
12. ¿Odio hacia Yuki?
Pvo Zoro
Extendía los brazos en todas las direcciones intentando encontrar a mi esposa, siendo todo este esfuerzo en vano. Abrí los ojos. Estaba solo en la cama. Al girarme para buscar el despertador, la luz cegadora del sol me dio de lleno en la cara dejándome aturdido. ¿Qué hora es?
Palpando la mesita de noche busqué el despertador, con tan mala suerte de tirarlo al suelo al dar con éste.
Las 10:30. 10:30...
...
¡Yo tenía una reunión a las 9:00! Veloz como un rayo, me vestí con el uniforme de policía y bajé las escaleras dando brincos al intentar ponerme los zapatos. Un momento.
Saqué el móvil y miré el calendario. ¡Es sábado! ¡Hoy no trabajo! Entre maldiciones e insultos volví a subir a mi dormitorio para volver a cambiarme y tumbarme en la cama para retomar el sueño.
Nada. Es extraño, pero no tengo ni una pizca de sueño. Di numerosas vueltas por toda la cama intentando encontrar la postura perfecta para echar una cabezada.
Imposible. Sin Nami a mi lado no puedo conciliar el sueño. Me senté en el borde de la cama y con la mano alcancé las llaves esparcidas por la mesa.
Miré el llavero. Nami Swan. Sin duda lo mejor que me ha pasado en la vida. Me puse unos pantalones y bajé a la planta de abajo para dar con Nami.
Busqué y busqué y al final di con ella abriendo las cortinas del salón dejando que entrasen los rayos luz mañanera. A la vez, Nami cantaba y mecía a Yuki suavemente para que se durmiese por completo.
La luz que entraba dando de lleno a Nami, quién se encontraba de perfil mirando por el balcón, le daba el último detalle que necesitaba para ver que me había casado con una diosa, un fruto que nadie podía probar, pero yo reuní el valor necesario para atreverme y aceptar las consecuencias.
-Dulce voz, ven a mí. Haz que el alma recuerde. Oigo aún cuanto oí una vez en diciembre.~le oigo cantar.
Nami se movía al son de la melodía que salía de su boca terminando de dormir a Yuki por completo. Cargar a Yuki y que la luz solar le reflejase era la perfecta combinación para ver a una Nami dulce y atractiva. Y yo soy el único privilegiado que pueda verla así.
Con cuidado de que no me oyesen me acerqué a ellos. Rodeé la cintura de Nami y apoyé la cabeza sobre su hombro permitiéndome ver a mi hijo quien agarraba con su pequeña manita el único mechón pelinaranja que se escapaba de la coleta de Nami.
~¿Quién me abraza con amor? Veo prados alrededor. Esa gente tan feliz son sombras para mí.~esta vez canto yo.
-Buenos días.
-Buenos días. Sabes, no me gusta despertarme solo en la cama.
-A la próxima dejaré a Yuki dormir contigo hasta tarde. Así no te quejarás.-lo acuesta en la cuna que teníamos colocada en el salón.-Voy a salir unas horas. Hoy los de último curso tienen la preparatoria.
-¿Un sábado?
-Sí, para su mala suerte y la nuestra. No me esperes para comer. No sé a que hora volveré.
-Al menos dime que no tendré que ir solo a casa de tus padres.
-No lo creo. Pero por si acaso mentalízate.
Ya había pasado bastante rato desde que Nami se había ido a la universidad a dar sus clases de cartografía mientras yo cuidaba de Yuki. Hoy, antes de lo esperado, era el primer día en el que empezábamos a turnarnos para cuidar de él. Mi madre había insistido en que ella se podía quedar con él hasta que volviésemos, ya que a mí también me había surgido un asunto por trabajo, pero nosotros preferimos estar con él.
Acababa de dormir a Yuki y decidí aprovechar para adelantar parte del trabajo. No sé en qué está pensando el gobierno, pero no es nada bueno. Akainu no tendría que haber sido elegido presidente. Si al menos Sengoku no hubiese renunciado...
