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11


—Me sorprendió un poco saber que volviste con Seokjin. —Jimin comentó mientras caminaba junto a Taehyung por el centro comercial —pero me alegro por ustedes.

—Gracias. Nadie más lo sabe, solo ha pasado una semana desde que decidimos volver. 

—¿Y como va eso?

—No me quejo —Taehyung sonrió —vamos tan lento como si fuéramos adolescentes otra vez.

—¿No sería todo lo contrario?

—Esta vez no, hemos salido a comer y a caminar por la playa hoy tenemos la fiesta de Olivia.

—Osea que nada de sexo.

Taehyung negó con su cabeza —lento como tortugas.

Jimin estaba satisfecho por ver a su amigo feliz nuevamente, aunque en todos esos años que lo conocía jamás lo había visto abatido por algo. Taehyung era fuerte y aunque él sabía todo lo que había sufrido por la separación Taehyung nunca decayó. Todo lo contrario.

—Ya que se conocen desde siempre, ¿van a vivir juntos?

Taehyung mordió su labio y se encogió de hombros —no en el futuro cercano, me estoy dejando conquistar. No le quiero hacer las cosas tan fáciles pero cuesta demasiado.

Jimin se rio, entendía muy bien el sentimiento. —En menos de dos meses estarán viviendo juntos.  Lo apuesto.

Taehyung rodó sus ojos —creo que deberíamos elegir rápido.

—Si —Jimin se movió por los pasillos de la tienda buscando algo bonito pero luego de unos segundos miró a su amigo. —Gracias por sacarme de la casa Tae.

Jimin observó como Taehyung se encogía de hombros pareciendo despreocupado pero su cuello se veía tenso.

—Cuando dijiste que Namjoon estaba en la ciudad se me ocurrió que podrías querer respirar un poco de aire fresco.

—Si, acertaste. Han sido días difíciles.

—¿Está todo bien?

Jimin se pasó una mano por su cabello rubio ondulado y negó suavemente con su cabeza —no me vayas a malinterpretar, amo a mi hija pero me está costando levantarme en las mañanas. A veces no puedo dormir de noche esperando la hora en que se pondrá a llorar y tendré hacerme cargo de ella.

—Es duro cuando estás solo tanto tiempo.

—Si —Jimin suspiró —tú también estuviste solo con Olivia. —Jimin odiaba sentirse como si solo sus problemas fueran los importantes.

—No cuando era bebé. Es demasiada carga para una persona y está bien sentirse cansado. Quizás es momento de buscar ayuda.

—Puede ser. Aunque cuando adoptamos a nuestra bebé la idea era hacernos cargo al completo de ella.

—Amigo, tu sabes que Namjoon me cae bien, es un buen tipo pero el único que dejó de trabajar fuiste tú. Te convertiste en padre soltero sin serlo realmente.

—Va a pedir cambio de servicio, si eso resulta entonces ya no estaré solo.

—Espero que así sea, necesitas de él.

—Si —Jimin tomó un juego de toallas de bebé y lo miró —¿crees que a Wendy le moleste que vayamos a ver a la bebé?

—¿Molestarle?

—He leído que las madres no suelen querer visitas por el cansancio. No quiero ser impertinente.

—No había pensado en eso, Hobi me dijo que ella parecía más retraída que de costumbre y que quizás una visita le haría bien.

—Oh. Eso no suena muy alentador.

Jimin miró alrededor de la tienda y tomó un par de zapatos pequeños. No había tenido el tiempo necesario de ir hasta el hospital cuando la bebé de Hoseok había nacido y que Taehyung lo llevara sonaba realmente como un regalo ya que no se atrevía a ir a esa casa solo.

—¿Ya tienes el regalo?

Jimin alzó un paquete de pañales y asintió —esto es mejor que ropa.

—Tienes razón. Ya le regalé ropa antes que naciera, creo que podría llevarle algo más práctico.

—Podría ser un set de baño o de colonias. Nunca es suficiente y esas cosas se acaban en algún momento.

—Podría ser —Taehyung no parecía tan seguro —creo que le llevaré pañales también.

Caminaron hacia la caja más cercana y luego de pagar por los pañales se subieron al automóvil de Taehyung para dirigirse a casa de Hoseok y Wendy. Luego del nacimiento de la pequeña de nombre Lia, no habían tenido tiempo de ir a verla, ni de juntarse. Habían visto fotografías pero aún no la conocían en persona.

