir menos incómoda—. Más te vale llevar ese Gimbap que me prometiste, eh.

Aquello logró que ella riera un poco pues trajo a su memoria el acuerdo al que habían llegado una vez Suga le ganó varias partidas de UNO. Había sido en una de las primeras reuniones en las que apenas se conocían, hacía año y medio aproximadamente, Esty jugaba UNO con Suga, Jungkook, Jin y Jimin, mientras que los otros conversaban con Johi, y fue en esa noche que Esty perdió todas las partidas. Los 4 chicos acordaron como castigo que cada miércoles ella les llevaría un Gimbap a cada uno.

—Claro, claro —Esty fingió una mueca de fastidio para complacerlos—. Espero que yendo a tu estudio me caiga encima del Gimbap y se arruine.

Suga y Jimin disfrutaban cuando Esty se volvía sarcástica cuando la molestaban.

—No manifiestes que a ti se te cumplen mucho ese tipo de cosas —Suga rió, pues en cierto modo tenía la razón.

—No soy Jimin para andarme cayendo a cada rato —Esty se defendió usando al mencionado.

—Hey, yo ni siquiera estaba opinando nada —se quejó Jimin, abultando sus labios en un puchero gracioso.

—Adiós —Esty terminó por despedirse mientras les abría la puerta, haciendo énfasis a que debían irse.

Los chicos se fueron riendo y eso en parte le vino bien a Esty. Hizo bromas con los demás pero en especial con Hoseok quien aunque siguiera riendo podía notársele un poco entristecido y decepcionado.

—Te llevaré Gimbap mañana también —le dijo ella. Era su manera de disculparse por todo.

—Gracias, Esty —Respondió Hoseok. Estimaba mucho a Esty no solo porque era la mejor amiga de la chica que le gustaba, sino porque era quien le ayudaba a no rendirse con Johi.

Los demás se despidieron y salieron para irse a descansar, excepto uno. El último, Jungkook, se quedó a propósito para poder charlar aunque fuese un poco más con su amiga Esty.

—¿Arroz mexicano?

—Arroz mexicano —afirmó él. Le gustaba saber que estaban tan conectados que sabían cómo iniciar una conversación sin tener qué devanarse la cabeza con introducciones.

Ambos eran tan bobos a veces y al mismo tiempo un manojo de nervios. Esty se había enamorado de él una vez se hicieron amigos y descubrió que Jungkook de BTS estudiaba en la misma universidad que ella. Cuando lo vio por primera vez fue en los pasillos de la cafetería, no compartían carrera pero sí el mismo suelo por dónde caminaban y eso ya era algo demasiado para una fan girl como ella. Le gustaba y le emocionaba ver a uno de sus artistas favoritos andar por ahí a su alrededor aunque él en su momento no la había notado todavía. Sin embargo, gracias a que Johi hacía sus prácticas en Big hit y se habían hechos amigos, fue entonces que conoció a Esty cuando visitaron por primera vez su apartamento.

Aquella chica de cabello corto color azabache se esmeraba en limpiar la cocina al ritmo de "Silver Spoon", moviendo el trasero de un lado para otro y agitando las manos llenas de jabón, usando el outfit "para limpiar" que consistía en 1 camiseta ancha y pantalones cortos anchos también. Gracias a que solo usaba calcetines, se deslizaba de un lado a otro por la pequeña cocina con los auriculares inundando por completo sus oídos; motivo por el cual no se había dado cuenta de que la misma banda que escuchaba en ese momento era quien la estaba observando.

Desde ese entonces Jungkook conocía a la loca amiga de Johi, Lara Esty (Esty Lara).

—¿Irás mañana a la pastelería? —Fue el turno ahora de Jungkook para preguntar.

—Trabajo todos los días —dijo ella aunque Jungkook ya lo sabía—, así que sí. Después de clases vendré a preparar los Gimbap y paso a entregarlos cuando me vaya a la pastelería.

Siempre tan ocupada. Johi y Esty apenas se veían por lo apretadas que se habían vuelto sus agendas, desde que Johi hacía sus prácticas en Bighit el tiempo de descanso se había reducido para ella. En cambio Esty trataba de mantenerse ocupada para no escuchar sus agotadores sentimientos. Era difícil conseguir la motivación para seguir adelante cuando la mayoría del tiempo estaba sola. Y sin embargo, aquello era lo que admiraba Jungkook de ella.

—Puedo ser tu chofer mañana. Claro, si tú quieres.

El corazón de Esty pegó un brinquito de emoción y no porque eso significara que no caminaría 45 minutos de regreso a casa, sino porque pasaría tiempo con él. Había veces que Jungkook lograba hacer o decir cosas que hacían que Esty lo amara todavía más, aunque constantemente se repetía mentalmente que solo eran amigos. Y eso le bastaba aunque también le lastimaba.

—No tienes por qué —su voz perdió fuerza por el efecto que Jungkook causaba en ella. Sonó un poco más suave y algo tímida, aunque rápido se recompuso—. Tengo dos piernas y tengo entendido que se usan para caminar así que...

—Te dejo conducir —interrumpió sabiendo que llamaría su atención. Solo quería estar con ella después de clase.

—Lo voy a tomar, pero me ofende muchísimo.

A Jungkook le encantaba lo graciosa que era y sobre todo aquella manera en la que Esty se esmeraba por no sonreír.

La tensión incómoda que se había creado en el ambiente por lo de Jin y Johi, se esfumó gracias a aquel par y sus ocurrencias. Así que, aunque Esty podía escuchar y hablar con Jungkook todo el tiempo del mundo, fue ella quien lo empujó hasta lograr sacarlo del apartamento. En ese momento su enfoque cambió por completo solo para su amiga, quien la esperaba en su cama arropada como una niña pequeña que no sabía qué hacer.

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