Un ruido procedente de la cuna me sacó de mis pensamientos. Me levanté y me asomé a la cuna comprobando que solo había sido un suspiro y que seguía durmiendo.
-Eh pequeño. No le des sustos a papá.-me quedo embelesado al mirarlo. Cuesta creer que algo tan pequeño tenga vida y que encima provenga de Nami y de mí.
Besé su cabecita, lo arropé un poco mejor y volví al trabajo.
El portátil había empezado a sonar y con ello Yuki se despertó y empezó a quejarse. Respondí a la videollamada encontrándome al otro lado de la pantalla con mis amigos.
-¿Qué queréis ahora chicos? Acababa de dormir a Yuki y estaba aprovechando para adelantar parte del trabajo.-digo levantándome para acunar a Yuki.
-Desde luego no te pega ser tan cariñoso.
-Pero vosotros sabéis muy bien el por qué de mi comportamiento. Sabéis que no he tenido una buena infancia y que no sé como es una relación de padres e hijos. Por eso...
-Te vas a esforzar y vas a intentar ser el mejor. Ya nos lo has dicho tres veces marimo.
-Nadie te ha pedido tu opinión cejas de niña. Ahora si me dejáis, tengo que dar de comer a Yuki.
Corté la llamada y fui a la cocina a preparar la comida para Yuki después de haber conseguido que dejase de llorar.
-Ven aquí Yuki.-lo alcé teniendo cuidado de no hacerle daño.-No te duermas, tienes que comer.
Me senté en el sofá para ver el fútbol mientras Yuki comía acurrucado en mis brazos. Con una mano se agarraba mi camiseta y con la otra agarraba el dedo meñique de la mano con la que sujetaba el biberón.
-No me voy a ir Yuki.-beso su diminuta frente y él soltó un pequeño sonido mientras me miraba con esos ojos pequeños y oscuros.
Cuando Yuki estaba a punto de terminar, llamaron a la puerta. Apagué la tele como pude y fui hasta la entrada.
-¿Quién es?-pregunto a pocos metros de la puerta.
-Soy yo Tashigui. ¿Me puedes abrir?
-¿No llevarás las llaves por casualidad? Ahora mismo no puedo abrirte.
-Da la casualidad de que por una vez las he cogido.-desde fuera abre la puerta y entra.-¡Pero mira que tenemos aquí! ¡Zoro es una monada! ¿Quieres que yo termine de darle de comer? Estarás ocupado.
-Me harías un favor.-intento dejar a Yuki en los brazos de mi hermana pero él, al no querer, se aferraba más fuerte.-Más suerte para la próxima.-digo riéndome.-¿A qué se debe la visita?
-El otro día me dejé unos documentos muy importantes para una reunión en concreto. Solo venía a recogerlos.
-Tómate el tiempo que necesites. Cualquier cosa avísame.
Volví al salón. Ahora solo me faltaba volver a dormir a Yuki y podría volver al trabajo, cosa que no me apetecía. Quería aprovechar para estar con Yuki, pero él tiene que dormir.
Abrí la caja de música dándole un poco de cuerda y dejé que Yuki se fuese durmiendo poco a poco. Aunque también me afecto a mí.
Solo cerraré un momento los ojos.
Me dije a mi mismo, pero no se llegó a cumplir. Cuando me desperté eran las seis de la tarde y oía a alguien cantar en el piso de arriba.
Conocía perfectamente aquella hermosa voz, que llevaba escuchando casi toda mi vida. Subí las escaleras y al entrar al dormitorio me encontré a Nami cantando una canción de cuna mientras daba de comer a Yuki.
-¿Cuándo llegaste?
-No hace mucho la verdad. Os vi durmiendo en el sofá y no quería despertarte. ¿Qué tal el primer día?
-Muy tranquilo. Solo se ha despertado porque tenía hambre. Por el resto, ha sido una mañana muy tranquila.
