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3




No estaba logrando concentrase en su trabajo, Seokjin cerró sus ojos y se acomodó en su silla tratando de descansar pero era difícil cuando lo único en lo que podía pensar era en Taehyung.

La puerta de su oficina fue golpeada, alzó su cabeza para observar a su empleado más antiguo.

—Vamos a abrir en cinco.

—Está bien. —Seokjin volvió a mirar el bosquejo que estaba realizando no conforme con lo que llevaba hasta ese momento. Mientras trataba de concentrase
se dio cuenta que su empleado seguía en el lugar. Alzó su cabeza y lo miró. —¿Que pasó?

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

Min Yoongi entró a la oficina y se sentó justo frente a él, el ceño fruncido de su mejor tatuador le indicó que quizá no sería una conversación agradable.

—¿Cuando vas a arrendar un lugar para vivir? Entiendo que lo tuyo con Liam se acabó, pero vivir aquí en el estudio no debe ser muy cómodo.

Seokjin evitó suspirar y se acomodó en su silla mirando en todo momento a Yoongi —no he tenido tiempo, eso es todo y no me siento incómodo en este lugar, gracias por la preocupación.

—Necesitas un lugar, tus zapatillas están tiradas por todo el maldito salón.

—Guardaré mi mierda ¿Si? Ahora vuelve a trabajar.

—Si necesitas algo puedes pedirlo, sabes muy bien que con mi compañero no tendríamos problema en hacerte un lugar.

—Gracias —Jin dijo sin sentirlo realmente, su humor era una mierda esos días y a cada hora se volvía más apático.

—Iré a trabajar, ¿hoy aceptarás que te abra agenda?

—No, la verdad es que no tengo la cabeza en esto, ni siquiera he podido hacer el puto bosquejo que me pidió Irene.

—Uh, ella lleva por lo menos una semana preguntando.

Jin se talló los ojos cansado, necesitaba relajarse, quizás unas vacaciones no estarían mal.

—Ya veré qué hacer, no te preocupes.

—Como diga, jefe.

Yoongi le dio una risa burlona y Seokjin le sacó el dedo del medio, si no fuera su mejor empleado, su mano derecha, hace mucho que ya lo hubiese despedido. Por supuesto que no lo haría, en el fondo Min Yoongi era un amigo y Seokjin sabía que podía contar con él.

—Ve a trabajar, Min, haz dinero para mí.

El chico de cabellos menta se fue maldiciendo y Seokjin sonrió un poco más relajado.

Dejando el escritorio tomó su teléfono y miró la hora, Olivia estaba en clases de canto y él se había ofrecido voluntariamente para ir a buscarla. Su niña había estado encantada con la idea y Seokjin lo estaba aún más ya que sería la oportunidad precisa para ver a Taehyung.

Había querido conversar con él después de su cumpleaños pero el padre de su hija era esquivo por lo que sabía tendría que trabajar para ganarse la confianza que había perdido tantos años atrás.

Dio por acabado el día, un día más sin poder hacer más que pensar en Taehyung y es que llevaba días enfermo por volver a verlo y no sabía muy bien que había activado ese deseo.

Quizás había sido Olivia que hablaba de Taehyung constantemente mostrándole fotografías y refregandole en su cara lo atractivo que se había vuelto al pasar los años pero eso Seokjin lo tenía bastante presente. Había visto su madurez a través de los ojos de su hija y nunca fue realmente ajeno, pero no podía decir nada, Liam, su ex novio siempre fue un tipo celoso inventando realidades que no existían solo porque se sentía inseguro de la buena relación que él tenía con Taehyung.

Con su chaqueta en mano Seokjin dejó su oficina y aunque no quería aceptarlo Yoongi tenía razón, debía buscar un lugar para vivir y dejar de dar lastima.

—Vuelvo mañana —Jin estiró las mangas de su camisa mientras le hablaba a sus tres empleados que ya estaban atendiendo —si Irene pregunta por su diseño díganle que me llame.

Yoongi asintió pero no alzó la mirada. Seulgi y Soyeon alzaron sus dedos pulgares y Seokjin al menos supo que las chicas lo habían escuchado.

Se puso su chaqueta en la puerta y salió del estudio de tatuajes que tanto le había costado abrir y del cual era dueño. Tomó la calle principal y la cruzó, entró a la pastelería que estaba en la esquina cercana  a su tienda, saludó con su cabeza a la encargada y eligió un pastel cualquiera, daba igual en realidad, solo quería una excusa para volver a entrar a la casa de Taehyung.

Era un idiota y lo sabía pero no podía quitarse la imagen del castaño de su cabeza, por más que lo había intentado la conversación que habían tenido se repetía una y otra vez haciendo difícil pensar en otra cosa.