—Se parece a Hobi —Jimin murmuró mientras se acercaban a la casa de su amigo. —Tiene esa misma nariz perfecta.

—Si. Es muy linda.

—Siempre quiso tener hijos. —Jimin miró las bonitas casas rememorando.

—¿Ustedes conversaron de eso alguna vez?

Jimin giró a mirarlo realmente rápido, ¿por qué Taehyung estaba haciendo ese tipo de preguntas?

—No —Jimin finalmente dijo —solo queríamos ser los dos solos en el mundo.

Taehyung giró por la calle de Hoseok y disminuyó la velocidad. Paró justo fuera de la casa de sus amigos y apagó el motor. Jimin se quitó el cinturón de seguridad y al ver que Taehyung no se movía lo miró.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro. —Su piel se erizó enseguida.

—¿Tienes algún tipo de sentimiento hacia él? Digo, han pasado un par de años pero ustedes nunca han dejado de verse... Cómo amigos, digo.

—¿Que? —Jimin lo interrumpió. Una risa incómoda salió de él aunque trató de frenar la molestia escaló rápido. —No. No siento nada por él, te recuerdo que estoy casado y Hobi también.

—Lo sé... No quiero incomodarte. Solo era una pregunta.

Jimin frunció sus cejas. —Deberíamos entrar, tengo que volver temprano a casa.

—Si.

Taehyung se bajó y tomó su bolsa de pañales. Jimin hizo lo propio con la suya y caminaron sin comentar nada más hasta la puerta principal. No podía entender porque Taehyung quería revolver el pasado. No había tiempo para arrepentimientos, él y Hoseok eran buenos amigos y era así como debían ser las cosas.

Jimin tocó el timbre y esperaron pacientemente hasta que Wendy abrió la puerta. Su cabello estaba inmaculado como de costumbre, maquillada y vestida como antes de su embarazo. Parecía haber perdido mucho peso.

—Adelante. ¿Cómo están?

—Nosotros bien —Taehyung la abrazó rápidamente y le entregó la bolsa de pañales. —¿Ustedes?

—Bien, aprendiendo y durmiendo muy poco —ella sonrió y lo miró —¿Cómo está Amaia?

Tratando de dejar su molestia atrás Jimin sonrió—Está bien, le están saliendo sus dientes.

—Se debe ver muy linda.

—Si —Jimin sonrió ante el recuerdo de su pequeña —tiene unos cuantos por aquí y por allá.

Ella asintió sin dejar de mirarlo y aunque Jimin había recibido ese tipo de miradas por parte de Wendy, algo en su interior le decía que las cosas no estaban muy bien.

—¿Lia está durmiendo?

—No lo sé, acabo de llegar. Supongo que está con Hobi en la habitación.

Ella caminó hacia la sala y Jimin comenzó a sentirse fuera de lugar. Él había tenido la oportunidad de compartir mucho tiempo con ella, no eran amigos, pero Jimin sentía simpatía por la mujer a pesar de que a veces lo miraba como si fuera la persona más desagradable del mundo.

—Podemos volver otro día si llegamos en mal momento —Jimin dijo porque Taehyung se había quedado inusualmente en silencio.

—Nada de eso —Wendy sonrió —él va a estar feliz de verlos. Aliviado seguramente ya que parece que nuestra casa no le gusta lo suficiente.

La vieron alejarse por el pasillo y ya era claro que las cosas no marchaban para nada bien.

—Deberíamos irnos —Taehyung se giró hacia Jimin pero este negó.

—Al menos vamos a chequear como está Hobi, quizá necesite algo.

—No quiero quedar en medio de un pleito matrimonial.

—Yo tampoco pero es Hobi...

Los pasos de Wendy les hizo guardar silencio. Ella les volvió a sonreír y Jimin jamás había visto en ella una sonrisa tan fría como esa.

—Pasen. Está en el cuarto con la bebé.

Jimin se adelantó, Taehyung lo siguió de cerca por los pasillos de la casa que olía a galletas de chocolate. Ese olor le recordaba al pasado. Un pasado que trataba todos los días de alejar lo más posible de él.

