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7. Es perfecto

Pvo Zoro

-Joder, joder, joder.

-Cálmate un poco Zoro. Tanto Nami como el bebé van a estar bien.

-Dios Luffy, llevas diciéndome la misma frase 3 horas.

-G-gomen. Es que no sé como calmarte.

-Siento estar así, pero no puedo evitarlo.

-Sí, claro.

-¡Ya Vivi! ¡Zoro es el que peor lo está pasando de todos nosotros!-estalla Nojiko.

Todos nos quedamos en silencio, pero pocos segundos después oímos unos sonoros llantos.

-¡Ya está Nami! ¡Ya está!-se oye desde fuera.

-¡Felicidades hermanito/ni-chan!

-Gracias a las dos.

-¿Quieres esperar a verlo?

-Sí. Quiero ver con mis propios ojos quién es aquella persona a la que he estado esperando conocer desde hace meses.

Dentro de la habitación Pvo escritora

Nami se dejó caer rendida después de un último esfuerzo que la había dejado hecho polvo. Pero no fue en vano, justamente después de desplomarse en la camilla, un agudo y potente llanto llegó hasta sus oídos provocando que las lágrimas comenzarán a emanar de sus ojos.

-¡Ya está Nami! ¡Ya está!-exclama Carina reteniendo el dolor de su amiga en su mano.

Nami se llevó una mano a la boca intentando reprimir un poco el llanto de alegría, pero le estaba siendo imposible.

-Enhorabuena Nami-ya. Es un niño.-dice Law dejando al pequeño ser con su madre a la vez que lo tapaba con unas mantas.

-Hola pequeño.-le habla Nami a su hijo recién nacido.-Por fin te puedo conocer.-dice Nami con las lágrimas fluyendo y precipitándose sobre la mano que Nami tenía apoyada sobre la manta que tapaba a su ahora hijo que lloraba.

Las manos de Nami temblaban, por miedo a hacerle algún daño a su hijo, pero descartó esa posibilidad al ver como el pequeño Roronoa se iba calmando con sus caricias. Lo arropó un poco más para protegerlo del frío.

Destapó la cara del pequeño, quién todavía lloraba levemente.

-Arigato Zoro.-pensó la pelirroja al ver el increíble parecido que tenían Zoro y el pequeño.-Tú padre se va a poner muy contento cuando te vea. ¿Ocurre algo Carina?-le pregunta a su amiga, quien retenía las lágrimas que estaban por salir.

-E-es que...¡Dios Nami! ¡Es hermoso! ¡Hola pequeño, soy tu madrina Carina!-dice sacándole cientos de fotos.

-Jeje, es cierto. No tiene ni un minuto de vida, pero ya lo amo más que a nada.

En el pasillo

-¿Lo habéis visto?-pregunta Ace sorprendido.

-Sí. Es precioso. ¿Lo viste Zoro?

Luffy le muestra una imagen en su móvil. En la imagen salía un pequeño bebé que dormía sobre unas sábanas . La imagen empezaba a tornarse borrosa para el recién nombrado padre.

-¿Estás llorando?

-Yo que voy a llorar.-se secó rápidamente la cara.

-Roronoa-ya.-sale Law de la sala.

-¿Sí?-se levanta tan rápido como puede.

-Ya puedes relajarte, eres padre.-todos lo celebran contentos.

-¿Puedo pasar?

-Por supuesto.-deja que Zoro entre a la habitación.

Pvo Nami

-¿Cómo lo vais a llamar?-me pregunta Carina.

-Pues...

-Yuki.-oímos una voz grave.

-Os dejo a solas. Nos vemos luego ahijado.

Carina se marchó y me dejó a solas con Zoro. Éste camino hacia la camilla ansioso de poder ver y conocer a una persona muy especial tanto para él como para mí. Su cara mostraba una notable sonrisa a la que respondí.

Llegó hasta donde estaba tumbada con nuestro pequeño en brazos. En ningún momento dejó de mirarme, incluso me abrazó temblando.

-¿Qué ocurre?

-Te sorprenderá, pero estaba asustado.

-No eras el único.

-Siento no haber estado contigo. Mi primera promesa rota. ¿Quién lo diría?

-No pasa nada. La que tiene la culpa soy yo por no habértelo comentado antes.

-No tiene importancia.-me besa.

Fue un beso largo, los dos lo necesitábamos. Se había formado mucha tensión entre nosotros en tan solo medio día. Zoro no paraba de hacerme caricias en la mano mientras la otra la mantenía sobre mi mentón acercándome cada vez más a él, pero una pequeña mano se colocó encima de las nuestras.

-Alguien quiere conocerte Zoro. Te presento a tu hijo.

-Hola pequeño Yuki. Ya tenía ganas de conocerte.

-¿Yuki?

-Si te parece bien, lo podemos llamar así.

-Está bien. Yuki me gusta.

-Te llamarás Roronoa Yuki...

-Roronoa Dracule Yuki Swan.

-Hola. Siento interrumpir, pero hay que limpiar a este pequeño y rellenar los formularios. Si eres tan amable de venir con el bebé Zoro.