Pidió un café para llevar, se sentía molesto, incómodo de alguna manera y era culpa de él mismo. Había dicho más de lo que debía frente al padre de Olivia y ahora no tenía idea como arreglarlo pero necesitaba quitarse la irritación que lo correía por dentro.

Con un pastel de fresas, que por supuesto no comería, se dirigió a su Mercedes, no tenía dónde vivir pero manejaba un automóvil de lujo. De todas formas Seokjin vivía bastante bien a pesar de hacerse cargo de los gastos de su hija que era lo que le correspondía y aún así sentía que estaba en deuda con ella y por supuesto con Taehyung.

Siempre estaría en deuda con él.

Tomó de su café y cada cierto rato miraba la hora, no quería llegar tarde a la academia donde se encontraba su hija por lo que encendió el motor y salió del estacionamiento en donde dejaba religiosamente todos los días su Mercedes.

El camino fue tranquilo, de hecho llegó un par de minutos antes de lo esperado por lo que apagó el motor y se quedó mirando a las personas pasar. Todavía inquieto sacó su teléfono y revisó sus redes sociales sin ánimo. Lo dejó a los minutos y volvió a mirar hacia la calle, exactamente a la puerta de la academia, en ese momento vio a su hija y sus ojos se abrieron grandes al verla despidiéndose de un chico con un pequeño beso en los labios.

La boca de Seokjin se abrió grande y supuso que Olivia no tenía idea que había llegado porque ni siquiera estaba mirando hacia donde él estaba estacionado.

Del shock no hizo nada pero cuando vio a ese maldito niño tratar de abrazar a su Olivia fue todo. Tocó la bocina tan fuerte que su mano quedó aplastada sobre el volante.

Olivia miró de inmediato en su dirección y sus orejas se pusieron rojas y se veía tan claramente gracias a qué llevaba su cabello amarrado en una cola alta. Nerviosa miró a todos lados y cruzó la calle con la cabeza baja.

Seokjin se preguntaba si Taehyung tenía idea de que la pequeña de ambos ya estaba incursionando en los novios o lo que sea que hicieran los jóvenes de 15 años.

Otra excusa más para poder conversar con él.

Olivia se sentó en el puesto del copiloto, abrazó su mochila y no levantó la mirada, sus orejas seguían rojas.

—Buenas tardes. —Seokjin la miró de reojo mientras encendía el motor.

—Hola papá —susurró apenada.

—Ponte el cinturón.

Ella hizo caso de inmediato y no hubieron más palabras durante todo el trayecto, Seokjin no sabía como abordar el tema, no se le había pasado por la cabeza que su niña estaría tan pronto pensando en chicos.

Seokjin se removió en su asiento con solo pensar en eso.

Al estacionarse se bajó y sacó el pastel del asiento trasero, Olivia lo miró un poco asombrada pero no dijo nada y Seokjin lo agradeció. Era bastante patético prácticamente rogar para ver a Taehyung.

Olivia abrió la puerta y lo dejó entrar. La casa olía realmente bien, como a pastel de carne o algo así y su estómago gruñó por la falta de alimento de ese día.

Taehyung gritó el nombre de su hija pero como Olivia no se movió de la entrada Taehyung llegó hasta ellos con claro signo de sorprenda en su rostro.

—Hola hija —Tae besó la mejilla de su hija y arrugó su ceño cuando la miró —¿Pasó algo? —Taehyung ahora lo estaba mirando a él.

—Hola —Seokjin saludó como un tonto y estiró su mano para darle el pastel —compré esto.

—Oh gracias, no deberías haberte molestado... ¿Es de fresa?

—Si. —Jin asintió viendo lo guapo que se veía Taehyung ese día. Quería darse con una piedra en la cabeza por haberlo perdido.

—¿Puedo ir a mi habitación?

—Si, cambia tu uniforme, ¿Quieres comer pastel?

—No, gracias —Olivia corrió a su habitación y cerró de inmediato la puerta.

—La vi dándose un beso con un mocoso fuera de la academia, ¿Tu sabías que tiene novio?

Taehyung negó de inmediato y su mirada se dirigió hasta la puerta de su niña.

—No me ha contado nada, ¿Estás seguro?

Seokjin alzó una ceja —¿Crees que estoy alucinando?

—No. No lo creo, ¿te estás drogando?

—¿Que?

Taehyung suspiró y se pasó una mano por esos cabellos castaños y Seokjin no pudo evitar seguir el movimiento y estar un poco celoso de esa mano.

—Supongo que iba a suceder en algún momento ¿No?

—Si —Seokjin dijo dudando un poco. Miró hacia el pasillo por donde su hija se había ido y luego a Taehyung. Nada había salido como lo había esperado por lo que no tenía caso quedarse a rogar por atención. —Bien, me tengo que ir. —Seokjin se giró para irse.

Taehyung mordió su labio y Seokjin desvió la mirada hacia él para observarlo porque al parecer le quería decir algo.