El dormitorio de la bebé estaba justo al lado del cuarto matrimonial y su decoración era toda en  tonos rosados pastel. Hobi estaba con sus ojos cerrados mientras la silla en la que estaba sentado con Lia en brazos se mecía suavemente.

—No estoy durmiendo, no se comporten como si estuviéramos en un velorio.

Hoseok abrió sus ojos y su mirada recayó de inmediato en Taehyung y luego en él.

—Te ves cansado —Taehyung se acercó para ver a la bebé —es muy linda.

—Se durmió hace poco. —Hoseok se puso de pie y llevó a su pequeña hija hasta la cuna que se veía enorme en comparación a su pequeño cuerpo. —El pediatra dijo que debemos regular sus horas de descanso cuando tenga un mes de vida.

—¿No es muy pequeña para eso? —Jimin dio un paso más cerca de su amigo y aprovechó de dejar la bolsa de pañales sobre una de las cómodas —¿que pediatra la ve?

—El pediatra que ha atendido a toda la familia de Wendy.

—No parece muy actualizado, Jimin ¿con quién atiendes a Amaia?

—Es un pediatra joven, llegó hace un par años a la clínica donde solía trabajar.

—No quiero entrar en conflicto con Wen, las cosas están un poco revueltas por aquí —Hoseok bajó el tono de su voz.

Jimin mordió su labio, tenía tantas cosas por decir pero no podía. Sabía que cada matrimonio era un mundo diferente y que nadie podía juzgar desde fuera pero ver a Hoseok deprimido le partía su corazón. Jamás lo había visto tan abatido.

—Si necesitas algo nos llamas. —Taehyung palmeó su hombro.

—Ella ni siquiera la está amamantando.

—Oh —Jimin se acercó un poco más a su amigo —¿tiene problemas con su leche?

—No. Ella simplemente no quiere.

El silencio invadió el dormitorio, Hoseok parecía indefenso e impotente. Jimin jamás pensó que lo vería así.

—¿La está rechazando? —Tae susurró —he escuchado casos de mujeres con depresión post parto que no quieren estar cerca de sus bebés.

—No lo sé, no sé que es lo que le pasa. Yo estoy a cargo de Lia todo el día y ella nunca está en casa. No tengo idea que va a pasar cuando tenga que volver al restaurante.

—Tranquilo —Jimin tomó su mano para darle su apoyo. —Quisiera poder ayudar más.

La puerta de la habitación se abrió y Jimin lentamente quitó su mano y miró hacia la puerta. Wendy estaba ahí con una mirada fría, parecía enojada.

—Creo que es hora de irnos.

Taehyung abrazó rápidamente a Hoseok y caminó hasta la puerta casi arrancando. Jimin miró a la bebé unos segundos y luego a su amigo.

—Si necesitan algo no dudes en llamar, ¿Si?

Hoseok asintió de inmediato. Jimin siguió a Taehyung por el pasillo que los llevaría nuevamente a la sala. Wendy no los acompañó hasta la salida y a cambio escucharon a través de las paredes como parecía que empezaba una discusión.

—No sé que diablos está pasando, ¿debería hablar con ella?

—No lo sé, ¿están tan mal las cosas?

—Si, desde hace meses.

Se detuvieron a un costado del automóvil de Taehyung. Jimin miró hacia la casa preocupado por como se veía Hoseok.

—No sabía que las cosas estaban así de mal... ¿Él estará bien?

—Espero que sí. No me gusta entrometerme en los asuntos de mis amigos pero siento que hay algo más, Wendy anhelaba tener a su bebé.

Jimin asintió, él también lo sabía y por eso estaba le llamaba tanto la atención que una bebé deseada fuera rechazada por su madre.

—Ojalá pueda tener ayuda psicológica.

—Wen no cree en las terapias. —Taehyung suspiró —quisiera hacer más pero no creo que sea lo mejor meterse en medio.

—Lo van a solucionar, estoy seguro —Jimin miró hacia la casa por unos segundos y luego se subió al automóvil de su amigo para ir a su casa en donde las cosas tampoco eran color de rosas.


*********

—La vas a despertar. No hagas esto aquí.

—¡No estoy haciendo nada!

Hoseok dejó la habitación de la bebé y entró a la suya. Se quitó su camiseta, la dejó sobre la cama, estaba realmente cansado pero no quería estar un segundo más en su casa, necesitaba tomar un poco de aire. Buscó en uno de sus cajones una camiseta limpia y antes de que pudiera salir su esposa entró a la habitación.