-Eso explica esta foto.-me enseña una imagen mía durmiendo con Yuki.
-Tashigui.-digo por lo bajo.-¿Por dónde la ha mandado?
-Por todos los grupos en los que estamos los dos.
-Me tengo que ir. Antes me ha llegado un mensaje sobre algo urgente. Estaré en casa de tus padres a tiempo para la cena.
-No te preocupes.
Horas después Pvo escritora
-¡Nami!-exclama sorprendida la peliazul al ver a su hermana.-Es muy pronto para la cena.
-Ya lo sé, pero quería venir a ayudar a preparar la cena.-dice quitándose el abrigo y la bufanda para después dejarlo todo en su antiguo cuarto.-Estoy harta de no poder hacer nada. Incluso el tío Shanks no me deja corregir los exámenes que tengo pendientes.
-Lo hago porque te quiero enana.-aparece el pelirrojo.
-Y yo te he dicho cientos de veces que no es necesario.
-Sin excusas. Ahora tienes que estar con Yuki, que por cierto, ¿dónde está?
-Está con Luffy. Ahora mismo lo trae. Tenía que ir al hospital a entregar unos papeles y no me apetecía que estuviese mucho rato fuera con el frío que hace.-explica la pelirroja.
-¿Y por qué con Luffy?-pregunta Shanks desconcertado.
-Es verdad. Es posible que no lo sepas. Luffy y Zoro, aunque no lo parezca por los apellidos, son primos. Luffy es el tío de Yuki.
-¿Quién lo diría? Por su aspecto y sus apellidos nadie diría que son familia.
Llaman a la puerta y Nami abre encontrándose a Luffy con un carrito que se interponía entre ellos dos.
-¿Alguien ha pedido un pequeño pelirrojo?-pregunta Luffy tan sonriente como siempre.
-Luffy. Pensaba que llegarías un poco más tarde junto con Zoro.
-Han dado lluvia para más tarde por lo que pensé que sería mejor traerlo ahora.
-¿Quién lo iba a decir? Luffy siendo responsable.
-Hola Shanks. No me había dado cuenta de que estabas aquí.
-¿Se ha despertado en algún momento?-pregunta la Nami asomándose para ver si su hijo dormía o no.
-No. Tiene el sueño muy ligero.-se percata de que su sobrino se está despertando.-O lo tenía. Nos vemos el lunes en la cena.
-Está bien.-abraza a su mejor amigo para despedirse de él.-Arriba Yuki. ¿Qué pasa? ¿Todavía te duele?
-¿El qué?
-Ayer le pusieron unas vacunas y los síntomas podían ser fiebre, dolor y que puede comer más de lo normal.
-Así que éste es Yuki.
-Es verdad. Tú todavía no lo habías visto. Ace.-llama al pelinegro.-Ace.-vuelve a llamar a su cuñado.-¿Eso es posible?-se pregunta a si misma. Ace se había vuelto a dormir mientras comía.-¡Ace!-asusta al moreno.
-Ah. Hola Nami. ¿Qué querías?
-¿Puedes cuidar de Yuki mientras ayudo a Nojiko y a mi madre a preparar la cena?
-Por supuesto.-dice sonriente para después alzar a su sobrino.-¿Cómo es posible que hayas crecido si la última vez que te vi fue hace tan solo dos días?
-¿Tú crees que ha crecido?
-Claro que sí. Ve a cocinar tranquila, que yo cuido de él hasta que llegue Zoro.
-Hola Nami.-dice Genzo, el padre de Nami, secamente a su hija.
-Hola...papá.-saluda un poco extrañada.
Desde que empezó a salir con Zoro, su padre, al no aceptarlo, empezó a tratarla con frialdad. La situación empeoró después del nacimiento de Yuki. Genzo fue el único que no fue a visitar a Nami al hospital y hasta esa misma noche no había visto ni tan siquiera una sola vez a su nieto.
-¿Quieres que lo vea? Puedo intentar que entre en razón.