—¿Encontraste lugar para vivir?

—No, no he buscado en realidad... No tengo cabeza para eso en este momento.

—Hay un colega en el hospital que arrienda su casa... Se divorció hace poco, es por aquí cerca.

—¿Tienes los datos?

—Si, te los envío a tu teléfono.

Seokjin casi hizo un berrinche, quería que Taehyung lo invitara a quedarse, que le ofreciera un café y así poder conversar con él. Necesitaba quitarse el malestar que se había alojado dentro de él y que sabía no iba a desaparecer si no probaba un poco de él.

—Está bien, me retiro entonces...

La puerta de Olivia se abrió y ella caminó lentamente hacia ellos, se había cambiado de ropa y nunca se había visto tan pequeña en su pijama de ositos morados.

—No me regañen por favor.

Taehyung de inmediato se acercó a ella y la abrazó. Seokjin aprovechó el momento y también se acercó a ella, acarició su cabello con suavidad y alzó su cabeza para mirar a Taehyung por sobre la cabeza de Olivia. Y entonces hizo el movimiento.

Su mano acarició la de Taehyung que estaba sobre los hombros de su hija, el castaño abrió sus ojos claramente sorprendido pero no mucho ya que se relajó al instante y la atención de ambos volvió a Olivia.

—No te vamos a regañar, pero nos hubiese gustado saber antes —Taehyung dijo con calma. 

—¿Es hora de la charla? —Jin no quería dejar de tocar la suave mano de Taehyung pero Olivia se removió inquieta entre ellos.

—Oh dios no, por favor.

Ambos se rieron y volvieron a conectar sus miradas, Taehyung le sonrió sin mostrar sus dientes y Seokjin supo que era momento de avanzar en su plan.

—Quiero saber todo sobre ese mocoso —Jin dijo y Olivia lo miró ofendida de inmediato.

—No le digas así, papá.

Taehyung se echó a reír y se alejó —Seokjin tiene razón, necesitamos saber más.

—¿Ves?

Olivia suspiró y se cruzó de brazos, Seokjin tuvo que bajar sus manos. Las metió en sus bolsillos mientras veía a su hija con un adorable puchero que le recordaba a él mismo.

—Ya soy grande, voy a cumplir 16 la otra semana.

—Pero sigues viviendo aquí y bajo mis órdenes, señorita.

—Ya sé —ella acomodó su cabello negro y luego miró a Taehyung ahora sonriendo —¿Puede papá quedarse a comer con nosotros?

Taehyung lo miró de inmediato. Seokjin no podía desaprovechar la oportunidad por lo que se acercó a Taehyung y lo tomó del codo. No tenía idea de que estaba haciendo solo sabía que necesitaba tocarlo.

—Puedo ayudarte a lavar los platos después.

Olivia aplaudió mirando a Taehyung y Seokjin podía ver tan claramente como este estaba luchando para negarse pero luego de unos segundos asintió.

—Está bien, te iba a invitar de todos modos.

Seokjin sonrió como si hubiese ganado un premio. —Vamos a cortar el pastel entonces para que sea el postre.

Taehyung caminó hasta la cocina y Seokjin lo siguió aunque no había recibido ninguna invitación a hacerlo, miró hacia atrás y Olivia estaba sonriendo mostrando todos sus dientes. Seokjin le guiñó un ojo antes de entrar a la cocina que olía de maravilla.

—Esto huele increíble.

—Solo es pastel de carne —Tae dejó la tarta sobre una de las encimeras —a Olivia le gusta así que trato de hacerle sus comidas favoritas.

—Finalmente aprendiste a cocinar —Jin comentó mirando la olla. Todavía recordaba cuando Taehyung no podía hacer ni un huevo sin que se le quemara.

—Tuve que hacerlo, no había otra opción cuando ya sabes... Te fuiste. —Mierda, un balazo dolería mucho menos, de eso Seokjin estaba seguro. No dijo nada y Taehyung suspiró fuerte. —Lo siento, no debería decir este tipo de cosas.

Seokjin quería abrazarlo, tocarlo, lo que fuera con tal de sentirlo pero no lo hizo, cualquier acto, Taehyung, no lo iba a tomar bien, no después de tantos años sin tener ese tipo de cercanía.

—¿Me vas a perdonar alguna vez? —preguntó sinceramente, sus latidos se hicieron más rápidos.

Taehyung mordió su labio y se encogió de hombros. Lo esperó y cuando pensó que no iba a responder él lo hizo.

—Te perdoné hace mucho, Seokjin. Pero no confío en ti.

Dolió, dolió tanto que Seokjin solo se quedó en silencio ante aquella confesión.

Había roto el corazón de Taehyung, había sido una mierda de hombre y lamentablemente ni todos los pasteles del mundo harían cambiar aquello.

Tengan una excelente semana 🥰

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