—¿Dónde vas?

—Voy a salir un momento.

—¿Justo ahora que quiero hablar contigo?

—Wen...

—¿Por qué los llamaste?

Hoseok arrugó su ceño mientras trataba de entender a la mujer que casi no reconocía.

—Yo no llamé a nadie, son mis amigos por si lo olvidaste en algún momento.

—Como olvidar si pasaste las últimas semanas de mi embarazo con ellos.

—Tú te fuiste donde tus padres, ¿que querías que hiciera solo en esta casa? Solo me dediqué a trabajar y lo sabes muy bien.

Wendy se cruzó de brazos, parecía tan enojada y fuera de control que Hoseok ya no sabía como hablar con ella sin que todo explotara alrededor.

—¡Me sentía sola, pero a ti jamás te importó!

—Estás siendo muy injusta. Jamás te dejé sola, estuve siempre pendiente. Fuiste tú quien se alejó de mí.

—Tus prioridades cambiaron, ¿cuando lo vas a aceptar?

Hoseok apretó los dientes, estaba harto de discusiones que no llegaban a nada. —¿Cuando cambiaron? Dime, todo lo que he hecho es trabajar hasta tarde para que no te falte nada, para que tengamos la alacena llena de comida y que vivas cómodamente sin necesidades.

—Nunca lo vas a entender.

Ella comenzó a llorar y Hoseok se pasó una mano por su rostro. Toda discusión acababa cuando ella lloraba y él no era un imbécil como para no consolarla pero realmente él no creía haber fallado como compañero. Siempre estuvo pendiente de su estado de ánimo, monitoreaba constantemente con las amigas de ella e incluso le había pedido ayuda a Taehyung para que Wendy no se sintiera sola mientras él trabajaba hasta tarde.

—No llores —Hoseok caminó hasta su esposa pero ella se alejó.

—No me toques.

Hoseok asintió lentamente, esa era la primera vez que ella rechazaba su consuelo.

—Si fallé te pido perdón... No me di cuenta que necesitabas más de lo que estaba entregando.

—No te disculpes si realmente no lo sientes.

—Estoy haciendo un esfuerzo por si no te das cuenta. —Hoseok se sentó en la cama. De pronto demasiado agotado.

—¿No vas a salir? Pensé que irías corriendo dónde Jimin a contarle nuestros problemas, ¿no es algo que has estado haciendo últimamente?

—¿Que?

—¿Crees que no sé que hablas con él todo el tiempo de lo jodido que está todo esto?

—Es mi amigo, ¿acaso no puedo hablar con ellos sobre el infierno en que se está convirtiendo esto?

—¿Un infierno? ¿Eso somos para ti?

Hoseok cerró sus ojos —si quieres tapar el sol con un dedo hazlo, pero aunque lo hagas no va a suplir lo que realmente está pasando en esta casa desde que nació Lia.

—Vete. No quiero verte.

Con su pecho doliendo Hoseok se paró, tomó las llaves de su automóvil, también su celular y salió de la habitación. Sus ojos se humedecieron cuando pasó a ver a su hija. Acarició sus pequeñas manos empuñadas y cuando una lágrima bajó por su mejilla él la quitó.

Finalmente dejó su hogar, no tenía donde ir y no quería molestar a sus amigos por lo que decidió manejar sin rumbo hasta las afueras de la ciudad. Perdido y confundido se estacionó a un costado de la carretera cerca de la ruta al aeropuerto y lloró un largo rato sin saber que diablos estaba haciendo mal.

Había pensado inocentemente que cuando Lia naciera ellos se iban a reencontrar como pareja. Los problemas serían conversados y ellos podrían avanzar pero nada de eso ocurrió e incluso las cosas habían empeorado con el pasar de los días.

Hoseok apoyó su cabeza en el asiento y volvió a limpiar sus lágrimas. Tomó aire y miró hacia los árboles que se mecían con la brisa de tarde.

La pantalla de su teléfono se iluminó y cuando vio que era Taehyung decidió no contestar. Dejó que se perdiera la llamada pero a los segundos después una nueva llamada entró por lo que a regañadientes tomó el teléfono y se lo llevó a la oreja.

—¿Hobi?

—Si, ¿pasó algo?