-No Ace. No importa.-dice la pelirroja saliendo de la sala de estar.
Pvo Ace
La situación estaba afectando demasiado a Nami. Nadie se habría imaginado que el Señor Swan reaccionaría de tal manera al conocer la existencia de su nieto. Y no creo que ayude mucho que éste se parezca a Zoro.
Mis ojos se abrieron como platos. Yuki se había despertado y había abierto los ojos dejándome ver con claridad de quién los había heredado. Parece ser que de momento lo único que heredó de Nami fue el color de pelo. Pero eso no fue lo que me sorprendió. Sé que era imposible que lo hiciese conscientemente, pero estaba mirando al Señor Swan.
Me moví de sitio hasta llegar al sofá y sentarme en éste, pero Yuki seguía mirando hacia el sillón donde el Señor Swan estaba sentado. Puede que sea muy pequeño, ¿pero es posible que Yuki sepa que él es su abuelo?
-Esto...Señor Swan.
-Dime Ace.-me pregunta mientras da una calada a la pipa.
-Creo que no es bueno que fume si Yuki se encuentra en la habitación. Le podría hacer mal.-su fría mirada me atraviesa de la misma manera que un puñal desgarra la piel.-M-me refiero a que Yuki todavía es un bebé y que le podría causar molestia.
-¿Yuki?
-Si, su nombre es Roronoa Dracule Yuki Swan, pero para abreviar es Roronoa Yuki.
-Ya veo.
-Dígame, ¿no le gustaría cogerlo en brazos?
-No, está muy cómodo con su tío. No quiero despertarlo.
-Pero si no está dormido.
-Da igual. No hace falta que te molestes.
Ya casi a la hora de cenar, Zoro llegó empapado. Nami le entregó una toalla para que se secase un poco mientras dejaba el abrigo y la chaqueta del uniforme de Zoro en al baño para que se secasen.
-Hola Ace.-nos saludamos dándonos la mano.
-Llegas a tiempo. Creo que si no es contigo o con Nami Yuki no quiere comer.
-Jajajaja. Eso es porque no lo haces bien. Con Luffy come como una lima.-dice el peliverde divertido mientras se acerca a su hijo para cogerlo en brazos y darle de comer.
-Entonces me siento ofendido. De momento soy el único tío con el que Yuki no ha querido comer.
-Ya se verá en el futuro.-ambos nos percatamos de que Yuki se estaba quedando dormido.-Yuki despierta.
Zoro cambió a Yuki de posición dejándolo un poco más sentado pero no servía de mucho. Yuki seguía durmiéndose poco a poco.
-No te duermas Yuki.-aparece Nami en la sala. Acarició una mejilla de Yuki y éste término de comer. O eso pensábamos ya que Nami tuvo que seguir dándole de comer a Yuki.
-Nunca nos había pasado esto.
-Lo dices como si llevásemos con él meses. No te preocupes. Solo son las vacunas. Dentro de un par de días se le pasará. ¿Qué tal en el trabajo?
-Akainu se ha pasado por allí. No sé que habrá querido hacer, pero no creo que sea nada bueno.
Una luz entró por la ventana desde la oscuridad de la noche y sin apenas diferencia, oímos un trueno seguido del sonido de la lluvia cayendo sobre la calzada a lo lejos.
-Ese no ha caído muy lejos.-comenta Ace.
Los leves sollozos de Yuki no tardaron en convertirse en un sonoro llanto captando la atención de todos los presentes en la sala, pero en especial la de sus padres.
-No pasa nada Yuki.-le dice Nami a su pequeño.-Nada malo te va a pasar mientras nosotros estemos contigo.-lo acomoda sobre su pecho acariciándole la espalda para darle una sensación de protección.
Hi ga nobori
Kanashimi sae hitoshiku terasu
Shinjiterunda
Itsuka hitotsu ni tsunagaru mirai wo
Issho ni mitsuke ni ikou
Kimi no kawari wa inai
Wasurenaide
We fight together
-¿Quién te enseñó esa canción?-dice una voz femenina desde el marco de la puerta.