-En seguida Monet. Tú descansa Nami. Volvemos en seguida.

-No lo dudo.-digo dejando a Yuki en sus brazos.

Pvo Zoro

Con miedo a hacerle daño, lo acomodo un poco más pero mi temor desaparece cuando veo que se ha dormido. Sus ojitos están fuertemente cerrados con la intención de no abrirse, pero lo hacen. Yuki había heredado mis ojos. Le destapo un poco su cabeza para poder darme cuenta de que es pelirrojo. En el resto es idéntico a mí. Volvió a cerrar sus ojos y no parecían querer volver a abrirse.

Como no, al salir me encontré con todos esperaban para ver a Yuki.

-Zoro. ¿Éste es vuestro pequeño?

-Sí Luffy. No quiero ser maleducado, pero tengo que llevarlo para los formularios y las pruebas y vamos con prisa así que...mejor mañana tranquílamente.

-Shishishishi, haber empezado por ahí hombre. Claro que venimos mañana.

-Mientras vamos a saludar a Nami.

-No Vivi. Nami está agotada. Mejor venid mañana.

-¿Te crees qué te voy a hacer caso?

Antes de que Vivi pudiese abrir la puerta para entrar a la habitación yo se lo impedí.

-¿Pero qué...?

-No son horas Vivi. Me he ofrecido a llevar a Yuki para que Nami pudiese descansar. Déjala dormir y venid mañana.

-Vamos Vivi.-le dice Nojiko.-Nos vemos mañana Zoro.-me dice sonriente.

-Sí, no lo dudo.

Monet me llevó hasta una sala aislada llena de toallas, pulseras e informes.

-¿Qué es este sitio?

-Aquí es donde les limpiamos y les ponemos las pulseras. Venga, túmbalo y con esta toalla límpialo.

Haciendo caso a Monet, lo tumbé en la camilla y lo destapé para limpiarlo. Mientras Monet iba rellenando los formularios con las respuestas que le daba.

-Nombre y apellidos.

-Roronoa...Dracule Yuki Swan.

-31 de diciembre de 2016. Nacido a las...

-1:32 y 18 segundos de la mañana.-respondo mientras sigo con mi labor.

-Bien. Ahora hay que medirlo y pesarlo.

Monet le puso un gorro y una pulsera en el tobillo con su nombre y después me indicó donde quería que lo dejase.

-43 cm y 2 kilos 300 gramos. Es realmente pequeño.

-¿A qué te refieres?-pregunto envolviendo a Yuki en la manta y alzándolo.

-La media suele estar entre los 45-50 cm y en 3 kilos.

-¿Es algo malo que no entre en la media?

-No Zoro, solo que, aunque ha nacido en el día que se estimaba, parece prematuro. Lo mejor será que coma ya. Nami y él se quedaran aquí durante dos días para ver el desarrollo del pequeño.

-Entendido.

-Ve con ella.-me da un pequeño empujón y se marcha a otro lugar.

Llegué al cuarto de Nami. Llamé a la puerta y esperé una contestación.

-Adelante.

-Hola.-saludo entrando con Yuki.

-Hola.

-¿Cómo te encuentras?

-No muy cansada. ¿Se ha quedado dormido?-se sienta en la cama y se asoma a ver a Yuki.

-Sí, pero tiene que comer. Habrá que despertarlo.

-Es hermoso.

-Lo has hecho muy bien Nami. Gracias, por convertirme en padre y por Yuki.

-Eso tendría que decirlo yo. Gracias Zoro, me has dado la oportunidad de convertirme en madre.-se intenta quitar el pendiente.

-No hace falta. Puedes quedártelo.

-Ya te tengo a mi lado.-se lo quita y lo pone en mi oreja.-Además, te queda mejor a tí.-la beso.

Un ligero movimiento nos llama la atención. Yuki se estaba despertando y reclamaba nuestra atención.

-¿Quieres venir con mamá?

-Ten.-se lo paso y Nami le da de comer.

-Estás muy atento a lo que digo...

-Yuki.-Nami me mira y sonríe.

-Mi pequeño Yuki. ¿Tú sabes en que estado me has dejado?

-¿Desde cuándo ponen esas cunas?

La cuna estaba pegada al otro lado de la cama y el lado que daba a ésta no tenía cristal.

-Muchas madres duermen haciendo lecho con el bebé. Por eso los médicos han creado estas cunas. Para que el bebé y la madre duerman de una manera más cómoda.

-Ya veo. Voy a dejaros descansar.-acuesto a Yuki en la cuna, lo arropo con la manta que Luffy nos había regalado y beso su cabecita.- Mañana vendré. Buenas noches.

-Buenas noches.-le doy un corto beso en los labios y luego otro en la frente.

En cuanto salí del hospital cientos de llamadas perdidas y mensajes me llegaron. Y justo en ese instante me llamo Tashigui.

-Hola. ¿Hace cuánto que os fuisteis del hospital?

-Fuimos las primeras en irnos. Kuina ya no aguantaba más. No sé hace cuánto que se fue el resto. ¿Y cómo es?

-Pelirrojo como Nami con mis ojos.

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