—¿Estás bien?

Hoseok cerró sus ojos, tenía un enorme nudo en su garganta pero no quería preocupar a nadie.

—Si, estoy bien.

—Amigo...

—Tae, agradezco la preocupación pero tengo cosas que hacer.  Pásala bien en la fiesta, mándale un abrazo a mi primo y Oli.

Un suspiro fue lo único que pudo escuchar a través de la línea. Estaba seguro que Taehyung no compraba nada de lo que había dicho pero como era un buen tipo no presionó más allá.

—Puedes llamarme más rato si lo necesitas.

—Gracias, hermano.

La llamada finalizó y Hoseok tiró el celular al asiento del copiloto. La noche estaba cayendo sobre la ciudad y como evitaba conducir de noche encendió el motor de su automóvil y volvió a la carretera mientras pensaba que diablos hacer a continuación.

Pensó en comprar alcohol pero desechó la idea de inmediato y la siguiente hora se dedicó a pasear por la ciudad sin rumbo hasta que su estómago comenzó a gruñir pidiendo alimento.

No quería comer, tenía hambre pero no tenía la suficiente energía para bajarse y fingir que no sentía como si su corazón no estuviera quebrándose lentamente.

Volvió a estacionarse cuando la pantalla de su celular se iluminó. Lo tomó pensando que podía ser Wendy pidiéndole que volviera a casa pero no era ella.

Contestó al segundo.

—¿Jimin?

—Hola Hobi, ¿estás ocupado?

—No —su mentón tembló —¿pasó algo?

—Uh, no... Solo que quedé un poco preocupado después de lo que hablamos en tu casa. —Hoseok se apoyó en el asiento y cerró sus ojos, nuevas lágrimas se acumularon. Ni siquiera podía seguir hablando. —Hobi —Jimin lo llamó.

—Estaré bien. No te preocupes.

—No lo estás... No te encierres en ti. Habla conmigo.

Hoseok resopló —con Wendy discutimos y me pidió amablemente que me fuera un rato a la mierda... Estoy en mi auto dando vueltas.

—Lo lamento mucho, Hobi.

—Yo también. Supongo que las cosas iban a acabar de este modo en algún momento.

—No seas pesimista, pueden luchar juntos. Ustedes se aman, eso siempre hace que las cosas difíciles no se vean de esa forma.

—Estoy tratando de entenderla, pero no habla conmigo de manera sincera y me recrimina por haberla dejado sola cuando lo único que he hecho es trabajar para darle todo.

—Lo entiendo, de verdad lo hago pero también me pongo en su lugar y quizás ella necesitaba que estuvieras más en casa.

—Eso sería en el mundo ideal dónde nos pudiéramos alimentar de amor, pero tú mismo sabes que la cosas no son así. Lamentablemente le tocó un esposo que no es millonario.

—No digas eso. Tu valor como hombre no tiene que ver con cuánto dinero pones sobre la mesa.

—Y aún así es lo que va a mantener esa casa. Jimin, yo estuve en todo su embarazo, mis días libres eran solo para ella. Toda mi planificación se ha centrado en ella y en el nacimiento de Lia... —Hoseok secó su rostro porque otra vez estaba llorando —yo también estoy cansado.

Podía escuchar la respiración de su amigo y antiguo novio. Hoseok buscó papel para limpiar su nariz pero no tenía nada a mano.

—¿Dónde estas?

—¿Mhm?

—Mi mamá está aquí y se va a quedar con Amaia un momento. Dime dónde estás.

Hoseok mordió su labio, no quería que Jimin lo viera en ese estado, sin embargo necesitaba compartir su carga con alguien.

—Estoy  estacionado fuera del museo de arte contemporáneo.

—Bien, llegaré en unos diez minutos.

—Gracias...

La llamada llegó a su fin, Hoseok guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta y se bajó del automóvil. La noche era cálida mientras caminaba hasta una de las bancas aunque, no se sentó, contempló desde su lugar la hermosa fuente de agua cercana a la entrada principal del museo.

Minutos después escuchó unos pasos, su corazón latió más rápido. Él ya estaba acostumbrado a la sensación cada vez que tenía a Jimin cerca.

—Es una linda noche.

Jimin se paró a su lado y Hoseok lo miró. Observó su perfil bañado por las luces de alrededor y la vista hizo que su interior hormigueara.