-Tía Midori.-exclama sorprendida Nami. Después ve a Vivi.-Hola Vivi.-dice no muy animada.
-¿Y tú mejor amiga qué?
-¡Carina!-la nombrada la abraza. Después un pequeño gruñido por parte de Yuki llamó su atención.-Ya Yuki.-agarra su pequeña mano.-¿Cómo llevas el embarazo?
-De momento nada del otro mundo.
-¿Éste es Yuki? Es una monada Nami. Felicidades.
-Gracias tía Midori.-otro trueno suena y Yuki vuelve a sollozar.-No es nada Yuki. Estás con mamá.
-Pobre.-ahora era Zoro el que hablaba.
-Hola Midori.-el señor Swan levanta del sillón para ir a abrazar a su hermana pequeña.
-Tienes mucha suerte de tener un nieto así. Es clavadito a Zoro.
-Ah sí. Supongo.-eso le había dolido a Nami, aunque intento no aparentarlo.
-¿Puedo?-dice Carina refiriéndose a Yuki.
-Ni lo preguntes.-le pasa a Yuki.
-Hola Yuki.-dice la pelimorado alzando a su ahijado.-Ay, es una copia de Zoro. ¿Cómo son sus ojos?
-Son los míos.-dice Zoro orgulloso.
-Ya está la cena.-avisa la Señora Swan.
-Danos un minuto mamá. Tengo que acostar a Yuki.
Pvo Nami
Dejé a Yuki durmiendo en mi cama y lo apoyé sobre el brazo que no tenía puesta la vacuna. No puedo verlo llorar. Se me parte el corazón.
-Nami, vamos. Tenemos que ir a cenar.
-No me puedes pedir que me separé de mi pequeño.
-Si que puedo. No es como sino lo fueses a ver nunca más. Venga Nami. Vamos a cenar.
-Está bien. Dejemos a Yuki durmiendo y vamos a cenar con mi familia. Mejor. Vamos a dejarlo dormir en el salón. Tengo miedo a que se eche a llorar y no le oigamos.
-Vamos a cenar.-me coge de la mano y vamos al comedor.
-¿Se ha quedado dormido?-pregunta mi madre.
-Sí, casi está dormido del todo.-contesto.
Mientras, Zoro acostaba a Yuki en el carrito y lo arropó. Cogió la pequeña caja de música y la abrió para que Yuki termine de dormirse con la melodía.
-Esa caja de música...
-Sí. Es la que tengo desde que era pequeña.
-Zoro.-le llama Vivi por enésima vez.-¡Roronoa!
-No grites.-le dice con frialdad.-¿Qué quieres?
-¡Persian!-exclamo contenta. Un gato blanco se sube a mi regazo.-Hola. ¿Me has echado de menos?-le digo atándole el pañuelo al cuello.

-¿Persian?
-Es la gata de Nami.-dice Zoro para que después le llamen al móvil.-¿Sí?-se levanta de la mesa alarmado.-¿Qué ha ordenado qué?-su rostro se torna pálido y se sienta para no perder el equilibrio.-Detenedlo ya. Es una locura. ¿Y Fujitora-san? Vale. ¿A dónde se dirige? No.-cuelga y va a vestirse con el uniforme.
-¿Ocurre algo Zoro?-le pregunto extrañada y algo asustada.
-Es Akainu. Se ha vuelto loco. Va a mi casa a intentar matar a mi padre.
-Voy contigo.-dice Ace decidido.
-No Ace. Es peligroso.-llama a Luffy.-¡Luffy! ¿Donde estás? Vale ya salgo.
-Ya te he dicho yo, desde hace mucho tiempo, que Roronoa no te convenía Nami.
-Cállate Vivi. ¿Qué quieres que haga? ¿Dejar morir a mi padre?
