
18. Abu no es malo.
Pvo escritora
Nami paseaba por la habitación con su pequeña hija recién nacida en brazos mientras hablaba con su cuñada por el teléfono.
-Que sí Tashigui. Podéis venir esta tarde si queréis.
Nami se sentó en un pequeño sillón que había en la habitación. Acomodó a su pequeña en su regazo y la alimentó.
-¿No intervendrá con tu familia?
-No creo que vengan.-sonríe apenada acariciando la mejilla de su hija.
-¡¿Cómo no van a venir a ver a su nieta?!
-No grites Tashigui.
-Pues entonces coge el móvil y enséñame a esa pequeña.
Nami, extrañada, cogió el móvil sorprendiéndose de ver que su cuñada había activado la videollamada.
-Ahora enséñame a esa ricura.-sonríe.
-Dudo mucho que la puedas ver bien. Se está quedando dormida mientras está comiendo.
-Que mona. Es clavada a tí Nami. ¿Cómo lo lleva Yuki?
-La quiere mucho. Ayer se fue llorando cuando se tuvo que marchar al no poder quedarse. Estará al caer.
-Cuando uno viene la otra se duerme.-se lleva una mano a la cara.-Tenían que salir a su padre en ese aspecto.
-Jajaja. ¿Esta tarde?
-Sí. Adiós Nami.
-Adiós.
Nami colgó y dejó el móvil en la mesilla. Después arropó a Naomi y le dio el chupute para después empezar a dormirla.
-¡Mami!-grita Yuki entrando a la habitación.
-Me voy. Si Carina se entera de que he dejado solos a Mei y a Shiro en casa me mata. Hasta ahora.
Gild se marchó corriendo y Yuki fue hasta donde estaba Nami. Nami se agachó y subió a su hijo para sentarlo sobre sus rodillas.
-Mira. Es para Naomi.-le muestra un diminuto peluche de conejo.-Toma Nao.-le sonríe a su hermana.
-Ahora no hagas mucho ruido que se va a dormir.
Yuki asintió con la cabeza para después dejar el peluche con su hermana pequeña.
-Sabes Yuki. Así es como tú dormías cuando eras un recién nacido. En mis brazos.
-¿De verdad?
-Sí. Además de que tenía que cantarte por las mañanas para que no llorases.
-Mami. Naomi no se duerme.
-Ya se dormirá. No te preocupes. Tengo una idea. Tal vez se duerma si está contigo.
-¿Sí?-pregunta emocionado.
-Ve a sentarte a la cama.
Yuki obedeció sin rechistar. Se sentó en la cama y Nami dejó a la pequeña en los brazos de su hermano mayor.
-Nao está muy a gusto contigo. A este paso se va a dormir.
-Yo quiero jugar con ella.
-Cuando crezca un poco más.
-Vaale.
-Voy a ducharme. ¿Puedes cuidar de ella?
-No te preocupes mami.
-Gracias mi príncipe.
Nami entró al baño. Yuki había pasado de mirar la puerta por donde su madre había salido a donde su hermana dormía.
Yuki seguía fascinado con la idea de que ahora era hermano mayor. Tener que cuidar de algo tan pequeño e indefenso...Yuki apenas se lo creía.
-¿Por qué eres tan pequeña Nao?-pregunta Yuki mirándola.
-Vaya, que escena tan bonita.
-¡Tía Reiju!-exclama Yuki.
-Shh, no querrás despertar a tu hermanita.
-Perdón.
-¿Dónde está tu madre?
-Aquí Reiju.-sale del baño.-¿Vienes a llevarte a Naomi?
-Sí. La prueba del talón.
-Me da pena. No quiero verla llorando a la vuelta igual que pasó con Yuki. Se me partirá el corazón.
-Te la traeré dormida.
Reiju le arrebató a Yuki a su hermana. Yuki se levantó y protestó. Quería quedarse con ella.
-Sabes, no me vendría mal un ayudante.
-Reiju, os molestará.
-¿Esta cosita? Nami, es un santo.
-Como quieras. Yo ya te he avisado.
Reiju se llevó a Yuki con ella. Llegaron a una pequeña sala donde había un par de enfermeras más. Yuki, al no conocerlas, se escondió detrás de Reiju mientras las enfermeras le atosigaban a preguntas.
-¿De mí también te vas a esconder?
-¡Carina!-corre hacia ella.
-¿Por qué no me llamas tía como a Reiju?-dice con un puchero.
-Porque tú no eres mi tía. Eres mi madrina.
-Que listo que es mi ahijado.-lo abraza aún más fuerte.
Reiju y otra enfermera llevaron a cabo la prueba de Naomi. Para ello tuvieron que despertarla. Yuki la entretenía y jugaba con la manita izquierda de su hermanita.
Los llantos de Naomi alertaron a Yuki. Éste miró mal a la enfermera. Había hecho daño a su querida hermana, y eso era imperdonable.
-Ya pasó pequeña. No más heridas.-dice Reiju cargándola.-Ahora te llevaremos con tu mamá. A tí también Yuki.
-No. Le prometí a mamá que llevaría a Nao dormida.
-Tiene el orgullo Roronoa.-comenta Carina.
Al oír el apellido Roronoa, muchas enfermeras empezaron a farfullar cosas cómo:
-¿Ese niño es el nieto de Dracule Mihawk?
-Pobre. No sabe que es su abuelo.
-Me da pena que tenga que llevar la sangre Dracule por sus venas, al igual que la bebé.
Yuki era pequeño, pero no era tonto ni sordo. Odiaba que alguien hablase mal de su familia, pero era muy pequeño como para poder hacer algo al respecto, y eso lo indignaba.
-Abu no es malo.
Reiju salió y siguió a Yuki. Numerosas veces le pidió que parase, pero el infante no le hizo caso.
-Yuki. No te pongas triste.
-¡El abuelo no es malo!-se cruza de brazos y sale corriendo.
A la tarde la familia de Zoro fue a visitar a Nami. Tashigui alzó y achuchó a Naomi hasta más no poder. Durante la tarde Yuki estuvo raro, demasiado raro.
-Mi pequeño. ¿Por qué estás enfadado?
-No lo estoy.
-Sí lo estás.
-¡No mamá! ¡Bájame! ¡No soy un bebé!
-No lo entiendo.-pensó la pelirroja.-¿Qué te pasa?
-Na...-sus ojos se llenaban de lágrimas por momentos.-¡Lo siento abu!-y no aguantó más las ganas de echarse a llorar.
-¿Qué pasa?-pregunta Mihawk a su nieto alzándolo.-¿Por qué me pides perdón.
-Es que...se han reído de tí.
-Oye.-le pone su sombrero.-No es tú culpa. ¿Cómo decimos que es esa gente?
-Tonta y superficial.
-Así me gusta. ¿Me presentas a tu hermana?
-¡Sí!
-Sí que sabe como animarlo.-piensa Nami mientras ve como Mihawk alza a su nueva nieta y tiene a Yuki sobre sus hombros llevando su característico sombrero.
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