Era un sentimiento erróneo, algo que no debería sentir, sin embargo ahí estaba demostrándole que a pesar de los años su corazón seguía anhelando a quien ya no podría tener nunca más.

—No deberías haber dejado a Amaia con tu mamá, yo estoy bien.

—No te escuchabas bien —Jimin se giró —tú también eres importante. Tus sentimientos también cuentan.

—No quiero cargarlos con más problemas, todos tenemos preocupaciones.

—Si, pero también podemos escucharnos, de eso se trata la amistad, Hobi.

—Cierto —Hoseok suspiró y finalmente se giró. Jimin le sonrió cálido como siempre. —Gracias por haber venido.

—Nunca te dejaría solo.

—Yo tampoco y tus ojos me dicen que lloraste.

Jimin miró hacia un costado pero Hoseok no lo permitió y tomó su rostro con una de sus manos.

—¿Que pasó?

—Nada —Jimin se dejó acariciar —lo de siempre. Nam se va a otra comisión, pidió cambio de servicio pero aún no tenemos la respuesta.

—¿Él está en la ciudad?

Jimin suspiró —ahora mismo debe estar jugando fútbol.

Hoseok se mordió la lengua para no decir nada que pudiera hacer sentir mal a Jimin, pero estaba claro que las prioridades de Namjoon estaban un poco revueltas.

—¿Tienes tiempo para una cena rápida? Estoy seguro que tienes que volver pronto.

—Mamá casi me echó de la casa. —Jimin sonrió —ella cree que no salgo lo suficiente.

—No lo haces —Hoseok bajó sus manos y dio un paso atrás —vamos a ese lugar que te gusta.

—¿Estás seguro? Wendy podría llamarte.

—De todos modos me va a hacer un escándalo cuando le diga que estuve contigo. —Hoseok comenzó a caminar pero se detuvo enseguida cuando Jimin habló.

—¿Ella lo sabe?

—¿Que cosa?

El rubio se cruzó de brazos —no te hagas el idiota conmigo, sabes a lo que me refiero.

—No me mires así —Hoseok se rio y volvió a acercarse.

—No te estoy mirando de ninguna manera.

—Si lo estas haciendo y déjame decirte que no eres intimidante en lo absoluto.

—Si lo soy. Solo que por alguna razón contigo no funciona —Jimin se rio —ahora contesta la pregunta.

—No lo sabe, prometimos que no se lo diríamos. Yo he cumplido.

—Yo también —Jimin suspiró —ellos no lo entenderían.

—No. No lo harían.

Hoseok llevó su mano hasta los mechones rubios que caían sobre la frente de Jimin. Sus dedos tocaron levemente la suave piel.

—Hobi —Jimin susurró con sus ojos cerrados.

—Lo sé, no haré nada.

—Estamos vulnerables ahora mismo... No quiero que hágamos algo que haga que sintamos remordimiento mañana.

Hoseok suspiró, quería rebatir aquello pero Jimin tenía razón, ellos no estaban en un buen momento emocional y mezclar eso con la soledad y la confusión que sentían solo iba a ser una receta para el desastre. Se limitó a besar su frente y dejarlo ir.

—Creo que deberías volver a casa. Dejaremos la cena para otro día.

—Si —Jimin lo miró, sus ojos hermosos y brillantes. —Llámame si necesitas algo.

—Gracias. Llega bien a casa.

—Tú también.

Hoseok lo vio partir y comenzó a extrañarlo de inmediato. No debía hacerlo, Jimin ya no era suyo para amarlo. Ambos habían decidido terminar su relación muchos años antes de mutuo acuerdo para luego convertirse en buenos amigos cuando cada uno siguió su camino. Pero Hoseok se dio cuenta muy tarde que aún estaba enamorado de Jimin cuando este ya estaba con Namjoon.

Con el tiempo apareció Wendy en su vida y él quiso intentarlo, quiso enamorarse nuevamente y se había arrastrado a una relación seria sin siquiera haberlo pensado bien.

Pero no era tiempos de arrepentimientos, él tenía una hija y una esposa que amar. Sabía que las cosas no iban a ser sencillas pero tenía que hacer algo.

No habían más opciones para él más que elegir a su familia.


•••


Aún no es el final de esta historia. Tengo unos capítulos más guardados ❤️

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