-Nunca estuvo para ti. Le dio más importancia al trabajo que a su propia familia.
-¡¿Y tú qué mierda sabrás sobre mi padre?!-estalló y salió de la casa para esperar a Luffy.
Yo mientras hablaba con Robin por teléfono.
-Gracias Robin.-cuelgo.-Yo también me voy.-me levanto y alzo a Yuki.
-Espera Nami.-me llama el tío Shanks.
-No me voy a quedar en un sitio en el que no se quiere ver a mi hijo y a mi marido.-salgo con la cabeza en alto.
-¿Lista para irnos?-me pregunta Robin cuando termino de acomodar a Yuki en la sillita.
-Lista.-abrocho mi cinturón y Robin arranca.-Mierda.
-¿Qué te ocurre Nami?
-Te sonará muy fuerte, pero, a veces, desearía no ser madre.-Robin se sorprende.-Amo a Yuki con toda mi alma pero no aguanto la frialdad con la que mi padre me trata. Es su nieto, pero lo odia. ¿Por qué Robin?
-No lo sé Nami, no lo sé.
Media hora más tarde Robin me dejó en mi casa y se despidió después de insistir en quedarse y que le negase que no hacia falta.
Después de dejar a Yuki arriba, estuve una hora tratando de corregir exámenes pero cada dos minutos una llamada me interrumpía. O eran mi madre y mi hermana o mi tío Shanks. No cogía ninguna llamada, no quería hablar con ellos ahora.
-¿Qué ocurre mi amor?-los fuertes brazos de Zoro rodean ni cintura y apoya la barbilla sobre mi cabeza.
-Nada...importante.
-Ven.-me lleva hasta el sofá y me sienta sobre su regazo.-¿Qué es lo que te pasa?
-Es increíble, pero ahora con todo lo que está pasándome con mi familia me hace desear no ser madre.
-Eso no es verdad Nami. Tu quieres a Yuki y él a ti.
-Ya lo sé.-mi voz se quiebra y entierro la cara en su pecho.-No lo quiero, lo amo. Lo amo desde el día en que me enteré de que lo esperaba.
-¿Ves? Nami no es culpa tuya. Siento lo que voy a decir pero tu padre es un completo imbécil al no apreciar al nieto que le has dado.
-¿Cómo está tu padre?
-Fuera de peligro, no te preocupes. El malnacido de Akainu va a acabar en la cárcel, o eso esperamos.
-Zoro, cuida con lo que dices.
-Yuki está arriba.
-Se me había olvidado.
-Vamos a dormir Nami. Estás cansada.
Y en ese momento Yuki se echó a llorar dejando oír su llanto por toda la casa.
-Ese niño lleva sin llorar por las noches un mes y ahora que necesitamos dormir se echa a llorar a pleno pulmón.-río ante el comentario de Zoro.
-Ya voy yo. ¿Podrías recoger la mesa?
-Sin ningún problema.
Subí hasta el dormitorio y cuando llegué me acerqué a la cama comprobando que Yuki se había destapado y lo único que tenía era frío.
Rato después de llevarlo en brazos, las lágrimas empezaron a salir de mis ojos y a precipitarse sobre la manta que cubría a Yuki.
-Da igual lo que digan sobre ti Yuki. Yo siempre te querré, pasé lo que pasé.
-Bien dicho.-entra Zoro.
-Os amo, a los dos.
-Yo también Nami, yo también.
~~~~~~~~~
*redoble de tambores*
¡Aquí estoy con otro capítulo! Si, lo sé, todo muy triste, pero bueno, se me da mejor escribir el drama. Además, yo creo que le da salseo a la historia.
La imagen de la gata que veis ahí es un dibujo echo por mi.
Nos vemos en el próximo capítulo.
¡Ah si! Os recomiendo una historia que se llama Nami escrita por Caroqueit
Que más...que más...
Pues nada. Hasta el próximo capitulo. Dejad en los comentarios si queréis que haga el 25 cosas de mi.
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